Primer evento : Prologo de una guerra

Suspiré más aliviada ahora que la gente no nos molestaba tanto a ninguna de las dos. Pero tampoco nos iban a quitar la vista de encima, eso seguro. Suspiré, sabiendo que era la máxima privacidad que ibamos a tener por culpa del acto del ángel. Lo único bueno es que la gente a nuestro alrededor la hacía caso, y en principio eso era bueno para mí. Al menos por ahora.

- Sí, ahora mejor.- la sonreí levemente, antes de bostezar. No había que olvidar que aún no había dormido y la noche había seguido avanzando sin pausa. - Buenas noches, mañana podemos hablar. Ahora estoy muy cansada.

Así que, me envolví aún más en la manta, cerrando lentamente los ojos. No supe en qué momento caí dormida, apoyando aún la espalda contra la pared. Ni tan siquiera me enteré de los golpes sobre la puerta -un fallo a la hora de controlar mis alrededores, pero estaba muy cansada ya- y el revuelo que eso hubiese provocado entre los humanos. Simplemente seguí durmiendo, tratando de recuperar energía para el día siguiente. Aunque es posible que con algo más de ruido, me despertaran. Todo dependía de lo que ocurriera dentro del edificio.

Mire como la gente se alejaba y dejaban de preguntar dejandonos un espacio a la chicalobo y a mi. Pero en poco tiempo ella se durmio sin poder preguntarle nada. Al parecer dormia como un tronco. Ojala yo pudiese dormir asi, pero como me costaba...

Sono la puerta, y espere que la chica me diese una pista, pero nada, de nada servia ya que se habia quedado dormida profundamente. Ni con aquellas voces despertaba. Asi que cogi una antorcha como posible arma y me dirigi a la puerta. ¿que debia hacer?
Suspire y con la antorcha en mano abri un poco la puerta, sin hacerlo del todo, viendo quien estaba al otro lado de la puerta. No conocia a nadie, pero las ropas de aquella mujer eran similares a algunas personas de aquella iglesia, por lo que acabe abriendo las puertas a los recien llegados.
-bienvenidos...emmm...el sacerdote tardara en volver. Espero no le importe esperarle...
Dije intentando imitar a toda aquella gente. Cuando pasaron cerre la puerta y espere que no atacasen a nadie o les atacaria yo a ellos. Era mi deber proteger esa iglesia por el momento.

Las palabras de Lans Tartare no llegaron nunca, al final tan solo llevo a su hija a su habitación y tras unas muestras de afecto la dejo descansar, aunque el esta agotado y en verdad no debería de andar gastando el poco tiempo que tiene para descansar. Allí es donde el espíritu humano, el corazón de padre pierde sin dar importancia a la racionalidad de descansar con tal de poder sentir a su hija cerca suyo.

Minutos pasada ya la mitad de la madrugada Lans ya estaba en su habitación desnudo casi por completo limpiando su cuerpo con agua caliente y un buen paño húmedo, al terminar secaría su cuerpo y se acostaría a dormir unas pocas horas para cuando salga el sol en el oeste el debería estar ya despierto y preparado para partir. Ya acostado cerro sus ojos pensando en el viaje que le toca dentro de unas pocas horas. El día lo dedico a viajar hacia el sur, en cambio ese día de hoy viajara al norte, necesita saber como están las cosas por allí antes de dedicarse por completo al este que es donde radica el verdadero enemigo, o al menos el de mas proximidad y hostilidad con la región oeste de Asbru.

Cerro los ojos y cayo vencido por el sueño, ahora su cuerpo inerte en el descanso solo ha de esperar a ser despertado junto al nuevo amanecer que inminentemente ha de llegar para todos los seres del mundo.

Fue junto a su padre hasta su habitación y él la acostó entre besos, abrazos y mimos en general. Estuvieron un ratito allí, disfrutando, aunque no demasiado. Ella quisiera que durmieran juntos, ya fuera en su cama o en la de su padre, pero no había demasiado tiempo para descansar y seguramente durmiendo juntos tardarían más de lo normal. Hay sueño, bastante, además, también hay nervios por lo que la espera mañana, pero el cansancio es más fuerte y los nervios no podrán hacerla pasar una mala noche.

No, menos aún después de haber recibido cariño de su padre, persona en la que confía todo, ya que es con quien ha vivido. La niña queda dormida bastante rápido, una vez su padre abandona el cuarto, ella cierra los ojos acomodándose en la almohada, abrazándola y luego, conciliando el sueño apenas unos minutos después. La noche avanza poco a poco bastante amena, no parece haber ningún problema que despierte a la niña en medio de la noche sin motivo, por lo que se podría decir que las cosas dentro de lo que caben, van bien.

Si alguien la viera dormir, podría asegurar que parece un angelito, casi como cualquiera niña de edad temprana que duerme plácidamente. Cerca de la responsabilidad, sigue manteniéndose dulce y aunque las cosas puedan ir mal, tener carisma, tanto como lo tiene ella, será una jugada a favor. No tiene tanta experiencia como su padre y su abuelo, así que ella sola no podría planear la guerra, pero en un tiempo deberá hacerlo y es ahí cuando deba dar su mejor cara al pueblo y sus grandes estrategias para conseguir la victoria. Sueña Shurelya con ser querida y una buena reina en el futuro. Sueños que se cumplirán algún día.

Le doy las gracias al buen hombre, quien tuvo la amabilidad de responderle a un par de extraños a tan inusuales horas, y me dirijo a la puerta de el edificio señalado. Una vez ante la misma, la golpeo con fuerza utilizando mi puño. Golpeo varias veces, para asegurarme de que me oigan. Lo unico que quiero es una buena cama donde poder dormir... MIentras espero, miro de reojo a mi acompañante. No pude observarlo detenidamente antes, pero ahora que esta con la mirada fija en la entrada de la posada, puedo pegarle un vistazo. Su aspecto es de lo mas peculiar, tanto para esta zona del mundo como para estas horas de la noche. ¿Que hará que alguien tan bien vestido vague por los caminos entre ciudades a tan poco convenientes horas?

El castillo del Oeste permanece en silencio, al parecer en toda la conmoción han logrado mantener la calma y conciliar el sueño, solo los vigías nocturnos permanecen despiertos y en alerta. En cambio en aquel recinto santo llamado iglesia aun no terminan por calmarse del todo, cada tanto la paz y tranquilidad se rompe por alguna u otra razón. Solo una persona de entre todas las presentes allí en la iglesia parece lo suficientemente cansada como para dormir sin mas no importa lo que pase, esa joven de ojos extrañamente llamativos dejo de lado su charla con el ángel caído para ponerse a descansar mientras el resto de los allí presentes busca la guía y sabiduría de Aleishe la cual opta por ser valiente y atender a la que parece ser por la voz una recién llegada mas a ese recinto sagrado.

El ángel tomo una antorcha la cual planea usar como arma en caso de necesitar defenderse. Mientras el ángel abre apenas la puerta para ver quien se encuentra detrás de la misma los fieles y refugiados aguardan con el corazón en la boca, observando prácticamente en cámara lenta como su "salvadora" abre las puertas de la iglesia y explica algo a alguien sobre el sacerdote ahora ausente. Al ver las ropas de la recién llegada los fieles claramente se vieron mas tranquilos y felices, reconocen las ropas de una persona entregada a la religión en cuanto la ven, y mas si es de la religión del omnipotente Master. Se abalanzaron sobre la recién llegada de la misma forma que lo hicieron con el ángel, era demasiado en poco tiempo, un ángel y una cleriga del Puño de Hierro el mismo día, eso es lo que pueden llamar un buen augurio sin duda alguna.

Mientras el ángel explica a aquella joven lo sucedido con el sacerdote local este se va acercando mas y mas su templo, para finalmente hacerse presente en el mismo momentos después de llegada Florian al lugar y siendo bien recibido por su buen rebaño.

-Me alegra saber que se han portado correctamente durante mi ausencia, ademas, recibo con agrado a los hijos del Master donde quiera que vayan y de donde sea que estos vengan.-Bendice en silencio a la recién llegada y le ofrece un lugar donde dormir.- Ya es demasiado tarde, un día con demasiada agitación y mucho viaje. Descansemos y esperemos la gloria de un nuevo día, vivamoslo con fuerzas renovadas. Ahora vamos, todos a dormir que mañana sera un nuevo y mejor día para todos.- De esa manera las personas allí presentes vuelven a la tranquilidad y a conciliar el sueño una vez mas seguro de que las cosas van de bien a mejor gracias a las presencias bendecidas de esas tres personas que cuidaran de ellos el rebaño del Master.

Spoiler:

Afuera y no muy lejos de allí el joven bardo y su acompañante no muerto viven en carne propia el frió de la región en la cual comienza a nevar levemente. Tras agradecer a aquel hombre la ayuda prestada se dirigieron a la posada mas cercana donde tuvieron que esperar durante algunos minutos antes de ser atendidos por un hombre de mayor edad, cerca de los 60 con barba gris prominente, algo petizo pero morrudo, en sus épocas de juventud posiblemente haya sido herrero o algo similar.

-¡¿Que son estas horas para molestar?! Espero tengan dinero consigo o se van a enterar- Recrimino aquel hombre levantando la voz, pero dejo claro que si tienen dinero los atenderá apropiadamente. Va abriendo la puerta de apoco para permitir la entrada a los clientes que quieren escapar al frió y humedad de la noche para cobijarse en su acogedor establecimiento.

Spoiler:

-Una moneda de plata por cada uno de ustedes, y si estoy de buen humor eso incluye el desayuno y almuerzo.-Como le habían advertido algo caro, pero claro, no todos te reciben a esas horas de la noche y en esas circunstancias.


En la frontera norte las cosas se pusieron tensas, al no recibir respuesta por los llegados desde la lejanía el soldado que dio la advertencia en un comienzo hizo sonar el cuerno y toda la compañía se levanto en armas dispuesto a dar la vida con tal de no permitir el paso de los extranjeros a su amada tierra del Oeste. Se posicionan a la defensiva con lanzas y picas largas. Los escudos se ven en gran cantidad y los caballos empiezan a relinchar al tomar posición a la vanguardia de ese grupo armado. Se levantaron rápido las tiendas por si hay que huir aunque la superioridad numérica esta con ellos, sin mencionar que están mejor alimentados y descansados.

Apenas pasaron y los recien llegados y aquella gente como corderos avanzaron entre nosotros de nuevo. Suspire algo agobiada de nuevo. No estaba acostumbrada a ello. Despues vi como el hombre volvia detras de todos y daba una explicacion sencilla. Una especie de orden. Asi que asenti y me di la vuelta para volver a mi habitacion. Obedeceria sin decir lo mas minimo. ¿que otra cosa podia hacer? No lo sabia ni lo habia pensado. simplemente me limite a obedecer aquello y avance a mi habitacion.

Cuando llegue volvi a tumbarme en la cama ocultandome entre las alas y las mantas. Tenia frio, sueño y estaba debil. No tarde mucho en quedarme tambien dormida, como casi todos los demas en aquel lugar. Solo esperaba que todo siguiera igual. Tranquilo y sin mucho problema. donde no me mataran y donde poder tener gente que me guiase.

La fuerte ventisca me hizo pensar que los soldados de la frontera nos estaban hablando, pensè que habìa sido cosa mìa, pero a continuaciòn, el sonido escalofriante de un cuerno de guerra me puso los pelos de la barba de punta... Acaso lo hicieron sonar por nosotros? Que mierda les pasa? O tal vez divisaron algo, o nos confundieron con otra cosa.
Empecè a hacer señas con mis brazos, gritando aquello que me hubiese gustado decir cara a cara: "Venimos del norte en busca de alimento! Corremos riesgo de muerte si no recibimos ayuda! Necesitamos que nos dejen pasar, por favor!". Me acerquè aun màs e identifiquè a los soldados armados y en guardia, lo cual hizo que realmente me alterara. Espero que no nos tomen como enemigos...

-"Por el Master, soy una exorcista no una paleta"- Se dijo en sus adentros de forma bromista, no es como si estuviera de mal humor, pero el frío se le metía en las venas y le recorría todo el cuerpo, causando incluso un leve titiriteo en el pequeño cuerpo de la monja. Por suerte al cabo de un rato finalmente le abrieron la puertas al recinto, pero la primera impresión que se llevo fue algo inesperada...se trataba de una joven rubia que sostiene una antorcha, con cierto semblante de alerta. Florian tuvo algo de desconfianza y preparo una bayoneta en su manga, lista para colocar el frío acero el el cuello de la muchacha si esta intentaba algo gracioso, pero para bien esta simplemente permitió la entrada a la visitante del Puño de Hierro.

-muchas gracias- Le dice de forma educada, mientras de paso se quitaba la chaqueta y la ponía en una de las bancas dejando ver de lleno sus ropas de cleriga. Súbitamente una masa de gente se deja abalanzar sobre Florian como si esta trajera consigo alguna especie de bendición, para mas sorpresa de la nativa de Torquemada, algo a lo cual no estaba acostumbrada, así que puso una expresión de sorpresa algo tonta e incluso algo de sonrojo ante la sorpresiva actitud de la gente. Después de un momento de lidiar con ellos Florian encuentra un momento para dirigirse a la muchacha que la recibió, y esta comenzó a contarle sobre la situación del sacerdote, ante lo cual la ejecutora atendió atentamente mientras formulaba a su cabeza un plan B. Un corto tiempo paso antes que el recinto recibiera otra llegada, y se trataba de nadie mas ni nadie menos que el sacerdote del lugar...una suerte que al fin y al cabo no fuera necesario planear un plan secundario.

-Sacerdote, saludos- La joven agacha la cabeza de forma educada y recibe feliz la bendición y el ofrecimiento del sacerdote. Una vez los ánimos de todos se tranquilizan en la iglesia Florian aprovecha para guiar al clérigo a un rincón de la iglesia para proceder con sus importantes asunto. -Eminencia, tengo un par de preguntas pero primero permitame presentarme...soy la Hermana Florian vakarian de Torquemada, una inquisidora, vine aquí en busca de una noble del Puño de Hierro- Hizo ella una pequeña pausa antes de recostarse a uno de los pilares de la iglesia con los brazos cruzados. -sin embargo, antes de ahondar mas en ese asunto me gustaría primero saber que pasa aquí, por que hay tanta gente y por que están tan alborotados- cerro ambos ojos al preguntar lo ultimo, y luego abrió uno para volver a ver a algunas personas que los quedaban espiando con curiosidad desde lejos.

Continué perdida en el mundo de los sueños, que como siempre se encontraban localizado en los amplios bosques de Brillo de Luna con una gigantesca Luna que iluminaba todo con su gran resplandor. Selene y Gaia unidas, puesto que son las divinidades a las que venero, así que, tampoco me extraña soñar demasiado con ellas. Y menos si me he dormido en un lugar donde hay tanta divinidad, a pesar de que yo no sea una creyente de la religión de Puño de hierro.

Sin embargo, mi sueño, en el que como no iba corriendo de un lado a otro por el bosque -ya fuera solo por diversión o porque estaba cazando- fue alterado por la aparición de ruidos raros que poco tenían que ver con el bosque. Lo que yo no sabía, es que esos ruidos no eran más que un reflejo de lo que ocurría en el exterior, puesto que con la llegada de la clériga,  todos se habían alterado mucho en el lugar. Mi única reacción ante exterior fue darme la vuelta y volver a respirar de manera pausada y tranquila.
Estaba demasiado cansada, como para pensar que esos ruidos raros en el sueño pertenecían a la realidad.

Es verdad, no era un precio muy justo teniendo en cuenta el aspecto de la posada y del hombre que nos atendió, no obstante la imagen de un lecho caliente y la esperanza de un desayuno, fueron mas que la avaricia. Sin pensarlo mas, dije: -"Me parece perfecto, buen hombre. Si me deja pasar, con gusto le daré su dinero. Lo unico que quiero ahora es el cobijo de una cama caliente"- Una vez dicho esto, hice sonar las monedas de mi bolsa, a modo de prueba de que poseia el dinero. Luego agregué: -"No obstante, no se si mi... compañero dispone del dinero suficiente, o si piensa pagar... En cuanto a mi, permiso"- Luego de ello, hice un gesto de avanzar, con bastantes ansias de hacerlo.

"tranquilo señor no tengo intención de pasar sin pagar creo que me aorrare bastantes problemas si pago.
Dije con un tono bastante amable.
no entendía la razon de su cabreo puesto que este es su oficio,imite el sonido que aquel bardo izo con su bolsa y me dispuse a pasar, esperando que el dia no me molestase demasiado ni tampoco tener que pasar demasiado tiempo encerrado en aquella habitación.
"si no seria mucho pedir me gustaría una habitación sin ventanas puesto que tengo una enfermedad que no tolera mucho el sol, si tubieses alguna te daria gustosamente una moneda de oro."
Le dije esperando que tubiese alguna.

Cada jugador ha ido tomando posición en el tablero llamado Asbru, el destino aguarda y los mortales no se hacen esperar.
Dos de ellos ya se encuentran protegidos del frió y la nieve que es bastante cruel a esas horas de la madrugada incluso para los oriundos de la propia Asbru. Al escuchar el sonido de las monedas en cada bolsa de sus mas recientes clientes el dueño de la posaba se calmo y los dirigió al piso de arriba subiendo por las escaleras. Ya en el piso de arriba estiro una mano para recibir el pago y pasar a explicar a los recién llegados donde dormirán y que pueden obtener en ese sitio para su satisfacción.

-Se ve que tienen dinero, veamos que tan rápidos son para desprenderse de ellos.- Dijo con la palma de la mano abierta esperando su paga.- No tengo habitaciones sin ventanas, si le molesta el sol cosa que aquí no vera mucho solo cierre y trabe la ventana desde adentro y asunto solucionado.-Esa fue una solución sencilla para un problema sencillo.


Cerca de allí en la iglesia mas cercana al castillo del Oeste reina la calma, el ángel que es quien despierta mucho los ánimos esta descansando y la loba acompaña ese descanso al igual que muchas personas mas. Solo la recién llegada del Puño de Hierro y el sacerdote del lugar se mantienen despiertos aunque no por mucho tiempo.
El sacerdote junto a la monja quedaron a solas un poco mas apartados del resto y asi trabaron una conversación prácticamente privada. No interrumpe en nada la palabrería no las pausas de la joven creyente, solo espera el momento adecuado para hacer uso de la palabra y darle respuestas concretas a Florian.

-Como ya he dicho con anterioridad Hermana Florian es siempre bienvenida aquí en la casa del Master. Sobre esa noble que buscan debo reconocer que aquí hay bastantes, razón por la cual deberá especificar el nombre y apellido de dicha mujer para que la pueda ayudar...En lo referente a toda la conmoción que rodea a la región es usted muy joven para entenderlo a simple vista, pero para eso estamos los ancianos como yo...Guerra jovencita, esta región y todo lo que lo rodea esta por sumirse en el caos de la guerra-Con un tono tranquilo pero sombrío el sacerdote le da a entender el porque esta la ciudad completamente revolucionada.- Necesito descansar Hermana Florian, y recomiendo lo mismo para usted, el clima aquí es mas peligroso de lo que puede imaginar-Para una persona ya mayor como el eso de andar a horas de la madrugada en reuniones de emergencia, viajes y presiones ya no se le dan tan bien como en su juventud.


En las zonas mas oscuras de la ciudad una amenaza que no habían visto antes se mueve lentamente como si fuera una sombra mas del montón. Una figura femenina envuelta en pieles bien abrigada para el clima que enfrenta es perseguida y acosada por un grupo de patanes que no tienen nada mejor que hacer que buscar diversión de la forma fácil. Tiene suerte el demonio de que esas basuras no tienen el valor para enfrentar la adversidad, de otra forma la hubiera rodeado y de estar armados la historia de despedazamiento hubiera sido una muy diferente a la historial actual. Los gritos de terror al ver morir a su "compañero" de esa forma sin duda atraerían la atención de mas de un soldado y algún que otro curiosos por allí asi que hizo bien el demonio en hablar rápido, aunque de esa forma siempre se cometen errores y mas adelante entenderá cual fue su error.

Pero hasta que el nuevo día llegase puede vanagloriarse de sus logros, cada uno de esos humanos huyo despavorido jurando que cumplirían con su cometido, ahora a esa criatura en la piel de una bella humana solo le resta esperar y ver los resultados de su trabajo.


En la zona mas cercana a la región Norte es donde esta por desatarse la violencia a grandes rasgos, no sera la muerte de un paria no una sola criatura la que entrara en combate. En la frontera de habla de hombres armados preparados para la batalla, y esa matanza traerá por supuesto sus consecuencias, el Norte no se dejaría humillar asi como asi y habría una afrenta mucho antes que con los del Oeste. Solo la inteligencia de los encargados de cada esos grupos y su deber es lo que puede evitar que errores estúpidos se conviertan en verdaderas tragedias sangrientas.

Los soldados armados y preparados para la batalla se hicieron entender y alguien de ese grupo recién llegado de la zona mas norte de Asbru salio rápidamente a los gritos dando sus razones para estar allí. No seria descabellado lo que dice, no si no fuera porque viene del Norte y ellos rara vez piden algo tan educadamente, o esta mintiendo o de verdad que es tan extrema la situación que debieron llegar a humillarse en busca de ayuda.

-¡Ven con las manos en alto donde pueda verlas! ¡De otro modo sabrás de que están hechos los virotes del Oeste!-Advierte el soldado y al parecer el líder de la tropa sobre lo que sucederá en caso de no obedecer sus demandas.
FERDINAND FLORENT

El hombre que lo recibe viste como suelen vestir los del Oeste y el Sur, ataviado con acero, a diferencia de la gente del Este y el Norte que viste con pieles y cueros ya que no saben mucho de como forjar armas y armaduras de manera apropiada. Para soportar el frió aquel joven hombre viste una capa marrón que Konnan reconoce bien de que es, es de oso pardo, una de las mejores pieles para aislar el frió y mantener el cuerpo caliente. El pelo de ese joven es marrón claro y lo lleva corto, algo raro en esa región aunque algunos oriundos del Puño de Hierro que tienen tradiciones militares suelen llevar el pelo corto e ir bien afeitados, ese joven cumple con esos requerimientos extranjeros. El que parece ser el capitán de escuadrón posee ojos verdes claros y porta en sus manos una espada larga de doble filo, un arma clásica de caballeros. Mira con seriedad al bárbaro que se acerca hasta el, depende de sus palabras y sus acciones saldrá de allí airoso o con la cabeza separada de su cuerpo.

Esta vez escuchè con claridad la demanda del soldado de la frontera. Querìa que me acerque con las manos en alto, y asì hice. Levantè mis brazos, doblando los codos y dejandolos a la altura de mis hombros, mientras que mis manos se alzaban aun màs arriba. "Mis brazos estan levantados y le puedo asegurar que mis intenciones son buenas! Me voy a acercar ahora, pido calma por favor, nadie quiere ensuciarse las manos!".
Continuè aproximandome cada vez màs a la frontera, los muy hijos de puta se debìan de estar cagando de risa al verme a mì, al gran Deyb Konnan, acatando sus sucias ordenes como si fuera su puta mascota, hijos de puta... Si no fuera que de mì depende la vida de mi gente en el Norte!
Finalmente luego de una interminable caminata de humillaciòn y enojo, lleguè a destino, sentìa todos esos pares de ojos recorriendo mi figura de arriba hacia abajo y fue ahì cuando me di cuenta de la situaciòn en la que realmente me encontraba.

El aroma en el aire le hacia recordar las guerras pasadas, algo andaba mal, apenas llegando a su tierra natal y topandose con ese aroma, algo se tramaba en algun momento comprenderia el por que de ese aroma, pero mientras tanto no tuvo mas opcion que tomar su capa roja y encaminarse a donde sus sentidos le decian, Chiara se sentia un poco cansada tras haber regresado, pero era mas la insertidumbre que albergaba en si.
El clima era frio y cualquiera podia simplemente buscarse un lugar calido para refugiarse, pero ella vestida solo con su traje habitual y su capa caminaba tranquila por entre la nieve y las fuertes ventiscas, pues su experiencia le habia hecho  ser neutral ante los climas,  la tarde comenzo a tornarse en noche, la luna parecia no ser amiga suya en esa ocacion pues no alumbraba el camino que ella seguía, todo era oscuridad y silencio, pero el sonido de voces gritando llego a sus oídos llamando su atención.
Bajo su capucha para que no le miraran el rostro completamente y somo de sus ropas a uno de los hombres que corrían y le miro a los ojos, había pánico y terror, algo poco común en esa zona.
-¿Que es lo que tanto terror les causa?-
Dijo casi en un susurro sin soltarle si quiera, para después calmar aquella aferrada mano de sus ropas y mirarle tranquila, comenzando asi a cantar esa melodia que tranquilizaba a quienes le escuchaban y alumbraba su espiritu, pues sabia no era correcto que el terror siguiera albergado en ese hombre
cancion:

Después de tanto tiempo hundiendo las botas en la gélida nieve de Asbru es bastante relajante entrar al cálido recinto de los hijos del Master, donde cualquier clérigo, sea cual sea su función, puede sentirse a gusto y como si estuviera en casa. Se hacia patente el cansancio en el aire, puesto que aquellas personas que hasta hace poco estaban de escandalosas se encontraban cómodamente dormidas, a la espera que el sol de la mañana saludara a la tierra del Norte. Allá en la esquina donde el sacerdote amablemente ponía a la inquisidora a corriente se puede decir que ocurre lo mismo, pues el señor ya entrado en bastante edad apenas puede mantenerse lucido, pero no hay que culparlo, suficiente ha hecho ya el día de hoy, y es una bendición el que aun siga con bien. -claro, comprendo Su Eminencia. Florian vuelve a erguirse y agacha la cabeza de manera educada, tal y como se le ha enseñado durante años allá en el Puño de Hierro.

-ha sido un día difícil, y no tarda mucho en salir el sol, pero si se va a dormir ahora aun tendrá oportunidad para descansar algo...yo terminare de arreglar mis cosas y luego iré también a dormir un poco- Dijo de forma dulce, juntando las dos manos y cerrando los ojos, mostrándose calmada ante alguien que si se ganaba su simpatía. El sacerdote se retiro y la joven quedo siendo la única despierta en el lugar, así que aprovechando busco sus cosas, las cuales venia trayendo desde que comenzó el viaje, y desempacando saco un pequeño pedazo de pan, el cual venia envuelto en papel para conservar parte de su gusto. La monja se dejo recostar en una pared cercana y se sentó en el piso, disponiendo su estomago para ingerir felizmente su primera comida en un buen rato, puesto que poco tiempo tuvo para comer en todo el camino. -"así que una guerra? ahora la tengo mas difícil" se dijo a sus interiores. Era difícil asimilar la muy poca presencia del Master en el corazón de los hombres, lo cuales permiten que la guerra estalle por doquier, como si fuera tan natural como respirar. Eso y poco mas pudo meditar Florian antes de pegar un ultimo mordisco y terminar cerrando los ojos de forma involuntaria, pues el cansancio se hizo demasiado pesado para soportarlo...así pues quedo ella con el pedazo de pan en la mano y una expresión de sueño profundo en el rostro.

Sin dar muchas mas vueltas, saqué el dinero de la bolsa y la deposité en la mano del hombre. -"Ahora, dejeme pasar por favor, estoy cansado... Lo de la luz no será problema, gracias. Ah, una cosa mas, me falta presentarme: Mi nombre es Mulor, el Magnifico, soy bardo y bufón. Si llega a necesitar de mis servicios, no dude en tocar a la puerta de mi habitación. Usted sabe, en tiempos dificiles, nada mejor que un buen entretenimiento para distenderse..."- Luego de esto, espere a ver si el hombre por fin se dignaba a dejarme pasar. Ya no me importaba en lo mas minimo mi "compañero". Solo queria dormir un rato...

Aquel joven capitán de escuadrón encargo de proteger los limites de la región Oeste y Norte permanece inalterable parado sobre la nieve y soportando el viento que no da tregua, el clima no diferencia entre criaturas trata a todos por igual. Al cumplir el bárbaro del norte con las exigencias impuestas por los soldados del oeste Konnan ha garantizado asi su seguridad.

-Quiero que me expliques que rayos hacen a estas horas en la frontera. También el porque justo ahora vienen con un pedido como ese. Por si no te has dado cuenta estas frente a Ferdinand Florent, capitán a cargo de la frontera que separa y une al Rorte con el Oeste.-Aquel que la habla se presenta con nombre y apellido, ese apellido es famoso en esas tierras del Oeste ya que el maestro de armas de esa región se apellida de es forma, posiblemente sea ese soldado con rango de capitán pariente de dicho vasallo de importancia para el rey Beld Tartare.


Una antigua gloria del Oeste de Asbru reconocida en la guerra pasada como una de las mas valerosas guerreras que ha visto esa región regresa a su hogar en medio de la noche, clima que de seguro a pesar de lo hostil ha aprendido a extrañar. Esa criatura heroica se topo con un hombre que huye despavorido debido a su reciente encuentro con la muerte, escapando milagrosamente ya que esa criatura desea algo de ellos. Quiso huir de la mano ajena pero la canción de serenidad de Chiara le quito el miedo extremo que no le permitía pensar con claridad.

-Un demonio...Una cosa horrible ha matado a uno de los nuestros y exige que embosquemos al príncipe Lans, tenemos que huir rápido o nos matara a todos, la iglesia, el ejercito, alguien por Dios me tiene que ayudar-Aquel hombre luce con algo de miedo aun, pero gracias a Chiara al menos puede hablar y actuar con racionalidad ante tal terrible situación.


En la iglesia el obispo y la monja tuvieron una buena charla que deja en claro bastante de las cosas que están pasando en la región, pero no debe desesperar la joven Florian, después de todo al otro día podrá conversar nuevamente con el sacerdote o moverse por la ciudad a su gusto.

-Pequeña...No te sobre exijas, cuida tu cuerpo, recuerda que tienes que mantenerte en buena forma para servir efectivamente al Master y a sus fieles, no te desgastes innecesariamente.- Con mucho aprecio el sacerdote advierte a Florian para que no se sobrepase con la falta de sueño antes de darle la ultima bendición del día e irse a dormir a su habitación.
Así fue que todo quedo en paz en la casa del Master, con sus hijos aguardando juntos y en paz por la llegada de un nuevo amanecer lleno de esperanzas para todos ellos.


En la posada todo quedo mas claro gracias al dueño de la misma y al joven bardo que no tiene ni una pizca de lerdo, no solo complació dando el dinero exigido por el dueño del lugar sino que ademas se hizo propaganda brindando sus servicios como bardo y bufón.

-Se nota por tu lengua lo que eres, y creo que estaría bien tener a alguno de tu clase por aquí. Veré si podemos hacer un buen negocio para los dos Mulor, espero que seas tan bueno como dicen allá los del Sur.-Tal y como esperaba Mulor ahora lo dejarían descansar, pero ese hombre no se mostro nada condescendiente con el vampiro y no le dejo ir mas allá de donde están parados en ese momento, de hecho parece que en cualquier momento Yack terminara durmiendo en la plaza de Asbru a la intemperie.

"Señor Florent, me dispongo ante usted con la mayor humildad que un barbaro podrìa ofrecerle (que pinta de marica que tiene), de eso puede estar seguro... (...seguro de que su novio le hace tragar espadas mas grandes que la que lleva en las manos JA JA!) Sè que no es comùn o frecuente ver a un grupo de barbaros del norte aproximarse tanto a la frontera del Oeste, asì como sè que nuestra simple presencia le advierte de la importancia que significa este ocurrente hecho. Estamos en crisis, Lord Florent, el norte lo està, es por eso que se nos torna primordial a mi grupo y a mì, atravesar esta frontera que divide a estas dos tierras tan poco amigas, con el fin de pedir ayuda, cualquier tipo de ayuda, pero en especial la que respecta al alimento, el cual esta escaseando a una velocidad impresionante allà arriba, juntos a cientos y cientos de los nuestros. Sè que su reino abunda de todo aquello de lo que nosotros carecemos, y es por eso que decidì dar comienzo a esta misiòn de suma importancia con un ùnico fin: sobrevivir."

Mi frìa mirada se encontraba clavada en sus ojos, mientras que mi corazòn se encontraba atascado de angustia y nervios.

El miembro 'Deyb Konnan' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Dado Numérico Random' :

Resultados : 5, 2

La palabras de ese hombre entraron a su cabeza y sus instintos automaticamente se pusieron alerta, El principe se encontraba en peligro esto era algo que no podia pasar por alto, y era de esperarse de un demonio bajo que mandara a hombre como ellos para hacer el trabajo sucio, suspire y de nuevo mire a aquel hombre que me habia dado la informacion
-Te ayudare, asi que manten la calma, solo a cambio pido una cosa, al ser enviados por aquel ser a por el principe he de suponer saben su localizacion, guiame a donde se encuentra, por favor-
Diciendo esto ultimo un aire soplo haciendo que la capucha de su capa roja se removiera de su sitio dejando ver por completo su rostro, sabia que debia encontrar a ese demonio pero lo primordial era localizar a el principe y asegurarse de que no sufriera ningun daño antes de saber la identidad del demonio, era mas facil vigilar el objetivo de ese ser y esperar a que quisiera dañarle para terminar con su fragil existencia

-"Perfecto entonces... Podria indicarme donde queda mi habitación?"- Dije entrando a la posada, que despedia un calido aroma a humanidad... Creo que nunca habia anhelado tal olor en mucho tiempo. Las caminatas y el dormir donde se encuentre lugar en el camino esta bien, pero uno necesita una verdadera cama y sociabilizar con seres humanos de vez en cuando...