Un paseo en la oscuridad de la noche +18

El podía pensar en prostitutas y mujeres, quizas en dinero, pero con el tiempo descubriria que yo iba mas alla de todo eso. Y de eso se trataba, de hacerselo ver, de hacerle sentir unico y de que no me olvidara facilmente. Tenia mucho que ganar aquella noche y ese hombre parecia ser comprensivo y respetable. Era diferente a los demas, cualquiera de esos campesinos me habrian tratado simplemente como un objeto de deseo, en cambio el me trataba mejor en varios sentidos. Aquella noche posiblemente no la olvidaría nunca, y llegado a cierto punto, me preguntaria si el la olvidaría o no. Se le veia muy entregado, sobre todo cuando mis caricias le hicieron gemir e incluso llegar a un orgasmo, seguramente no fingido. Vi su cara de placer, mirandole con orgullo y satisfacción. Podria contratar a una prostituta, pero ninguna joven sabria provocarle aquel placer tan bien como yo. quizas alguna humana si, pero ya seria entrada en edad. Por ello me encargaria de que ese hombre no pudiera separarse de mi.

Recorde entonces mi infancia, no con aquel demonio en el bosque, si no despues. La vida habia sido complicada y los hombres con los que me habia topado habian sido horribles. Pero con el tiempo aprendi a resistirlo y a disfrutarlo, ademas, con el libro consegui invocar a demonios, sucibos e incubos, aprendiendo de ellos lo maximo posible para hacer a esos hombres estremecerse ante mi, desearme y vengarme. Tenia grandes conocimientos sobre el tema gracias a ellos, aunque mi origen no fuera oscuro, ni tuviera poderes sobrenaturales capaces de hacer a un hombre o mujer rendirse facilmente ante mu hubiera sido todo mucho mas facil. Pero a pesar de ello, lograba hacer grandes cosas con ellos. Y claro podia verse ahora, delante de ese noble que jadeaba intentando buscar la calma tras la tormenta. Por decirlo de alguna manera, ese noble ya era mio. Y ahora que estaba mas sensible podria hacer miles de cosas con el, mis deseos mas oscuros. Pero si bien podia hacerlo, mi intencion era que ese orgulloso hombre se rindiera ante mi, incluso que estuviera dispuesto a derretirse por mi mas veces. Claro que para eso habia que tener tacto.
Le bese y le marque, susurrandole palabras que no obtuvieron respuesta. Besandole y acariciandole con mucho gusto y muy entregada, al igual que el. Sobre todo ahora que podia ver su cuerpo mas sensible tras aquel momento de placer, en el que resistio como pocos, sin arrodillarse ante mi. Lo que me hizo bastante gracia y lo que me inculco una meta, hacerle caer de placer. Al oirle hablar sonrei.
-Y mas tendras Zaebos, siempre y cuando te lo ganes.
Dije acariciandole el menton y besandole despues de manera profunda. No obtuve respuesta a mi codicia, no verval, ya que en ese instante me nalgueo y luego acarició, bajando esa mano y acariciando con sus dedos una zona bastante estrecha. Esa reaccion me hizo entrecerrar los ojos y mirarle con placer y lujuria. Escuchando sus palabras y riendo con ellas mientras le aferraba con fuerza la espalda y le atraia a mi.
-Pues no digamos que no, ninguno de los dos. Yo estoy dispuesta a volverme adicta.
Dije dejando claro que yo podria volverme adicta a el, y con ello a todo lo que conllevaba, a sus besos, caricias, su cuerpo, su hogar, su modo de vida.¿quien diria que no a eso? Era una adiccion, pero era una buena adiccion. Al oirle lo ultimo rei juguetona y subi mis brazos sobre su cuello, mirandole a los ojos con una sonrisa traviesa.
-Mm... no logro recordarlo. ¿una cueva quizas? jajaja. Deberas pagar un precio muuy caro Zaebos si quieres enrar ahi.
Respondi haciendo fuerza sobre el pasa llevarle contra uno de los sofas. Puse mis manos en su pecho y comence a masajear alli con una mano, mientras con la otra baje hacia su entrepierna con ganas de jugar.
-Y dime Zaebos...mi gran estrella blanca. ¿que estas dispuesto a pagar? Es un lugar muy privado. jajaja
Dije besandole y mordiendole la oreja con alegria, algo que podia sentir ese hombre si se fijaba bien. Ver a esa mujer feliz y orgullosa sin nada que ocultar ni malas artes.

Con tanto placer recibido y la única concentración e intención de llegar a expandir aun las fronteras limitantes del placer no pensó con claridad ese noble, pero ya habiendo tenido más de un orgasmo siendo el último de ellos increíble recordó algo, y sonrió feliz por ello. Claramente contrato prostitutas en su vida, pero las únicas que le hicieron sentir así son las sucubos, criaturas que viven y aman el sexo siendo siempre jóvenes e insaciables. Esta seguro que su amante es humana, el sabor de su sangre no miente, pero su conocimiento y hambre sexual es casi sobrenatural, por lo que será muy bueno hacerse con la voluntad de esa mujer. Los besos y las caricias no se detienen en ninguna parte, fluyen constantemente manteniendo un ambiente placentero y cálido, los cuerpos no se enfrían y el pensamiento se mantiene lujurioso y caliente. Hablo el noble y ella sonríe a sus gestos y palabras respondiendo que tendrá todo lo que desee de ella siempre y cuando él se lo gane. Pero él es Zaebos de Córdoba, ultimo príncipe real del Cielo de la Libertad, dueño ahora de prácticamente la mitad de la ciudad, pariente de Vigo el Volvoda, ahora vampiro que busca un poder tan grande como el del padre de los vampiros. El claramente no tiene nada que ganarse ya, no nada de un plebeyo sin poder real el debería estar agradecido con el como si fuese un dios por hacer de su vida menos insignificante por al menos un día de existencia.

-Así que...Ganármelo dices ¿Shinse?-Pregunta intrigado ese hombre mientras la nalguea y le acaricia el ano, siendo marcado por ella como si fuese de su propiedad, algo que muy pocas mujeres en su vida pudieron hacer, el cual es dejar su marca en un príncipe. Sonríe esa mujer disfrutando del toque suave y deseoso de amante allí detrás suyo, diciendo algo a lo que él está de acuerdo aun con las faltas de Shinse que ya son dos, algo puede tolerar.

-Entonces dejemos las resistencias de lado y entreguémonos sin limite el uno al otro mi preciosa Shinse-Lo dijo en un todo deseoso y desafiante dejando que ella lo tome de la espada atrayéndolo de nuevo hacia ella de modo amoroso y posesivo, algo que gusta mucho a ese hombre que le lame el cuello y los labios deseoso de mas acción. Zaebos expresó sus deseos de hacerle el amor por detrás a su sensual y entregada amante que lo rodea por el cuello juguetona, haciéndose la desentendida sobre ese asunto, aunque momentos después de recostar mejor a su hombre contra el sillón pareció recordar ese asunto tan estrecho y privado, pero dejo claro que no será así de gratis la cosa, exige un pago, y si bien no todos los tesoros y riquezas son de oro y plata es. la tercer falta contra el príncipe de Córdoba, algo que no está dispuesto a tolerar, ni siquiera con la mano de Shinse sobre el pene que se mueve muy juguetona dándole placer. Ella también le mordió la oreja muy feliz, y si bien claramente el pene que tiene bien cuidado en su mano esta erecto y deseoso aun Zaebos se volvió menos lujurioso en sus adentros sacando ahora su actitud noble explicita. Se pone de pie lentamente y camina despacio y desnudo por la habitación, sonriente y pensante, como si fuera a dar un discurso, o a hablar de algo de importancia.


-Veras Shinse, uno solo pe paga las putas, o a sus acreedores, negociantes, y en mi caso, si mi mera presencia, mis artes, mi historia, mi cuerpo y deseos no fueron suficientes como pago entonces no tengo nada más que ofrecer-Está usando un tono algo soberbio en ese momento, golpeando una de las copas de cristal fugazmente con una de sus uñas, usando el revés de la misma en un movimiento rápido y gallardo.-Cuando estas con alguien como yo Shinse hay mucho por ganar, pero no ser así no se obtiene nada a cambio, no realmente.-Momentos después ingresa el mayordomo a la habitación acompañado de Mia y Rose quienes traen en sus manos ropas nuevas y limpias para Shinse.

-Buen trabajo, la dama deja la residencia ya que no tengo como seguir pagando por sus servicios. Drake, asegúrate de arribarla a las cercanías de donde nos encontramos...Shinse- Se voltea para verle ya que había estado hablándoles de espalda.-La casa Córdoba agradece tus servicios, pero ahora prescinde de ellos.-Con palabras bonitas y mucha educación acaba de dar por finalizada la permanencia de esa mujer allí en su lujosa residencia.

-Como ordene amo Zaebos-El mayordomo se acerca a Shinse esperando a que ella se vista y esté lista para partir, las chicas por su lado se retiran ya que no tienen nada más que hacer allí.

Usaba mis conocimientos para hacer a ese hombre mas feliz de lo que podria haberlo sido en mucho tiempo, jugueteando con palabras y caricias. Estaba claro que me gustaba "jugar" por decirlo de algun modo, y para ello me gustaba pedir mas de lo que alguien podia dar en un principio, asi siempre el hombre se acabab entregando mas y aveces incluso superaba su resistencia. Por ello rei a su comentario mientras me nalgueo aparentemente tambien juguetón y lujurioso. Deseaba hacerle sentir bien y a la vez darle a entender que todo eso era todo gratis y si se lo daba era porque ya se lo habia ganado. Pero pedirle mas era algo que a la mayoria de quienes conocia les gustaba. Algunos hombres j ugaban con dinero, otros simplemente con mas besos y caricias. La cuestion era..¿como se lo ganaria ese noble hombre?. sin embargo mi comentario paso a segundo plano al sentir sus dedos en un lugar que estaba bastante sensible en aquella noche increible.

-Sin limite Zaebos jajaja.

Dije besandole y acariciandole la entrepierna para mantenerle contento. Sabiendo que esa era la mejor forma de ganarme y eso estaba haciendo. Acabaria volviendome adicta a el, y quizas el a mi sin limites, y acababa de aceptarlo de manera verdadera. Por lo menos en el sentido de darle noches increibles, no era para menos. Por ello correspondi a sus besos, caricias y yo misma  provoque besos y reacciones claras, sobre todo con una de mis manos en su miembro, haciendole disfrutar sin pausa.

Fue en aquel momento, cuando me propuso haciendose el olvidadizo, algo que me esperaba tarde o temprano. Le dije mis ideas principales al respecto, pidiendole algo mas, algo que estaba consiguiendo poco a poco y que acabe consiguiendo cuando le logre sentar en el sillon. bueno, mas bien dos cosas. Una que habia obtenido que era un poco de control sobre el, mas bien un atisbo de confianza, ya que avanzo hacia atras hasta sentarse delante de mi, decidido en un principio a esperar mas de mi. Y la segunda cosa, el precio mas alto, resistir aquello una vez mas, ahora, mas sensible que antes, mucho mas. Seguro que no le importaria darme esa bebida  una segunda vez,  claro que cuando estuviera apunto, le daría mi trasero para disfrutarlo mejor aun. Todo placer de un hombre, no podria quejarse. Aunque, tenia curiosidad a que diria si le preguntaba que me daria a cambio. ¿Besos, oro, nada? era un juego muy curioso a lo que todo el mundo decia una cosa diferente, mientras miraba su pene con deseo, esperando una respuesta mientras comence a bajar la otra mano.
Pero las cosas no fueron bien, ya que las cosas fueron malinterpretadas como si mi deseo fuera mas alla de todo aquello. Como si como una prostituta mas quisiera una recompensa sin corazon. Y diciendo unas palabras y apartandose de mi se empezo a volver mas distante, respondiendo de manera orgullosa y distante. Dejando claro que en efecto malinterpreto mis pensamientos. ¿tan enserio se tomaba Zaebos esos juegos de palabras?Mi cara fue de sorpresa mientras me levantaba aun sin dar credito, observandole con tranquilidad y paciencia para que acabara de hablar.

-Lo se...

dije sin poder continuar al ver como entraba mas gente en aquella sala. quienes traian ropa para mi. No lograba entender aquello, hasta que Zaebos hablo. No podia creerlo.¿eso era todo? Ahora pensaba que era un niño mimado sin mas, que cuando algo se le iva de las manos o no le gustaba lo desperdiciaba a pesar de haber habido cosas inesperadas y fantasticas. Fui a coger la ropa molesta y cabreada pero pense. aparte las manos y suspire mirando calmada a quienes habian entrado, retirando de mi cara esa sorpresa. Si bien habia sido un malentendido, no me iva a ir por eso. Mas valia intentar aclarar las cosas, aunque no sabia como reaccionaria ese noble.
-No, no se molesten aún.

Dije apartandome y apoyando una mano sobre la mesa mientras miraba a Zaebos con sinceridad. Tenia ganas de decirle exactamente lo que pensaba, dejando claras mis ideas, pero habiendo estudiado mas detenidamente a Zaebos, romper su orgullo delante de su gente no era lo mejor. Debia intentar ser mas relajada y con decision acabe hablandole.

-Como ya sabes, Zaebos de Cordoba, no hace falta que te des cuenta, tu me has dado mas de lo que nadie me ha dado nunca. Por ello sabes que eres unico e inolvidable en mi vida y no te pediria mas en absoluto. de echo ya con lo que me voy es mucho mas de lo que esperaba en un comienzo.

Dije pensando seriamente que decirle, queria quedarme alli, pero sabia que las cosas no iban nada bien. Pero por lo menos, intentaria aclarar las cosas y no salir huyendo como una niña que no consigue lo que quiere.

-Por eso te pido perdon. Lo siento Zaebos, no pretendia que pensaras esas cosas de mi ni que interpretaras que queria mas aun que todo eso. Simplemente queria ofrecerte mas a cambio de continuar como estabas, dije eso, simplemente por costumbre, por curiosidad a que responderias, nada mas, nada serio. Incluso un nada me habria bastado. No se si te diste cuenta, pero no seguia dandote placer abajo por nada, era mas bien un regalo, una sorpresa siempre que te quedaras sentado, luego seria tan simple como voltearme y todo habria sido mas facil para ti.  Perdoname si mis palabras te confundieron, pero sabes de sobra que me has dado mas que nadie y que yo estoy dispuesta.

Dije acercandome a el y mirandole mas de cerca, pero esta vez sin ningun contacto, espectante de sus palabras y sus reacciones. De algun mono parecia que me estaba humillando delante de el, solo esperaba que en cierto modo lo tuviera en cuenta.


-De todas formas, te prometi una noche entera. Una noche en la que era todo tuya y aun asi te has portado como nadie. Yo soy una persona de palabra y si me voy ahora no cumpliria mi palabra. Permiteme por lo menos quedarme hasta que salga el sol, y entonces me ire tal como vine, no me gustaria que todo se esfumara por un malentendido. Se que lo has disfrutado, y que puedo dare mucho mas, quizas si de verdad lo pasaste bien podrias dejarme intentarlo de nuevo, no por las cosas malas que no te gustaron, si no por las que si te gustaron. Esta en tu mano cogerlo o seguir con tu palabra. Pero...me gustaria que me dieras la oportunidad.

Dije esperando su decision y deseando que me dejara aprobechar mas el tiempo con el en aquel lugar. El sabia que lo habia pasado bien¿que podia perder por unas horas mas?.

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La situación se volvió seria allí en la residencia Córdoba, y si bien no olvidara así como así todo lo que han hecho esos dos en la intimidad tampoco es ese noble tan sutil ni iluso como para dar vuelta una orden así como así. Dejaron que Shinse se exprese, la mirada del mayordomo esta sobre la mujer desnuda, y estando de espaldas a ella luce bastante amenazante para ser alguien que solo se encarga del personal doméstico y del coche de su amo. Tras unas buenas palabras de Shinse la sala quedo en silencio, siendo ese noble una especia de estatua viviente que no ejerce movimiento alguno hasta pasado unos minutos, tomando la palabra que había quedado suspendida en el aire sin nadie que tome la misma para hablar.

-Bien, te has expresado correctamente Shinse, pero es inútil ahora, el momento está roto y no volverá, no por hoy, ni por mañana, por lo que tendrás que llevarte tus palabras y tu persona lejos de aquí por ahora, sin embargo, puede que algún día nos encontremos de nuevo, cuando eso suceda serás bienvenida aquí de nuevo, pero eso será hasta entonces, de momento es un adiós.-El tono de voz de ese hombre no cambio mucho, sigue siendo prácticamente el mismo que utilizo hace minutos atrás siendo este un tono de voz fuerte y claro, bastante serio y carismático como suele ser él. El mayordomo volvió a acercarse a Shinse lentamente ya que no tiene más nada que hacer allí esa mujer, el amo y señor de la casa se ha expresado a la perfección, su tiempo allí termino a menos momentáneamente.

-Es tiempo.- Le recordó ese hombre a Shinse, y espera que se vista y salga caminando tranquilamente junto a él en dirección al patio donde tiene el carruaje listo para salir, de otra forma tendrá que hacerlo a la fuerza.

Si bien pasaron un buen momento juntos fueron apenas unas pocas horas, dos horas casi, la luna en lo alto parece marcar la medianoche, aunque no es Shinse una conocedora del cielo y las estrellas está bastante oscuro el cielo y no parece que fuera amanecer por un largo rato, todavía queda bastante noche sobre el territorio del Cielo de la Libertad, tiempo para aprovechar por ella misma ya que el tiempo con Zaebos claramente ha llegado a su fin.

Y alli me exprese,intentando explicarme de la mejor manera posible. Por ello hubo silencio, no empujones ni patadas, ni golpes en la cara, fui escuchada con tranquilidad y eso me gusto. De echo esperaba una reaccion tipica de un hombre decidido, no una de un hombre decidido y calmado, y al mismo tiempo decidido a escuchar. Por ello continue, explicandole y esperando que cambiara de idea, aunque sabia que habia pocas oportunidades y que lo mas probable era no conseguir nada. simplemente queria aclarar todo aquello con palabras sinceras y tranquilas. Tras aquello hubo un silencio algo incomodo, para despues responder él con su galantería y educación. Le mire mientras hablaba y comprendi, entonces, aceptando  los hechos. Era cierto que el momento se habia roto y ni yo podria ofrecerme de la misma manera ni el podria disfrutarlo igual. Estabamos en un punto critico, donde posiblemente me acabaria echando sin mas. Pero al seguir hablando dejo claro que quizas en un futuro las cosas podrian cambiar. Es decir, no tenia la entrada a aquella mansion prohibida. Simplemente la tenía levemente cerrada por un tiempo. Y eso, a pesar de las circunstancias me hizo pensar que tan mal no lo habria hecho. Pero para desgracia de ambos, yo me iva a ir lejos y dudaba que fuera alguna vez a volverle a ver. Ni sabia si sobreviviria en esas tierras desconocidas. Pero si volvia, seria muchisimo mas grande de como me fui. Entonces cogi la ropa que tenía el mayordomo y me vestí sin decir mucho mas en ese momento asintiendo al mayordomo. Luego cogi mi ropa vieja y miré a Zaebos.
-Desconozco si volveremos a vernos alguna vez, pero ha sido una gran velada dificil de olvidar. Gracias por todo Zaebos.
Respondi sin mas, estando de acuerdo en gran parte de sus palabras pero sin decirle nada al respecto. simplemente agradeciendole el momento y mirando al cochero. Entonces le segui entrando en el carruaje para marcharme de alli. Al día siguiente tendría quizas un viaje muy largo y debia descansar, por lo menos unas pocas horas.

Tema finalizado, Shinse obtiene 4 de experiencia.