Oscuridad y 7 estrellas

El aire oscuro y seco recorre kilómetros de distancia sin nada con lo que encontrarse. El relieve que ven unos intensos ojos azules parece siempre el mismo. Un paisaje de eterno blanco, algo blando, muy frio. Es realmente costoso andar durante mucho tiempo en esa zona debido al frio cortante que maltrata la piel, la nieve unida dueña de la región se apila tanto como para llegar hasta las rodillas de hombres de buena estatura. Una criatura avanza a paso lento a través de tan terrible región, una región dura que se ha vuelto casi imposible en los últimos tiempos de modo inexplicable. Se diría de esa criatura que no está viva al mantener siempre el mismo movimiento lento de avance sin hacer nada más, pero se ve claramente su aliento caliente escaparse desde debajo de sus ropas, capucha y bufanda le cubren el rostro.

Spoiler:

Cuando poderosas ráfagas de viento lo golpean fuertemente esta criatura se queda tiesa, se arrodilla con la diestra o la derecha sobre el terreno y soporta el embate, cuando el viento cesa se pone de pie y sigue caminando. Aquellos sin una experiencia alta en temas de supervivencia no durarían más de unos días allí, el sustento parece imposible de conseguir y ni hablar de un sitio propicio para descansar. No se ven desde hace días nada que parezca una planta, allí la vegetación pareciese no existir. Cada tanto, y muy a lo lejos se vislumbra algún que otro bosque de coníferas, nada más parece que pueda sobrevivir allí en semejante clima. Nota esa criatura como el relieve del territorio empieza a variar, le parece que está descendiendo, y cada vez la nieve le llega más abajo no tan arriba. Pareciese que a lo lejos el terreno se vuelve un poco más cristalino, no tanta nieve, sino mucho hielo por doquier.

Hace más de cuatro días que ya no sabe en que día está, no sabe si son esas horas diurnas o nocturnas, el clima en esa región cambio de forma inexplicable y le fue difícil no perderse ¡Hasta las estrellas son engañosas! Incluso los astros parecen ahora ocultarse en momentos impensados, y reaparecer en sitios y en momentos poco comunes o nunca vistos antes.
Se pregunta esa criatura, como es posible que haya tantas guerras en un sitio como ese donde son escasos los lugares donde los mortales tienen más oportunidades de sobrevivir. La lucha podría ser justamente por esos territorios, o eso supone alguien que es ciertamente inteligente o al menos astuto.

Spoiler:

Logra llegar esa criatura a un lago cristalino, está bastante congelado o solo una parte de este es realmente visible, se detiene a estudiar los alrededores con mucho detenimiento ya que no quiere dar un paso en falso y hundirse en aguas frías, sería prácticamente la muerte para el si sucediese algo como eso. Otra razón más es que si hay agua podría haber pescados, osos, o algún que otro animal que cazar, eso sería muy bueno para él, o malo ya que otros cazadores podrían tomarlo a él como una indeseada competencia. Con el mayor sigilo que puede tratar de rodear el lugar en busca de amenazas o de alguna criatura viva con la cual parlamentar. Hace tanto que no gesticula palabra alguna que cree que su boca ya no puede pronunciar ningún idioma normalmente conocido. Conversar con algo, si, con algo al menos le servirá para recordar su propia voz, razonar, y evitar volverse loco ante tan repetitivo paisaje blanco y helado.

Levaba, días, semanas, quizás meses lejos de la humanidad, apartándome a lugares lejanos de la guerra y todo lo que esta provocaba. Despues de tantos años viendo guerras y aveces estando dentro de ellas podía ver como el mundo estaba destinado a la destrucción. Miles de personas morían por sueños de otros que con el tiempo pasarían a ser meros recuerdos, luego todo cambiaria y nadie lo recordaría. Guerras inútiles destinadas a causar sufrimiento, y a la vez gloria. Lo mejor era alejarse de ellas, no inmiscuirse ni física ni mentalmente. Yo bien lo sabia, sobre todo cuando ciudades enteras yacen destruidas bajo tierra, ocultas de ojos indiscretos.  

Por eso estaba allí, visitando lugares desconocidos y maravillosos lejos de la civilización, parajes naturales y bellos. Unicos. Y este lugar, con el cielo mistico era casi tan mágico como mi cueva, como si guardase un secreto y fuese a ser revelado. La luz del sol iluminaba mi cuerpo rojo, mientras la luz de las estrellas y de la luna en un cielo misterioso bañaban también la misma tierra que el sol. Todo en un mismo lugar misterioso y peligroso.

Volaba buscando un lugar donde poder permanecer una temporada, pero por mas que buscaba ese lugar no mostraba un apice de vida. Ni plantas, ni animales, ni tan siquiera agua.  El suelo blanco ocultaba lagos y montañas, era como un desierto puro y frio, un paisaje maravilloso.  Por eso volaba recto, por si en algún momento tenia que dar la vuelta por aquel laberinto. Un lugar mistico y puro, esperando que viajeros incautos entremos en su laberinto y quedemos atrapados para siempre. Sin poder salir nunca mas.

Al ver que era imposible encontrar una cueva o un lugar donde poder habitar tranquila fui a dar la vuelta entre los zarandeos del aire. Creia que iba recto, pero con tanto viento moviéndome y con la punta de las alas y la cola escarchadas quizás podría ser mas complicado que sencillo. Asi que vole un rato mas por donde había venido, sin embargo, a pesar de mi cuerpo caliente y acostumbrado, el frio en mis extremidades me hacían sentir que no era tan sencillo volar y menos aun orientarse. No había puntos ni en la tierra ni en el cielo para saber a donde ir, y con tanto movimiento de los vientos era difícil aclarar por donde había aparecido. Asi que lo mejor, si quería sobrevivir en aquel lugar era primero buscar alimento, y después…la salida de aquella trampa mortal de la naturaleza.

Tras volar durante un rato vislumbre un punto moverse a la lejanía. Disminui un poco la velocidad y la altura, para poder ver un huargo. Rapidamente gire y volvi a girar para no perderlo de vista, como si planeara sobre el animal. Despues a unos metros comencé a descender a gran velocidad hacia el animal mientras abria la boca y se iluminaba como fuego mi garganta, preparando una llamarada para mi cena. Luego volveria y con la garra libre lo agarraría y me iria a un lugar para comer. Pero según descendia hacia el animal que cogia forma de huargo, pude ver otro animal, mas recto y erguido que el de cuatro patas. ¿un humano?¿que hace aquí?no…la pregunta es ¿Cómo ha llegado hasta aquí?...

Fue en aquel momento cuando mi cuello dejo de iluminarse y cerre la boca, dando por abortado el ataque, viendo la zona de hielos del suelo y a los viajeros. No podía creerlo, apenas vi nada vivo y lo que veo es un ser de los mas débiles surcando el lugar mas peligroso del mundo. No podía atacarlos, tenia curiosidad, mucha. Podria comérmelos, pero mi instinto aun me permitia controlar mi cuerpo y mis ganas de comer. Asi que en ultimo momento pase sobre ellos como a unos 15 metros por encima dejando una clara sombra sobre ellos. Podian ver la tripa de un dragon y sus garras colgando, y finalmente una cola. Si tenían la suficiente velocidad de visión podrían ver el cuerpo del dragon lleno de heridas y cicatrices, y como en una garra portaba algo de cuero. Luego paso de largo levantando un viento incomodo y se fue hacia la lejanía.

Asi que había cosas inesperadas en un lugar como aquel, eso me gustaba bastante, pero tenia algo que me mosqueaba y era el tema de la comida. Si no tenia mas adelante podría tener problemas. Pero por el momento me acercaría con cuidado a los dsconocidos. Disminui la velocidad y la altura para acabar de pie en el suelo. Coloque la mochila con mis cosas de humana en mi garra como si de un anillo se tratase y avance con cuidado sobre la nieve. Sabia que había agua en algunas zonas y eso me daba algo de pánico, pero había una gruesa capa de hielo y nieve sobre esta, siendo relativamente seguro si tenia cuidado y movia las alas con rapidez antes de caer. Podia convertirme en humana, pero eso gastaba energías y en aquellos momentos no podía arriesgarme. Quien sabe si me adaptaría rápido o no al lugar. Finalmente acabe a unos metros de distancia del humano por si atacaba o no, y lejos de lo que parecía la capa mas fina de hielo, cual escondia un lago debajo. Con cuidado le hable calmada y tranquila, para no provocar mas problemas de los que ya tenia. Asi que mi voz resonó en el hielo, grave y algo reptiliana como la de una serpiente, haciendo resonar al principio un poco mi voz ha que hacia días que no hablaba con nadie.

-Hmm…Hola…viajeros…¿vienen a servirme la cena?...¿ o a tomar un te?

Fue claro y directo, sonaba calmado y respetuoso, pero en esas palabras había una clara advertencia. O querían luchar y se arriesgaban a ser deborados o buscaban la misma tranquilidad que buscaba yo en ese momento. Yo desde luego quería charlar, ahora quedaba en ellos que hacer al respecto. Por mi cuenta mire al humano curiosa con los ojos rascados y ambarinos. Le contemple, siendo un humano aparentemente fuerte, rubio pero con unos ojos azules que me hicieron sentir algo de pánico. Puede que diese respeto o que intimidase, pero no era eso en principio lo que me hizo plantearse si eran buenos o no. Mas bien el recuerdo del océano en esos ojos, de la muerte y de mi peor temor. Sin embargo no lo mostre, permaneci de pie frente a ellos, cuidando la distancia y mi peso sobre el hielo.

Si se fijaban podian ver como el dragon rojo tenia gran parte de sus escamas recubiertas por una capa de hielo junto con las puntas de las alas, y como en una garra tenia claramente una mochila. Aparte de esas cosas algo diferentes podia ver un dragon bastante grande y aparentemente poderoso, y si habia visto muchos en su vida incluso distinguir el sexo del animal.

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Al encontrar agua entre tanto hielo esa criatura busco un refugio cerca de la misma, un lago suele ser un banco de peces, por lo que lo ideal es encontrar o forma un refugio cerca de ese lugar. Reviso los alrededores lentamente pero no visualizo nada parecido a una cueva, aunque hay zonas uniformes que en el relieve forman algo así como pareces de hielo, terrenos más bajos que otros, esos sitios pueden usar de refugio una vez se los aproveche bien. Algo grande pareció surcar el cielo y por instinto se medió agacho cerca de una pared de hielo, llevo la diestra a la empuñadura de su arma y visualizo los alrededores del lugar en busca de cualquier amenaza que pusiera en riesgo su vida. Un huargo de pelaje albino se acercó hasta el para hacerle compañía, una mirada feroz se formó rápidamente en el animal y gruño hacia una dirección en particular, la criatura giro a mirar hacia dicho dirección y con una voz algo débil le hablo al animal.

-¿Qué suce_de Icefang?-Al notar que su voz salió débil y entrecortada aclaro la voz y observo algo que no quería encontrarse en su vida, y menos en un lugar tan inhóspito del mundo como ese. Observa bien a la criatura, la estudia, y mientras la estudia la escucha. No le sorprende que pudiese hablar, tiene trato cercano con algunas bestias similares a esas y la mayoría a lo largo de los años ha sabido aprender el idioma común de los hombres.  Interpreta las palabras de ese ser draconico de varias formas, algunas formas maliciosas, otras formas más divertidas y amables. Tanto pensamiento y tanta interpretación, es la mejor forma de usar una que más le convenga en ese momento.

-No lo creo…-Se escuchó no tan fuerte como esperaba ese hombre. Volvió esforzarse para que su voz se oyera como normalmente se suele oír y lo consiguió unos momentos después.- Considerando que vos os buscáis a nosotros, entonces, lógico será que seas quien ofrezca la invitación.-No tiene un timbre de voz grueso ese hombre, es dentro de todo una voz alegre y llena de confianza, suena muy bien su hablar y su claramente alta etiqueta.

- Dejarnos continuar dragón, no buscamos problemas, continuad tu camino, ya veo suficiente oscuridad en esta tierra como para agregar fuego a mi campaña.-Esa criatura de tamaño humanoide no busca problemas, y no sabe bien que interpretar de la criatura reptiliana que tiene a varios metros suyo. Con suerte esta se larga o hace preguntas comunes que no conlleven a la violencia, de momento la escena es algo confusa y por demás tensa. A nadie le gusta cruzarse con una bestia mayor que uno mismo, más en un terreno tan difícil como ese que a cada paso que das pareciese que vas en una dirección completamente desconocida.

En algún lugar del corazón de esa criatura se inquietan unos profundos deseos, recurrir al conocimiento de criaturas antiguas para dar con su cometidos, un dragón bien podría ser una valiosa fuente de información para alguien que deambula a ciegas como lo es el en todo ese paramo de blanco eterno.

Fue llegar a tierra y sentir el frio bajo mis garras. Estaba tranquila, pero sabia que estaba tan perdida o incluso mas que el humano que andaba por la zona. Estuve alerta mientras hablaba, esperando ver al hombre actuar. Esperaba que sacara su arma o que atacara, cualquier cosa comun, sobre todo por ello habia mantenido la distancia. Sin embargo al igual que yo se centro en hablar, variando su voz  poco a poco. Una voz algo diferente a su aspecto fuerte y resistente. Mas bien parecia de una persona bastante menos entrenada y tranquila, respetuosa y simpatica. Su respuesta me hizo sonreir, aunque al ser dragon podria confundirse con otras reacciones. Luego sigio escuchando tranquilamente esperando para responder y bajo la cabeza como respeto, como una especie de reverencia. El era bastante educado y relajado, no sabia por que  no agradecerlo o responder de igual manera, o por lo menos intentarlo. Hacia mucho que no hablaba de manera educada.

-Seria un placer poder invitaros, pero no tengo comida ni bebida, ni un hogar por este desierto de hielo. Mis disculpas...¿caballero...?

Respondi para da unos pasos a un lado con cuidado para mostrar que le abriria paso si asi deseaba. Curioseando entre medias por saber el nombre de aquel caballero que estaba conmigo. Le mire con mis ojos de dragon viendo un comportamiento muy curioso en el. Algo bastante digno de un gran gerrero, casi de heroe. Por mi parte tenia bastante orgullo, pero en aquel  momento no tenia muchas ganas de serlo, sobre todo tras estar perdida.

-¿y que hace un hombre solo por un lugar como este? ¿o que hace con un huargo? Solo conozco hombres que viajan sobre caballos o animales mansos. Pero un huargo...impresionante.

Le mire desde un lado, suspirando y pensando si aun quedaria algo de comida en la mochila. Pero no recordaba que quedase algo mas que ropas y dinero.

-Perdonarme si os moleste al comienzo. Y...no es por sentirme orgullosa, pero ni mis instintos de supervivencia me han permitido encontrar el camino de vuelta a la civilización o para poder encontrar algo de alimento. ¿le importaria que fuera con vos? Supongo que vos posee mejor idea de hacia donde dirigirse, de no ser asi... siempre es mejor seis ojos que cuatro.

En aquella frase le explique en que situacion me encontraba, ademas podria incluso fijarse en que hablaba usando el genero de mujer. Estaba decidida, ese hombre era realmente valiente por estar alli, y mas aun solo. Ahora espere quieta a que dijera su respuesta. Si no aceptaba mi ayuda volveria al cielo y seguiria buscando mas animales que comer o una ruta para volver.

Tras paredes de blanco nieve Albart se mantiene escondido y bien cubierto, cada tanto espía por uno de los costados del muro de hielo en dirección al dragón, vigilando así sus movimientos. Solo una parte de su rostro y el azul de un ojo solitario y atento es lo único que deja ver de tanto en tanto ese hombre precavido. Sorprendió mucho a ese hombre como el dragón parece hacer una reverencia, o algo similar a lo que suele hacer la gente al hablar con otro de forma amable, un movimiento de cabeza, leve, pero claramente visible e interpretable como una muestra de respeto hizo sonreír al hombre. Sabe muchas historias ese caballero sobre hombres y mujeres bendecidos con la sabiduría del dragón, pero de allí a que se hagan realidad el número de la realidad es inmensamente menor a las historias relatadas en libros y en boca de hábiles juglares.  La disculpa del dragón y su explicación que da razón a la disculpa relajo un poco a ese hombre, y se dejó ver de a poco dejando de lado su escondite y protección detrás de la pared de hielo se plantó firme en dirección al místico ser

-No os preocupéis dragón, aquí me encuentro en una cruzada, no más…Si encontrase alguna comodidad en camino solo es un extra a mi esfuerzo.-Le quitó importancia a la conversación anterior escuchando al dragón y sabiendo que sus siguientes preguntas si son de real importancia.

-Como os he mencionado antes, estoy en campaña…Y Icefang es claramente peculiar.-Responde a medias ese hombre que por lo visto parece humano, no revela cuál es su objetivo ni tampoco revela mucho sobre el huargo ni cómo es que lo ha domado. No ocultó su sorpresa cuando el dragón menciona que ni con sus instintos ha conseguido hallar el camino correcto. Él tampoco logra encontrar el camino, pero es un extranjero allí y no tiene ningún sentido sobrenatural como para guiarse, solo experiencia y estudio de áreas salvajes y difíciles, no más que eso.

-Es toda una sorpresa que alguien como vos no pudiese encontrar el camino correcto…Los papeles ni otros datos me han funcionado aquí, y la experiencia adquirida con el pasar de los años poco me han conseguido ayudar…Las estrellas, cielos, los vientos y hasta los animales aquí están alterados, nunca antes he visto algo como esto.-Desde ya deja en claro ese hombre que él tampoco ha conseguido mucho de momento, por lo que no asegura en nada el poder ayudar a ese dragón si es lo que este esperaba de él.
La idea de ser acompañado por un dragón le suena tan fascinante como peligrosa, y si bien está dispuesto a correr el riesgo su moral no le permite mentirle. Piensa bien sus palabras ese caballero, no quiere ofender al dragón, no solo por evitar un inútil y peligroso combate sino que por no mentirle a nadie, sea quien fuere.

-Vera usted dragón, dudo mucho el llegar a alguna ciudad…Mi cometido aquí es otro muy diferente. Por lo que siguiendo mis pasos no llegara a la civilización. Si aun así deseas vos permanecer a mi lado entonces, adelante, no opongo resistencia alguna a su presencia.-De a poco ese hombre recupero todo el poder de su voz haciendo escuchador ahora como si fuera una especie de embajador, sin duda posee una forma de hablar muy peculiar, se nota que está preparado para hablar ya sea a una sola persona como a miles a la vez, para alguien con esa actitud es probable que no hubiese mucha diferencia.
El huargo permanece al lado de ese aparente humano, a diferencia de su amo el animal no deja para nada de lado sus instintos de supervivencia y un dragón va completamente en contra de lo recomendado.

El humano permanecia escondido y alerta tras los monumentos de hielo, y yo esperaba con mis palabras calmar la situacion y los animos. Entendia que no era agradable encontrar un dragon delante. Asi que simplemente espere tras haber echo aquella señal de respeto y haber hablado mostrándome algo mas humana. Vi como el hombre salia de su escondite, incluso me parecio ver una sonrisa. Era la primera vez...o una de las pocas en toda mi vida en las que me encontraba con un hombre que estaba dispuesto a hacer frente a un dragon, pero sin espada ni ganas de matarme. Mas bien curioso, incluso me parecio ver en su rostro la mirada de un niño pequeño cuando descubria un tesoro.
Sonrei entonces al oirle hablar. Era cuidadoso con las palabras, y solo respondia algunas cosas sin llegar a dar detalles. Incluso despues de todo aquello me quede con las mismas dudas y mas curiosidad sobre ese humano. sin embargo, cuando hablo del lugar mire al cielo buscando algo de logica, luego baje la cabeza.

-Todo aqui es misterioso y extraño. Viajaba recto, pero el viento cambió mi rumbo. Busque estrellas, o sol y luna, pero todo parece girar sin sentido. Luego me guie por el suelo, pero todo es blanco y helado, apenas cambia, y siempre vuelve a ser igual por mucho que vuele en la misma dirección. Y supongo que los animales tambien acaben alterados, es algo confuso, aunque no llevo mucho tiempo y yo aun sigo bastante normal. Y hablando de animales. ¿donde los logro ver? Me vendria bien algo de alimento. Llevo unas horas buscando y solo os vi a vos y al huargo.

Dije tranquilamente con mi voz ronca y calmada, dejando claro que en un principio me habia acercado solo para comer. Pero ahora estaba hablando con ellos, incluso haciendo una alianza para salir de alli. Pero mi sorpresa fue mayor al escuchar las palabras del hombre. Estaban alli por algo, algo que al parecer era mas importante que sus vidas. Y algo que me resulto curioso fue que no me engañaran, si no que me dijesen la verdad, dejandome libre para decidir, pero sin aprobecharse de mis capacidades.

-No negare que vuestra campaña me resulta intrigante. Pero deberia encontrar un lugar menos peligroso...No se...no se...Quizas tarde mas en buscar una salida que si os acompaño. Desgraciadamente no leo el futuro.

Mire al huargo pensando si convertirme en humada tendria menos problemas, pero seria mas peligroso con el medio, ademas de que perderia energia. Solo esperaba que los instintos no aflorasen demasiado o podriamos tener problemas aparte de los actuales.

-Decidido, me ofrezco como ayuda a vuestra campaña. Siempre y cuando no cause problemas a su huargo. Se que no saldre de este lugar sin ayuda, y si me pierdo prefiero que sea con compañía. Me gusta tener temas de conversación.

Un destino realmente incierto es el que envuelve a Albart, no se imaginó que encontraría en Asbru una fuerza tan antinatural capaz de igualar a la propia naturaleza del mundo al punto de volverla un caos, menos imagino que un dragón se cruzaría en su camino a parlamentar con él.

*-Y este recién es el principio…-*Fueron las palabras que se cruzaron por la mente del caballero mientras de pie espera el resultado de su accionar y de las palabras que acompañaron a este. Calcula ese hombre que el dragón dará buenas palabras ante las suyas propias, ha sido amable y prudente, por lo que las cosas deberían de ir bien entre ambos, al menos por un rato más. Las palabras del dragón llegaron al poco tiempo y fueron respecto a unas de las observaciones de Albart en lo que se refiere al territorio de Asbru, tan caótico y mágico y roza lo increíble. Casi sonríe ese hombre al escuchar la última parte de toda esa palabra, pero si es cierto que los animales están bastante ocultos, temerosos a lo que ocurre en el seno de su propio hogar, por lo que es muy difícil localizarlos.

-Comprendo lo sucedido, y veréis, por los aires no creo que encontrareis nada como para poder llevaros al estómago, para dar con ellos tendréis que caminar y buscar debajo de cada roca, es el único modo de conseguir alimentos aquí dragón.-Aprovecha ese hombre para dar un pequeño consejo vital en esas tierras a la hora de la supervivencia, el cómo obtener comida. En si a Albart no le parece raro que incluso un dragón dude en unirse a alguien que no está buscando una salida allí, por el contrario, pareciese que el hombre y el huargo están por meterse aún más dentro de todo el extraño evento que afecta a toda la región de Asbru. Si fue raro el escuchar de nuevo al dragón el afirmar que los acompañara, incluso que tratara de no causar problemas al salvaje animal que le acompaña.

No puedo asegurar el comportamiento de Icefang, incluso en mi mente la imagen de un dragón a mi lado es algo irreal y hasta perturbadora. Si de por si este sitio no me da buena espina, imaginaos como me siento con un dragón a mi lado.-No duda en excusarse tanto el cómo al animal salvaje que lo acompaña, no se les puede culpar por esos sentimientos tan comunes y corrientes.

Si aún requiere de nuestra compañía entonces, paso a presentarme. Mi nombre es Albart Andreiske, caballero juramentado al rey Logan Sapprazzano Dy Nebuchannezzard, y fiel seguidor de La Diosa. Un gusto el conoceros.-Visto y hecho que lo más probable es que viajen juntos en esas tierras peligrosas vio conveniente ese hombre en presentarse como tal, nombre y apellido, eso lo hace una persona probablemente de origen noble o de casta alta. Sin duda, de otro modo no invocaría el nombre de un rey ni el nombre de una diosa. Acompaña esas palabras con una especie de reverencia, con toda esa ropa es imposible hacer una reverencia como se debe, pero se entiende que quiso formular su presentación como lo haría normalmente un noble o alguien muy bien educado.

Observaba al humano con curiosidad y admiración. En parte por haber llegado hasta alli y por otro lado por que su viaje continuaba a traves del desierto helado. No podia evitar sentirme intrigada. Asi que cuando me respondió solucionando el tema de la comida sonrei amablemente.

-No me lleno con animales que viven bajo rocas jajaja. Mas bien espero a ver a algun incauto de un tamaño decente que salga de su escondite para comer. Pero tras el largo viaje de vuelta a mi hogar, perdi el rumbo, y la certeza de encontrar un animal grande. Asi que...sobrevolar los cielos era la mejor manera de buscar el camino de vuelta o algo de comer. Por lo menos la mas veloz.

Dije claramente, mostrandole que no tenia ideas de acabar en aquel lugar buscando comida. Sin embargo alli habia acabado, y le habia conocido. Quizas los dioses lo habrian deseado asi. Igual que cuando acabe en aquella cueva. Ahora era inmortal, y no temia la muerte, ni a las cosas que todo el mundo temia. Yo temia a fracasar en la mision de proteger la ciudad subterranea, y a la poderosa furia del oceano. O mas bien al agua en general. Elemento que una vez me arrebato lo mas valioso para mi. Asi que acompañar al lugar mas recondito del mundo a un desconocido que prometia ayudarme a salir despues de aquel lugar no era algo que me preocupara. De echo, si veia un minimo de peligro en su actuar quizas le atacara para comermelo. Y si fracasaba, pues sobre él caeria el peso de la ciudad subterranea, para la eternidad.

No tardo el humano en dejarme claras las condiciones. No podia asegurar nada, ademas que mostro y recalco su temor al estar frente a un dragon. El animal a su lado parecia no aceptar la compañia, pero a pesar de ello, y de su poca confianza en estar cerca de un dragon, se mostraba calmado, incluso acepto sin dudas la compañia.

-Jajaja, puedo imaginarmelo. Pocos humanos siquiera me han plantado cara o han permanecido firmes ante mi presencia. Siempre suelen huir. Sin embargo vosotros permaneceis firmes. Yo os doy mi palabra de que no os comere ni os traicionare en el viaje. Podeis confiar en mi. Si mis palabras os sirven de algo...

Fueron palabras dichas con calma y confianza. No pretendia tener problemas y menos si me aceptaban en su viaje a pesar de tanto miedo o respeto. Pero estaba claro que guardarias la destancias con el animal. El instinto siempre es algo peligroso para los demas. Entonces le vi finalmente aceptarme en su campaña y presentarse. Asi que era el mismisimo heroe Albart Andreiske, toda una sorpresa. Habia oido historias de él y su vida, o mas bien historias y rumores. Sobre todo en mi epoca de asesina, donde la informacion estaba a la orden del dia. Sin embargo no quise darle importancia. Yo hace tiempo haba estado apunto de ser general de un ejercito, sin embargo renuncie, marchandome del lugar sin querer saber nada de lo que pretendian hacer. Desconocia si le gustaba o no a Albart que le conocieran como heroe, pero preferi darle la minima importancia posible. A mi no me gustaba que me recordaran quien habia sido en el pasado. Asi que cuidando de molestarle o agobiarle simplemente sonrei agradeciendo la presentación.

-Yo soy...simplemente Enea. Un placer

Respondí para alzar una garra y colocarla frente a mi pecho y cerrarla como simbolo de saludo y respeto, al tiempo que agachaba levemente la cabeza.

Al escuchar al dragón comprende ese modo de pensar, pero el cómo humano que es sabe bien que muchas veces el modo más rápido no es el más seguro, el dragón cayó en un círculo vacío que no le condujo a nada.

-Debería aprender de los sabios, estos suelen decir “El camino más rápido no suele ser el más seguro”-Recita palabras que dirían los ancianos del pueblo, gente que ya ha vivido mucho y ha obtenido una visión diferente a la de los más jóvenes, una vasta cantidad de experiencia con el paso de los años hacen de esas gentes los más astutos y sabios por sobre el resto. Al retomar el habla después de tanto tiempo su voz ya no se escucha débil, ni le carraspea la garganta, ni supone un esfuerzo a hablar, ahora es tan natural como debió haber sido siempre el ejercer cualquier clase de palabra. En la conversación surgieron otros temas, dejando atrás lo de la supervivencia y la comida, el tema de la compañía la cual Albart acepto, su peludo compañero lo acepta a regañadientes, y en verdad el instinto es algo sumamente peligroso, ese hombre lo sabe y tendrá que mantener calmada y a raya a su huargo si no quiere que las cosas terminen realmente muy mal.

-Confió en que vos dragón tenéis honor, dícese de su raza los más sabios, demuéstrelo durante la travesía dragón, gánese el respeto del destino.-Con esas palabras deja claro que acepta la palabra del dragón como una palabra de compromiso y honor, creyendo en las historias de leyenda sin saber que ese ser delante suyo poco sabe del honor y la lealtad.  Ese hombre no tiene idea de que le han reconocido, no sabe que tanto ha recorrido su nombre a lo largo del tiempo, cuantas canciones, cuantas historias han conocido hombres y mujeres de otros reinos, la mayoría de esas historias han sido de batallas y honor, pero hay otras historias más románticas y otras bastantes despiadadas. No se imagina nada Albart, solo le presta atención a lo que ven sus ojos, a lo que se escucha alrededor, tiembla bajo las ropas de frio y sigue pensando al escuchar el nombre del dragón que a decir verdad no le suena de nada.

-Un placer Enea, ahora, vayámonos, ya obtuve lo que buscaba aquí, tiempo de continuar la marcha mientras el sol aun sonríe en lo alto.-Le pareció raro el actuar del dragón, pero si ese nombre no le suena de nada no puede pretender mucho, al no tener nada de fama ese nombre es imposible predecir que esperar de esa criatura mítica. Se gira quedando a espaldas del dragón, el huargo permanece en su sitio sin dejar de mirar con rabia en dirección a Enea. Con pesadez pero sin dejar sus ánimos de lado ese hombre inicia la marcha nuevamente, armas detrás y engordado de tanta ropa que lleva encima camina en silencio sin importarle al parecer mucho ni el dragón del huargo, no tiene tiempo para ellos, tiene una misión que cumplir y la llevara a cabo con ellos o sin nadie para acompañarlo. Da por hecho ese humano que verán desde la lejanía al dragón, si hay enemigos que acechan lo primero que verán será al dragón, por lo que deja de lado sus ideas de pasar desapercibido como venía haciendo desde hace varias semanas, ahora tomara un camino más directo y menos discreto, haga lo que haga no puede ocultar semejante criatura debajo de su capa.

Eran sabias las palabras de aquel humano. Demasiado como para ser lo que aparentaba ser. Asi que le contemple asintiendo a sus palabras y bastante calmada. No tenia intenciones de pelear y estaba ma sque claro que tenia razon. Pero no esperaba que un humano, mostrase mucha mas entereza y sabiduria que la mayoria de la gente que habia conocido, a pesar de la raza o la clase. Por ello, al oir su nombre quizas fuesen ciertas algunas de las historias sobre el. O por lo menos las mas oscuras. En lo referente al tema de su heroismo...dudaba mucho que fuera como contaban. Sobre todo por que la gente asi apenas sobrevivia. Asi que solo quedaba esperar y observar, diferenciando las historias sobre ese hombre de la realidad.

Pero fue mas curioso cuando hablo sobre mi y las historias de los dragones. Al parecer él no pensaba que fuesemos monstruos sedientos de sangre y hambre de virgenes como decian algunos escritos. Mas bien, optaba por creer en nuestra sabiduria o nuestro honor. Y lo cierto es que, la vida y los castigos te hacian ser todo lo contrario. Quizas sabio, pero de nada servia muchas veces esa sabiduria, si lo unico que eres es una bruja o una espada. Asi que, ahora sin maldicion, ni problemas...todo parecia ser un camino que de nuevo, tras años deambulando por el mundo, me guiaba hacia un lado mas recto y noble. Quizas el destino como dijo el caballero, era el que me habia echo perderme para volver a buscar quien era en realidad antes de corromper mi espiritu. Aunque claro...como dragon todo lo pensado siempre era diferente.

-Confio sinceramente en que lo que cuentan sea cierto. Desde luego no pretendo afirmar lo contrario.

Fueron claras mis palabras, claras y calidas, ya que al abrir la boca, humo salia de ella, pero no podia seguir hablandole al respecto. Despues de todo eramos animales salvajes, sabios o no. Asi que, si mi vida se encontraba en peligro, desconocia si le traicionaria o no. Muchos años de asesina no aportan lealtad, mas bien lo contrario. Y la supervivencia es algo...increible. Puede que ese hombre sacara algo de nobleza de mi, o de sabiduria con sus palabras. Pero dudaba mucho que a la hora de la verdad diese mi brazo a torcer por alguien que no fuese yo misma. De echo, uno de los pensamientos que mas sabios consideraba era...no te fies de nadie ni des tu vida por nadie, solamente piensa en ti mismo. Asi que, pareciendo aquel humano un humano sin mas no conseguiria grandes logros. Tenia suerte de que mi unica manera de salir del desierto helado fuese con su ayuda.

Luego, tras las presentaciones comenzó a andar. Mire a Icefang con calma, viendo como no aceptaba ni mi ayuda ni mi compañia. Desconocia si me veia como algo mas que un depredador, pero estaba claro que no le caia en gracia. Asi que, tras aquello comence a andar tras el humano, manteniendo una distancia segura por el hielo y ese animal que me miraba con odio. Pude lograr ver que el humano tiritaba de frio, y entonces volvi a hablar. Pensando bien en lo que iba a hacer. Y aceptando la responsabilidad de ese acto.

-Ahora que estamos unidos por una meta común, me gustaria saber cual es esa meta. Sobre todo por si puedo aportar conocimientos.

Dije interesada para luego sacar la mochila de mi garra, y lanzarsela a un lado sobre el duro suelo helado. Una mochila que ahora vista cerca tenia un tamaño bastante humano.

-Dentro hay algo de agua fresca, armas y ropa. Hay una capa bastante calida que si quiere puede ayudarle a mantener el calor un poco mejor. Y si algo de lo que hay dentro aparte le sirve de algo, es libre para usarlo.

Dije esperando que aceptasen la tela de la mochila, si no la aceptaban volveria a cargar con la mochila de nuevo. De aceptar la mochila, podrian ver ropa, agua, una botella de lo que parecia ser ron,  monedas, antorchas, dagas, una espada y un poco de pan duro y un poco congelado.

Asi que lo primero que hice fue esperar, calmada y ofreciendole abrigo como si de una madre abrigando a sus niños se tratara. No tenia por que, pero me sentia en la necesidad de que si yo no me transformaba en humana, por lo menos que alguien usara lo de la bolsa.

Por un rato Albart dejo de pensar completamente en su objetivo para pensar un poco en el destino, en especial en el destino que se centra sobre el mismo. Los dragones más poderosos suelen estar en sus refugios, lejos de todo, solo moviéndose de allí cuando algo les amenaza. Si el destino en verdad movió al dragón para que se cruzara en su camino y le ayudase en su cometido sería realmente un milagro. En su opinión personal, le encantaría al humano ser bendecido de ese modo, el apoyo del destino, la ayuda milagrosa de los dioses son siempre bienvenidos, en especial cuando uno es tan creyente como lo es el. Elevo esos pensamientos el espíritu del caballero y reafirmo su marcha, no miro atrás en ningún momento, yendo completamente decidido por el camino, como si supiera exactamente dónde ir.
Apenas minutos más tarde el dragón dice que espera no defraudar, pero Albart no agrego nada a ese comentario, y solo se giró para mirar atrás al escuchar el impacta de algo caer en la nieve detrás suyo. Observa la mochila en el suelo y al dragón  mencionar lo que hay dentro de ella, asiente sonriendo pero no regresa inmediatamente a recogerla.

-Os lo agradezco Enea, lo utilizaremos luego, un cambio de ropas puede sentarme bien, pero solo estando en un buen sitio.-Esa fue la respuesta de ese hombre quien vuelve unos pocos metros de su camino y toma la mochila que el dragón ha lanzado para ayudar. Con la mochila en su poder retoma la marcha, ahora más cargado que antes, pero con el mismo entusiasmo. Ve el lado positivo ese hombre, ahora tiene más víveres, no lo ve solo como una carga, lo ve como una oportunidad más para sobrevivir. En su andar dejo de esquivar tanta agua débilmente cristalizada, en su lugar comenzó a encontrar hielo más endurecido y nieve. Paso un buen tiempo y se hizo el silencio, el huargo prefirió seguir de cerca a su amo en vez de amenazar al dragón que los sigue detrás, aunque no por eso dejo de prestarle atención a la bestia, Icefang no puede con su instinto y es probable que no sea tan efectivo como lo es siempre el huargo. Si bien con la nieve es difícil deambular, al menos no es tan terrible como el hecho de que el suelo se desquebraje bajo tuyo y caigas en aguas heladas, eso Albart lo sabe muy bien, nada en aguas heladas es sumamente mortal, no solo por el clima, sino por lo difícil que es conseguir que el cuerpo se mueva apropiadamente. Alguien con el armamento como el suyo tendría muchos problemas, es mucho peso y hace que algunos movimientos sean realmente incomodos de ejercer, por lo que en el agua es como si tuviera un ancla, se hundiría hasta el fondo y moriría probablemente ahogado.

Pasa el tiempo y no menciona nada acerca de su misión ni de cómo piensa conseguirlo, pero avanza bastante decidido, observando lo que le rodea y ubicando algunos pequeños refugios que pueden llegar a ser utilizados por algún tiempo, aunque luego de pensarlo mejor nota que en esos refugios es imposible que se albergue alguien con el tamaño del dragón que los acompaña.

-Ahora se nos viene encima la noche, aunque no lo pareciese ya he notado algunos cambios antes de que la noche caiga…Necesitamos un lugar lo suficientemente grande para vos dragón, la noche es cruel incluso con grandes animales, no hay cuartel para nadie aquí.-Advierte Albart sobre la caída de la noche y los peligros que esta conlleva a todas las criaturas vivientes de Asbru, y el real problema que será encontrar un lugar lo suficientemente grande como para albergar a alguien del tamaño de Enea.

-Icefang, amigo mío, correr y busca un lugar grande, yo continuare por aquí a ver que puedo encontrar.-Ordena a su huargo el recorrer otras distancias más alejadas mientras el sigue buscando en las cercanías algo parecido a una cueva, o alguna precipitación lo suficientemente profunda como para albergar a Enea por la noche.

Si de algo podia darme cuenta con ese humano era principalmente que no era como los demas. Era diferente, muy diferente. Se giro con calma y paciencia, y agarro la mochila con aceptacion, pero diciendo que tardara en cambiar de ropas. Me resultaba una persona a la que estudiar, un humano al que observar e intentar entender. Asi que, le segui, contemplandole a el y al animal a su cargo. Quizas le segui por esa curiosidad, y por que de otra manera no saldria de aquel paramo helado. De echo no habia respondido a mi pregunta, lo que no significaba una buena señal. Sin embargo alli estaba, siguiendole calmada.

En el viaje, al igual que el humano no volví a hablar mas, guardando energias y contemplando como el suelo parecia volverse mas resistente. Movia las alas cada tanto, evitando que con el frio se helaran, al igual que movia todo el cuerpo. Ahora, el suelo cubierto de nieve parecia mas fiable que el de hielo, asi que, aun con cuidado avance mas tranquila sobre las aguas congeladas. Si caia ahi probablemente el miedo me hiciese morir. Avance durante horas contemplando el camino, situandome un minimo en aquel lugar. Y el frio, el olor o la humedad del hambiente me ayudaban en parte a situarme bastante mejor que volando sobre el cielo veloz. Ahora tenia mas factores en cuenta.

Y tras un rato paramos. El humano me hablo de nuevo, aclarando que no quedaba mucho para que llegara la noche y fuese mas peligroso el lugar, incluso para un dragon. Asenti con la cabeza mirando a mi alrededor, intentando buscar un lugar cercano.

-Teneis razon Albart, hay cosas que están cambiando y siendo una noche corriente o no, lo mejor es buscar refugio.

Fue entonces cuando vi como ambos buscaban un lugar lo suficientemente grande para mi tamaño. Esperaria un rato, hasta ver si encontrabamos algun lugar, de no encontrar un lugar no tendria mas remedio que cambiar de forma. Preferia perder energias y asegurar la noche para el dia siguiente que morir congelada en medio de la nieve por culpa del frio congelador. Asi que hasta que volviera Icefang movi las alas para volar y ver mas en la lejania algun lugar adecuado en los alrededores. Asi que simplemente moviendo las alas sin moverme mucho del sitio segui buscando esperando no tener que transformarme.

Los movimientos en el cielo son el primer indicio que tiene Albart de que la noche está por llegar, ya observo mucho en esos días buscando indicios, y los encontró. Luego el viento, es como si este se calmara, pero cuando se calma hace más frio, es peor ya que no hay ya luz solar que provea al menos un poco de su luminosidad y calor.

-Está complicado, podrías vos romper el piso debajo de nosotros y encontrar posibles cuevas bajo el hielo, pero desconozco si os tomara mucho tiempo o no dar con uno de esos refugios. Es lo único de momento suficientemente grande para vos dragón.-Al no encontrar un lugar para Enea le da algunas opciones de cómo podría encontrar o hacer un refugio ella misma. Según estipula Albart hay varias cuevas debajo de ellos. El relieve es bastante uniforme, y además de lagos congelados puede haber más sitios donde se una capa de hielo, pero más allá de la capa puede haber lugares más grandes y sólidos. El huargo regreso una vez, se fue y luego regreso otra, el humano de tanto en tanto se acercó hacia algunos sitios, esos sitios que había encontrado el salvaje animal y les servirían de refugio.

-Puedo confirmaros que Icefang y yo tenemos refugio asegurado, más de uno de ellos.- Encontrar refugio para una criatura pequeña siempre es sencillo, solo basta un mínimo de supervivencia e inteligencia para notar esos sitios que en más de una ocasión están a simple vista. Mientras siguen buscando la oscuridad cae de lleno sin punto medio previo, es como si al parpadear se encontraran de frente con una gran oscuridad profunda que cubre todo el firmamento.

-Acaba de empezar, como supuse.-Menciona el caballero el hecho de como llego la noche en un santiamén, justo como él había dicho minutos atrás. Regresa nuevamente el huargo y se queda junto a su amo, la bestia comprende bien que en la oscuridad conviene mantenerse unido a los aliados a estar separado tentando a la suerte.

Seguí la mirada del humano hacia el cielo. Ver las diferencias de un dia anterior me resultaba imposible ya que al parecer no habia pasado mas de  un dia sobrevolando esa tierra.¿o si? Quizas por otra zona donde el dia y la noche se unian en una, era dificil saberlo claramente, menos aun volando por el cielo guiandote por la luz solar. Un sol al parecer que no se movia como en otros lugares de la tierra. Asi que simplemente por el cambio de temperatura pude entender que se acercaba la noche. Luego mire al caballero fijamente.

-¿creeis que bajo este hielo hay algo mas que solo agua?

La verdad que me parecia un chiste, horas atras el suelo era completamente hielo y debajo lagos o mares. Tenia panico a intentarlo siquiera. Poder caer al agua helada y acabar bajo el hielo. No era mi final deseado. Asi que mire al humano y luego al huargo que desaparecia en la lejanía. Vole por lo algo buscando algun hueco grandes donde poder ocultarme, pero al buscar pude ver no una cueva, pero si un afloramiento rocoso, signo de que debajo ya no era todo hielo. Senti un gran alivio al verlo. Luego baje para ver como el lobo venia y se marchaba cada tanto, como si pudieran entenderse a la perfeccion esos dos seres. Lo que me dejo realmente intrigada. Debia de ser un humano realmente especial. Baje a tierra para escuchar al humano y meditar sobre si transformarme o no. Podria ser rapido pero si ocurria algo no podria dar todo de mi. Y el tema del agua bajo el hielo no era tampoco una buena decisión.

-Me alegro por vosotros. Ahora...

Mire a mi alrededor, viendo como el animal volvia, y entonces parecieron esperar. Ya sabiendo que en poco tiempo estaria la noche. Luego a unos metros, hacia donde habia visto la roca.

-Manteneos juntos y no os asusteis si sentis que la tierra se mueve. Y si veis la nieve caer en algun lugar informarme.

Vole hacia la roca saliente y con algo de fuerza la di varios golpes, notando como la nieve no muy lejos de alli caia. Primero escuche unos ruidos profundos, posiblemente de rocas caer, despues vi la nieve. Me acerque y despeje la nieve y el hielo, dejando salir un aire calido del interior. Mire viendo el tamaño de la cueva y entonces me gire y volvi con los dos. Justo sintiendo la noche encima. Vino de golpe y sin avisar, pero ya sabia el camino y el calor y olor que desprendia esa cueva.

-Hay una cueva donde podemos habitar los tres, estaba cubierta de hielo y nieve,por lo que aun se mantiene algo caliente el interior en comparacion con el exterior.

Dije mientras andaba hacia la cueva guiando a los dos si querian venir conmigo. Finalmente tras unos metros de distancia, logre verla y con cuidado entre.

-Debeis tener cuidado al bajar, la primera parte es una rampa de hielo y nieve.

Si por mi fuera ya habria entrado dentro nada mas verla, mas viendo que no tendria que mostrar mi forma humana. Pero no podia dejarles fuera esperando una respuesta.

entrada:

cueva:

El caballero actuó lo mejor que pudo, es frustrante a veces no conseguir lo que uno quiere, aunque no fallo del todo, dio sus ideas al dragón de donde podría hallarse un refugio para alguien como ella, aunque solo sea un aproximado es mejor que no tener nada. Enea se ha tomado a completa verdad las palabras del humano a quien acompaña, pero siendo una criatura de cierta inteligencia pregunta a Albart si agua es lo único que puede encontrarse bajo el hielo. El hombre trata de mirar hacia ella y una vez lo consigue se dispone a hablar.

-Asumo que agua, debéis tener mucha mala fortuna como para que halléis algo más allí debajo, o tal vez, mucha fortuna. No creo podréis hallar allí debajo nada más que agua y más hielo.-Es positivo ese hombre en lo que respecta a la situación, no se le visto desesperarse para nada, ni siquiera cuando la situación lo puso delante de un dragón. Su respuesta es lo que probablemente haya incentivado a Enea a volar una vez más y a seguir buscando un refugio, el dragón por los cielos animal y humano por la tierra, así consiguieron entre idas y venidas refugio para los más pequeños, solo sigue quedando en duda el refugio para el dragón. El vuelo de Enea llego a su fin y se reunió con el caballero y su huargo, tras palabras de alegría hacia ellos hizo un pedido el cual no se comprendió bien, pero el caballero mantuvo su postura firme, clásica postura de alguien quien sirvió mucho tiempo a propósitos militares.

-Si eso necesitáis Enea, adelante, aquí estaréis nosotros, a la espera.-Esa fue la respuesta del caballero Albart, y esperaron. Los temblores leves no se hicieron esperar demasiado, poco después de que el dragón se separar de ellos se escuchó el crujir de algo sólido al romperse, y el ruido de grandes pedazos de piedra rodar cuesta abajo, algo se estaba derrumbando cerca de ellos. Respiro tranquilo ese hombre y busco una zona donde pueda pisar firme y evitar que algo se le desmorone en la cabeza, busco un sitio donde ver el cielo libremente y sin peligro a derrumbes ni quiebres, allí espero a que el dragón regresase hasta ellos para escuchar las buenas nuevas que trae Enea.

-Bueno, alegraos, no me he equivocado, y mejor aún, tenemos acceso a ese lugar aunque sea algo complicado.-Festeja el humano el acierto de sus observaciones, y al ser guiados por el dragón nota como este dice que la bajada no es nada sencilla.

-No os preocupéis, he venido bien preparado.-Con mucha tranquilidad el caballero deja su mochila sobre el suelo, hace lo mismo con la mochila que le entrego a Enea y luego se pone a buscar entre sus pertenencias tomando de su propia mochila un pico de escalada y una cuerda doble. – Asbru es una zona de nieve y montañas, no poseer un esquipo de escalada y una tienda de campaña es algo muy tonto.-Comparte su pensamiento ese hombre mientras prepara su equipo para el descenso.- Lo difícil será bajar a Icefang, amigo mío, tendréis que buscar un sendero propio que os conduzca a salvo al refugio. Tu Enea, tomad las mochilas, será más fácil el descenso sin nada que me otorgue peso ni me agregue dificultades.- Hace su pedido el caballero, una petición simple a una razón más simple y lógica. Luego con cuidado empieza a descender ayudado por el gancho de escalada mientras el huargo va a buscar su propio modio de descender hacia la entrada de la cueva. Le tomo más de diez minutos a Albart el descender hasta la entrada de la cueva, pero fueron diez minutos donde actuó con seguridad sabiendo muy bien cómo realizar esa proeza. Al llegar a un lugar firme observo la entrada de la cueva y vio que la entrada no era tan grande como esperaba, pero el interior si le pareció inmenso a primera vista.

-Parece enorme por dentro, lo veré más de cerca.- Dijo el caballero mientras se guarda el equipo de escalada nuevamente en su sitio, probablemente lo necesite en más de una ocasión. Miro a Enea y extendió sus manos levemente para que le devuelva sus cosas, allí dentro tiene entre cosas antorchas, las necesitara para pasar la noche, tanto para generar fuego y calentar algo el lugar como para generar luz y ver por dónde camina.

-Necesito de las antorchas dragón, no puedo ver nada aquí.-

Fue curioso como trasn unas simples palabras provenientes de aquel humano reaccione como en una montaña normal. Puede que en las cordilleras salieran murcielagos indicando la entrada a una cueva, pero alli la nieve era el mejor indicativo, y lla mayor depresion dejaria claro el origen de la mayor cueva. No supe como ni por que funciono tan bien. Pero al parecer la cueva estaba mas cerca de lo esperado. Asi que me movi hacia ella para guiar a mis dos acompañantes. Al heroe y a su montura.

En la entrada de la cueva, vi como el humano sacaba cuerdas y material de escalada, algo realmente util, sobre todo si acabas en lugares montañosos o dificiles. La verdad que parecia un humano realmente experimentado. Peor si las historias eran ciertas era un heroe con algun año mas del que los humanos tienen. De echo, bastantes mas, quizas incluso su sabiduria fuese mas alla, o su propia valentia. Al oirle hablar agarre las mochilas y movi las alas bajando con delicadeza y cuidado, ya que un roce podria desmoronar una cueva, sobre todo si su tamaño era grande y tenia por encima toneladas de nieve.

-Si, es bastante grande la verdad. Me alegro de que me dieras esa idea. Podremos descansar tranquilos y bien resguardados.

Aclare a Albart para mirar al cielo desde aquel agujero. Suspire anhelando volver a casa, o simplemente a algun lugar donde sentirme parte de algo. Ese cielo oscuro me recordaba al del oceano, pero sacudi la cabeza volviendo a la realidad para mirar al humano. Al verle con los brazos extendidos y pidiendo las mochillas extendio su garra dejando en el suelo ambas mochilas. No pretendia dejar caer las mochilas sobre el humano, por ello las dejo frente a el, esperando mientras con cuidado entraba algo mas profundo en la cueva, buscando un lugar mas resguardado.

-Respecto a Icefang...De no poder encontrar otra ruta podria intentar bajarle al igual que las mochilas. ¿o preferis que busque otro lugar para resguardarse? No creo que tenga idea de ser transportado por un dragon.


Dije mientras apoyaba la cabeza sobre el suelo y plegaba las alas cansada, por fin podria descansar algo en aquel lugar desolado. Aunque esperaba para saber que opinaba el humano al respecto. Ademas esperaba que todos estuvieran dispuestos a descansar para hacerlo tambien. No era el sueño, si no mas bien las horas desperdiciadas en lo que habian parecido dar vueltas en circulos.

Ya en la enorme y rocosa cueva el caballero juramentado al rey de las tierras del sur del Puño de Hierro exigió que se le devuelvan sus pertenencias, de un modo amable por supuesto, la cortesía es algo que maneja muy bien ese hombre. El dragón al ver como el humano no puede moverse bien en esa oscura profunda y cerrada ya habiendo escuchado su petición deja las pertenencias que este le había encomendado en el suelo. Albart se guió más por el sonido de las mochilas pesadas al tocar el suelo que por su visión, y dio con ellas rápidamente.
En lo referente a su compañero lobezno el humano no dejo nada rápidamente, espero a conseguir lo que necesita de las mochilas y luego si dijo algo al respecto.

-No os preocupéis por él, de no poder encontrar un sendero certero para arribar hasta aquí tiene otros sitios donde resguardarse.-No ve ningún problema en lo que respecta al huargo de momento, por lo que se centra en prender las antorchas a base de yesca y pedernal. Tras unos breves momentos logra encender la antorcha la cual rápidamente provee de luminosidad y algo de calor. Se siente mejor ese hombre al poseer algo de fuego cerca suyo, ya tiene algo de calor, visión y hasta con que cocinar si se empeña en ello.

-No cuento con materiales viables para generar fuego durante mucho tiempo, por lo que es mejor preparar el sitio para dormir rápidamente y descansar.–Informa Albart al dragón y es obvio que no tiene ramas ni troncos que hagan de combustible para una fogata. Acomoda las mochilas cerca de una pared natural de la cueva y se desprende de varias partes de su armadura, previamente tuvo que deshacerse de algo de sus abrigos para poder hacerlo. Fue así más visible los rasgos de ese hombre fornido, muy atractivo para la mayoría de las mujeres ya que cuanta con una figura similar a lo de los príncipes de las historias heroicas.

-Ha llegado el tiempo de Dormir Enea, espero que veamos la luz del sol de un nuevo amanecer cuando la mañana llegue.-Esas son las palabras que dedica ese hombre al dragón estando ya recostado y acomodado sobre las mochilas de viaje. Si se lo propone podrá conciliar el sueño rápido el humano, en ese sitio oscuro, húmedo y con el cansancio a cuestas encontrara rápido el camino para un profundo descanso.

Muchas horas pasaron y muchas más cosas pasaron en ese gélido territorio, pero de ello Albart no tuvo ninguna noción, el descanso profundamente incluso en un lugar de esas condiciones. El cuerpo del humano alguna vez pasó muchas penurias, no se las olvida, aunque en los últimos años volvió a conocer lujos y comodidades que claramente extraña sentir al estar tan lejos de ellos.  Dejando atrás varios sueños fue despertando de a poco, aunque no hizo ademan de levantarse a la primera, espero un poco a despertar bien los sentidos antes de quitarse las mantas que cubren su cuerpo de encima. Miro a su alrededor y no pudo ver mucho, aunque fue mucho mejor que no ver absolutamente nada como sucedió la noche anterior. No le costó mucho encontrar algo tan grande como enea, aunque le distingue principalmente el contorno de a poco sus ojos se van adaptando a su poco iluminado entorno, sabiendo perfectamente a los segundos donde se encuentra ella y hacia donde se encuentra la salida de la cueva. En un comienzo al humano le pareció raro no ver nada que se parezcan a unos ojos amarillentos, entonces se le vino a la mente la idea de que el dragón podría tener los ojos cerrados.

*-Probablemente este durmiendo.-* Fue el pensamiento del caballero, por lo que no hizo una acción para despertarlo, aunque si comenzó el a prepararse, o al menos a acomodar las mochilas y separar aquello que va a utilizar de lo que va a mantener guardado en ellas.  Lo que separo para usar en breve fueron unas ollas chamuscadas, aunque puede decirse que son bastante nuevas, solo que han tenido bastante uso últimamente. Tomo el agua de la mochila que le dio Enea y el tomo de su propia mochila carne salada y bastante fría, casi al punto de la congelación. Se limpió un poco las manos y se improvisó una pequeña tabla con las piedras del lugar para poder cortar mejor la carne. Todo lo hace en bastante silencio para no despertar al dragón, aunque tampoco necesita ser sigiloso al extremo, después de todo no tiene nada que esconder, su actuar es sumamente normal, tan normal como cocinar un desayuno caliente y muy necesario.

El frio de esas tierras llegaba bajo mis escamas, dejando a cada paso de la noche un dragon mas helado. De las puntas de mis alas se dejaban ver varias puntas de hielo, al igual que en mis patas, dejando mas peso sobre mi. Asi que, al llegar a esa cueva saludi las alas y el cuerpo dejando caer la mayoria de esa capa de hielo. Podia parecer algo incomodo y helado, sin embargo, esa capa de hielo que se formaba sobre las escamas ayudaba a resistir mejor el frio como si de una armadura se tratara. Hasta algunas plantas podian sobrevivir a bajas temperaturas gracias a esa capa de hielo protectora que impedia pasar el frio.


Tras dejar las pertenencias al humano y preguntar por el animal acompañante asenti con la cabeza y plegue las alas aceptando que ya no volveria a salir de aquel lugar en unas cuantas horas. Luego hablo de fuego meditando al respecto y viendo como ese elemento tan maravilloso iluminaba el lugar. Podria usar mi fuego, pero podria provocar que las paredes cediesen antes de que nos ayudase en algo el calor. Demasiado calor en un lugar tan inestable.

-Estoy de acuerdo contigo. Por lo menos antes de que el frio no nos prermita dormir.

Fue curioso ver como el humano se retiraba la armadura, quedando por fin su aspecto real bajo ropa y metal. No era un salvaje del norte como podia esperarse bajo tantos kilos de armadura. Era un hombre mas parecido a los que contaban las historias de los grandes heroes. Como diria yo en su momento, un hombre bastante equilibrado.

Cuando propuso dormir simplemente me movi por la cueva recostandome a un lado de ese humano que habia prometido sacarme de aquella tierra devastada. Cerre los ojos y empece a relajar el cuerpo, provocando una especie de barrera para el aire frio que entraba por la cueva, ayudando al humano que resistiese mejor la noche. Poco despues me dormi.


Tiempo despues algo de luz empezo a entrar por la entrada despertandome por mero instinto. Habia dormido bastante bien aquella noche, una vez el sueño me habia alcanzado. En ese momento me movi en silencio hacia la entrada para quedar alli, recibiendo la luz y el calor que entraba por la cueva, como si aquello me diera energias de algun modo. Luego simplemente cerre los ojos y medite, esperando a que el humano despertase.

Tras un rato escuche ruidos en la cueva, sintiendo los movimientos del humano, quedandome en silencio segui concentrada, recuperando por completo las energias del ultimo dia. Luego un olor llego a mi nariz mientras se hacia el silencio. Al parecer el humano evitaba despertarme y fue aquel un detalle que me resulto bastande noble y encantador. Cuidarse de despertar a un dragon solo por compañerismo. Tras tantos años de vida creo que lo habia visto bastante poco.

-Buenos dias Albart...¿lograstes descansar?

Dije calmada para despues abrir los ojos y girar la cabeza hacia el para oler mejor la comida. Desgraciadamente me temia que no tendria nada para mi aquel dia.

-Huele bastante bien. Espero que os sepa igual de apetitoso.

Respondi cerrando de nuevo los ojos y quedandome guardando energias. Asi tardaria mas en tener hambre a lo largo del dia.

Finalizado el descanso llego la hora de trabajar de nuevo, y en ese caso tras despertar el primer trabajo del día es desayunar. El trabajo de Albart es lento pero seguro, no tiene una cocina en condiciones para cocinar pero se las arregla bastante bien a fuego lento. Más atrás del humano la figura del dragón se observa tiesa e inamovible, como si fuera de piedra y no de carne. El sonido de la carne hervir se hizo más fuerte conforme paso el tiempo, y el dragón hablo saludando a su compañero humano. Este tranquilo contesto desde donde estaba, volteando a penas a ver al dragón detrás suyo en la entrada de la cueva.

-Buen día Enea, he dormido cómodo para mi gusto, espero hayáis descanso tan bien como lo he hecho yo.-Una respuesta sencilla de parte de quien prepara algo sencillo.-Podéis apostar a que sabe mejor que nunca, aunque lamentablemente para vos no tengo tanta comida como para satisfacerte…Sois demasiado grande Enea.-Lo dice el hombre sin titubear, necesita de demasiada comida como para alimentar algo de tal tamaño. Al poco tiempo el hombre de cabellos largos rubios toma un cuenco de madera y se sirve algo de lo que parece ser alguna especie de guisado, mucha papa, algo de arroz y carne con probablemente algo que parece zanahoria o similar. No duda en comenzar a comer el caballero, tiene que aprovechar lo más que pueda la comida caliente y el calor que emana de la olla frente a él.

-Puedo daros también las sobras si gustáis, pero no creo que os ayude mucho que digamos…La elección es tuya dragón.-Un plato de comida probablemente le sirva de poco a Enea, las sobras…También, pero tal vez llegue a pensar el dragón que peor es nada.
Tras el desayuno Albart planea limpiar y guardar sus bártulos, aunque lo hará lentamente esperando la respuesta final del dragón en lo que respecta a la comida. Siempre tiene la acción de cazar el dragón, aunque no parece ser en esos días justamente la mejor de las ideas. Mientras come piensa el caballero en su compañero peludo de cuatro patas, estima que este si ya ha cazado lo suficiente como para mantenerse vivo un par de días más, y espera también que haya descansado algo decente, aunque de todas maneras está dispuesto a frenar la marcha el humano si el huargo lo necesitara en dicha jornada que recién comienza.

Miraba a ese hombre, camada y oliendo el aroma de esa comida tan simple y sabrosa. Mientras le escuchaba responder, le contemplaba intrigada. No era comun para mi ver a un guerrero o un heroe cocinar de aqulla manera ni mucho menos ir acompañado de un huargo o aceptar la compañia de un dragon. no podia deserdiciar aquella oportunidad, la de acompañar a un heroe de verdad durante un tiempo. Asi que cuando me pregunto respondi.
-si, descanse bastante bien.

Incluso me dio curiosidad el porque me preguntaba, no era habitual que me preguntasen por mi descanso. Quiizas era el unico humano que sentia interes por algo asi . Pero dado a el misterio que lo rodeaba no sabria bien por que. Cuando me hablo de la comida, incluyendome en susideas me parecio un detalle aunque en efecto asi no me serviria de mucho. Por lo que tras pensarlo con detenimiento decidi confiar mas en el.

-no os asusteis por lo que podreis ver. Vos confiasteis en mi al descansar frente a un dragon. Ahora yo os mostrare algo que muy pocos seres han visto. Si algo se con certeza, es que los seres mas pequeños sobreviven mas que los grandes.

Levante las patas delanteras y alce el cuello quedando apoyada solo con dos patas traseras y la cola. Y poco a poco fui cambiando fisicamente, disminuyendo y perdiendo alas y escamas. Para finalmente ser una humana de pelo rojjo con cuerpo desnudo.

-Pocos han visto mis dos formas, confio en que la mantengais en secreto. eso suponiendo claro que logremos salir vivos de este desierto helado.

Dije mientras avanzaba hacia mi mochila, cerca de el, para vestirme. Una vez vestida me sente frente a el, xtendiendo los brazs para recibir una parte de comida. Sabiendo que por lo menos ese cuerpo sobreviviria mas con esa comida.

-pido que me disculpeis por la transformacion y espero que no os haya molestado mi cuerpo desnudo. Se las costumbres humanas, mas no puedo hacer que la ropa se fusione con mi piel. Ahora...desearia probar un poco de esa comida , por favor. seguro que sabe igual que huele.

dije mientras esperaba con las manos algo de esa comida. No tenia plato ni ningun artilugio para tomarlo, por lo que esperaba que mis simples manos sirviesen para comer algo como aquello. Incluso esperando por si incluso me daria la cacerola sobrante , para usarla como un plato. Claro que seria el quien decidiria que cederme.

Desconocía Albart que su actuar fuese tan extraño, se reiría mucho si conociese los pensamientos del dragón en lo referente a él y a los héroes, esta forjado en costumbres de otras épocas, otros reinos, incluso casi otros dioses. La mañana llego fría, aunque no se siente así en esa cueva donde el humano acaba de cocinar, probablemente sea el aroma a comida lo disipa un poco la sensación de frio, la comida y su modo de actuar. Agradeció el caballero el que sus palabras sea respondidas, no le gusta hablarle al aire, Enea respondió a su pregunta y fue una respuesta positiva, bastante considerando el lugar y las circunstancias.

-Excelente, necesitaremos todas vuestras fuerzas el día de hoy, el descanso es fundamental, así como el buen comer.-Comparte ese pensamiento con el dragón, un pensamiento simple y burdo digno de un campesino, pero no por eso menos cierto. No sabe el caballero que fue lo que hizo, pero el dragón comenzó de nuevo la conversación con palabras inesperadas.

-¿Miedo? No tendré nada que temer si no me dais ninguno dragón…Confié en ti para cerrar mis ojos, espero que no hagáis nada peligroso…Porque también los más pequeños, sois más frágiles.-Responde un poco apresurado aquel caballero ya que no sabe que es lo que piensa hacer el dragón, y también le advierte a lo referido a sus propias palabras mientras el sobrenatural ser comienza a posicionarse de otro modo y a cambiar conforme pasan los segundos de manera asombrosa. Ella le hablo con una forma humana bella y sensual, advirtiendo de que muy pocos la han visto en esa forma, y que confía en el que le guardara el secreto.
-Os juro por mi honradez y mi credo señora…Que sus secretos están a salvo conmigo.-Le miro a los ojos al hacerle ese juramento, pero algo turbado por la belleza de la mujer.  Los cabellos de la mujer le gustan mucho, saliendo de sus dotes naturales de mujer que están de lo más bien la larga cabellera rojiza la hace ver mucho más sensual y salvaje. Retira su mirada de la mujer segundos después, debió haberlo hecho antes, pero la sorpresa no le permitió hacerlo. Para como ella misma se disculpó con él en lo referente a su desnudez, aunque ahora yace sentada y vestida casi frente a él explica por qué se transforma así, es una limitación de sus habilidades, nada se puede hacer para evitarlo.

-Son innecesarias las disculpas señorita…Me disculpo yo por mi actitud, su belleza puede hacer dudar hasta el más santo de los hombres.- Sonríe y ofrece una reverencia muy cortes, tras esa breve poesía en honor a su belleza le sirve primero la comida en un plato de madera, y luego si se lo acerca a las manos de la mujer dragón. Le cedió su propio cucharon a la mujer, el en cambio opto por comer con su cuchilla.- Hay suficiente para los dos…Aunque el sentido común apunta al ahorro de alimentos yo he decidido utilizar de mas, y bien que he hecho.-Toma asiento sobre el suelo frente a ella y pone a comer, sin hacer muchos comentarios excepto para hablar de la comida y el clima.

-Pareciese hoy un mejor día, espero Ice Fang piense lo mismo que yo.-Come y luego habla, calmado, aunque bastante entusiasta, de momento nunca se le ha visto el lado pesimista, suponiendo como toda persona tenga un lado pesimista.-Ya habiendo comido pondré orden aquí, para después continuar la jornada que por nosotros espera.-Básicamente una vez coman limpiara los trastos y continuaran con el viaje, esa es la idea del caballero del sur del Puño de Hierro.

Fue agradable ver como el humano, por una respuesta tan simple parecio estar mas agradable y abierto que el día anterior. Escuche sus palabras y asenti, ya que tenia mucha razon en ello, siendo en mi caso el buen comer algo complicado. El descansar por otro lado habia sido bueno y relajado. Asi que tras decidir transformarme, espere a que el aceptara y lo asimilara, dejando claras sus palabras, despues de todo habia confiado en mi aquella noche. Algo que muy pocos seres habrian echo y menos aun solo y en una cueva. Incluso el mas fuerte de los hombres habria sentido cierto miedo para poder descansar, aun sabiendo que podria matar a un dragon en una posible pelea. Cuando me respondio fue cuando me transforme.

Fue entonces cuando cambie lentamente, no en un segundo como pasaba al ser espada, esta transformacion podia ser algo mas lenta, viendo incluso un estado de dragon humanoide en un punto medio de gran tamaño. Pero la transformacion siguio para dejar a una mujer humana frente a el. Tras mis palabras le escuche, notando un tono sincero en sus palabras, mas confianza dio aun al mirarme a los ojos segun hablaba. Luego parecio quedarse mirandome mas de lo normal, pero no le diria nada al respecto, ya que sabia cual incomodo era para ellos ver a una mujer desnuda. Mas aun debia serlo ver la transformacion de un dragon y el asombroso cambio. finalmente, tras pedirle disculpas y estar vestida me sente frente a el y la comida. esperando mi unica manera de sobrevivir en aquel lugar por el momento. Pero no tardo el en disculparse tambien, dejandome algo sorprendida. Para despues sonreirle por su comportamiento cortes y palabras poeticas.

-En tal caso, supongo que nadie debe disculparse. Es mas, deberia estar agradecida por tales palabras hacia mi belleza.

Le respondi con una sonrisa agradable y recogiendo el plato de comida, para despues recibir el cucharon y empezar a comer y saborearlo. Bastante sorprendida por el sabor de algo tan simple pero bien sabroso.

-Y me parece fantastico que lo hicierais. Ahora puedo saborear esta maravilla con tan pocos recursos. Esta delicioso, mi enhorabuena.

Dije comiendo sin parar con bastante hambre despues de haber estado bastante tiempo sin poder comer nada en condiciones. Luego escuche sus intenciones para el dia y sus opiniones respecto al nuevo dia. Era un hombre bastante positivo la verdad, como si los dioses lo hubiesen protegido durante años, aunque siendo un heroe, seria lo mas probable. aunque seguramente tendria sus momentos malos.

-Por lo menos Ice Fang no estara alerta por un dragon. y en mi caso por lo menos hoy desperte con comida y acompañada. No tengo razones por las que quejarme.

Dije asintiendo despues a su comentario de organizar las cosas. Asi que cuando acabe de comer deje el plato a un lado y me levante espirando los brazos para ir acostumbrandome a ni nueva forma. Tras eso me equipe las armas y me acerque a el cuando acabo de comer.

-Permitirme que os ayude a poner todo el orden. Asi podremos avanzar mas rápido hacia donde queráis llegar.

Hay criaturas difíciles en el mundo, y gente que se gana el corazón de aquello que toca, se puede decir que así son esos dos, cada cual va a descubrirlo de a poco suponiendo logren sobrevivir a tamaña travesía. Con el dragón ya transformado en una sensual y atlética mujer las cosas se pueden poner más calmas por un lado, más tenso por el otro, ya que algunas hombres prefieren enfrentar a un dragón que enfrentarse a una mujer, lo mismo va para la compañía, aunque luego de que lo piense unos momentos el caballero de seguro vera el cambio como un cambio muy bueno.
Dejaron el lado el tema de las transformaciones, pasaron palabras bellas y palabras de disculpa, para después dedicarse a la comida. La mujer se mostro feliz y satisfecha de comer aquella comida tan sencilla pero caliente, luego de varios días de hambre ese plato de comida le debe haber sabido como el manjar de un castillo. Albart come tranquilo y gustoso, es indispensable el alimento caliente en esa región, de otro modo no durara mucho tiempo con vida.

-En esta vida Enea, no son necesarios tantos lujos para ser feliz, nuestro poco haber puede ser tan grande como un castillo si lo sabemos apreciar.-No son justo las palabras que suelen decir los nobles y los caballeros, pero es algo que Albart logro comprender con el pasar de los años.

-Icefang no olvidara que es un dragon, pero de seguro se sentirá menos amenazado, debería de iros mucho mejor que ayer.- Augura un buen futuro el héroe del Puño de Hierro, así sube los ánimos del equipo, la propia Enea parece animarse también, tanto así que se ofrece para ayudar al humano a limpiar los trastos y cubiertos que uso para el almuerzo.

-Entonces, tome los cubiertos, yo me hare cargo de la olla.-Tomo la parte más difícil ese hombre, los que lo conocen lo tomarían como algo normal en el. Usando algo de nieve que recorre con sus propias manos limpia la olla, usando un método eficaz y astuto. Coloca la nieve en la olla que al estar algo caliente se derrite, esto forma una especie de masa la cual va quitando de a poco con la mano. Luego coloca mas nieve, se vuelve a derretir quedando agua más clara dentro de la olla, enjuaga con ella y luego simplemente deja que se seque dentro de la mochila, sencillo y efectivo.-En cuanto termine, guardamos los utensilios y partimos.-Mira el caballero como lo está haciendo ella por si necesita ayuda, aunque siendo una tarea tan simple no debería necesitar ella ayuda de nadie.

-Asumo que estamos listos, es tiempo de retomar la marcha.-El caballero está dispuesto a emprender la jornada de ese día desde temprano y con muchos ánimos, por lo que camina en dirección a la entrada de la cueva. Una vez allí vislumbra el territorio, observa lo que hay en la lejanía y luego observa los alrededores, buscando con su mirada la mejor forma de descender de la cueva, o de no ser posible de volver ascender por el camino que tomo para llegar allí la noche anterior. Luego de meditarlo un tiempo llego a una decisión.

-Pensándolo bien, creo que lo mejor es volver ascender, para Icefang será más sencillo encontrar mi rastro en un camino que ya he recorrido ¿Puede escalar Enea? Si necesita ayuda, cuente conmigo para subir.-Expresa el porqué de su decisión Albart y ofrece a Enea su ayuda en caso de que ella por alguna razón no pueda ascender por si misma. El humano empieza a sacar de su mochila las herramientas de escalada nuevamente, usara el mismo camino o uno similar para escalar y volver a subir donde habían estado el día anterior.
La mañana como se esperaba es fresca, pero al menos hay algo de sol, aunque de a momentos pareciera que se mezcla con la tenue luz de algunas estrellas perdidas que pueden verse incluso a pleno día.

Aquella aventura habia empezado solitaria y fria, pero ahora, tras una noche reconfortante todo parecia ir mejor. Primero la compañia, despues el desayuno caliente, el que disfrute como si fuese elmejor plato probado en años, pero el hambre hacia el plato mas insipido, un manjar de dioses. Quizas cuando todo fuese normal podria comprobarlo, pero por el momento me centre en disfrutarlo. Luego, una vez acabado no solte elplato inmediatamente, si no que absorbi el calor que desprendia entre mis manos. no era fuego, pero era suficiente para entrar un poco mas en calor. La transformacion podia dar algun problema al principio, asi que poco a poco fui acostumbrandome al cuerpo humano con ayuda de ese humano y su comida.  Pero cuando el hablo sonrei de manera agradable y estirandome mientras tanto. Me gustaba que alguien como un heroe pensara de aquella manera, ya que todos solian ser poderosos y preferir un castillo lujoso lleno de falsedad.

-Me gusta vuestra manera de pensar.

dije sin mas, mirando a ulas armas mientras comence a coloarmelas para estar mas preparada. Ademas me rei cuando hablo de icefang, algo muy cierto, dado que era un animal y sus instintos eran mas poderosos.

-jajaja eso espero. Ayer fue algo complicado ya que mis propios instintos y el hambre luchaban contra la razon.

Recalque mostrando que me incluso a mi me habia costado mantener los instintos de lado. Sobre todo con un bocado tan sabroso como un animal como aquel. El humano en cambio habia sido desde el principio mas complicado al poseer tanta armadura. Pero al oir las palabras del heroe asenti agarrando los utensilios y limpiandolos con arena fina y despues con nieve, la que retiro la arena y la suciedad que podian tener. Luego le di las cosas a Albarth y espere mirando a las paredes de la cueva, donde no parecia que nadie hubiese entrado nunca.

-Entendido, supongo que ahora debo seguir vuestras indicaciones. Despues de todo ayer no me salio mal tomar la decision de seguiros. Aunque reconocere que es un misterio a donde quereis llegar.

Por mi parte me tape bien con la capa colocandome la capucha, para luego atarme la mochila casi vacia a la espalda. No sabia nada de hacia donde nos dirigiamos, y a pesar de la confianza... algo no me cuadraba. Al parecer era algo serio, un lugar peligroso posiblemente a donde nadie querria ir. Aunque llegados hasta aquel punto, no veia por que seguir ocultandolo. Luego escuche las palabras de albart y asenti.

-Si, no creo que tenga problemas en subir. Quizas la nieve... pero tendre cuidado. Gracias por la ofrecer vuestra ayuda.

Tras aquello agarre los utensilios de escalada y me dispuse a subir con pasos cortos y decididos, evitando una caida en lo maximo que podia. Me ate la cuerda, para despues ascender con la ayuda de los picos y de la misma cuerda, ayudandome a no tener que ejercer la fuerza de manera excesiva. Una vez visualidazos los huecos en la piedra y ya controlando la tension de la cuerda y la fuerza de los picos empece a subir mas veloz con una agilidad y organizacion bastante buena. Llegando arriba y clavando la cuerda en la parte mas alta. Luego lance el otro extremo y el pico hacia el suelo con cuidado de no dar a albart. ahora probablemente el podria tenerlo incluso mas facil.