Una niña en la oscuridad

Noche. Oscura tela decorada por pequeños y resplandecientes diamantes que conformaba el cielo, y que como un manto ocultaba de toda la luz la tierra. Momento en el que las gentes de bien solían volver a sus hogares no fuese que una sola mácula de oscuridad ensombreciera sus corazones. Hora en las que todos aquellos que tenían alguna actividad no demasiado decente salían a las calles, o simplemente aquellos que no tenían mejor ocupación que estar en cualquier taberna emborrachándose hasta perder el sentido.

De cualquier forma a ella eso no le interesaba. Se encontraba en un callejón, cubierta por un manto gris de color muy oscuro, perfecto para camuflarse en las noches, puesto que tanto con luz como con sombras su figura se camuflaba mejor que si llevara una capa completamente negra. Bajo dicha capa sólo llevaba un sencillo vestido de tela azul y un delantal blanco, además de unas medias a rayas blancas y negras y unas botas negra de caña alta.

vestido:

Lo que hacía en ese lugar, simplemente parar y escuchar. Cierta persona había requerido sus servicios en la gran ciudad del imperio. ¿Quién? Bueno, eso nunca debe decirse. Alguna confianza se ha de crear para que te paguen por tus servicios, y la traición no es algo correcto... A menos que sea el dinero quién te haga hacerlo, pero habrás cumplido con tu cometido: llevarle dinero a tu jefe. Así que, la joven se encontraba oculta, escuchando las conversaciones que se producían justo al lado, en la puerta de la taberna. Muchos utilizaban ese lugar, sobre todo al anochecer, para mantener conversaciones que en el interior podrían ser escuchadas por cualquiera, y fingir que no eran más que dos amigos que hablaban de cualquier cosa banal.

A Shirka no le importó esperar en la oscuridad, de todos modos, ella podía ver en las penumbras y eso era algo que resultaba enormemente útil porque así tenía una mejor visión que cualquier otro. Sin embargo, el tiempo pasaba y la hora a la que debería haber llegado su "trabajo" ya hacía rato que había pasado. Así que, con un suspiro resignado dejó su puesto. No siempre se tenía suerte, y hacían falta un par de días para aprender la rutina de la persona a la que había que espiar.

Con pasos lentos caminó por la calle, observando la ciudad, en busca de algo interesante de ver. Y así, llegó finalmente hasta el mercado, donde ya pocos vendedores quedaban. No era bueno continuar en la oscuridad vendiendo, a fin de cuentas, lo más probable es que la gente que se te acercara fuera más un ladrón que un cliente. Retiró la capucha que había llevado calada hasta el momento dejando a la vista sus cabellos negros y sus ojos de un resplandeciente verde esmeralda.
¿Habría algo interesante en el lugar? Bueno, eso sería algo que descubriría de un momento a otro.

De nuevo un día aburrido. Pacifico y aburrido. ¿que podia hacer para divertirme sin poner en riesgo mi salud y mi vida? Desde luego invocar mas demonios no. Llevaba un límite. No debía sobrepasarlo demasiado ya que mis fuerzas y el poder de los demonios nunca era algo previsible.

Tras pasar el día y llegar la noche acabe decidiendome, por la noche todo era diferente. Otro ambiente y otra gente. Por ello agarre mi capa y salí de casa con un aire de curiosidad. Cuando salí a la calle mire a la luna sonriente mientras comencé a andar con mi libro en la mano. Entonces decidida avance hacia el mercado, quizas alli habria algo tirado por el suelo, algún material util para realizar conjuros e incluso alguna fruta para comer algo sano de vez en cuando. Unos metros detras mió un gato negro me seguia los pasos sin mucho disimulo. Era de noche, y al parecer la atención de aquel reino no estaba precisamente por aquellas calles.

sin miedo, pero permaneciendo alerta avance por las calles viendo como la gente se recogia para ir a sus casas. incluso parecian hablar algunos de una niña. Pero con cierto temor en sus palabras. ¿que niña podria provocar tal temor en unos adultos? No entendia gran cosa hasta que avanzando me cruce con una niña de ropajes caros y un paraguas con forma de gato. La niña daba cierto repelus, tanto como algun algun demonio. Me la cruce sin separarme siquiera, notando su aura algo corrupta y despues continue avanzando sin planear entablar conversacion o algo similar con aquella pequeña niña. El gato al contrario que yo guardo las distancias a aquella niña y continuo su camino detras mia.

En la plaza donde se encontraba la morena, se encontraban dos damas más que emitían una sensación interesante a su alrededor. La primera de ellas, y la que más veía era una jovencita con largos cabellos dorados recogidos en dos coletas, una a cada lado de la cabeza. Debía tener el pelo realmente largo, puesto que aún con el recogido le llegaban por debajo de la cadera. Las prendas que dicha damisela portaba se notaban caras, aunque algo apagadas por ser en su mayor parte negras. Aunque los detalles rojizos le daban la luz a dicho conjunto. Además de los ropajes portaba un parasol un tanto peculiar, puesto que mostraba la cabeza de un gato.
Pero lo que más le llamó la atención a Shirka fue la sensación que emitía, similar a lo que ella emitía. Solo que en el caso de la rubia se notaban ondas más corruptas, mientras que en el de la morena era una sensación que tendría cualquier persona al toparse con un animal salvaje y hambriento. En ese caso, era más un temor instintivo.

La otra, era una mujer de gesto algo frío y despectivo, con ropajes más reveladores de lo que estaba bien considerado. A simple vista no había nada que llamara demasiado la atención de ella, una humana más del montón. Pero la espía había visto a mucha gente metida en asuntos turbios y podía decir que el aura que este emitía era similar a la de dichas personas.
Lo que, obviamente, despertó su naturaleza curiosa. ¿Qué se traería entre manos?

Sin embargo antes de interponerse en el camino de la humana, algo la hizo sonreír levemente. Sus oídos habían escuchado las palabras que había pronunciado la chica de la sombrilla, puesto que al ser una de las dos de las personas de su interés, tenía sus sentidos centrados en ella, al menos en gran parte.

- Pero, mi querida dama, ¿tendréis las ganas de descubrir el misterio? Porque el que quiere saber, tiene que dar algo también.- replica divertida.

Su pupila resplandeció un instante de un color verdoso al dirigirla a la zona ensombrecida donde se había metido la desconocida de ropas caras. Un gato negro trataba de esquivarla, seguramente a causa de ese aura amenazante que emitía. Cosa peculiar, puesto que a los gatos negros les solía gustar las auras corruptas. O al menos eso es lo que se decía en las calles.
Lo peor de todo para el pobre felino es que estaba casi rodeado por esa sensación de amenaza, porque hacia donde iba su dueña se encontraba la espía y por ahí tampoco le haría demasiada gracia pasar.

No dijo nada a la chica del libro sobre su mascota. De todas formas, no era su mascota y no parecía tener nada fuera de lo común. Pero lo que sí hizo fue interponerse un poco en el camino de la joven de ropas reveladoras. Tenía curiosidad si podría ignorar también su aura amenazante, o es que estaba tan acostumbrada a la corrupción que por eso había podido evadir la primera. Porque como es obvio, tanto la rubia como Shirka no se afectaban la una a la otra, o al menos no demasiado.

Las sensaciones comenzaban a nublar mi mente. Era como en tratar con demonios. Asustaban, daban un miedo terrible y si no ponias control a tu mente podian hacer cualquier cosa. Sobre todo hacerte temblar e incluso petrificarte de miedo. Pero si algo habia aprendido en todo mi tiempo como bruja e invocadora de demonios era que con el valor suficiente podias evitar que la mente colapsara y lograr que funcionase como una desearía. Por ello avancé con valor mirando de reojo a aquella niña pequeña. ¿seria un demonio? Si lo era no tenia conocimiento de él, pero aun asi, con el libro en mi poder no lograría  hacerme nada. Por ello continué andando. aunque unos metros mas alante, podia coger una manzana de un puesto que aun no habia cerrado. así las espiaria de cerca sin llegar a meterme de lleno en aquel grupo de dos.

Por su parte, el gato apartado de la chica rubia la miro con curiosidad. No habia ido por los lados esquivandola por esa sensación corrupta. Él no. Estaba tan acostumbrado o mas que Shinse en andar por el mundo entre demonios y fantasmas. La razon por la que se separaba era mas simple. Sabia que lo podia provocar un gato negro a un ciudadano normal, miedo, horror, malos presagios. Ya le habian intentado matar alguna vez. Por ello se mantuvo a distancia hasta el momento en el que la chica le llamo. Miró primero a Shinse, al no recibir respuesta y notar ese aura tan familiar se acerco olisqueando a la niña de rubios cabellos. Cuando estuvo muy cerca la miro con ojos tiernos y pidiendo mimos. Cuando derepente sintio otro movimiento, otra persona u otro ser y se le erizo el pelo haciendo que se escondiese detras de la humana rubia al ser mas cercana y posiblemente segura que su dueña.

Yo tambien lo noté, aquella presencia imponente de alguien que no era demonio. De hecho mi cuerpo se movio solo y me movi hacia un lado para evitar acercarme. al hacerlo me quede mirando a la chica morena teniendo el libro abierto y preparada para soltar cualquier hechizo. Aunque mi cuerpo habia mostrado sus ganas de huir y me habia apartado de mi camino, no huiria. Asi que la mire imponente, o lo mas imponente que pude en un momento de terror sobrenatural.
-¿quien eres? o mas bien...¿que clase de criatura eres?
Pregunte con curiosidad, y con ciertas ganas de capturarla como a los demonios. Esas situaciones subian la adrenalina

La morena rió de nuevo con suavidad, podría considerarse el día que más veces se había reído en mucho tiempo, no por falta de humor -que tenía y mucho-, sino porque nadie solía darle una conversación tan "divertida", o al menos así lo veía ella. Sacudió levemente la cara hasta recuperar su habitual media sonrisa con un leve toque burlón. Pero para trabajar era una de las mejores expresiones habidas, porque una sonrisa siempre da más confianza que una mirada amenazante.

- Sí, en eso tienes razón. Aunque a mucha gente se le suelen olvidar los precios...- volvió a quedarse sumida en esos pensamientos. En general, toda persona sin un ápice de control acababa haciendo negocios con gente que no debía y los pagarés eran demasiado elevados cuando tenían que devolverlos, o bien lo habían perdido todo en el juego. Obviamente, luego le tocaba ir a otras personas a ir a recuperar ese dinero. O si no lo había al menos que fuera sangre.

La rubia continuó jugando con el felino, así que, la dama de ojos verdes los dirigió hacia la figura de la bruja. Si sólo se hubiera alejado, ni tan siquiera le hubiera dedicado más de dos miradas: una para comprobar y la segunda para asegurarse. Pero se había puesto muy "defensiva" y había adoptado una posición algo típica para los magos a la hora de usar libros de hechizos en mitad de una pelea. Y eso era algo que a la chica no le gustaba demasiado, porque no la había amenazado directamente.

- No hace falta reaccionar así, bruja. Y de todas formas, no esta bien hacer preguntas personales sin haber dado información a cambio. Así que, siento tener que rechazar tu cuestión. Quizás si te presentases adecuadamente no tendría problemas en hacerlo. - replicó con un tono más similar al de un maestro recitando una lección que los alumnos parecen no querer meter en sus cabezas.

A decir verdad, nunca decía nada sobre ella. A fin de cuentas, eso no importa, porque una espada sigue siendo una espada por mucho nombre que se le haya puesto. Así que, ¿para qué mencionarlo? Pero claro, siempre se olvidaba que para los demás, el poner nombres a todo era de mucha importancia, quizás porque era una forma de intentar llegar a su esencia. Pero esos son temas algo largos de tratar.

Shirka dirigió de nuevo su atención a la rubia, ahora que volvía a hablarlas a ellas y no al gato. Hizo una leve reverencia cuando la pequeña se presentó, aunque dentro de su cabeza estaba pensando en si conocía ese apellido de algo. Quizás de algo relacionado con alguna misión realizada, y por ende mejor no dar sus alias más conocidos, no fuera a que tuvieran cuentas pendientes con ella.

- Mi nombre es Elisabeth, pero si lo prefieres puedes llamarme Liz. - se "presentó". Prefería por ahora usar nombres falsos, que gracias a la costumbre de usarlos, apenas se notaba que no fuesen los suyos.

Al parecer la chica morena se cabreo por mi reacción. ¿que culpa tenia yo de que ella tuviera un aura tan intimidatoria? sin decir gran cosa cerre el libro molesta, aunque sabiendo que podria usar el anillo en cualquier momento.
-Quizas si no desprendieras ese aura ni te hubieras acercado no te hubieras arriesgado a que yo usara magia.
Luego mire a la chica rubia y con un sonido entre dientes llame al gato. el que inmediatamente salto y vino hacia mi como una mascota fiel.
-Me llamo Nightmare, y siento si mi presentacion fue algo escasa, pero el susto no me lo esperaba.
No iva a decir mi verdadero nombre, estaba claro que muchos podrian usarlo en mi contra. Y ellas mas que nadie, simplemente por saber que era bruja. Un nombre y la palabra bruja ya podian provocarme la muerte. Tenia mi casa y alli podrian verse sin problemas.
Avancé hacia el puesto de nuevo para coger la esperada manzana mientras el gato me seguia. Luego me di la vuelta y me puse cerca de ellas, mientras mordia la manzana con hambre.

-Bueno¿y a que habeis venido por aqui?

Dije entregando otras dos manzanas, una a cada una.

La defensa de la bruja hizo que la morena sonriera divertida. A fin de cuentas, cualquier persona normal no sabría que ella tenía algo raro, quizás que desprendía un aire extraño o que sus ropajes no correspondían para nada a ninguna de las personas allí presentes. Pero eso era todo. La morena ni tan siquiera sabía que podía usar la magia, lo único que sabía es que no la molestaba la gente con auras corruptas, pero en sí no indicaba nada relacionado con la magia; y en cierto sentido había probado para saber más cosas sobre ella. Las personas son información, y por gestos o movimientos se pueden saber muchas cosas.

- No puedo responsabilizarme por algo que escapa a mi control. Pero lamento haberte molestado, "Night".- replicó algo burlona al mencionar su nombre. A fin de cuentas, era un nombre bastante raro, quizás fuera el real, pero la morena jamás se fiaba del nombre hasta que no lo hubiese constatado del todo. Había que andarse con pies de plomo. Se dirigió entonces hacia la pequeña rubia.- Un placer conoceros Lady Natzume... ¿Sois noble, no? Si no, siento la equivocación.

La chica recogió el alimento que acababa de tomar prestado la bruja, pero no se la llevó a la boca, a fin de cuentas, no sabía si podía tener algún tipo de veneno a pesar de haber sido recogido del mismo puesto. Con la magia hay que fiarse aún menos de lo normal en ese tipo de cosas.

- Regresaba del trabajo, pero hacía tan buena noche que decidí dar un paseo por el lugar. Siempre es entretenido observar a la gente. Se pueden llegar a aprender muchas cosas de ellos.

Los ojos verdes de la chica parpadearon velozmente un par de veces como si de esa manera asimilara mejor la información. Acababa de ver como la manzana que había sostenido Natzume se había convertido en un "fantasma" de lo que era. Nunca había conocido a una criatura renacida en la oscuridad de la noche, y por ello no sabía que podían hacer ese tipo de cosas. La curiosidad brillaba como una estrella en sus ojos, curiosidad que casi parecía infantil.

- Perdonad que os moleste, Lady Natzume, pero ¿qué clase de criatura sois?- preguntó educadamente para no importunar a la rubia con su pregunta.

Mire a ambas y coprendi entonces el problema de la chica morena, al parecer no podia controlarlo.
-Nah, no fue gran molestia, simplemente se me erizo un poco el pelo
Suspire y mire a ambas mientras comia una manzana y veia como a la larga la manzana de la pequeña acabo muriendo. al parecer ambas tenian cosas muy curiosas. Podia irme y seguir con mi busqueda de demonios perdidos. Pero no, podia ser util conocerlas mejor a ambas. Por lo que me apoye en un lateral de la calle y las escuche mientras me agache y comence a acariciar a mi querido gato.
-No soy quien para decirtelo Natzume, pero a la larga puedes tener ciertos problemas de salud por algo tan simple como no poder tocar comida de ese tipo.
Dije suponiendo que era una humana normal, aunque sabia que algo mas oscuro ocultaba aquella niña de pocos años.

La morena se encogió de hombros cuando Night la disculpó al enterarse de que no podía controlarlo. A fin de cuentas, le importaba lo mismo que lo hiciera que no. Lo más seguro es que no volvieran a verse las caras en un tiempo bastante cercano, aunque tampoco podría asegurarlo, puesto que no poseía esa capacidad de poder ver el futuro.

- Lamento, pues, la confusión. Pensé que lo erais. - musito con una ligera sonrisa. A fin de cuentas, una pregunta y ya había obtenido dos datos más por si en algún momento le apetecía investigar.

Los ojos verdes se entrecerraron ligeramente -con un brillo calculador en su fondo- cuando la respuesta a su pregunta no fue exactamente la contestación exacta. Pero al igual que antes, la respuesta le daba muchas más alternativas, puesto que una renuencia a contestar a dicha pregunta podría indicar que había algo oscuro sobre su condición.

- No tengo ningún problema en acompañaros, no solo por la respuesta. Sino porque es cansado estar bastante tiempo de pie y sin llevarme ningún tipo de comida a la boca.- no hizo mención a la manzana, puesto que aún no se fiaba de que la bruja no la hubiese hechizado. - ¿Tenéis pensado algún lugar al que ir?

Tanto la opción en la que estuvieran las tres solas como en un lugar atestado de gente le daba igual a Shirka. En uno había más probabilidades de que Natzume pudiera atacarlas, si de verdad había algo maligno en su ser, pero ella no solía bajar la guardia. Y sobre todo, no tenía problemas en ocultarse en la ciudad. Para poder desvelar los secretos de esta, primero hay que saber en que lugares pueden estar más escondidos dichos secretos.

Mire a Natzune con curiosidad respecto a la comida. De alguna manera debia de seguir viva. Por ello cuando nos ofrecio ir con ella sonrei de medio lado muy segura de mi misma.
-Seria perfecto. Me encantaria saber muchas cosas. Como dicen algunos...el saber no ocupa lugar. Por ello...Quizas incluso podria ayudarte con tu problema en un futuro.
Entonces me quede mirando a ambas mientras me acababa la manzana y agarraba a mi gato del cuello. Mire a varios lados y luego volv i a centrarme en Natzune y en la otra mujer.
-Por supuesto ire. Supongo es una oportunidad dada en pocos momentos.

Esperó a que la bruja contestase para saber si contaba con su presencia mientras que  hablaba con la misteriosa rubia o no. Si tuviese que decidir qué es lo que prefería, la verdad, le daba igual. No tenía ningún problema en que viniera, ni tampoco le era molesto que se fuera. Mientras que no intentara dañarla, no tendría problema alguno con Nightmare.

- Suena bastante bien el lugar al que quieres llevarnos. Por favor, guíanos a él.- pidió educadamente.

Siguió a la chica de elegantes pasos con los suyos, pasos que podían pasar por anodinos a los demás, pero eran completamente silenciosos. Similar a los de un gato, un pie tras otro sobre los adoquines de la calle, que no importaba las condiciones irregulares de estos, era muy raro que hiciera ruido al moverse. Por suerte, Natzume era capaz de abrir paso con su mera presencia, así que, no tenían que ir esquivando gente, lo cual solía ser incómodo para cualquiera, sobre todo, si ya estaba cansado y quería llegar a un lugar donde acomodarse y comer lo que fuese.

Tras un rato de camino en silencio entre ambas -cosa normal, puesto que se acaban de conocer-, finalmente llegaron al café al que se refería la dama de la sombrilla. En él, había una pequeña terraza donde se sentaron. No había mucha gente, pero el transito de esta por la calle le hacía tener una combinación de los ambientes que había pensado la chica de ojos verdes antes de acceder a ir.

Se sentó a la derecha de la vampira, retirando la capa para tener un mejor movimiento de los brazos, además de que aunque era de noche, tampoco hacía un frío letal. De esa forma dejó a la vista su habitual vestido azul con un delantal blanco.

- Lo lamento Natzume, pero no puedo aceptar tu invitación. No me gusta ser una molestia para alguien que acabo de conocer.- dijo con suavidad, pero con un tono determinado.

Eso la haría sentirse en deuda con ella, y quién sabe lo que podría acontecer en el futuro. Quizás en algún momento alguien la pidiera recabar información sobre ella o incluso matarla, y entonces entraría en un pequeño conflicto contra sí misma.
En cuanto llegó el camarero, la chica de ojos verdes movía uno de los pies, impaciente por cerrar el pequeño agujero negro que parecía tener en las entrañas, que pedía ser rellenado por cualquier clase de comida.

- Yo quiero un Darjeeling, si es tan amable. Y traiga una buena cantidad de dulces y pastas para acompañarlo. - respondió rápidamente en cuanto la rubia le dio el comienzo con su frase.

Estaba escuchando a Natzume cuando todo empezaba a cambiar. Si queria llevarnos a algun lugar tenia que moverme y en ese caso debia tener mas cuidado. Deje al gato en el suelol y le di una pequeña patada para que lo entendier. No podia dejar que sospechasen que yoo era una bruja. Por ello debia esconder toda sospecha. Asi que me separe del gato ya acostumbrado se marcho como si nada.´
Tras eso segui a las dos mujeres hasta llegar co ellas al lugar preciso.Alli nos preguntaron que queriamos y natzume dijo de invitar. Me asombre con aquello y decidi aprobechar su invitacion.
-Me encantaria tomar un te con pimienta.
Dije aprobechando para pedir una mezcla poco haitual querecordaba su sabor desde hace años. era algo magnifico. Luego escuche sus peticiones ago sorprendida. nunca habia escuchado esos nombres aunque era cierto que nunca habia tenido mucho dinero ni tiempo para tomarme un te. entre mis historias con demonios no solia tener tiempo.
-,Muchisimas gracias por todo natzume.No suelen invitarme a nada. Es de agradecer teniendo en cuneta que yo no te di nada.
dije acostumbrda al trato con esos demonios timadores.

Shirka asintió e inclinó la cabeza agradecida de la comprensión por parte de la joven rubia. Tampoco es que hubiera probabilidades de que ocurriera algo malo, pero muchas personas se tomaban mal que rechazaran una invitación.

- Gracias por tu comprensión, Natzume.- inclinó el rostro al escuchar el pedido de Night, era la primera vez que escuchaba esa combinación. Pero posiblemente fuese de alguna región calurosa del mundo, ya se sabe que en los lugares donde el calor es asolador a los habitantes les encanta las comida picante.- Sí, ciertamente, es la primera vez que lo escucho. ¿Sois de alguna tierra lejana?

La chica de cabellos oscuros sentía una profunda curiosidad por sus dos acompañantes. A una por sus extrañas habilidades y su aura que también atemorizaba a los humanos, a la otra por su sangre fría ante un ser "oscuro" -puesto que el tipo de aura de la rubia no podría denominarla de otra forma- y sobre todo, su forma de ponerse a la defensiva. Como si fuese alguien versado en la magia. Pero entre las dos, a la que más la iba a dificultar la obtención de información verdadera era Night. Parecía ser cautelosa, mucho de hecho.

- Como prefiráis, tengo toda la noche. Pero lo más seguro es que al amanecer tenga que retirarme a hacer algunos recados. Aunque no duerma, se espera que realice mi trabajo con suficiente diligencia.- repliqué mirando hacia la puerta del local esperando a que salieran con nuestras comandas.

off:

Escuche a las dos hablar y extrañarse por mis gustos. auquella bebida era algo peculiar, y muy sabrosa. A mi en cambio sus tes me snaban mas extraños que el mio,con esos nombres tan peculiares. Nisiquiera sabrian que tenian.suspire y me rei.
-sinceramente...yo lo veo muy normal. Quiizas no del gusto mas comun, pero es un te bastante simple y sabroso, con un toque especial.
Luego escuche lo que decian sobre las cosas de las quepodiamos hablar . poco a poco y con paciencia. o por miparte no pensaba hablar aun, asi que me dirigi anatzume concierta curiosidad extraña.No parecia un demonio,pero me daba una sensacion similar.
-¿que eres Natzume?...sin rodeos. Tu aura no es normal, ni la tuya Shirka
Dije sin muchas ganas deperder el tiempo

La joven de ojos verdes giró la inclinó la cabeza a un lado, sin parpadear en ningún momento, mientras que Night hablaba sobre su bebida. No había contestado a su pregunta, pero tampoco era importante, podría esperar. Todavía quedaba tiempo por delante, así que, ya le tocaría responder en otro momento.

Fue a contestar que no tenía nada de raro, o al menos, eso es lo que la propia Shirka pensaba. No conocía sus orígenes, y lo único que podría tener de especial era su entrenamiento. Pero por algo era una espía, sabía perfectamente ocultar ese entrenamiento para que no se pudiese ver a menos que cometiera un error o fuese muy obvia. Dudaba en todo caso que hubiesen visto las dagas ocultas bajo la falda de su vestido, y eso era lo único que podría delatarla.
Pero en ese momento, llegaron el té y las pastas. Dio un trago a su bebida antes de ponerse a comer los dulces como si hubiese estado años sin probar bocado. Tenía hambre, y en esos momentos no pensaba en los buenos modales. Quizás cuando estuviese más saciada, le costaría menos controlarse.

Sin embargo, a pesar de tragarse las pastas, prácticamente de un mordisco cada una, estaba atenta a la conversación. Lo  uno no quitaba lo otro.

- Vaya, eso explica algunas cosas. Imagino que es lo normal, aunque debo decir que no tengo el placer de estar cerca de muchos hechiceros. - no es que le gustasen demasiado, porque en las misiones cuando estaba disfrazada ellos podrían notar la energía extraña, pero el resto del tiempo solo le parecían personas curiosas.- Que casualidad toparme con dos hechiceras en el mismo día.

Se recostó contra la silla pensando en la respuesta que darle a la rubia, pero tenía un problema: ¿A qué exactamente se refería con eso? Si era magias, sí poseía. Pero no había dado muestras de ello. Por otra parte, sus otras habilidades venían de su entrenamiento y de eso no podía hablar. Así que, optó por la respuesta fácil, mostrar una de sus habilidades.

Abrió y cerró su mano derecha, exponiendo la palma a las dos chicas cuando esta estaba abierta. Eso no era más que para concentrar su poder, porque cuando estuvo lista, cerró la mano de nuevo en un puño y se pudo ver un leve resplandor salir por los huecos de esta. Al abrir la mano, una pequeña mariposa de color entre morado y rosa de apariencia transparente había aparecido en la mano de la joven. El insecto revoloteó dos o tres veces, pero sin moverse del lugar en el que había aparecido.

- Imagino que esto será a lo que te refieres con habilidades.- dijo tras cerrar la mano, rompiendo la mariposa en fragmentos.- Por cierto- dijo cambiando de tema unos segundos.- Si queréis pastas, podéis tomarlas.

Después dirigió su mirada hacia la única que aún no había mostrado sus habilidades.

La noche empezaba a ser entretenida. Con conversaciones y personas quizas muy interesantes. Aquel muchacho, en poco tiempo trajo el pedido. Mientras se movia le miraba de arriba abajo. Le sonrei de medio lado con una leve insinuacion. No sabia como se lo tomaria, pero la mayoria de las veces era algo realmente divertido. Alguna vez me habian llamado bruja por ello, pero siempre cuando la mujer estaba al lado. Que simple era la naturaleza del hombre, o por lo menos la de la mayoria.
Desgraciadamente todo no era tan simple siempre, y el preguntar demasiado rapido sobre su vida a aquella chica era algo en muchas ocasiones malo. Asi que mi pregunta no fue respondida directamente. Escucha a la sdos hablar y comence a beberme el te en pequeños sorbos, disfrutandolo. Pero en vez de la respuesta esperada obtuve una mucho mas util. Las sombras, esa gran habilidad que en un futuro planeaba aprender antes de morir. Lo mire sorprendida e impresionada, con ganas de pedirla consejo. Pero simplemente me mantuve aislada al oir lo que dijo. ¿eso era lo que la impedia comer?...yo no perderia comida por un hechizo de sombras. Simplemente por que en mi caso no podria vivir sin comer. Quizas podria comer otras cosas menos vegetales, pero estaba claro que la carne u otros manjares estaban reservados a gente con mucho mas dinero. O la chica era rica o simplemente no necesitaba alimentarse. Ambas cosas me interesaban.
-Mmm...impresionante. Es una hablidad muy poco comun.
Dije mirando la campana que habia dejado el muchacho en la mesa, tentada a llamarle para ver que hacia Natzume con su sombra. Claro que siendo poderes de otra persona, mis ideas quedaban en segundo plato. Pero mis pensamientos se aislaron cuando vi como la otra chica usaba otro poder. Era bello y extraño, y algo inutil a mi parecer a no ser que las usara de plaga. Pero la utilidad venia dada por sus dueños, aveces solo querrian parecer mejores y tener habiliadades que resaltaran su elegancia o belleza. Todo concluyo ahi, viendo como ambas mostraban sus habilidades. El silencio de despues fue un poco incomodo, ya que una esperaba mi reaccion y opinion, aunque sabia que no solo queria eso. Sino otra muestra, muestra que podria ser peligrosa para ellas y si alguien lo veia para mi. Asi que haria algo simple y breve. Podria intentar controlar la mente de alguien de alli, o invocar a algun demonio. Pero aquello mostraba habilidades unicas y con ellos mis ventajas y desventajas. Me centraria en algo mejor y poco significativo.
-Me dejais impresionada, la verdad. Pero mirad esto.
Al igual que shirka mostre una mano sobre la mesa, en aquella palma de la mano comenzo a aparecer una espera de oscuridad, cuando alcanzo su tamaño normal simplemente la hice desaparecer.
-Y eso es todo, un poco decepcionante comparado con lo vuestro.Pero tengo un gato
Dije con una ronrisa y volviendo a beber te.