Oscuridad y 7 estrellas

El miembro 'Enea' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Dado Numérico Random' :

#1 Resultados : 5, 10, 7, 6

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#2 'Dado Numérico Random' :

#2 Resultados : 7, 4, 5, 8, 4

Fue en su desesperación algo violento Albart en su forma de arrastra a Enea hacia donde sea que los alejase de aquel oscuro y maldito lugar, escucho las quejas de la mujer y sin embargo no detuvo su accionar, estuvo siempre dispuesto a sacarla de allí y a la larga así lo hizo. Ya fuera de la cueva les espera una complicada subida, aunque Enea demostró que no hay pared que se le resista a la hora de subir a través de ella, rápidamente y sin mucho esfuerzo la mujer logro subir el pequeño peñasco que se interpone ante ellos, quedando solo Albart en un desnivel inferior.

-Y pesar que habéis dicho que no se te daba bien.-Dijo sorprendido el hombre mirando a la mujer y al animal desde abajo. Se preparó Albart para subir y de a poco lo hizo, miro atrás algunas veces y luego volvió a centrar su mirada al frente suyo. A diferencia de Enea el ascenso del caballero fue más lento y complicado, aunque no pareció correr peligro en ningún momento de caerse al llevar mucho peso pareció que en más de una ocasión iba a sufrir un descenso antes de poder continuar con el ascenso. En el último tramo del ascenso tuvo la ayuda de la mujer, ayuda que no dudo en tomar el caballero para así llegar a la cima del peñasco sano y salvo.

-Ahora…A irnos, no hay nada que hacer aquí.-Recupera un poco el aliento el caballero de cabellos dorados y luego mira los alrededores donde se encuentran.- Lo que fuera que allí hay claramente no está allí, el amo cuida su dominio pero no creo que este allí, de otro modo no nos hubiéramos podido ir tan fácilmente.- Para el héroe del Puño de Hierro escaparon fácilmente, no importa cuánto parezca que corrieron e hicieron para salir, no tuvieron ningún encuentro real con nada, todo fue meramente sobrenatural.

-Debemos volver donde vimos los pájaros, creo que es el mejor sitio para pasar la noche que se viene sobre nosotros.-Quiere tener algo que los cubra durante la noche, y lo único que recuerda que puede cubrirlos es ese sitio y luego la cueva donde pasaron la noche anterior, pero no llegarían allí a tiempo para refugiarse. Acaricia a su compañero el cual se deja sin mostrarse amoroso, simplemente se deja sin demostrar amor ni odio hacia el humano. Tras esas muestras de afecto Albart guardo sus instrumentos de escalada una vez más en su mochila y al terminar se dispuso a regresar por donde habían venido en un principio, sin saber si Enea tenía algo que decir al respecto o no.

Miraba hacia Albart y hacia las sombras. Temia que algo agarrase a ese hombre y le echase hacia aquel lugar oscuro y frio, siendo algo muy peligroso. Esperaba que subiese tras de mi, vigilando que nada lo agarrase como me habia pasado a mi apenas unos segundos antes. Alerta vigile, para finalmente ayudar a ese humano subir el ultimo tramo. entonces le respondi.

-He tenido suerte supongo. Suelo ser mas patosa bajo presion.

Le explique, sin saber muy bien que clase de instinto lejano habia sacado para llegar hasta alli arriba. Seguro que de supervivencia, pero aun asi...me parecia increible hasta a mi. Pero al escucharle hablar sobre aquello, me sorprendieron las palabras. No habia sido una aventura facil. Nos habia costado salir, o por lo menos habiamos salido corriendo.

-¿que no esta aqui?...Pues vas a tener que tener un ejercito para encontrar lo que necesites si hay mas amenazas que aqui. Esa cosa...casi me agarra.

Le dije mientras le levantaba y miraba como buscaba un camino de vuelta. Algun sitio por donde irnos. Al parecer, aquello habia acabado. Y una vez pasado el peligro, adios al miedo. Entonces le escuche sobre donde pasar la noche y asenti.

-Si, nos vendra bien descansar un poco. Aunque sea en un lugar asi. Mejor que a la intemperie. Y las noches aqui vienen rapidas y frias.

Comencé a andar segun se calmaba mi corazon y el miedo desaparecia por completo. Avance por el camino tras el humano, mirando al cielo y la nieve. Ahora todo parecia mas real, mas magnifico que nunca. Todo parecia mas real ahora, mas real que en siglos de vida. Ya sea por el miedo, por la situacion o por el hechizo lanzado por el heroe. Ahora veia todo diferente. Y sin mas, empece a reir.

-jaja....jajajajaja......jajajajajajajajaja
Me eche la mano al rostro tapandome los ojos que al igual que mis labios reian sin parar, para finalmente apoyar mi mano sobre las rocas de hielo que no rodeaban.

-¿sabes?...jajaja... hacia siglos que no me sentia tan viva.

Podia parecer triste, pero vivir siglo tras siglo guardando un secreto, guardando una promesa o simplemente viviendo entre humanos guardando las formas no era un modo de vida muy animado. Recordaba tiempos en los que la gente me metia en problemas, en los que buscaba una cura a la maldicion, o tantos otros momentos de supervivencia. Ahora fuera de ese agujero todo era de nuevo interesante.
-jajaja, es increible.
Tras decir aquello mi mano se poso en el hombro de Albart con bastante fuerza, Para usarle de apoyo entre risas.
-Gracias albart...por decirlo de alguna manera... me has devuelto a la vida. jajajaja

Le dije mientras me apoyaba y poco a poco me iba calmando, aunque al poco tiempo parecia volver a reir sin parar. Tras un raro, volvi a la normalidad para llegar al refugio indicado.

Nada parece seguirlos de momento, la suerte los acompaña una vez más en más de un sentido, aunque ellos desconozcan ese hecho por completo. El rubio dejo entender que el enemigo, el amo de ese lugar no se encuentra “en casa”, aunque le cueste de creer a la dragona Albart sabe bien que no se equivoca, tiene bastante experiencia en aventuras y campañas como para saberlo.

-Si el amo de este lugar estuviese aquí, en estos momentos estaríamos batallando una lucha peligrosa y violenta…Claro está que tiene su dominio bien vigilado, aunque me pregunto si pudo avernos visto desde la lejanía donde se encuentra.- Más que el poder real de la criatura lo que más preocupa al caballero rubio es que el enemigo los haya visto, si es así al conocer sus rostros puede darle caza por medio de sus seguidores o esbirros si los tuviese.
Dejado momentáneamente el tema del poder del enemigo ahora se centran más en lo cercano y próximo, y eso es descansar en un lugar medianamente seguro. Se ponen de acuerdo humano y dragón en el sitio donde pasaran la noche que se les viene encima, tan oscura y fría como cruel, así son las noches en ese alejado y casi olvidado territorio.

-Entonces, nada más que deciros, pongámonos en marcha, con rectitud y valor.- Evoca Albart con palabras alegres y gallardas sus deseos de continuar con su travesía sin temor ni duda, confiado en su juicio y en su accionar. Guiando la marcha el caballero acompañado del huargo y el dragón comenzó a escuchar risas, no le fue muy difícil asociar esa risa con la fémina que lo acompaña, aunque nunca antes la había oído reír realmente, al girar vio a Enea riendo a carcajadas, casi al punto de siquiera poder moverse. Al principio ese hombre no hizo más que observarla, pues se supone que la risa es un motivo de felicidad, aunque en algunos casos puede ser un signo de que se ha perdido el juicio por completo. Al tiempo de tanto reír al fin la mujer hablo, Albart no desea retrasarse demasiado, pero no busca ser brusco con la mujer, la observa y escucha con paciencia, aunque no sabe hasta qué punto puede mantenerse de ese modo tan inerte.

-Pues es algo en verdad triste, tenéis motivos de sobra para alegraros mujer- En verdad es muy triste el tener que arriesgar la vida para sentir la emoción de estar vivo, aunque ella no es la primera ni será la última en sentir de ese modo. Ella le volvió a dar las gracias y se apoyó con bastante fuerza en uno de los hombros del hombre quien despacio la tomo de los hombros, la mira sin desviar la mirada y la fue presionan de a poco para que se acercarse hacia él, abrazándola un poco, de a poco ejerciendo cada vez más fuerza.

-Reír, llorar, alegrarse, enfadarse, frio, calor, humedad, una canción, la roca y la rosa, el cielo y el suelo, los animales, tantas magnificas criaturas y lugares, eternos e innumerables, alguien como vos con una vida tan larga no necesita que se lo recuerden ¿O sí?- Con un tono de voz suave y poético se dirige a la mujer que parece haber entrado en shock después de haber corrido peligro su vida. La contuvo un tiempo considerable y luego de a poco comenzó a andar sin dejar de acompañar y proteger a la mujer, solo haciéndose a un lado en cuanto vio indicios de que Enea quisiera más libertad y espacio personal.

Spoiler:

-Aquí estamos nuevamente, y aunque no parezca muy alentador, aquí se puede estar bien, solo necesitamos ser astutos.-Para la mayoría dormir allí sería algo terrible, pero los que tienen muy en claro el tema de la supervivencia ese sitio es más que ideal para pasar una noche. Camina lento Albart, mira a su alrededor tratando de notar entre los caminos que se forman en el hielo donde hay menos aberturas, allí será el lugar donde el haga su campamento esa noche.

Acababa de salir de la cueva, de volver a vivir un momento de accion en mi vida. Hacia siglos que no me atrevia a realizar ninguno por mi mala pata en las maldiciones. Solia salir de la accion con algun que otro efecto secundario. Ahora sin embargo estaba bien, seguia siendo persona y no sentia nada extraño. Ademas, en aquel momento recorde por que me gustaba aquella sensacion. La sensacion de libertad y supervivencia, ademas de unos sentidos que aumentaban a cada segundo, dando una sensacion de calma despues. Pero dejando esos sentidos aun activos y despiertos. El olfato, la vista, el tacto. Todo parecia mas vivo ahora, como si hubiera estado durmiendo durante años y ahora porfin estuviese despierta. Desde luego, era algo por lo que alegrarse.
-Puede que tengas razon. Aunque desconozco si nos vio...

Mi mente intentaba entender todo aquello, siendo las palabras de Albart aun inentendibles para mi.

-Sinceramente... no se si puedes explicarmelo mas...Pero me encantaria entenderte mejor. Ahora mismo es como si hablases de un fantasma... o de un dios.

Me tenia bastante intrigada, siendo mi mente ahora mucho mas aguda intentando buscar explicaciones a todo aquello. Tras aquel momento segui andando, para avanzar tras albart con calma. Meditando sobre mi vida y el tiempo de calma que habia tenido para evitar problemas mayores. Solo protegiendome para que una ciudad olvidada no perdiese su razon de ser. Ya ni si quiera sabia donde se encontraba¿ porque tenia que ser mas fiel a una ciudad perdida que a mi misma y mis sueños o deseos? Era dificil pensar en ello. Y ahora entre risas intentaba soltar aquella alegria. Dejarla fluir rememorando todo a mi alrededor. Dando las gracias al hombre que estaba conmigo.

-¿algo triste?...jajaja vivir siglos se torna aburrido. Actuar de vez en cuando es...volver a sentirte vivo.jejejej

Fueron mis palabras claras para ese hombre que tras poyarme en el, uso su fuerza para guiarme hacia el, formando un abrazo que empezo a calmar mi risa. NO me esperaba algo asi, y menos por aquellas razones. Quizas hubiera sido agradable si ese hombre no tuviese armadura dura, o si quizas le hubiese conocido mucho mas. Aunque sin embargo sabia como calmar los animos, siendo aquel un gesto sincero, unido a las palabras que hizo despues, volviendo aquel momento muy poco comun y algo unico.Por lo que apoye las manos en la armadura y disfrute de aquel momento. Tantas cosas apreciaba ese humano que yo con el tiempo simplemente ignoraba. Solo en momentos muy importantes de la vida podian entenderse.

-No, no necesito que me lo recuerden.

Quizas no fuese mi mejor comentario ni reaccion. Pero fue un impulso el que me hizo apartarme de el quizas de una manera mas brusca de la esperada. Aunque note como el sin pega ninguna apartaba sus brazos nada mas apartarme.

-No se si un humano puede entenderme. Pero... todas esas cosas que nombras, normalmente para mi apenas significan nada. Son como una gota de agua en el oceano del tiempo. Sin embargo, hay momentos en los que el tiempo parece pararse, todo parece sentirse mucho mas fuerte. Ya sea por miedo o por algo diferente a todo lo vivido...

LE respondi mirando al huargo. Luego suspire viendo que apenas quedaba mucho camino para llegar.

-Y por ejemplo estos momentos me hacen despertar los instintos. Llevaba mucho tiempo haciendo una vida normal y comun. Y tras años vuelvo a tener algo de accion. Aunque suene extraño...en el pasado jamas repetia el mismo dia. Supongo que lo echaba de menos.

Sin embargo, a pesar de mis palabras pensaba en sus palabras. Siendo cosas que me hacian pensar si me habia vuelto fria con el tiempo. Tan fria como aquella tierra.

-Aunque no descarto que si veo un cierto en mitad de esta tierra me emocione al verle. jejeje

Supongo que cada cosa tenia su momento. Y en aquellos momentos todo podia resultarme maravilloso. Una vez habia despertado...quizas todo pareciese diferente.

Nada mas llegar, buscamos el mejor lugar para poder habitar en el. Cuando vi a Albart decidido a colocar un campamento deje mis cosas en el suelo y saque la espada alejandome un poco.

-Cualquier lugar es bueno para descansar un poco.

Le respondi siendo positiva, aunque era cierto que el tema de la comida era algo dificil de llevar. Calenté un poco la espada con fuego y la clave en uno de los bloques de hielo y nieve que habia alrededor. Al no estar elevadamente caliente, no salio vapor. Y una vez acabado el corte, lo use para crear una especie de techo en diagonal, alli donde albart habia puerto el campamento. Para aislarnos levemente del frio y sobre todo protegernos de posibles vigilantes. Tras aquello me sente pensando si hacer fuego o no en un lugar como aquel.

-No esta mal el sitio. Algo frio, pero por lo menos alejado del peligro.

Dije aprobando la eleccion de albart. Luego mire alrededor y suspire. No era el mejor lugar del mundo, pero no tenia fuerza como para transformarme y volver con los dos a cuestas. Ademas dudaba que el animal se dejase agarrar por un dragon.

-¿hago guardia yo? ¿o la haces tu?

No me fiaba de aquel lugar. Parecia demasiado peligroso y vacio. Y me hacia dudar de si aun estabamos en peligro a pesar de haber salido de la cueva. Quias un animal hambriento y perdido... o quizas aquella sombra de la cueva. Solo por la noche las verdaderas bestias salian a cazar.