Preparativos pre guerra

El ambiente de momento era extrañamente amigable, al menos entre los reclutas, pues ya sabía de sobras que aquí los soldados no te dejaban pasar ni una. Casi me empalan por estar en el lugar equivocado y a esa chica por poco la matan por pedir un médico, ni que hablar de la regañina que se llevó el cocinero. Hice cola como los demás y cogí mi comida como los demás, y estuve a punto de llorar al probar bocado como mucho de mis compañeros. Realmente este plato podría ser una piedra mojada en agua que me iba a parecer un manjar digno de reyes, pues las comidas desde que empecé mi viaje hasta aquí habían sido a parte de sosas, escasas. Miré a mi alrededor y fui a sentarme al lado de la mujer pelirroja, no sin antes escuchar las quejas de mi padre.

-¿Quieres liarte con una pelirroja que tiene los días contados?- Me gritó al oído ese maldito fantasma, para luego bociferar de nuevo en mi cabeza con un tono jocoso una ordinariez. -¡Ves a zumbarte a la cocinera, que es más pechugona y te puede dar más comidas! Ni para meterla tienes ojo chico, aunque al menos no te la meten a ti ¡Já!

Mi ceño se frunció y suspiré de nuevo, sentándome junto a la pelirroja y dejando mi plato en la mesa algo molesto. Bebí un sorbo de mi bebida y después seguí comiendo mirándola de reojo.

-¿Que te ha pasado?- Le pregunté, intentando ignorar los gritos  de fondo y a mi padre. Mientras hablaba con ella algo en mi cabeza se activo, a esa chica no le había visto arrimar el hombro mientras levantábamos las tiendas. Era raro, extremadamente raro. O estaba gravemente herida de verdad, que antes no me lo pareció, o quizás ella sí era una espía.-Si no has podido ayudar debe ser bastante grave, si quieres luego te puedo echar una mano con tus heridas.

Me mandaron de nuevo a la cocina, perfecto...
Estando de nuevo en la cocina continue ayudando, esta vez la labor se volvía le triple o tal vez el cuadruple de tenaz, teníamos que ser completamente más rapidos y mantener al mismo tiempo la misma sazón rica que habíamos puesto en los platillos que desgustaban los soldados allá...pero no me agradaba para nada que no quisieran atender a esa chica nueva, me importaba un carajo que pasaría conmigo...simplemente no podía dejarla así..¿por qué?....Porque posiblemente ella con su fortaleza demostradas en el tono de sus palabras que me brindó cuando el soldado me mando directamente a la cocina sin importarle una mierda....demostraba mucho mas que los muchos soldados que aqui les interesaba la comida, reirse de los demás y posiblemente la barbaridades acostumbradas en la época.
Tenía dos decisiones ahora en la mente mientras que ayudaba a mis compañeros y compañeras en la cocina, aunque a una de ella ya le habia "hechado el ojo" ayudandola de mas y de vez en cuando le tomé la mano con el pretexto de que iva agarrar el mismo ingrediene que ella, necesitaba una aliada en la cocina...solo esperaba que no me defraudara en una petición.
Me acerqué a ella sin dejar de hacer mi trabajo. Debo ayudar a la chica nueva, noto que ella será muy capaz en el trabajo pero con esa herida, se podría infectar o incluso sentir mal...Voy a ir rapidamente...espero no me jodan a golpes-le mencioné susurrandole, y despues de un beso en su mejilla, como agradecimiento pensando en que ella mantendría la razón por la que iva ayudar a la peliroja o usarlo a su favor.

Segui un rato mas con el trabajo y posterior de eso, en lo que estaba esa oportunidad en la cocción al terminar la marinación, decidí tomar un vaso de agua y la coloqué aun lado para beberla en lo que preparaba rapidamente el instrumento.

Antes bien sabía que antes del "torniquete" utilizaban aceite hirviendo y las cubrían en lienso porque se pensaba que así la infección se evitaría. En cambio las gasas protegería la superficie lesionada, el vendaje de modo grueso o fino dependía del a herida...pero la gasa permitía que se forme un ambiente ácido en la herida y otras cosas mas de la escuela que recordaba....mientras menos móvil la lesión menos dolorosa. El calor de la gasa propiciaria una ayuda en la cicatrización. Decidí ir preparando una gasa y la humedecí un poco con el agua, ayudaría a la mejor absorción de la secreción y disminuiria la viscosidad.
A base de hilo a la mano, que no era mucho... propicié el instrumento...el tiempo se me acababa, así que salí caminando aprisa con el vaso de agua y la gasa básica, buscandola y una vez localizada, sentándome por un lado rápidamente miré hacia la herida.
No te muevas-y sin más comencé a trabajar con el agua y posteriormente comencé a secarla con pequeñas palmaditas y despues de eso, le fui colocando la gasa lo más aprisa que podía...

Muy tarde...ya comenzaba lo siguiente ne la comida....gruñí ..Me vale un comino los golpes...no dejare que esto se joda....mencioné para terminar de una forma mas conciente y tranquila.
Tengo que irme-le meniconé a la chica y le mire, notando que habia un chico atras.
Chico, cuidala...tengo que irme-y sin más, corrí hacia la cocina a seguir trabajando...si alguien que seguramente ya me habia visto, me iría mal...

Con las cosas en su lugar cada quien se dedicó a lo suyo, aunque Alex se encargó de lo suyo hasta cierta medida ya que actuando por caballerosidad e instinto traza un plan para ayudar a la pelirroja malherida. Para ello tiene que obtener la ayuda de una de las cocineras del lugar la cual se sorprende y se sonroja mucho ante el toque de Alex, ni que hablar del beso en la mejilla, en esa época es un gran atrevimiento algo como ello, una acción digna de nobles o de amigos de la infancia. Enea, Faeran y Alex de algún modo terminaron todos juntos entre tanto ruido y movimiento, y el humano llegado de otro tuvo tiempo suficiente como para preparar sus herramientas medicas sin ser notado, aunque todo gracias a sus compañeros, porque de otra manera podrían simplemente haber dejado a Alex a su suerte sin otorgarle ningún apoyo ni encubrimiento. El propio Faeran estaba de acuerdo en ayudarla, por lo que no debería de tener mucho problema con hacer lo que Alex le pide, lo mismo va para Enea que buscaba ayuda, allí la encontró.

Los minutos van pasando y las horas también, el ruido de los platos de comida cesan, lo mismo de copas y pintas, tasas y el ruido, ya con el estómago vacío solo queda relajarse y descansar. La temperatura baja considerablemente, ahora es cuando los abrigos son necesarios, y esta se humedece deprisa debido al rocío nocturno que cae de los cielos despejados y distantes, rocío que parece inofensivo, pero que bien sabe Faeran al ser un nacido en Asbru que puede ser perfectamente tan dañino como mortal.
Algunos empiezan a jugar a los dados, otros cantan y hablan tonterías relajándose, poco a poco irán yendo a descansar ya que por fin podrán descansar en un sitio fijo con mantas y camas reales, no están a la intemperie ni durmiendo en carretas.

-Escuchen reclutas- Se escucha la voz de más de un soldado hablándole a muchos grupos.- Aprovechen de descansar cuanto puedan, los primeros días son mortales para el cuerpo que no está acostumbrado, duerman bien hasta que se acostumbren, estarán mucho tiempo aquí y ya tendrán tiempo de sobra para jugar o conversar.- Le hablan de ese modo a muchos grupos, diferentes soldados y caballeros advirtiendo que no se queden hasta muy tarde despiertos, que al otro día puede se arrepientan de no haber descansado todo cuanto pudieron hacerlo.

Las cosas para mi parecian ir a mejor conociendo a gente diferente de la que habia habitado en un carro durante mucho tiempo. Lo primero fue al sentarme y ver como uno de ellos se colocaba a mi lado y me preguntaba. Me sorprendio la pregunta ya que no me esperaba ni una sola muestra de curiosidad por nadie.
-Para venir, en el carro, se aburrían y la tomaron conmigo.
Dije al chico sorprendiendome por su interes y por su ofrecimiento a ayudarme.
-Si me echas una mano estaria realmente agradecida. Pero..¿sabes curar heridas o lesiones? Aparte...tengo todo el cuerpo malherido por culpa de esos salvajes.
Fue entonces cuando otro chico, el cocinero aparecio de la nada y me vendo la herida que anteriormente habia visto, una de tantas. en realidad era todo un detalle y se lo agradecia de verdad. Mas aun despues de haberse llevado una bronca. Cuando se fue a ir le di las gracias y vi como se marchaba a toda prisa dejando un mensaje a quien estaba alli a mi lado.
-Bueno...me llamo Enea. ¿tu quien eres y..conoces al cocinero?
Dije con curiosidad y mirando al chico rubio que tenia delante. Luego me recogi una manga mostrando moratones y un buen corte que sangraba manchando el abrigo de sangre.
-Como este tengo mas y aun no pude acercarme a un buen fuego para cerrar la herida. Digamos que no empece con buen pie. ¿tu? ¿como has venido aqui?

-¿T..te metieron una paliza en el carro?- Le pregunté mientras mi cara empalidecía, y eso que ya era pálida de por si, ahora mismo me alegraba de no haber subido a uno de esos carros. A saber porque habría pegado a esa pobre chica, y al igual le habían hecho más cosas que ni yo mismo quería imaginarme. La chica me dijo que si le echaba una mano lo agradecería y me preguntó si sabía curar heridas o lesiones, me sonreí orgullosamente y le contesté.-Se algo, mi abuela me enseñó. Así que si no es algo demasiado complicado podría servirte.

Antes casi de acabar de hablar apareció el chico de la cocina, el mismo que antes había ido a hablar con esta chica y el caballero. Realmente al hacer este acto se estaba exponiendo mucho y era algo realmente fuera de lugar ¿Acaso había acabado de trabajar antes? Puede ser, es una opción, pero solamente esperaba que no lo pillaran. Vi como ese hombre le hacía un torniquete  a la pelirroja en el brazo y después dijo que cuidara de ella.

-¿Cuidarla?- Dijo mi padre.-Déjala que se muera desangrada, así tendréis más carne para comer.

Asentí con la cabeza, no a mi padre si no al cocinero, y luego miré a Enea que se volvió a dirigir a mi, presentándose.

-Mi nombre es Faeran.- Le dije sin cambiar el tono de voz.-Yo.. Yo pensaba que era amigo tuyo, al fin y al cabo fue a dar la cara por ti antes ¿No?

Justo después me enseño el otro brazo, donde tenía moratones y una herida sangrate. Toqué con cuidado su brazo acercándolo para verlo mejor, desde pequeño me habían dicho que mis manos eran cálidas y por eso servía más para curar que para la guerra, pero eso ahora no importaba demasiado, simplemente esperaba que se sintiera mejor.-Seguramente haya que suturar, es mejor que... El fuego. Lo demás no tiene más misterio, seguro que no es el primer moratón que te haces ¿Tienes muchos más?

Fue curioso ver como me preguntaba algo tan evidente. Estaba llena de heridas y mi aspecto no era muy bueno, aunque si se me veia descansada como a pocos.  Suspire y le mire comiendo mas comida para que con ella pudiera recuperarme antes.
-Podría decirse que si. aunque fueron mas de una.
Respondi mirando a la comida de nuevo y mirando el plato con cara de pocos amigos. Tenia ganas de recuperarme y devolvérsela a esos hombres, pero una vez alli ni sabia quienes eran ellos. cuando el chico me respondió a mi pregunta sonrei mas tranquila.
-Mmm, en ese caso espero no tener nada roto. digamos que siento poco mas que dolor en todas partes. Asi que o tengo suerte y son solo golpes o tengo algo mas serio. Espero que sea lo primero.
Tras esa respuesta vino y se fue el cocinero, dejando claro que alli no habia gente como en el carro, que habia gente decente y preocupada que buscaba mas que dinero y ganas de matar. Miré como se fue despues y segui con mi conversación con Faeran.
-No le conozco de nada, pero me gusta ver que en un sitio como este no hay solo hombres que disfrutan dando palizas.
Dije comiendo lo ultimo que quedaba en la mesa de la comida y le mostre mi otro brazo, este con una herida con un aspecto similar a la del otro brazo. Tambien tenía otro corte en la espalda que me estaba haciendo casi todo imposible y un dolor en un pie que al estar sentada aumentaba. Pero el brazo era lo  unico que podia mostrarle alli sin llamar la atención, como una herida de guerra mas. Deje que acercara mi brazo y respire calmada intentando aguantar resistir el dolor que eso me daba.
-Moratones? muchisimos mas. Respecto a las heridas, tengo otras, no se si muy graves o no, tampoco me quite el abrigo para mirar, pero si tengo mas. Y puede que tenga fastidiado el tobillo, y eso es lo que menos gracia me hace. Vine aqui gracias a mi agilidad y velocidad, sin un pie...ya podían freírme en la cocina.
Respondi a aquel chico tranquilamente, sabiendo que alli no tendria muchas oportunidades de alianza. Y esa podia ser bastante practica en aquellos momentos. Mas adelante incluso podria fiarme para explicarle el porque de todo, aunque si le explicaba eso debia saber que estaba decidido a ayudarme de verdad, ya que ocultar a una mujer peliroja dia a dia iba a ser posiblemente un problema.

En la cocina segui trabajando con mis deberes, ya me habian hecho un favor así que claramente el trabajo se aumentaba el triple en mi caso.
Marinar y seguir preparando la cocción y posteriormente darle su detalle al platillo, así sucesivamente...hasta que se me acabo parte de mis ingredientes y fui por mas, aprisa.
Mientras se calentaba los platillos preparados por mi parte, me acerqué a mi amiga de la cocina y le abrasé tiernamente por la espalda tomando sus manos con la misma ternura que seguramente una dama querría ante la barbaridad representada por los soldados comunes de alli y le di un cálido beso en su mejilla.
Te debo ya dos...la primera, apoyarme...y la segunda el favor de ahora. Piensa en el favor y despues del trabajo dime lo que tu quieres para pagartelas.
Y sin más, me separé y segui cocinando, no obstante fui a dejar los platillos. Yo era un hombre de palabra, y habia decidido serlo completamente: Tenía que ser un gran soldado para la milicia de estos tiempos, tenía que ser un caballero con la peliroja que tenía la valentía de pertenecer en esta gran familia y así mismo ayudar al crio que estaba a su lado, no eran burlones por lo que veía así que veía en ellos un pelotón, una familia.
Despues de terminar los platillos fui llendo aprisa a seguir dándo de comer a los soldados restantes, en una de las ultimas vueltas mi tenis resbaló causando que me cayera sobre mi brazo izquierdo. Solo cerré los ojos e intente no quejarme, sin más, sin querer ayuda o lástima comencé a levantarme y una vez levantado me sobé el brazo y fui por otro plato, pues claramente habia hechado a perder la que llevaba.
Una vez teniendo el ultimo platillo, con mi mano no lastimada se lo llevé al ultimo soldado, y sin más me senté en un lado de la cocina sobandome mi brazo, esperando instrucciones para poder ir a descanzar yo tambien y seguir atendiendo a la peliroja

En cuanto me dijo que le habían dado más de una paliza mi cara empalideció levemente aunque intenté que no se notara en mis ojos, bebiendo un vaso de agua. Realmente era bastante inexpresivo y parecía que no me importase nada una mierda, y en gran parte no me importaba, gracias al fantasma de mi difunto padre había levantado un muro sentimental que no podía derribar nunca, pues él siempre estaba acechando. En cuanto le dije que podía curarla según la gravedad de sus heridas sonrió y eso me agradó, significaba que podía hacer algo más que espantar moscas con la espada en este lugar.

-Preferiría ser médico a soldado.- Le confesé cuando dijo no conocer al cocinero que le había hecho un torniquete en el brazo, pues realmente no es que fuera un gran secreto ni mucho menos.-Pero es mi destino empuñar una espada.

-Preferiría que estuviese tú muerto en vez de yo.- Replicó mi padre.-Pero es tú destino acabar lo que yo empecé, pequeño bastardo come mierda.

La chica dijo que tenía muchos más moratones y heridas que aún no había visto, de hecho no era buena idea quitarse el abrigo y menos de noche así que supongo que lo mejor sería verle las heridas mañana por la mañana, en cuanto a su tobillo podía ser un esguince y de ser un esguince leve no tenía demasiado misterio. Apretar el lugar para que no se moviera cuando hiciera la instrucción, aunque seguramente se le movería y le dolería más, y paños calientes cuando estuviera sin hacer nada.

-Pues si la agilidad y la movilidad es tu fuerte mantenlo en secreto.- Le sugerí buscando la trampa para que no fuera expulsada del lugar o algo peor.-Al menos hasta que se te cure, así también podrías sorprender a los altos mandos. Pero ¿Me dejas ver tu tobillo?

Bueno ahora podía descanzar, si se podría decir...pues mi amiga que me ayudo a encubrirme en un pequeño lapso de tiempo para ir ayudar a la peliroja,  me habia dado una bofetada y con justa razón.  Mabel estaba sonrojada cuando me dio la bofetada y a la vez apenada, no era de los tios que se ivan a pelear con una mujer o amenazarla o incluso llegar a herirla, simplemente me quise llevar con ella y claramente no era de ese tipo. Lo más que me quedo era ofrecerle una disculpa y que pensase en lo que me iva pedir. Despues de aquella escena me salí de la cocina para tomar mi merecido descanzo, probablemente Mabel me pidiese que no le volviera hablar o si le gustaba me diría que para esos atrevimientos necesitabamos algo serio: Realmente no sabía  que cosa me pediria Mabel o  mejor dicho, ni sabia que iva pasar con ella. Podría claramente no decirme nada o decirme algo mas tarde o el dia siguiente, gracias a Dios no se armó un escándalo, la bofetada fue  solo un suceso que me paso a mi por parte de ella, hasta eso la bofetadas de mi madre eran mas duras. La disculpa seguramente sería un nada comparado con la humillación que seguramente ella sintio, supongo ahora tenía ue ganarme su perdón y cariño a pulso, no solo ayudandola con el trabajo, si uqería afianzar mas esa amistad debia complacerle con detalles, como poemas o detalles pequeños, pero en eso ya trabajaría despues, estaba cabreada y no me convenia realizar nada. Se le veía bien la pañoleta en el cabello eso si, lamentablemente no quería que me siguiera con un cuchillo a la proxima. Me convenía tener mas aliados que enemigos, ya tenía un strike con el general, una con Mabel y una con mis recuerdos, así que era la época del cambio.
Salí y decidí ver que los soldados estuviesen bien, y ya despues de allí me dirigí con  la peliroja y su acompañante.
Un dia algo dificil, pero en fin. Mi nombre es Alexandro pero me pueden decir Alex. Gracias chico por cuidar de la distinguida dama que tenemos aqui precente, ahora la duda  es como conseguir los materiales para ayudarle. Supongo que los tres podremos ayudarnos en el presente y futuro
Les comenté con una sonrisa.
Les ha gustado la comida?

Mire con curiosidad a Faeran escuchando sus palabras y asenti algo apenada. El destino era algo cruel y desconocia el problema que tenia para no poder decidir su destino. Sin embargo podria preguntar mas adelante por su vida y parecia algo mas accesible.
-Espero que algun dia puedas ser lo que realmente quieres.
Dije contandole despues de mis heridas y mis problemas. Luego escuche su consejo y asenti, no habia dicho nada de ello desde que llevaba alli. Pero aquel chico parecia de confianza y habia visto  mucha gente en mi vida.
-Con el tiempo, cuando me cure. Prefiero estar en el anonimato a no ser que las cosas vallan extremadamente mal. Podria morir antes que ninguno por mensajera o por que me mandaran asesinar a alguien lejos de la ley. Y no creo que saliera nada bien hasta que este claramente curada, y hasta que lo este... necesitare tiempo, mas del que me gustaria.
Respondi mientras pensaba en mi gran problema. aveces era realmente util para huir o acercarse sin ser descubierta, otras, era lo mas incomodo del mundo. Por eso no podia arriesgarme y perder mi recuperacion o mi "fama" que podia sacar alli por ver mis habilidades. Podria ser robada sin mas y acabar en otra punta del continente mientras la guerra seguia y ya nunca llegaria a tiempo. Era mejor estar al margen, por el momento. Asi que con cuidado me retire la bota y le mostre mi pie.
-Miralo, peor hazlo rapido o acabara congelandose jajaja. En estos lugares hace demasiado frio para mi gusto.
Mire mi pie calmada y confiando en aquel joven de cabellos rubios. En poco tiempo vino el otro chico que se presento y sonrei amable.
-ajajja, yo no me clasificaria de dama. No tengo el porte de una de ellas. Y lo del material... no se que quereis hacer conmigo, pero con algo de tela o con fuego podria hacerse mucho. Pero eso oi, en realidad nunca vi nada de eso. Y si, la comida fue genial. Hacia tiempo no comia nada en condiciones de verdad. Amm, yo me llamo Enea

No fue una risa burlesca la que salió por mi boca despues de que ella hablase, era una risa tranquila, confiada.
Le tomé su mano y se la besé, en señal de respeto y cordialidad si era una "señora" y no una "señorita".
Eres una dama ante mis ojos y ante los demas, que puedas forjar mejor un arma o un hacha que nosotros es otra cosa, hasta eso, deseguro ese sujeto que te gritó o uno que otro bien musculoso, si viese que fueras mejor que ellos en tu condición, querrían matarse de la envidia, le mencione alegro seguido de una risa y miré al muchacho.
Hey chico buen trabajo, se nota que no eres tan mala persona, incluso se podría decir que me da curiosidad e interes en no solo forjar una amistad o hermandad con la damisela peliroja aqui presente, si no tambien contigo

Lo que ellos estuviesen haciendo o fuesen hacer no me convvenia, ya que había notado ahora que Enea estaba descalza de un pie, pero el tratamiento del chico era suyo, no me iva a meter en el trabajo de otro, asi que ahora es hablaría a ambos, no solo particularmente.....iniciando así una conversación grupal.
Bueno no solamente hay que enfocarnos en las heridas y las armas, seguramente en el entrenamiento o en otras cosas tendremos que hablar de eso..¿Hay que animarnos no?..¿Alguno de ustedes ha tocado un instrumento musical?...el arte de la musica es hermosa, tanto como el arte de manejar muy bien una espada ococinar. Los seres místicos y milenarios son geniales no lo creen?...Ese significado que tienen, esas ambas partes...por ejemplos los Trolls, los duendes...en fin, hay cantidad de criaturas del as que se hablan desde hace tiempo y han estado evolucionando de una forma diferente claramente. ¿Creen que haya un arma que supere a las demas en esta época?..Que los alquimios hayan perfeccionado un arma tan poderoso que haga temer del dueño que la posea?.

Mi tono en la forma de hablarles a ambos claramente era tranquila, amistosa...y trataba de mantener mi rostro un poco menos rígida, hablando de las cosas de la época y "filosofia" existencial del momento.
Umm algún día debería haber un festival...para danzar...comer..celebrar...Dios...jeje. ¿Cómo se sienten?

La chica pelirroja me dijo que esperaba que algún día pudiera ser lo que en realidad quisiera, fue entonces cuando una pequeña sonrisa se dibujo en mi rostro, pero una sonrisa que no expresaba ni una pizca de felicidad, si no todo lo contrario. Mi destino era sufrir eternamente el azote del hijo de perra de mi padre, y si no era así esperaba que el momento de que se fuera al más allá llegará lo antes posible. La pelirroja entendía que estas heridas no se curarían de la noche a la mañana, de hecho nada se cura de la noche a la mañana, hasta la herida más tonta se podía infectar y matarte si no estabas preparado y eso, para mi desgracia, será el pan de cada día en la guerra si no tenemos medios y doctores a nuestra disposición. Enea entonces se quitó la bota y le empecé a tocar el tobillo, lo tenía hinchado y obviamente le dolería al caminar, de hecho con esta torcedura correr solo lo empeoraría pero no tendría mayores problemas si lo reposaba. El problema es que dudaba mucho que le dejaran  reposar por su cara bonita, aunque la tuviese bonita.

Seguí palpando el tobillo con cuidado el chico de la cocina empezaba a hablarnos, de hecho tampoco le presté demasiada atención. Incluso pasé por alto el “chico”  y el tono de prepotencia que notaba en sus palabras ¿Pero se ha visto en el espejo el niño? A Algunos chicos les empieza a salir barba y ya se creen que son más grandes que sus propios padres. Seguí observando el tobillo mientras pensaba en que hacer para poder curarselo lo antes posible, pero no se me ocurría nada, como ya he dicho antes no era algo que se curase mágicamente. Enea le dijo a Alexandros que ella no era una dama y se extrañó por lo que dijo el cocinero de encontrar materiales.

-Para el tobillo tela y agua.- Dije, sin meterme demasiado en la conversación.-Y lo del brazo, habrá que suturar, necesitaríamos hilo de lino y aguja, el fuego también para limpiar la aguja pero siempre es mejor dar sutura a una herida que simplemente quemarla con hierro.

-A ti te tendríamos que quemar por brujo.- Dijo mi difunto padre ofendido porque sí, de hecho no me explicaba que le jodiera tanto que supiera como curar heridas.-¡Marica!

Entre mi padre y el cocinero se me estaba hinchando las narices, que besara y cortejara a Enea me la traía al pairo la verdad, de hecho a esa chica la conocía de nada y menos, simplemente la quise ayudar. Pero que el merluzo me dijera que no era TAN malo, y que me tratara como si le debiese algo o como a un crío me exasperaba. Le miré con cara de pocos amigos en cuanto dijo esas palabras y volví la mirada hacia Enea, haciéndole una señal con la mano para que se pusiese el calzado si así lo deseaba.

Alexandros empezó a soltar un montón de conversación trivial, que si instrumentos, que si trols, que si armas ultrapoderosas capaz de destruir ejércitos. Suspiré algo cansado pero con un intento de sonrisa en la cara, a lo mejor este chiquillo no era idiota, solo nervioso.

-Siempre quise aprender a tocar el laúd.- Dije, rascándome la cabeza.-Pero nunca pude tener uno, mi hermano Olafr tenía uno pero cuando el novio celoso de la tabernera lo asesino se lo quedó él.

-Los seres místicos y milenarios no tienen nada de genial a mi parecer.- Dije, siendo yo alguien no humano ni me interesaban ni me apasionaba.-En el mejor de los casos son seres que la leyenda a mitificado, y en el peor te los encuentras y te comen. Soy un poco escéptico en cuanto seres míticos, jamás me encontré a un trol... Y no tengo intención de hacerlo.

-Si existe una arma de gran poder espero que este en nuestro lado.- Dije bebiendo un poco de mi bebida y aclarando la voz.-Por cierto, Alexandros, mi nombre es Faeron ¿Y lo de llamarme chico es un tipo de novatada? Porque realmente el que parece que esta recién salido del cascarón eres tú muchacho. Y si, Enea necesita los materiales para sus heridas... Pero yo no puedo conseguírselas. No se si me entiendes.

OFF: La apariencia de edad las cojo de la ficha, por eso digo que pareces más pequeño que yo Alex XD

Escuché a cada palabra que salía por la boca del chico que ahora sabía su nombre, Faeran. Nombre original y extraño, sin embargo su actitud era de admirar, iva al grano y mostraba su seriedad en todo momento, yo en cambio solo en el campo de batalla o cuando sentía que algo malo estaba pasando...¿Era porque me sentía solo o simplemente era mi personalidad?.
El tema de Enea era primordial, los "caballeros" de aqui seguramente tratarían de joderla en todos aspectos por su condición, así que teníamos que ayudarle para que ella demostrase su capacidad y no pasara por esas situaciones.
Me puse pensativo cerrando los ojos serio mientras analizaba el lugar.
El agua no hay problema al igual que el fuego y la aguja, pero no se si esté ese hilo que me pides, puedo buscar por otro tipo de hilo o darte una de mis prendas para que hagas uso de la tela de la misma si no encontramos tela alguna, claro si tu estas de acuerdo Faeran.
De momento abrí los ojos y crucé mis brazos.
Deberé confesar que termine acá por mi propia cuenta. Mi padre decía que era un estorbo y que al mismo tiempo que debía llevar honor a la familia..y que jamas sería util y bueno como mi hermano Joshua...y bueno he pasado por conversaciones entre diversos seres antes de llegar aqui y sinceramente, siendo franco no les voy abandonar a ambos..
De momento dejé que segundos pasasen y miré a Faeran.
El hecho de que no te burlaste de la dama aqui presente o otras cosas comunes de gente sin respeto alguno, me hace respetarte.
Mi mirada despues posaba en los ojos de Enea.
Y tu, no cualquier mujer llega aqui con planes de quedarse, debes tener mucho valor
Y sin mas me tallé la cara un rato
Veamos veamos...hilo...hilo..-mencionando tratando de recordar donde podía haber en este lugar

Al escucharle hablar de mi como una dama mi primer instinto era ignorarle, pero al ver como me besaba una mano estuve a punto de soltarle un buen puñetazo. No me gustaban esos gestos y menos cuando no conocias para nada a alguien. Sin embargo me mantuve calmada sin hacer nada, escuchando sus palabras y quizas con cara de pocos amigos. No era el tipo de chica que se conquistara con besos y palabras bonitas si eso era lo que pretendia el cocinero. Luego les escuche hablar entre ellos riendome por dentro cuando uno de ellos hablo de las bestias miticas como seres sin corazon que si se veia uno acabarias muerto. Me hacia gracia que la gente pensara asi, pero era algo real. Les estuve escuchando tranquilamente viendo como se aliaban para encontrarme algo para poder curarme y sonrei agradecida. Finalmente Alex me dijo algo y respondi.
-Valor o locura. Pero necesitaba hacer algo con mi vida, aunque las cosas no salen tal como pensaba.
Dije mirando mis heridas y pensando que hacer realmente con ellas. Me fiaria de ellos, pero si tardaban o estaban muy pendientes podrian descibrirme. Pero solo el tiempo lo diria. Mientras oia las voces de la gente a nuestro alrededor, ya cada uno a su aire y haciendo nuevas amistades.

-No, necesito ese hilo. No me voy a arriesgar a utilizar otro tipo de material y que se le infecte la herida.-Le aclaré a Alex.-Y aunque me dieras una prenda tuya, no soy sastre, no sabría deshilar la prenda con eficacia. Así que si no ves posible encontrar hilo para suturar lo mejor será cauterizar la herida. A pesar de que no sea algo que me guste.

Después de aclararle eso empezó a explicarnos porque estaba ahí, estaba por voluntad propia para honrar a su familia. Esa historia me resultaba familiar y no pude evitar sentirme incómodo para mirar hacia otro lado. Mi meta no era darle honor a mi padre, si no quitarle lo que le quedara. Vengarme por los años de sufrimiento que me había hecho pasar ganándole en lo que él mejor sabia hacer a parte de el ridículo. Después dijo que había hablado con diferentes seres antes que llegar aquí y que no nos iba a abandonar, entonces miré a Enea anonadado pues no entendía esa postura. Me encogí de hombros y volví a mirar a Alex para dejar claro a quien servía... De momento.-Yo tampoco abandonaré al Rey.

Después me dijo que por no haberme burlado de Enea era digno de respeto, realmente yo no lo veía así, no burlarse de un herido es lo normal, lo obvio, mucha gente aquí no se había burlado de ella, ni de mi por mi entrada triunfal, ni de él por la regañina. Posiblemente los días aquí sean duros y nos peleemos unos con otros más de una vez, pero no por ello seremos más o menos dignos de respeto a mi parecer. No dije nada, solo callé y le di un sorbo a mi bebida. Estaba cansado del viaje y el trabajo de levantar las tiendas, necesitaba dormir más bien antes que después.

Me quedé mirando la mesa mientras mi hermano estaba allí aun lado, sentado dibujandome junto con mis nuevos "amigos", pero de alguna manera cada quien estaba herido. Yo estaba herido del pecho y al mismo tiempo por un lado de la cabeza, Enea estaba dibujada con heridas en las piernas mientras que Faeran no tenía un brazo, y en frente estaban Dopplegangers que, por la pinta del dibujo, fueron quienes nos dejaron en ese estado.
¿Que tal si en esta vida enrealidad nosotros eramos la copia mala?
A veces me pongo a pensar..¿realmente somos nosotros?...O somos solo una copia de alguien mas de otro lado del universo..ya que bueno, y o en el pasado fui capaz de asesinar...¿que eso no me convertía en el villano?.
Bueno...realmente es obvio que la plática es mejor que se de despues
Me levanté y fui a por busqueda de los materiales que Faeran me solicitaba, pero la busqueda fue en vano, solo el agua sería lo que encontraría, no obstante los demás materiales no estaban presentes.
Me devolví y mirando la mesa, algo decepcionado dem i mala suerte decidí notificar.
No habia ni aguja ni hilo, el agua es lo unico que hay y fuego, creo que con madera y habilidad podríamos encenderlo. Faeran, Enea..¿ahora que podems hacer?
Mientras mas tiempo pasaba, mas probabilidades de que Enea se infectase aumentaban...y yo claramente habia perdido a una madre y a un hermano para perder a dos compañeros.

Escuchaba como hablaban entre ellos, explicando sus razones de estar alli mientras  yo por mi parte simplemente esperaba paciente. Pero el tema de los materiales era algo serio. Y todo acabaria con algo clasico que dejaría marca. No podia entender como todo aquello iva mal, caza vez peor para mi. Y todo, poco a poco guiandome para compartir secretos con esos dos simples humanos. Las cosas eran simples  y no tenia muchas opciones.
-Mm...en ese caso podeis usar fuego. Dolera, dejara algo de marca pero es mejor que esperar a morir. Sin embargo, deberiamos buscar un lugar algo escondido para hacerlo. Tengo otro corte en la espalda y hace mucho frio como para quedarme con quemaduras al raso.
Dije intentando que nos refugiaramos del frio y de las vistas ajenas. Sobre todo por lo que esos dos podian llegar a ver, y eso era algo dificil de comprender. Solo esperaba que las cosas fueran bien y ninguno de ellos saliera gritando ni asustado. En ese caso ya si podrian echarme de alli con tranquilidad. Les mire y espere.
-Se que es tarde, pero si me ayudais, yo podria ayudaros por la noche, me es imposible dormir y me pase durmiendo todo el día. Asi que, podria cubriros las espaldas por la noche si os parece bien. Me da igual el metodo que useis, pero no me dejeis ahora por no tener material.
Respondi esperando que ellos decidieran ayudarme y entonces asi nos movieramos a alguna de esas tiendas o alomejor a otro lugar entre los muros o escaleras de aquella fortaleza.

Hice un saludo militar hacia Enea despues de prestarle atención, mirándole a sus ojos.
Enea, no tienes nada que preguntar, cuentas conmigo ahora y cuando lo necesites en adelante, al igual que Faeran. En fin amiga, me parece bien tu idea, ire a investigar áreas que ayuden con la descripción que mencionas
Me levanté con mi mirada seria y comence a caminar, tratando de tener la pinta de tener la misma actitud que el resto de los soldades ahi militares, despreocupado en mi rostro claro.
Miré esquinas y uno que otro lugar donde solían descanzar los soldados y las personas de autoridad, una vez revisado los lugares me encaminé por los pocos materiales que habia encontrado para ayudar, como la aguja.
Regresé y coloqué las manos en la mesa mientras mi mirada se distribuía en ellos dos.
Comencé a decirles susurrando los lugares que no eran acostumbrados de tarde y de dia, por lo que veía, en este lugar y así mismo los rincones mas poblados.
Pero igual hay que tener cuidado, no vaya ser que de noche esos lugares sean los concurridos-mencioné sereno

Entre tantas idas y venidas se adentra la madrugada en las tierras de Asbru, desde norte al sur y viceversa, todo se hace más oscuro, más frio y sombrío. Las antorchas se apagan y solo se mantienen un mínimo de ellas funcionando para ahorrar recursos. Alex logro reunir algo de información de interés para el grupo pero no mucho más, pasa más el rato en la cocina que fuera de ella y con la llegada de los nuevos reclutas muchas cosas van a cambiar, posiblemente la disposición de los lugares y los horarios también por lo que le tomara tiempo de nuevo entender bien cómo funcionan las nuevas órdenes del lugar.

El campamento se sumerge en un profundo silencio, la madrugada llego y todos o casi todos duermen profundamente, muchos tan agotados que tienen un sueño pesado, otros simplemente descansan para la nueva jornada de entrenamiento que está por venir. Le quedan pocas horas de sueño a Alex y debería de aprovecharlas, resistir un día de entrenamiento sin descanso no es nada recomendable, en especial si le toca combatir, un descuido allí puede ser mortal y no es que alguien vaya a extrañarlo allí si lo matan de casualidad.

Estaba entre la decisión de dormir o entre la decisión de ayudar a Faeran y a la chica, no obstante...no teniamos mucho material así que optariamos por lo tradicional, no obstante teníamos que buscar un lugar cerrado, pues los que había localizado no eran muy alumbrados que digamos para la situación, ¿que podíamos hacer?
Si vamos hacer algo hay que apurarnos, le dije a Faeran

Mire y escuche uno de mis nuevos compañeros y suspire sin saber muy bien que hacer. Esos humanos se estaban jugando el tipo por mi. Suspire y mire a alex decidida.
-Cuanto antes mejor, solo asi podreis dormir tranquilos.
Dije mirando a mi alrededor y esperando a que Alex indicara un buen lugar para curar las heridas sin problemas.
-Tu guias Alex.
Dije expectante por que volviera a guiar y a curarme de una vez aquella noche. Despues todos descansarian y yo podria recuperarme lejos de todos sin peligro a que se hiciera de dia.

Comencé a pensar, probablemente habría turnos para los guardias o soldados a cargo de estar al pendiente de que no haya nada extraño sucediendo en el lugar, no podríamos ir a la cocina ni tampoco a los pocos lugares.. si estuviesamos en el mismo lado donde dormir sería raro y además nos pillarían, así que podríamos estar debajo de uno de lo que sería un edificio con un puente, pero si había un guardia arriba nos verían..claro eso solo si ivamos a las afueras, donde ne cualquier otro lugar tambien nos podrían localizar...así que estabamos adentro del castillo, o al menos así me gustaría llamarle a este lugar, del o contrario le diría carcel o edificio monumental.

Casi en cualquier lado nos podrían ver...¿que pasaría si entrabamos a los adentros y la curabamos allí?...Mala idea..sin anestecia se llamaría la atención.

Empecé a caminar con cuidado de que mis botines no hicieran ruido o que me tropezase, el camino era el franco derecho..con esperanza de que no nos vieran desde arriba y así comenzar a curarla a escondidas debajo de la zona de mira.

Ya al llegar allí, me pegé lo mas que pude a la pared...No queria jugarme que la vigilancia fuese en frente, pues de ser así podríamos ser vistos, pero por lo pronto, no era así...Teníamos que apurarnos

No me dijo nada pero se le veia pensar y decidir a donde ir. Con un gran sigilo le segui  poco a poco esperando que pudieran ayudarme. Si bien tenia mucha resistencia, todo tenía un límite y si tenia que aguantar mas dias asi acabaria perdiendo mucho las fuerzas.
Decidida le segui su camino quedando totalmente pegada a la pared. Una vez alli suspire esperando haber que haciamos.
-Cuando quieras, no gritare pero...asegurate de hacerlo rapido.
Respondi al chico pensativa y sin saber muy bien que hacer. Desde que me habia unido a aquel ejercito mi vida no habia echo mas que empeoras, si la cosa seguia asi mandaría todo a la mierda y saldría volando para irme lejos. Posiblemente me ocuparía de unos asuntos muy importantes antes, como romper de una vez con mi maldición. La que me impedia hace runa vida normal

Ni lento ni perezoso comencé a operar con mi "misión". Mis ojos concentrados en la herida, no en el cuerpo de la joven...Si bien, la mujer era el trabajo de Dios..mi trabajo aqui era mantenerla viva en estos momentos. Mientras comenzaba a prepararla, mi mente comenzó a llenarse de voces, solo que éstas no las podía entender. Cuando al fin Enea estaba lista, de acuerdo a los recursos que teníamos para proseguir al evento principal...
Me hallé en una diferente perspectiva, como si estuviera en un campo de guerra...con mi equipamiento médico de entonces...Una sonrisa se dibujaba en mi mentalmente, me veía a mí mismo sonriendo tratando a una versión "actualizada" de Enea, en mi "mundo" estaba desinfectando a Enea y prosegui a atenderla...para volver a la realidad y ver que había seguido la sugerencia de Enea de opear con fuego. ¿ La estaba salvando a ella o me estaba salvando a mi?.Cómo debería sentirme....Solo pude observar que utilicé el fuego...pero...no estaba allí...

Mi cuerpo se estaba controlando solo, estaba haciendo el trabajo en automático..mientras mi mente vagaba...pero no sabía donde, no sabía donde estaba ya...¿Dónde estaba pisando?...¿Que me estaba pasando?...¿Quién era ella?..¿Quien era yo?..Soy Alex o soy alguien que pretende serlo...Ya no puedo ocultarlo mas...Ya no quiero sentir...pero a la vez siento algo...¿Qué es?...Sangre...sonidos de cuchillos...gritos...un llanto familiar.

Joshua...yo te he asesinado, ¿verdad?...No podía verlo hasta ahora....y no podía verlo porque me había sentido bien al hacerlo...Perseguido por ti?...creo que mas bien mi propia empatia...Yo no quería ahogarte...Yo solo..quería robarte tu felicidad. Te amaba hermano...pero no entendías el concepto de dolor...ni de perfección...Siempre yo en las sombras...¿fui el primero y al mismo tiempo el no deseado?..

Cuando habia vuelto en sí, estaba tan mareado que ni se como estaba Enea, pero la sentía cerca.

Miraba a un lado viendo que no habia guardias, que todo parecia tranquilo y entonces comencé a mostrar las heridas de la espalda, aquellas a las que no llegaría fácilmente por mi misma. Él, al poco tiempo comenzó a desinfectar la herida con cuidado y mucho conocimiento. Parecia hacerlo como si llevara toda la vida siendo medico y eso me dejo algo extrañada. sin embargo seguia curando la herida hasta que esta estaba desinfectada y todas las demas heridas tambien fueron desinfectadas con gran maestría. ¿quien diría que un medico podia pasar a ser cocinero? Aunque al parecer se le veia algo ido, quizas le daba algo de mareo la sangre o recordara viejas heridas. Desde luego se veia gente con enfermedades extrañas y que revolvian el estomago. Aquello al fin y al cabo solo era curar y quemar, como una herida de un niño pequeño, aunque algo mas drastico.

Podía notar como perdía sangre, aunque sin desangrarme ni mucho menos. Los paños con agua y las manos de alex curandome. Desde luego acabaria agradeciéndoselo en algun momento. Quizas salvarle el cuello si se las veia mal para sobrevivir, lo que el tiempo mostrara. Entonces llego el momento del fuego y esta vez el dolor fue mayor. Quizas por la herida o por el fuego en si, pero notaba ese ardor caracteristico del fuego y de algo ardiendo. No grite, ni patalee gracias a mi resistencia y a mi naturaleza, pero aun así dolía bastante, obligandome a morder un trozo de tela como seguro, por si en algún momento gritaba de dolor por mero instinto. Sin embargo todo parecio ir bien, ya que estaba curada despues de todo y aun no era de día. aunque jamas hubiese pensado que fuerzas misteriosas afectarian a mi ser aquel día. Pero al acabar vi a Alex palido y con mal aspecto y eso no me gusto nada.

-Alex. No me digas que te mareas por ver sangre...

Dije medio en broma medio enserio para ver si reaccionaba, pero a pesar de ello le ayude a levantarse y a apoyar un brazo en mi espalda para moverle.

-Bueno, tu avanza conmigo.

Dije sin mas mientras avanzaba por la noche hasta una de las camas vacias y le tumbaba para ver si su palidez desaparecia. Si parecia ir a peor intentaría informarme de aquel lugar para llevarle con alquien que pudiera ayudarle.