La noche para buscar respuestas y algo mas. +18

Paseaba por la ciudad, aun de día, mientras buscaba a alguien con la mirada sin parar. Pero no lograba ver a esa persona de nuevo. Llevaba desde las primeras horas del amanecer buscandolo, sabía que lo había visto, mas viejo y cansado. Pero era él, una nunca olvida y menos cuando recordaba varias caras en sueños como si fueran una pesadilla. Era uno de aquellos bandidos, lo sabía. Lo había visto y llevaba una semana buscándolo casi sin descanso. Necesitaba venganza y mi sangre hervía de rabia por no encontrarlo. Quería envenenarle como no había envenenado a nadie, quería verle suplicar y llorar por su vida. Pero las horas pasaban y con tanta gente aquel bandido seguía desaparecido.  Necesitaba comer y dormir, pero apenas sacaba tiempo para hacerlo. Aquella obsesión era mayor que ninguna y de no haber sido por otro pequeño "vicio" quizás habría seguido buscándole sin parar hasta caer muerta de cansancio.

Si, el hambre podía superarse fácilmente con aquella obsesión, pero había otra necesidad en mi que crecía día a día. Había algo con origen mágico que la hacía pensar no solo en su venganza, si no en satisfacerse como con aquel noble. Gracias a ello, había comido acercándose a varios hombres en aquella ciudad, y había dormido con ellos, buscando saciarse para seguir con su venganza después. Pero el sentimiento era tal que comencé a pensar que aquel noble me había embrujado ya que yo jamas me enamoraba de nadie y aquel deseo tenia una raíz mágica, podía sentirlo.

Por ello, dejando de lado mi persecución decidí resolver mis dudas y quizás con ello satisfacerme también.  Salí de la posada con uno de mis ropajes mas limpios y bellos, casualmente aquellos que el noble me había regalado y cogí mi caballo. El caballo, muerto viviente, aun conservaba su figura y piel, aunque logrado por muchos esfuerzos y magia. Pero era una ventaja viajar sobre el, de no ser así, si pretendía llegar hasta la mansión mis pies acabarían doloridos. Avancé sobre el caballo mientras veía el paisaje del camino maravillada, hasta quedar frente a la puerta de la mansión. Necesitaba respuestas, ademas de sentirme liberada de aquella ciudad. Me estaba quedando sin mi oro guardado y no podía quedarme mucho mas en aquella posada. Tenía que despedirme, pedir explicaciones y volver a mi hogar, suponiendo que aquel bandido ya se habría marchado lejos. Cuando llegué allí, ya casi de noche, bajé del caballo y lo até a un lateral en una rama de un arbol. Luego, sin ver a nadie por allí, entré a los jardines para dirigirme a la puerta principal. Mientras buscaba a su mayordomo o a él,  iba contemplando lo bien cuidado que tenía aquel maravilloso jardín y aquella maravillosa mansión. Sin embargo, andar sola por lugares desconocidos y solitarios, mas sabiendo que aquel noble sabía algo de hechicería, era arriesgado. Por ello agarre con fuerza el libro, recordando demonios para usar en caso de encerrona. Aunque como siempre andaba calmada sin mostrar un mínimo de temor, mostrando seriedad y paciencia.

Una noche mas del montón sobre el mundo conocido, un despertar mas para los hijos de la noche, un nuevo comenzar para el príncipe de Córdoba. Para muchos una noche mas, despertó, bebió de sus sirvientes Mia y Rose, lo asearon, lo vistieron y luego contemplo viejos libros, leyendo y aprendiendo de ellos cada día un poco mas. Para la mujer que deambula acechando la mansión de Córdoba esa noche es decisiva para ella, ya no aguanta mas esos deseos incontrolables de sexo, de pasión, de sentirse realmente viva y única, algo que hasta el día de la fecha solo ha conseguido darle el dueño de dicha mansión, Zaebos de Córdoba. Dicho príncipe no tiene ni idea de que están acechando su mansión con el objetivo de dar con el, pero no necesita enterarse por si mismo, muchos ojos bien preparados lo hacen por el manteniendo la vigilia sobre la bruja humana.
No ve Shinse mucho movimiento en dicho lugar, solo guardias estáticos y nada realmente exagerado, es una mansión no un castillo, por lo que a pesar de tener varios enemigos Zaebos no exagera a un extremo paranoico el tema de su seguridad.

El tiempo corre y el anochecer es cada vez mas oscuro, comienza a hacer frio pero las luces de la mansión hace que esta reluzca con sus hermosos jardines visibles y coloreados con las luces de antorchas que bailan tenues en varios y múltiples zonas de la mansión de Córdoba. Cerca y dentro de la mansión no parece ocurrir mucho, aunque no lo parezca a simple vista es uno de los lugares más seguros del Cielo de la Libertad y eso de por si es mucho decir sabiendo que es un lugar sin ninguna ley.

La mansión era grandiosa, quizas mas por la noche que por el día. Con sus antorchas iluminando solo las zonas mas bellas y hermosas, mientras movían las sombras al ritmo del aire. Avancé por la zona sin poder ver a nadie por los alrededores, ni a Zaebos ni a nadie que pareciera indicarme dónde éste se encontraba.

Mi cabeza pensaba en como decirle las cosas, como preguntarle que me había echo para que fuese la mejor noche de mi vida. Y sobre todo por que me hacia querer mas y no conformarme ni saciarme con los demas como antes. Quizas decirselo directamente, pidiendole ayuda para hacerlo. Solo algun incubo me habia echo  sentir algo parecido, pero ni siquiera ellos me hacian querer volver a verlos como lo habia echo el. Pero ya que iba no podía desaprovechar la oportunidad, debía hablar con el y disfrutarlo de nuevo, despues de aquello, pedirle respuestas poco a poco e incluso intentar seducirlo. Aunque era un hombre inteligente y tal como había pensado dificil de "cazar". Sin embargo alli estaba, buscando otra noche inolvidable, y si me abrian la puerta quizas si hubiera un hueco para mi en aquella mansión por el momento. Una noche, quizas mas.  Asi que, decidida y sin mas demora me dispuse a colocarme frente a la puerta y llamar. Luego espere a que me abrieran la puerta o a que me echaran, al fin y al cabo todo era cuestión de suerte.

Finalmente la hechicera con cuerpo humano y alma de súcubo decidió acercarse a la puerta principal de la mansión de Córdoba al no haber obtenido resultado alguno con solo acechar desde los alrededores dicho sitio. Al acercarse a la puerta principal de la mansión los hombres que custodian la entrada se acercaron a los portones y le saludaron de modo respetuoso, la miraron con deseo pero no le dijeron nada fuera de sitio, simplemente le sonrieron antes de pasar a hablar.

-Buenas noches señorita ¿Qué asuntos la conducen a la residencia del príncipe de Córdoba? No creo sin ofender que tenga una cita con el príncipe, estas son anuncias con días de antelación.- Son muy educados los guardias de dicho sitio, así como fornidos y portan armadura pesada con un blasón sobre la espalda y el pecho que demuestran a quien sirven.

Spoiler:

No tiene ni idea Shinse de lo que es un blasón ni mucho menos a quien pertenece, pero sin duda se ve espectacular pintado sobre las armaduras de dichos hombres armados. Los dos hombres portan lanzas largas, armadura pesada y como arma secundaria espadas largas y anchas, claramente están fuertemente armados así como también se nota a simple vista que tienen mucho poder físico como para poder utilizar dicho armamento de batalla. El dato curioso es que esos hombres son fornidos y ciertamente bellos a su modo, como si Zaebos no solo los hubiera elegido por su potencial físico y conocimiento de combate sino también porque su belleza resalta de la media de los hombres, al menos de la media de los guerreros y mercenarios a los cuales no les interesa mucho la apariencia sino el sobrevivir día a día.

Estaba alli en la puerta cuando unos hombres se acercaron para averiguar mis intenciones. No pude evitar mirarles sorprendida ya que dudaba que ellos controlaran mas alla de la simple vigilancia y proteccion. Pero cuando me preguntaron les mire calmada y observandoles bastante interesada. Para llevar aquel armamento debian de ser fuertes y musculosos. Hombres soldados, obedientes y bellos. Tenia buen gusto zaebos con sus guardias y criados. Era claramente lo mejor que habia visto en mi vida. Me preguntaba como se podia llevar tan bien una mansion y como los que la cuidaban podian tener tanto respeto y elegancia. Incluso sus armaduras y los dibujos que las formaban eran realmente bellos.

Luego pense en esos hombres como posibles ligues,no eran una mala opcion. Eran bellos y fuertes, una buena eleccion. Pero no habia ido hasta alli para conformarse con una cara bonita y un cuerpo de museo. Habia ido a por alguien en concreto y no me conformaria con otra persona. No aquella noche. Asi que les mire y les respondi con decision y sinceridad.
-Muy buenas noches caballeros. Un placer. Mi nombre es Shinse y desearia ver a Lord Zaebos de Cordoba, siempre y cuando el este dispuesto a verme. La ultima vez que vine me trato como nadie lo habia echo y me gustaria agradecerselo. ¿Podrian hacerme el favor de comunicarle que Shinse espera verle esta noche? Si le resulta imposible verme hoy no me importaria pedir una cita. Pero seria algo maravilloso que pudiera verme en esta noche.
Dije para despues esperar paciente una respuesta y la posibilidad de entrar en la mansion para ver a mi querido y deseado noble.

Los hombres a cargo de la entrada principal de la mansión Córdoba observan y escuchan con atención a la joven mujer a metros suyo que ahora que tiene la palabra explaya a lo que viene a hacer allí esa noche, la razón es casi la misma razón que la que guía a todos a ese lugar, el ver al príncipe de Córdoba, una cita con él. En este caso en particular ella no tiene una cita previa, da su nombre y menciona que ya ha estado en ese lugar en una ocasión anterior y es posible que sea cierto, se les hace una cara familiar la de esa mujer. Piensan un poco y consultan entre ellos antes de dar una respuesta a Shinse.

-Creemos haberla visto por aquí señorita Shinse con anterioridad, no lo podemos asegurar, y si bien es una conocida del príncipe sin una cita no le podemos permitir ingresar. Mi compañero aquí a mi derecha ira a comunicarle de su arribo a las puertas de la mansión a nuestro señor Zaebos y ya decidirá el si le permite el ingreso o por el contrario le niega el mismo a su residencia.- Dicho eso el guerrero de la derecha se encamino con rumbo a la mansión mientras el otro se quedó allí en la puerta principal de entrada a metros de la bruja humana.
Tiempo después, casi media hora después el fornido guerrero regreso al portón principal donde Shinse y su compañero aguardan por conocer la respuesta del príncipe de Córdoba.

-El príncipe Zaebos accede a su petición, se le permite el ingreso a la mansión por esta noche.-Dicho lo siguiente comienzan a abrir los portones de la entrada principal de la mansión la cual le da el ingreso a los visitantes.- Como ya sabrá tenemos que revisarla señorita, no puede ingresar con armas aquí a menos que el príncipe así lo permita.- Informan a Shinse de como es el protocolo allí, el que la dejen ingresar no le da vía libre para simplemente ingresar así como así. Una vez se lleve a cabo la requisa podrá ingresar a la mansión donde el príncipe de Córdoba aguarda por ella, de otra manera le negaran la entrada llegando a sacarla a la fuerza de ser necesario.

Mientras me explicaba con coherencia aquellos guardias me escuchaban atentamente y con gran educación. Habían dicho claramente que Zaebos no recibía a nadie sin cita, pero aun así querían saber de mi y mis intenciones. Igual que Zaebos ellos tambien estaban dispuestos a escuchar. Tenian por ello una educación muy superior a toda la gente que yo había conocido a lo largo de mi vida. Quizas algún demonio se asemejaba mas a ellos, pero aun asi, ellos eran simples soldados encargados de guardar aquella mansión, guardias que su deber era incluso echar a patadas a los que no tenian cita. Sin embargo, aquellos dos hombres decidieron escucharme e incluso uno de ellos accedió a comunicarle mi llegada a Zaebos. Algo que me hizo alegrarme, cuando me hablaron asentí educada.
-Si, lo entiendo. Sin una cita es normal que no pueda recibirme, sobre todo si ya tiene visita. Me fue imposible avisarle con antelación de mi llegada, dado que también ha sido un tanto improvisada. Aun así les agradezco que se molesten en informarle de mi presencia.

Respondí a los soldados agradecida viendo como uno de ellos ingresaba en la casa para teóricamente hablar con Zaebos. Quizas llegase pronto para ver al noble y no querría verme, o lo mas probable es que ya tuviera cita con alguien importante y me fuese imposible entrar. Estaba claro que había mas posibilidades de marcharme con las manos vacias que de poder verle. Asi que, viendo como el tiempo pasaba sin respuestas miré a aquel soldado algo mas descaradamente. Observándolo ahora mejor al estar mas cerca de las antorchas. Era realmente bello para ser un guerrero bien armado y dedicado al combate. Y eso era algo realmente especial para mi vista. Quizas el hombre podría ponerse nervioso, pero suponia estaría acostumbrado a ser estudiado con la mirada. Desde luego un hombre como el no pasaba desapercibido. Me sentía tentada a acercarme y tocarle la armadura y quizás algo mas, pero no era  ni el momento ni el lugar para que una "dama" se acercase a un guardia con intenciones confusas. Sin embargo, por simples incomodidades no pude evitar hablar con aquel guardia durante todos aquellos minutos, sintiéndome mal en aquellos minutos de silencio.
-¿no le parece una noche preciosa? Creo recordar que la última vez que vine el cielo tenía un brillo similar.
Dije tranquilamente sin esperar ninguna respuesta, pero simplemente por esperar retirar aquel silencio que se expandía entre los dos durante aquel tiempo que parecia interminable. Tras decir aquello miré al cielo y al jardin, pasando el tiempo sin prisa. Al parecer tardaban mucho tiempo para simplemente mandarme marchar. Quizas si tuviese la oportunidad de ver a Zaebos. Entonces, tras casi media hora despues el segundo guardia volvió con noticias. Buenas noticias, me permitía entrar. Me abrieron los portones y fui a pasarlos cuando la voz de uno de ellos me detuvo.
-Si, claro. Disculpen, no suelo ser una mujer que porte armas y pocas veces me piden que lo demuestre.
Respondi parandome y sacando de mi bolsa de viaje un cuchillo pequeño, un tipico cuchillo de cocina con el que recogía las plantas u hongos que veía por el camino. Sin embargo, el tema del libro era otro asunto. No era un arma y para la gente normal les resultaria extraño que pudiera calificarse de tal. Quizas podria ser tomada por loca y ese libro era bastante complicado separarlo de mi. Si me decian algo al respecto, como muestra de confianza hacia Zaebos lo entregaría. Pero si no me decian nada preferia ahorrarme problemas y preguntas. Asi que tras darles el cuchillo deje que me revisaran sin problemas. Para después si no me decian nada sobre el libro o el anillo entrar cómodamente para ver a mi gran noble.

Tras explicarle a la mujer el cómo se manejan en la mansión de Córdoba con respecto a las visitas Shinse asintió aprobando dicho método de entrada explicando que no ha tenido tiempo de avisar antes de su llegada, esa es la razón de su inoportuno viaje hacia allí. Tras un buen largo de esperar donde ella trata de romper el silencio que invade la escena no consiguió mucho más que un “si” de un leve movimiento de cabeza del guardia de la mansión.  Tiempo después le dieron el visto bueno para que ingresara a ver al príncipe Zaebos y los portones se abrieron ante ella para permitirle el acceso,  pero no sin antes revisarle las pertenencias y cerciorarse de que no portara armas con las cual lastimar al jefe.

-Ya veo, un cuchillo, eso es lo que nos muestra, y perdone por desconfiar pero este es nuestro trabajo…Así que le doy dos opciones, puede ingresar y quitarse las ropas en un lugar más privado, o, podemos revisarle con nuestras propias manos. Dejamos a su gusto la elección de la requisa señorita Shinse.-No le causa a esas alturas ningún pavor explicar cómo hacen las cosas allí, ya hace bastante tiempo que hacen ese trabajo y más de una vez se han comido enojos de muchos nobles y mercaderes que ven ese hecho como algo ultrajante, como un insulto hacia su persona. - Lamento insistir, pero es la única forma de que se asegura la protección de todos en la mansión del príncipe de Córdoba.-Vuelve a reafirmar ese hecho ya sabido por casi todo el mundo, se justifica de ese modo el accionar de los guardias de dicha residencia, famosa y acaudalada como pocas, misteriosa y envidiada a su modo.

Era algo extraño ver como aquel hombre se mantenia firme y sin intenciones de hablar. Era en cierto modo como una marioneta sin vida propia. No parecia tener muchos mas sentimientos tras esa cara bonita, por lo menos mientras trabajaba. Asi que tras verlo actuar me senti bien al no haberme tirado a su cuello ya que posiblemente habria sido algo sin sentimiento. Por lo menos en un principio.

Despues de eso me dejaron pasar, pero exigiendome entregar mis armas. Claro que no valia solo con eso. Querían algo mas y por mi parte nunca había sufrido tales revisiones. Por lo que en un principio me sorprendió lo que me dijeron. sin embargo me dieron a elegir sin problemas entre dos opciones y al poco tiempo volvieron a insistir.

-En caso de que sea vuestro trabajo no puedo negarme. Pero entre las dos opciones opto por la segunda. Refresca esta noche y tras esperar aquí me he quedado algo fría como para quitarme la ropa.

Tras eso espere que me revisaran sin problema alguno, calmada y en cierto modo disfrutando de aquello a mi modo. Mientras esperaba que acabaran para que porfin me dejaran pasar ya que en efecto estaba totalmente limpia de armas. No me gustaba mancharme las manos con sangre. Eso era algo...mas bien de salvajes. Y atacar a Zaebos seria claramente un gran error. Solo esperaba que esta vez fuese mucho mejor que la anterior y que juntos pasaramos una velada maravillosa. Quizas si estaba dispuesto, podria acabar de ver su biblioteca o disfrutar. Despues de todo soñar era algo gratis y muy placentero.

Si bien fue extraño ver a ese hombre tan serio y distante así fue, si bien son educados esos guardias a veces les falta ese toque de diplomacia que tiene todo buen conversador. La joven mujer dejo saber que prefiere que la revisen ellos mismos para no pasar frio, lo ven comprensible sin saber que en realidad sus intenciones son el disfrute de manos masculinas y fuertes sobre su propio cuerpo, algo que ellos harán con mucho gusto.

-Está bien señorita, le daremos algo de calor para que no sufra demasiado del bajón de temperatura.- Sonríe amable mientras caminan uno hacia el frente de ella y otro hacia atrás, flanqueando a la joven mujer empiezan a buscar armas que pueda tener ella escondidas, primero normalmente pero luego le meten mano por debajo de las ropas yendo hacia sus partes más íntimas donde tocan sin reparo alguno.- En esas zonas voluptuosas son donde una mujer puede esconder con mayor facilidad armas pequeñas, aunque supongo que un hombre entrenado puede hacer lo mismo, ya he escuchado de casos como ese, aislados pero bien posibles.-Un asesino profesional hasta podría esconder armas dentro de su propio cuerpo, algo que muchos ya saben. Tras revisar profundamente a Shinse, lo cual costo de manoseos, incluso de penetraciones con los dedos en sus cavidades más íntimas le acomodaron la ropa y le permitieron el ingreso a dicho lugar dándose cuenta ahora esos hombres que la mujer posee un cuerpo bien formado y cálido. –Adelante señorita Shinse, disculpe los modos, pero este es nuestro trabajo, bienvenida a la mansión del príncipe de Córdoba ¿Sabe llegar a la mansión o requiere de un guía? Si es así cualquiera de nosotros puede llevarla a dicho lugar.-Se ofrecen para acompañarle si así lo desea, claramente les gusto el haberla tocado al notar como ella no se molestó en nada, sin mencionar que es joven y bastante hermosa. Ninguno dijo nada ante aquel libro, a pesar de ser un libro sospechoso le permitieron conservarlo con ella.

Cualquiera que viera todo desde fuera aquello le parecería una broma y eso es lo que comence a pensar yo cuando aquel registro fue mas alla de lo esperado, tal como dijo uno de los guardias haciendome entrar un poco en calor. Eso me hacia pensar que o Zaebos guardaba un secreto y tenia muchos enemigos o tenia un grave problema psicologico pensando que todos deseaban matarle. aunque votaria por la primera ya que me habia echo volver y eso era algo que no habria echo por un loco. Me deje tocar sin pegas ni objecciones y siendo rodeada por dos hermosos hombres. Ya solo con aquello habia merecido la pena llegar. Me recibia Zaebos y dos de sus hombres me revisaban a conciencia. Cuando acabaron les mire curiosa con ganas de preguntarles si lo habian echo en serio o por simples ganas. Pero despues de ello parecieron ser mucho mas sociables y felices.
-Desconozco totalmente los métodos que usan los asesinos, pero sinceramente...me sorprenden.
Respondí mirandoles amablemente y viendo como se ofrecian a acompañarme para ir a la mansion. Me acordaba perfectamente de como ir, pero un camino siempre era mucho mejor acompañada. Por ello guarde mi libro dentro de mi bolsa de viaje con las demas cosas simples y con mis dos manos abracé el brazo del guardia que mas me gustaba de los dos de manera educada.
-Tengo mala memoria. Sera un placer ser acompañada por hombres como vosotros, mejor que ir sola y algo perdida.
Dije tranquilamente esperando que me guiaran hasta la entrada de la mansión y una vez alli encontrarme con mi amado Zaebos al que sin entender como a cada momento deseaba verlo con mas ansias. Pero eso no significaba desaprovechar lo que me acababan de dar. Un buen par de hombres.

Secretos, Shinse no tiene idea de cuantos secretos guarda ese poderoso hombre del Cielo de la Libertad, ni muchos menos todos los planes que ha puesto en marcha, y aquellos que no puede llevar a cabo por falta de recursos o de poder. Tras ser revisada le dieron el visto bueno y se ofrecieron a acompañarle cuanto sea necesario a través de la mansión del príncipe de Córdoba. Cuando ella tomo del brazo a uno de los guardias este sonríe y asiente con la cabeza de modo afirmativo.

-Comprendo, entonces le llevaremos donde haga falta.- Y sin más se encaminaron por los bellos y bien cuidados caminos de la residencia la cual brilla tanto de día como de noche. Flanqueada por los guardias otros toman el lugar de centinelas de la puerta, los guardias principales rodean y guían a Shinse ahora más animados que antes.

-Señorita Shinse, si no desea pasar más requisas incomodas para usted debería de pedirle al príncipe que le dé un pase libre a su residencia, o al menos sin revisiones, de ese modo ya no volveremos a molestarla nunca más.-Aquel guardia que no tiene la suerte de sentir el tacto cálido de la joven humana le aconseja como debe actuar si ya no sea ser requisada por hombres fornidos como ellos desconociendo cuanto ha disfrutado esa mujer de haber sido manoseada de ese modo.

-Mi compañero tiene razón señorita, aunque confieso que esa es la mejor parte del trabajo jajaja.- Se ríen y confiesan que gustan de esa parte del trabajo.- Al menos cuando no nos toca revisar hombres.- Y aclaran por qué y cuándo es la mejor parte.

-O señoras mayores, no te olvides de esa parte.-El otro guardia agrega algo más, no todo es color de rosas para ellos allí.- Sin mencionar las veces que se enojan y nos insultan por ello, generalmente nobles y comerciantes que no gustan de ser tocados o vistos por plebeyos como nosotros.- Hay varias razones para disfrutar allí de una joven mujer como Shinse, cosas que se va enterando ella de a poco mientras avanzan hacia la residencia.
Al rato estuvieron a los pies de las escaleras de la entrada principal de la mansión, subieron lentamente y estando frente a las puertas de la mansión la abrieron de par en par para ella, del otro lado y de espaldas a ellos aguarda Zaebos de pie, parece observar su magnífico salón de baile con desdén.

-Mi príncipe, la señorita Shinse arriba.- Se arrodillan despacio y luego se levantan lentamente. Momentos después se retiran del lugar en silencio cerrando la puerta tras ellos, dejando a solas asi a la joven humana y al príncipe de Córdoba quien voltea sonriente para ver a la mujer. Al darse vuelta nota ella que Zaebos tiene dos copas de vino tinto, una en cada mano.

-Bienvenida nuevamente a mi hogar Shinse, ven, acércate y bebe conmigo.-Le tiende una copa de vino en una copa de fino cristal, la copa que tiene en la diestra es aquella que el príncipe extiende hacia ella.-No ocultare que es un gusto volver a verte, ya había pensado que jamás regresarías a este lugar por tu propia voluntad, pero…Me alegra haberme equivocado.-Ya sea verdad o no ese poderoso hombre confiesa haber deseado volver a verle, sea mentira o solo cortesía es algo que no se puede olvidar ni ignorar así como así. Viste sus clásicas ropas blancas relucientes, traje reluciente con una sonrisa encantadora y un rostro que encandece al mirarle fijamente. Sus ojos demuestra aprecio por lo que ven, y lo que ven es la agraciada figura femenina de su “intima” invitada.

Fue encantador como ambos hombres dejaron sus puestos para acompañarme sin problemas ni pegas ninguna. Encantados los dos, uno mas que otro de acompañarme hasta el lugar donde se encontraba Zaebos. Según andaba por aquel lugar abrazada a uno de ellos vi con mucha sorpresa como empezaban a hablar tomándose mas confianzas. Primero para aconsejarme y después para explicarme que después de todo esa era una de las mejores partes de su trabajo. A lo primero respondi con calma y decisión.
-Gracias por el consejo. Pensaré en ello y lo hablare con Lord Zaebos de Cordoba. La próxima vez que tenga el gusto de volver a veros todos sabremos que hacer.
Dije sin dejar claro que habría que hacer pero dejando claro que lo hablaría con el principe. Si bien no suele importarme aquellos tocamientos, hay en ciertos momentos en los que preferiría pasar de manera libre, sobre todo si hay mas gente delante. Pero no por cortarme, no, simplemente por mostrar mas privilegios que otras personas. Pero cuando hablaron de sus ideas y trabajos no pude evitar reirme. Al parecer esos guardias, cuando cogian confianza hablaban y se mostraban mucho mas abiertos que en un principio.
-En ese caso pedirle a Zaebos que les de paso libre a los hombres y a las mujeres mayores Jajaja
Dije entre risas un comentario simple y relacionado con aquello. No era el mejor del mundo, pero cuando estaba feliz  aveces decia cosas inapropiadas, solo era cuestión de tiempo y de gustos que a la gente les gustaran o no. Finalmente volvi a responderlos ya hablando mas en serio.
-Hay personas para todos los gustos y todos deberian entender el trabajo que realizáis. Yo no me he quejado y tengo la impresión de que habéis realizado una inspección algo mas "intima" de lo que soléis hacerla.
Respondí mirándoles de reojo sin saber exactamente si aquel era o no el protocolo, pero dejando claro que yo no había tenido ninguna revisión tan intensiva. Tras aquellos momentos de acompañamiento y amabilidad por parte de dos hombres que en un principio parecían simplemente estatuas, llegamos a la entrada de la residencia. Avanzamos por las escaleras y me abrieron la puerta, justo de espaldas esperando estaba Zaebos. Tras aquello se arrodillaron anunciando mi llegada y luego se fueron cerrando las puertas en silencio sin decir nada mas. Quizas en otro momento les daría las gracias, pero ahora mi atencion se centraba en aquel noble tan misterioso. Le vi girarse con dos vasos de vino. Como siempre, aquel noble recibía de una manera única a sus visitas. Por mi parte hice una reverencia inclinando la cabeza.
-Principe.
Respondi como saludo cuando dijo mi nombre. Tal como me pidio despues me acerque a él recibiendo con una sonrisa la fina copa de vino y dandole un corto beso en una mejilla como saludo mas personal.
-El gusto es mio. Por mi parte pensaba que lo mas probable era que no tuviese acceso a la mansión. Pero me alegra saber también, que me había equivocado. Es mas, gracias por recibirme incluso sin haber pedido cita. Me asegurare de tenerlo en cuenta la proxima vez que venga.
Respondí mirándole con felicidad y bastante conforme. Era casi como un sueño, y ahora que le tenia de frente todo parecia ser mucho mejor de lo que podia haber imaginado en un principio. Luego dí un sorbo al vino saboreandolo y mirándo a Zaebos con felicidad.
-Un vino delicioso. Podría acostumbrarme a tus recibimientos .
Dije mirandole a los ojos y mostrandole que estaba realmente complacida por estar alli. Aunque la parte de mi mas desconfiada deseaba hacerle un comentario "Algo me dice que sabias perfectamente que iba a volver".Solo era cuestion de tiempo. Pero decidi no hacer comentarios al respecto y dejarme llevar. Era una bienvenida muy perfecta para arriesgarla por un comentario. Aunque me acercase mas a mi meta y mis preguntas, pero ya habria tiempo para resolver dudas. Por el momento lo pasaría bien en compañia de aquel principe que había aceptado volver a verme.

Finalmente Shinse y Zaebos se encuentran cara a cara nuevamente y a solas en el salón de baile de la residencia Córdoba, sitio de lo más apropiado para dicho reencuentro. Ella sonríe y lo reverencia llamándolo príncipe demostrando sus respectos a alguien de mayor estatus social que ella. Acepto la copa de vino y al momento del beso el príncipe bajo un poco la cabeza para que ella pudiese llegar a besarle la mejilla sin problema alguno.

-Me sorprende ese pensamiento Shinse, si no mal recuerda la última vez que nos encontramos recuerdo haberte dicho que podías volver con gracia a esta residencia, así que aquí estas, eres bien recibida en mi mansión querida Shinse. No temas ni seas tímida, mi casa es tu casa.-El príncipe de Córdoba se expresa con claridad y elegancia a cada paso, a cada palabra, con su mirada y su actuar dejando claro que es bien recibida en su hogar. Le sonríe y le mira satisfecho de escuchar a la mujer complacida con el vino y con sus palabras, él bebe también muy tranquilo y solemne antes de hacerse escucharse.

-Me alegra que te guste el vino, y debo admitir que no deseo darte más de esos recibimientos, ya que para ello significa que antes has tenido que irte ¿Para que irte si te puedes quedar a gozar de mí y de todas las maravillas que tengo para ofrecerte? ¿No es de interés querida Shinse exploras mi hogar y descubrir el rumbo y accionar que toma gran parte de mi vida? Me enorgullece decir que de seguro es algo muy interesante de descubrir, aunque es mi visitante quien ha de decirlo, el que tiene la última palabra en dicho asunto.-Coquetea Zaebos con su invitada tentándola a que se quede con el un tiempo si lo desea remarcando el hecho de que debe ser fascinante permanecer una buena temporada con su persona la cual no es nada común ni corriente. Arranco con todo el príncipe de Córdoba en ese reencuentro con la sensual y lujuriosa Shinse a quien tienta de buenas a primeras a elegirlo a él por sobre todos los demás, algo que de seguro ella aceptara muy gustoso y agradecida.

Aquel reencuentro fue bastante mejor de lo esperado. Había imaginado muchas cosas, pero despues de todo la realidad siempre era mucho mas reconfortante. Veia el salon de baile mientras saboreaba el vino de manera calmada, respondiendo a Zaebos y sonriendo con sus respuestas. Al parecer llevaba tiempo esperando mi llegada, esperando recibirme durante todo aquel tiempo.
-Tuve que cambiar mis planes para poder venir. Pero me alegra mucho haberlos cambiado.
Dije para abrazar un brazo de Zaebos con tranquilidad mientras con la otra mano sostenía la copa de vino. No hable mas de mis pensamientos de si tenia o no permitida la entrada, ya no tenia importancia. Tal como había expresado el claramente ofrecía su casa como si fuera mia. No merecia la pena molestarse en negarlo. De echo era todo un logro para mi, ser aceptada en un lugar así era lo mejor que me habia pasado en mucho tiempo. Eso sin contar con las cosas mágicas que claramente eran también asombrosas.
Cuando le hable del vino y del recibimiento sus palabras fueron marcándome poco a poco. Debía de haber dejado una buena impresion la última vez ya que apenas habia llegado y sin mas me había ofrecido su casa. Pero no como una invitada, si no con intenciones de que me quedara. Le mire asombrada y bastante alegre, no me esperaba nada como aquello y al principio de la velada menos aun. ¿acaso habia conquistado a un noble con mis artes de seducción?¿o era todo un plan de ese noble para que cada vez acabara mas atada a el? aunque quizas era tan simple como que fueran ambas cosas. Acaricie el brazo de Zaebos con dulzura y sonrei aparentemente muy impresionada.

-He de reconocer que es todo un honor que mi brillante príncipe Zaebos me invite a quedarme en su lujosa mansión.  Y sin duda es una oferta que con gusto aceptare. Es mas, sería tonta si no aceptara un ofrecimiento como ese. Aunque en caso de que me quede, en algún momento debería ir a buscar mis cosas a la posada. Afortunadamente tengo esta noche pagada, ya tendre tiempo para recuperarlo todo.
Aun me costaba creermelo, era dificil incluso imaginarse que ese noble quisiera tenerme en su casa. Pero asi era. Y con ello mis ideas de volver a Puño de hierro incluso mis preguntas iniciales pasaron a tener menos importancia. ¿y que si me había echado algun hechizo la otra vez? Poder vivir ahi por haber vuelto quizas ya podía ser el mayor logro de toda mi vida. "Apunta alto" me habian dicho siempre "y llegaras lejos", y eso era algo que porfin parecia funcionarme de alguna manera increible.
-Me quedaré gustosa para aprovechar cada instante cerca de mi hombre preferido. Cerca de sus maravillas y de su vida. Pero supongo que esperabas mi aceptación, después de todo ambos dudamos que alguien pueda resistirse a todo lo que me ofreces.
Respondí encantada para sujetar mi copa con la otra mano unos instantes y con la libre acariciarle de manera dulce la cara.
-Apenas acabo de llegar y ya me acabas de hacer la mujer mas afortunada del mundo. Espero corresponder de igual manera, aunque me has puesto el liston muy alto querido Zaebos. Y espero con ello hacerte igual de feliz.
Ya empezaba a insinuarme, pero de manera educada, no lujuriosa, mas bien de manera libre. El podría interpretarlo como deseara. Por mi parte le sonrei y volví a agarrar la copa de vino para volver a beber, acabándome por completo el contenido.

Escucha atentamente y con atención aquel bello y gallardo caballero a la dama junto a el, sera dama ahora que lo acompaña, una palabra a la que ella de seguro no esta acostumbrada a oír cuando se dirigen hacia su plebeya persona. Menciona Shinse el hecho de haber cambiado sus planes para poder estar con el esa noche, y deja claro que esta feliz de haberlo hecho así.

-Vaya vaya, que mujer más ocupada, pero dulce ¿Dejaste a todo el resto por mi dulce Shinse? Ese es un gran alago que recompensare más adelante, ya lo veras linda Shinse, ya lo veras...-Habla al final un poco bajo dándole a sus palabras así un dejo mayor de misterio, algo que consigue muy bien al acompañarlo con gestos de su rostro, gestos sutiles y astutos. Al parecer la nueva reunión entre ambos los hace sonreír mucho más que en el encuentro anterior, Shinse se nota sorprendida y claramente necesito de Zaebos todo ese tiempo que estuvieron separados, y el por lo sé qué se ve a simple vista está muy contento de tenerla junto a él nuevamente, posiblemente todo sea parte de un plan o puede que ella haya de alguna manera y en cierto punto conquistado con su sensualidad al príncipe de Córdoba.
Ella acepta muy gustosa el ofrecimiento sorpresivo de Zaebos dejando claro que luego necesita ir a buscar sus pertenencias a la posada, Zaebos sonríe y aclara.

-No lo necesitas bella Shinse, lo que sea que hayas dejado allí aquí lo conseguirás mejor mejor y en mas cantidad-Esta claro que ahora ya no necesita mendigar mas la bruja, simplemente debe aferrarse a el como lo esta haciendo en ese momento y vivir la vida de lujo y comodidad que siempre quiso tener. Al momento en que ella acaricia muy cariñosa el rostro de Zaebos este gira el rostro para besarle la mano gallardo y sensual llegando a lamer unos instantes los dedos de su compañera la cual menciona ser realmente muy feliz y que espera corresponderle de la mejor manera posible, y ambos ya saben cual va a ser ese método, íntimo y caliente. Luego de esas insinuaciones bebieron la copa de vino hasta saciarla.

-Espero esa retribución con ansias Shinse, pero de mientras ven, vayamos al salón de estar, la última vez que nos vinos ahí termino nuestra reunión, creo que es el lugar más conveniente para que esta vez allí comience de verdad.-Aprovechando que ella lo toma del brazo se encamina hacia la derecha pasando por el costado de uno de los pilares que sostienen dicha residencia, tras el pilar una puerta y atravesando la misma el salón de estar, sitio que la bruja humana ya conoce y seguramente aun ha de recordar. Allí está la chimenea a la izquierda junto a una mesa y unas sillas se hacían ver así como también varias puerta, algunos espejos se veían en ese salón, a la derecha podía apreciarse varias estatuas de hombres de mucha musculatura, cosas que ella ya conoce de su visita anterior.

Spoiler:

-Y aquí estamos de nuevo, aunque no recuerdo bien donde quedamos la última vez que nos vimos ¿Tu si lo recuerdas mi preciada Sehinse?-Hace que no recuerda donde se habían quedado la última vez que se vieron, pero en verdad lo recuerda bien, habían quedado en que la haría suya por detrás en el sillón y sus ideas no han cambiado en nada, pero por si las de ella han cambiado dejara que Shinse diga lo que recuerda o que simplemente invente lo que quiera inventar, él se adaptara a ella y le seguirá el juego a la par.

Después de haber sentido el desprecio de muchos y haber esperado un desprecio mas, encontrarme con aquello me hacía sacar esa parte inocente que tenía muy oculta. Ilusion y alegria, incluso algo de inocencia. Pero gracias a haber decidido volver ahora todo parecia mucho mejor que la ultima vez. Me recibieron casi como a una princesa de cuento, incluso sin perder el tiempo Zaebos me invito a quedarme sin hablar siquiera de cuanto tiempo. Eso significaba un gran cambio en mi vida y quizas en la vida del noble ya que debía estar dispuesto a guardar algun momento para mi durante quien sabe cuanto tiempo. Cuando me habló sobre mi vida ocupada y mi decisión final sonrei de manera alegre, mas aun al escuchar su tono de voz y ver sus gestos. Una risa claramente juguetona y suave.

-Así es...jiji. Ya espero ver con ansias esa famosa recompensa jeje.

Y ya que estabamos alli y viendo tan buenos resultados, seguramente dejaría todo por ese noble mas de una vez. Tan guapo, tan gallardo y tan activo. ¿que mas podía pedir?.¿quizas matrimonio para asegurarmelo? Mmm...no, en principio eso quitaba bastante libertad desde un primer momento. Aunque si acababa mas encantada con aquel hombre acabaría aceptandolo si me lo pidiera. Y si aparecía otra...mil ojos tendría que tener. Luego le escuche hablar de mi estancia alli, aceptando a la primera todo aquel lujo y compañía. Para despues hablarle de mi ropa y mi equipaje. Alli tenia libros y ropa, incluso algún veneno guardado, pero cuando le oi hablar de nuevo sonrei alegremente. No solo me acogia, al parecer me daría todo lo que necesitara en todo aquel tiempo.
-En ese caso creo que no me molestaré en ir a buscar nada. Solo espero que mi gato sepa encontrarme. La ultima vez creo que disfruto mas él que yo de tu mansión.
Dije entre risas y mirando con pasión a Zaebos. Estaba claro que ese noble se habia ganado bastante ofreciendo sin pausa todo lo que podía interesarme. Si bien era un plan suyo o no, por mi parte no estaba dispuesta a desperdiciarlo. Ademas me gustaba arriesgar, igual que cuando invocabas a un demonio aleatorio. Podía salir un demonio simple o uno que con mirarme me petrificara, era todo tan unico cuando una persona se arriesgaba tanto.

Cuando le acaricie vi como el por su lado correspondía de manera gallarda pero dejando clara sus mismas intenciones. Unas intenciones comunes y muy bien forjadas. al fin y al cabo para ello estabamos los dos alli. Al agarrarme a su brazo me habló y se dispuso a guiarme por la mansión para llegar hasta un lugar ya conocido. Tal como había dicho nos dirigimos al lugar donde todo había acabado. Un lugar como siempre hermoso y lleno de objetos lujosos e increibles. Segun entrabamos, Vi nuestro reflejo en un espejo y sonrei.
-Jeje, observa mi querido Zaebos. Hacemos una peculiar y bella pareja jejeje.
Dije para después callar y escuchar sus palabras que me hicieron sonreir de manera picara. Antes de aquella expulsión las cosas habían quedado muy caldeadas y el deseando tomarme por detras. Sonreí mientras dejaba mi copa sobre una mesa y le miraba de frente a esos ojos rojos tan atrayentes.
-Mmm..algo recuerdo. Y tenemos muchos días por delante para probar eso y mucho mas. Y algo en mi me dice que tu tampoco lo has olvidado. Pero dime mi principe de ojos rojos...
Decía poco a poco mientras me iba acercando mas a él para en aquel momento darle un beso profundo y lento. Luego volvi a mirarle a unos pocos centimetros con deseo en la mirada, viendo como posiblemente en el sus ojos se mostrase el mismo sentimiento.
-¿quieres jugar y tomárnoslo con calma o prefieres  ir directamente a ese momento y continuar libremente desde ahí? Te debo mucho por recibirme como lo has echo y mi deber por el momento es complacerte y devolverte ese favor. Aunque si lo deseas yo puedo elegir por los dos.
Dije claramente emocionada. Yo habia ido a por preguntas y a por complacerme de la manera que solo ese noble puede hacer, pero afortunadamente para mi el tambien parece tener casi la misma pasión que yo. Posiblemente tambien le causara buena impresion igual que el a mi. El era un noble y seguro que levantaba pasiones de muchas mujeres. Pero yo era a fin de cuentas una plebeya y sin mas había conseguido sacar un claro deseo y recuerdo en la mente de ese noble que podía conseguir a quien quisiera. Si, definitivamente se me daba bien seducir y marcar a los hombres, y al igual el me habia marcado a mi. Sin duda eso era mutuo deseo y pasión. Sería dificil encontrar otra union como aquella y mas aun de origenes tan diferentes.

Parece una niña pequeña Shinse, se le ve en la sonrisa y en los ojos, esa inocencia que muchos dicen nunca se pierde, en especial siendo una mujer con sueños. Puede que esa inocencia no le dure mucho a la bruja, o tal vez si le dure mucho, ya vera Zaebos si puede extender su alegría inocente un gran tiempo sin ceder demasiado de si mismo. De momento todo es sonrisas, y el asiente alegre y con gran etiqueta que ella sera bien recompensada a su tiempo.

-Nunca mas querrás dejar esta casa Shinse, ni a mi, lamentablemente para ti soy irresistible cuando me lo propongo-Lo dice con mucho ego en su voz, pero en su mirada se nota que cree completamente en lo que afirma con sus palabras. Quedo claro para Shinse el que no necesita regresar a buscar nada ya que allí nada ha de faltarle, lo único que no podría recuperar fácilmente esa mujer a simple vista es su gato negro.

-Sea humano o no, no importa de que clase de criatura se trate siempre disfrutan de mi hogar , por lo que tarde o temprano de seguro vez a tu gato por aquí una vez mas.-No seria tan errado ese pensamiento, posiblemente ese astuto animal encuentre la forma de encontrar el camino hacia dicha mansión, particularmente hacia su joven dueña. Devuelve miradas alegres y profundas Zaebos a su sensual y alegre acompañante, parece ser que cuando esta feliz mas aumenta su libido y eso por supuesto agrada a ese príncipe tan gallardo como perverso, extraña y seductora muestra de poder y deseo.
Mientras charlan y conversan terminaron en el salón de estar donde Zaebos tomo una gran iniciativa de modo indirecto, y al parecer Shinse esta allí para cumplir como lo que haga falta sea cual sea dicho asunto el cual ambos recuerdan a la perfección, como si hubiese sucedido ayer. Observa el espejo Zaebos y asiente, ella con algo de maquillaje y las ropas adecuadas sera un mujer muy elegante y hermosa.

-Sin dudas Shinse, una vez tu cuerpo reciba los cuidados de la vida noble y tu mente el conocimiento de uno seras una mujer elegante y muy bella, probablemente admirada y deseada tanto por la plebe como por la nobleza.-Revela Zaebos lo que cree que le aguarda a su compañera en un futuro brillante y próximo de su mano. Sonríe ella de modo muy pícaro y deja de lado la copa de vino, acción que el príncipe copia dejando la copa de lado para ver de frente a Shinse quien se va acercando a el lentamente al punto de quedar junto el cara a cara.

-Tienes razón Shinse, no he olvidado el punto donde nos quedamos aquella vez, y debes saber que mis deseos por ti no van solo por eso, ahora han crecido y son muchos mas, requiero mas de ti para satisfacer mi lujuriosa sed belleza mía...-Tiene ahí una respuesta que de seguro es de su total agrado Shinse quien besa a su hombre con profundidad y lentitud disfrutando del sabor de los labios ajenos correspondiendole de igual manera. La toma Zaebos de la cintura y de la nuca mientras la besa, un agarre férreo y cariñoso que demuestra compañerismo y ganas de sexo. No duda ese hombre en usas su lengua a la hora del beso haciendo de ese beso uno muy profundo y lujurioso, no se anda con chiquitas Zaebos, usa la lengua desde el comienzo mostrando así un gran deseo de placer y sexo y a su sensual y picara compañera Shinse. Le mira con una sonrisa, escucha a la joven bruja hablar muy emocionada dejando claro que hay allí dos caminos para ellos dos. La primera es retomar desde donde se habían quedado la vez anterior, de ser así supone Zaebos que en breve la estará tomando sexualmente por detrás con toda lujuria. El segundo camino es uno mas de amantes, donde el juego sexual hará que con el tiempo lleguen al sexo irremediablemente. Mientras lo piensa detenidamente le acaricia la nuca y la cintura con muchas ganas, le roza los cabellos y los glúteos con la punta de sus dedos masajeando dichos lugares cariñosamente. Pasado unos momentos sonríe y deja escuchar su respuesta.

-Para demostrar mi plena confianza en ti mi querida Shinse confió en ti para elegir, se que tomaras la mejor elección.-Muy confiado Zaebos se entrega a la decisión que tome Shinse, el ritmo que siga la noche lo decide la joven y lujuriosa humana.

Esta mas que claro que estaba realmente feliz de estar alli y de ser aceptada en aquella magnifica mansion. O bien zaebos debía estar muy desesperado o en realidad algo de mi lo había cautivado de verdad. El me hablo de manera educada y convenciéndome de sus palabras mientras sonreía amablemente, siempre mostrando esa sonrisa que en la visita anterior me había dicho que era la mayor belleza de una dama.
-En efecto Zaebos, eres irresistible. Y no voy a poder salir de aqui en un tiempo, es demasiado increible  y adictivo jejeje. Aunque me pregunto si yo tambien soy tan irresistible para ti. Espero que si jejeje, sería una alegria..

Dije mostrando que tenia muchos deseos con el, quizas los mismos que tenia el conmigo. Pero por el momento mostrandole que habia ido alli por el por un deseo claro y todo causado por su grandeza. Despues de la ultima vez había visto que para ese noble lo mejor era alimentar su ego y tal como pensaba funcionaba a la perfección. Cuando hablamos de mi gato asenti. Estaba claro que aparecería tarde o temprano. Era un animal listo y después de todo estaba bien enseñado. Asenti a Zaebos para seguirle por donde quisiera para llegar al salon. Una vez alli nos vimos en los espejos y mi comentario fue respondido con palabras que me hicieron mirarme poco a poco con otros ojos. Me veia con otras ropas mas caras, con maquillajes y elegancia, algo que me gustaba bastante, mas aun con las palabras de aquel noble que parecia querer subirme el ego al igual que yo queria subirselo a el.
-Anhelo con ganas ese momento. Seguro que asi nos envidiaran al vernos mi noble Zaebos.
Dije para dejar una copa a un lado y estar al cien por cien con mi querido noble, quedando cara a cara con el y escuchándole entre risas como admitia que en realidad no lo había olvidado, o por lo menos eso dijo. Y junto con aquella aceptación fueron mas palabras hermosas que fueran mentira o no, no pensaba cuestionarlas. Ahora quizas empezaba a pensar que definitivamente si, era el mejor hombre que habia encontrado en el mundo. Un hombre que queria mas de mi, bastante mas que la ultima vez. Por ello le besé y fui correspondida. No tarde en besarle tambien con lengua, moviendola libremente y mostrandole mi deseo. El por su parte me acerco mas a él cogiendome de la cintura y la nuca. entre esos besos me acarició y mis manos igualmente se movieron hacia su fuerte espalda y su pecho.

-Sera un placer satisfacerte mi amado Zaebos de Cordoba. Me encargare de calmar todos esos deseos uno por uno.

Tras aquellas palabras la mano que tenia en su espalda comenco a bajar para lentamente buscar un hueco entre aquellos pantalones y llegar a tocar algo de carne fresca. Con la otra mano, la que estaba sobre su pecho tambien busco hueco mientras mi boca se deslizo hacia su cuello para cerca del oido susurrarle de manera provocadora.

-Tras esa bienvenida y ahora esa confianza puesta en mi persona no se me ocurre como podre llegar a elevar la balanza a mi favor.
Dije entre besos y caricias, llegando a lamer el cuello de ese hombre de manera deseosa pero cuidadosa.
-Pero por el momento...comencemos por acabar lo que no terminamos el ultimo día. Empecemos con mucha pasion, puedo sentirlo y ambos deseamos con fuerza lo mismo. Después de ello ya habra tiempo de tener una velada mas relajada o incluso mas alocada, segun cuales sean tus deseos conmigo. Pero despues de todo...me gusta acabar lo que empiezo. Espero que a ti tambien y si no recuerdo mal hasta que "esa noche" acabe, soy totalmente tuya.
Acabe diciendo para sonreir y mirarle a los ojos con pasión y lujuria. Despues de esas palabras le habia explicado mis ideas, con las que suponia estaria de acuerdo. Despues de ello solo el destino nos guiaria y ambos sabiamos que probablemente la noche la pasariamos juntos disfrutando de la compañia mutua. Mi mano siguio acariciando su pecho mientras la otra empezaba a rozar suavemente el pene de Zaebos. Pero cuando acabe de mirarle a los ojos volví a besarle.

La joven y sensual bruja puede pensar muchas cosas de Zaebos, y todo lo que piensa es en parte verdad. La verdad sobre la aceptación de Shinse allí no será revelada hasta pasado algún buen tiempo y tomen confianza, pero de mientras tanto disfrutar de ella y de los placeres que ella puede ofrecer es de momento la mayor y más rápida prioridad.

-Así como sabes que mis palabras son bien ciertas Shinse, de seguro en tu corazón sabes que una parte de ti es muy necesaria para mí, ciertamente irresistible, ahora queda en ti hacer de tu persona una persona de vital importancia para mí, tienes la oportunidad y el tiempo para hacerlo, no desperdicies la oportunidad.-Guiña el ojo a su compañera alentándola a hacer todo lo necesario para complacerlo y encandilarlo con su persona, y si se atreve a mas a atarlo a ella y a enamorarlo si es posible enamorar ese corazón de muerto viviente que jamás ha sentido algo como eso en toda su existencia.  
Entiende la bruja que la mejor forma de dirigirse a Zaebos es con respeto y tratarlo con grandeza, la gente de la nobleza es así, siempre mostrando y marcando lo que los diferencia de los plebeyos, pero eso no es malo para nada, no cuando se es correspondido de ese modo como corresponde Zaebos, hablando de modo inteligente y atractivo, incluso mencionando con certeza lo que le puede esperar a ella en un futuro cercano una vez viva y sienta como una verdadera noble.

-Eso es algo que doy por seguro Shinse, el éxito trae consigo admiración, envidia, amor y odios, tendrás que prepararte para todo ello mi bella compañera.-Sus palabras dicen lo que puede pasar en un futuro cercano con ellos dos y emocionan a la mujer que se entrega aún más a los brazos y los deseos lujuriosos de ese hombre quien la abraza y la besa con muchas ganas. Ella pone de su parte también, usa la lengua en el beso y comienza a acariciar el cuerpo de su compañero y amante en especial la zona de espalda y de su pecho asegurando que va a satisfacer cada uno de esos deseos que él tiene por ella sean cuales sean. Ya habiendo asegurado como calmaría los lujuriosos deseos de Zaebos empezó a hacerse paso entre las ropas del noble acariciando así su cintura y glúteos, incluso a acariciarle entre las piernas piel con piel consiguiendo así que el cuerpo de Zaebos aumentara su temperatura, por consiguiente logro que el hombre bello y rubio empiece a tener una erección. Sus besos van al cuello del noble quien le deja besar sin problemas, mueve la cabeza para que ella pueda besarlo a gusto mientras imita a su acompañante y le acaricia ahora la cintura y los glúteos por debajo de la ropa deleitándose con la suave y cálida piel de esa joven mujer la cual dice de modo provocador que no sabe cómo responder ante tamaña bienvenida. Sonríe el príncipe quien acaricia la nuca de su mujer, la toma de allí despacio y hace que lo mire a los ojos.

-Sabía que sabes muy bien que hacer para satisfacerme, tu mejor que nadie sabe lo que le gusta a un hombre en la cama querida…Noble o no sabes lo que quiere, y lo que yo quiero es lo mismo que tú, déjame mostrarte…-Con eso dicho le vuelve a besar en los labios profundamente, lento pero muy profundo. Los dedos de ese hombre juegan rozando y entrando cada tanto en el ano de su amante preparando esa zona para momentos después meter algo más grande y rígido allí dentro. La va llevando hacia uno de los sillones de la sala, hacia el más grande de ellos el cual es sumamente cómodo, allí la deja caer despacio mientras le acaricia el rostro terminando sus caricias en los labios de la joven bruja.

-Tiempo de dejar mis bellas ropas de lado.-Sonriente comienza a desabotonar su fino y elegante saco para quitárselo sin apuro y dejarlo acomoda a un lado. Luego comenzó a desabotonar su camisa suave de excelente calidad quitándose la misma con lentitud y sensualidad para deleite de su amante, dejándole lugar a que participe juguetona o que solo sea espectadora si lo prefiere.

Las palabras de Zaebos claras y con una meta clara me ofrecieron en cierto modo apoyo. Podía ser un consejo o simplemente un aviso pero dejaba claro que aquella era una oportunidad unica que se me habia dado. aunque como consejo sabia de sobra que eso estaba intentando hacer, despues de todo para eso habia ido a su mansion. Pero por si tenia dudas al respecto sonrei con calma, y con cierta ilusion. Era cierto que habia ido a aprobechar el tiempo, pero escuchar que podria llegar a ser de vital importancia para el era mucho mas de lo que incluso me habia planteado. Solia plantearme lujuria, diversion, poder, pero realmente importante para alguien...Para ello tenia que haber una confianza muy grande y tras mis años de vida dudaba que pudiera confiar alguien a tal nivel, aunque la persona en la que confiar fuera irresistible. Llegada a ese punto, deberia haberme preocupado y haber salido huyendo. Pero tal como habia pensado con ese hombre delante era imposible. Era todo lo que alguien podia desear y no podia desperdiciar aquella oportunidad, ya no por complacerle, sino por complacerme a mi misma.

-Jejeje, me honras con esas palabras. Por lo que he observado eres un hombre dificil de cautivar, mas aun de enamorar. Y  aun asi me invitas a intentarlo. Me gusta esa fe que tienes en mi, no dudes que si me lo pides asi...mi deber como invitada es intentarlo. Solo el tiempo dirá si aprovecho  bien la oportunidad dada.

Dije correspondiendo a su sonrisa y galanteria, hablandole con palabras bonitas y con respeto. Dejando claro su grandeza como noble y aumentando su ego. Viendo que como cabia esperar funciona de maravilla. Mejor incluso que de lo esperado al oir sus palabras de aprecio hacia mi persona. Si el era un gran noble yo era mucho mas que una campesina con conocimientos de etiqueta y lectura. y esa manera de verme era lo que deseaba de todos. Quizas igual que yo me habia dado cuenta de como esperaba que le tratasen a el, el se habia dado cuenta tambien de mis gustos. Pero desde luego estaba acertando.
Aquella mirada al espejo unida a sus palablas me hicieron sonreir y tocarme la cara, suponiendo como seria suave y radiante como la de aquel noble. Como podia cambiar y el me hablo para decirme la respuesta, claro esta, antes debia estar preparada para recibir esa leccion de cuidados.
-El éxito...me gusta como suena jejeje

Dije momentos antes de besarle y luego acariciarle con cariño y pasión. Estaba claro que ambos nos deseabamos y por ello en apenas unos momentos de acariciarle y apenas rozarle su intimidad pude notar como ese noble se calentaba con bastante facilidad aquella noche. Continue con su cuello con avaricia y saque la mano de su pantalon al haber conseguido su proposito para posarla en su espalda  y acercarle tambien mas a mi. entonces senti sus manos tambien bajo mi ropa, acariciando con manos suaves y delicadas pero fuertes y firmes. Luego su mano en mi cuello me hizo girar levemente para mirarle a los ojos, cosa que hice sin problema, mirándole con gran lujuria y deseo. Escuche sus palabras y le bese correspondiendo, sonriendo ante sus palabras, dejandole libremente mostrarme lo que quisiera. Aun sabiendo que podía hacer, sentir sus dedos entrar y rozar mi ano me sorprendio. Provocando la primera vez un espasmo junto con un gritito sordo, el cual ignore y segui besando a Zaebos, sintiendo sus dedos sin parar de jugar alli. Luego segui sus pasos dejandome caer en el sillon, uno que segun pude comprobar era mas comodo aun que aquella cama en el jardin. Vi sus caricias y sonrei quedando sobre el sofa, observando como mi noble se iba retirando las ropas con delizadeza y calma, dandome todo un espectaculo.
-Mmm...me encanta verte ir poco a poco mostrando tu grandioso cuerpo. Incluso quitandote esas ropas de gala eres digno de admiracion. Pero...permiteme que te ayude, será un placer.

Dije emocionada dejando claro que aunque se quitase las ropas de noble habia mucho mas en ese noble que en cualquier hombre conocido por mi. Alabándole  y esperando hacerle sentir bien. Cuando le quedaron unos pocos botones de la camisa le ayude  a desabrocharlos, para despues posar mis manos sobre su tronco desnudo para ir subiendo hasta sus hombros, ayudandole a desvestirse pero tocando en el proceso su suave cuerpo. Tras aquello yo tambien comence a retirarme la ropa, dejando a Zaebos si quería colaborar en ello.

Es cómico el modo de actuar de Shinse, parece una gatita a la que jamás le han mostrado un mínimo de cariño en su vida, y ahora que se lo han dado no deja de franelearse y ronronearle a su buen amo. Ayudará Zaebos a esa mujer a tener éxito, pero el grado de éxito al final terminara recayendo solo en ella y en nadie más. Luego de besos y tocamiento mutuo ella termino sentada en el sillón y el de pie frente a ella desnudándose, ahora es ayudado por ella mientras elogia la belleza innata de Zaebos, posiblemente sea por su sangre azul o eso se puede pensar de buenas a primeras.

-Adelante, puedes ayudar y tocar todo lo que te plazca querida Shinse.-La invita con un tono de voz provocador quedando desnudo y dispuesto para ella en poco tiempo. Luego es ese hombre quien ayuda a Shinse a quitarse las ropas, y no duda en acariciar el cuerpo de Shinse de modo provocador e íntimo en el proceso de un modo lento y sensual demostrando Zaebos que tiene mucho gusto por el juego sexual y el erotismo. -Ahora ya estamos desnudos, pero creo que a mi pene le falta algo, tamaño y dureza si, y tal vez algo de saliva que haga de lubricante, así entrara mejor por ese orificio más estrecho que has bien dispuesto para mi ¿Qué dices Shinse? ¿Crees que mi pensamiento es acertado? Alguien que sabe mucho de sexo puede dar su sabia opinión al respecto.-Acaricia el rostro de la sensual mujer mientras le mira, baja algo la mirada para hacerlo ya que el está parado y ella sentada, pero en realidad le gusta mirar a los demás hacia abajo, como si fueran todos inferiores a su persona.

Se me iba a dar una gran oportunidad para tener exito y aprender cosas lejos de mis posibilidades. Cosas que en un principio jamas habia imaginado siquiera. Y desde luego no pensaba desaprobecharlo, daría lo maximo de  mi en ello. Aunque desconocia hasta donde podia llegar, y podria fracasar antes de llegar a ese exito. Pero aun asi, llegaria mucho mas lejos de lo que habia logrado y por ello estaba con aquel noble, mostrandome muy cariñosa y lujuriosa. Buscando su cuerpo y tambien sus palabras. Asi que observandole, acabe ayudandole a retirarse esa ropa, para después quitarmela yo y recibir tambien su ayuda. En aquel momento rei y sonrei a sus palabras y sus caricias, para finalmente quedar desnuda sobre el sillon, mirandole desde abajo. suponiendo que a aquel hombre le gustaba ver el mundo desde arriba. Escuche su voz una vez mas, dandome una idea con la que rei de manera juguetona, sonriendo y extendiendo las manos para con una acercarle a mi cogiendole de la muñeca y con la otra acariciando su pene con delicadeza. Entonces mire a los ojos de Zaebos con una dulce sonrisa.
-Jejeje, por supuesto, es una idea perrrfecta, y no solo para ti jajaja.
Respondí entre risas dejando claro que nos vendria bien a ambos. A él por el placer que podía darle y a mi por un menor dolor en el momento clave. Mientras tiraba de el para acercarle mas al sillon.
-Tampoco hacia falta que me lo suplicaras, tarde o temprano sabías que iba a llegar jeje. ahora acercate mas y preparate para disfrutar.
Respondi con picardia y mirándole juguetona. Luego con movimientos dulces de mi mano segui tocandole, con cuidado y sensualidad, sin salvajadas ni retandole a soportarlo, sino dandole un placer calmado y esperado. Tras unos momentos calentando y acariciando su pene mientras le miraba a la cara disfrutando de verle sentir, acerque mi boca para lamerlo con suaves lamidas, sin llegar a metermelo en la boca. Besando y chupando aquel miembro cada vez mas erecto.
-Sabes muy bien Zaebos...esquisto. Podría seguir saboreandote hasta hacerte sentir increible. Pero despues de todo, la elección es tuya.
Ahora seria el quien diria si pretendia llegar al orgasmo en aquella posicion, o si por el contrario, una vez calentado y mojado quería intentar penetrarme por detras. Mientras esperaba una respuesta o simplemente el silencio segui chupando su verga  con gran conocimiento, dandole un placer que pocas mujeres o casi ninguna podían dar casi sin tocar. Si no me decia nada continuaria hasta hacerle gemir de placer.

Se mantiene el excelente y cálido ambiente entre ese hombre y mujer con ideas claras, lujuriosas y perversas, astutos y con hambre de grandeza coinciden juntos de un modo placentero. Ella sonríe la joven bruja y lo toma de una de sus muñecas trayéndolo más hacia donde esta ella sentada, y con esa cercanía puede también acariciar el pene de su amante y benefactor con delicadeza, mirándolo a los ojos muy complacida, asegurando con sus palabras de que él tiene razón en su pensamiento y que será muy placentero para ambos el mojar y lubricar el falo antes de meterlo en el suave y deseoso ano de la mujer humana.

-Me alegro que estemos de acuerdo, y estoy preparado y dispuesto a que me hagas gozar con tu pericia sexual Shinse…Sabes bien que luego te daré lo tuyo y en gran cantidad.-Ella sabe bien que tan buen amante es su príncipe, por eso ha regresado, entre tantos hombres nadie la puede hacer gozar sexualmente, solo él. Ella con su mano acaricia el pene de su amante dándole placer a Zaebos suavemente y con mucha calma, sonrientes los dos de ver el placer ajeno comienza Shinse a lamer y a besar el pene de su amante el cual reacciona poniéndose más duro y ganando más tamaño, algo que claramente alegra al vampiro, y a ella también. Lo hace sonreír con sus comentarios, pero no responde de primeras ya que ella empieza a chupar esa verga que está ahí toda para ella, lo mete en su boca y hace estremecer al noble de arriba abajo empezando por su zona más sensible.

-Esa es una difícil pregunta…-Jadea sintiendo las piernas rígidas.-Es difícil pedirte otra cosa cuando me la estas chupando tan bien Shinse…Es imposible e ilógico el pedir que te detengas…-Se escucha claramente el tono de voz de ese hombre muy excitado y complacido, llevando sus manos a los hombros de su amante acariciándole allí y también cerca del cuello sin molestar en nada la acción de mamar de su mujer. Pasado un rato se acomoda con ella en el sillón y se recuesta, le acaricia el rostro a esa sensual y experimentada mujer muy sonriente dejando que ella haga lo que guste, si quiere seguir chupando y masturbándolo bien, si quiere subirse sobre el y montarlo bien, si quiere que la monten también, no importa como lo quiera hacer allí esta Zaebos para complacer a fondo a su amante y hacerle sentir única en el mundo, pero claro, siempre será gracias a él y no por otras circunstancias.

Disfrutaba de ver a ese hombre acercarse y dejarse tocar con total confianza. Era feliz de contemplarlo y verle sentir el placer del momento. Cuando le oi hablarme y diciendo que estaba dispuesto y que incluso me daría bien después, me rei para tocarle con un poco mas de fuerza y hablarle.
-Jajaja Mas te vale... mas te vale si quieres que me quede para darte mis mimos especiales.
Dije alegremente mientras le acariciaba la verga con pericia sin parar, y la chupaba con lentitud y gran saber. Quizas no sabia mucho de arte, o de nobleza, pero en el sexo era podria decirse que una experta. Pude ver como sonreia a mis comentarios y entonces la meti en mi boca una vez, para hacerle disfrutar. Pude ver despues como se estremecia ante mi. Y si, me gustaba ver como un hombre fuerte o increible caia bajo mi poder sin poder evitarlo. Nunca fallaba. Le pregunte y entre jadeos me respondio algo que me hizo sonreir. en efecto estaba en mi poder con aquellos tocamientos. Y me hacia sentir unica. Teniendo el conocimiento y el poder para hacer a un noble estremecerse y jadear con apenas unos tocamientos bien estudiados.
-En ese caso no me detendre.
Senti sus manos tocarme sin molestarme, aun sabiendo como estaba queria ser partidario y darme a mi algo tambien, aunque fueran unas caricias. Continue "jugando" con el un rato mas cuando el se movió, dejandole libre movimiento. Vi como se sentaba y me acariciaba la cara, era todo un gusto para mi que alguien me tratara de tal manera. No pensaba defraudarle y al parecer el a mi tampoco. Entonces pude ver como me dejaba libertad, total libertad de accion, a pesar de lo que habiamos acordado. Eso me gusto aun mas, siendo asi algo improvisado y misterioso. Pero algo tenia claro y era verle gemir y disfrutar, verle a mis pies rendido. Ya habria tiempo de disfrutar por mi cuenta de manera fisica, ahora queria darme otro capricho.
-Mm...mi prrrincipe se puuussoo comodo. Peerrrfecto.No te vasss a arrepentir.
Dije sonriente y besandole en los labios mientras hablaba como si fuese el ronroneo de un gato mezclado con el siseo de una serpiente. Un modo de hablar sensual y jugueton. Entonces me tumbe sobre el sofa y las piernas de Zaebos, quedando asi cerca de el y sus manos. Una vez colocada sobre el sofa y sus piernas segui con mis manos masturbandole comodamente, para despues usar mi boca. Con ella chupaba y besaba, incluso me metia su polla en mi boca para despues sacarla y soplarle alli, esperando causarle escalofrios y un gran placer. Y alli me quede jugando con su pene sin parar entre las manos y la boca como si fuese un gato que jugara con un ovillo de lana. Dandole un gran placer y si lo deseaba poder tocarme mucho mejor que si estuviese en el suelo de rodillas.