Entre oro y sombras +18

La conversación entre el príncipe y la asesina es muy divertida, en especial porque le deja saber al primero todo lo que piensa la segunda, mientras siga hablándole a los ojos el siempre lo sabrá, después de todo los vampiros sacan mucha ventaja de sus víctimas siempre que pueden verlos directo a los ojos. Serika está lejos de ser una buena mentirosa, y no es alguien imperturbable, sus propias palabras lo demuestran, y ese tono frío con el que disfraza las palabras es un tono forzado, no algo natural, algo que fuerza día a día para escaparse del mundo al que parece teme más de lo que se podía creer en un principio.

-Es una pena, además no veo el porqué los sentimientos interferirían con el trabajo, pero bueno, yo no soy el profesional para saberlo, solo es una opinión basada en mi sentido común-Mientras el habla ella deja el sobre que él le había entregado minutos atrás mientras se limpia el vestido, dejando claro que tiene ganas de ver al intruso que tanto alboroto está causando en esa noche que está comenzando. -No se preocupe, no hay problema, es libre de ir si lo desea-El no se movió de su sitio, permaneció allí sentado incluso cuando Serika ya hubo abandonado esa habitación.

Lo que se encontró del lado puede sorprender, una especie de león, o leona en este caso que se abalanza contra ese sujeto que esta a las órdenes de Zaebos, y en un lugar como ese esquivar una embestida completa es algo muy difícil, casi imposible.

-Solo un viejo- Llego a responderle a esa bestia que esta lista para abalanzarse y matar, pero si se trata de matar el también sabe mucho de eso, por lo que así como para él es muy difícil esquivar para ella también, mas siendo tan grande. Con los cuchillos en mano ni lo duda, se los arroja con gran precisión, después de todo los cuchillos y los puños son su especialidad y esa bestia le ha dado tiempo de sobra para prepararse y apuntar de tal modo que las heridas vayan a ciertos puntos difíciles de reducir el daño. El cuello y las patas fue donde apunto ese hombre, en las uniones, para que así la gruesa piel del animal y su pelaje no minimizaran los daños. La sangre brota nuevamente, y si esa criatura espera irse de allí con esas heridas está muy equivocada, porque la única manera que podrá hacerlo con esas nuevas heridas es arrastrándose por todo el lugar si es que el desangrado no le hace perder el conocimiento y posteriormente la vida.

Recorría con la mirada aquel lugar mientras caminaba tranquilamente en busca del intruso que había causado tanto alboroto hace unos momentos atrás, se sentía mejor al ya no estar hablando con aquel hombre el cual hizo que muchas dudas pasaran por su mente más aquello no le importo y la verdad no quiso intentar responder ninguna de las incógnitas,  se preguntaba donde estaría aquel mayordomo y sus cuchillos aun no se sentía confiada al estar desarmada y no le agradaba eso, buscaba con la mirada atenta a cualquier sonido mientras continuaba con su caminata pensando en que aquel hombre era demasiado confiado y seguro de si mismo quizá algunos admirarían eso pero a ella no le agradaba, se sentía completamente vulnerable ante ello.

Entro a una de las habitaciones que habían en el lugar notando como esta estaba vacía "no esta aquí" dijo ella en su mente mientras suspiraba lentamente, su mirada vago por aquella habitación la cual se encontraba oscura, seguramente cuando fue humana esto la asustaría y se sentiría insegura pero ahora la oscuridad era su mejor compañera y más cuando se trataba de trabajo, ella era muy buena ocultándose en las sombras gracias a su muy pequeña figura y su forma silenciosa de actuar, camino entrando al lugar donde al parecer solo estaba ella, se sentía tranquila allí como si aquel lugar fuera ajeno a todo lo que pasara a su alrededor.

"debo seguir buscando" se dijo mentalmente recordando que debía continuar con su búsqueda del intruso el cual había irrumpido en aquella mansión y había llamado la atención de la chica de ojos color carmín, camino dirigiéndose nuevamente a la salida del lugar y cerrar la puerta a su paso para así continuar con su caminata por aquellos pasillos amplios en busca de lo que sea que hubiera entrado sin previo aviso al lugar.

El movimiento de ese hombre fue el acertado, luchar contra una bestia así cuerpo a cuerpo no es nada aconsejable, no a menos que seas otra bestia que pueda combatirla de igual a igual. No es ese el caso y las medidas tomadas para detenerla fueron efectivas, aunque eso no evito que ella lo embista con fuerza y termine embistiéndolo y haciéndolo chocar contra la pared. Se escucho el quejido del mayordomo debido al golpe y luego de ello tras unos momentos de recuperarse se quito de debajo de la leona que se quedo inmóvil sobre él.

-Casi, pero te falto muy poco leona, ahora serás propiedad de mi amo Zaebos- Dice ese hombre ya de pie viendo como ella pierde mucha sangre allí en el suelo. Toma una pequeña campanilla de uno de los muebles cercanos a ese lugar y la hace sonar, esa es la señal que debe escuchar su amo Zaebos, es tiempo de que haga presente ahora que la situación está bajo control.

El vampiro reconoce el llamada desde donde se encuentra y se pone de pie lentamente y con galanura en su andar sale de esa habitación donde había permanecido desde hace horas en espera de Serika, ahora camina por los pasillos charlando con algunos empleados mientras se cruza nuevamente con la asesina a quien mira pero no le dice nada, solo le sonríe y sigue caminando a paso tranquilo hacia el lugar donde su mayordomo esta junto a otros empleados rodeando a la leona. Se sorprende un poco Zaebos al verla, no pensó que un hombre gato se atrevería a algo así en su propia morada.

-Es muy valiente la hembra, eso hay que reconocérselo, pero no tan inteligente. Llévensela, ya me ocupare de ella en breve-Esos hombres y mujeres saben perfectamente que hacer cuando su amo da esa clase de orden, por lo que tras darle algunos leves tratamientos médicos entre todos se la llevaron de allí a otro habitación subterránea donde la acostaran de espaldas contra una mesa, le ataran las extremidades y la dejaran en espera a que el vampiro se decida a iniciar sus perversos juegos con ella.

Se detuvo al ver al hombre el cual le había invitado a aquel lugar, al parecer se dirigía a alguna de las habitaciones seguramente también en busca del intruso después de todo la impia había escuchado lo que parecía ser el sonido de una campanilla la cual creía que era la señal para el, ¿habrán capturado a la bestia? no lo sabía pero sentía curiosidad, solo observo como el contrario le sonreír para luego seguir su camino mientras hablaba con algunos de sus trabajadores la chica lo siguió con un paso lento.

Se detuvo al visualizar en el suelo manchas de sangre al igual que el cuerpo de una mujer la cual tenía graves heridas no dudaba de que parte de la sangre que estuviera allí proviniera de ella, suspiro notando que los empleados del hombre se llevaban a la fémina ¿a donde la llevarían? eso era lo que la impia se preguntaba y tenía curiosidad por saberlo, si, se podría decir que ella era de las personas que siempre quieren saber todo aunque no lo demuestre mucho y su actitud sea una desinteresada en cualquiera de los casos -¿a donde la llevan?...- pregunto al hombre frente a ella para luego ver de reojo al mayordomo que al parecer había sido parte de aquel combate y causante de las heridas que la mujer que se habían llevado tenía en su cuerpo.

Desvió la mirada buscando en la habitación la arma utilizada por el mayordomo más lo que encontró en el suelo fueron algunos de sus cuchillos, los había utilizado ya que estos se encontraban llenos de sangre, negó levemente con la cabeza mientras posaba su mirada en el mayordomo. Se expresión continuaba siendo la misma y neutra de antes la cual siempre había estado así desde que había llegado a aquel lugar.

Al parecer aquel mayordomo era muy bueno peleando y a juzgar por las heridas que tenía la otra fémina no sería buena idea hacer que el combatiera con ella aunque no le asustaba pero podría ser un reto tener que pelear con el y pensaba que aquello no debería pasar

Con la orden de llevarse al intruso a una de las habitaciones donde la ataron y vigilaron salieron luego de esa habitación, le quitaron sus armas, la revisaron bien y luego la dejaron allí a merced de las perversiones de su amo, bien saben muchos de sus perversos juegos pero a ellos no les importa, ellos están allí por bienestar ya sea por dinero, un buen techo donde vivir y buena comida, eso es todo.  Serika que está ahora nuevamente junto a Zaebos observa la escena del combate sacando sus propias conclusiones, y mientras lo hace el mayordomo toma los cuchillos del suelo y los empieza a limpiar con algo de agua y un paño blanco que empieza a humedecerse luego y a tornarse rojo de a poco debido a la sangre. El vampiro solo observa pero ve más importante girarse hacia donde está la joven asesina y saciar sus ganas de saber donde llevan a esa especie de leona.

-La llevan a una habitación donde “jugare “con ella. Me gusta hacerme amigo de aquellos a los que capturamos, en especial si son mujeres hermosas.-Guiña el ojo a Serika aludiendo a ella como a una mujer hermosa antes de comenzar a caminar lentamente en dirección de donde vienen sus criados los cuales le avisan que la intrusa esta lista para jugar con él.-Buen trabajo, pueden descansar-Esas palabras son algunas de las que más les gusta a los criados, es  vía libre para descansar, comer y beber tranquilos premiados por un buen trabajo, así que sonriente y agradecidos se fueron del lugar de prisa, para así disfrutar al máximo del descanso otorgado por su buen jefe.
El mayordomo le muestra los cuchillos a Serika, así demuestra que están todos sanos y ahora limpios, como si jamás hubiesen sido utilizados, y luego de ello los guarda en su chaqueta como lo hizo la vez anterior cuando se conocieron.

Minutos después Zaebos ingresa en la habitación donde la leona está atada de pies, manos y en el cuello, al parecer no está nada feliz de estar allí estada lo cual le hace sonreír. Las pisadas de ese hombre se hacen escuchar claramente, cada paso que da sumamente tranquilo al acercarse hace que ella lo pueda comenzar a ver de a poco. Las puntas de la habitación no se ven, la luz que hay en el techo solo alumbra el centro de la habitación donde esta ella y no mucho mas. A los costados cerca de ella hay mesas de metal por cuchillos, cadenas, sogas, tenedores y frascos vaya a saber con que líquidos dentro, parece una sala de cirugías o algo similar.

Spoiler:

-Bienvenida a mi hogar hermosa leona, espero estés cómoda y que la hospitalidad de mi hogar sea tan grata para ti que jamás la puedas olvidar. Mi nombre es Zaebos de Córdoba, señor de las tierras de Córdoba y de esta mi mansión, aunque eso de seguro ya lo sabías.- Camina alrededor de ella dejándose ver completamente, tiene las manos detrás de la espalda y la observa detenidamente estudiando a ese raro espécimen que tiene a su merced.-Creí que los de tu raza habían quedado ya en dejarme en paz, ellos no se meten conmigo y yo no me meto con ellos, así que quiero saber ¿Qué has venido a hacer a mi humilde morada?-Empieza aquel hombre con un leve interrogatorio, uno que se puede volver muy oscuro y doloroso si ella no coopera como él lo exige.

Escucho con atención la explicación de a donde llevaban a la intrusa pero ¿que eran esos "juegos"?, al parecer a aquel hombre le gustaba mucho entretenerse de maneras no muy normales con sus invitados no deseados o más bien invitadas, parpadeo un tanto confundida no sabía porque pero ahora sentía que tenía curiosidad por saber lo que haría con aquella mujer, salió de sus pensamientos al notar que el mayordomo se acercaba y le mostraba los cuchillos los cuales ahora volvían a estar limpios y como si estos nunca fuesen sido utilizados, suspiro al ver que los volvía a guardar en la chaqueta. -¿por que no me devuelven mis cuchillos?...ya he demostrado que no pienso hacerle daño a ese hombre- le dijo al mayordomo mientras señalaba a Zaebos viendo como este comenzaba a caminar en dirección a donde habían llevado a la intrusa.

La chica aun se mostraba indiferente ante la situación, no causaba ningún efecto en ella o eso es lo que parecía pero la verdad quería ver, ver lo que aquel hombre hacía con la mujer herida después de todo siempre había querido saber todo a cerca de todo, sus ojos color carmín siguieron a aquel hombre mientras este se alejaba hasta que desapareció de su campo de visión, no sabía que hacer ahora solo se encontraba allí observando cada parte del lugar, era aburrido para la impia. Quizá podría irse ya pero no sabía si era la mejor opción, poso su mirada en el mayordomo -¿que "juegos" son esos de los que habla tu amo?- pregunto con un tono calmado y neutro el cual no había cambiado en lo absoluto desde que había llegado a aquella mansión.

Quizá se entretendría si pudiera ver lo que aquel hombre hace con la intrusa, no sabe lo que hará pero puede ser una forma de distraerse y esta segura de que esos "juegos" de los que habla Zaebos son muy poco comunes al menos para las personas normales con las cuales se había cruzado a lo largo de su vida, eso era lo que más le llamaba la atención, aquel hombre era muy peculiar y podía hacer que su aburrimiento desapareciera al tener cosas nuevas que mostrarle a la impia o tal vez solo entretenerla con cosas las cuales había visto muy pocas veces.

El señor de la casa Córdoba ya se había retirado de la presencia de los presentes allí en el pasillo, solo quedaron al rato el mayordomo y la asesina uno frente al otro. La pregunta de la chica es un sentido, pero aun así ese hombre le responde de forma seria y educada.

-Hasta esta hora solo has demostrado no atacarlo sin cuchillos, nada más que eso-Esta sin duda a la altura de su puesto ese hombre que además de fuerte es muy inteligente y educado, eso habla muy bien de su amo pues lo deja muy bien parado. Ese hombre la observa fijo, si bien no tiene la gran empatía que tiene Zaebos para adivinar las emociones y los pensamientos de la gente nunca está de más observar y aprender de las personas, más cuando las tienes cerca y al alcance de la mano. La chica le devolvió la mirada, una mirada vacía que solo es llenada por su curiosidad, y sin duda el amo de la casa sabría cómo entretenerla en lo absoluto, y Serika puede descubrirlo tal vez gracias a su pregunta guiada por su gran curiosidad.

-Generalmente son torturas varias, jugar con la mente y el espíritu del capturado, dominarlo, humillarse, doblegarlo, acceder a él carnalmente. Los juegos del amo son muchos y muy variados-Sin tapujos ni mentiras ese mayordomo le cuenta a la asesina en que se basan los juegos de su amo los cuales son crueles y oscuros, en especial cuando se trata de mujeres, a ellas las disfruta más y eso es algo que está por descubrir Luna en breve. –Si le interesa puede ir a verlo por usted misma, incluso no será raro que el príncipe la invite a participar, no le molesta tener audiencia y suele compartir sus juegos con gente de confianza y con varios de sus invitados, es una cortesía de la casa Córdoba, eso es lo que suele decir-Extrañas costumbres las de ese hombre, pero sin duda es algo fuera de lo común puesto que Serika jamás conoció a alguien como ese hombre en su vida. Sabiendo eso ahora queda a merced de la bella y fría impía si pasa a participar de los juegos de Zaebos o simplemente se mantiene ajena a eso.

Puede que haya sido demasiado iluso Zaebos al esperar una respuesta de una criatura tan orgullosa como lo es un garou o uno de especie similar, o tal vez ese es parte de su juego, siguiendo reglas especificas y un camino ya marcado, un modus operandi, posiblemente así le cause más gracia siendo alguien estructurado y no solo algo al azar. Se comporta esa criatura como toda una fiera salvaje sacudiéndose de un lado al otro dañándose a sí misma ya que así como esta romper unas cadenas como esas es casi un milagro, mas con heridas profundas como esas que sufre su cuerpo, esas que se abren ante la brusquedad de la leona.  Toda la respuesta que consiguió el refinado vampiro de ella fue colmillos y maullidos de amenaza, aunque así como esta por más que erice los pelos y ruga no hay mucho que pueda hacer. Cuando ella lo golpeo con la cola él la tomo con una de sus manos, reacciono rápido pero es sabido que los vampiros son bastante rápidos si se lo proponen. Le sujeta la cola con fuerza, no para lastimarla sino para que no se zafe fácilmente y así poder acariciarla.

-Me gusta tu pelaje, es suave y agradable al tacto, también parece muy cálido…De seguro puedo hacerme un suave y caluroso abrigo contigo leona-Para el vampiro la situación es una delicia, y no sería la primera que termine hecha un tapado de piel, se escuchan historias como esas todo el tiempo, en especial de cazadores, demonios y vampiros. -Claro que primero quiero respuestas, y las obtendré de tu propio cuerpo si eso es necesario leona salvaje-Habla ciertamente serio pero no enojado, de hecho cada tanto su tono de voz demuestra ser el de alguien que está feliz o sumamente complacido. Suelta la cola de la leona y va ajustando las cadenas que la sujetan a su gusto, así termina ella abierta de piernas y con las manos arriba de los hombros bien estirada.

-Así está mucho mejor, me da mejor perspectiva para jugar ¿No lo crees tú así leona?-Esta claro de que no la va a matar, no, algo peor, posiblemente abuse de ella y la torture, los vampiros suelen hacerlo así incluso en el peor de los casos transforman a sus víctimas en vampiros atados a su voluntad, la mayor humillación a la que puede ser sometido una orgullosa criatura como ella. Le acaricia las piernas de modo mimoso y atrevido siendo muy sugerente con sus manos-Creo que hoy nos divertiremos mucho leoncita, y mañana, y pasado, y quien sabe cuantas décadas o siglos mas, de seguro lo disfrutas salvaje hembra- Está claro que ese sujeto busca la humillación y dominación, de otro modo no sea tan perverso y sádico como se está mostrando ahora.

La chica no podía evitar sentir curiosidad por saber que clases de torturas eran las que mencionaba el mayordomo, quizá solo eran cortar algunas extremidades haciendo que la victima sufriera un dolor infernal en el proceso para luego dejar que muera desangrado o era algo más que eso, era algo más elaborado podría ser y eso era lo que quería descubrir la demonio la cual veía fijamente al hombre frente a ella -¿en cual habitación esta tu amo?...- pregunto ella esperando con impaciencia a la respuesta ya que la chica lo había perdido de vista antes de saber en cual de todas las habitaciones había ingresado el señor de aquella mansión.

Sus ojos se posaron en el camino el cual anteriormente había recorrido Zaebos para luego desaparecer, suspiro levemente; un suspiro casi imperceptible mientras su mirada continuaba vagando por todo el lugar...no tenía nada más que hacer y su aburrimiento cada vez aumentaba con el paso del tiempo. Volvió a posar su vista en el mayordomo y lo observo bien, quizá había pasado por alto alguna característica del hombre o solo lo volvía a examinar para distraerse un poco pero esa distracción.

Comenzó a caminar una vez el hombre le hubiera dicho la ubicación de Zaebos -iré sola....creo que no puedo perderme..-comento ella con un deje de pereza o quizá solo desanimo y eso era a causa de su extremado aburrimiento, como odiaba andar de ociosa por allí sin saber que hacer y eso era algo que también le hacía recordar; recordar cosas dolorosas de su pasado el cual no quería reavivar en su memoria y que estaba cerrado con llave en una parte muy profunda de su corazón pero a veces aquellas ataduras que lo mantiene fuera de su mente se rompen por momentos haciéndola recordar aquella cruda verdad, aquel hecho que la hizo convertirse en lo que es ahora.

Maldijo en su interior aquellos sentimientos que llegaban tan inesperadamente y los cuales la atacaban por sorpresa siempre que estaba distraída y mientras se hundía en sus pensamientos la fémina caminaba sin saber como llegar a la habitación donde estaba aquel hombre que antes la había invitado a ese lugar "pensé que no me perdería.....parece que estaba equivocada" se dijo a si misma en su mente mientras una leve risa escapaba de sus labios, al fin había hecho algo más expresivo por así decirlo más esto no lo había visto nadie ya que estaba sola caminando quizá era por eso.

Abrió una de las tantas puertas del lugar al azar y sin ninguna meditación para luego ingresar a aquel lugar en el cual vio una imagen muy interesante para ella, el hombre al cual buscaba al parecer estaba empezando a "jugar" con la chica que anteriormente había visto desangrándose en la otra habitación

En esa habitación poco iluminada vampiro y gata están en el ojo del otro observándose. El vampiro la observa buscado zonas sensibles para aprovecharse mejor de su presa, ella lo observa buscando una oportunidad de dañarlo y en lo posible de matarlo. En esa observación y provocación amenazante ella intento pegarle con la cola y el la tomo de esa extremidad disfrutando de acariciarla algo que hizo que la hembra se le erizara todo haciendo que el vampiro de forma perversa sonría. Claramente es alguien bastante sádico, clásico de los de su raza que disfrutan de ser depredadores perversos y retorcidos. Ella remueve de modo salvaje para zafarse de su presa y finalmente lo consigue.

-Tranquila leona, solo te toque un poco, pero dentro de poco comenzare a tocarte de verdad-Y es verdad, porque mientras ella lo amenaza el la coloco de tal modo que le quede más cómodo acceder a sus piernas tocándole allí acercándose de a poco a su sexo.


-Gracias por la advertencia gatita, te tengo bien asegurada y cortada, así que relájate y charlemos...Aunque podemos jugar un poco mientras charlamos ¿Que dices? Me parece una buena idea-Se ríe fuerte el hombre mientras le toma las piernas acariciándole bien el pelaje sumamente acogedor. -La nobleza impuesta por una posición social y la nobleza del corazón son realmente muy diferentes la una de la otra, yo solo poseo la primera gatita salvaje, no te confundas, aquí tendrás de todo menos una muerte honorable-Habla esa criatura mientras manosea las piernas abiertas de la hembra y su pelaje, rozando con el cuchillo los muslos de ese gran espécimen animal.

Fuera de esa habitación Serika y el mayordomo se miran más de una vez, si no fuera ese hombre una persona seria de seguro ya se le hubiera insinuado a la chica que tanto lo mira, pero él no es así ni Serika tampoco.

-Ve por allí- Le señala el final del pasillo-Dobla a la izquierda y entra en la primer puerta de la derecha, allí lo encontraras-Guía a la chica para que pueda llegar donde desea y que trate sus asuntos con el Amo de modo directo. No hizo ademan de seguirla, ella quiso ir sola y sola pudo caminar por allí hasta que luego de un rato no encontrar el camino termino dando con la habitación deseada observando al hombre y a la mujer allí en el centro de la habitación en una posición comprometida para ambos. Así como los ve claramente ella está atada e inmovilizada, aquel hombre en cambio está libre y entre las piernas de la leona, aunque está completamente vestido y ella también de lejos da la impresión de que podrían estar teniendo sexo así como están.

-Esto es inesperado, pero agradable, no creí que tuviéramos compañía esta grata noche…Me alegro hayas decidido venir Serika, quizás podamos divertirnos juntos los tres ¿Qué opinan? Me parece una muy buena idea-Sea lo que sea que esté pensando debe de ser algo perverso y retorcido, se le nota en el tono de voz que está utilizando en esos momentos para dirigirse a ellas.

La situación para Zaebos es exquisita, hasta tiene público presente, en cambio para la pobre felina va de mal en peor ya que esa persona que apareció allí no parece ser justamente un alma bondadosa que viene a ayudarla. La gata se soltó del agarre de Zaebos y logro liberar su cola para después enroscarla a modo de cinturón alrededor de su cintura, eso lo memoriza bien el vampiro ya que puede sea su cola una zona sensible para ella, una la cual explotar.

-Lo que hago está muy bien planeado gatita, mira y aprende-Contesta ese depravado ser mientras le acaricia los muslos con las manos, rozando uno de ellos con su cuchillo, este le hace arder a la gata, una comezón nada agradable al ser de plata. Se ríe fuerte y claro el vampiro ante los gritos y los insultos de esa mujer gatuna, su destino está escrito y la mano que escribe su obra es la de su propio captor. -Me gustan las mujeres con carácter, es mucho más exquisito doblegarlas-Al dejar saber sus pensamientos ese hombre se acerca con sus manos cada vez más y más y de modo peligroso a la intimidad de hembra felina, como ya lo ha notado Luna está claro en la mirada del vampiro su deseo sexual y perverso, de los peores que ha visto en su vida.-He tocado piernas de todo tipo en mi vida, pero nunca había tocado a una mujer con tanto pelo en ellas, y en su entrepierna…Bueno, allí si he visto tanto pelo como ahora-Le guiña el ojo a la gatita prisionera y comienza a tocarla sutilmente alrededor de su vagina, esa zona tan íntima para una hembra ahora es rozada de cerca por una de las manos de ese cruel vampiro.-A pesar de todo sigue siendo muy suave, y sumamente cálido…Tengo mucha curiosidad, y si bien he probado gatitas, nunca he probado alguien tan fuerte y salvaje como tú ya que las de tu raza suelen ser bastante obedientes y sumisas, será toda una experiencia inolvidable la de esta noche.-Deja claro que de ahí no se podrá ir, y que será su juguetito sexual durante mucho tiempo, desde décadas a siglos.

-Estas muy callada Serika, puede que no estés acostumbrada a situaciones como estas, si te impresiona demasiado puedes retirarte, no ofendes a nadie-Es amable con su invitada Zaebos, pero bien le gustaría que ella se quedase para compartir sus juegos con ella.

Aquella escena no era algo muy nuevo para ella, había visto mucho antes abusos sexuales los cuales podrían ser muy perturbadoras para otros pero los cuales eran de lo más normal para la fémina claro esta que en ese momento no se esperaba encontrar tal escena por lo que solo se quedo en el mismo lugar donde estaba parada observando con atención cada acción de ambos involucrados. Suspiro con pesadez y camino tranquilamente hasta quedar atrás del vampiro buscando tener la mejor vista de lo que ocurría.

-no se preocupe....puede divertirse, no les interrumpiré....- dice ella con un tono bajo observando con atención todo lo que pasaba y como el hombre comenzaba a acariciar las piernas de la chica la cual estaba atada, enarco una ceja al notar como el hombre se notaba muy emocionado por lo que estaba ocurriendo quizá aquello era muy entretenido para el y la verdad no podía negar que ver eso también era entretenido para ella aunque simplemente buscaba mirar, no tenía ningún interés en participar en juegos sexuales quizá era porque no tenía aquella necesidad de saciar deseos sexuales, sus ojos vagaron por la habitación tan extraña en la cual se encontraban al parecer el hombre tenía ese lugar exclusivamente para jugar con sus victimas las cuales Serika suponía eran muchas.

-no debe prestarme atención a mi.....-añade con un tono distante y desinteresado mientras acomoda un mechón de su cabello detrás de su oreja sin dejar de observar todo a su alrededor buscando captar todo lo que pasaba en aquella habitación, sus ojos rojizos vagaban por todo el lugar examinándolo por completo y posando su mirada carmín sobre ambos acompañantes los cuales al parecer se estaban divirtiendo o más bien solo el vampiro se divertía con aquella fémina bestial y la cual era la intrusa que tanto le dio curiosidad desde su llegada a la mansión.

Trataba de ser lo más silenciosa posible, no quería que aquel momento se arruinara ni mucho menos que pararan quizá era por el hecho de ser un demonio sediento de sufrimiento ajeno el cual a ella le ocasionaba placer, sin duda le causaba gracia aquellos insultos y amenazas que recibía su anfitrión y de los cuales el se burlaba sin ningún pudor, ¿como terminaría eso?

Claramente Zaebos no es de los que son tímidos, el que este allí presente Serika no le hará titubear en lo que respecta a sus asuntos. La pequeña impía no es justamente un alma noble, por lo que esa clase de eventos como una tortura de índole sexual y dolosa tanto para el cuerpo y el alma puede resultar regocijante en extremo. Esa clase de escena los acerca bastante, después de todo los dos disfrutan del dolor ajeno, pero el dolor que ejerce Zaebos sobre los demás es todo un arte, lleva horas y días, conlleva el uso del cuerpo y de herramientas especiales para lograr el cometido de conseguir un sufrimiento agónico en extremo para la víctima.

-No se preocupe, esto tomara tiempo y hay suficiente gatita para los dos, pero si solo gusta de mirar no hay problema, será toda para mi entonces-Entre sonrisas empezó a remarcar el cuerpo de su presa con su cuchillo de plata, cortando algunos sitios dibujando en su carne palabras desconocidas para los presentes, pero palabras que un viejo lobo o algún cambia formas con buena edad y sabiduría podría leer y comprender. Mientras escribe en ese cuerpo atado la comenzó a violar de varias formas, incluso además de los dibujos derramo algo de su propia sangre sobre ella, se corto la propia piel y derramo de su sangre vampirica sobre ese cuerpo que posee a su merced y voluntad tratando más de una vez que bebiese de su sangre.

-Este arte es algo que solo unos pocos entendidos y privilegiados pueden entender-Explica ese vampiro que se muestra perfectamente como un humano, casi imposible de detectar e identificar como un no muerto, así se mantiene caminando entre la sociedad mortal como uno más del montón. Se agacha y besa los muslos peludos de la mujer, y si bien no es lo más agradable del mundo si es más agradable cuando llega a la vagina de la gata, allí no hay mucho, allí hay carne tiernita y caliente, una carne sabrosa que puede humedecerse mucho si se la trata como es debido.  Las manos de Zaebos le sujetaron de las piernas y su boca empezó a hacer el resto al besarle la intimidad tímidamente, con suavidad y paciencia, sumamente lento rozando sus labios contra los labios vaginales de la gata que inevitablemente están a su merced. La lengua de ese hombre también comenzó a pasearse por esos labios vaginales humedeciendo los mismos, respirando lentamente, y eso es gran esfuerzo para un vampiro, respirar no está en su naturaleza.

-Esta extrañamente sabroso, rara vez he tenido la oportunidad de saborear una carne como esta ¿Desea probar Serika? Dudo que alguna vez se cruce como una gatita como esta y mucho menos que la encuentre así de dispuesta a dejarse probar-Comenta lo rico que esta el sexo de esa fémina felina y ofrece a la asesina a compartir el suculento banquete. Mete su lengua lentamente en la vagina de esa mujer y lo hace tan profundo como su lengua se lo permite, y una vez bien dentro del sexo de su ahora esclava mueve su lengua lentamente ondulando la misma dentro de la mujer para así no solo saborearla mucho mejor, sino para calentar a esa salvaje gatita bella que se hace la ruda, la difícil con él, Zaebos de Córdoba.

Ladeó el rostro observando aquella escena la cual aunque no causara tanta emoción como el hacer sentir dolor a sus victimas le hacía sentir una sensación extraña y muy ajena a ella, enarcó una ceja haciendo que su expresión cambiara por primera vez en aquella noche al ver como el hombre acercaba el rostro hasta la intimidad de la fémina y comenzaba a jugar en esa zona para luego decirle a ella que también participe en el juego sexual que apenas estaba empezando. La verdad no era una persona a la que le interesaran mucho aquellos juegos simplemente disfrutaba de la tortura y aunque eso era lo que el hombre buscaba hacer a la chica Serika no era gran fanática del sadomasoquismo.

Negó levemente con su cabeza y suspiro -no.....puede continuar....no me interesa jugar de ese modo con ella- la chica fue directa mientras su mirada seguía fija en ambos acompañantes los cuales al parecer estaban aprovechando y disfrutando de la velada aunque se podía notar que el vampiro era el que más disfrute le traía aquello. No podía negarlo sentía como un leve cosquilleo recorría su cuerpo al ver aquella escena pero sin duda no demostraba eso simplemente se quedaba allí, estática como si se tratase de una estatua solamente que esta aunque no lo creyeran estaba viva y podía hablar.

Observo una vez más toda la habitación notando como esta estaba repleta de utensilios que suponía eran de tortura pero los cuales no había visto nunca ni mucho menos sabía de su existencia, quizá Zaebos tenía razón al decir que solo unos pocos privilegiados podían entender aquel arte y pues estaba claro que muchos no habían hecho nada con instrumentos como esos y por lo tanto muy pocos conocían lo bien que se podía sentir observar como sus victimas sufrían y agonizaban hasta llegar a su muerte la cual era muy lenta.

Llevó una de sus manos hasta su flequillo el cual se había movido hasta logros cubrir parte de su campo de visión el cual despejo luego arreglando los mechones de cabello que caían sobre su rostro