Entre oro y sombras 2

Demasiadas cosas se están sucediendo una tras otras en el Continente Central, muchas impensadas que han tomado de imprevisto a casi todos los reinos de dichos continente, y más aún, de todo el mundo. Algunas inesperadas y otras se esperaban aunque tal vez no con el impacto que generaron al verse realizadas y muchas otras pasaron sin pena ni gloria por estos tiempos que corren. Las batallas se están sucediendo en todos los campos de batalla, desde el cielo y el infierno hasta las sombras y el ya conocido enfrentamiento cara a cara, esa que es la batalla más común y que ignora generalmente todos los otros entornos que tienen esas batallas. Mientras las batallas del Puño de Hierro y de la Dinastía del Dragón se suceden cada una en su propio territorio, en el Cielo de la Libertad se vive la intensa lucha de las sombras, la de la burocracia, las cuales utiliza todo su poder adquisitivo y de la política para lograr sus objetivos, y cuando esos poderes no son suficientes recurren a otro tipo de poder, a los espías y asesinos para que hagan lo suyo...Esa es la batalla oculta tras la mugre y antiguas glorias del ´país sin ley.

Después de mucho tiempo, el ya recuperado príncipe de Córdoba ha decidido tomar cartas en el asunto, hasta ahora venía siendo muy sutil el príncipe como es su costumbre, pero en tiempos de crisis deben tomarse medidas que estén a la altura, por lo cual, es hora de que tome y lleve a cabo las decisiones que debe tomar, todo por el bien de su propia persona.
Paso el atardecer lentamente en el territorio del Cielo de la Libertad, mientras una clase de vida termina su día otra clase comienza la suya, ahora comienza la vida del príncipe, la vida que vive un vampiro, la vida de la noche.

Días atrás decidió el príncipe el contratar a dos sujetos en especial para llevar a cabo unos pequeños trabajos, pequeños trabajos pero de grandes beneficios, tanto para el cómo sus contratados, para que estos acepten su pedido ha de hacer una buena oferta, de otra manera posiblemente se nieguen a tomar dicho trabajo. Y así fue, llegaron a un acuerdo, eso fue días atrás, pero ahora tiene otra idea en mente, una muy diferente a las anteriores, pero de igual forma será dicho asunto llevado a cabo en su propio hogar y atendido personalmente, Envió una carta anteriormente a esa dama para que aceptase reunirse con el bajo la honra y la protección de la casa Córdoba, una invitación que espera  que esa noble dama acepte con gusto e interés en todo su ser.

Tras desayunar y asear su cuerpo el príncipe de Córdoba se vistió como de costumbre, de forma formidable, sin igual, capaz de brillar por sí mismo, su porte y gusto para las prendas nunca dejan que pase desapercibido., junto a su mano derecha se dirigió al hall principal de su mansión para esperar por esa persona con la cual a de encontrarse la noche de hoy, su mansión es el mejor lugar para una reunión como la que van a llevar a cabo esa noche.
Desde temprano el señor de la casa Córdoba tuvo todo listo, se saludó con muchos de los allí presentes que ya sabían de la llegada de invitados a su morada, muchos de ellos sirvientes de mucha confianza, de años y años de servicio, no solo de ellos, muchos ya heredaron ese trabajo de sus progenitores.
Al tener mucho tiempo de sobra el príncipe, se ha puesto a beber algo de vino con el encargado general de su mansión quien acompaña en esta ocasión al príncipe de Córdoba, mientras la noche cae totalmente sobre la ciudad espera Zaebos por la llegada de esa persona a la que ha de conocer y agraciar esa noche.

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Como es de esperar el salón de la antigua nobleza de ese país es impresionante, todo brilla allí en especial por el oro y plata de la vajilla, las copas y otros adornos de allí están hechos de puro oro, plata, los cristales son realmente finos, verdaderas obras de arte. Los espejos y el reloj del lugar datan de muchos pero muchos años, realmente antiguos y bonitos, la mesa larga de madera es de la mejor de este país, ni mencionar las sillas, realmente cómodas y elegantes. Las luces del lugar iluminan absolutamente todo el salón, las sombras casi no existen en esa habitación, todo brilla en oro y plata. La cantidad de oro en la que está valuada esta habitación es imposible de calcular, aunque muchos estiman que sobrepasa las mil de monedas de oro, los nobles del Cielo de la Libertad con los años han invertido mucho dinero en sus residencias y este es el resultado de todas esas inversiones.

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Mientras el príncipe y su mano derecha esperan pacientes bebiendo algo de vino en ese salón, imaginan de que aquella que ha de llegar más tarde sepa cómo comportarse en un lugar tan fino y refinado como lo es este salón de los nobles, de otra manera deberán de retirarse a otro lugar más acorde a la invitada de esa noche.

Tal y como pensó la vampiro de apariencia bella y juvenil hubo en su llegada mucha gente expectante a que ella arribara a dicho lugar. Aunque ninguno de ellos se acerca a ella si la saludaron respetuosamente desde donde estaban mientras dentro de la residencia se informa al amo y señor de la residencia que su invitada está presente a los pies del portón principal de la mansión.  Pensó por un momento en enviar a su hombre de confianza a recibir a su invitada de honor, pero luego desistió de dicho pensamiento creyendo que sería más impactante y sobresaliente que fuese el mismo a recibirla, por lo que dejo a su mayordomo a cargo de la sala y se puso de pie lentamente yendo el mismo a recibir a la señorita Yamamoto.

Sobre el gran portón de la entrada principal de la residencia Córdoba se puede observar claramente la insignia de la casa Córdoba la cual es bien reconocida en todo el Continente Central tanto por nobles como por plebeyos.

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Desde donde esta Natzume puede observarse la parte exterior de la mansión así como si patio interior el cual es tan impresionante como la construcción en sí.

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La estructura es claramente bastante antigua, si bien esta cuidada a la perfecciona si como los jardines y mármoles que se pueden observar es claro a simple vista que el paso del tiempo ha dejado su marca en cada uno de los sitios y objetos del hogar del afamado Zaebos de Córdoba.  Allí la espera el príncipe de Córdoba, en esa residencia exquisita, con gran patio y bella decoración, se puede ver mucho pasto y varios jardines, pero lo mejor estaba más adentro, donde solo los ojos de sus invitados pueden llegar.
A lo lejos camina el príncipe, yendo al encuentro de su querida invitada, vestido con bellas y finas ropas listo para pasar una hermosa velada que deje satisfecha a ambas partes. Por los caminos de la residencia avanza feliz y galante, viendo su amado jardín y todo a su alrededor, todo luce tan perfecto, tan bello como elegante.

Las puertas del lugar se abrieron de par en par,  de ese modo los guardias de la residencia quedan a los costados de la entrada permitiendo el paso de la fina señorita que se encuentra justo delante de la entrada siendo ella la invitada de esa noche.

-Lady Yamamoto, el amo y señor de Córdoba le aguarda dentro.-Con respeto y usando un porte firme y recto informan a Natzume de que puede ingresar a dicha mansión y que está siendo esperada por el señor de la misma, por aquel que será su anfitrión esa noche de luna menguante.
El hombre que espera por ella está a apenas unos pasos de ella, viste un fino traje negro, muy bien elaborado, una camisa blanca puede verse debajo del mismo junto a un moño del mismo color que la camisa adorna su cuello, unos zapatos negros radiantes portan sus pies y para terminar, una flor sobre el bolsillo de su chaqueta, a la altura de su corazón, una flor que parece estar hecha de cristal.

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El hombre está admirando sus jardines, y espera allí por su invitada con la cual espera crear ese día una estrecha y amigable relación.

El hombre a metros de Natzume estaba admirando los jardines, pero volteo de inmediato cuando escucho a su invitada a unos pasos de él, correspondió el cumplido de la vampiro con una sonrisa y camino hacia ella, de forma galante, llevando uno de sus manos en el bolsillo de su pantalón, el sonido de la naturaleza se vio interrumpido por el sonido de sus zapatos al andar.

-Buenas noches  dama Yamamoto, no necesita agradecer, pues su presencia honra a toda la casa Córdoba, hasta las flores muestran felicidad por nuestro encuentro en esta bella noche de luna-Le expreso sus palabras de la manera más poética que pudo llegar a lograr, y así fue, pues su prosa y labia son bien conocidas por las damas de la alta sociedad así también como por los burgueses con los que suele salir a montar. Se arrodillo a los pies de su joven invitada y tomo una de las manos de Natzume con su mano izquierda, mientras lleva su mano derecha a hacia el corazón. Le beso la mano y quedo de rodillas ante la señorita, pues sería de mala educación ponerse de pie sin antes ella le expresara sus palabras, cada uno de ellos debía darle el tiempo a él otro de expresarse con total tranquilidad y libertad. Cree Zaebos que la joven mujer junto a él conoce de modales, no sabe bien que tan alta y refinada es su educación a cien si acierto pero concede a Natzume el visto bueno desde el principio dándole la oportunidad a la dama a que actué como una persona digna de un porte como el del príncipe de Córdoba quien alguna vez fuese príncipe del Cielo de la Libertad cuando este era considerado un reino.
Ahora que están tan cerca el uno del otro se puede oler claramente el rico perfume que está usando Zaebos, aunque es extraño que huela exactamente como el mismísimo jardín donde están, por más fina fragancia que se compre o cree nunca se podría imitar a la naturaleza de ese modo. El dorado de los cabellos de Zaebos es fuerte, es intenso y vigoroso, como si fueran finos hilos de oro que nacen de un mismo lugar adornando así el cuero cabelludo de ese hombre que se humilla gratamente frente a la niña de sombrilla parada justo delante de él.

Mas lejos de donde se encuentran las puertas de la casa Córdoba se cierran lentamente, para evitar de ese modo visitas inesperadas, solo Natzume es bienvenida esa noche allí, el resto deberá esperar, o sufrir un castigo ejemplar por no seguir los designios de dicho lugar y de su señor.

Lentamente luego de escuchar las palabras de su invitada de honor se fue incorporando de a poco, la miro a los ojos mientras él se incorporaba hasta estar de pie completamente, siempre con una sonrisa y un aire galante, sin soltarle la mano, tomándola suavemente, como si estuviera apenas rozando la piel de una joven y frágil doncella.

-Sus palabras me llenan de alegría My Lady, estoy complacido de saber que considera mis afectos hacia usted como algo grato, y más mi felicidad al ver que usted siente esa misma sensación al estar en mi compañía bajo esta noche de preciosa luna creciente.–No tardo en agradecer por sus nobles palabras a su compañera de esa noche y se acercó lentamente más a ella hasta posicionarse a su derecha, una vez allí le ofreció su brazo izquierdo para que lo tomara, una vez hiciera eso juntos caminarían hasta la mansión para deleitarse de una buena charla y una buena cena y hasta posiblemente un buen baile.

-La verdad dama Yamamoto desde que supe de su existencia siempre quise conocerla pero no sabía cómo acercarme a usted, podría decirse que ahora tengo... Veamos... ¿Una excusa? Necesito algo de usted señorita, pero, dejemos eso para más tarde, no me gusta hablar de negocios así como así, no quiero que mis invitados piensen que solo los llamo porque necesito algo de ellos, la gracia de mi casa es que una vez pisen este lugar quieran regresar nuevamente.–Le expreso con gran amabilidad, con gestos suaves y frágiles.

La miro a los ojos todo el tiempo a los ojos, como si fuera lo las llamativo de ella, pues él es un hombre al que le gusta sentir el sentimiento de sus acompañantes y de ser estos sentimientos positivos, pues daba rienda suelta a su ya conocida labia, hombres y mujeres solían caer bajo su encanto por igual, para bien o para mal. La joven vampira es claramente mucho más bajita que él, pero sus facciones son claramente bastantes parecidos a los del príncipe de Córdoba siendo una joven dama muy hermosa y elegante, sumamente de vida fina. Los colores que visten son los contrarios, ella negro y rojo mientras que el viste de blanco y toques azules, pero los ojos y cabellos de ambos así como el tono de la piel es claramente el mismo.

Esa noche esperaba con esa dama crear alguna especie de vinculo especial, después de todo al besarle la mano lo supo, no tuvo dudas de que esa  mujer no es humana, su sabor es diferente y su aura y presencia son ciertamente siniestras, mucho mejor así, ambos pasan como humanos verdaderos, el más que ella, ambos son dos obras de arte.

La conversación entre ambos vampiros fluye en paz, el tono de voz de ambos personajes es calmo y alegre, en parte entusiasta y porque no decir que suenas con un tinte de curiosidad. Cada uno de ellos piensa algo diferente del otro, pero los dos quieren descubrir el verdadero origen y razón de la reunión que se está llevando a cabo esa noche entre la casa Córdoba y la casa Yamamoto.

Ya estando juntos y en posición  iniciaron la marcha a paso lento y seguro, muy tranquilo y divertido se los vio andar, atento a su acompañante quien se sienta halagada de que alguien de tanta importancia como él se sienta de algún modo atraído hacia ella y su familia. Cada criatura tiene sus métodos para cada una de las acciones que realiza en su vida, el príncipe tiene su forma particular de hacer las cosas y ella pronto conocerá sus métodos y el espera conocer los de su joven y bella acompañante.

-Espero dama Yamamoto me permita llevarla a través de los jardines de mi residencia antes de ingresar a la mansión, ya sabe, la noche es joven aun, y tal y como hemos dicho con anterioridad no necesitamos apresurar las cosas, mejor disfrutemos de cada momento que esta bella noche nos obsequia y que puede llegar a ser sin dudas inolvidable ¿Le parece bien así mi joven invitada?-Pregunto con una gran sonrisa en el rostro, mirándola a los ojos sin escatimar en hacer uso de la palabra. Delante de ellos se abren varios caminos, cada uno en dirección diferente los unos de los otros, el camino despacio para darle a Natzume el tiempo suficiente para decirle si acepta la invitación a recorrer los jardines o si prefiere ir directamente a la mansión.
Los pasos de los vampiros en su andar se escuchan claros, los caminos de mármol al ser pisados por los finos zapatos de ambos generan un sonido elegante y particular digno de un noble, en especial cuando se sabe cómo caminar con ellos. No dudo Zaebos en mostrar su aprecio a la dama junto a él mientras caminan, sutilmente acaricio la mano de la joven con su mano libre mientras señala diferentes partes del camino y de la vegetación allí reinante, es sin duda alguien astuto pero sumamente interesado en hacer sentir bien a su compañera ya que claramente la mira a los ojos cada vez que habla y su mirada se mantiene la mayor parte del tiempo sobre ella. Se ven algunas obras de arte entre los jardines, un punto en común entre ambos ya que por lo que se sabe de la familia Yamamoto son vendedores de obras de arte, pero no se sabe si solo las venden o si también las producen.

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-Espero que una experta como usted mi bella y joven dama le dé el visto bueno a la decoración, he sabido que se dedican mucho al arte haciendo de este un negocio…En mi caso en particular lo hago por placer, además, regalar una creación que nace del talento y del ingenio propio de cada uno no tiene precio, esa es una de las razones por la que tal vez mi familia es tan famosa y renombrada.-Ciertamente nadie regala obras de arte y menos gratis, pero la fama de Zaebos en lo referente al arte es mínima a comparación del comercio de especias extranjeras y de algunos otros negocios bastante turbios según las malas lenguas de la ciudad.

Bajo la luz de la luna Zaebos de Córdoba lleva de paseo a la joven y muy hermosa Natzume la cual esconde algún que otro secreto que incluso su anfitrión desconoce. No tiene idea Zaebos de que esa joven puede matar la tierra y la vegetación de su tan adorado jardín en un abrir y cerrar de ojos sin esfuerzo alguno, probablemente lo descubra esa noche por las malas. La joven dama responde a su compañero con mucha educación pidiendo que la guié por los bellos jardines, vastos y muy bien cuidados va enseñando a la joven las flores del lugar explicando cual es cada una de ellas y de donde proviene demostrando que no solo sabe que tan bien se ve esa vegetación sino también sobre su lugar de origen.

-Definitivamente Tomas tendrá un ego muy alto cuando le lleve sus palabras a sus oídos, y debo admitir que me sorprende su humildad joven dama, pero es bastante grato escuchar la forma en que se expresa…Esos modos son dignos de admiración Dama Yamamoto.-Le sigue llamando Dama aunque ella no sea parte de la nobleza de ningún sitio, nunca escucho de que su familia obstante dicho privilegio pero él puede hacer unas pequeñas excepciones con esa joven mujer, le concede ese privilegio especial. Sonríe Zaebos cuando Natzume toca el tema de lo impresionante que debe de ser su residencia por dentro la cual está a la altura de un gran palacio.

-Ese es un secreto que hoy revelare para usted, tendrá el privilegio que todos quieren pero que solo una parte muy seleccionada de ese todo ha podido contemplar.-La mira cómplice y complacido de tenerla a su lado mientras se adentra un poco los jardines de la residencia notando casi instantáneamente como el césped y la tierra del lugar empieza a marchitarse hasta morir. La cara de sorpresa se le ve claramente, ha sido tan súbito ese hecho que no se ha podido contener en lo absoluto.

-¿Pero qué demonios está pasando…?-Se ha detenido por completo ese hombre sin comprender nada de lo que está ocurriendo con parte de su bello jardín. -Sera mejor que volvamos al camino joven Natzume, ya hablare con Tomas y le haré investigar que está pasando con este pedazo de tierra de mi propiedad.-Con cuidado empieza a dar la vuelta para regresar por donde vinieron y alejar a su invitado de ese sitio que puede resultar peligroso para la salud. La mira con ojos entrecerrados y algo tristes, no entiende como pudo pasar aquello de un modo tan súbito e inesperado.

-Lo lamento mucho Dama Yamamoto, no comprendo que ha ocurrido allí ni tampoco como, me le debo mi más profunda y sincera disculpa ante la vista de algo tan desagradable y descortés, lo lamento…-El tono de culpabilidad en la voz de Zaebos es tan pesado que debería de llegar profundamente al corazón de aquellos a quienes se esté dirigiendo, una notable tristeza y culpa es la que demuestra su rostro así como su mirada la cual esta posada sobre los ojos de la pequeña vampira a su lado que es el receptor de dichas palabras. Lentamente busca acariciar el rostro de su dama de compañía, mueve su mano despacio y la deja ver por ella claramente para no faltar el respeto a esa chica junto a él, con esa lentitud y al no esconder sus intenciones le da todo el tiempo del mundo a Natzume para que use alguna forma cortes ya sea de palabra o de movimiento para negarse a ser acaricia por ese hombre el cual intenta de alguna forma compensarla por esa clara falta de etiqueta de su propia parte.

Tras la disculpa de Zaebos la pequeña vampira a su lado no se pudo guardar la verdad sobre lo sucedido en el jardín de dicho noble momentos atrás, toma una decisión difícil y valiente Natzume la cual es confesar y revelar que la culpable de dicho mal al jardín de la casa Córdoba ha sido ella misma. No sabría decir Zaebos por qué la dama junto a el decidió el confesarle algo tan importante como eso, pensó cuando ella le tomo acaricio el rostro de que estaba aceptando cierta confianza de su parte y que gusta ella de su toque, ahora no esta tan seguro de ello a pesar de que le había tomado ella de la mano pues en esos momentos se alejó un poco para de forma muy educada disculparse por lo sucedido. La observa sorprendido ese hombre, tenía una sensación extraña al estar junto a ella pero no la atribuyo a nada sobrenatural, solo a la sensación de conocer a alguien nuevo a quien se quiere agradar y tal vez hasta conquistar.

-Dama Yamamoto…Sentí algo extraño y difícil de explicar cuando estuvimos uno al lado del otro, en especial cuando tomo mi brazo, pero nunca me imaginé algo como esto que confiesa ahora.-No esconde su sorpresa Zaebos, se le ve en el rostro, en sus ojos también, aunque no hace gestos raros con su cuerpo, se mantiene bien parado y con gran porte observándola a los ojos.-Sé que hay criaturas que tienen ciertos problemas, en especial los cercanos a la noche, pero ya me dirá usted luego si quiere compartir más sobre su persona conmigo o simplemente quiere que este desafortunado traspié sea algo que se pierda en el olvido.-Por la actitud y las palabras que elige el dueño de la casa para dirigirse a ella puede sentirse tranquila la joven vampira, por lo visto sus disculpas son de algún modo aceptadas y se le invita a tomar la palabra las veces que desee mientras este bajo la protección de Córdoba. El señor del hogar se acerca nuevamente a ella sabiendo ahora que Natzume está dispuesta a pagar por los daños ocasionados a su propiedad, aunque el daño en verdad ha sido hecho sobre la persona de Zaebos, eso es lo más personal del asunto. Se acerca despacio a ella y sutilmente con el índice de su mano derecha la toma del mentón y hace que suba su mirada. Cuando lo haga lo tendrá a Zaebos cara a cara, en especial cuando él se agacha un poco hacia delante y queda con su nariz sobre la nariz de Natzume y sus ojos rojos intensos sobre los de ella. Un poco más cerca, solo un poco más y hasta sus labios estarían unidos, pues los rosa apena mientras la observa.

-Agradezco sus intenciones y la gran muestra de responsabilidad de su parte para conmigo…Pero mi hermosa dama…Aquí se ha dañado la vida que tanto aprecio y protejo, el dinero no me los devolverá…. ¿Lo comprende usted?-Habla suave ese hombre que se encuentra ahora invadiendo el espacio personal de la vampira de un modo gallardo y hasta claramente provocador.-La única solución a mi problema, a mi perdida seria que usted tome el lugar de esas hermosas flores mi simpática y bella dama, que se convierta en la belleza de mi hogar y en mi motivo de felicidad ¿Le parece bien así o quiere decirme alguna otra cosa o cuestión? Soy todo oídos dama Yamamoto.-Si alguien sabe cómo sacarle provecho a un situación ese es un negociante como Zaebos, en especial cuando se le presenta la oportunidad de usar su gran capacidad de seducción durante dicho asunto. Con alguien como él no es nada difícil que un corazón se agite, ni que la mente piense de un modo del cual no pensaría normalmente, incluso el cuerpo puede reaccionar de un modo traicionero a su dueño de un modo el cual nunca le ha ocurrido antes.

Mantiene todo bajo control el señor de la casa Córdoba, aunque Natzume puede pensar lo contrario para Zaebos la situación no es nada alocada, todo se piensa, se mide y se calcula. El aprovecha la oportunidad que le brindo sin querer su joven y bella acompañante para cortejarla y seducirla, eso si es verdad, la escena entre los dos es de un claro tono provocador con aires de galanura pues el príncipe de Córdoba se hace sentir como todo un caballero. Claramente ese apuesto hombre ha aceptado las disculpas de su compañera, pero no del todo, para que la disculpa sea en verdad una disculpa completa el exige algo más de ella, y lo que pide es algo profundamente personal e íntimo. Se lo puede tomar ella como una ofensa, o por el contrario, viniendo de él puede ser todo un halago debido a su posición social no solo en ese país sino también entre la corte de los vampiros. Ella no sabe aún de dicha corte, pero en la profunda oscura de ese país muchas fuerzas ocultas y poderosas manejan los hilos de ese mundo.
La pequeña vampiresa con una gran determinación y temple responde a la propuesta de Zaebos casi de forma tan directa como la del príncipe. Le mira a los ojos y habla sin moverse ni un milímetro. El príncipe de Córdoba es un experto en sentir las emociones ajenas, así como en engaños, y puede asegurar que esa chica se la juega de lleno como toda una princesa, y eso le gusta.

-Eres como una rosa en el medio de la tormenta, sola pero arraigada al suelo firmemente…Y eso me gusta mucho mi joven dama…-Mantiene sus caricias sobre el rostro de la joven, y su voz sigue siendo la de un seductor. Un leve movimiento de su rostro hizo que sus labios tocasen ahora si los labios ajenos, un suave toque fugaz, un regale de lo que vendrá más entrada la noche. No se priva de nada ese hombre, se atreve a probar sutilmente los labios de su acompañante y además la elogia con poesía incluida.-Mejor vayamos al interior de mi residencia, no hará mucho daño allí y espero acepte cenar conmigo, sin mencionar que he preparado unas hermosas piezas de arte para usted.-No es nada brusco ni tampoco grosero ese noble, no se aprovechó de la situación así a la primera. Algunos desesperados querrían ir con la joven dama a la cama a la primera si ella se los permitiera, el no, la halaga primero, le invita a conocerlo, a disfrutarlo a él y a su residencia, a compartir gustos compartidos y luego cuando ella esté a gusto buscara empujarla a una relación con él, de ese modo premia a su acompañante no siendo tomada como una mujer burda sin valor, como si fuera un objeto, el hace valer a su acompañante y espera que ella pueda comprenderlo y sentirlo a la perfección. Vuelve a ofrecerle el brazo ese hombre, y espera que ella lo acompañe gustosa a recorrer el camino que los llevara a su humilde morada.

Todo va según lo planeado por el príncipe de Córdoba, dejando de lado el hecho del daño a su jardín al menos todo lo demás si lo tenía planeado. Tras la educada respuesta de Natzume ambos vuelven a estar uno de lado del otro y en posición dama/caballero para continuar con el tour que tiene el señor de la casa con vistas a su educada y bien predispuesta invitada. Lentamente va guiando por los senderos de los jardines para llevarla hasta las escalinatas, o una de las tantas escalinatas que dan a una de las tantas entradas de la mansión que pertenece a ese noble de tan desigual región. Subió con cuidado mientras le sonríe y le observa de reojo, su comentario anterior le había emocionado en cierta forma, juntos al subir la escalinata las puerta se abrió permitiéndole ver parte del interior de la residencia, un gran salón se ve allí y al final de ese salón dos escaleras que se unen  las unas a las otras y sobre la pared en el centro de esa unión el cuadro de una mujer, rubia, de ojos celeste y muy hermosa llama la atención. Al entrar al salón pudo notar que no había casi nada allí, solo pilares que sostenían las escaleras, a la derecha y a la izquierda comienzan las escaleras y junto a ellas hay una puerta que conecta con otros sectores de la casa, las escaleras conectan con un segundo piso, rodeaban todo el salón y luego finalizan a los pies de ese gran cuadro, algunas grandes macetas con hermosas plantas podían apreciarse en ese lugar muy espacioso.

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-Este es el salón de fiestas Dama Natzume, aquí realizo mis fiestas, cenas y reuniones, espero me dé el lujo de tenerla bailando en este salón alguna vez-Con amabilidad pero también mucho deseo en su voz le dejo saber un deseo que tiene para con ella, el verle a bailar en una noche como dama de compañía tal vez en una noche de cumpleaños o similar a algún evento de importancia. El techo de la residencia se ve lujoso y radiante, las luces dejan ver las pinturas que adornan el salón de baile desde las alturas.

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-Puedo enseñarle mucho de este lugar mi bella Dama, aunque si lleva prisa le llevare a otro salón donde podremos beber una buena botella de vino-Le cede el poder de decisión a su acompañante mientras ante ellos todo el salón se muestra completamente lujoso, siendo apenas una muestra de todo el poder adquisitivo con el cual cuenta ese poderoso y misterioso noble del Cielo de la Libertad.

Dentro del gran salón de baile de la residencia Córdoba dos vampiros hermosos y educados charlan y se conocen cada vez mejor el uno al otro, lentamente y sin apuros pues la eternidad les pertenece, mientras exista la luna existirán lobos dicen algunos, y otros dicen que mientras haya oscuridad los vampiros prevalecerán. Sonriendo la vampira junto al vampiro le hace saber que allí estará para el llegado el momento, una invitada de honor en una noche de fiesta, gala y baile, aunque si bien él puede ofrecerle eso y más en una sola noche, en esa noche, pero no es lo que planeo en un comienzo. La joven vampira, joven en apariencia observa sonriente a su anfitrión quien la mira muy carismático y feliz de tenerla allí a su lado compartiendo dicha velada,  la escucha hablar en lo referente  al trabajo de grandes artistas que presente se encuentran en esa mansión aceptando también el beber una copa de vino con él, lo mejor de lo mejor sin duda alguna.

-Me alegro de escuchar sus palabras Dama Natzume, entonces, ya que usted me lo permite, acompáñeme a la siguiente habitación.-Sonríe y se encamina con ella lentamente hacia la siguiente habitación a la cual se ingresa por la puerta del lado derecho que se encuentra bajo la escalera, muy cerca de una de las columnas. Ofrece Zaebos en su andar algún que otro toque sutil, suave y casi sugerente a la mano y al brazo de la hermosa Natzume demostrando que el si bien está interesado en lo comercial y artístico con ella tal vez incluso está interesado en  intimar con ella y lo demuestra de un modo más de alta alcurnia, con etiqueta, roce y palabras nobles y poéticas, demostrando a su acompañante que ella no es una cualquiera para él. Giro hacia la derecha y caminando juntos a la par pasaron a través de unas cortinas que cubren el umbral de otro salón, allí hay una chimenea a la izquierda junto a una mesa y unas sillas se hacían ver así como también varias puerta, algunos espejos se ven en ese salón, a la derecha podía apreciarse varias estatuas de hombres de mucha musculatura.

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-Aquí suelo pasar el tiempo en invierno cerca de la chimenea leyendo algún buen libro, bebiendo algo de vino o charlando con acompañantes…Sin dudas podrás entonces del porque este es realmente un buen sitio para estar-Se expresa con tranquilidad mientras observa a su alrededor unos momentos antes de volver su vista hacia Natzume y quedarse de ese modo observando a la mujer a su lado, en especial hacia sus cabellos dorados  y luego hacia su pálido y suave cuello.

Con su dama alegre y tranquila Zaebos se manifiesta como todo un miembro de la propia realeza, no como solo un noble, sino como alguien que pertenece a la más alta alcurnia de un reino. Ella con la copa de vino en una mano acepta el caminar con él y deja que este sea su guía, honor que toma a pecho dándole un mini tour por su mansión dejando que observe y se maraville con las obras de arte y la riqueza que hay allí tanto material como cultural. Se nota que Natzume está complacida con lo que ve y con el trato que recibe, es probable que haya conocido nobles en su vida pero duda mucho Zaebos que haya conocido a un príncipe, menos la casa de uno y menos ser tratada cual princesa. Habla la dama y deja saber con sus palabras que asiente como Zaebos que es un buen lugar para estar solo o acompañado, sonríe y lo afirma con un leve movimiento de cabeza.

-Me alegro este complacida Dama Yamamoto, y extiendo la invitación de un baile también a pasar un buen rato conmigo, puede elegir el día y la hora para ello, las veces que usted guste.-Le otorga Zaebos una nueva cita a la joven a su lado de antemano, ni lo duda, incluso le deja elegir día y horario, aunque no dice para que la invita aún confía en que las cosas entre ellos se darán de un modo u otro inevitablemente. Ella se alejó unos pocos pasos de el y quedo de frente para mirarlo a los ojos, el hizo igual, la miro a la ojos profundamente con una clara sonrisa en sus labios y una mirada que se nota fácilmente que está completamente centrado en ella. La pregunta de la joven vampira no le sorprende, lo que si le sorprende es el tono dulce e inocente que usa para hacerle esa pregunta, y con la mirada y esos ojos fijos en el tuvo que cerrar los parpados y hacer frente a recuerdos y fuertes similitudes. Volvió a abrirlos y entonces hablo.

-Mis planes con usted My Lady…Los tenía claro en un comienzo, lo comercial, vender obras de artes a otros reinos ajenos al Cielo de la Libertad, compra y tráfico del mismo. No sé si usted crea arte o solo lo comercializa, en mi caso ambas, pero…Observando su gran belleza y nobleza mis pensamientos estrictos de negocios comienzan a verse amenazados por deseos personales hacia su persona.-Lo último lo dice con un tono ciertamente tan coqueto como provocador, siendo muy franco con sus palabras, sus pensamientos y el modo de sentir que tiene y surge de repente al pie de esa reunión entre ambos vampiros. -Espero mi sinceridad no la ofenda bella dama, encuentro la sinceridad y franqueza como un bien ya perdido en nuestro mundo.-Un gran manipulador como el hablando de sinceridad y tesoros, es raro, pero cada tanto se expresa con una total y clara sinceridad.

La vampira entiende el juego de las palabras de alta alcurnia, la etiqueta entre los de sangre noble es indispensable y pueden matar incluso más que las espadas que ellos portan las cuales la mayoría de las veces solo las portan de modo simbólico. La invitación de un príncipe a una plebeya es como un cuento de hadas, ya que Natzume es considerada una comerciante no una noble a pesar de su educación y fina apariencia. Ella acepta la invitación de Zaebos, la segunda invitación que le hace a lo largo del encuentro, el primero para bailar y el segundo para algo más cercano y personal. De momento no han fijado absolutamente nada sobre negocios, ese hombre se está mostrado muy interesado en ella, en lo personal dejando de lado el dinero y otros intereses, algo que es posible sorprenda a la joven vampira que vive en un mundo del comercio donde el dinero lo es todo.

-No tiene por qué agradecer Dama Yamamoto, el placer es todo mío.-Sonríe de lado mientras piensa en sus posibilidades con la joven y bella vampira, muchas posibilidades en varios aspectos. Mientras piensa en esas posibilidades ella se acercó hasta el quedando frente suyo donde coloco una de sus manos sobre el pecho del noble vampiro consiguiendo que el la mire en verdad expectante y deseoso de saber qué ocurriría a continuación. Lo que sucedió fue que ella hablo elogiando su capacidad para expresarse a través del habla y del gesto, algo en lo que él se especializa en verdad. Se sintió muy orgullo de escuchar a Natzume elogiarlo de ese modo y sobre ese campo, tomo la mano de la joven dama con una de las suyas y la elevo hasta su mentón para besarle el revés de la misma muy cálido, caballeroso y sensual.

-Le agradezco sus palabras y su gesto mi preciosa y joven dama, ahora no puedo dejar de pensar en corresponder a ese gesto… ¿Pero cómo? Es un gesto muy grande que debe ser superado de forma solemne…-Ella lentamente lo mira a los ojos mientras él llevo su mirada a un punto donde la observa fijo a los ojos cruzando miradas con determinación, deseo y fuerza, está claro que está pensando en hacer algo grande, o puede que no tan grande pero sin duda debe estar pensando en algo muy profundo y significativo para ambos.-Estoy muy contento de saber que nuestra relación puede ir mas allá de los negocios mi joven y bella dama extranjera, no me gusta ser un hombre vacío, y una fineza e inocencia como la suya me gustaría plasmarla y hacerla inmortal, siempre y cuando usted lo permita, claro está…-Lo dice alegre, seguro de si mismo en un tono pícaro buscando darle a sus palabras e intenciones un toque de sensualidad picaresca que agrade a la dama que lo acompaña esa noche que puede ser una noche bastante especial si hace las cosas bien y la dama así lo desea. La predisposición de Natzume para la charla ayuda a su cometido, pensando ese hombre en que preguntas debe hacer para llevar la situación y la relación entre ellos dos por el rumbo adecuado.

-Veamos mi joven dama de cabellos radiantes…Veamos…Me surge una inquietud que me gustaría eliminar, y ya que me permite la libertad de preguntar lo que guste Dama Yamamoto entonces aquí lo que deseo saber-Hace un paso adelante trayendo de la mano a Natzume hacia el lentamente casi quedando pecho con pecho.-¿Hay algún caballero al que este insultando con mi actuar y mis nuevas intenciones esta noche? Una dama que tiene cierta posición como la suya y una gran belleza muy prometedora me temo que no sea tan libre como yo deseo que lo sea ¿Puede responder esa interrogante mi estimada Natzume?-Una pregunta personal y de interés para el príncipe vampiro, con esa base sabrá bien cómo y por donde puede ir para llegar al corazón de la dama, lo más profundo y duradero posible.