En el camino [Libre.]

Acababa de salir de casa para emprender mi viaje donde buscaría hacerme más fuerte, al menos, que mi padre. Llevaba medio día caminando y en esos momentos estaba comiéndome un trozo de cecina mientras el fantasma de mi difunto padre no me paraba de atosigar para que me uniera al ejercito del Sur. Realmente no quería hacerlo pero por más que pensara no sabía que otra mejor forma había. Si me fuera a vivir aventuras por mi mismo, sin un entrenamiento previo, perdería la vida en cuestión de minutos así que lo mejor es estar bien entrenado y una vez lo este ir a diferentes partes del mundo. Mi meta actual sería ser soldado, después todo sería ponerse otra y seguir hasta llegar a la idea principal.

-Hmpf...- Me quejé por tanto caminar, el sol estaba en lo alto del cielo pero yo seguía con mi abrigo y mi petato en la espalda. Me senté en la orilla del camino a descansar durante algún tiempo para poder seguir comiendo tranquilo, veía los carros y a los transeúntes pasar de aquí para allá pero sin poner demasiada atención de ellos, solo vigilando para, cuando no había nadie, distraerme haciendo crecer brotes en los palos que podría haber por el suelo.

-¿A que juegas?- Me recriminaba mi padre, no solo por pararme si no por “jugar” con las ramas. Desde pequeño había tenido ese don, pero él jamás lo supo en vida, tuvo que esperar a morir para conocer cosas de mi, y cuando lo hizo empezó a criticarme más. Una joya de padre vamos.

-¿Acaso piensas unificar Asbrun haciendo de jardinero?- Me preguntó de forma despectiva y yo fruncí el ceño, le odiaba con toda mi vida y no era capaz de hacerle callar, muchas veces había pensado si realmente esto era real o simplemente estaba loco, pero sabiendo cosas que ni yo se tenía que ser real... Por mi difícil que resultara creerlo.

-Déjame tranquilo, lo haré a mi manera te guste o no.-Le aclaré, dejando caer el palo que sostenía en las manos.