De venganzas y obsesiones. Parte primera

Sequedad y calor, en ese territorio solo los ricos conocen lo que es sentirse vivos en verdad. El comercio fluye muy bien en la región, pero solo los ricos manejan ese caudal avallasante de dinero y recursos. En las tierras del desierto existen los obreros, los comerciantes, los nobles y los esclavos. Las clases sociales están muy bien definidas y los ciudadanos comunes no tienen prácticamente legítimos derechos, solo los que otorgan los de buena posición y estos derechos son bien pocos y limitados. Esa región no ha sufrido cambios en casi toda su historia, tiene comercio con las regiones cercanas y algunas veces comercian a grandes rasgos con regiones de otros lugares lejanos. La educación es muy básica, incluso entre los nobles ya que estos no suelen dejar el desierto, como si les asustara de algún modo el dejar sus dominios para explorar nuevas regiones. Eso ha hecho que las clases sociales se afianzaran a tal punto de que se ha convertido en algo de origen divino, convirtiéndose así en una sociedad de mucha riqueza pero en muy pocas manos.
Han sido muchos aquellos que han querido quebrantar las leyes del desierto en varias oportunidades, pero sin un apoyo real de aliados ni de las circunstancias no lograron ser nada más que una historia para asustar a probables rebeldes futuros. Pero aun así hay algunos tontos osados que lo intentan, soñares que buscan algo mejor para sus vidas, algunos más nobles buscan mejorar la región y a su gente, una historia mucho más complicada y trágica.

El sol obliga a mantenerse a cubierto, incluso los puestos de ventas más curiosos, y el más llamativo en ese lugar es el comercio de esclavos. La cantidad de personas que se vende allí es impresionante, en otros sitios más lejanos los esclavos se los suele vender en el marcado negro, o en secreto, pero en esa región el comercio de esclavos es un negocio legal y sustentable, por lo que su mercado mueve al día cientos de almas que vender por simples o varias monedas. Los esclavos más caros suelen ser los que hablan varios idiomas, los que pueden pelear o los más bellos, cada cual tiene su uso definido y los compran según las necesidades del comprador, incluso en más de una ocasión lo exótico ha superado por mucho a lo realmente útil cuando se trata de esclavos. Allí se encuentran cada quien viendo las ofertas diversas de la bahía, y un hombre ataviado y cubierto de pies a cabeza logra una buena compra, aunque a un precio más bajo de lo normal siguió costándole bastante, al menos bastante para un hombre de su posición. Ahora solo resta esperar a que le entreguen a su nueva posesión, la primera que ha comprado en toda su vida la cual supone le ayudara de muchas formas, después de todo el mismo ha sentido las cadenas de la esclavitud sobre él y sabe que mucho puede ayudar un esclavo a su amo, ya sea de buena voluntad o no.
La seguridad de la bahía es muy fuerte, los comerciantes y los nobles aseguran ese lugar casi como a sus propias casas, no se debe de permitir el escape ni la rebelión de ningún esclavo, ni mucho menor el robo de alguno de ellos.

A lo lejos se escuchan mas ofertas, algunas de ellas interesan más a ese hombre que la que acaba de obtener, pero sin fondos ni la posición necesaria para acceder a ellas solo le queda maldecir al destino y a todos los dioses por ello.

Freya se encontraba tranquilamente esperando en su celda, sentada como una buena chica, sin preocuparle lo mas mínimo los gruesos grilletes de hierro en sus muñecas, piernas y el collar de hierro en su cuello, sin siquiera moverse solo esperando y viendo al exterior como lo ha hecho desde hace días, desde que fue vendida a ese mercado de esclavos por sus nuevos dueños luego de que el anterior muriera.
Ella sabe que no debe resistirse ni hacer nada, por que ella no es nada sin un amo, alguien a quien obedecer y cuidar, desde siempre ha sido así y desde siempre ella ha sido un objeto, por lo que su ferocidad y valor se contrastaban completamente con lo sumisa y obediente que era para su amo y para quienes según su propia educación debía obedecer, es por eso que se había convertido en una prisionera modelo para los tratantes de esclavos pero aun así, debido a su belleza y habilidades había alcanzado un costo bastante alto que no todos habían podido permitirse.
Finalmente la puerta de la celda se abrió y un guardia entro quitándole los grilletes

-Que pasa?
-Te han comprado
-EN SERIO?

Freya se levanto de inmediato emocionada, el guardia le tendió sus armas sin el menor temor de que esta lo atacara, para un esclavo era algo perfecto ser comprado por quien fuera, por lo general era mejor su vida con un amo que en el mercado

-Si, toma y sígueme

El guardia camino guiando a Freya la cual rápidamente se coloco bien sus armas como agluien muy acostumbrada a utilizarlas y después lo siguió hasta salir al exterior de la galera, cuando vio a un hombre rubio de apariencia distinguida el guardia la tomo de la cadena de su collar, única cosa que no le habían quitado y la jalo hacia el poniéndole la cadena en su mano

-Aquí tiene
-ES USTED MI NUEVO AMO?? Ha… este… un gusto mi nombre es Freya, lo serviré lo mejor que pueda señor

Fue todo lo que pudo decir para después inclinarse pero estando realmente contenta de ser comprada por fin

Spoiler:

El joven rubio ataviado con su túnica blanca espero paciente a que le trajeran su nueva adquisición, la primera de su vida, al menos en lo que se refiere a comprar un ser vivo. Saliendo de algún animal nunca ha comprado un esclavo, esta es su primera vez, y le gustaría tener dinero para comprarse todo un lote de esclavos, tener su propio séquito, y hacerlo crecer en número para poder atacar sitios a gran escala. A lo lejos pudo ver a uno de los tantos guardias del lugar acercarse con la mujer por la cual ha pagado, una mujer de armas y de belleza salvaje, pues ni humana es, se notan claramente sus rasgos animales. El pelaje y los rasgos de la fémina son claramente los de un canino, o similar, pero la figura femenina esta bien remarcada en ella gracias a sus curvas sensuales, incluso teniendo la figura de una guerrera no deja de verse sensual. Los ojos de la esclava son muy llamativos, probablemente su precio fuera en gran parte por el color azul de sus ojos. Los largos cabellos de la mujer no ocultan las orejas de perro de la misma, pero en conjunto es una criatura muy hermosa. La esclava viene con algo de equipamiento incluido, así como también encadenada al cuello con una cadena de metal gruesa, para mejor manejo y control de su amo hacia ella. La primera impresión al tenerla tan cerca confunde un poco al joven amo que no se esperaba que un esclava sea tan dócil, menos cuando se trata de un esclavo del tipo combatiente. Aunque una de las ventajas de ser un guerrero femenino es que también le puede dar un uso doméstico, así como también un uso íntimo y pervertido.

-¿Así qué Freya? Mi nombre es Yayoi Kise, puedes llamarme Yayoi, o amo, como te quede más cómodo.–Tras la breve presentación tomo la cadena que le habían otorgado con una de sus manos, ejerció apenas algo de fuerza, apenas, como para que ella tuviese tiempo de reaccionar y actuar por su misma. Empezó a caminar lentamente, con la mujer amarrada al cuello, aunque allí eso es de lo más normal, hay muchos como el haciendo exactamente lo mismo. Comenzó su andar junto a su esclava por calles de tierra secas y arenosas, calles transitadas por mucha gente, generalmente adinerados con esclavos detrás suyos, aunque algunos otros no muy adinerados también deambulan por allí buscando oportunidades, como es el caso de Yayoi, otros mercenarios y guerreros con cierta fama se encuentran en la búsqueda de trabajos, o de alguna oferta de armas o de esclavos que puedan ayudarles a mejorar el desempeño en su profesión. Entre esos grupos de mercenarios y compañías de aventureros de renombre se encuentran las Lanzas del Sol y los Soldados de Arena, grupos bastante numerosos que se han hecho bastante fama en la región del desierto y sus alrededores gracias a los logros bélicos. Hay otras compañías conocidas también, pero las de mejor y mayor reputación son esas dos que bien conoce Yayoi. Algunos de esos mercenarios miraron en dirección donde se encuentra el recientemente convertido en Amo, el tener tan solo un esclavo ya hace que a una persona se lo considere como tal, lo cual en esa región es una buena posición social dentro de la pirámide del poder. El joven rubio no se molestó en mirar en dirección de los observadores ni una sola vez, aunque en su interior le gustaría tener alguna vez tantos hombres hábiles y adiestrados como los que poseen esas grandes compañías de mercenarios.

-Me molesta cuando me miran así, esos sujetos…Pero me gustaría contar algún día con tantos hombres de armas como Las Lanzas del Sol y los Soldados de Arena. Con esa gran cantidad de hombres podría hasta ostentar el dominar un país, o tal vez formar el mío propio.-Expresa ese joven hombre a su esclava que le gustaría tener, cuáles son sus sueños, aunque como muchos sueños pareciese de momento algo completamente imposible para él.

-No es muy tarde aún, pero solo tengo deseos de ir hacia un solo lugar, mi casa.-Y hacia ese lugar dirige la marcha el nuevo amo, hacia su humilde hogar.