El viaje continua (Segunda parte)

El honor es prácticamente todo para algunas criaturas, y en la dinastía del Dragón se vive y se muere por él. Las órdenes del emperador son absolutas, de origen divino, aunque hoy por hoy en ese imperio se pueda discutir sobre la divinidad o no de Shingen los que juraron lealtad lo toman como tal. A Hijikata en particular le ha costado prácticamente la vida, y eso vino a por nada, por ser un extranjero fiel vasallo del emperador. Junto con él pueden enterrarse los últimos atisbo de paz entre ambos pueblos, y aunque luche por sobrevivir todo lo que pueda sin ayuda le será imposible. Suerte para el humano que no quedo solo a su suerte, le ayudaron y mucho, no lo sabrá hasta que finalmente recupere la conciencia, pero varios médicos atendieron sus heridas y le salvaron la vida, aunque no fue por iniciativa propia, fue por el pedido de la hija prodiga, la princesa que vuelve a casa después de muchos años de ausencia.
Escucha voces ese hombre, voces tenues, pero es incapaz de reaccionar, su cuerpo no responde, solo su mente en algún punto parece estar operativa.

Un día entero tuvo que pasar para que el honrado samurái pudiese salir realmente del peligro inminente de la muerte, y caer al fin en un sueño profundo que ayude a sanar sus varias heridas, algunas de las cuales pudieron haber causado su muerte.  En la noche del día siguiente logro lentamente recuperar la consciencia, abrió los ojos y observo tenuemente lo que se encuentra sobre su cabeza, lo poco que hay delante de sus ojos.  Reconoce claramente que hay un techo allí, está refugiado en algún lugar que desconoce. Las pocas voces que escucha también les son desconocidas, pero puede entender en gran parte lo que dicen. Al ir recuperando la conciencia recupera sus sentidos, y con sus sentidos empieza a sentir el dolor de las heridas en el cuerpo lo cual le crea un gran malestar. Reconoce rápidamente las heridas y la gravedad de las mismas, por lo que no fuerza ningún movimiento, simplemente se queda recostado boca arriba tal cual se encuentra.

-¿Hay alguien aquí que pueda oírme?- Pregunta débil, su voz es calma, no desespera a pesar de estar vulnerable por completo en un lugar que desconoce, ya que no importa cuanto lo intente, en cuanto fuerce su cuerpo de modo incorrecto probablemente sus heridas se abran y se desangre hasta morir.

Y esa fue mi gran llegada a mi tierra. El vestido roto, con sangre, mi peinado destruido...Todo lo que habia intentado cambiar. Asi fueron las primeras horas, llenas de preocupacion por el extranjero de mis sueños y deseosa de vivir para ver a mi hermana. El medico nos atendio con gran maestria, y esta claro que gracias a mi hermana podria decirse que era una tierra de medicos. A mi me basto con un poco de hilo, mientras que para curar al desconocido, acabaron reuniendose varios medicos de la zona. Todos en cierto modo deseosos de curar unas heridas tan complicadas.

Cuando desperte, uno de los medicos pudo asegurar que era la princesa, por lo que mandó a su hijo a llevar la informacion. Seguramente habrian habido rumores de mi o de mi muerte, por lo que aquel dia, era uno unico de verdad. Asegurando que era yo sin ninguna duda, lo que movilizaria a gran parte del palacio, y a mi familia. No me gustaba la idea de que fuera tan rapido, pero debia serlo.

Estaba nerviosa y preocupada, pero fue ver a Sakura y todas las preocupaciones desaparecieron. Estaba mejor que nunca, parecia sana. Sonreia alegre de verme, igual que yo sorprendida de que hubiera podido salir del palacio. ¿habrian encontrado una cura? Parecia que si. Pasamos horas y horas hablando y contando nuestras vidas desde que nos separamos, o gran parte de ella. Y cuando me entere de que estaba curada, no pude evitar llorar de alegria.  Por fin comprenda una parte de mi sueño, aunque hubiese sido un árbol, se refería a Sakura.

El extranjero, parecia mejorar, ya fuera de peligro, aunque seguia sin despertar. Y el tiempo para preguntas acababa. Mientras yo estuviese herida podria permanecer alli, pero cuando marchase... quizas no sobreviviría mas en aquellas tierras. Y ese día, llego mi padre con una mujer. Tras un abrazo y alguna que otra regañina, me llevo a una habitacion aparte para hablar. A contarme algún que otro detalle y a dejar claro que no  volveria a salir huyendo de casa. Lo sabia, me esperaba algun que otro golpe por su parte, aunque quizas ahora era con esa mujer desconocida con la que se liberaba. Asi que fui con el y la mujer, mientras Sakura permanecía sentada en el suelo, leyendo un libro con la hija pequeña del medico.


Cuando el extranjero empezó a recuperar la conciencia, podia oir una voz dulce e infantil. La niña miraba con felicidad a la princesa Sakura, contemplando su belleza y su saber estar. Mientras la princesa dejaba el libro un momento de lado para contarle un cuento de manera tranquila.

-Mira mira...movió un dedo.

Simplemente recibió una sonrisa de la princesa, mientras contemplaba al extranjero con curiosidad.

-Sakura...Sakura... ha abierto los ojos.

-Saiko, es tarde, deberias ir a dormir. No creo que el extranjero despierte hasta mañana.

-Pero..pero... ha.. ha hablado. De verdad.

Lo primero que pudo ver el humano despues de el lugar fue a una niña sentada frente a el.

Saiko:

Y apenas unos segundos despues a una joven de aspecto similar a la que habia salvado su vida dias atras, se acerco dejando un libro de lado. Solo cambiaba la ropa y el pelo, y si se fijaba bien dos pequeños cuernos en la cabeza. Sin embargo su mirada parecia mas triste y debil, a diferencia de la morena

sakura:

-No se mueva. Saiko, avisa a tu padre de que ha despertado, y luego a Henshury. Debe permanecer inmóvil y forzar poco el cuerpo. Recibió muchos daños.

Le dijo Sakura, mirando que no hubiera sangre por los vendajes. Luego sonrió amablemente.

-Debo daros las gracias por salvar a mi hermana.

Respondió amablemente, dejando claro que ese humano había salvado a Henshury. Y es que, buscando la mejor manera de salvar al extranjero y resolver sus dudas Henshury se las habia arreglado para hacer creer que ese desconocido la habia salvado la vida. De no ser asi, ahora no estaría en un futon bajo un techo y lleno de vendajes. No por lo menos por el padre de las dos princesas. Y eso Henshury lo sabia.

Cuando Hijikata logro despertar creyó haber sido víctima solo de un mal sueño, pero al escuchar la voz infantil cercana y ver el rostro de la niña frente a él entonces supo de que de alguna manera había conseguido regresar de la muerte. La visión de la niña desapareció tras las palabras de una voz ajena a ella, una voz femenina pero muy diferente, mayor, esa es la clara diferencia que logra denotar el samurái con lo poco de los sentidos funcionales que tiene de momento. Una mujer ciertamente familiar se hizo presente, su voz incluso, aunque luego reconoció que no es familiar por sus lazos con él, sino por la vestimenta y su cultura. En ese momento su mente comenzó a trabajar mejor, a despertar por completo pudiendo pensar con más lucidez, aunque eso trajo dolor. Con su cerebro mas óptimo también se despiertan las otras funciones, y una de esas funciones es sentir estímulos, y con las heridas que tiene los mayores estímulos que siente son los estímulos dolorosos. Mirándola unos momentos se le hace muy parecida a la jovencita con la cual se cruzo durante su reciente combate, aunque tiene un aire levemente diferente. La escucha hablar, ella le da gracias por salvar a su hermana, aunque no tiene idea de quién es ni cuando fue que la salvo.

-¿Quién es usted? ¿Y quién es su hermana?-No lo pregunto apresurado, aunque si se nota que realmente quiere respuestas para sus preguntas. Cerro sus ojos un tiempo y los volvió a abrir, siente debilidad en el cuerpo, aunque nota que al menos su visión y el movimiento de sus manos no se ven afectados por el estado en el que se encuentra. Vuelve a observar a la mujer y sintiéndose un poco más despierto y en parte fuerte para hablar aprovecha de hacerle más preguntas.

-¿Dónde estoy?-Esa pregunta se escuchó mucho mejor, más claro, con una voz más fuerte.
Por lo poco que ve Hijikata del lugar ya puede asegurar de que la habitación podría ser fácilmente de índole oriental, pero no dice nada al respecto. Se le viene a la mente los últimos recuerdos de su vida, su llega al reino de Xian Du, ya estaba en Cheng cuando se vio obligado a combatir, y la pelea no fue como él hubiera querido. Había una chica linda y bien vestida allí también, pero no se acuerda bien como fueron las cosas, pero viendo las heridas sobre su cuerpo ya se puede imaginar que le fue bastante mal. No dijo mucho más que lo dicho, ni se movió de su sitio de forma brusca, apenas si busco acomodarse un poco mejor no más que eso. No tiene idea de donde está, con quienes ni como es su estado actualmente, cualquier movimiento bruto o en falso puede ser mortal para su persona.

Segun el joven podia visualizar mas la realidad, podia ver cada vez mejor donde se encontraba. No era una habitacion muy grande, pero tenia suficiente espacio para las dos jovenes y alguna persona mas. Si se incorporaba o miraba hacia la espalda de las chicas, podria ver otra sala. Posiblemente un lugar similar al de sus origenes, ya que las culturas no cambiaban mucho. Las ventanas estaban estrategicamente situadas para tener la mayor luz posible, sin embargo la oscuridad de la noche apenas dejaba pasar algo de la luz de la luna.

sala:

Sakura miró al extranjero con curiosidad. Habia oido hablar de los extranjeros, pero nunca habia visto ninguno. Este, misteriosamente se parecia mucho a los soldados que protegían las tierras de Cheng. El pregunto, hablando porfin con algo mas de conocimiento, lo que mostraba como recuperaba el control de su cuerpo y posiblemente, como se temia Sakura, recuperaria el dolor. Pero sin saber que clase de sustancia darle, intento despistarle con las respuestas y la mente. Ella llevaba años luchando contra su enfermedad de esa manera, asi el dolor era mas llevadero.

-Yo soy la princesa Sakura Tokiro y mi hermana es Henshury Tokiro. Segun me contó, hubo un incidente con unos ladrones cuando llegó y con vuestra ayuda y la de algunos campesinos logro permanecer con vida.¿y cual es vuestro nombre?

Explico con calma y mucha paciencia, mirando hacia la otra sala al oir unos pasos. Posiblemente los del medico, ya que Henshury tardaria en reincorporarse con la herida y su dificultad para cicatrizar. Entonces el extranjero pregunto de nuevo, esta vez con mas fuerza y decision.

-Se encuentra en Cheng. Al norte de las montañas y al sur de la estepa. En el reino de Xian-Du.

Respondió haciendose a un lado mientras un hombre de aspecto sabio se acercaba con interes. tenia unos 30 años, ojeras marcadas y una mirada tranquila. Sin decir nada dio al extranjero un liquido para beber. Dejando luego la taza a un lado.

-Bebe... Parece que mejora a buen ritmo. Deberíais descansar princesa. Sakura ya se fue a dormir.


Dijo el hombre sin dar importancia realmente al herido. solo tratandole como un paciente, sin querer inmiscuirse mas personalmente. De echo sabia lo que habia ocurrido y por que la princesa habia sido dañada. No tardo en llegar la otra joven, Henshury. Ella tenia un vendaje en la cintura, alli donde la habian herido, pero nada mas, comparado con el desconocido. Sobre esas heridas llevaba un traje simple de color rosa, con apenas adornos y con un nudo en la cintura unido a otra tela blanca a modo de pantalones anchos.

henshury:

Se acerco algo timida para observar. Sin embargo no dijo nada. Solo comprobo que estaba vivo y se sentó con los demas, centrandose sobre todo en la mujer de pelo blanco, mirandola como si viera un fantasma, pero con una sonrisa inocente. La habia contado que estaba curada, por fin, tras tantos años de busqueda y miedo, porfin...todo parecia ir bien para ellas. De echo, para Henshury era tan increible que aun le parecia un sueño.

Con la visión ya trabajando en buenas condiciones Hijikata pudo notar que la habitación donde se encuentra no es muy grande, aunque suficiente es para él y esas dos mujeres. Cree el honrado samurái que ha pasado mucho desde la última vez que estuvo consciente, o al menos en termino de horas, está bastante oscuro allí y no parece ser porque estuviese todo cerrado, más bien cree que posiblemente ya sea de noche o este al menos por anochecer. El tiempo y el lugar toman en segundo lugar en su conciencia, ahora la mujer junto a él es quien se lleva toda su atención, ella responde las preguntas del guerrero presentándose como la princesa de dichas tierras, lo cual le obliga a replantear cualquier cosa que pudiese decir de ahora en más.

-Es un honor conocer a su futura majestad, mi nombre es Hijikata Hoshi, servidor del Emperador Shingen, gobernante de las tierras de la Dinastía del Dragón. Lamento no mostrarle mis respetos como usted merece princesa Tokiro, pero de seguro podrá comprender por qué.-Se presenta con mucha educación el servidor del emperador de tierras extranjeras, claramente no puede arrodillarse ni mucho más con las heridas que posee, podrían abrirse dichas heridas y su vida estaría nuevamente en grave peligro. La mujer es bien educada, no tomo como una ofensa el que mirase hacia otro ya que probablemente algo haya pasado para llamar así su atención, y no dudo en volver a mirarlo cuando el siguió preguntando, obteniendo respuestas de inmediato. La respuesta la mujer lo tranquilizo en gran parte, aún se encuentra en Xian Du, por lo tanto no está errado de su camino, podrá regresar a su tarea una vez se haya recuperado lo suficiente como para andar.

-Gracias por su compañía princesa Tokiro, y por su interés en conversar conmigo. Se lo agradezco mucho.-Más tranquilo hace que pueda actuar con más calma, incluso el dolor parece ser menos al no estar tan tenso como hace minutos atrás. La mujer hizo unos pasos al costado para abrirle paso a un hombre de mediana edad, claramente está interesado en el hombre allí tendido, y es como si supiera que sucede y que debe hacerse con alguien en esa situación. Hijikata mira a ese hombre a los ojos, mantiene su valor y su integridad de igual forma que si estuviese completamente sano.

-Arigatou gozaimasu-Tras agradecer de un modo muy educado doblo algo su cuerpo para medio sentarse, ahí se pudo ver una clara expresión de dolor. Con esfuerzo quedo sentado, y con sus manos tomo la taza de té para luego beber de esta lentamente. Ese hombre habla con la princesa y luego aparece la chica que había cruzado en las calles de la ciudad cuando cabalgaba tranquilo, antes de ser insultado y atacado por esos hombres anti extranjeros. La miro fijo al rostro y noto que ella está más concentrada en la mujer de cabellos blancos, notando algunas cosas parecidas en ellas, aunque difícilmente podría decir sin familia o no solo por su aspecto físico.

-Lamento haberte causado problemas jovencita, estuviste en el lugar equivocado, en el momento equivocado con la persona equivocada.- Se disculpa con la recién llegada y luego pasa a dirigirse con todos los presentes.

-Pagare por todas las molestias causadas, lo material puedo reintegrarlo, el corazón es algo que tal vez pueda retribuirles alguna vez en el futuro, en algún lugar no muy lejano.-Expresa claramente cuáles son sus sentimientos y sus ideales, es su obligación como hombre y en especial como samurái el devolver toda clase de cortesías tarde o temprano.

La princesa Sakura miraba al extranjero con curiosidad. No conocia a mucha gente, y menos de mas alla de la muralla o de las montañas. Pero no habia gran diferencia en sus rasgos, y de haberla solo ella era capaz de visualizarlas de manera facil. Podrian decir que era de Xian Du sin mucho problema. Aunque en efecto, tenia cierto aire diferente, probablemente por ello habia tenido problemas nada mas llegar. O a lo mejor era tal como habia dicho Henshury, y con tal de matar a la princesa se habrian enfrentado a tantos como pudieran. Escucho las palabras del desconocido con atencion.

-Sus disculpas son aceptadas Hijikata Hoshi. Y el honor es nuestro tambien. Desconocíamos que el emperador Shingen estuviese interesado, la noticia es realmente inesperada.

Le respondió con sinceridad. Aceptando sus disculpas y preguntandose por que en dinastia de dragon habia alguien con interes en mandar a una persona al Xian du. Quizas una guerra, o una alianza. Sakura agradecio al mensajero sus palabras, aunque en su mente estaba la idea de una guerra. Habian tenido muchos problemas con las zonas que rodeaban la ciudad, no tenia ganas de tener mas problemas con extranjeros. En el caso de una alianza seria algo bueno, y por haber salvado a Hijikata quizas tendrian una oportunidad. De haber muerto seguramente se lo habrian tomado mal, provocando posiblemente la caida de los Tokiro.

Cuando le agradecio su paciencia la princesa sonrio, para ver como entraba el doctor de una manera profesional, dejando al extranjero algo de beber, algo que calmara su dolor. Mientras se preguntaba Sakura que tareas habia ido a llevar a cabo ese hombre. Parecio ella asustarse cuando Hijikata se incorporo sufriendo, pero simplemente miro paciente, viendo como el curandero tocaba la frente del hombre y le recolocaba algunas telas de la cama y al mismo tiempo del vendaje. Reajustando las vendas al ver como se habian movido cuando se reincorporo Hijikata. La joven Henshury entro tambien, mirando las heridas y a su hermana, encantada con aquella vista. Hasta que el extranjero la habló directamente a ella. Henshury le miro algo sorprendida. Le habria gustado decirle ciertas cosas en aquel momento. Estaba molesta en cierto modo por haberla tratado como una niña en la batalla, o simplemente por llamarla estupida. Pero no era ni el momento ni el lugar. Y tambien comprendia en cierto modo que el no querria meter en una pelea a gente inocente.

-No...esto... no pasa nada.

¿que mas podia decir? Se preguntaba mientras miraba a su hermana y al medico. Hacia años que no hablaba con alguien con poder. Quizas se habia vulgarizado demasiado y habia perdido la educacion. Pero mas que eso era su problema con tratar con hombres, algo que siempre habia odiado y le habia costado. Solo habia aprendido a tratar con algunos en medio de entrenamientos o simplemente haciendose pasar por uno. Era mas facil que mirarles a la cara con un vestido y ropa elegante. Pero fue cuando el joven dijo de devolver todo cuando el curandero miro a las dos princesas con seriedad.

-Disculpen mis señoras, pero tengo que acabar de curar sus heridas nuevamente. Las vendas continúan manchándose de sangre y el invitado necesita descansar.

Henshury miro las heridas con curiosidad. luego miro a Hijikata entre curiosa y molesta. Por un lado curiosa por su sueño, y posteriormente molesta por ser un extranjero enviado por dinastia de dragon. Conocia ese lugar, y no le gustaba mucho que mandaran un mensaje con solamente un soldado. Pero antes de macharse, miro la espada que habia en un lado de la pared, y mirando a Sakura, cogio la espada para llevarsela y mirarla mas tranquila. Habia saludo en su sueño, era esa espada. ¿era una señal por el extranjero?¿o seria una espada legendaria con una historia fantastica?


Una vez se quedo el medico solo comenzó a retirar las vendas manchadas y a curar la herida con hiervas y una crema que se sentia fria, pero aliviaba el dolor a gran velocidad.

-Tienes suerte de seguir con vida. Un poco mas y habrias perdido la sangre suficiente para morir.

Le explico para volver a cubrir las heridas con bastante presion. Sabia que le doleria un poco, pero confiaba en que no se resistiera ni peleara. Sabia donde estaba su superviviencia.

-Espero que traigan buenas noticias de sus tierras. Acabamos de pasar por unos momentos muy malos los ultimos meses. Y ahora todo parecia ir bien para Xiao Chen y sus hijas.

Dijo mientras le miraba serio, pero aun asi bastante calmado tras ver como la herida parecia no estar infectada ni muy abierta.

-¿necesita algo? Podria traerle algo de comida o bebida. De no ser asi deberia dormir y descansar. Posiblemente yo tambien descanse.

Le dijo mientras esperaba una respuesta por el extranjero. Paciente y mirandole con calma

Tras las primeras impresiones, la mayoría silencios llegaron las presentaciones formales, y el intercambio de palabras que llevan a comenzar una conversación. Tal parece que no será muy difícil para Hoshi el conversar con la princesa Sakura, nada de momento se lo impide y ella se muestra bastante presta a conversar con él. El tono de voz es apenas algo diferente entre ellos, la tonada y los tildes se diferencian por muy poco, claramente son de países limítrofes y de culturas bastante parecidas.
La princesa del reino de Xian Du expresa su sorpresa al saber de dónde proviene Hijikata, aunque por más que se imagine las razones por las que podría estar ese hombre allí no puede tener ninguna certeza, no hasta que este lo exprese de propia boca.

-Aunque sea una sorpresa el interés del Emperador por este reino, es real…Es la razón por la que estoy aquí…Una misión oficial, de suma importancia como comprenderá…-No revela fácilmente el samurái el motivo que lo llevo a cruzar de un imperio a otro, pero sí está claro de que está en una misión en el nombre del Emperador, un honor que no se le concede a cualquiera.
Mientras el samurái es atendido por el médico del lugar aprovecho de dirigirse tanto a Sakura como a Henshury, aunque la más pequeña de las dos herederas se muestra más alejada al menos le respondió, mientras la mayor sonríe. El médico dejo claro que es tiempo que él y su paciente queden a solas, las mujeres no se opusieron en lo absoluto y dejaron la habitación de inmediato, aunque la princesa Henshury tomo sin permiso el arma del samurái, algo que si él hubiese notado hubiera desatado la furia del hombre que aunque herido como esta lo obliga a defender su honor, incluso si eso lo lleva a una muerte segura.

Spoiler:

Comenzó a sufrir un poco Hoshi, un poco bastante, no se puede evitar sufrir con heridas de semejante magnitud, pero no exagero ningún grito, solo muecas de dolor y algún que otro quejido que controlo lo mejor que pudo para no alterar el ambiente silencioso que lo rodea. Sin saber que su Daisho ha sido llevado por una de las herederas al trono el honrado samurái se centró solo en resistir el dolor y en escuchar las palabras de quien cuida de sus heridas, sabiendo claramente que ese hombre tiene razón.

-Un poco de suerte, y un poco de entrenamiento, y un poco más de cortesía, para completar el circulo.-es una curiosa forma de ver un evento de la vida, pero claramente, su temple como guerrero ayudo a que no muriera, la mano del Cielo puede haberlo favorecido a su supervivencia, y por último, la cortesía del país donde se encuentra. No le parece curioso de que el medico pregunte por las noticias que pueda tener Hijikata consigo, la visita del samurái allí debe ser la primera que tiene ese joven reino en toda su historia, la Dinastía del Dragón nunca se había acercado tanto a ellos como lo está haciendo en ese preciso instante.

-Espero que mis palabras sean del agrado del Emperador Chen, aunque no lo puedo asegurar.–La misión de Hijikata es difícil, y no tiene idea de si podrá cumplirla con éxito. –Creo que, solo necesito agua…No me siento lo suficientemente bien como para comer algo sólido. Agua, o un té, no más que eso.-No cree que sea buena idea ese hombre el comer algo sólido, si bien no es médico no se siente con muchos ánimos de andar masticando nada, ni siquiera algo blando. Tras esa petición se quedó mirando al médico, siempre que habla con alguien suele mirar a los ojos de la persona, excepto cuando la persona posee un rango que amerite el tener que mostrar respeto, entonces solo le queda bajar la cabeza y esperar la oportunidad para hablar o para levantar el rostro.

Fueron claras las palabras que recibieron las princesas sobre la aparicion del joven de otro reino. Algo que dejó a Sakura complacida, y no dudo en irse a descansar cuando se lo dijeron. Al igual que Henshury, aunque tras agarrar la espada del desconocido tenia otros planes en mente. Ambas se fueron de la sala sin ninguna pega, esperando para el dia siguiente. Una vez fuera de la habitacion, Sakura miró a Henshury en forma de reproche señalando la espada.

-No deberias haberla tocado. Una mujer no toca armas y menos se la roba a un extranjero.

-No empieces como padre. Fuera de aqui hay mujeres guerreras. No todas son mujeres cuidadosas de su aspecto.Viajan solas, algunas con ropajes de hombre, tienen piel oscura y no se cubren de los rayos del sol.

-Solo mirate, tu piel esta oscura y quemada por el sol a pesar de tu aspecto noble. Pareces una esclava. Seguro que el ya te lo dijo. Debes cultivar la mente y menos el cuerpo. Para eso estan los hombres.
-No pienso seguir peleandome contigo por esos asuntos. Esta espada...soñe con ella, igual que con tu recuperacion. Asi que necesito respuestas.
-¿un sueño?...En tal caso debes darte prisa. Mañana partimos a palacio y si necesitas hablar con ese extranjero no podra ser en privado. Padre se encargara y no creo que puedas hablar con el.
Sakura entonces miro intrigada la espada, pensando en que cosas podria significar aquello. Sabia que desde siempre Henshury habia tenido un sentido para la adivinacion. Aquello quizas significase algo realmente importante.
-No puedo fiarme...necesito tu ayuda. Dame tiempo para observar mejor la espada, si no tengo respuestas...tendre que volver.
-Mm...no creo que pase nada por dormir menos. Despues de todo cuando estaba enferma apenas dormia.
-Muchas gracias...
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A aquel sanador le resultaron curiosas las palabras del viajero, las propias de un buen guerrero y tambien de un buen hombre. Le miro ofreciendole su ayuda para despues mirar sus heridas. Seguramente no podria comer bien en unos cuantos dias. Dias en los que estaria solo. El emperador no tardaria en llevarse a sus hijas lejos de aquella casa inadecuada para ellas, en cuanto viese que Henshury este en buenas condiciones volverian al palacio. Ahora que ambas estaban en casa debia reorganizar las normas y las alianzas. Ahora volvia a ser poderoso, y con la posibilidad de aumentar su reino. Solo quedaba una cosa por zanjar. Un heredero varon, un guerrero, y con el tiempo veria si su nueva mujer podria darle uno. De no ser asi, sus hijas deberian tomar la responsabilidad de ello.
-Esperemos que sean de su agrado. No me gustaria curar a un herido para nada. Pero no soy yo quien decidira que hacer con vuestras palabras.

El sanador, tras oir las palabras del extranjero, se aparto, para traer y colocar a un lado del suelo una pequeña tetera y un vaso con agua. La tetera con unas hierbas calmantes y curativas, lo suficiente como para permitirle dormir a pesar del dolor.

-Podras beber lo que necesites. Ahora intenta descansar.

Tras dejar alli el liquido se marcho dejandole solo. Paso el tiempo solitario el extranjero, sin ninguna molestia ni ruido, totalmente en silencio. Pudiendo hacer lo que quisiera y observar todo a su alrededor durante un rato. Hasta que la joven Henshury entro por la puerta acercandose recta y decidida. Se arrodillo al lado y le miró, despertandole si fuese necesario. Le miro seriamente y llena de dudas. Aunque entre su hermana y ella misma habia resuelto muchas dudas.

-Exijo que me digas personalmente que haces aqui. Quien eres de verdad...o que planeas. Necesito saberlo todo...

Quizas no fuese la mejor manera de actuar, o por lo menos eso pensaba Sakura quien esperaba escondida tras la puerta mientras miraba la espada apoyada en la pared. Notando algo curioso es ella, pero nada realmente magico en ella. Por lo que quizas el sueño fuese respecto al humano o simplemente problemas y noticias. Miró a su hermana pensando que no deberia haber sido tan brusca, ni tan desesperada. Aun no sabia si el extranjero era amigo o enemigo





Dado Henshury --- 2
Dado Sakura---- 3 (deberia tener mas conocimiento que Henshury, como veas. Aunque Henshury viajo mas...)

El miembro 'Henshury' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

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#1 'Dado Numérico Random' :

#1 Resultados : 8, 8

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#2 'Dado Numérico Random' :

#2 Resultados : 2, 4, 8

Tras el retiro de las princesas de Xian Du Hoshi y el médico quedaron a solas, conversando a medida que el profesional hace su trabajo. Tras un buen rato de charla se le fue entregado al samurái lo necesario para que pueda conciliar el sueño, ese es el único método para acelerar la curación de su cuerpo.

-Gracias Sensei, será hasta nuestra siguiente ocasión…-Menciona agradecido ese hombre honorable, y tras callar comienza a beber el té con hierbas que lo ayudara a conciliar el tan necesitado y anhelado descanso. Se recostó y acomodo lo mejor que pudo, y la paz del sueño le llego rápidamente al samurái, sin problemas, ninguna clase de pesadillas lo atormento durante su sueño, estuvo el hombre en paz. No duro muchas horas ese descanso, algo lo hizo despertar, y tardo bastante tiempo ese hombre el entender el que, y mucho más le tomo el entender el porqué. Estando bajo los efectos de las hierbas para dormir y cansado, además de herido, no reacciono rápido, miro con ojos adormecidos a la joven princesa frente suyo y no dijo nada de nada hasta pasar un buen rato.

-¿Qué?...-No reacciono del todo, pero de a poco comenzó a entender donde se encuentra y quien esta justamente allí junto a él. -¿Qué quieres? Ya he dicho quien soy, el resto, solo lo hablare con el Emperador.-Esa fue la respuesta del samurái, aunque de seguro no es la respuesta que Henshury esperaba. Recupero la seriedad ese hombre al despertar por completo, observando ahora si fijamente a la chica delante suyo.–Eres una princesa, pero las ordenes aquí aun las da tu padre, lo siento.-Trata de bajar el tono de la discusión ese hombre, después de todo la chica debe ser algo inexperta e inmadura en los asuntos políticos que conciernen a la corona y a su pueblo.
No dijo más nada ese hombre, solo espero a que la jovencita delante suyo dijera o hiciese algo más, en lo posible, lo mejor para ambos seria de que retirase, aunque no la conoce de nada Hijikata como para imaginar que es lo que puede ella llegar a hacer en esa situación donde ha recibido una negativa frente a frente.

El actuar de Henshury no fue digno de una persona, menos aun de una princesa. Sentia que algo pasaba con aquel extranjero, por eso tenia que hablar con el. Por ello le desperto de manera brusca. No era lo mas correcto y menos sabiendo que el viajero estaba herido. Pero necesitaba buscar respuestas, saber por que habia soñado con el. Sus sueños siempre traian noticias, pero sobre todo en relacion con las dos hermanas. O por algo que directamente la ocurriria a ella. Asi que cuando el extranjero despertó, sus respuestas no fueron las esperadas por la princesa. Al principio se mostro perdido y agotado, para finalmente hablar seriamente mientras la miraba. Demostrando que sabia bien que hacer en aquel lugar. A lo que Hnshury le miro, pero esta vez con una mirada triste y casi suplicante.

-No lo entiendes...aqui no es como allí...

Dijo girandose y mirando hacia la puerta. Queria contarle sobre los espiritus y las visiones. Pero cualquiera que hablase de ello era considerado loco.

-Yo viaje a dinastia de dragon. Alli una mujer puede hablar libremente con un hombre o luchar. Aqui no podemos hacer nada de eso. Necesito que me digas por que estas asi. Es algo personal...Luego podras hablar lo que quieras con mi padre.

Luego Henshury volvio a mirarle algo confusa, sin saber que mas decirle. Pensativa y viendo que no descibriria nada hasta que fuese tarde. Aunque... ¿tarde para que? Que significaba ese humano? Quizas en realidad no fuese tan importante tener una vision si en unos pocos dias sabria todo. Pero tenia la sensación de que habia algo mas.

-Por favor... necesito saber quien eres... o que veniste a hacer aqui.

"Los espiritus me han hablado" era lo que habria deseado decir, pero no era tan sencillo. De echo, solo su padre y Sakura sabian su extraño don. Pero no podia obligarle a hablar. Si le decia de nuevo que no, no tendria otra que marcharse y dejarle en paz. Sabria todo con el tiempo, al igual que todos los demas.

En esa sala el encuentro entre el honrado samurái y la desesperada princesa trascurre solo en presencia de una testigo oculta, de otro modo las cosas podrían haberse salido de control. No le gustaría a ese hombre morir sin antes haber llevado a cabo las órdenes del Emperador, pero si le obligan a hablar entonces…La decisión ya estaría tomada. La jovencita se vio bastante desilusionada ante la respuesta e Hoshi, pero es algo de esperarse, cuando un samurái hace un juramento no hay mucho más que hacer, rara vez se podrá encontrar un samurái que rompa su palabra, y si lo hace…Entonces no se le puede considerar un samurái. Perdió la mirada y la voz esa chica, pero Hijikata no se dobló, la escucho hablar y comprendió las claras diferencias entre culturas a pesar de parecerse mucho en muchas otras cosas.

-Me alegra saber que…Ha visitado mi tierra natal, y que comprenda bien…Como son las cosas por allí…Nuestra historia está plagada de gloria y honor…Y mucho sacrificio, el Imperio reposa sobre los sueños y esperanzas de todos sus hombres y mujeres…Y yo soy eso, un hombre formado y orgulloso de mi tierra, eso es lo que soy…Si quieres saber que he venido a hacer, tendrás que hablar con tu padre…O demostrar ser una persona de valía, como lo son las samurái-ko de mi país.-Responde apenas una parte de lo que ella le ha preguntado, y aprovecha de desafiarla, aunque probablemente ella no comprenda ni la mitad de lo que dijo, a pesar de que ha dicho algo bastante importante.

-Eres una princesa, actúa como tal…No como una niña.-Allí va un consejo del samurái, algo duro pero muy directo, por ende muy fácil de entender. –Había escuchado que las hijas del Emperador Chen estaban desaparecidas…O muertas, claramente no es así…Y es lo mejor para su país, pues en ustedes reside el futuro de esta Dinastía, aunque no lo crean…-Las últimas palabras del samurái no tienen nada que ver con lo que ha estado hablando, es un asunto muy diferente, pero es lo único que al parecer ese hombre está dispuesto a decir.

-Déjame solo, prefiero dormir a sentir el dolor…Si quiere hablar algo más conmigo, entonces…Sera luego de la audiencia con su padre, no antes de eso.-Al final le da una pequeña oportunidad a la princesa de hablar con él a solas, pero más adelante, luego de la audiencia con el Emperador de ese país.

Henshury miraba al samurai intrigada, de una manera en la que ninguna mujer lo haria. Hijikata se encontraba casi desnudo, solo tapado por los vendajes y la ropa de cama. Ese era un detalle que muchas mujeres no dudarian en observar o mirar, pero Henshury no. Solo lo miraba como un desconocido, pero quizas por un amigo. Le recordaba en cierto modo a su gran amigo y maestro. Ademas, era mas importante una vision y resolver las dudas que cualquier otra cosa.

Su negacion fue un jarro de agua fria sobre ella. Para despues escuchar a Hijikata hablar sobre tu tierra. No supo como, pero tenia la sensacion de que habia algo en esas palabras, algo oculto en cierto modo. Sabia como era su tierra, no habia razones para contarle nada. Pero mas bien miraba como el hombre sin apenas fuerzas intentaba hablar dando aquella informacion, e incluso dando en un futuro una oportunidad, aunque fuese un claro reto.

-Teneis razon, vuestra tierra es un lugar increible. Ojala algun día esta tierra pueda ser igual.

Dijo sin mas, mostrando como deseaba cambiar las cosas. Aunque sin decir nada respecto a si hablar con su padre o demostrar valia. Simplemente le siguio escuchando, suplicandoselo solo una vez mas. Luego miro a otro lado cuando la llamo niña, dandole un consejo que solia costarle controlar. Pero no lo desaprobecharia.

-Si...soy una princesa.

Le respondio con la voz algo debil, sabiendo que una vez en el palacio...jamas podria volver a viajar o explorar, ni aprender nada lejos de esas murallas. Luego casarse y tener hijos, llevando el reino a un esplendor sin fin. Pero al oir lo que dijo despues, le miro intrigada. "¿aunque no lo crean?" fueron sus palabras, algo extraño. Es algo bien sabido por todos que el futuro de una nacion cae sobre sus descendientes, ¿por que no creerlo?. Eso era algo que no acababa de entender exactamente, quizas lo que traia era algo relacionado con las princesas, no con el emperador. Miro entonces al desconocido con una cara algo mas feliz, no meditativa ni frustrada por no tener respuestas.

-Pues las dos estabamos vivas...somos dos supervivientes. Supongo que al igual que tu. Segun dijeron es dificil sobrevivir a esas heridas.

Respondio la princesa Henshury, aun dudando en si era un hombre de fiar o no. Pero afortunadamente para el samurai, era la unica persona de todo el reino en quien mas se parecia en esos momentos. Con quien mas cosas podia tener en comun, y por ello sentia confianza por el, aunque fuese un hombre. Y sin mas, él decidio darle una oportunidad para hablar, algo que hizo sonreir a la princesa.

-Me alegro de que decidas hablar conmigo tras la audiencia con mi padre. Pero no puedo asegurar que podamos vernos de nuevo.

Le dejo claro la princesa. Una audiencia del emperador con el consejo, ellos decidirian que hacer. Mientras las princesas quedarian apartadas, lejos de todas las decisiones clave. Si algo salia mal, ese samurai no volveria a pasar los muros de la ciudad.
-Sigo sin saber cual es el objetivo de vuestra mision... pero por lo que pueda pasar... Evita la estepa, y ten cuidado al salir de la ciudad, esos hombres no dudaran en atacarte si vas solo. Tampoco viajes al Oeste o probablemente nunca volveras a tu tierra, el norte es frio pero siempre te daran comida, y en el sur, gigantes de piedra guardaran el camino. Es lo unico que puedo decirte de esta tierra.

Tras decir aquellas palabras anteriormente dichas por su maestro, dio unos paso atras para salir de la habitacion. Recordando todas las palabras, una por una en su cabeza, mas aun de las que ella acababa de contar al samurai. Palabras con las estrellas y el sol, con el viento y las nubes. Estaba deseando volver a verlo, le abrazaria y daria las gracias, y le contaria historias de las tierras lejanas.

Tras pensarlo durante un rato, seguramente acabarian haciendo una celebracion por el regreso de la princesa. Alli podria verle a su maestro, y quizas incluso hablar con el samurai extranjero. Podria presentarlos, seguro que se llevarian bien. Ambos eran grandes samurais. Por lo menos eso aparentaba el extranjero.

La voluntad de Hoshi fue imposible de quebrantar, no se conmovió para nada ante las suplicas de la menor de las princesas, o al menos no se pudo notar ni una pizca de titubeo en su carácter. Alguien con las responsabilidades como las que tiene ese samurái no puede ponerse a pensar en los sentimientos de una o dos personas, el deber es el deber, y en eso un samurái no puede flaquear jamás. Los deseos de la princesa en lo que se refiere a cada nación le hizo pensar a Hijikata de que su misión puede ir para bien, aunque una cosa es lo que piense ella y otra cosa lo que piense el Emperador de Chen.

-Bien…Si quiere que esta tierra se parezca en algo a la nuestra…Debería continuar con mi misión…Después de todo, este es el primer contacto entre nuestras naciones…Si quiere un cambio…Podría empezar este con mi visita a su tierra.-Probablemente la chica no se haya dado cuenta de ese hecho, pero Hijikata es el primer extranjero proveniente de la Dinastía del Dragón que visita esas tierras, algo impactante para la mayoría de la sociedad donde vive. -Como princesa…Algún día podrás ejercer algunos cambios significativos…Pero si no consigues el apoyo de tus ministros, ni de tu pueblo…Entonces será imposible.-Para la menor de las dos hermanas eso será casi imposible, paso la mayoría de su vida fuera de su tierra, ha gastado su tiempo en buscar una cura en vez de prepararse para gobernar, y eso es algo que su país no olvidara fácilmente.
Luego de un rato, en especial al mencionar lo de ser supervivientes vino un cambio de ánimo significativo en ella, a lo que el asintió con la cabeza, lentamente.

-Lo haremos…No te preocupes, si nadie mata al mensajero entonces, de seguro que nos volveremos a encontrar.-Tras esas palabras vinieron los consejos de la chica en lo referente a las mejores zonas para viajar y a las zonas por evitar, el sonrio y luego hablo.

-Es innecesario, ahora que se sabe quién soy y a que vengo aquí no me permitirán viajar solo, los hombres del Emperador están a cargo de mi seguridad ahora, de todos modos, gracias por las advertencias Henshury-hime.-Es lo más seguro, el Emperador no se puede permitir que un mensajero imperial de una tierra extranjera muera en sus tierras, eso sería un error gravísimo, en especial teniendo conocimiento de su presencia en ese lugar. Luego de un tiempo más la princesa se marchó y el hombre pudo volver a descansar, para así recuperarse mejor. Con el tiempo, pasado unos días es seguro que lo escolten hasta el palacio donde reside el Emperador de Chen, allí en una audiencia imperial podrá expresar sin tapujos cuales son los motivos de su presencia en ese imperio.

Tema finalizado. Henshury e Hijikata obtienen 2 puntos de experiencia.