La busqueda continua...

La noche se adueña del firmamento de a poco hasta coronarse con el paso de las horas como reina absoluta de la tierra y el cielo. Algunos comienzan su corto letargo, otros despiertan y comienzan su vida, y algunos otros no son ni lo uno ni lo otro, no duermen ni acaban de despertar, son aquellos que suelen tener mucho para hacer.

Un gran maestro deambula por caminos solitarios en compañía de uno de sus tantos aprendices, el último en unirse a su generosa lista de pupilos es quien más cercano a ese maestro es. Conversan a paso lento, y dicha conversación es tan común que probablemente al día siguiente no recuerden sobre que iba dicha conversación. El anciano y el joven caminan uno al lado del otro siendo ambos claramente de origen de la Dinastía del Dragón, delgados, fornidos y de ojos rasgados. El joven en particular tiene muy buena altura para ser alguien de dichas tierras, y a diferencia de su maestro lleva pocas ropas y nada llevando el torso completamente desnudo.  El anciano por otro lado porta una barba prominente de color blanco, se extiende hacia abajo en gran forma dejando en evidencia así que porta ya sus buenos años sobre la tierra, probablemente deba de tener más de setenta años de edad lo cual es mucho tiempo. El viejo hombre va bien abrigado, y porta un arma, una katana, espada famosa de esas tierras que generalmente portan los samurái. Tal vez ese hombre fuera un samurái ya retirado, o puede que no, puede que sea un samurái que se niega a retirarse a pesar del color de sus cabellos y de la barba, así como de las arrugas sobre su rostro y sus manos desafiando así al paso del tiempo y a sus consecuencias.

Spoiler:

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El joven hombre deambula a paso firme mirando más a su maestro que al propio camino delante suyo, el más viejo en cambio solo mantiene la mirada al frente, una mirada apacible que acompaña un andar sereno. Esa pareja de hombres son las dos caras de la moneda, la juventud, la fortaleza y el entusiasmo, el otro la vejez, la sabiduría y la paciencia.  
Tiempo más tarde se detienen en pleno bosque saliéndose del camino, el anciano descansa sentado con la espalda sobre el tronco de un árbol y el más joven busca lo que parece ramas y piedras como para armar fuego. El anciano de entre sus pertenencias toma una flauta y comienza a tocar una melodía fina y suave que se armoniza a la perfección con la noche y la naturaleza donde se encuentra mientras el joven se dedica a trabajar en favor de su maestro y suyo propio también.

Por asi decirlo, empece a escuchar sonidos en los alrededores; alguien esta merodeando en las cercanias, seria amigo o enemigo; no lo se en realidad pero de lo que si se es que seguiria actuando con normalidad, como si es que no me hubiese dado cuenta de absolutamente nada. Me mantuve pescando, esperando que la presencia se acercase mas, como si es que fuera un lobo acechando a una presa; fue en aquel entonces que no solo empece a escuchar el sonido de la presencia que merodea en los alrededores, sino que tambien algo mas que irrumpio en la quietud del bosque, algo completamente fuera de lo comun.

En aquel entonces, una melodia de flauta se empezo a sentir, a la distancia, mucho mas alla que el ruido de pisadas que se encuentra muy cercano a mi posicion. A pesar de que la persona esta merodeando muy cerca de mi, esta no presenta señales de acercarse, sino que mas bien el sonido de sus pasos es un tantoerratico, pareciera que ve aqui para alla, sin un rumbo fijo o si es que estuviera buscando algo en especifico, sino que mas bien pareciera que anda perdido o algo similar. Tome mis cosas y de inmediato comence a movilizarme sigilosamente por entre los arboles, primero impulsandome al sujetarme de sus diferentes ramas para luego de haber tomado el impulso suficiente, comenzar a brincar de rama en rama para ir avanzando por la espezura del bosque.

Lo primero que haye fue un joven de poca ropa y de aspecto un poco robusto; un luchador a primera vista, es el quien hace aquellos ruidos y su ritmo de camniar parece erratico, por su apariencia parece ser de la region; alguien que se aventura solo en el bosque sin quizas saber los riesgos que corre. Aun asi es perfecto para poder interrogarlo y ademas de obtener informacion sobre lo que necesito, si es que aun existen descendientes de la familia Shinomori para que pueda exterminarlos, de esa forma seria libre por siempre y no habria nadie que volviera en encerrarme otra vez. Me quede sobre las ramas de uno de los arboles observandolo, esperando el momento preciso para actuar sobre el.

Tras la agradable melodía otorgada por el arte del anciano el joven y su maestro volvieron a estar reunidos ahora alrededor de lo que se convertirá momentos después en una fogata. El joven de buena figura fue el encargado de preparar la fogata y de encenderla también, algo que le tomo uno minutos conseguir. No demostró ser un experto en el tema del armado de la fogata, tampoco en encenderla, pero así lo hizo, y los dos hombres sonrieron y bromearon sobre ello una vez el fuego hubo cobrado vida. Continúan hablando joven y anciano, ahora tratan algo de política. El reino de la Dinastía del Dragón ha sufrido cambios drásticos n su gobierno en los últimos años. La ausencia de la divinidad en la sangre del emperador y la desaparición de muchas casas nobles de tradiciones muy antiguas han golpeado muy duro la moral del pueblo en los últimos años. Nuevas castas de nobles se han levantado a base de fuerza, inteligencia y engaño, en tiempos de caos muchos documentos se malvezaron y ahora es muy difícil el distinguir un documento autentico a uno falso.

-Maestro, aun no entiendo porque hay tanto problema, ya sé que el Emperador era muy importante, pero no olvidemos que el que debe gobernar es el más apto, y lamentablemente la familia original del Emperador no pudo hacerlo bien. Ahora le toca a Shougen demostrar que esta altura, aunque somos tan unidos al honor y a la tradición que no se lo podemos hacer tan fácil…Tengo que admitir que entiendo a muchos de los que se oponen a él, aunque yo claro nunca me opondría, El Destino lo ha puesto allí, hay que dejar que este obre a su modo.- El tema que abordaron ahora es el tema del trono, la política y la heráldica. Hablan de un nuevo Emperador que no posee la casta divina como si lo poseían el resto de los monarcas del imperio. Para un pueblo tan devoto y tradicionalista el haberse quebrado las tradiciones de un modo tan abrupto es algo muy difícil de asimilar, tanto así que tuvieron una guerra civil que duro cinco años, una guerra violenta que aun hoy cuando las almas se han calmado sigue muy latente en la corte del nuevo emperador.
El anciano no parece querer hablar de momento, pero bajo el nivel del sonido de su flauta para poder escuchar bien a su aprendiz y demostrar así que le presta mucha atención.