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Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
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Mimi Houllier
Lans Tartare
NPC
Natzume
Seikato
Zafira
Risty Keikodi
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Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
Los sucesos en Asbru continúan dándose de manera inesperada, destinos inciertos y caminos ocultos de tal forma que pareciese que las propias sombras los ocultan de la vista común de los mortales. Aunque sin duda los sucesos más extraños se están dando en el templo del oeste de Asbru, o al menos de los cuales se tenga conocimiento público. El ángel caído mantiene su postura de protectora del templo, aunque su autoridad decae rápidamente debido a su accionar que no contempla las ideas de aquellos que desde hace años ponen lo mejor de sí para mantener la paz del pueblo. Al menos no todo parece ser tan malo por allí, Raquel se ha retirado, pero también se ha retirado aquella criatura alada y oscura que ameno la paz del pueblo, las alarmas empiezan a cesar y la situación lentamente va volviendo a la calma.
En el castillo del oeste las cosas también vuelven a la calma, los mensajes vuelan y viaja de un lado a otro pasando y recibiendo información reciente sobre lo ocurrido en diferentes locaciones de la ciudad llegando a la conclusión de que la alerta ha pasado. En la habitación donde Zafira y Cataline están refugiadas se oye como golpean las puerta fuertemente, y las voces y pisadas cesan por unos momentos, aunque el sonido de las armaduras unas junto a otras no pueden detener así como así su sonido.
-¿Hay alguien aquí? Somos soldados del rey, la situación esta calma, estamos a salvo.- Desde detrás de la puerta de esa habitación se hacen escuchar los soldados del rey, dando aviso de que ya todo ha pasado.
-No tienes nada que agradecer Zafira, vamos, hay que abrir la puerta, o al menos hacerles saber que estamos aquí… ¡Aquí estamos! Hay dos damas aquí- Levanta la voz Cataline mucho más calma, aunque se mantiene unida a la peli azul mediante el abrazo mientras lleva a ambas cerca a la puerta con intención de abrir la misma. Al hacerlo se emociono mucho al ver a los soldados allí, estos sonrieron aliviados y se fijaron de que todo esté en orden allí, incluso de de ellas.
-Bueno, al parecer ninguna tiene nada raro, el castillo está tranquilo, pueden seguir haciendo lo suyo como antes que nadie las molestara.-Los soldados aseguran cada punto del castillo sin dejar absolutamente nada al azar, razón por la cual aseguran a sus habitantes de que en esos momentos vuelven a estar completamente a salvo.
La vampiro no tuvo ningún problema en alejarse de los problemas, aunque claramente los espíritus de Asbru no son justamente amistosos con ella, y si se mantiene demasiado tiempo a la intemperie podrían congelarse la mayoría de sus extremidades, eso puede causar que caiga violentamente a tierra, o que le sea muy difícil deambular. Otra que logra salir sin dificultades de la ciudad es Raquel, tiene sus papeles en orden y no parece ser una amenaza, por lo que la observan mientras canta y se retira de dicho sitio en busca de lo desconocido. Advierten los soldados a Raquel sobre lo peligroso que es viajar de noche, en especial siendo una mujer tan joven y bella, pero es su decisión finalmente la que marcara su destino.
La escaramuza entre norte y oeste se torno real al estar ambos lados ya alejado de todo el resto y en pleno campo abierto, casi la disputa se verá entorno a los baldíos helados y a los caballos, hay poco milicia allí. Lans y sus hombres van de frente contra los hombres de Aravir que sin una guía firme solo van de frente con intención de chocar lo mas violentamente posible contra los hombres del oeste, y no es justamente así como se gana una batalla. Dichos hombres encontraron una o varias flechas de camino, caballos y hombres fueron heridos y muertos en gran cantidad ya que el oeste inicio la contienda haciendo uso de sus armas a distancia mermando así una considerable cantidad de fuerza de sus enemigos en tan solo unos instantes, vital para lograr la batalla en el primer choque de vanguardia. Cuando el choque de la vanguardia se dio de lleno sacaron ventaja allí también, los hombres del oeste son los mejores jinetes de Asbru, sumado a sus caballos purasangre y a la ventaja numérica que les otorgaron los arqueros el primer choque fue completamente a favor de la región oeste de Asbru. Los hombres del norte con su valor derribaron lograr a más de uno en el choque, y podrían haber matado a un caballero de importancia si no fuera por la intervención del príncipe del oeste que salvo a uno de sus camaradas y caballero de confianza de morir bajo el hacha enemiga. Pero no todo termina allí, varios de los hombres del norte viendo la oportunidad de cortarle la cabeza a algo se abalanzan contra ese hombre y el príncipe buscando arrebatarles la vida y ocasionar un golpe mortal a la nobleza y al futuro del oeste de Asbru.
El primer choque de esa batalla sale a completo favor del oeste, ahora están en muy buena posición para aumentar la ventaja inicial que rápidamente han obtenido, el hacerlo puede sr un golpe mortal que evite que sus enemigos logren recuperarse de tales perdidas lo cual será un decline total y continuo, lo cual puede llevar a una rápida victoria de su parte.
Las cosas para la región oeste parecen mejorar de repente, la ciudad vuelve a la calma y su ejército obtiene una ventaja rápida y clara desde el principio. Toda Asbru está al tanto de lo que suceda entre esos dos bandos que derraman la primera sangre en esa que se perfila como una guerra aun más sangrienta que las ultimas libradas en los territorios nórdicos de dicha región que muchos llaman la Tierra de los Dioses olvidados.
En el castillo del oeste las cosas también vuelven a la calma, los mensajes vuelan y viaja de un lado a otro pasando y recibiendo información reciente sobre lo ocurrido en diferentes locaciones de la ciudad llegando a la conclusión de que la alerta ha pasado. En la habitación donde Zafira y Cataline están refugiadas se oye como golpean las puerta fuertemente, y las voces y pisadas cesan por unos momentos, aunque el sonido de las armaduras unas junto a otras no pueden detener así como así su sonido.
-¿Hay alguien aquí? Somos soldados del rey, la situación esta calma, estamos a salvo.- Desde detrás de la puerta de esa habitación se hacen escuchar los soldados del rey, dando aviso de que ya todo ha pasado.
-No tienes nada que agradecer Zafira, vamos, hay que abrir la puerta, o al menos hacerles saber que estamos aquí… ¡Aquí estamos! Hay dos damas aquí- Levanta la voz Cataline mucho más calma, aunque se mantiene unida a la peli azul mediante el abrazo mientras lleva a ambas cerca a la puerta con intención de abrir la misma. Al hacerlo se emociono mucho al ver a los soldados allí, estos sonrieron aliviados y se fijaron de que todo esté en orden allí, incluso de de ellas.
-Bueno, al parecer ninguna tiene nada raro, el castillo está tranquilo, pueden seguir haciendo lo suyo como antes que nadie las molestara.-Los soldados aseguran cada punto del castillo sin dejar absolutamente nada al azar, razón por la cual aseguran a sus habitantes de que en esos momentos vuelven a estar completamente a salvo.
La vampiro no tuvo ningún problema en alejarse de los problemas, aunque claramente los espíritus de Asbru no son justamente amistosos con ella, y si se mantiene demasiado tiempo a la intemperie podrían congelarse la mayoría de sus extremidades, eso puede causar que caiga violentamente a tierra, o que le sea muy difícil deambular. Otra que logra salir sin dificultades de la ciudad es Raquel, tiene sus papeles en orden y no parece ser una amenaza, por lo que la observan mientras canta y se retira de dicho sitio en busca de lo desconocido. Advierten los soldados a Raquel sobre lo peligroso que es viajar de noche, en especial siendo una mujer tan joven y bella, pero es su decisión finalmente la que marcara su destino.
La escaramuza entre norte y oeste se torno real al estar ambos lados ya alejado de todo el resto y en pleno campo abierto, casi la disputa se verá entorno a los baldíos helados y a los caballos, hay poco milicia allí. Lans y sus hombres van de frente contra los hombres de Aravir que sin una guía firme solo van de frente con intención de chocar lo mas violentamente posible contra los hombres del oeste, y no es justamente así como se gana una batalla. Dichos hombres encontraron una o varias flechas de camino, caballos y hombres fueron heridos y muertos en gran cantidad ya que el oeste inicio la contienda haciendo uso de sus armas a distancia mermando así una considerable cantidad de fuerza de sus enemigos en tan solo unos instantes, vital para lograr la batalla en el primer choque de vanguardia. Cuando el choque de la vanguardia se dio de lleno sacaron ventaja allí también, los hombres del oeste son los mejores jinetes de Asbru, sumado a sus caballos purasangre y a la ventaja numérica que les otorgaron los arqueros el primer choque fue completamente a favor de la región oeste de Asbru. Los hombres del norte con su valor derribaron lograr a más de uno en el choque, y podrían haber matado a un caballero de importancia si no fuera por la intervención del príncipe del oeste que salvo a uno de sus camaradas y caballero de confianza de morir bajo el hacha enemiga. Pero no todo termina allí, varios de los hombres del norte viendo la oportunidad de cortarle la cabeza a algo se abalanzan contra ese hombre y el príncipe buscando arrebatarles la vida y ocasionar un golpe mortal a la nobleza y al futuro del oeste de Asbru.
El primer choque de esa batalla sale a completo favor del oeste, ahora están en muy buena posición para aumentar la ventaja inicial que rápidamente han obtenido, el hacerlo puede sr un golpe mortal que evite que sus enemigos logren recuperarse de tales perdidas lo cual será un decline total y continuo, lo cual puede llevar a una rápida victoria de su parte.
Las cosas para la región oeste parecen mejorar de repente, la ciudad vuelve a la calma y su ejército obtiene una ventaja rápida y clara desde el principio. Toda Asbru está al tanto de lo que suceda entre esos dos bandos que derraman la primera sangre en esa que se perfila como una guerra aun más sangrienta que las ultimas libradas en los territorios nórdicos de dicha región que muchos llaman la Tierra de los Dioses olvidados.
- Spoiler:
- Fuera de juego:
Lans tiene frente a el 3 enemigos de practicamente su nivel. Tirada de iniciativa, ataque y daño de sus enemigos.
Aravir pierde su tirada de general automaticamente al no haber posteado nada durante esta ronda.
Natzume y Raquel logran salir de la region y del evento si asi lo desea.
NPC- Admin
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Fecha de inscripción : 23/12/2012
Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
El miembro 'NPC' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Fecha de inscripción : 23/12/2012
Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
La escaramuza entre norte y oeste se puso violenta al encontrarse ambos ejércitos el uno contra el otro dispuesto a matar y a vencer. Flechas varias surcaron el cielo por orden del propio príncipe quien lidera la vanguardia de sus fuerzas, siendo estas a caballo y bien armadas contra los caballos del norte que apenas portan algunas una pequeña protección para no ser dañados e inutilizados en la lucha. EL iniciar con las flechas fue un punto a favor de Lans, la oleada de flechas debilito en gran forma a la vanguardia enemiga por lo que se encontraron con menos enemigos de lo que inicialmente se esperaba en el primer choque, con esa ventaja numérica y la ausencia de orden por parte del general enemigo consiguió el oeste una primera arremetida arrolladora a su favor. No hubo prácticamente heridos de muerte en el bando de Lans, si algunos heridos que empiezan a retirarse de la vanguardia hacia donde se lleva el combate principal, otros siguen cabalgando con pocas heridas y ejerciendo mas heridas aun a los enemigos del norte enseñándoles cuál es su lugar allí.
Comienzan a verse en esos baldíos helados caballos descocados sin dueño al estos morir y ser derribados de su montura, ahora se ve a varios hombres y algunas mujeres combatir a pie con el alma y las armas en sus manos. Hubiese conseguido el norte infligir un gran daño matando a un caballero del oeste si no fuese por la rápida intervención del propio príncipe Lans Tartare que no les permitirá disfrutar de tal gloria tan fácilmente.
-Atrás Sir Royal, atrás hacia nuestras filas-Cubre el guerrero de armadura negra a su compañero y súbdito mientras este a regañadientes emprende su regreso en busca de la zona de combate, luego buscara la retaguardia para llegar por ultimo a las reservas donde recibirá asistencia médica adecuada para sus heridas, y si no son tan graves como parecen a primera vista podrá regresar al combate nuevamente. El problema real lo tiene ahora Lans que para conseguir que eso suceda tiene que hacerle frente a esos sanguinarios guerreros que fueron a tomar la oportunidad de quitarle la un caballero del oeste, ahora tienen la oportunidad de quitársela al propio príncipe de Asbru.
-¡¿Buscan fama bastardos? VENGAN POR ELLA!¡Esta no les llegara así de fácil-Cruza palabras con ellos Lans o más bien les asegura de que no será tan sencillo arrebatarle la vida, no lo conseguirán así como así. Observa a los tres guerreros mientras el combate en los alrededores continúa, pocos se han dado cuenta de la posición complicada en la que ha quedado el propio Lans e intentan llegar a él, pero en el fragor de la lucha eso no es nada fácil y menos llegar a la vanguardia sin ser herido o incluso muerto. Con el arma empuñada a dos manos ve como se les vienen encima, busca Lans ver cuál de ellos llegara primero y cual es más peligroso, aunque tiene apenas segundos para notarlo decide arremeter de frente y eliminar al primero que se le cruce en el camino, al más rápido, para así hacerle frente a los otros dos que llegan detrás de este. Primer espadazo violento de izquierda a derecha con carga y todo el peso que le puede poner Lans con su cuerpo y la marcha al golpe, brutal impacto que quiera armadura, chaleco, costillas para subir por parte de la axila del enemigo hasta arrancarle parte del tórax y arrojarlo a un lado para que agonice este unos momentos antes de encontrar la muerte. Quedan dos, y uno lo tiene demasiado cerca como para intentar evadirlo ¿Qué puede hacer un hombre cuando la muerte llega sobre el sin poder evitarla?
-¡Deyja óheppileg! -Lans hace lo que todo hombre valiente puede hacer en ese momento, enfrentar a la muerta valientemente y jugarse todo por el todo. No sabe si lograra levantar el arma a tiempo para impactar al enemigo primero y hacerlo morir antes de que el arma le llegue al cuerpo, o si ambos se golpearan al mismo tiempo o si simplemente no conseguirá nada más que ser abatido, pero el príncipe del oeste haciendo base con el pie derecho ejecuta un golpe de punta en diagonal de derecha a izquierda tratando de atravesarle el estomago a ese soldado que lo tiene demasiado cerca, demasiado como para evitarlo. Y todavía queda uno más que no sabe bien por donde le va a llegar, recuerda a uno más atrasado que el resto, pero sea de donde sea que le llegue solo gira a 360 grados alii donde sea que quede tras el choque con el segundo enemigo y espera darle de lleno al más rezagado de los tres y en lo posible matar al maldito valiente que viene a por su vida.
No da nuevas órdenes durante esos momentos Lans, está demasiado concentrado en derrotar a los enemigos y salvar la vida propia y la ajena, por lo que sus guerreros mantienen la orden anterior de Lans, atacar con arqueros y arremeter con la vanguardia valientes y ordenados, tratando de llegar los que pueden donde el príncipe para brindarle todo el apoyo posible.
- Spoiler:
- Fuera de juego: Tiro la tirada de general, iniciativa, ataque y daño. Uso esta habilidad especial todas las veces que pueda " Reflejos de combate: [Acción gratuita 4 mana] Cuando un enemigo del que seas consciente te fuera atacar puedes propinarle un ataque básico, quien posea el arma con mas alcance golpeara primero, si son iguales lo harán simultáneamente, esta habilidad puede ser utilizada mas de una vez por turno con un coste de dos puntos de mana extra."
Uso Energía en la segunda tirada de Reflejos de combate, por las dudas en caso de no llegar normalmente.
Última edición por Lans Tartare el Vie Ene 23, 2015 10:31 am, editado 2 veces
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Localización : En el oeste de Asbru
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Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
El miembro 'Lans Tartare' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
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Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
Al parecer mi forma de actuar no habia sido la mams adecuada y para saber mejor que hacer necesitaria consejo. Claro que no podia pedir ayuda a esa gente que tanto habia confiado en mi. Necesitaba alguien que con buen consejo e ideas claras me ayudara en alguna situacion como ella. No como una orden, si no como un consejo, que me ayudara a pensar por mi misma y eso era algo que aun me seguia costando demasiado. Cuando lograra pensar, solo entonces podria intentar mandar con exito. no como ahora que habia fallado estrepitosamente.
El angel de alas negras se marcho y Seikato fue a investigar aquello que tanto habia alertado a los guardias. Sin embargo las cosas empezaban a mejorar y la alerta a disminuir. El peligro pasaba y todo iva mejor. Me acerque entonces a la puerta y la abrí mirando a los que se encontraban dentro, esperando darles esperanza con aquella noticia.
-Al parecer las cosas mejoran y el peligro ha pasado. No tiene por que temer. Los extranjeros se fueron y las calles vuelven a estar tranquilas.
Dije volviendo a cerrar la puerta y quedandome en la entrada de nuevo, mirando a aquellos soldados que habian dejado desprotegida la iglesia. No podia culparles de nada ya que al parecer la culpa habia sido mia, pero no sabia que hacer para intentar llevarme bien con ellos. Claro que podia ir dandome cuenta como habia una clara diferencia entre mentalidades en aquel lugar, y con esa diferencia odio. Pero no como en el cielo, alli cada quien amaba y odiaba de manera diferente a personas distintas. No habia un orden, todo era caos, e intentar controlar un caos era practicamente imposible. Quizas entonces comprendi algo mas a los soldados que solo guardaban la poca armonia que quedaba en la iglesia. Una armonia que por pocos detalles se rompia y yo habia estado apunto de romperla por ver a todo el mundo como igual. Ahora entendia algo mas aquel lugar y eso me daba alegria, aunque en cierto punto las cosas no me fueran bien. Podia ver como todo estaba calmado y tranquilo, sin amenazas de enemigos ni riesgos. Entonces me acerque de nuevo a los soldados y les estreche las manos con una sonrisa clara, habiendo aceptado su decision.
-Les doy la enhorabuena, y les pido disculpas. Han echo un buen trabajo protegiendo a esa gente y desconfiando de extranjeros. Por mi parte puede que me equivocara al dejarles entrar, pero le diré al sacerdote el buen trabajo que hicieron. Os agradezco que me hayáis ayudado a entenderlo. No es facil para un angel que ve a casi todo el mundo como igual.
Les dije mirandoles orgullosa y porfin entendiendo mas de todo aquello. Luego, volvi a hacer guardia en aquella iglesia mas calmada y sabiendo que posiblemente ya nadie correría peligro.
El angel de alas negras se marcho y Seikato fue a investigar aquello que tanto habia alertado a los guardias. Sin embargo las cosas empezaban a mejorar y la alerta a disminuir. El peligro pasaba y todo iva mejor. Me acerque entonces a la puerta y la abrí mirando a los que se encontraban dentro, esperando darles esperanza con aquella noticia.
-Al parecer las cosas mejoran y el peligro ha pasado. No tiene por que temer. Los extranjeros se fueron y las calles vuelven a estar tranquilas.
Dije volviendo a cerrar la puerta y quedandome en la entrada de nuevo, mirando a aquellos soldados que habian dejado desprotegida la iglesia. No podia culparles de nada ya que al parecer la culpa habia sido mia, pero no sabia que hacer para intentar llevarme bien con ellos. Claro que podia ir dandome cuenta como habia una clara diferencia entre mentalidades en aquel lugar, y con esa diferencia odio. Pero no como en el cielo, alli cada quien amaba y odiaba de manera diferente a personas distintas. No habia un orden, todo era caos, e intentar controlar un caos era practicamente imposible. Quizas entonces comprendi algo mas a los soldados que solo guardaban la poca armonia que quedaba en la iglesia. Una armonia que por pocos detalles se rompia y yo habia estado apunto de romperla por ver a todo el mundo como igual. Ahora entendia algo mas aquel lugar y eso me daba alegria, aunque en cierto punto las cosas no me fueran bien. Podia ver como todo estaba calmado y tranquilo, sin amenazas de enemigos ni riesgos. Entonces me acerque de nuevo a los soldados y les estreche las manos con una sonrisa clara, habiendo aceptado su decision.
-Les doy la enhorabuena, y les pido disculpas. Han echo un buen trabajo protegiendo a esa gente y desconfiando de extranjeros. Por mi parte puede que me equivocara al dejarles entrar, pero le diré al sacerdote el buen trabajo que hicieron. Os agradezco que me hayáis ayudado a entenderlo. No es facil para un angel que ve a casi todo el mundo como igual.
Les dije mirandoles orgullosa y porfin entendiendo mas de todo aquello. Luego, volvi a hacer guardia en aquella iglesia mas calmada y sabiendo que posiblemente ya nadie correría peligro.
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Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
La batalla que se inició entre parte del norte y del oeste tuvo su primer choque de forma rápida y violenta, definiéndose rápidamente una cara ventaja a favor de los hombres del oeste. El norte respondió con valor y con sacrificio logro acorralar a uno de los caballeros de importancia de la región oeste, sería una gran pérdida para ellos si este muriese allí mismo razón por la cual Lans intervino rápidamente evitando su muerte. Pero esa acción heroica por parte del príncipe puede resultar más a favor del enemigo que de los aliados, pues ahora se le presenta al norte la oportunidad de eliminar al propio príncipe del enemigo, y esa es una oportunidad de una en un millón. El grupo del norte que tiene dicha oportunidad entre alaridos y gritos se lanza contra Lans Tartare quien sabiendo como son las cosas allí decide jugarse a por todas yendo de frente y al ataque. La lógica dicta que cuando eres superado en gran número combatas a la defensiva, Lans se la juega haciendo todo lo contrario, busca ser depredador y no presa incluso estando acorralado y superado en número. Choco el príncipe del oeste con el primero de ellos al grito de “Mueran bastardos”, violentándolo de un terrible golpe a dos manos con su espada, tan fuerte que lo hizo retroceder varios pasos al romperle la armadura de cuero grueso y parte de sus huesos a la altura de su hombro derecho. El grito de color y cólera de ese hombre se escuchó tan fuerte como el propio estrépito de la batalla, pero así también se escuchó su juramento de venganza hacia aquel que lo ha malherido de ese modo evitando caer de rodillas al suelo, en vez de eso rezo a los dioses porque le otorguen la fuerza suficiente para ultimar a sus enemigos, y así sucedió, no cayo, se puso de pie y lleno de furia y valor regreso a la carga de inmediato, como si nunca lo hubiesen golpeado.
Es casi imposible de imaginar que un hombre pueda sobrevivir a un golpe tan violento como el que puede ejercer un arma pesada a dos manos utilizada con fuerza y gran entrenamiento, mucho más pensar que ese hombre puede mantenerse de pie y seguir luchando, pero así son los guerreros del norte, no se los puede simplemente herir y esperar a que se retiren del campo de batalla, no…Si los hieres entonces prepárate para lo peor, porque la venganza será terrible y definitiva. Eso lo sabe bien Lans que lo ha vivido en carne propia más de una vez, y ahora con pleno valor levanta el arma una vez más y golpea a su enemigo lo más rápido y violento que puede antes de que este le arrebate la vida, pero no lo suficientemente rápido como para salir indemne de dicho enemigo. Con su última voluntad al jugarse todo por el todo logra que su hacha pase la defensa y el ataque del príncipe del oeste clavándole el hacha en medio del pecho haciendo a un lado la espada de Lans en el proceso. Rompe acero, la placa de metal de la armadura siguiendo por el chaleco de cuero duro llegando a abrir la carne y rompiendo parte de los huesos, derrumbando a Lans contra el frío y duro suelo de esa helada y desolada planicie en un golpe devastador y definitivo. Cae luego de rodillas al suelo y maldiciendo al enemigo va cerrando los ojos lentamente hasta desfallecer, tranquilo, sabiendo que cumplió con su palabra.
La nieve se tiñe de rojo por doquier, y el lugar donde Lans y ese guerrero norteño ha caído no es la excepción, sangre caliente que se congela en el frio ambiente de Asbru, pero no es el casi de Lans Tartare, su sangre no se congela así como así, fluye lentamente y caliente por los yermos baldíos que han sentido el sabor de la misma. Se pone de pie el orgullo del oeste, así como toco el suelo así se levantó erguido gritando de dolor y envuelto en ese honor tan aferrado que posee tanto el como su padre, ese honor y orgullo que tratan de trasmitir a sus aliados siempre de igual forma que a sus enemigos. El primer enemigo fue abatido pero a una altísimo costo, y todavía quedan dos enemigos más y el solo sin poder retroceder de la vanguardia. Sin apoyo más que de sí mismo y de sus dioses se prepara para el choque con el segundo enemigo que ni se paró a dudar un solo instante si el príncipe hacia muerto hace un momento o no, simplemente continuo corriendo en dirección del hombre al cual piensa clavarle su lanza en plena garganta. Roza el filo de la lanza la carne de su víctima, tan cercana que la corta apenas por el viento que ejerce en su trayectoria, a pesar de no haberle dado de lleno fue suficiente como para dejarle una marca suave y mortal allí, como el beso de una despiadada y sensual amante. Lans con el arma fuertemente sobre su empuñadura en un golpe recto que nace desde su estómago de forma directa clava la punta de la espada sobre el abdomen de ese enemigo que casi le atraviesa la garganta, destrozándole de lleno todo el estómago y parte de la columna vertebral al atravesarle con la flambergue de un lado a otro matándolo prácticamente en el acto. El enemigo soltó la lanza que portaba y perdió su vida, quedando clavado en la espada del príncipe la cual sacude hacia atrás y luego hacia delante al notar al siguiente enemigo que se le viene encima, girando donde está convirtiéndose en un torbellino mortal que desea matar a todo aquello con lo que se cruce. El tercer y último enemigo de esa escena que duro segundos viene con un arma en cada mano, dos hachas de una mano bien afiliadas y listas para matar, el problema es que a diferencia del resto está usando armas muy cortas como para golpear fácil y a la primera, y si hubiera sido más listo las hubiera arrojado antes de lanzarse en un combate a melle contra Lans, pero fue tarde, nadie se esperaba que cayeran de ese modo como lo hicieron, porque aquel torbellino mortal que responde al nombre de Lans Tartare se llevó puesto a ese enemigo que quedo doblado y cortado de modo violento al igual que el anterior sobre la espada de Lans que mata más por su peso que por su filo. Lo golpeo tantas veces como pudo el príncipe antes de detenerse y observar medio mareado y perdido a su alrededor. Gritos lejanos llegan nuevamente, los cuernos de batalla y los estandartes en lo alto. Una rápida pero más centrada mirada da a entender que ha sobrevivo, por muy poco, y una segunda mirada lleva la alegría de saber que tienen clara ventaja sobre el enemigo que está en condición de recibir un golpe mortal, tal vez el que le ponga fin a esa escaramuza.
Mas lejos de allí, en el templo del oeste Aleishe se siente más tranquila y segura, habla con los refugiados y les lleva esa paz y tranquilidad a los demás que se empiezan a calmar, van estando más en calma hasta lograr estar sumamente tranquilos como deberían estar todos los días de su vida. Cuando estrecho las manos de los soldados estos se quedaron perplejos, no supieron cómo reaccionar, ya sea por la procedencia de Aleishe o por su belleza, tal vez posiblemente por su rareza, pero sea como sea les costó poder responder como quisieron. Tomaron lentamente esas manos que estrecharon las suyas y tímidamente algunos se animaron a responder las palabras del ángel caído, con pequeñas respuestas como “gracias” o “no se preocupe”, regresando estos a sus puestos habituales así como ella regreso a su lugar en la entrada de la iglesia, aumentando así la seguridad de forma equivalente a todos los sitios, incluida nuevamente la iglesia.
En el oeste todo es calma de momento, pero en el resto de las regiones todo parece de repente ponerse a la inversa y volverse sumamente ruidoso.
Es casi imposible de imaginar que un hombre pueda sobrevivir a un golpe tan violento como el que puede ejercer un arma pesada a dos manos utilizada con fuerza y gran entrenamiento, mucho más pensar que ese hombre puede mantenerse de pie y seguir luchando, pero así son los guerreros del norte, no se los puede simplemente herir y esperar a que se retiren del campo de batalla, no…Si los hieres entonces prepárate para lo peor, porque la venganza será terrible y definitiva. Eso lo sabe bien Lans que lo ha vivido en carne propia más de una vez, y ahora con pleno valor levanta el arma una vez más y golpea a su enemigo lo más rápido y violento que puede antes de que este le arrebate la vida, pero no lo suficientemente rápido como para salir indemne de dicho enemigo. Con su última voluntad al jugarse todo por el todo logra que su hacha pase la defensa y el ataque del príncipe del oeste clavándole el hacha en medio del pecho haciendo a un lado la espada de Lans en el proceso. Rompe acero, la placa de metal de la armadura siguiendo por el chaleco de cuero duro llegando a abrir la carne y rompiendo parte de los huesos, derrumbando a Lans contra el frío y duro suelo de esa helada y desolada planicie en un golpe devastador y definitivo. Cae luego de rodillas al suelo y maldiciendo al enemigo va cerrando los ojos lentamente hasta desfallecer, tranquilo, sabiendo que cumplió con su palabra.
La nieve se tiñe de rojo por doquier, y el lugar donde Lans y ese guerrero norteño ha caído no es la excepción, sangre caliente que se congela en el frio ambiente de Asbru, pero no es el casi de Lans Tartare, su sangre no se congela así como así, fluye lentamente y caliente por los yermos baldíos que han sentido el sabor de la misma. Se pone de pie el orgullo del oeste, así como toco el suelo así se levantó erguido gritando de dolor y envuelto en ese honor tan aferrado que posee tanto el como su padre, ese honor y orgullo que tratan de trasmitir a sus aliados siempre de igual forma que a sus enemigos. El primer enemigo fue abatido pero a una altísimo costo, y todavía quedan dos enemigos más y el solo sin poder retroceder de la vanguardia. Sin apoyo más que de sí mismo y de sus dioses se prepara para el choque con el segundo enemigo que ni se paró a dudar un solo instante si el príncipe hacia muerto hace un momento o no, simplemente continuo corriendo en dirección del hombre al cual piensa clavarle su lanza en plena garganta. Roza el filo de la lanza la carne de su víctima, tan cercana que la corta apenas por el viento que ejerce en su trayectoria, a pesar de no haberle dado de lleno fue suficiente como para dejarle una marca suave y mortal allí, como el beso de una despiadada y sensual amante. Lans con el arma fuertemente sobre su empuñadura en un golpe recto que nace desde su estómago de forma directa clava la punta de la espada sobre el abdomen de ese enemigo que casi le atraviesa la garganta, destrozándole de lleno todo el estómago y parte de la columna vertebral al atravesarle con la flambergue de un lado a otro matándolo prácticamente en el acto. El enemigo soltó la lanza que portaba y perdió su vida, quedando clavado en la espada del príncipe la cual sacude hacia atrás y luego hacia delante al notar al siguiente enemigo que se le viene encima, girando donde está convirtiéndose en un torbellino mortal que desea matar a todo aquello con lo que se cruce. El tercer y último enemigo de esa escena que duro segundos viene con un arma en cada mano, dos hachas de una mano bien afiliadas y listas para matar, el problema es que a diferencia del resto está usando armas muy cortas como para golpear fácil y a la primera, y si hubiera sido más listo las hubiera arrojado antes de lanzarse en un combate a melle contra Lans, pero fue tarde, nadie se esperaba que cayeran de ese modo como lo hicieron, porque aquel torbellino mortal que responde al nombre de Lans Tartare se llevó puesto a ese enemigo que quedo doblado y cortado de modo violento al igual que el anterior sobre la espada de Lans que mata más por su peso que por su filo. Lo golpeo tantas veces como pudo el príncipe antes de detenerse y observar medio mareado y perdido a su alrededor. Gritos lejanos llegan nuevamente, los cuernos de batalla y los estandartes en lo alto. Una rápida pero más centrada mirada da a entender que ha sobrevivo, por muy poco, y una segunda mirada lleva la alegría de saber que tienen clara ventaja sobre el enemigo que está en condición de recibir un golpe mortal, tal vez el que le ponga fin a esa escaramuza.
Mas lejos de allí, en el templo del oeste Aleishe se siente más tranquila y segura, habla con los refugiados y les lleva esa paz y tranquilidad a los demás que se empiezan a calmar, van estando más en calma hasta lograr estar sumamente tranquilos como deberían estar todos los días de su vida. Cuando estrecho las manos de los soldados estos se quedaron perplejos, no supieron cómo reaccionar, ya sea por la procedencia de Aleishe o por su belleza, tal vez posiblemente por su rareza, pero sea como sea les costó poder responder como quisieron. Tomaron lentamente esas manos que estrecharon las suyas y tímidamente algunos se animaron a responder las palabras del ángel caído, con pequeñas respuestas como “gracias” o “no se preocupe”, regresando estos a sus puestos habituales así como ella regreso a su lugar en la entrada de la iglesia, aumentando así la seguridad de forma equivalente a todos los sitios, incluida nuevamente la iglesia.
En el oeste todo es calma de momento, pero en el resto de las regiones todo parece de repente ponerse a la inversa y volverse sumamente ruidoso.
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Fecha de inscripción : 23/12/2012
Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
Alza su voz hacia los cielos Lans Tartare, para que así hagan eco a lo largo de la historia. Su nombre no será olvidado en mucho tiempo y se asegurar de que así sea. Su primer impacto fue muy violento, pero ese desgraciado que llego más rápido de los demás demostró ser un hueso duro de roer, y uno muy fuerte y vengativo por la forma en que respondió. El hachazo sobre Lans fue brutal, le apago el cerebro por un instante en el cual el impacto lo dejo fuera de sí cayendo al suelo. Lo golpeo dos veces Lans, la segunda fue suficiente como para abatirlo, abre los ojos rápido el príncipe y se reincorpora velozmente notando el ardor en el cuerpo y la sangre caerle en gran cantidad por la cintura, las piernas hasta teñir su cuerpo y la nieve de rojo. Grita de dolor, la carne abierta y los huesos rotos no son algo agradable, y menos si el chaleco de cuero incluso se te pega contra piel, se humedece por la sangre y se une al cuerpo en algo muy doloroso. Lanzo otro golpe entre gritos tan violentos como los propios golpes que el ejercer-¡Þú munt ekki sjá mig falla!-El grito callo de golpe al sentir el roce de la lanza contra el lado izquierdo de su garganta, por poco y lo matan ahí mismo. Su enemigo no pudo decir lo mismo, grito pero de agonía cuando lo atravesó de lado a lado con su espada, para después sacudir el arma y el cuerpo a girar violentamente contra todo cuanto tuviese cerca sea aliado o enemigo, aunque ya es sabido de antemano que solo tiene enemigos cerca, demasiado cerca, tanto que se lo llevo puesto de ese modo aplastándole el cuerpo tanto con la espada como con el cuerpo de enemigo anterior que aún se mantiene ensartado en su espada.
Para cuando tuvo tiempo de respirar Lans noto dos cosas, la primera es que no tiene enemigos peligrosamente cerca, y la segunda cosa que noto es que la batalla claramente está a su favor tanto en posición como en número. A pesar del dolor eso lo lleno de fuerzas, elevo su espada al cielo para hacerse oír.
-¡Mis buenos barones! ¡Escuchad mi voz! ¡CARGUEN!!-Y luego la bajo de un golpe dibujando un arco descendente en dirección de los enemigos.
No tiene idea de cuánto podrá combatir antes de desfallecer debido a la sangre que se le escapa del cuerpo de a montones, pero si cae será después de haber terminado en el campo de batalla con su buena gente gritando victoriosos.
No tienen mucho más para hacer la caballería que perseguir a los rezagados y eliminarlos, tal vez conseguir algunos prisioneros que si bien no es normal que los del norte paguen ningún tipo de rescate al menos se los puede poner a trabajar. Los arqueros ahora toman una posición más defensiva, si algún enemigo intenta hacer alguna acción heroica de último momento ellos se encargaran de ultimarlo y de mandarlo de regreso con sus ancestros.
Para cuando tuvo tiempo de respirar Lans noto dos cosas, la primera es que no tiene enemigos peligrosamente cerca, y la segunda cosa que noto es que la batalla claramente está a su favor tanto en posición como en número. A pesar del dolor eso lo lleno de fuerzas, elevo su espada al cielo para hacerse oír.
-¡Mis buenos barones! ¡Escuchad mi voz! ¡CARGUEN!!-Y luego la bajo de un golpe dibujando un arco descendente en dirección de los enemigos.
No tiene idea de cuánto podrá combatir antes de desfallecer debido a la sangre que se le escapa del cuerpo de a montones, pero si cae será después de haber terminado en el campo de batalla con su buena gente gritando victoriosos.
No tienen mucho más para hacer la caballería que perseguir a los rezagados y eliminarlos, tal vez conseguir algunos prisioneros que si bien no es normal que los del norte paguen ningún tipo de rescate al menos se los puede poner a trabajar. Los arqueros ahora toman una posición más defensiva, si algún enemigo intenta hacer alguna acción heroica de último momento ellos se encargaran de ultimarlo y de mandarlo de regreso con sus ancestros.
- Spoiler:
- Fuera de juego: Tiro la tirada de general y la de batalla personal para ver que sucede.
Lans Tartare- Mensajes : 376
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Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
El miembro 'Lans Tartare' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Dado Numérico Random' :
#1 Resultados : 2, 8, 9, 3
--------------------------------
#2 'Dado Numérico Random' :
#2 Resultados : 5, 4, 4, 7
#1 'Dado Numérico Random' :
#1 Resultados : 2, 8, 9, 3
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#2 'Dado Numérico Random' :
#2 Resultados : 5, 4, 4, 7
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Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
La situación al parecer comenzó a calmarse y los soldados están revisando, permanecí callada escuchando todo lo que hablaban y además podía sentir que Cataline se tranquilizaba, la verdad desde el incidente en el pueblo he estado nerviosa y no quiero caer de nuevo en eso y gracias al señor no hubo víctimas en ese lugar, seguía al lado de ella cuando termino de hablar el guardia – gracias por estar presente – dije un poco más tranquila
Cuando los guardias se retiraron me centre en mi compañera del momento el cual parecía una madre preocupada por su hijo por la forma en la que me abraza – a lo mejor no es el momento de hablar de mi compañero ya que el llamaría la atención de los guardias por su tamaño más por la mañana seria otra cosa que me dice usted Cataline – hable con calma mientras seguíamos junta en esa habitación.
Cuando los guardias se retiraron me centre en mi compañera del momento el cual parecía una madre preocupada por su hijo por la forma en la que me abraza – a lo mejor no es el momento de hablar de mi compañero ya que el llamaría la atención de los guardias por su tamaño más por la mañana seria otra cosa que me dice usted Cataline – hable con calma mientras seguíamos junta en esa habitación.
Zafira- Mensajes : 152
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(4/4)
Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
tras el pasar un tiempo la alerta parecía calmarse y la verdad me sentía ya cansada, retire la silla la que use para trabar las puertas para luego prepárame para ir a la cama ya que sentía los efectos del cansancio del día, el explorar el castillo es algo agotador y mas cuando el mismo tiene cosas que mostrar – el día en si fue agitado espero que mañana todo este mejor – fueron mis palabras mientras comenzaba a quitarme mis ropas para luego ponerme la pijama que me dieron, el hecho que me estén tratando como una noble se siente extraño y raro en mi – bien es hora de dormir – me tire en la cama para disfrutar el momento para que mi cuerpo se relaje y que se deje llevar por el cansancio del día.
Mimi Houllier- Mensajes : 47
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Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
Tras mi cantar mi entras caminaba hacia la salida sur fue gratamente satisfactorio para mi aunque sé que a muchos no lo habrán escuchado pero eso en realidad no me molesta en lo más mínimo, al llegar a la puerta los guardia de la misma me dijeron que es peligroso viajar sola que sería mejor viajar en el día lo que en verdad es cierto – tienen razón y esperare hasta que amanezca – le hable con educación y respecto – si no es mucha molestia podría esperar con ustedes hasta que el astro sol salga no le ocasionare ninguna molestia – le pregunte mientras me cruzaba de brazos, la verdad no tenía otro sitio a donde ir ya que en la iglesia me veía de mala gana por decir algo y la verdad no me encuentro en territorio conocido para mi y aunque el príncipe me tratase bien en su casa no soy merecedora de ese trato, visto por mi soy un ser con suerte solo eso.
Raquel Aigner- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 18/07/2014
Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
La batalla está en el tramo final de la misma, el oeste ha sido capaz de neutralizar y desplazar a su enemigo como le place de un lado al otro causando heridas mortales en cada golpe que ha acertado. Con mucho valor los soldados son guiados por su comandante y general momentáneo, el hijo del rey del oeste quien los ha guiado prácticamente a una victoria perfecta. No hay prácticamente ni un muerto entre las filas de Lans Tartare, solo algunos heridos de gravedad y mucha perdida material, pero los muertos se los puede contar con los dedos de las manos, esa victoria pasara a la historia como la victoria más clara y contundente que alguna vez ha conseguido un ejército en Asbru, o al menos contra la región norte. Además de ese logro también hay un logro personal por parte del general y comandante de las fuerzas del oeste, la hazaña de vencer solo a tres hombres sin ayuda de nadie más que de sí mismo al salvar a uno de sus hombres, sin dudas hazañas que recorrerán rápidamente las tierras de Asbru al viajar entre el viento y las estrellas.
Golpe a golpe fueron cayendo las tropas enemigas que no encontraron jamás el rumbo correcto al no llegarles la voz de su líder que por momentos pareciera que los abandono a su suerte, cayendo el también en manos de sus enemigos horas después muy mal herida y tras una feroz lucha donde prefería morir en vez de ser tomada prisionera. Su enemigo, aquel que quiso abatir en el campo de batalla enfrenta una batalla mano a mano de nuevo, al borde de la inconsciencia debido a los golpes y heridas de la batalla anterior Lans no pudo evitar todos los peligros del campo de batalla y se tomó en su camino con un feroz enemigo, que viendo como la suerte ya está echada y la batalla completamente perdida decide ir por el mayor y único momento de gloria del día para el norte, tomar la cabeza del general enemigo.
-¡Tartare! Si me voy no lo haré solo- Se lanza a la carga con la espada y el escudo en las manos de frente, una carga recta de un hombre que está decidido a dejar la vida en tan solo ese instante, su historia termina allí ya sea que gane o pierda, después de todo el ejercito del norte fue hecho pedazos, y a pie no tiene prácticamente posibilidades de supervivencia. -Til norðurs!- Con toda la furia que puede reunir ese hombre corpulento y barbudo grita llevando la melena enredada al viento, con el único objetivo de llevarse ya al maltrecho Lans Tartare varios metros bajo tierra junto a él.
Lejos de allí con horas de cabalgata a cuestas el rey del oeste se va acercando de poco a la capital de su reino, pequeño reino del oeste de Asbru, pero reino al fin y al cabo. Las noticias viajan de prisa y el mensaje del retorno del rey llega de un lado a otro a los soldados del oeste, aunque no se dice nada sobre ello, solo guardan silencio y aguardan cumpliendo con su deber. A Raquel se le permite quedarse allí junto a los soldados, a diferencia de los soldados cercanos a la iglesia ellos parecen estar más tranquilos.
-No se preocupe señorita…Aunque aquí sentirá frio, no tenemos mucho donde dar una cobertura decente a una mujer- Se disculpa uno de ellos mientras otro grita desde más lejos haciéndose escuchar por encima del anterior.
-¿Cómo que no tenemos? Somos hombres, tenemos brazos fuertes para cobijar a una mujer- Se empezaron a reír con ello y algunos trataron de mantener el orden y la seriedad que debe tener todo soldado.
-Ve a abrazarte solo por allí, no le digas esas cosas a la dama.-Claramente son rápidos los soldados, en especial con las mujeres hermosas, pero a la mayoría de las mujeres les gusta justamente eso de los soldados, la rudeza, la virilidad, el honor y la valentía.
En el castillo del oeste la noche es ahora sumamente calma, soldados, nobles y plebeyos charlan tranquilos y alegres de que no haya pasado nada grave allí ni en la villa cercana al mismo. Los guardias que están con Cataline y Zafira sonrieron orgullosos al hablar con ellas.
-No es nada señoras, es un honor protegerlas- Y es bien cierto, la mejor forma de juntar buenos puntos son con acciones como esas. Estuvieron allí un rato y luego se retiraron, no es muy bien visto que los hombres estén en la habitación de una mujer a altas horas de la noche por lo que se retiraron tras despedirse de las mujeres de esa habitación que dejan atrás.
-Mmm-Lo pensó un poco la mujer antes de responder a Zafira en lo que respecta a su compañero animal.- De noche no te dejaran salir de aquí, menos me dejaran salir a mí, y personalmente no tengo ninguna intención de dejar el castillo en medio de la noche, ni tampoco lo recomiendo niña, tranquilízate y descansa, que ya sabes bien como están las cosas por aquí…-El tono de voz de la mujer oscila entre la amabilidad y el regaño, por lo visto tiene bastante carácter esa mujer a pesar de mostrarse tan amable y protectora con ella.
Aún falta bastante para el amanecer en Asbru, y mientras algunos disfrutan de la tranquilidad de la noche y descansan apaciblemente otros sangran y mueren en el campo de batalla a cielo abierto bajo los ojos omnipotente de los dioses.
Golpe a golpe fueron cayendo las tropas enemigas que no encontraron jamás el rumbo correcto al no llegarles la voz de su líder que por momentos pareciera que los abandono a su suerte, cayendo el también en manos de sus enemigos horas después muy mal herida y tras una feroz lucha donde prefería morir en vez de ser tomada prisionera. Su enemigo, aquel que quiso abatir en el campo de batalla enfrenta una batalla mano a mano de nuevo, al borde de la inconsciencia debido a los golpes y heridas de la batalla anterior Lans no pudo evitar todos los peligros del campo de batalla y se tomó en su camino con un feroz enemigo, que viendo como la suerte ya está echada y la batalla completamente perdida decide ir por el mayor y único momento de gloria del día para el norte, tomar la cabeza del general enemigo.
-¡Tartare! Si me voy no lo haré solo- Se lanza a la carga con la espada y el escudo en las manos de frente, una carga recta de un hombre que está decidido a dejar la vida en tan solo ese instante, su historia termina allí ya sea que gane o pierda, después de todo el ejercito del norte fue hecho pedazos, y a pie no tiene prácticamente posibilidades de supervivencia. -Til norðurs!- Con toda la furia que puede reunir ese hombre corpulento y barbudo grita llevando la melena enredada al viento, con el único objetivo de llevarse ya al maltrecho Lans Tartare varios metros bajo tierra junto a él.
Lejos de allí con horas de cabalgata a cuestas el rey del oeste se va acercando de poco a la capital de su reino, pequeño reino del oeste de Asbru, pero reino al fin y al cabo. Las noticias viajan de prisa y el mensaje del retorno del rey llega de un lado a otro a los soldados del oeste, aunque no se dice nada sobre ello, solo guardan silencio y aguardan cumpliendo con su deber. A Raquel se le permite quedarse allí junto a los soldados, a diferencia de los soldados cercanos a la iglesia ellos parecen estar más tranquilos.
-No se preocupe señorita…Aunque aquí sentirá frio, no tenemos mucho donde dar una cobertura decente a una mujer- Se disculpa uno de ellos mientras otro grita desde más lejos haciéndose escuchar por encima del anterior.
-¿Cómo que no tenemos? Somos hombres, tenemos brazos fuertes para cobijar a una mujer- Se empezaron a reír con ello y algunos trataron de mantener el orden y la seriedad que debe tener todo soldado.
-Ve a abrazarte solo por allí, no le digas esas cosas a la dama.-Claramente son rápidos los soldados, en especial con las mujeres hermosas, pero a la mayoría de las mujeres les gusta justamente eso de los soldados, la rudeza, la virilidad, el honor y la valentía.
En el castillo del oeste la noche es ahora sumamente calma, soldados, nobles y plebeyos charlan tranquilos y alegres de que no haya pasado nada grave allí ni en la villa cercana al mismo. Los guardias que están con Cataline y Zafira sonrieron orgullosos al hablar con ellas.
-No es nada señoras, es un honor protegerlas- Y es bien cierto, la mejor forma de juntar buenos puntos son con acciones como esas. Estuvieron allí un rato y luego se retiraron, no es muy bien visto que los hombres estén en la habitación de una mujer a altas horas de la noche por lo que se retiraron tras despedirse de las mujeres de esa habitación que dejan atrás.
-Mmm-Lo pensó un poco la mujer antes de responder a Zafira en lo que respecta a su compañero animal.- De noche no te dejaran salir de aquí, menos me dejaran salir a mí, y personalmente no tengo ninguna intención de dejar el castillo en medio de la noche, ni tampoco lo recomiendo niña, tranquilízate y descansa, que ya sabes bien como están las cosas por aquí…-El tono de voz de la mujer oscila entre la amabilidad y el regaño, por lo visto tiene bastante carácter esa mujer a pesar de mostrarse tan amable y protectora con ella.
Aún falta bastante para el amanecer en Asbru, y mientras algunos disfrutan de la tranquilidad de la noche y descansan apaciblemente otros sangran y mueren en el campo de batalla a cielo abierto bajo los ojos omnipotente de los dioses.
- Spoiler:
- Fuera de juego: Iniciativa, ataque y daño del enemigo en duelo contra Lans
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Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
El miembro 'NPC' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Dado Numérico Random' :
#1 Resultados : 2
--------------------------------
#2 'Dado Numérico Random' :
#2 Resultados : 3, 6, 7, 6
--------------------------------
#3 'Dado Numérico Random' :
#3 Resultados : 10, 2, 9, 7, 7, 2
#1 'Dado Numérico Random' :
#1 Resultados : 2
--------------------------------
#2 'Dado Numérico Random' :
#2 Resultados : 3, 6, 7, 6
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#3 'Dado Numérico Random' :
#3 Resultados : 10, 2, 9, 7, 7, 2
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Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
Es fácil para alguien tan vivido en la batalla que esa escaramuza en particular ya está en manos de los suyos, son claramente vencedores de esa contienda. Los muertos que ve en el suelo desparramados por allí y por allá no son conocidos suyos, tampoco portan ropas o insignias que los identifiquen como hombres del oeste, prácticamente todos son enemigos, una victoria tan clara como el agua. Las órdenes impartidas por él y los que siguen en la cadena de mando hacen todo el resto, aunque en su caso particular aún hay algo más por hacer, y más le conviene hacerlo bien porque puede ser que sea lo último que haga en su vida incluso obteniendo tan aplastante victoria a su favor.
Mientras el oeste da caza a los pocos que logran huir del campo de batalla festejando por la victoria Lans en particular tiene que pasar por encima de un último enemigo antes de poder finalmente celebrar como lo hacen todos los demás. El enemigo está demasiado cerca suyo como para ignorarlo, y están solos ambos, correr y huir de él no es una opción que se le pase por la cabeza aun estando herido como esta.
-Ya se los dije antes, no me verán caer-Vuelve a repetirlo una vez más mirando a la cara de ese enemigo que con espada y escudo en mano no tiene mejor idea que hacer lo que los hombres valientes hacen, cargar violentamente contra su enemigo para arrebatarle la vida o morir en el intento. El enemigo corre de prisa, en cargas cortas los guerreros como ese son mortales, lo entiende bien Lans ya que él es de ese tipo, solo pudiendo combatir en cuerpo a cuerpo y a caballo, la gente como él no tiene muchas opciones en el combate mano a mano, solo pelear valientemente hasta matar y morir. No hay mucha ciencia en ese encuentro, Lans corre contra su enemigo de modo rápido y feroz gritando y el enemigo hace lo mismo, si bien son diferentes en estilo y apariencia incluso en creencias a la hora de la verdad un hombre es lo que es, y ahí es donde ese tipo y Lans encuentran la similitud, de cara a la muerte el uno contra el otro. Opta Lans por atacar por el lado izquierdo de su cuerpo, tratando de alcanzar el hombro derecho del enemigo. Usa esa dirección porque es el sitio que menos le duele, apunta desde lo alto ya que liberar un golpe ascendente en esa condición no resultara muy bien que digamos, por lo que mejor levantar el arma lo más que se pueda y dejarla caer con toda la fuerza con la que se puede acompañar contra el objetivo, rezando para que sea lo suficientemente rápido y fuerte como para eliminar al enemigo antes de que este lo haga con él.
Mientras el oeste da caza a los pocos que logran huir del campo de batalla festejando por la victoria Lans en particular tiene que pasar por encima de un último enemigo antes de poder finalmente celebrar como lo hacen todos los demás. El enemigo está demasiado cerca suyo como para ignorarlo, y están solos ambos, correr y huir de él no es una opción que se le pase por la cabeza aun estando herido como esta.
-Ya se los dije antes, no me verán caer-Vuelve a repetirlo una vez más mirando a la cara de ese enemigo que con espada y escudo en mano no tiene mejor idea que hacer lo que los hombres valientes hacen, cargar violentamente contra su enemigo para arrebatarle la vida o morir en el intento. El enemigo corre de prisa, en cargas cortas los guerreros como ese son mortales, lo entiende bien Lans ya que él es de ese tipo, solo pudiendo combatir en cuerpo a cuerpo y a caballo, la gente como él no tiene muchas opciones en el combate mano a mano, solo pelear valientemente hasta matar y morir. No hay mucha ciencia en ese encuentro, Lans corre contra su enemigo de modo rápido y feroz gritando y el enemigo hace lo mismo, si bien son diferentes en estilo y apariencia incluso en creencias a la hora de la verdad un hombre es lo que es, y ahí es donde ese tipo y Lans encuentran la similitud, de cara a la muerte el uno contra el otro. Opta Lans por atacar por el lado izquierdo de su cuerpo, tratando de alcanzar el hombro derecho del enemigo. Usa esa dirección porque es el sitio que menos le duele, apunta desde lo alto ya que liberar un golpe ascendente en esa condición no resultara muy bien que digamos, por lo que mejor levantar el arma lo más que se pueda y dejarla caer con toda la fuerza con la que se puede acompañar contra el objetivo, rezando para que sea lo suficientemente rápido y fuerte como para eliminar al enemigo antes de que este lo haga con él.
- Spoiler:
- Tirada de iniciativa, ataque y daño
Lans Tartare- Mensajes : 376
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Hoja de personaje
CUERPO:
(5/5)
MENTE:
(5/5)
ESPÍRITU:
(5/5)
Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
El miembro 'Lans Tartare' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
#1 'Dado Numérico Random' :
#1 Resultados : 1
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#2 'Dado Numérico Random' :
#2 Resultados : 9, 10, 1, 7
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#3 'Dado Numérico Random' :
#3 Resultados : 1, 3, 9, 2, 6, 3, 8
#1 'Dado Numérico Random' :
#1 Resultados : 1
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#2 'Dado Numérico Random' :
#2 Resultados : 9, 10, 1, 7
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#3 'Dado Numérico Random' :
#3 Resultados : 1, 3, 9, 2, 6, 3, 8
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Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
Y así fue como mis palabras de agradecimiento para esas personas parecieron surtir un efecto poco esperado para mi. No esperaba nada de aquello, sin embargo obtuve silencios, seguidos de palabras de agradecimiento. Parecia que me miraban de manera extraña, pero no como antes. ahora bien. Quizas por haberles dicho eso les habia alegrado en algun modo, pero eso poco a poco lo entenderia. Por el momento no podia saber nada, no sin explicaciones. sonrei yo tambien agradecida y volvía la iglesia.
Misteriosamente, sin poder entenderlo, vi como los guardias comenzaron a dividirse y colocarse en sus lugares correspondientes, protegiendo todos los lugares de alli, incluida la iglesia. Sonrei sin poder creermelo ¿lo habia conseguido? ¿habia logrado que me ayudasen a proteger la iglesia?. No entendia como ivan las cosas alli, pero lo habia conseguido. Me acerque a quienes protegian la iglesia y les hable.
-Muchisimas gracias por volver.
Dije tranquila y quedandome alli tambien, sin faltar a mi palabra. Aunque si me llamaban desde dentro ahora podria ir sin problemas. Todo iva bien porfin y fuera las cosas ivan bien, entonces dentro posiblemente irian mucho mejor.
Misteriosamente, sin poder entenderlo, vi como los guardias comenzaron a dividirse y colocarse en sus lugares correspondientes, protegiendo todos los lugares de alli, incluida la iglesia. Sonrei sin poder creermelo ¿lo habia conseguido? ¿habia logrado que me ayudasen a proteger la iglesia?. No entendia como ivan las cosas alli, pero lo habia conseguido. Me acerque a quienes protegian la iglesia y les hable.
-Muchisimas gracias por volver.
Dije tranquila y quedandome alli tambien, sin faltar a mi palabra. Aunque si me llamaban desde dentro ahora podria ir sin problemas. Todo iva bien porfin y fuera las cosas ivan bien, entonces dentro posiblemente irian mucho mejor.
Aleishe- Mensajes : 335
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Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
El oeste festeja su victoria mientras el príncipe de dicha región cae derribado al frio suelo bajo sus pies. El impacto al chocar con su enemigo fue tan duro que giro y cayo a la tierra de espaldas quedando boca arriba mirando al cielo mientras su cuerpo pesado se niega a moverse, ya resignado por las heridas y el cansancio no puede más ese hombre que respirar profundo y esperar, su suerte está echada y nada hay que él pueda hacer.
Se acalla el campo de batalla a tal punto que se escuchan claramente las voces de los hombres y el relinchar de las monturas que deambulan por el campo de batalla en busca de heridos, de muertos y de botines para sustentar la guerra. Así encuentran a Lans Tartare tendido boca arriba, rápidamente y con desesperación en el corazón tratan de auxiliarlo lo mejor que pueden, algo muy complicado sin los conocimientos ni las herramientas necesarias para ello. Le quitan la armadura difícilmente pero el problema reside en el chaleco de cuero del príncipe el cual le ha entrado en gran parte hasta las entrañas, sacar el chaleco así como así es sacarle también un pedazo de carne, de hueso o de tripa a Lans lo cual puede causarle indudablemente la muerte.
-Esto…Esto es muy malo, no podemos retirar parte del chaleco, y si no lo hacemos no podemos cerrar la herida, continuara perdiendo sangre hasta morir…-Se alarman todos mientras preparan una especie de carreta que pueda trasportar rápidamente a Lans tendido detrás en la parte del cargamento. –Tiene que resistir lo más que pueda, iremos al pueblo más cercano donde puede que haya alguien para ayudar…-Le gustaría decir a ese hombre que irían directamente a la capital del oeste, pero duda mucho de qu Lans logre llegar con vida a una travesía que indudablemente les tomara horas. A prisa parte una carreta con cuatro monturas bien escoltadas mientras otros se quedan en el campo de batalla recogiendo lo ganado, y rezando para que el príncipe del oeste no pase a ser un muerto en combate.
En la ciudad pasan las horas y los soldados ya van festejando el arribo del astro solar, en pocos minutos normalmente las primeras luces del alba suelen aparecer lejos en el horizonte, y luego es solo cuestión de relajarse y observar el maravilloso y milagroso espectáculo del amanecer.
En la iglesia casi todos duermen, son muy pocos los que permanecen despiertos entre ellos Aleishe que puede relajarse, nada extraño sucede en el trascurso de las horas.
En el castillo del oeste la mayoría duerme, pero muy poco comenzaran a despertar sus buenas gentes para iniciar otra dura jornada laboral y permitir así que otros por fin puedan descansar.
Con las primeras luces del sol llega el calor imaginario de los mortales que ya se imaginan rodeados de los rayos solares y de su gracia, y mayor fue su júbilo al observar en el horizonte lejano los estandartes del oeste y un gran grupo de sombras que van tomando forma a medida que los minutos pasan, reconociendo rápidamente a cada uno de los que allí se acercan.
-¡EL REY TARTARE VUELVE A CASA!- Anuncia aquel que tiene mejor visión que el resto, y con la alegría y los gritos de los soldados que se esparcen de un lado a otro tocan los cuernos anunciado la llegada del gran monarca de esas tierras. Se sorprenden un poco de no notar al príncipe entre ellos, de hecho hay muchos que no están entre los que cabalgan con el rey, pero no se notan cansados ni heridos así que descartan hayan estado en batalla, ignorando así que en verdad la hubo, pero solo una pequeña parte del oeste participo en ella siendo Lans quien guió esa pequeña parte a la cabeza de la misma.
Se acalla el campo de batalla a tal punto que se escuchan claramente las voces de los hombres y el relinchar de las monturas que deambulan por el campo de batalla en busca de heridos, de muertos y de botines para sustentar la guerra. Así encuentran a Lans Tartare tendido boca arriba, rápidamente y con desesperación en el corazón tratan de auxiliarlo lo mejor que pueden, algo muy complicado sin los conocimientos ni las herramientas necesarias para ello. Le quitan la armadura difícilmente pero el problema reside en el chaleco de cuero del príncipe el cual le ha entrado en gran parte hasta las entrañas, sacar el chaleco así como así es sacarle también un pedazo de carne, de hueso o de tripa a Lans lo cual puede causarle indudablemente la muerte.
-Esto…Esto es muy malo, no podemos retirar parte del chaleco, y si no lo hacemos no podemos cerrar la herida, continuara perdiendo sangre hasta morir…-Se alarman todos mientras preparan una especie de carreta que pueda trasportar rápidamente a Lans tendido detrás en la parte del cargamento. –Tiene que resistir lo más que pueda, iremos al pueblo más cercano donde puede que haya alguien para ayudar…-Le gustaría decir a ese hombre que irían directamente a la capital del oeste, pero duda mucho de qu Lans logre llegar con vida a una travesía que indudablemente les tomara horas. A prisa parte una carreta con cuatro monturas bien escoltadas mientras otros se quedan en el campo de batalla recogiendo lo ganado, y rezando para que el príncipe del oeste no pase a ser un muerto en combate.
En la ciudad pasan las horas y los soldados ya van festejando el arribo del astro solar, en pocos minutos normalmente las primeras luces del alba suelen aparecer lejos en el horizonte, y luego es solo cuestión de relajarse y observar el maravilloso y milagroso espectáculo del amanecer.
En la iglesia casi todos duermen, son muy pocos los que permanecen despiertos entre ellos Aleishe que puede relajarse, nada extraño sucede en el trascurso de las horas.
En el castillo del oeste la mayoría duerme, pero muy poco comenzaran a despertar sus buenas gentes para iniciar otra dura jornada laboral y permitir así que otros por fin puedan descansar.
Con las primeras luces del sol llega el calor imaginario de los mortales que ya se imaginan rodeados de los rayos solares y de su gracia, y mayor fue su júbilo al observar en el horizonte lejano los estandartes del oeste y un gran grupo de sombras que van tomando forma a medida que los minutos pasan, reconociendo rápidamente a cada uno de los que allí se acercan.
-¡EL REY TARTARE VUELVE A CASA!- Anuncia aquel que tiene mejor visión que el resto, y con la alegría y los gritos de los soldados que se esparcen de un lado a otro tocan los cuernos anunciado la llegada del gran monarca de esas tierras. Se sorprenden un poco de no notar al príncipe entre ellos, de hecho hay muchos que no están entre los que cabalgan con el rey, pero no se notan cansados ni heridos así que descartan hayan estado en batalla, ignorando así que en verdad la hubo, pero solo una pequeña parte del oeste participo en ella siendo Lans quien guió esa pequeña parte a la cabeza de la misma.
- Spoiler:
- Fuera de juego: Lans debe tirar cuerpo + supervivencia, de fallar la tirada por debajo de 20 empeorara su condición desde la inconsciencia hasta lentamente acercarse a morir.
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Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
El hecho de estar con la protección de los soldados que resguardan el castillo y sus habitantes del mismo hace que me sienta más tranquila, cuando ellos se retiraron de la habitación solo escuche a mi compañera, la cual me ah cuidado y aconsejado, dejando en claro que es tarde para salir en búsqueda de mi compañero y que no me dejaría hacerlo y también con todo ese alboroto los guardias están pendiente de todo – comprendo y seré paciente en esperar a que amanezca – dije con una voz calmada, esa señor me hacia estar tranquila y calmada dejando que mis nervios no me controlen – creo que iré a la cama la verdad me siento cansada y también usted debe de estarlo o me equivoco – comente.
Zafira- Mensajes : 152
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Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
No fue justamente un escenario feliz el que se puede ver al terminar la batalla, los hombres del oeste dan el golpe de gracia a todos aquellos que no pueden ser salvado sin discriminar entre aliados ni enemigos, después de todo los allí comparten el mismo destino de todo guerrero, excepto que a ellos dejo de sonreírles la suerte. Otros mueren por irrespetuosos, por lo que quedan muy pocos como prisioneros de guerra.
Pasa el tiempo y encuentran a Lans tendido en el suelo malherido y sin poder ponerse en pie por sus propios medios, saben bien que paso, sus acciones heroicas delante del campo de batalla en primera línea no son ignoradas para nada, mucho menos serán olvidadas, pero la verdad es que la tristeza los invade en plena victoria ya que puede costarles muy caro, demasiado.
Trata Lans de sonreír y de saludar a todos aquellos que se acercan a él pero no puede, su cuerpo no lo permite y tras escuchar a los soldados que intentan auxiliarlo entiende el porqué de sus caras y de su dolor.
-No teman mis buenas mesnadas ¡Que aún no he muerto! Resistiré todo lo que haya que resistir-Alzo su voz en un principio para responder y dar ánimos a su gente pero no pudo hacerlo por más de un instante. Se alzaron más voces respondiendo a su príncipe mientras lo suben a una carreta improvisada con muchos caballos para tirar de la misma y hacer así el viaje lo más rápido posible. De inmediato empiezan el viaje estando el acostado en la parte de atrás de la carreta sujeto por sogas y soldados que cuidan que su príncipe no se mueva bruscamente con los movimientos bruscos de la carreta que debido a la urgencia viaja lo más rápido posible por caminos salvajes e improvisados. Sabe bien Lans que todo allí depende de si mismo, por lo que cierra los ojos y se concentra en conservar sus fuerzas, deseando sobrevivir a toda costa.
Pasa el tiempo y encuentran a Lans tendido en el suelo malherido y sin poder ponerse en pie por sus propios medios, saben bien que paso, sus acciones heroicas delante del campo de batalla en primera línea no son ignoradas para nada, mucho menos serán olvidadas, pero la verdad es que la tristeza los invade en plena victoria ya que puede costarles muy caro, demasiado.
Trata Lans de sonreír y de saludar a todos aquellos que se acercan a él pero no puede, su cuerpo no lo permite y tras escuchar a los soldados que intentan auxiliarlo entiende el porqué de sus caras y de su dolor.
-No teman mis buenas mesnadas ¡Que aún no he muerto! Resistiré todo lo que haya que resistir-Alzo su voz en un principio para responder y dar ánimos a su gente pero no pudo hacerlo por más de un instante. Se alzaron más voces respondiendo a su príncipe mientras lo suben a una carreta improvisada con muchos caballos para tirar de la misma y hacer así el viaje lo más rápido posible. De inmediato empiezan el viaje estando el acostado en la parte de atrás de la carreta sujeto por sogas y soldados que cuidan que su príncipe no se mueva bruscamente con los movimientos bruscos de la carreta que debido a la urgencia viaja lo más rápido posible por caminos salvajes e improvisados. Sabe bien Lans que todo allí depende de si mismo, por lo que cierra los ojos y se concentra en conservar sus fuerzas, deseando sobrevivir a toda costa.
Lans Tartare- Mensajes : 376
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Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
El miembro 'Lans Tartare' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados
'Dado Numérico Random' :
Resultados : 2, 4, 5, 1, 7, 5
'Dado Numérico Random' :
Resultados : 2, 4, 5, 1, 7, 5
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Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
El estar con los soldados y el escucharlos hablar y comportarse de esa manera hace que me dé un poco de gracia ya que en si no me molestan esos comentarios, más bien esas palabras les ayuda a la moral de ellos mismo – están un poco graciosos esta noche no – comente mostrando una sonrisa en mi rostro – con tan solo esperar a que el astro sol salga será suficiente muchachos no seré ninguna molesta para ustedes – dije mientras los miraba con tranquilidad.
El estrujar de mis brazos entre sí para entrar en un poco de calor mientras espero el amanecer solo el escuchar hablar y sentir las mirada de algunos de los soldados hace que este un poco pendiente de mi alrededor mas no me siento amenazada por ninguno de ellos, el ver como las primeras luces del amanecer se muestra por el horizonte es gratificante para mí ya que va mostrando el tiempo de partir mas algo en si me llama un poco la atención, en el camino en si se ve un grupo de sombras el cual me intriga un poco y el escuchar la voz de uno de los vigías me quedo en el sitio – el Rey – fue lo primero que dije con voz de asombro, hace poco conocí a su hijo el cual me llevo al castillo junto con una mujer y alguien cercano a él y conocer al Rey aunque sea con la mirada seria bien ya que no sé como es el en sí.
El estrujar de mis brazos entre sí para entrar en un poco de calor mientras espero el amanecer solo el escuchar hablar y sentir las mirada de algunos de los soldados hace que este un poco pendiente de mi alrededor mas no me siento amenazada por ninguno de ellos, el ver como las primeras luces del amanecer se muestra por el horizonte es gratificante para mí ya que va mostrando el tiempo de partir mas algo en si me llama un poco la atención, en el camino en si se ve un grupo de sombras el cual me intriga un poco y el escuchar la voz de uno de los vigías me quedo en el sitio – el Rey – fue lo primero que dije con voz de asombro, hace poco conocí a su hijo el cual me llevo al castillo junto con una mujer y alguien cercano a él y conocer al Rey aunque sea con la mirada seria bien ya que no sé como es el en sí.
Raquel Aigner- Mensajes : 35
Fecha de inscripción : 18/07/2014
Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
Fue una risa general la que se escuchó al escuchar la respuesta de esa hermosa mujer cuando hablo de los soldados y su estado de ánimo, siempre y cuando no haya problemas ellos estarán de buen humor. La actitud de los soldados cambio al saber que el rey vuelve a casa con los suyos, se tomaron las cosas más en serio y formaron de modo acorde muestra lo establecido cuando del rey se trata, del rey o de algún miembro de la familia real. Minutos más tarde jinetes salieron al encuentro de la comitiva que vuelve a casa y escoltaron al rey y su buena gente de regreso a la ciudad saludando y felicitando a sus soldados por haber hecho un buen trabajo en su ausencia. Junto con él se encuentran el maestro de armas y el obispo Bishop quienes también se unen en palabras alentadoras con los soldados que quedaron a cargo de la ciudad, y con los plebeyos que se despiertan y se acercan a visualizar y saludar a los recién llegados.
-¡Saludos mis buenas mesnadas! Alegraos de corazón por esta reunión, malas nuevas nos acechan, pero nada que no podamos superar con valor y hermandad-Alienta a sus gentes el rey Tartare, en su vuelta a casa ya deja saber que las cosas no han sido color de rosa, pero tampoco muestra un panorama negro ni desalentador, por lo que con su gran carisma y su férreo liderazgo de la región consigue que la población no se preocupe en demasía con anticipación. Ingresan a la ciudad entre la plebe a paso gallardo dando así un espectáculo para aquello que los observan, manteniendo la alegría y la seguridad de las personas lo más alto que pueden a base de buen cabalgar, de palabras bonitas y bien elegidas así como también de las bendiciones del obispo Bishop quien se separa del grueso de la comitiva para regresar al templo de la ciudad y tomar su lugar y el liderazgo de los fieles del Master.
Todo es alegría en la iglesia de la capital del oeste al ver al obispo Bishop dirigirse a las puertas de la misma, fue una gran reunión entre fieles y guía espiritual, aunque no muy numerosa debido a lo temprano sobre la ciudad, sin mencionar que no mando a nadie a avisar de su llegada, simplemente se presentó allí por sus propios medios siendo ese accionar algo de lo más común del mundo para alguien como él.
-Lo han hecho bien mis pequeñas ovejas, el Master nos recompensa con un bello sol en la mañana-Menciona el obispo señalando el horizonte, claramente será un lindo día de verano con pocas nubes.
Todo parece pintar muy bien en el oeste, pero cuando llegan al castillo del rey más de uno comienza a hacer preguntas sobre el príncipe y su notable ausencia ¿Dónde está el? ¿Qué sucede con todos los soldados y caballeros que claramente no están allí? Más de uno quiere saber que ha sido de su vecino, de su pariente, de su hijo o amante, y lo mejor que pueden pensar es que están en alguna especie de misión o patrullaje que los mantiene retrasados y lejos de casa, porque nadie cree que hayan combatido en Tierra de Dioses, después de todo se los ve intactos y para nada fatigados. Pero lejos de allí ellos tratan de regresar lo más rápido posible con la vida del príncipe en las manos, aferrándola fuertemente para evitar que esta se les escape de las manos.
-¡Saludos mis buenas mesnadas! Alegraos de corazón por esta reunión, malas nuevas nos acechan, pero nada que no podamos superar con valor y hermandad-Alienta a sus gentes el rey Tartare, en su vuelta a casa ya deja saber que las cosas no han sido color de rosa, pero tampoco muestra un panorama negro ni desalentador, por lo que con su gran carisma y su férreo liderazgo de la región consigue que la población no se preocupe en demasía con anticipación. Ingresan a la ciudad entre la plebe a paso gallardo dando así un espectáculo para aquello que los observan, manteniendo la alegría y la seguridad de las personas lo más alto que pueden a base de buen cabalgar, de palabras bonitas y bien elegidas así como también de las bendiciones del obispo Bishop quien se separa del grueso de la comitiva para regresar al templo de la ciudad y tomar su lugar y el liderazgo de los fieles del Master.
Todo es alegría en la iglesia de la capital del oeste al ver al obispo Bishop dirigirse a las puertas de la misma, fue una gran reunión entre fieles y guía espiritual, aunque no muy numerosa debido a lo temprano sobre la ciudad, sin mencionar que no mando a nadie a avisar de su llegada, simplemente se presentó allí por sus propios medios siendo ese accionar algo de lo más común del mundo para alguien como él.
-Lo han hecho bien mis pequeñas ovejas, el Master nos recompensa con un bello sol en la mañana-Menciona el obispo señalando el horizonte, claramente será un lindo día de verano con pocas nubes.
Todo parece pintar muy bien en el oeste, pero cuando llegan al castillo del rey más de uno comienza a hacer preguntas sobre el príncipe y su notable ausencia ¿Dónde está el? ¿Qué sucede con todos los soldados y caballeros que claramente no están allí? Más de uno quiere saber que ha sido de su vecino, de su pariente, de su hijo o amante, y lo mejor que pueden pensar es que están en alguna especie de misión o patrullaje que los mantiene retrasados y lejos de casa, porque nadie cree que hayan combatido en Tierra de Dioses, después de todo se los ve intactos y para nada fatigados. Pero lejos de allí ellos tratan de regresar lo más rápido posible con la vida del príncipe en las manos, aferrándola fuertemente para evitar que esta se les escape de las manos.
- Spoiler:
- Bien, este tema va finalizando, comienza a amanecer por lo que aquellos que queden en el evento pueden mencionar donde y como estarán cuando termine este tema.
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Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
Tras los eventos ocurridos anoche pude descansar tranquilamente, el sentir el frio de la mañana el cual hace que me levante y el estirarme un poco – que bien dormí – dije mientras me estiraba en la cama, me quite las sabanas de enzima para salir de la cama al baño para poder asearme correctamente, el agua fría en si hace que me termine de avispar – lo que extraño de mi casa es el servicio de agua caliente pero bueno son cosas – me dije a mi misma mientras tomaba la toalla y me secaba.
Tras arreglarme salí de la habitación con mi libreta de nota hacia el comedor donde pude notar a varios guardias un poco alterados distinto a lo que paso anoche – que estará pasando esta vez – me dije a mi misma, cuando llegue al comedor simplemente tome una manzana y me senté en una mesa apartada para seguir escribiendo en la libreta.
Tras arreglarme salí de la habitación con mi libreta de nota hacia el comedor donde pude notar a varios guardias un poco alterados distinto a lo que paso anoche – que estará pasando esta vez – me dije a mi misma, cuando llegue al comedor simplemente tome una manzana y me senté en una mesa apartada para seguir escribiendo en la libreta.
Mimi Houllier- Mensajes : 47
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Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
Me quede alli la noche entera, guardando la iglesia y apoyando a unos y otros en sus esperanzas de estar vivos y a salvo. Aquella noche fue tranquila, muy tranquila de echo. Lo que dejaba claro que el mal momento habia pasado y que ahora solo quedaba descansar. Porfin respiraba tranquila y ahora que parecia que mi trato con aquellos guardias mejoraba mi sensación era realmente reconfortante. Sentia que habia echo algo bien, sin ordenes ni negaciones. Habia echo algo bien con toda la libertad del mundo y al parecer, habia obrado bien. Por ello me sentia extrañamente feliz.
Entonces se escucharon gritos y voces en la lejania y entonces vi como había gente que se apilaba para mirar mientras grritaban por el rey. al parecer habian vuelto. ¿significaba eso una victoria? Posiblemente si. Me gustaba estar alli, el unico lugar conocido por mi donde estaba bien y las cosas no parecian ir a peor, simplemente mejorar. Asi que viendo como pasaban por las calles, salude como uno mas de todos al rey que volvía, llena de orgullo y felicidad. sin embargo sus palabras me dejaron una mala sensación. Aquello no habia terminado, y posiblemente seria mucho mas duro de ahora en adelante. Luego vi al obispo avanzar con todos esos soldados, pero me faltaba gente en aquel grupo de guerreros. El principe que me habia dejado entrar en sus tierras.¿ acaso habia tenido problemas? Luego vi como el obispo se separo y fue hacia la iglesia para hablar con todos los que estabamos alli de manera calmada y tranquila. Transmitiendo paz como nadie mas, dejando claro que el master estaba alli para proteger a todo el mundo.
-Bienvenido obispo Bishop. Espero haber ayudado en su ausencia...
Dije sonriendo al recien llegado y deseando preguntar por mas gente, incluido por el unido conocido de aquellos que se habian marchado. sin ambargo, el cansancio mio y posiblemente el del obispo me hicieron preferir preguntar otro dia y en otro momento. Mire a los guardias de la puerta y sonrei mientras me despedía de ellos. Luego entre en la iglesia y avancé hacia las habitaciones para despues, si nadie llamaba mi atencion, dormir un rato.
Entonces se escucharon gritos y voces en la lejania y entonces vi como había gente que se apilaba para mirar mientras grritaban por el rey. al parecer habian vuelto. ¿significaba eso una victoria? Posiblemente si. Me gustaba estar alli, el unico lugar conocido por mi donde estaba bien y las cosas no parecian ir a peor, simplemente mejorar. Asi que viendo como pasaban por las calles, salude como uno mas de todos al rey que volvía, llena de orgullo y felicidad. sin embargo sus palabras me dejaron una mala sensación. Aquello no habia terminado, y posiblemente seria mucho mas duro de ahora en adelante. Luego vi al obispo avanzar con todos esos soldados, pero me faltaba gente en aquel grupo de guerreros. El principe que me habia dejado entrar en sus tierras.¿ acaso habia tenido problemas? Luego vi como el obispo se separo y fue hacia la iglesia para hablar con todos los que estabamos alli de manera calmada y tranquila. Transmitiendo paz como nadie mas, dejando claro que el master estaba alli para proteger a todo el mundo.
-Bienvenido obispo Bishop. Espero haber ayudado en su ausencia...
Dije sonriendo al recien llegado y deseando preguntar por mas gente, incluido por el unido conocido de aquellos que se habian marchado. sin ambargo, el cansancio mio y posiblemente el del obispo me hicieron preferir preguntar otro dia y en otro momento. Mire a los guardias de la puerta y sonrei mientras me despedía de ellos. Luego entre en la iglesia y avancé hacia las habitaciones para despues, si nadie llamaba mi atencion, dormir un rato.
Aleishe- Mensajes : 335
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Fecha de inscripción : 18/01/2013
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Re: Prologo una guerra, sexta parte: Dia del Destino
Fin del evento, termina el Prologo de una guerra. Muchas gracias a todos por participar, este evento que consto de 6 partes llevo dos años en llevarse a cabo, y la mayoría de ustedes ha estado aquí desde el primer día.
Tema Finalizado, Lans, Aleishe, Risty, Mimi, Seikato, Kurayami, Zafira, Natzume y Raquel obtienen 7 puntos de experiencia.
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