Mi primer día en este mundo raro [libre]

Un día con pocas nubes, y buena temperatura, unos diez grados, una buena temperatura, al menos para ser verano. No se se mucha viene en los alrededores y los pájaros vuelan alto, aprovechando así el buen día, humanos y animales, parecieran estar de acuerdo en que es un buen día para cazar.
Lans junto algunos hombres salio a cazar, salio acompañado de algunos hombres para aquella tarea, cazadores, gente que sabe rastrear un animal y que sabe como acorralarlos fue lo que llevo, con picas y ballestas. Tras unas horas de ser guiado por los cazadores, dieron con un gran oso pardo, por lo que con astucia fueron trazando el plan, llevándolo a cabo al pie de la letra. Tras unas fintas, corridas, y a base de lanza y ballesta tumbaron al gran y feroz animal. Entre todos los subieron a una carreta que tirada por bueyes se encamino de regreso a la fortaleza, mientras los otros buscaron algunos conejos y pájaros que cazar.

Durante la caza Lans tuvo que correr por su vida y cayo al suelo, quedando algo embarrado, incluso algo de sangre salio de su cabeza, nada grave, pero si algo molesto, por lo que aprovechando el día se desvió un momento del camino, yendo al lago, donde se limpiaría la herida y luego de ello regresaría con sus hombres, para volver todos al castillo.

No parecía ver nadie, solo las aguas cristalinas y heladas del lago, con la nieve alrededor derritiéndose de a poco, dentro de unas horas al pasar el mediodía no quedaría nada de nieve por allí. Se saco los gruesos guantes de cuero y tras arrodillarse a los pies del lago mojo las manos en sus puras aguas, pero el ondular de las mismas lo sorprendió, por lo que levanto la vista y encontró una mujer desnuda, una bella desnuda. La sorpresa lo dejo tan helado como las aguas del lago, una preciosidad morena se estaba bañando, una semi locura, el agua debe estar helada, aunque el podría ahora, estar con ella en el agua sin sentir frió alguno. Tras salir de su sorpresa, se puso de pie y se dio la vuelta, presto a dejar ese lugar y a esa mujer que no parece humana, parece una elfa morena, como salida de un sueño, un sueño de esos que no le podría narrar a su pequeña hija Shurelya.

La sensual mujer, sensual es poco, Lans no sabe que palabra usar para describirla, se fue acercando hasta el, mientras explica que hace allí, aunque al joven señor de la fortaleza del oeste no le interesa en nada lo que haga allí, el solo fue a lavarse una leve herida y nada mas, tiene responsabilidades, y gente que le esta esperando a unos cientos de metros de allí. Ella se presento como Risty Keikodi, un nombre extranjero sin dudas, y eso explicaría porque es una chica sin hogar, y el porque necesita el trabajo.

-Es verdad, o al menos, las ancianas de Asbru creen que las aguas heladas rejuvenecen la piel. Pero, vístete, si quieres hablar seriamente conmigo deberás estar vestida, como lo hace cualquier persona común y honrada-Espero un tiempo antes de voltear, para dar tiempo a la jovencita a que se vistiera. No dejo de pensar nunca en su fallecida esposa, no sabe porque, pero su imagen se le clavo entre las sienes, no dejando ver el resto con claridad.

-Mi nombre es Lans Tartare, heredero de Beld Tartare, señor del oeste de Asbru.-Llevo su mano con solemnidad, hasta su pecho, y tras presentarse, tomo la palabra nuevamente.- En esta tierra difícil, las personas trabajadoras siempre son bienvenidas. pero solo aquellas honradas y leales. Sed leal, honrada, trabajadora, y entonces, tendrás techo, tendrás comida, tendrás protección, dinero en tus bolsillos y tal vez hasta tu propia tierra donde formar tu propia familia. Eso puedo prometerte yo como tu señor, si deseas ser un vasallo de la familia Tartare es lo que puedo prometerte-Ciertamente es el hijo de un señor, sus modales, sus gestos, el tono de su voz es la de un señor, para eso ha sido preparado, o al menos, desde hace algunos años esta siendo preparado para serlo.

Se pregunta el heredero del oeste si de verdad ese es su día de suerte, no ha sido un día malo. El sol brilla en el cielo, algo pálido como de costumbre, pero brilla al fin y al cabo, los vientos son generosos, ha podido cazar, y ahora se encuentra con una hermosa dama saliendo del lago, como si fuera un sueño, uno que no se puede sacar de la cabeza. La joven vestida de pies a cabeza se acerco hasta el quien le explico quien es y cuales son sus formas de tratar con un hombre o mujer a su servicio, lo cual parece haber encantado a la dama frente a su persona, quien le tomo de la mano y mirándolo a los ojos dijo ser todo aquello que el busca, por lo que le ofreció una leve sonrisa, leve pero sincera.

-Entonces, Risty Keikodi, prometo proteger tu vida, hacer que la misma sea una vida digna, y procurare nunca hacer que lleves a cabo una tarea deshonrosa-Ahora fue el quien la tomo de la mano y beso el revés de la misma, como si ella fuera una dama de noble cuna. Costumbres que su padre ha tomado al llegar a Asbru, costumbre que Lans tomo de su padre, lo ve caballeroso y ciertamente sincero.

-Ten cuidado en Asbru, la mayor de las personas mueren por subestimar al frió-Se irguió de nuevo y la miro a los ojos, hermosos ojos, hermoso rostro, totalmente hermosa, pareciera una trampa mortal hecha a la perfección a la hora de atraer un hombre.-Bueno, ahora estamos en verano, y algunas personas pueden soportar un baño en el lago, pero ya sentirás en carne propia el poder del frió cuando llegue el invierno. Por ahora, simplemente acompáñame, te llevare al castillo del oeste, donde vive la familia Tartare junto a sus leales vasallos, ahora habrá allí un lugar para ti.- Soltó la mano de la joven con cuidado, como si costara algo de trabajo aquello, para así ir a reunirse con los cazadores y volver todos juntos al castillo del oeste.

Ser cuidado y ser mimado, de eso necesita seguro, cada tanto, a veces las responsabilidades son tantas que parecen aplastarlo, otra razón mas para estimar a su padre, quien parece mas duro que el acero, siempre al frente sin vacilar, nunca se quiebra, siempre lleva la familia al hombro, incluso en los momentos en los que Lans se ha derrumbado de tal forma que parecía no iba a levantarse nunca. La mira sonreír y luego la escucha, y es verdad, no ve ningún otro caballo allí cerca del lago, ninguno excepto el suyo propio.

-Al no tener una montura deberás cabalgar conmigo. Si vas detrás mio debes sujetarte bien, no quiero que te caigas y te lastimes, sino crees poder hacerlo entonces sera mejor que vayas al frente, donde no podrás caerte de ninguna forma-La llevo hasta su negro corcel, un gran semental oscuro, de pelaje brillante y airado, el cual es tratado con sumo cuidado en el castillo.


El caballo se puso algo nervioso al acercarse la sucubo, aunque la presencia de su amo fue suficiente para mantenerlo tranquilo.

-Tranquilo, buen muchacho. No cabe duda que es macho, y no cabe duda de tu belleza, hasta un animal se ha puesto eufórico con tu cercanía-Lans sonrió, desconociendo realmente el porque su animal esta inquieto con Risty. Se un salto monto en su negro semental, para luego de acomodarse tenderle una mano a Risty para que se acomode detrás suyo. Tras hacerlo, tomara las riendas de su montura e iniciara s marcha de regreso con los cazadores primero, y luego hacia el castillo del oeste.

Luego de que Risty le hubiera dicho que iría detrás de el Lans monto y la ayudo a subir tras el, ella subió y lo rodea de la cintura, pegándose a el, tanto que sintió los senos voluptuosos de la mujer sobre su espaldas, incluso con las ropas podía sentirlo bastante bien. Se obligo a responder a Risty, algo nervioso, es un hombre y esa cercanía con una mujer por supuesto lo altera.

-No te preocupes Risty, solo asegúrate de sujetarte bien y no te vayas a soltar, no quiero que te lastimes ni que pongas en riesgo tu vida por un descuido fácilmente evitable-Se le puso la piel caliente, pero no dijo nada mas, simplemente con los talones de sus pies toco despacio a su montura, la espoleo despacio y esta comenzó a andar tranquila y sin dificultades. Se adentraron en el bosque donde Lans y los suyos estuvieron cazando, se notaban aun las huellas de mulas y caballos, recientes bien frescas. No dijo nada sobre eso, simplemente siguió las huellas de sus compañeros, los cuales visualizo al salir del bosque, iban dirección al castillo, por los terrenos verdes ya aguados por la nieve.

-Esos son mis hombres, aumentaremos la marcha para darles alcance. Sujetate fuerte-Hizo sonar las riendas de su montura y esta rechino, para después tomar gran velocidad, dirigiéndose hacia los hombres que se ven en la lejanía, los cuales aminoraron la marcha, para así reencontrarse con su joven amo.

-Los dioses son ciertamente injustos compañeros-Dijo un hombre algo calvo, flaco, pero de piernas y brazos firmes-Nosotros nos trajimos un oso, y el señorito se trae una belleza-Chasqueo la lengua mofando de su suerte y el resto se echo a reír a carcajadas, Lans incluido.

-Mis valientes cazadores, esta belleza tiene nombre. Se llama Risty Keikode y espero la traten bien-Miro seriamente a mas de uno-Y con galanura.-Añadió antes de que pudieran decir algo, y tras ello la saludaron alegremente y con cierto respeto, din añadir ninguna palabrota sobre su agraciada figura femenina.

Ahora los cazadores conocían a Risty, quien daría que hablar durante algún tiempo. Por suerte Lans no desapareció mucho tiempo, de otra manera ya se estarían corriendo rumores de que el heredero del oeste de Asbru estaba teniendo una aventura con una belleza extranjera. Los hombres sonrieron a Risty y no dejaron de mirarla, cada tanto desvían a verla, mientras Lans cabalga por delante de ellos sin darse cuenta de que desde atrás están observando con ojos deseosos a su nueva criada.

-Ya estamos cerca, no tardaremos mucho en llegar- A lo lejos, hacia el norte se notaba el castillo del oeste, y a sus pies una gran cantidad de casas, pertenecientes a sus habitantes, o a la mayoría. Muchas otras aldeas estar alejadas del castillo, dispersas por todo el territorio.-Allí vivirás ahora, en el castillo, dentro de sus instalaciones o en los alrededores-Algunos hombres sonrieron mientras Lans explica a la recién llegada donde vivirá. Mientras Lans alegremente da las buenas nuevas a Risty, los demás ven la oportunidad de acercarse a Risty en el castillo, conocerla y ligar con ella, es lo que la mayoría o casi todos están pensando y deseando con esa belleza de piel morena.
Una hora mas tarde estuvieron en la entrada del castillo, ya habían pasado por la aldea de las afueras del castillo y ahora las puertas se abren ante ellos.


-Y aquí estamos, bienvenida a tu nuevo hogar Risty-Y luego de esas palabras ingreso a través de las puertas enormes con rejas levantadas, donde el movimiento de gente es mayor y amplio.

En su andar al ver como Risty los miraba, esos hombres no dudaron en guiñarle el ojo y en lanzarle besos silenciosos, esperando hacerse con la belleza de la elfa oscura que por ahora esta junto al joven señor de Asbru, aunque conociendo a Lans seguramente no pasaría nada entre ellos, por lo que seguro que el joven heredero no se enojara porque ellos si se diviertan con ella. Desde hace mucho tiempo no se sabe que es de la vida intima de Lans Tartare, la mayoría dice que esa intimidad ha muerto junto con su esposa, y que dese ese día Lans ha llevado una especie de vida de celibato.

Al ingresar dentro del patio exterior del castillo un muchacho se acerco a ellos y ayudo a Risty a desmontar, impresionado por la belleza que ven sus ojos, y en especial, porque es la primera vez que ve una elfa. Luego de ello desmonto Lans y el joven se hizo de su montura, llevándola a los establos, donde le darán de comer, de beber y le cepillaron el pelaje negro como la noche.

-Bien Risty, vestirás ropas abrigadas para evitar que enfermes inútilmente, lo primero que aprendimos en Asbru es en no subestimar al clima, en especial al frió. Muchos han empezado con un resfrió que tras transformarse en fiebre termino con la muerte de muchos. Nunca te olvides de eso-el resto de los hombres que llego junto a ellos se disperso por el castillo, cada quien tiene un lugar asignado, todos tienen un trabajo y saben como llevarlo a cabo a la perfección.

-¿Sabes cocinar? ¿Lavar? ¿Atender un caballo? Me gustaría saber que has hecho de tu vida hasta este momento Risty, luego de ello veré adonde te envió.-Tras un par de preguntas guardo silencio, cediéndole la palabra a su bella acompañante.

El joven señor de Asbru escucho atento la respuesta de su nueva criada, la cual debe estar muy acostumbrada al verano si es que no le gusta usar mucha ropa, pero allí sera necesario para sobrevivir.

-No me mires así Risty, no me gusta obligar a la gente a vestirse de pieles y cuero, pero es lo mejor para el frió, cuero, lana y piel.-Sonrió por el cumplido y le palmeo el hombro a Risty de forma amistosa. Tras un raro de reír y ponerse de acuerdo con el tema de la ropa la hermosa morena le explico a Lans que cosas sabe hacer, cosas variadas y útiles, por lo que se lo piensa bien antes de tomar una decisión.

-Tal vez, puedas encargarte un poco de mi hija Shurelya. Ella tiene 10 años y es muy inteligente, pero me gustaría que alguien le contase un poco del mundo mas allá de Asbru. Me gustaría que esas palabras le llegasen de mas personas a parte de mi, ademas, seguramente tu y yo conocemos lugares diferentes y con visiones diferentes. Tal vez puedas enseñarle oficios de señoritas, como lo son las cosas de la casa, no es mala en ello, pero puede mejorar mucho si se lo propone. ¿Que dices?-Lans le encomienda una parte de la educación de su propia hija, o al menos, le pide que sea parte de su compañía, todo un honor el servir a la sangre de su señor.

No se guardo las ganas de sonreír al ver la expresión de la hermosa Risty, aunque no ve lo extraño en eso, después de todo es un hombre de treinta años de edad, ya debería tener varios hijos que aseguren la supervivencia de la familia Tartare. Así hubiera sido si su amada esposa hubiera sobrevivido todos esos años para acompañarlo a lo largo de su vida, con ella sin duda hubiera tenido muchos hijos.

-Aunque no lo parezca, tengo treinta años de edad Risty, y un solo hijo en treinta años es poco, si la muerte no me hubiera arrebatado a mi esposa tan rápido, entonces, hoy por hoy tendría al menos un par de ellos-Su sonrisa se borro rápidamente, hablar de su mujer es una herida aun abierta, el paso de los años no logro cicatrizar esa profunda herida en su corazón.

-He criado a Shurelya toda su vida, desde que era una niña, su madre murió antes de que ella supiera siquiera pronunciar el nombre de su madre. Fue duro, mas de lo que quiero admitir, pero, ella esta creciendo, ya tiene diez años, en poco tiempo se estará convirtiendo en una señorita, su cuerpo sufrirá cambios, sus pensamientos comenzaran también a cambiar, y yo no podre explicarle todo, soy su padre y también un hombre, puede que ella no me confié todas sus dudas. Pero, lo haría a una amiga sincera, a alguien que aprecie, pero no tiene hermanas, tampoco hermanos, tíos ni tías, primos, nada, solo su abuelo y yo, dos hombres grandes...-Tomo las manos de Risty y las estrecho entre las suyas, mirándola a los ojos, dolido, pero también esperanzado.-Hay cosas que las mujeres solo pueden hablar con mujeres ¿verdad?-Nunca se le hubiera ocurrido tomar las manos de una mujer así, no al menos que se ablandase recordando a su mujer, mas si habla del futuro de su hija, del futuro de su hija y de sus miedos como padre soltero.

El joven señor del oeste hablo con Risty con el corazón en las manos y la sangre sobre sus labios, el recuerdo de su Alice posiblemente lo acompañe hasta el final de sus días, así lo juro el día de su casamiento, y un hombre de honor jamas olvida un juramento. Las palabras de Risry fueron algo que escucho muchas veces en su vida, pero, eso parece que sera imposible para el. La mira a los ojos y le regala una sonrisa forzada, una sonrisa que parece mas al llanto que a alegría.

-Gracias Risty, pero no creo que eso fuere a pasar.-A pesar de todo, luego sonrió, de una manera mas sincera al saber que si hija tendría una mujer, una amiga, una maestra con la que poder compartir sus dudas, enfrentar sus miedos sin vergüenza. Fue de lo mas raro para el recibir el abrazo de Risty, aunque no negó su aprecio y le devolvió la gentileza de manera amable, con un abrazo fuerte y cálido. Fue un abrazo corto, su cuerpo reacciono sin pensar, y lo hizo nuevamente al poco tiempo, así como la abrazo por reflejo volvió por reflejo a alejarse de ella.

Se quedo mirando a los ojos de la mujer, la escucha y asiente, agradecido sonríe, la expresión infantil de Risty le robo una sonrisa sincera. Su alma se siente mas liviana ahora, sabiendo que si algo le sucede, Shurelya no estará sola, tendrá a la hermosa y alegre Risty como un apoyo incondicional.

Mire a mi amo con una amplia sonrisa en mis labios, ya que se le veía muy pero que muy feliz, entonces tras escucharlo y tras el abrazo y verle después de mis palabras se le veía feliz, en ese momento que le dije con una sonrisa grande

- bueno amo, lo suyo es que me presente a su hija y explicarle que seré su maestra y cuidadora

le explique con una sonrisa en mis labios, ya que la verdad es que me gustaría conocerla y claro tal vez nos podíamos llevar bien, entonces le dije con una amplia sonrisa en mis labios, ya que la verdad es que si su padre era así de bueno y no digamos de su físico su hija tendría que ser como el una buena persona y una chica bella

- amo vamos a buscar a tu hija?

se notaba que estaba emocionada por conocerla

off: siento no postear ayer estuve afiliando casi todo el rato foros para mis tres foros y se me paso el tiempo

Paso unos momentos, hasta que Lans reacciono, se dio cuenta de que los estaban mirando, por lo que se apresuro a responder a Risty y continuar con ese asunto.

-Tienes razón Risty, de otra manera no podrás cumplir con aquella tarea que te he encomendado. Vamos, a estas horas debe estar cerca del comedor, de paso, podemos comer todos juntos, ya casi estamos en la hora de comer-Le ofreció una sonrisa a Risty y la guió hacia el interior del castillo. Algo le agitaba el corazón, posiblemente el ver a Risty emocionada por conocer al ángel de su vida, a su hija, quien se convirtió en su razón de vivir al morir su esposa.
Caminaron por algunos pasillos altos y fríos, pasillos levantados en piedra, con estatuas a un lado, armaduras y cuadros en otros. Cada veinte metros hay antorchas apagadas, las cuales se encienden por la noche o días muy fríos. Cada tanto encontraban la luz entrando por tragaluces puestos en lo alto, por lo que no tendrían problemas en caminar sin la luz de las antorchas.

Al rato de andar y tras trabar Lans conversación con uno de los tantos vasallos de la familia este informo a su señor que la joven Shurelya se encuentra en su habitación, o que al menos no ha salido de alli en toda la mañana, por lo que guía a Risty hacia allí. Tras unos minutos de andar llegan a la puerta de las habitaciones de la joven señorita, la cual Lans golpea con el revés de puño izquierdo.

-Quiero imaginar que no esta durmiendo-Le digo Lans a Risty, mientras espera una respuesta desde los adentros de la habitación.

Estaba Lans a punto de responderle a Risty cuando desde el interior de la habitación la voz de Shurelya le daba permiso para ingresar. Giro el rostro hacia Risty para decir-Al parecer esta bien despierta-Sonrió y abrió la puerta, despacio. Al ingresar vio a su hija acostada boca para abajo en la cama con un libro en sus manos, le causo una gran satisfacción saber que esta leyendo desde entrada la mañana. Dejo lugar a que ingrese la mujer que le acompaña y cerra la puerta tras el, para cuando volvió la vista al frente ya tenia a Shurelya sobre el, apenas pudo reaccionar a su abrazo. La rodeo completamente y tras su beso el le respondió besandole en la cabeza.

-Mi osita Shury-Dijo entre sonrisas, para después separarse levemente de ella. Tras eso ella fue a dejar el libro en su lugar y pregunto quien lo acompaña, por lo que paso a presentar a las femeninas en la habitación.

-Hija mía, ella es Risty Keikodi, y nos servirá desde ahora. Risty, ella es mi hija Shurelya, mi única hija y heredera.-Dejo unos momentos de silencio para que ellas dijeran algo de desearlo.

-Risty se encargara de ti personalmente, al ser una viajera puede enseñarte cosas que no están los libros. Recuerda hija, los libros son buenos, pero hay cosas que solo se pueden aprender por experiencia.-Tras las explicaciones y lecciones de padre a hija dejo lugar a que las femeninas dijeran aquello que desearan decir.