Una nueva aventura [Priv. Lans] +18

La noche fue larga para el príncipe del oeste, pero no tan larga como la semana que hubo pasado entre reuniones, discusiones y presiones varias. Con la guerra ya declarada cada punto cardinal de Asbru comenzó a moverse y a trazar sus mejores planes para conquistar y prevalecer como el mayor poder de la región. La zona más movilizada y con mayor despliegue de recursos por mucho fue la zona sur de la región, sin duda son los mejores preparados para lidiar con una guerra actualmente. El oeste podría decirse que les sigue si no fuera por los terribles golpes que sufrió en las últimas semanas en el seno de su propio territorio. Del este no se espera mucho pero están sorprendiendo, en especial con el armamento. Finalmente el norte es el de siempre, mucho número y fiereza, son los únicos que no han mostrado nada más allá de lo ya conocido.

Lans abrió los ojos y miro el techo oscuro, ese día se supone que Sir Ferdinand Florent llegaría desde la frontera norte para ocuparse de la defensa de la ciudad, en su lugar el propio Lans iría a ocuparse de la frontera norte y de los recién llegados norteños que se han unido al oeste en busca de mayor oportunidad de supervivencia.
Al rato de haberse despertado Lans se levantó de la cama y se dispuso a asearse, un balde con agua del lado derecho de donde está sentado le sirve para ello. Una esponja mojada en agua fría le sirve para limpiarse, lentamente y pasando algo de frío se asea el príncipe en la oscuridad y el silencio. Risty entro sin ser escuchada, para cuando lo hizo Lans ya se había limpiado de cintura para arriba, solo le falta la otra mitad para estar listo. Sin pensar en mucho más Lans continúa con su cometido, sabiendo que en su viaje no vera a sus seres queridos en algún tiempo ya que la presencia de mujeres en el fuerte norte puede romper con la estricta disciplina militar que debe mantenerse en dicho lugar.

Cuando Risty lo busque y encuentre lo encontrara desnudo, húmedo o probablemente ya seco, y si quiere tomarlo por sorpresa lo podrá hacer siempre y cuando no haga más ruido de lo necesario.

Tal y como era previsto Risty pudo llegar a Lans sin ser notado, no es el príncipe el tipo de hombre que tiene un oído realmente entrenado como lo tienen los exploradores, él ha entrenado otras partes y virtudes de su ser. Se sorprendió cuando unas manos suaves y cálidas lo tomaron por la cintura, y pasando la sorpresa inicial sonrió y disfruto mucho de las caricias y las lamidas de su querida amante, amante que se ha ganado profundamente y por completo el corazón del príncipe del oeste.

-Buen día Risty, no te molestare cada vez que necesito algo, de momento hay cosas que puedo hacer por mí mismo…Además, deberías aprovechar de descansar cuando puedes, al igual que yo, esta ha sido una semana dura y apenas termine comenzara otra jornada de trabajo para mi.-Se relaja y guarda silencio unos momentos, poniéndose de pie ya que antes esta medio sentado aseando su cuerpo.

-Como de seguro ya has escuchado Sir Ferdinand Florent, y por acuerdo unánime entre el maestro de armas, mi padre y yo dejara su cargo delante del fuerte norte para asumir como nuevo guardián de la ciudad. Yo por mi parte debo tomar su lugar, hay muchos norteños que han llegado al oeste y se ha cerrado un pacto de ayuda mutua para la supervivencia de ambos, y esas decisiones solo las puede tomar un miembro de la nobleza. Shurelya no puede ir, es muy chica y es mujer, en un lugar tan militarizado lleno de hombres su presencia romperá de seguro la disciplina del lugar la cual es difícil de mantener…No se puede jugar y tentar ante tanto sacrificio que hacen los hombres que permanecen allí lejos de sus familias, y de mujeres con quienes pasar su vida. El rey no debe ir, su lugar está aquí en el castillo, y el maestro de armas ha de marchar delante de los ejércitos si estos han de marchar a combatir, eso solo me deja a mi como candidato a regir el fuerte norte, al menos de momento. -Da una larga explicación a su amada amante de lo que sucederá en días venideros con él y lo que le concierne, larga pero en la versión resumida, hay mucho de por medio que él ha omitido para no aburrir innecesariamente a su querida súcubo.

La súcubo ha demostrado de sobra que lo dice es cierto, Lans nunca se atrevería a decir lo contrario ni en broma. Se volteo lentamente para mirar a su amada a la cara y luego hablarle a ella y solo a ella.

-Lo sé muy bien Risty, pero no abusare de ti y tu buena voluntad…Me estas malcriando demasiado.-Sonríe al decirle eso y le acaricia el rostro con mucho cariño, observando y escuchando las expresiones y quejas de la súcubo a la cual volvió a hablarle.

-No me cabe ninguna duda de que algunos hombres estarán entrelazados entre ellos, y lo acepto, es algo sabido y común en un sitio tan duro como ese. Si no lo hicieran perderían la cordura y sería un desastre.  Como príncipe que soy yo podría ser la excepción, llevar a quien quiera, pero eso sería completamente injusto con esos hombres que tanto sacrifican por su hogar. Pero podrías venir y quedarte en la cabaña cercana al fuerte, no es necesario que yo este las 24 horas del día en el fuerte, podremos pasar tiempo juntos allí, espero tenerte cerca mío para saciar las necesidades que solo tú puedes saciar en mi…-Acerca su rostro al de la elfa y le besa los labios con mucho cariño, con cariño y deseo inmenso.  Sigue acariciando el rostro de la elfa oscura con sus manos, la abrazaría y tocaría del modo más íntimo y lujurioso posible, pero está en gran parte mojado o húmedo lo cual arruinaría temporalmente las ropas de su querida amante.-Pienso en lo que hicimos en la cabaña y me excito amor…-Menciona el paso de ambos por dicha cabaña, en el sexo que tuvieron allí el cual no se pudo extender más tiempo porque estaban apurados, pero allí solos si se quedan un tiempo podrían ser casi unas vacaciones para ambos, lejos del castillo él podría hacerse con Risty todas las veces que quiera siempre y cuando nada grave amenace al pueblo.

Sigue sonriendo Lans, con Risty rara vez tiene motivos para no hacerlo ya que ella siempre le da todos los gustos, todo lo necesario y más es lo que hace la súcubo disfrazada de elfa oscura por él. Se besan y tocan y siguen la charla, asiente Lans cuando ella dice lo que sucedería en el fuerte si la ven allí.

-Sería una demencia, eso te lo aseguro.-Tras asentir luego negó.-No creo que violen a nadie, eso rompería el respeto, la confianza y el orden, eso en verdad está penado de modo muy duro.-TLa pena puede llegar a ser la muerte en los casos más extremos. -Sobre el viaje…Todo depende de cuando llegue Sir Ferdinand, no puedo irme hasta que él no llegue, asumo que llegara para el mediodía, suponiendo nada lo haya retrasado durante el camino hacia aquí.-TLe da las respuestas que necesita y se vuelve a acercar a ella para besarla nuevamente, con cariño y mucho deseo le demuestra cuando la quiere y necesita de ella.

-Habrá una cena en honor al caballero, pero hasta que él llegue estaré libre.-TEse día el único compromiso importante es el arribo del caballero, las personas más importantes cenaran con él en una reunión cerrada a ojos innecesarios.

Mientras Risty intenta hacerse una idea de cómo puede funcionar un fuerte donde solo haya hombres  Lans tiene la mente en otra cosa, el funcionamiento de la fortaleza es muy bueno por lo que no es un motivo de preocupación.

-No te preocupes Risty, esos hombres son relevados cada tanto para que puedan volver con sus familias y relajarse, vivir su vida. Claro que ahora voy yo mismo a ese sitio, ya veré en que puedo mejorarlo. –Responde Lans y luego se dedica a besarse con la elfa oscura a la cual mantiene cerca suyo todo el tiempo. Tras la pregunta de la hermosa mujer este no se lo tuvo que pensar mucho.

-Podemos charlar y esperar al arribo de dicho caballero o, ya sabes, estamos solos, y yo ya estoy sin ropas. –Sonríe de modo agradable ese hombre bien fornido y luego vuelve a besar a la súcubo con forma de elfa oscura, acariciándole su rostro con cariño y de modo prolongado. -Ya me puedo imaginar que es lo que prefiere mi reina. –Como súcubo que ella es y mujer enamorada cree que Risty elegirá siempre que se le permita el sexo por encima de cualquier opción existente. -Por supuesto que si no quieres yo sabré comprender… –Juega con ella, lo dice con voz de pena, pero en sus labios se dibuja una pequeña sonrisa, algo que nace de él gracias a ella quien poco a poco se va ganando más y más el corazón del príncipe del oeste de Asbru.

Las palabras de Lans tranquilizaron a una Risty sonriente que ha mal pensado el accionar de los soldados del fuerte norte, pero ya aclarado ese asunto pueden pensar y centrarse en cosas más reales e importantes para ellos.  La reacción de la súcubo ante la propuesta de Lans hizo que se relamiera, ya se puede ir poniendo a gusto la súcubo, en breves instantes tendrá mucho sexo para su deleite. El humano le sonríe y la observa con mucho cariño,  y tras observarla la beso dulcemente un rato hasta que este volvió a hablar haciendo reaccionar a la súcubo junto a el quien le tomo de las manos y le sonrió de forma picara, una sonrisa que ese hombre conoce muy bien.  La súcubo hace que su amado amante le tome los pechos, Lans ni lo dudo y comenzó a manosearlos con cariño e intensidad muy sonriente, observando a Risty a los ojos todo el tiempo.

-Bueno, te he conocido en tu forma elfica, así te ganaste mi corazón, pero tu verdadera forma es algo que acepto, es tu verdadero yo y lo aprecio de igual manera. Puedes usar la forma que gustes, sigues siendo tu, la mujer que añoro en mi corazón, incluso intercambiar tu cuerpo las veces que quieres, no dejare de entrarte duro en ningún momento preciosa jajaja.-Lleva su boca y su sonrisa a una de las orejas alargas de la forma elfica de su mujer y le muerde la puntita muy juguetón, para luego morderle los costados y la base de la oreja muy provocativo. Le lame dentro de la oreja y por fuera también sin dejar de manosearle sus suaves y voluptuosos senos en ningún momento.

No dudo ni un momento el príncipe del oeste en manosear a su mujer como a ambos le gusta, aunque últimamente los gestos de Lans son más amorosos que antes, su lujuria ahora se ve impulsada por un gesto más profundo que la sola calentura de la carne, sus sentimientos por Risty han crecido bastante y ahora son claros y fáciles de notar. Las manos de Lans tocan los senos de la sensual súcubo mientras le besa y lame el oído con gran provocación, ella sonríe y se derrite por el a quien tanto ama a pesar de ser de un estatus social y raza diferente la suya. Hace suspirar a la súcubo quien está muy complacida, y piensa hacer de su amor el más feliz del mundo. Le da una sorpresa a su querido amante diciéndole que primero usara su forma verdadera, esta cambia a su forma original de súcubo y luego volverá a ser una hermosa elfa oscura, de esa forma es como si tuviera dos mujeres en vez de una.

-Vaya sorpresa, eso es muy excitante en verdad, gracias vida mía…-Le susurra al oído mientras acaricia la cola de súcubo de su mujer, algo que sabe le gustó mucho a la súcubo. Sonrió al sentir las manos de su amante masturbarlo, y empezó a endurecerse y a crecer en tamaño rápidamente ante dicho estimulo.

-Cada vez se me pone dura más rápido…Ya solo el pensar en ti me excita amor…-Juega con ella y le revela secretos íntimos que le conciernen solo a ella y que la tienen de protagonista, sin duda le hará feliz el saber lo que ella causa en su persona. Comenzó ese hombre a sacarle las ropas a su amante rápidamente, a la hora de hacer el amor le molesta, por lo cual las prendas caen al suelo rápidamente y de ese modo poder deleitarse con el cuerpo de su querida amante por completo, en todo su esplendor.

-Así me gustas más Risty.-Sonríe y busca besarle el cuello, besarle el chuparle el cuello, tan fuerte y profundo como para dejarle marca. Le manosea el trasero y va calentando el momento de a poco, buscando lentamente el ano de Risty para provocarle allí profundas sensaciones al penetrarle el orificio anal con sus dedos.

El momento intimo en la habitación del príncipe del oeste se puso realmente caliente al empezar los tocamientos sensuales de un lado y del otro, Lans ataco en principio los voluptuosos pechos de su mujer, luego su cola de súcubo y el cuello de su amante. Ella por su lado tomo su lado más sensible, su pene, y se dedicaron a tocarse y calentarse, a hablarse y a dedicarse el uno al otro. La estrategia de ambos funciona a la perfección, estando desnudos están mejor, y el ano de Risty es una zona que la vuelve loca, y bueno, ella tomo lo mejor de Lans y lo empezó a rozar contra su sexo haciendo que se ponga a punto, listo para sexo. Toma a Risty firmemente de la cintura y una vez bien sujeta la levanta un poco separando los pies de la mujer del suelo, y con un movimiento súbito y algo brusco la pone de cabeza, pero de ninguna modo deja de sujetarla. Pasado un momento de esa acción que de seguro tomo por sorpresa a su querida amante la acomoda bien para que el sexo de su mujer le quede a la altura de la cara y así meterse de cara en la vagina de su chica a la cual empieza a lamer profundamente de modo pervertido y lujurioso. El pene de Lans queda a la altura de la cara de la súcubo, perfecto para la postura sexual del 69. Cree Lans que su amante sin dudada le seguirá el juego y empezara a chupar ese trozo de carne caliente y deseoso que le queda al alcance de la boca, o al menos a masturbarlo, si no es así moverá la cintura para chocar despacio el rostro de Risty con su polla e incentivarla a chupar y a darle el placer que él desea que ella le dé.

Con el calentón por encima de todo la feliz pareja se da placer mutuamente, y fue algo gracioso para Lans el escuchar el pequeño grito de Risty al ser tomada y sorprendido por el súbito y salvaje accionar del macho de la habitación. El príncipe ataco a lamidas profundas sin dudar el sexo de su amada súcubo saboreando su vagina por dentro y por fuera, saboreando sin parar los jugos de la excitación que tienen a su mujer bien mojada por él y para él. Ella tomo con las manos los muslos frontales de su hombre y comenzó a lamerle el miembro erecto primero por el tronco, ida y venida sin dejar ninguna lugar por lamer, luego vino aquello que suele afectar a Lans con fuerza, ella se metió el glande en la boca y lo empezó a lamer, eso siempre hace revolucionar el libido de ese hombre y su cuerpo reacciona de inmediato ante tanto placer. Momentos después la súcubo comenzó a tragarse todo ese pedazo de carne hasta el fondo succionando con muchas ganas haciendo que el goce de su pareja sea inmenso. Lans se mantuvo de pie un tiempo y luego lentamente fue recostándose con ella en la cama, quedando el encima de ella. Lo hizo con mucho cuidado para no lastimarla, y para no abandonar la postura sexual que tienen y tanto gusta a Lans.
Una vez ya recostados en la cama empezó a jugar con los labios vaginales de su mujer, a chupar y tirar de ellos, a lamerlos de manera intensa. Con sus manos acaricia las piernas de su mujer con muchas ganas llenos de pasión. Mueve la cintura Lans fallándose a su mujer por la boca lentamente, baja lo más que puede su cintura para metérsela toda en la boca y luego retrocede un poco lentamente, así hunde levemente la nuca de Risty en el colchón de la cama repitiendo el proceso muchas veces, hasta que ella no lo detenga probablemente continuara así, esta cómodo y le encanta la sensación que recibe tanto en su pene como en su boca al poder saborear la intimidad deseosa de su amada.

La escena en la habitación del príncipe del oeste es una escena caliente y lujuriosa digna de una escena pornográfica, claro que ese tipo de momentos es lo que más felicidad y placer suele causarle a los protagonistas de dicha escena. Lans chupa la vagina de su amada como si esta fuera capaz de acabarse alguna vez, y no para de hacerle tragar de gran verga ni un momento. La súcubo tiene garganta profundo, en especial cuando se le da al menos un mínimo margen para respirar, algo que el si le suele dar, rara vez juega sexualmente tan fuerte como para ahogar a su amante. Ese hombre gusta del sexo fuerte y salvaje pero no así del sexo violento que pueda lastimar a su pareja a su mujer, por esa razón nunca han tenido sus mujeres dolencias en el cuerpo remarcadas ni permanentes.
Al mover su cintura Lans lo hace despacio al descender, deja que su pene entre en la boca de su querida amante lentamente, que recorra el camino lento y profundo hasta su garganta. Le encanta sentir como ella cierra su boca apenas haciendo presión con sus labios sobre su pene, esa suave presión húmeda sobre esa zona tan sensible es la mejor. La lengua de Risty también hace su aporte al acariciarle el pene, y el repetitivo proceso que poco varia lo mantiene enfocado en el sexo que le causa una gran emoción y satisfacción.
De tanto en tanto se escucha algún gemido de Lans cuando la lengua de Risty le toca alguna zona que lo hace vibrar del placer, y es difícil no ejercer ningún sonido cuando se trata de ella que lo conoce demasiado bien y no le dice nunca que no a nada. A medida que pasa el tiempo la emoción de Lans hace que se folle la boca de su amada con algo más de fuerza y más a prisa, nada que ella no haya visto antes, claros signos de que está a tope y que en cualquier momento le dara mucha leche caliente para beber en su boquita.
Usa sus manos para acariciar las piernas de la súcubo y su sexo, jugando con la cola y los glúteos de su mujer a medida que le va metiendo dedos por su vagina y por ano cada tanto sin dejar de lado el protagonismo de su lengua.

Mantiene toda su lujuria y excitación a flote ese hombre, siempre que agarra a su amada en la intimidad pareciese más una violación que un acto amoroso, solo puedo hacerlo así con ella que es con quien tiene mayor confianza y deseo. Devora la intimidad de la súcubo Lans, aunque este estrechándose y aguantándose las ganas de no correrse él la obliga a lametones y a chupones a abrirse y a mojarse cada vez más. Le acaricia las piernas y la penetra con sus dedos por ambos orificios, eso no cambia en nada, es más, le mete dedos hasta el fondo y los mantiene allí mientras le da un sexo oral fuerte y salvaje.
Cuando su mujer empezó a retorcerse del placer la contuvo con algo de fuerza para que no le interrumpiera en el proceso de darle mucho sexo, dominándola por completo y muy fácil estando el encima de ella. Se le escaparon a Lans un par de jadeos fuertes al sentir como el esperma se le sube a la cabeza, y nunca mejor dicho, el esperma se le sube a la cabeza del pene, su glande está muy cerca de escupir mucha leche caliente en la boca de su amada sin poder hacer nada para evitarlo. Como es una costumbre en los hombres, y más en los hombres como Lans les gusta finalizar el acto a lo grande, y la única manera que conocen para eso es poner toda su energía y vitalidad en esos últimos segundos del acto sexual dándole duro, lo más duro a su amante. Embiste fuerte y profundo la boca de su amada prácticamente sin importarle si ella se ahoga o no, al hacerlo así sus testículos golpearon con algo de fuerza la cara de su mujer, y si bien no parece probable podría pasar que se ahoge, en especial cuando el esperma caliente y espeso empieza a salir a chorros en l garganta de la súcubo imitando a una canilla de agua abierta al tope que libera una gran cantidad de líquido en poco tiempo. Se esforzó Lans para no dejar de besar ni de lamer el sexo de su amada mientras se corre, y sus dedos se pusieron frenéticos en los agujeros sexuales de su mujer penetrándole rápido y duro generando una gran fricción en sus zona más íntimas.

Tras los gemidos de placer al sentir la satisfacción de correrse en la boca de su amada se dedicó a trabajar en que ella también llegara al orgasmo, y lo consiguió, y para devolverle el favor no dejo de lamerle los labios vaginales cuando ella se vino, continuo, para así volverla más loca y frenética de lujuria y placer. Noto que mientras sigue penetrándola con sus dedos sin dejarla en paz ni un segundo ella empezó a ahogarse, demasiadas sensaciones placenteras a la vez sumada al gran pedazo de carne que tiene en la boca que no deja de escupir esperma dentro de la garganta de la súcubo fueron demasiado para ella, en esa posición y con el peso sobre ella no lo podría soportar. Se elevó un poco sacando el pene de la boca de su amada, se retira un y se sale parcialmente de encima del cuerpo de amante, de cintura para abajo queda sobre la cama, pero parte del torso y la cabeza de Lans continúan sobre ella ya que el príncipe de Asbru ese día parece estar hambriento de carne, o mejor dicho hambriento del coño de su querida Risty por lo que no para de comérselo sin parar.
Mientras la súcubo tiene tiempo para respirar y recuperarse su príncipe y amante continua con lo suyo, sobre la cama queda el pene de Lans mojado por la saliva de la súcubo, duro y con las marcas de sus venas a la vista palpitando y pidiendo por más y más placer.