Comenzando el viaje (Lans)

Sofía se encontraba en la cocina de la posada, mientras varios de los clientes y hasta empleados de la posada se asomaban por la puerta ya que la joven se había limitado a pedir, muy amable y educadamente, que le prestaran la cocina, nadie pensó ni siquiera en negarse, solamente se habían hecho a un lado para dejarla hacer lo que fuera.

Sofía ya estaba acostumbrada a que la gente soliera ser muy cooperativa y amable cuando ella lo era por lo que  siempre se salía con la suya, aunque muchos de los clientes se preguntaban si esa bonita y amable chica había sido la que había despertado a toda la posada con sus gritos y suplicas de placer la noche anterior pero Sofía no les hacia el menor caso, se encontraba totalmente concentrada en el desayuno que preparaba para su nuevo señor, sonrió un poco sonrojada al recordarlo, ese día por primera vez en siglos se había despertado totalmente satisfecha y feliz, abrazada a su amo, se había levantado dejándolo dormido y se había aseado para después salir queriendo darle un regalo a su amo o al menos un buen despertar.
Finalmente unos minutos después un delicioso olor salía de la cocina, Sofía con los ojos cerrados notaba el delicioso aroma mientras subía por las escaleras y abría la puerta, manteniendo en perfecto equilibrio con su mano libre la comida, sintiéndose satisfecha por lo que había hecho, algunas cosas como la cocina nunca se olvidaban, entro a la recamara y cerró la puerta.

-YA ES HORA DE DESPERTARSE SEÑOR!

Dijo con una voz cantarina y feliz y una inmensa sonrisa que solamente una mujer muy satisfecha podía tener mientras ponía el desayuno para dos en la mesita de la habitación y se acercaba a su señor empezando a moverlo para despertarlo

-Me dijo que teníamos que salir temprano, arriba!

Insistió con un tono de voz juguetón mientras lo movía suavemente

Tardó en llegar el nuevo día en esas frías tierras del norte, aunque solo a unos pocos les preocupa la salida del sol. Hace tantos siglos del estado de esa región, que las criaturas que viven en ella están sumamente acostumbradas a vivir con las pocas horas diurnas que suelen tener día a día, en especial en invierno, donde las noches son excesivamente largas. Con todo lo que ocurrió en los últimos días en la vida del príncipe del Oeste de Asbru fue realmente un alivio reparador el poder dormir como lo está haciendo ahora, profundamente y cubierto por frazadas varias, abrazado a una hermosa mujer que le brinda calor, y la gran sensación de protección mutua. Mucho tiempo después la elfa decidió levantarse, y lo hizo sin problemas, Lans no se percató prácticamente de la ausencia de la hembra a su lado, se mantuvo con los ojos cerrados disfrutando del mundo de los sueños. Disfruta de ese mundo es un modo de decir, no es de los que suelen soñar Lans Tartare, razón la cual su descanso suele ser realmente reparador aunque solo duerma unas pocas horas.

Tiempo más tarde y sin saber por qué el mundo de ese hombre comenzó a cambiar de aires, volviéndose cada vez menos irreal, cada vez más real…Así fue sucediendo hasta que finalmente comenzó a comprender las palabras de la elfa junto a él, y a sentir el suave toque de sus manos. Le tomo su tiempo a Sofia el despertar a Lans, tiene el sueño profundo ese hombre, y se le suma el hecho del viaje, la aventura y el placer sexual, eso hizo que durmiera más de la cuenta.

-No recuerdo haber dicho algo así…-Fueron las primeras palabras de Lans al despertarse, para después incorporarse sobre la cama, se sentó de frente a Sofia y la observo, sonriendo al recordar todo lo que habían hecho en la cama la noche anterior.

-¿Qué es eso?-Pregunto al notar la bandeja de comida sobre una mesita cercana a la cama.-Si tuviste tiempo de ir a comprar comida, entonces hace bastante tiempo ya que has despertado ¿Cierto?-Con esa pregunta Lans quiere confirmar si es verdad que hace rato ya que esta despierta, le vendría bien saber si ella ha escuchado algo relacionado con los incidentes en las antiguas ruinas de donde escaparon, o sobre la incursión de unos forasteros como ellos en ese pequeño pueblo del norte, pueblo que Lans ni siquiera ha visto en los mapas, mucho menos estaba enterado de su existencia.

-No debes preocuparte por pagar cuando estés conmigo, he traído una buena cantidad de dinero para costear mis costos y los de aquellos que amablemente me acompañen, como tu hermosa Sofia.-De momento Lans cree que ella a comprado el desayuno, desconociendo que ella misma es quien elaborado el alimento. No se viste ni nada por estilo, está completamente desnudo, tal cual yacieron la noche anterior, aunque si no se cubre ni ingiere nada caliente en pocos minutos comenzara a sufrir el frio de a poco y en aumento.