de la jungla a un lugar nuevo [priv. nessa]

La jungla era un lugar peligroso si no sabes el cómo escuchar a ésta y el cómo predecir los peligros, muchos hombres han muerto a causa de sus enfermedades y sus depredadores, muchos otros al perderse en ese denso lugar. Eso es algo que muchos saben y sin embargo el ciclo se repite muriendo en esas tierras hombres y mujeres de diferentes clases y edades, incluso de diferentes razas. Ese es el caso de la dama elfica que recorre terrenos salvajes del Brillo de Luna, lugar hermoso, sano, puro, muy natural, pero que al ser tan natural contiene alguna de las razas más primitivas del mundo conocido.

Hace algunas semanas atrás, ya pasando el mes y medio para ser más exactos ella inicio su viaje desde el Puño de Hierro hacia la Dinastía del Dragón pasando primero por los bosques de Ilmora, evitando pasar por el Cielo de la Libertad opto por tomar caminos salvajes en vez de las rutas comerciales que unen a ambas ciudades, y por esa razón el viaje es más peligroso de lo común para quien no sabe como desenvolverse bien en ese camino a campo traviesa. Esa decisión y la falta de preparación ha concluido en la situación actual la cual derivo de una causa de inconvenientes que no se pudieron solucionar del modo más correcto.

A los animales salvajes no les agrada la visita de extraños, y muchos de ellos si bien huyen muchos se plantan y atacan a lo desconocido, sumado al propio terreno salvaje donde viven aquellos desconocidos la pueden pasar muy mal al estar en desventaja. Pero Nessa no quiso saber nada de ir al Cielo de la Libertad, ciudad sin ley, ciudad de asesinos, ladrones, corruptos y prostitutas-¡Ni hablar!-Había sido su primer respuesta, y la mantuvo hasta el final. Así fue que todo comenzó a complicarse después hasta terminar donde se encuentra ahora, sola y muy herida, fatigada y hambrienta abandonada a su suerte por el destino.

Esta la joven elfa ahora en un claro entre medio de tanto árbol y maleza, por ello no hay mucho para ocultarse por allí. Apoya la espalda sobre una gran roca mientras se venda a si misma, la herida en su brazo derecho ya fue tratada pero hierve en fiebre. Lo que apresura a la mujer y pone en peligro ahora son los cortes cerca del muslo derecho, esos cortes la han hecho sangrar y con todo el esfuerzo físico realizado cada vez le cuesta más moverse, y por ende también le cuesta más mantenerse despierta. Bebe la poco agua que le queda y la otra la usa para limpiar las heridas mientras trata de vendarse lo mejor que puede, que en esos casos será algo inútil si un medico no la desinfecta y le cose la herida, de otra forma no podrá sobrevivir.

-No puede ser…No me puedo morir aquí…Tan lejos de casa…-Gimotea la elfa tratando de juntar fuerzas para terminar con sus curaciones que son bastante precarias.

La honrada elfa cree que finalmente encontrara su final allí lejos de casa, incluso cuando se esfuerce y rece cada vez se siente peor.-Master por favor…Concédame su gracia…Preste fuerzas e ilumine con su luz a este sirvienta suya que se ofrece en cuerpo y alma a su voluntad…-y aun así sigue rezando, cuando ya apenas puede ella hablar. Piensa y recuerda, se arrepiente de no haber escuchado los consejos ajenos sobre el viaje y los peligros de ir a campo traviesa a través del Brillo de Luna, pero es tanta su repulsión por el Cielo de la Libertad, va tan en contra de sus creencias que realmente no quiere ni hablar de ese lugar.

Cuando comenzó a recordar su adolescencia e infancia supo que estaba realmente muy mal, pero sus delirios le fueron gratos, por lo que se dejo atrapar en ellos disfrutando de los mismos-Aprendí a bailar papa...Mama...Mírame...-Sus recuerdos como joven dama elfica fueron hermosos, en esas épocas la familia estaba reunida, y mas importante aun, estaban vivos.

Nunca se percato el caballero elfico que una niña se encuentra muy cerca suyo observando, ni tampoco se dio cuenta cuando esta se fue acercando hasta quedar frente suyo con esa elfa que ya esta claramente delirando.

-Mama...Dejame descansar...-Fue su susurro tratando de alcanzar el rostro de la niña frente a ella con sus delicados dedos de las manos, algo que no parece fuera a conseguir si no se incorpora aunque sea un poco, ademas de dejar de temblar.-Tengo frio...-Murmura toda traspirada debido a la fiebre que esta padeciendo desde hace minutos atrás.

Allí la en la jungla en no mucho tiempo llegara la noche, y cuando eso suceda será muy difícil aplicar cualquier clase de medicina sobre la elfa moribunda. Esa elfa ve en la niña a su madre, o tal vez al estar más del otro lado que en el mundo mortal pueda ver el espíritu de la madre de la niña muerta y sea a ella a quien intenta alcanzar esperanzada con abrazar a su progenitora una vez más luego de tantos años de su partida a raíz del asesinato del que fue víctima. En ese delirio la joven y hermosa caballero elfo trata por todos sus medios el alcanzar a su madre la cual se presenta ante ella en sueños, pero sus esfuerzos son en vano haciendo que esta derrame lágrimas de profundo dolor las cuales recorren sus mejillas.

-No te alejes…Madre…-Habla con los ojos perdidos la elfa y en su llanto se van sus últimas energías, ya no dice mas, sus manos caen a sus lados y se duerme profundamente sufriendo espasmos debido a la fiebre que la afecta de forma peligrosa. El que la mujer se desmayara hace que ella ya no sea una amenaza para la niña, ahora ella puede actuar con confianza pero debe hacerlo rápido o la mujer podría no soportar sus males y morir durante el paso de la noche. El tratamiento comenzó siendo un clásico tratamiento que podrías recibir en el Brillo de Luna, mucha agua y hierba de por medio además de alguna que otra pasta para las heridas. Mucho trabajo para hacer y muy delicado, cerrar heridas y luego curar el cuerpo por dentro, una tarea que demanda mucho tiempo donde parece no haberlo.

La noche comienza a ganar terreno y las estrellas comienzan a iluminar infinitas el firmamento, eso trae problemas, menos visibilidad que en horas diurnas y el peligro nocturno tanto de criaturas como de humanos, por lo que un buen fuego puede serles útil. El frio no es tan hiriente en esas épocas, pero para alguien con fiebre siempre es bien recibido el fuego y las mantas para proteger al enfermo. Tras dejar todo el lugar listo Aio pudo concentrarse más y mejor en esa mujer de orejas largas y rasgos suaves hidratándola y manteniéndola caliente y seca usando todos sus conocimientos médicos y los aconsejados por el espíritu de su madre que puede ver desde el mas allá como pronto podría esa elfa llegar al mundo de los muertos si Aio no se desempeña como una verdadera medica. Si no fuese esa mujer allí moribunda una guerrera elfica a estas alturas ya habría muerto, pero su gran aguante a pesar de tener un cuerpo tan frágil y delgado hacen que aun siga dando pelea en el mundo de los vivos, aferrándose a la vida como una verdadera campeona.

El miembro 'Aio' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Dado Numérico Random' :

Resultados : 7, 7, 5

La noche cayo de lleno sobre ellas y aun así no fue suficiente como para asustar del todo a la niña que a pesar de su corta edad sobrevive en ese terreno salvaje donde muchos adultos como esa elfa no podrían sobrevivir ni una semana por si solos, realmente admirable.
Atiende a las indicaciones del espíritu que la acompaña y con destreza propia al pasar de las horas consigue primer hacer que la elfa deje de sangrar, eso es lo primero que le causaría la muerte si no lo detenía de inmediato, y luego más adelante hizo bajar la temperatura corporal de la mujer a rangos no tan peligrosos, permitiendo así que pudiese su paciente finalmente dormir. Paso varias horas durmiendo esa mujer y la temperatura bajo bastante en ese territorio, por lo que la niña tuvo que mantener mucho el fuego sino quería acostarse a dormir para evitar el hambre y el frio.

Las horas siguieron pasando y llego el amanecer llego, sus rayos luminosos empezaron a despertar la vida en todo Brillo de Luna, y con el no solo las plantas abrieron sus pétalos para recibir toda la energía del sol, sino que la elfa abrió sus ojos con fuerzas renovadas, mínimas fuerzas pero que crecerán de forma potente si se le cuida de la debida manera.

-Ahhmmm…-Trata de incorporarse la elfa pero es imposible, imposible e imprudente, una persona que ha sufrido lo que ella solo debería mantenerse en cama y descansar.-¿Qué sucede? ¿Dónde estoy?-Comienza a impacientarse, acaba de despertar y no entiende que sucede y por eso actúa de ese modo imprudente y nerviosa.

Los pájaros comienzan a cantar y poco a poco la mañana comenzara a volverse más cálida y amena al despejar las sombras e la noche y la incertidumbre.

La pequeña niña de cabellera castaña había estado prácticamente toda la noche cuidando le da joven de cabellos rubios y orejas largas, sintiendo el agotamiento en su propio cuerpo, queriendo y teniendo esa necesidad de dormir, pero manteniéndose a propia voluntad despierta, para así poder ayudar a aquella mujer. Ese era su misión principal en esos momentos, aun cuando su cabecita ya empezaba a caerse sin poder evitarlo. Sentía las manos de su hermano tratando de mantenerle despierta, ya cuando empezaba a amanecer en la jungla. –no…- le decía a su hermano el cual aún intentaba de mantenerle despierta.

Ya cuando el sol calentaba fue en ese momento en que ella pegó un salto, asustándose, corriendo a esconder, ya que la mujer que estaba cuidando había despertado y al parecer de no muy buena forma y lo que ella menos quería era ser lastimada, en especial ahora que estaba demasiado adormecida. –na?- mira a la mujer saludándole, saliendo tímidamente de su escondite, acercándose apenas a la persona mirándole, notándose en la pequeña las bolsas oscuras de estar claramente agotada, con demasiado sueño, dando un pequeño bostezo. –co te sen…te?- le mira curiosa, no moviendose un centimetro más, pero si tratando de estar atenta a los movimientos de la contraria.

La dama elfica se encontró sola en medio de la jungla y no recuerda como llego hasta allí, tiene los recuerdos intactos hasta el momento donde se empezó a tratar las heridas ella sola, todo lo demás es muy borroso o directamente ya no existe. La voz de la niña la tranquiliza en parte, un niño es inofensivo y puede dar respuestas o explicaciones limitadas, pero al menos le ayudara a tener pistas de lo ocurrido e imaginar que sucedió o que sucederá con ella ahora que ha despertado. Al escuchar esa voz infantil busco con la mirada el lugar donde debería hallarse dicha criatura encontrando con facilidad a esa preciosa y dulce criatura que parece humana. Luce la niña muy cansada, como si le faltara descanso y alimento, pero por lo demás es una cosita sumamente dulce y hermosa.

-¿Na?-Dice muy suave y sonriente, no tiene idea de quiso decirle la niña con esa pregunta extraña, teme la elfa que no hablen el mismo idioma lo cual puede ser un gran impedimento entre ellas dos.-Ven aquí pequeño retoño, no temas-Estira los brazos hacia ella llamándola de modo tierno mientras la niña sale de su escondite y se acerca un poco más a Nessa, aunque solo fueron unos pasos al menos puede ver a la niña en su totalidad. La niña es muy pequeña y delgada que parece de unos 8 años de edad. Su piel es algo mas tostada que la media lo cual la hace de seguro oriunda del Brillo de Luna o de algún lugar caluroso como el desierto o similar. Sus mejillas son como melocotones y sus ojos verdes realmente bellísimos…La elfa la mira súper conmovida y embelesada. Sus cejas al igual que sus cabellos son de color castaño claros.

-Este...Yo me siento muy bien gracias...-Responde no estando segura si esa fue la pregunta que le hizo la niña -¿Tu como te sientes pequeñita? Mi nombre es Nessa...Y me gustaría ser tu amiga, ven-Con su mejor faceta esa dama elfica intenta atraer a la niña para darle algo de cariño y ya después hacerle un par de preguntas en lo referente a ella misma así como de la propia niña que se vuelve algo misteriosa...Lo será al menos si es la única criatura inteligente que se encuentra en los alrededores de esa especie de bosque o selva.

La pequeña daba un largo bostezo, frotándose su ojo derecho mientras trataba de mantenerse despierta, acurrucándose un poco en su lugar mientras le observaba, se trataba de esconder un poco de nuevo de esa persona que ya estaba despierta, ya estaba bien así que ella se podía retirar, el sueño le estaba ganando pero tenía que recolectar nuevos alimentos para ese día, lo que tenía ahora se lo pasaría a la mujer, que era la que lo necesitaba de las dos. Se movía apenas, escuchándole, daleando la cabeza. Mira a un lado, empezando a hablar, o tratar de hablar con alguien que podía colocarse como un amigo invisible, pero que realmente era su madre que la pequeña le sentía en esa dirección, eso para luego mirar en la otra dirección volviendo a tratar de hablar.

Estaba preguntándose si era buena idea el mantenerse en ese lugar con esa persona o no. Tenía muchas preguntas, pero no sabía cómo el poder hablarle y que pudiese entenderle. ¿Qué debería hacer? Realmente estaba aliviada de que la mujer estuviese bien, unos cuidados más, que posiblemente pueda hacer ella sola, y estaría ya lista.

“no lo creas así, hija. Hay que mantener el cuidado el cuidado de las heridas durante un tiempo más antes de dejarle. No debes de dejarle en estos momentos.”

La pequeña niña le escuchaba a su madre, estando algo… no estaba asustada pero si sentía un poco de molestia, no le agradaba mucho la idea. Hacía tanto tiempo que ella no hablaba con humanos… se sentía tan extraña. ¿Qué debía de hacer? No quería, pero era cierto. Ella tenía que ayudar a esa persona que le estaba aún herida, aunque ya fuera de riesgo, para que no se volviese a infectar sus cortes. Daba un pequeño gimoteo, pues no sabía ni como poder comunicarse, con la mujer de aspecto extraño. En estos momento debía de decidir si quedarse o no.  

Miró por ultima vez a los lados donde podía sentir la presencia de su madre y hermano, armándose de valor nuevamente para así poder acercarse a la mujer de extraño aspecto. tragando un poco, respirando hondo para luego tratar de hablar. -Aio- se apunta al momento de decir su nombre para luego apuntar a la contraria. -mn?-

Entre todo el mal rato que ha pasado la elfa ahora sale el día brillante para ella, de forma literal y de modo metafórico. Ha estado a punto de morir, atacada en un terreno desconocido, y ahora yace bastante bien, curada y recuperándose de mano de una criatura hermosa y muy mona super adorable. La niña ladea la cabeza pero no se acerca a Nessa quien con sus mejores intenciones no desiste en su idea de alcanzar a la niña con sus manos, aunque al mirarse a sí misma duda mucho en su debería ponerse de pie o no, mientras no conozca su real posición y como llego hasta allí mejor no hacer nada imprudente. Guarda silencio la dama elfica mientras la niña gimotea y mira a un lado al otro como si buscara a alguien, eso hizo que la guerrera mirara también y buscase a algún mayor que pudiese estar en las cercanías, pero nada de nada, ni rastros de terceros allí presentes ni en la cercanías tampoco, ni rastro de mas personas que no sean esa niña hay en ese lugar. Tras un buen tiempo de espera la extraña niña humana que parece ser oriunda de esa región se señala así misma a la vez que habla-¿Aio? ¿Eres Aio pequeñita?- Pregunta la mujer tratando de confirmar la identidad de la pequeña que luego la señalo a ella ejerciendo palabras sin sentido.

-Supongo que quieres saber mi nombre, o al menos seria educado de mi parte presentarme. Soy Nessa Tinúviel, una elfa viajera de un lugar muy lejos de aquí, Pero no temas, no estoy aquí para pelear.-La joven mujer aun trata de ganarse la confianza de la niña con sonrisa, dulzura y paciencia ya que parece ser el único modo de conseguir algo de la niña por las buenas.

El sol comienza a despuntar y comienza a hacer más calor, aunque por suerte tienen bastante sombra en los alrededores del claro gracias a la alta y densa vegetación de ese lugar tan hermosamente salvaje.

la pequeña aun estaba luchando contra algo en lo claramente esta perdiendo. El sueño. se frotaba su ojo derecho negando de vez en cuando, empezando a bosteza, no es que quisiese ser mal educada, menos cuando su madre y hermano le regañaban por eso. pero era inevitable. pasar todo el día y la noche anterior sin dormir, a su edad, era demasiado. Pero era orgullosa como para no quedarse dormida cueste lo que cuente. una odisea para la pequeña pero suponiendo que para un adulto el desvelarse un día entera no era nada, pensando ya en querer ser adulta para no quedarse dormida tan rápido.

Miraba hacia donde estaba al mujer extraña, asintiendo volviendo a apuntarse. -Aio- volvía a repetir para luego escucharle. -Sa- dijo cuando la contraria decía su nombre, Nessa era lo que quería decir, pero le costaba tanto pronunciar, era lo peor haber quedado así pero se trataba demasiado. -fa- decía cuando explicaba que era una elfa... ¿una elfa? ¿Qué era eso? Miraba a su madre y a su hermano a ver si alguien le explicaba que era, pero ambos no dijeron nada y solo le empujaron un poco hasta donde estaba la mujer extraña. -¿fa?- decía con un claro signo de interrogación en su rostro, mostrándose la curiosidad en sus ojos, lo cuales mostraban inocencia e ignorancia del mundo. la pequeña tenía muchas preguntas, típicas de su edad, el por qué era algo que siempre repetía, pero al no poder hablar bien, y no tener a nadie, salvo a su madre y hermano, que le explicara las cosas pues.... tenía que limitarse muchas veces a tener que quedarse con la duda. algo que no le gustaba.

se acercó un poco mas a la mujer extraña, empezando a hablarle, pero al no poder pronunciar bien solo termino diciendo un montón de palabras sin sentido aparente, por lo cual la pequeña hizo un puchero, queriendo poder hablar bien sin tantas trabas. al final termino por mirar a la mujer de cabellera rubia con sus ojos verdes, con una expresión triste, como pidiendo que le diesen lo que ella más quería. Detrás de ella solo escuchaba las risas de su hermano a causa de esa situación, lo cual hizo volver a hacer un puchero, mirando hacia donde debería de estar su hermano. -no ia!-

Ese extraño encuentro tiene en vilo a la sensible, no lo aparenta, pero sensible elfa que tiene debilidad por las cosas pequeñas y tiernitas, y esa niña…Esa niña se presenta como algo tan bello que la hace suspirar. Esa pequeñita se frota el ojo sin parar, y se tambalea cada tanto, bosteza…Es tan frágil, pero a la vez tan valiente como para mantenerse despierta pase lo que frente a alguien a quien todo parece acaba de cuidar toda la noche sin pedir nada a cambio, sin siquiera conocerla a ella, una extranjera armada. Se miran ambas, la joven elfa esperando respuestas, y estas llegaron al poco tiempo cuando la niña repitió eso de Aio, y posiblemente, posiblemente luego quiso decir que si o algo similar a ello.

-Aio…Muy bien pequeña Aio, yo soy Nessa- Se señalo a ella misma al decir Nessa, para que le queda claro. La chica responde o agrega fa y fa una y otra vez, no entiendo la joven dama allí sentada que es lo que la pequeña quiere decir. Posiblemente no hablen el mismo idioma a pesar de hablarle en la lengua más común de todas...Tal vez necesite una lengua mas arraiga a esa tierra, algo que ella desconoce por completo.

-¿Fa?-Pregunta ella haciendo un ademan con la mano para que se acerque, y aunque la niña tiene claras dudas en su rostro se fue acercando de a poco a ella quien no se movió de su situó para no asustar a la pequeña allí frente a ella. La niña empezó a hablar entrando ya en confianza con Nessa, aunque lo que dice no se le entiende nada, por lo que a pesar de levantar lo mas que pudo sus orejas elficas para identificar lo que Aio quiere decirle no lo consiguió.-Tranquila Aio, ven con calma, letra con letra formaran las palabras que quieres decir-Esas son las palabras de la joven elfica quien se sorprende un poco por la actitud de Aio al gritar de súbito mirando donde no hay nadie. Escruto a su alrededor con mirada atenta y minuciosa pero nada, no encontró a nadie por allí.

-¿Qué sucede Aio? ¿Por qué gritas? Allí no hay nadie.-Con calma Nessa hace el esfuerzo de estirarse un poco hacia Aio para tocarle las manos con una de las suyas, a ver si un contacto humano tan directo y cálido consigue que la niña la tome definitivamente como a una amiga y no como lo contrario.

Bostezaba de nuevo, estirándose un tratando de estar despierta el mayor tiempo posible, y se estaba irritando un poco, escuchando a la rubia que parecía no entenderle además del enorme sueño que tenía en ese momento, ladeando un su cabeza, volviendo a mirar a atrás donde estaba su hermano con una sonrisa burlona, si ya estaba algo irritada con eso ya lo estaba casi completamente y realmente eso no era bueno para el bien de la pequeña y el bien de la mujer de cabellera rubí. La pequeña volvía hacer un puchero, quejándose de su hermano para luego callarse, mirando a la elfa… aun preguntándose que era un elfa. Movía apenas su cabeza pestañeando, volviendo a bostezar. –ssa…ssa… ond vens?- ella quería decir “¿de dónde vienes?” pero le costaba demasiado el poder hablar bien, y no sabía el porque de eso realmente, no recordaba pronunciar tan mal antes… al menos hablando con su familia, cuando estaban vivos, podían entenderle.

Da un largo suspiro frotándose sus ojos, volviendo a bostezar. –dn…d..e v..e…nes?- le mira, tratando de pronunciar mejor, pestañeando curiosa observando a la contraria, queriendo saber si esa extraña mujer de ropas extrañas le había entendido al menos ahora, realmente lo esperaba porque hay si que se molestaría.

Mientras la pequeña esperaba su hermano espesaba a mirar los alrededores esperando que no hubiese algún depredador cerca de donde estuviese su hermana menor y aquella mujer extranjera que claramente aun no se recuperaba del todo.

La niña no para de bostezar, y Nessa también tiene ganas de hacerlo, no es que tenga sueño luego de todo lo que durmió, pero el sol se esta haciendo sentir cada vez mas y eso le da sueño. Le cuesta mantener la vista fija en la niña sin pestañear, una por el sol que si bien no le da de lleno se hace sentir, y dos, porque trata de entender lo que la niña quiere decir en sus difíciles intentos de comunicación. La chica sigue mirando para atrás una y otra vez, pero no hay nada allí que no sea vegetación.

-No hay nada allí pequeña Aio...Solo el verde y el amarillo de la hierba-Lo dice muy tranquila, tratando de mantener un ambiente cálido entre ellas dos. La niña se enojada nuevamente, se le ve la boquita larga en forma de trompa, un clásico puchero de niño enfadado. -Calma Aio, no te enfades, solo he dicho lo que veo-Se apresura a hablarle para que no se siga enfadando con ella. La niña habla otra vez, pero es difícil entender lo que ella trata de decir.

-¿Sasonde vengo? ¿O de donde vengo? Puede que desees saber de donde provengo ya que claramente somos diferentes. Nuestro habla, nuestra forma de vestir, incluso nuestras razas. He viajado desde el Puño de Hierro hasta aquí, el Brillo de Luna, pero por imprudente me ocurrió esto...Nací en la Ensenada de Plata...Supongo que tu si eres originaria de estas tierras ¿Verdad? Si es así ¿Puedes indicarme como volver al camino? Te lo agradecer mucho pequeña Aio-Ha respondido ella a la que cree es la pregunta en cuestión, la niña se frota los ojos y se estira mientras pregunta lo mismo, pero de un modo mas clara, Se queda mas tranquila la joven elfa, sabiendo que ha respondido bien, y espera ella que la niña responda a su pregunta y mas importante aun, el entender que es lo que le quiere decir, de otro modo sera lo mismo que nada.

Miraba hacia atrás de nuevo, solo estando su madre en ese momento, por lo cual ella pensaba que había ido a patrullar la selva de nuevo como siempre, el calor empezaba a aparecer y realmente ella tendría que empezar a recolectar las bayas para poder comer y tal vez algún animal que haya caído en un de las trampas y que no se hubiese comido algún depredador. No se podía esperar mucho ya a estas horas del día. Se movía un poco, no por incomodidad, si no para tratar de mantenerse despierta.

Ladeaba la cabeza escuchándole, no entendía que eran esos lugares pero suponía que eran interesantes, ¿habían muchos mas lugares que la selva? –pun…no…. I-o….- ladea la cabeza hacia el otro lado. Escuchando ensalada de plata en vez de Ensenada de plata por lo cual se termino confundiendo aun más de lo que ya estaba, preguntándose como algo podía llamarse así. Su rostro era de clara confusión al no entender mucho (había vivido en un pueblo ignorante y el resto del tiempo en la selva) muchos nombres le eran demasiado extraños y claramente un camino no conocía, salvo el que llegaba hasta el pueblo que visitaba de vez en cuando. Tal vez… podría llevarle hasta ese pueblo pero realmente se sentía algo insegura. No es que tenga una muy buena experiencia con ese pueblo, después de todo fue allí donde perdió a sus padres. Miró a su madre y empezó a hablar con ella, preguntándole si llevarla hasta ese lugar era la mejor idea. Su madre tampoco sabía si era la mejor idea pero realmente era mejor una casa a la intemperie con el tipo de heridas que tenía la elfa.

La pequeña miraba a la rubia, ladeando la cabeza mirándole preocupada dando leves gimoteos.

La elfa nota fácilmente como la niña mira ahora para atrás, antes lo hizo hacia los costados, pero no le dijo nada, ya le había dicho antes de que estaba segura allí, pero ella sigue intranquila e inquieta, por lo que imagina la elfa que no importa lo que diga ella no cambiara de actitud. Para peor el calor empieza a aumentar y Nessa no esta acostumbrada a un clima tan caluroso como ese que a pesar de ser seco se siente y mucho. En la Ensenada de Plata suele estarse muy fresco, y luego en el Puño de Hierro las temperaturas no son ni cercanas a las que siente en el Brillo de Luna.

La confusión en la niña es evidente, y la comunicación con ella es muy burda, casi incomprensible, por lo que no está segura si se están entendiendo en algo o no. Aio parece mas hablar sola que con ella, nuevamente empieza a desvariar hablando sola, como si tuviera amigos imaginarios, algún común en los niños, por lo que no le presta demasiada importancia…Y viendo que no parece tener padres, en su soledad puede necesitar de ellos.

-Pobre niña…-Susurro, sintiendo pena y cariño por esa niña que parece estar sola en el mundo.

-Aio…¿Vives sola aquí? No he visto a nadie más desde que he llegado y comienzo a preocuparme- Se puso de pie con esfuerzo al decirle esas palabras, no puede estar recostada y dejar que una indefensa niña la cuide como si fuera una lisiada, es una caballero y se hará valer como tal, en su deber y honor debe ser al revés, ella debe cuidar de la niña y como viene siendo hasta el momento. La niña la mira preocupada, y gimotea, eso la enterneció y mucho, por más que quiera no puede negar su corazón y su instinto de mujer y madre.

-No estés triste…Yo estaré bien, y te cuidare ya lo veras-Trata de acercarse a la niña despacio mientras le habla con dulzura, de esa forma no la asustara, además, tiene el cuerpo medio entumecido aun, claramente la enfermedad a ingresado en ella y no sabe cuál de las tantas enfermedades puede ser.

La pequeña sabía que no llegarían a ninguna parte, no entendía lo que decía la chica extraña de orejas largas. Bueno si le entendía pero cuando hablaba de lugares se perdía demasiado al no conocer más lugar en esa selva que tanto sentía conocer y querer como su verdadero hogar. Daba un bostezo al sentir como sueño y aun más a esas horas donde hacia mucho calor, acercándose al río que estaba cerca de ellas mojándose el cabello y alrededor de su cuello ara tratar de mantener su temperatura, tomando un poco de agua en sus manos para ir donde la mujer de cabellera rubia suponiendo que le estaba pasando algo similar. Le escuchaba, ladeando la cabeza dando una especie de ronroneo riendo un poco, le parecía gracioso el como actuaba esa mujer. ¿Realmente era extraño el que ella viviese con su familia de esa forma? Tal vez si… tal vez para la elfa la forma de convivir con su familia era diferente quizás.

Se acercaba rápido hasta donde estaba la mujer, un tanto preocupada al ver que se estaba colocando de pie aun estando sin curarse, abrazándole de su pierna sana, tratando de ser una especie de bastón para esa la mujer de cabellera rubia. –nca…ta- hace puchero aun tratando de ayudarle como podía, de momento tendría que ir a la tienda donde ella vivía con su madre y hermano. Mirando a su madre, empieza a hablarle preguntando si era buena idea llevarla hasta ese lugar. No importaba si quedaba un tanto lejos, pero realmente ese era el lugar más seguro de momento.

Definitivamente la elfa no llegara lejos así como esta, el terreno es duro de día, y si no se lo conoce puede ser mortal. Aunque Aio puede que piense en otro aspecto, que no llagaran a ningún sitio con la comunicación, y eso es probable también, pero nadie puede asegurarlo. Y mientras Nessa se pone de pie la niña se aleja a por agua, al estar de pie la elfa pudo notar que tienen cerca un rió, eso explica el porqué pudo sobrevivir con tanta fiebre el paso de la noche, gracias al agua, de otro modo no lo hubiese conseguido.

-Vaya, que fortuna…Un rió…Eso explica muchas cosas Aio-No duda en ir hacia el rió, tiene que mojarse el cuerpo, en lo posible darse una ducha, si, una ducha sería perfecto para ella, sería como revivir realmente. Sonríe ante la niña y cuando se abraza a ella de la pierna ella la rodeo con uno de sus brazos para acariciarle el cuerpo, en especial la cabeza, y caminar, lento, pero al menos camina.-Gracias Aio…No te preocupes demasiado o tu también te pondrás mal…- Se lo dijo bastante triste, es humillante el siendo casi un caballero el estar así con una niña, debería ser al revés, ella estar ayudando a los otros y no ser una carga para el resto. Así llegaron al rió, con la niña haciendo de muleta para la mayor quien se fue quitando las prendas de ropa para poder ingresar al rió y sumergirse en el, realmente necesita ese baño refrescante.

-No te preocupes Aio, no me caeré….Ni me ahogare, o eso espero…-No sabe bien que fue lo que ella le dijo, pero supone que la niña está preocupada por ella. Así fue que la elfa quedo completamente desnuda, no se dejo nada sobre el cuerpo excepto los vendajes que le que coloco la niña la noche anterior. Comenzó a darse un baño allí mismo, limpiando su hermoso y femenino cuerpo digno de una princesa, o bueno, casi, seria digno de una princesa si se cuidara más y si actuara como una doncella en vez de cómo un caballero.-Que hermosa sensación…En verdad necesito asear mi cuerpo y dejarlo bien limpio…aunque duelan las heridas…-Menciona hablando algo más alegre ahora, mas en paz.