Mi comienzo

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Han pasado muchos años desde que comenzó mi viaje, en verdad, si que pasó mucho tiempo. Es sencillamente inimaginable la cantidad de experiencias y situaciones por las que puede pasar una persona a lo largo de su vida, las acciones y decisiones, que toma una persona del principio al fin de su existencia.De pequeño jamás imagine que la vida seria así, pero ahora lo sé. Eh pasado por tantas cosas en mi vida ¿Cuántas cosas eh dicho y hecho?  Y pensar que mi existencia es muy pequeña a comparación de muchos otros seres de este mundo, y más aun… de muchos otros.  
Creí que sabía mucho pero en verdad no sabía nada, ni del mundo ni de la vida, aun lo creo, la verdad es que a veces me siento tan pequeño que recuerdo mi infancia, cuando solo pensaba en “ser más fuerte”, solo en eso.

- “Soy hijo de guerreros, el poder fluye por mis venas” de que pequeño solía decir eso aunque en verdad no sabía bien de que hablaba. Recién ahora estoy comenzando a comprender…a conocerme, a saber quién soy, puesto que se me ha negado la verdad sobre mí y mi linaje.
Nací en la Dinastía del Dragón, tierra gloriosa de grandes guerreros y de muchas historias, aunque la verdad me importaba poco, odiaba ese lugar ya que la vida en ese lugar se resume a una sola cosa “Hacerse fuerte y servir al imperio” ya que nuestra ciudad es la guardiana.
Está ubicada al extremo este del continente rodeado de montañas y se extiende  de norte a sur, al oeste esta el llamado Desierto del Dragón, es fácil imaginarse el por qué, y al este se encuentra el continente del Karma o Continente Oscuro, también es fácil imaginarse el por qué de su nombre. Por ende debíamos ser los más fuertes del mundo y con esa ideología se vivió, se vive y se vivirá en ese lugar.
Mis padres murieron en combate y no tenía familiar alguno excepto mi hermana, ella era lo único que tenia, sin un hogar, sin dinero, ni posición social, nada ni nadie a quien recurrir, estábamos solos, solo ella y yo, no había mas nada ni nadie.

Como mencione antes mis padres murieron cuando tenía ocho años, mi hermana en ese entonces tenía cuatro años, éramos muy pequeños y estábamos solos, ese día jure que la protegería de todo y de todos, que nada ni nadie la lastimaría y que siempre estaríamos juntos. Era muy pequeño para promesas pero de todos modos yo nunca lo pensé así.Sobre mis padres, solo sé que eran grandes guerreros solo eso, no tenia ningún recuerdo sobre ellos, ahora que lo pienso era extraño no tener recuerdos. Según los doctores fueron debido al shock, otros dicen que era a causa de los duros entrenamientos, y otros simplemente dijeron que yo no quería hacerlo. La verdad nunca les creí, idiotas… la verdad estaba lejos de toda suposición existente.

Desde muy pequeño eh sido entrenado en las artes marciales y el sigilo, desde los cuatro años se entrena a los niños y niñas para que sea perfectos combatientes en él  futuro, a medida que van creciendo se les va dando diferentes entrenamientos dependiendo de las  habilidades que demuestren tener. Sé  los entrena por separados, los hombres por un lado y las mujeres por el otro para mantener la disciplina. Eso me trajo problemas, en verdad… muchos problemas, porque tenía que pasar demasiado tiempo lejos de mi hermana, a veces mucho tiempo, incontables veces rompí las reglas para poder verla pero muchas veces me encontraron y fui castigado por ello, y el castigo era cada vez peor, pero aun así nunca deje de hacerlo aun cuando mi maestro me lo recomendaba.
Generalmente  entrenamos en dojos pero a mí me entrenaba un maestro en particular, su nombre era  Gensatsu, el mejor maestro que ah  existido en toda nuestra historia, se decían tantas cosas sobre el que la verdad sencillamente aburrían, para colmo el tenia un gran ego y orgullo. Las mujeres le seguían a todos lados, los hombres siempre buscaban su consejo, los poderosos siempre buscaban tener su favor y pedían su enseñanza para sus hijos, la verdad me molestaba mucho, aunque luego fue demostrando que su arrogancia no era solo eso ya que él en verdad era todo lo que se decía y tal vez mas.

Nunca entendí porque diablos yo recibía un entrenamiento especial, llego a tal punto que parecía como si nos hubiera adoptado, a mi hermana y a mí.Así fueron pasando los años y me convertí en un experto en el arte del asesinato y el sigilo pero no solo eso, también tenía gran conocimiento sobre las artes marciales en general con una excelente visión del análisis, completamente frio y calculador con deseos de muchas más habilidades y poder del que ya tenía.
Así fue que un día como tantos otros mi maestro me mando a llamar como tantas otras veces, cuando llegue ante el me pidió que me sentara, extendió un plato de sake y con voz tranquila pero segura me dijo lo siguiente.

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-Felicidades muchacho, lo lograste… hoy termina tu entrenamiento-Luego de una profunda charla mi maestro me hizo saber que ya era hora de que salga y vea el mundo con mi propios ojos y así mejore mucho mas, la verdad no era nada raro ya que aquí en mi pueblo es normal que llegado el día se deje partir al guerrero a ver el mundo para que aprenda de él.
El día siguiente lo pase con mi hermana, le dedique el día enteramente a ella, sabía que me iría por tiempo indeterminado y no podría estar con ella, me partía el alma saberlo pero, tenía que hacerlo, era la única manera de llegar mas allá, pero a pesar de todo, no pude decirle nada sobre mi partida, no tuve la fuerza para hacerlo.
Así fue que me fui sin despedirme de ella, no sin antes hablar con mi maestro, en realidad cuando iba a comenzar a hablar el me interrumpió rápidamente.

-Yo cuidare de ella en tu ausencia-Su voz fue demasiado poderosa como para ponerla en duda, además era la única persona de confianza que tenia, bueno casi la única, pero si la única que tenía el poder para hacerlo. Sus palabras de despedida fueron:

-Ve al mundo, de un lado a otro, velo y escúchalo, aprende de él, además, no vuelvas al menos hasta que por lo menos no hayan pasado más de dos años, si vuelves antes o sin demostrar buenos resultados- Hizo una leve pausa-Te matare con mis propias manos- Así comenzó mi viaje.

Logre cruzar el Desierto Del Dragón en poco más de seis meses, fue difícil y en parte hasta frustrante pero lo consigue, lo atravesé vivo y en una sola pieza, luego de cruzarlo me dirigí al país que es conocido como el Cielo Libertad. Allí pase un algún tiempo, ganando algo de dinero como asesino a sueldo o caza recompensas, siempre solo, no me alié con nadie durante mi viaje.
La soledad hacia las cosas más complicadas, pero era lo mejor, probaba y mejoraba mis habilidades mientras ganaba algo de dinero para subsistir y poder continuar con el viaje.
Luego de dos meses deje el Cielo Libertad para dirigirme hacia el centro del continente, comenzaba a entrar en un terreno mucho más verde, estaba llegando a las ruinas de Ilmora, la sagrada Ilmora, el país de la leyenda, el países mas grande y glorioso que tuvo nuestra historia pero, que inexplicablemente desapareció en una sola noche a causa de un terremoto.
Ilmora contaba con una vasta cantidad de leyendas por lo cual, varios siglos después de su destrucción los cazadores de tesoros e historiadores visitaban a menudo el lugar, para hallar algo que otros aun no hubiesen podido descubrir.
Ahora solo era un gran y basto bosque,  las ruinas estaban cubiertas casi en su totalidad, con el paso de los años la Madre Tierra se encargo de ello.

Casi seis meses después logre llegar al centro del continente, a un pequeño pueblo dentro del territorio del Iron Fist, el reino más grande hoy en día, era un pueblo muy común, no había nada en especial en ese lugar, los días eran repetitivos allí. Todo era repetitivo y aburridor excepto por un día en especial, lo recuerdo bien aunque ya hayan pasado muchos años de ello. Yo estaba sentado en las escalinatas de una posada cuando un caballero caminaba por la calle, me llamo mucho la atención ya que tenia porte y personalidad, se notaba en el experiencia, algo era seguro- *-No es un cualquiera- *Fue mi primera impresión. Y no me equivoque, de la nada surgieron varios no muertos del suelo que de inmediato le rodearon y el no dudo en accionar, eran muchos así que decidí intervenir, no sé bien porque lo hice, supongo que fue por aburrimiento. La batalla termino rápido, en verdad no era un cualquiera ni yo tampoco.

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–Excelentes movimientos- Dijo el caballero a la vez que guardaba su mazo y escudo.Su tono demostraba personalidad y liderazgo, pero a la vez demostraba una gran fineza y educación.

-Gracias guerrero por  acudir en mi ayuda, mi nombre es Sir Logan Sapprazzano Dy Nebuchannezzard ¿Cuál es tu nombre guerrero?- Mientras me miraba fijamente a los ojos.No me interesa contestar, en ningún momento pensé en salir en su ayuda, hablo más de una vez pero no le conteste nunca, hasta que hablo en el idioma del oriente, el idioma de mi tierra natal, entonces conteste.

- Shinomori Setsuna-La verdad en ese momento no sabía porque diablos le había contestado.

-Soy un paladín del Iron Fist-Dijo lleno de orgullo.-Veo en ti rasgos del país de oriente, que interesante…-Luego de ello entablamos conversación.

Me propuso ir con el al Iron Fist, ya que necesitaba guerreros especiales para un grupo de élite directamente bajo sus órdenes, me contó de muchos lugares y personas y acepte, la verdad en ese momento no sabía porque había aceptado, fui muy ingenuo, nunca me había encontrado con alguien así anteriormente.

Así comenzó nuevamente mi viaje, pero jamás imagine que mi vida cambiaría y que nunca volvería a ser la misma, había cambiado para siempre…Para siempre.