Atravesando Moroznyy les

Tras deshacerse del primer enemigo el herrero herido fue en busca del siguiente enemigo, que encarnecido corre tras su atemorizada presa. El enano formulo un plan, el cual necesita de que el joven muerto de miedo tome parte activa de el. Por suerte para el herrero no necesito decirle mucho a Harusame, con el huargo a cuestas en cuanto lo vio corrió desesperado hacia donde el esta escondido y preparado para asestar un golpe seco y mortal. Corrió Harusame en linea recta hacia allí, pero el huargo mas rápido que el salto para desgarrarle la espalda con garrar y colmillos.

A pesar de la ropa desgarra, la piel y la sangre que se esparció en un instante en el aire, el plan del enano funciono, el huargo quedo en vía libre para que el le rompiese la cabeza con el mazo. Harusame quedo un poco mas adelante del huargo, con la espalda ensangrentada y boca abajo. No se movía en absoluto, como si el golpe que recibió hubiese sido mortal.

Me dirigí al wuargo que agonizaba, lo remate de un martillazo mire mi brazo ensangrentado, tras el combate la adrenalina desaparece y el dolor se acentúa, metí el brazo en la nieve para que con el frió se durmiera, tras sacarlo cogió al wuargo por la cola y la mordí con fuerza y usando el martillo candente cauterice la herida para no desangrarme, la cicatriz me quedaría de por vida pero al menos no moriría allí, una ver a salvo me acerque al chico y le di unos golpecitos en con el pie en el costado.

-Chico, ¿sigues vivo? venga levanta, no es momento de hacer el vago...

Tras rematar al huargo con un golpe seco y fulminante el enano metió su mano ensangrentada en el hielo por unos minutos, lo cual hizo que su temperatura bajara a tal punto que casi no sintió ningún dolor sobre su carne. Al tener la mano dormida por el frió uso el fuego que emana de su martillo para cauterizarse la herida sangrante, no si antes morder la piel del huargo para no gritar del dolor. Tras terminar de darse los primeros auxilios fue hacia Harusame que esta tendido sobre la nieve, le movió los pies de unas patadas ligeras y el chico trato de huir despavorido del enano.

El herrero podría jurar que el huargo le arranco un pedazo de espalda al muchacho, pero viéndolo de cerca parece que apenas tiene unos rasguños.

Vi al chico huir y me quede mirando.
-Kakita tranquilo, ya no ha wuargos estan muertos, aora ayudame a cargarlos en el carro...
Guarde en martillo en el cinturo y fui a por el guantelete y el escudo, los deje en el carro y arrastre los wuargos a la parte de atras de esta para intertar subirlos, la piel servira de abrigo, su carne de alimento,con sus garras y dientes algun adornoque pueda vender...

Estaba Harusame por ponerse de pie para asi correr mas aprisa y alejarse de allí, pero la voz del enano le hizo detenerse, se giro y lo miro, lastimado, pero el mismo esta lastimado en la espalda, siente el frió congelarle la piel y la sangre secarse sobre su propia espalda.

-Lo logramos....Jejeje...jejee....-Rió por lo bajo, como si todavía no se lo creyera del todo, aunque aun así hizo lo que le pidieron. Se acerco al enano y le ayudo con el cuerpo de las bestias, aunque le dio algo de pavor al comienzo tocarles, ya que según el podrian ponerse de pie nuevamente. Al rato pudieron subir los dos pesados cuerpos a la carreta, y al hacerlo aullidos se escucharon a lo lejos, lo cual hizo que Harusame tuviera escalofríos.

-¿Hay mas?-Pregunto el chico con miedo en su voz.

-Esto se pone feo chico, mas te vale empezar a luchar, almenos no moriras como un cobarde.
Me puse frente a la carreta y con dificultad por el dolor tire de ella.
-Empuja Kakita empuja, tenemos que irnos antes de que nos cogan, este debe ser su territorio.
Sparky empezo a revolotear alrededor nuestra nervioso.
-Sparty, si ves alguno avisanos, y Kakita, si no vas a luchar mas te vale salir corriendo, tienes un arma, y por lo que me contaste, una culpa que te corroe por dejar a los demas a su suerte, muerte o gloria joven Kakita, esa es la verdad del mundo, y ahora empuja como si te pagaran por ello...

Luchar o morir, como si todo en la vida se recudiera solo a una mera batalla. Prefirió siempre ver la vida de otra manera, aunque es muy joven como para haber conocido mucho de la vida, pero en ese bosque, y a esas alturas es algo sin importancia, ya que probablemente el enano tuviese razón, si ayuda en algo es posible que mueran los dos. Los aullidos se escucharon mas claros y en mayor cantidad, por lo que apurado empezó a empujar tal cual mando el herrero a que hiciera.

-Hay que irnos señor, hay que salir del bosque y buscar la ciudad o algo-Con miedo y muy nervioso el joven desea salir de allí, volver a la ciudad donde pueden estar seguros.

Las palabras del enano le apuñalaron la carne de forma mas cruel que cualquier espada, mas doloroso que la mordida de un huargo. Si el fuese mas valiente podría ayudar, podría haber ayudado a otras personas en anteriores veces, muchas veces dejo atrás a personas por huir, y esas personas fueron mejores que el. Prefirió no decir nada mas y continuar empujando, sus vidas depende de ello.

-¿Irse?, yo voy a las montañas y picar metal, y por los cuervos de Odin que este carro volverá lleno duro y reluciente metal, un enano nunca se marcha con las manos vacías, wuargos, ogros, o los propios gigantes de hielo, nada ni nadie me hara dar media vuelta...

Los aullido taladraban mis oidos y Sparky estaba nervios.

-Kakita, si no vas a luchar corre huye, pero ten en cuenta que si ahora echas a correr nunca podras huir de aqui, la culpa y el deshonor te seguiran hasta el dia del juicio final, si te quedas y luchas es muy posible que mueras, pero almenos seras capaz de mirar a la muerta a los ojos y mostrarle que no tienes miedo, tu decides, vivir de rodillas o morir en pie...

Aprete el paso todo lo que pude rumbo a las montañas.

Demasiado testarudo es el enano, por algo de oro pone en riesgo su vida y la de los demás, sin tener en cuenta de que grupos de hombres armados trataron de pasar y apenas lo consiguieron llevando grandes bajas sobre si. Y allí van, solo dos personas, un herrero y un joven inexperimentado, es difícil que la suerte sonría a tan poco prometedor grupo. Las palabras del enano no son nada alentadoras, correr o huir, de todas maneras ¿Adonde correría? Solo no tiene chances, y pelear, morir, no importa lo que diga el enano, no están luchando por nada de valor, sera una muerte mas, sin gloria ni honores.

-No hay honor aquí, no luchamos por nada honorable-Respondió el chico mientras empuja la carreta lo mas que puede. Sparky se alboroto y fue junto a su dueño, mas enemigos llegaron olfateando la sangre derramada, encontrando allí no solo los cuerpos muertos de los huargo, sino también a sus asesinos. Dos lobos mas aparecieron allí, por lo que Harusame se escondió de nuevo tras la carreta, subiendo a la parte de atrás de la misma, junto a lo cuerpos muertos de las anteriores bestias.

-Realmente no quiero morir aun-Dijo el muchacho asustado, mientras lleva una mano al pomo de su espada.

Subí rápido al carro nada mas ver a las nuevas bestias, la manada se nos venia encima, intente buscar un wuargo mientras cogió el escudo a duras penas y martillo en mano mire desafiante a las bestias, mis ojos se cruzaban con los suyos, no mostré miedo, aun no era mi hora eso esta claro.

-Chico sube aquí, espera que salten y ataca, y no dudes ellos no lo harán...

Me relamí al notar el calor del martillo y la electricidad en mi brazo, no me hacia falta mucha fuerza al usar el escudo, si sus zarpas o colmillos impactan en el sufriran el poder del trueno, respire hondo, senti el aliento de la muerte en mi nuca.

-Odin, permite que mis ataques tengan la precision de tu lanza,
Thor, dame tu fuerza y no permitas que caiga ante tan infames bestias.

Al subir el enano a la carreta pudo oler el olor de la carne quemada, el herrero se había cauterizado la herida, pero sin los cuidados médicos necesarios esa herida se gangrenara y eso puede resultar mortal, podrian tener que cortarle el brazo al enano. Acomodo el herrero un cuerpo de los huargo como pudo, para escudarse en parte tras el. Tomo el escudo con la mano dañada, peor aun para la salud de esa extremidad de su cuerpo, y el mazo con la mano libre. El rayo y el trueno yacen junto a sus armas, a la espera de que se acerque el primer enemigo. Se puso a la espalda del enano, mirando hacia otro lado, mientras el herrero reza, Harusame opto por hacer lo mismo.

-Dama Sol, iluminarme
Dama Sol, llena de fuego mi corazón
Dama Sol, has que mi espíritu arda de valentía-

Valentía es lo que mas necesita ese chico, en especial cuando el huargo salto sobre el mientras el otro salto contra el enano. Si alguno de los dos da un paso al costado entonces el otro morirá al recibir un ataque por la espalda. El aliento horrible de esa bestia le llego de lleno cuando la tuvo a un centímetro de el. Observo a las perfección las garras, filosas y enormes. Sus ojos claros sobre los suyos, mostrando terrible ferocidad como sus fauces. La sangre broto por doquier, como si fuera una lluvia color escarlata, espesa y caliente en todo ese páramo blanco y helado.

Golpee con todas mis fuerzas de abajo arriba en la traquea de la bestias y sacandole del carro, en la guerra un buen equipo y una buena estrategia son claves, la altura les obliga a tener que saltar, por lo que la distancia permite mayor tiempo de reaccion, y lo mas importante solo pueden atacar en linea recta con la cabeza por delante, solo hay que esperar y atacar.

-Kakita no cedas, si matamos a estas bestias con sus cuerpo podre sacar un buen dinero, asi que no sera necesario ir a las montañas, ya queda poco chico solo unos pocos mas.

Tras la lluvia de sangre que se esparció por el lugar se escucho el golpe del metal contra la carne y el chillido agudo de la bestia cayendo hacia atrás, lejos de la carreta. Cuando el huargo salto hacia el herrero, este que esta bien posicionado y a la espera le dio un bruto golpe en una zona sensible, así fue que la fuerza del impacto lo arrojo hacia atrás. La fuerza del enano junto a su buen arma y la mejora sobrenatural de sus runas dieron una muerte instantánea al feroz enemigo. Tras acabar con su enemigo el enano hablo dándole ánimos al joven sin dejar de mirar hacia el frente, por si apareciese otro enemigo mas, aunque no recibió ninguna respuesta, solo escucho el viento soplar cerca de el.

No paso ni un minuto cuando el olfato del enano capto un aroma desagradable, algo mas que sangre, un olor que comenzó a esparcirse en el ambiente lentamente.

Me gire y vi a Kakita bañado en sagre y lasmejillas humedas y a sus pies un wuargo abierto en dos.

-No esta mas chico, de un golpe jaja tienes madera para esta chico, bueno saca el cuerpo del carro y ayudame a meter al otro, no quiero ir oliendo a muerte el camino de vuelta...

Baje y empece a subir el cuerpo con dificultad, deje mis armas en el carro y me puse delante de esta.

-Bueno vamos chico, cuando lleguemos te invitare a un buen trozo de carne.

Tire de la carreta camino de vuelta.

-Sparky vigila no queremos mas sorpresas...

Mire mi brazo dolorido, en cuanto lleguemos ire al medico... espero no llegar tarde...

El chico esta tieso como el mismo cadáver que se encuentra delante de el, solo el vapor que sale de su nariz y de su boca deja saber que es una criatura viva. Pero si se observa bien, puede verse como le tiemblan las piernas, de manera tal que parece que van a doblarse en cualquier momento. Escucho a la perfección las palabras del enano, pero no cree que alguien que tenga madera para matar haya actuado tan cobarde, ni hablar que en ese momento siente una opresión en el corazón que apenas le deja respirar. Sus ojos están completamente abiertos, temblorosos y aguados. La sangre sobre sus mejillas se mueve lentamente, lavadas apenas por las lagrimas de Harusame que recorren sus mejillas y luego caen al suelo, a la par de las gotas de sangre que caen de la espada del joven oriundo de la Dinastía del Dragón.

La voz del herrero lo despertó, en especial cuando subió el cuerpo del huargo a la carreta. Se quedo viendo el cuerpo del huargo muerto frente a el, y cuando el enano movió la carreta el chico cayo de rodillas al suelo, sus piernas no soportaron y quedo de rodillas, sollozando en voz baja, mientras con el antebrazo izquierdo se limpia el rostro de la sangre y de las lagrimas.

Mientras la cría de dragón vigila, se marchan despacio, aunque a lo lejos se ven sombras en los cielos y aullidos a lo lejos, mostrándose aquel lugar nada acogedor. Cuando mas antes de allí salgan sera mucho mejor.

Gire la cabeza mientras salia poco poco del bosque y mire a Harusame.

-¿A que viene esa cara?, estamos vivos, no deberías sentir lastima por esas bestias, creeme ellas no la habrían sentido por ti, esta el la vida real chico, unos matan y otros mueren, la ley del mas fuerte, ¿si vas a estar llorando cada vez que mates a una bestia bájate del carro y deja que te devoren así ahorraras sufrimiento, creeme, tarde o temprano sera tu vida o la de cualquier otro, enano elfo humano vampiro da lo mismo prima el instinto de supervivencia, asi que deja de llorar y empuja o bajate y deja que te coman

Las palabras del enano van cargadas de sabiduría, pero serian mas efectivas tal vez si tuviera un tono menos osco y sanguinario, la verdad de la que habla es innegable, pero la forma de explicarlo parece la de alguien que no tiene corazón ni moral. Entre lagrimas el chico recuerda las enseñanzas de su maestro, pasada sabiduría de años pasados, pero que le han marcado profundamente el alma, por lo cual envaina su espada y recuperándose parcialmente baja en silencio de la carreta y empieza a empujar junto al enano.

Quiso el joven pensar, comprender, pero no pudo concentrarse en sus pensamientos, su objetivo permaneció oculto en nieblas brumosas que lo perturbaron y no le permitieron pensar con claridad. De todos modos empujo, por inercia, casi sin voluntad aquella carreta, y al cabo de unas horas dejaron completamente el bosque tras de ellos, rumbo a la capital enana.

Partida terminada y cerrada: Obtiene 3 puntos de experiencia.