Gata de caceria +18

La noche cubria con su vasto velo negro el cielo de la  ciudad el cual trataba de iluminar vanalmente el suelo de las  calzadas y la fachada de los edificios con las débiles luces de las estrellas, un esfuerzo inútil pues ésta noche no había luna y su pálida luz no llenaría de plata los estanques ni de luz azulada los callejones, ésta noche la negrura recubría todo, era el escenario perfecto para que la bestia iniciara su cacería.

Las noches pasadas mientras estudiaba el comportamiento de los mortales en aquella ciudad tan grande se había estado alimentando de la fauna urbana local, los volantes que hacian referencia a mascotas desaparecidas habian aumentado recientemete y la gente decía cosas sobre descubrimientos de animales muertos que aumentaban en numero, pronto se hacian leyendas urbanas que lo atribuían a algún ser infernal o a una persona enferma  que mataba animales a placer, cualquiera que fuera la versión no estaban tan equivocados.

Pero la bestia se habia hartado de la sangre de ratas, perros callejeros y aves, ahora ambiciaba la dulce y suculenta sangre humana y ya sabia lo suficiente de los mortales de área para poder iniciar su caza, ésta vez había aguantado mucho sin alimentarse y estaba al borde del frenesí, aquél monstruo  sabía que si no se  alimentaba pronto la bestia dentro de sí tomaría el control y asesinaría indiscriminadamente hasta  saciarse dominada por  el Hambre, eso no le molestaba, sin embargo sabía que en una cuidad como ésta debía ser más discreta pues los mortales la superaban por mucho en número, ésta vez no se trataba de un pueblo soitario y sin recursos para hacerle frente.

Ya había escogido a su víctima, era  un joven, un muchacho que vivía en una  casa ubicada en una serie de laberínticos callejones, sin duda el mejor lugar para el asecho. El chico se hallaba recorriendo el sinuoso camino a su casa cuando una voz femenina lo llamó desde atrás.

-Ayúdame- la voz sonaba dulce, el chico volteó pero no vio a nadie, quiza si regresaba sobre sus pasos la encontraría en la interseccion que acababa de pasar

-Por aquí...- decía la voz a la vuelta de otro callejón, el joven fue hasta éste pero no encontró a la mujer

-Rápido ayúdame...- ésta vez el sonido venía de un callejón detrás suyo, el chico creía que eso no tenía sentido pero de todas formas se dirigió hacia allí para prestar  su ayuda a la mujer que pedia auxilio pero una vez más en el  callejón no había un alma.

-Estás cerca, ven rápido...- el chico se metió a una interseccion de callejones en forma de "T" y se metió en uno de ellos.

-Por ahí no, por aquí...- el chico regresó y se metió en otro callejón pero algo estaba mal... ¿Cómo sabia la mujer dónde estaba él? se dió cuenta pronto que lo estaba guiando a una trampa y el pulso de su corazón se aceleró, la bestia notó eso y sonrió, como una gata había estado jugando con su presa, ese tambor que sonaba desesperado era música para sus sádicos oídos, el joven ahora estaba asustado, no conocía aquella zona de callejones, no sabía hacia donde correr. La bestia podría atacarle en cualquier momento pero no sería tan divertido asi que haría que el juego continuase.

Pareces pálido.... la voz volvió ésta vez cn tono burlón, el chico se asustó más y comenzó a correr en dirección opuesta de donde venía el sonido, la bestia sonrió y corrió a la par que él sin hacer ruido alguno sobre los tejados.

-Ayudaaaaa- canturreaba burlonamente la voz femenina

-¡Déjame en paz!- gritaba el joven casi sollozando mientras corría en aquél laberinto y una risa se burlaba macabramente de él, la bestia disfrutaba de eso, aunque era divertido ya era hora de terminar el juego.

El chico estaba por entrar a un callejón sin salida y Juliette se preparó para saltar hacia él agazapada cual felino....

Como en la mayoría de ciudades donde trascurre un gran caudal de gente hay personas y criaturas de todo tipo, muchas de ellas destacando en numerosas acciones y rasgos que en pocas ocasiones los validan como especiales y hasta únicos.  Esa noche una de esas criaturas decide andar por el mundo con sus propios pies.

Oídos hay por todos lados, ojos que miran desde el mas allá y narices que huelen toda clase de sensaciones. Pareciese que en ciertos sitios las sombras tuvieran manos y el roció de la sucia ciudad se pega al cuerpo como la lengua de un hambriento amante.  
La trampa y el acecho nocturno no le son ajenos, más bien son muy suyas propias esas mañas traicioneras, y no le sorprendió escuchar la voz de un chico joven clamar y suplicar por ayuda en esos sitios oscuros, allí la vida de otro vale lo mismo que una mera fruta o menos aun.

En esos callejones alguien observa como un pobre chica será presa de un robo, o tal vez peor, puede que sea un asesinato, como fuere no es de la incumbencia de ese que solo escucha y observa de modo seguro tratándose en el caso de esa criatura algo tan profesional como lo es de adictivo un hobbie.

*-No parece un robo, ese muchacho no tiene nada de valor ni de utilidad como para arrebatarlo…Posiblemente sea solo un loco más con ganas de abusar de un débil…-*Saca sus propias conclusiones esa criatura al ir pensando en lo visto y apreciado hasta el momento, arrojándose más por la teoría del asesinato que del mero y común robo.  Aguarda pacientemente convertido en sombra y piedra siendo uno más de la piedra con piedra que forman algunas casas, siendo madera y clavo, viento y silencio a que se resuelva esa situación tan común como natural en esa ciudad, la de un asesinato.

La bestia se encontraba agazapada calculando la fuerza para su salto, la distancia y afinando su puntería; el chico se dirigía de frente hacia ella sin saberlo, cuando el joven se acercó lo suficiente en su desesperada carrera Juliette llevó toda su fuerza en sus piernas concentrandolas en un potente salto, sus garras felinas retráctiles salieron de su escondite y se dirigieron hacia el frente apuntando al pecho de su presa y su boca abierta dejaba al descubierto unos afilados colmillos que ansiaban la tibieza de la sangre del muchacho.

El chico miraba hacia atrás asegurándose de que lo que lo perseguía se hubiese retirado pero cuando se volvió al frente paraver su camino, el cual estaba cerrado por una pared, lo único que alcanzó a ver fueron unos fulgurantes ojos amarillos brillando en la oscuridad, las garras se hundieron en su pecho con gran potencia, de su boca brotó sangre por el impacto, la fuerza del golpe lo tumbó en el suelo con un sonido seco, y sin perder más tiempo los colmillos se clavaron en su cuello, los últimos latidos de su corazón se detuvieron en un torbellino de placer mientras su vitae era succionada fuera de su cuerpo....

Observa y mantiene la quietud esa criatura envuelta en sombras y olores rancios, camuflado a la perfección en aquella ciudad que tiene sus lugares inmundos, de los peores que se puede llegar a conocer. Viendo lo que ocurre en ese lugar laberíntico y de poca estructura menos de organización creyó que solo ocurriría un asesinato más del mentón, moneda corriente por allí. Nadie se percatara de un chico menos en la ciudad, no se harán muchas preguntas ni habrán quejas, así que sin saberlo ese hombre está prácticamente siendo testigo de una cena gratis para una bestia.

Tuvo que moverse un poco de su sitio y a una velocidad que no fue de su agrado, prefiere el andar lento y cauteloso, andar que no pudo permitirse ese joven al ser perseguido furiosamente por un enemigo engatusador. Finalmente tras un rato de corridas casi en círculos el muchacho quedo atrapado y fue literalmente asesinado por una bestia. Pero no una bestia que se mueve a cuatro patas, esa bestia piensa y razona, anda en dos patas, y por el olor de la sangre y el modo en el que están uno sobre el otro asume ese sujeto que se trata de un vampiro. No es que le importe la vida de ese muchacho ni la de ningún otro, pero algo que no le agrada para nada es el modo en que fue asesinado, siendo comida de modo literal. Las criaturas humanas deberían morir con algo de dignidad, o de otro modo al menos morir de un modo normal, no para alimentar otras bestias. Se fijó bien en la criatura que mato al muchacho y por las formas cree que es una mujer, aunque es difícil verle el rostro puede arriesgarse a ello ya que al estarse alimentando y con toda esa sangre seguramente nunca se dará cuenta de su presencia.
Nota al rodear a la víctima y al victimario que el atacante es una bella mujer, bella si deja de lado el hecho de que sea un monstruo, una aberración de la vida. Sus ropas son bastante elegantes, aunque no están tan cuidadas como deberían la mujer tiene algo de estilo, siendo esas ropas las que más se usan en lugares de cierta alcurnia del Puño de Hierro o la Isla de las brumas. Por lo poco que sabe de vampiros ese sujeto concuerda con sus pensamientos en que suelen bien vestirse, y actúan como “humanos”, aunque solo sea para pasar inadvertidos y no ser cazados como las bestias que son.

Queda observando el sujeto entre las sombras, lentamente se va alejando del sitio dejando a la bestia disfrutar de su presa, ya tendrá tiempo tal vez algún día de pasarle factura sobre sus acciones en la ciudad, pero de momento usara a esa vampira para beneficio propio.

El cálido elixir pasaba a través de sus labios bajando por su garganta, calentando su cuerpo a su paso, resucitando su muerto corazón, el ciclo de la vida había hecho su precencia en aquél callejón, el depredador cazabay se alimentaba de su presa, no importaba si fuera en un bosque o en las calles de una gran ciudad la naturaleza seguiría su curso.

Su reanimado corazón no muerto latía con la fuerza de la juventud arrebatada del chico, la pálida piel se volvió rosada, el tono de la vida, mientras los ojos de aquel joven se apagan el brillo de la vida se encendía en los de la mujer, esos ojos sin vida la miraban pero a ella no le importaba, sólo se trataba de una cena más, uno más del amplio ganado de la ciudad.

La cálida vitae se agotó y el último sorbo de sangre entró a su boca, entonces arqueó la espalda y su rostro miró hacia arriba con los ojos cerrados, sosteniendo el trago dentro de su boca resistiendo pasarse el último sorbo, disfrutándolo, entonces lentamente lo dejó deslizarse por su garganta al tiempo que aparecía una expresión orgásmica en su rostro.

Cuando el éxtasis terminó se fue a sentar en el suelo recargada en la pared, lo único manchado en sangre eran sus labios de modo que parecía que más bien estaban pintados, ni siquiera tomaba en cuenta al cadáver que seguía tibio frente a ella, ella sólo miraba al rededor pensando en el mejor camino para salir, no porque quisiera huir de la escena del crimen, si no porque ya no tenía nada que hacer ahí. Para Marie los humanos no representan más que ganado, |hace mucho que dejó de lado su humanidad y aceptó ser el monstruo en el que se habia convertido. Se levantó e ignorando al cadáver echó a andar por el corredor pétreo mientras se pasaba la lengua por los labios disfrutando el sabor impregnado en ellos

Aquel sujeto que fue el único testigo que escucha, habla y respira se fue alejando de a poco de la escena del crimen hasta que fue seguro volver a ser de carne y hueso, de esa forma su andar fue más común, más rápido y relajado. Horas más tarde tras pasar por una taberna regreso a su hogar, un hogar que muchos conocen de afuera, de nombre, pero muy pocos conocen por dentro, y aquellos que lo conocen por dentro saben tan poco como los nunca entraron, y menos es lo que hablan sobre dicho lugar.

En la comodidad de un sillón mando a llamar a uno de los jóvenes que está a sus órdenes, Esteban su nombre, un joven que sabe leer y escribir, un joven entusiasta, muy dedicado al aprendizaje, y por sobre todo curioso. Dicho joven debe tener doce años de edad, y a pesar de su edad ese sujeto tiene más confianza en el que en muchos de los hombres a sus órdenes. Una vez el joven estuvo en esa habitación junto al sujeto ahora más relajado, tanto que fuma una pipa plácidamente ordeno a su joven erudito que escribiese una carta, una carta que puede cambiar el destino de muchos de forma contundente en dicha ciudad.
Con dicha carta finalizada ese hombre ordeno dormir, de ese modo el también puede descansar ya que el día siguiente será sin duda un día muy agitado, de varias sorpresas y de grandes expectativas.

El día siguiente mucho va a cambiar…

Saliendo de aquél laberinto de piedra se dirgió hacia otra zona marginada de la ciudad, tuvo que caminar mucho hasta llegar ahí, a este otro lugar olvidado por los dioses.

Vagabundos se reunían alrededor de una hoguera improvisada que hicieron dentro de un abrril para tener algo de calor, las fachadas del rededor eran deplorables, familias de diez vivían en una casa para tres, ésta zona era la habitada por los maleantes de la ciudad, por los asaltantes que ante la pobreza en la que se encontraban se veían obligados por cometer éstos actos amorales para llevar pan a sus familias, sin emargo no se quitaban sus pertenencias entre los habitantes del barrio, pues entre ellos se cuidaban, Marie tampoco lo hacía, no por ser paarte de ellos, de hecho sus miserables vidas le eran indiferentes, si no porque cazar o dañar a alguno de ellos podría representar un peligro para su mascarada, por otro lado ellos podrían servirle de protección por ser parte del barrio, por ello de vez en cuando cuando salía a cazar robaba algo de pan o comida para alguna de las familias al azar, por ello ya habían algunos miembros de ésta baja sociedad que la estimaban y sabía que por ello si necesitase algo podria pedirles un favor si lo necesitase.

El amanecer estaba pronto así que se metió en su refugio, una casa ruinosa y abandonada, dentro habían muebles viejos y polvorientos pero que aún conservaban su función, la mamyoria, y bajó al sótano, ahí en un rincón se sentó apoyada en la pared y durmió esperando saber qué emociones traería el mañana...

Nada cambio para la vampiresa en su vida luego de saciar su sed de sangre, regreso al bajo mundo donde pertenece y allí estuvo sus buenos días. En ese ínterin de días pasados comenzó a haber mucho más movimiento de lo habitual en toda la ciudad, en especial en las zonas más bajas y empobrecidas de la misma. Soldados del Puño de Hierro armados fuertemente y en pequeños grupos de 3 o 4 integrantes empezaron a deambular las zonas bajas haciendo preguntas ya sea de modo amable o autoritario. La mayoría de ellos prepotentes como lo suelen ser los soldados de la nación más poderosa en lo militar parecen estar buscando a algo o a algunos en especial y no se contienen en solo gritos o algún otro golpe lejano sobre los miserables pobres de las calles bajas, más de uno fue llevado a quien sabe dónde para “refrescarle” la memoria.  

Los rumores comienzan a circular por toda la ciudad, y la mayoría no son nada buenos. La irritación de muchos y el miedo de muchos más hace pensar nuevamente en que tan abandonados están los barrios bajos de la ciudad,  y eso comienza a molestar a los de arriba que necesitan de la calma de sus esclavos y herramientas que trabajan por apenas pan y agua limpia. Reuniones por allí y reuniones por allá, de mientras los golpes y las amenazas van por doquier en los barrios empobrecidos pensando algunos en asesinar a los soldados del Puño de Hierro, algo que no debería ser muy difícil, hay muchos pobres por sacricar, pero las consecuencias que eso traería a la ciudad y a todos sus habitantes.

Spoiler:

Las reuniones en los bares no se llevan a cabo como antes, las posadas ahora están mas enfocadas a los soldados que se reagrupan allí y tienen dinero para pagar lo que se les antoje, a diferencia de los otros pobres diablos que van mendigando monedas a cambio de información. Algunas rameras han buscado el cobijo y la protección de los soldados del Puño de Hierro pero poco han conseguido, no son tan fáciles como los miserables auténticos de la ciudad, aunque siguen siendo hombres, puede que tarde o temprano alguno de el brazo a torcer.

Cinco días han pasado desde que todo ese jaleo se ha armado en la ciudad y las cosas comienzan a hacerse difícil para rateros y otros delincuentes, en especial para una especie en especial, oscura y secreta, los vampiros. Cada vez se hace más difícil cazar alimentos fresco, con tanto soldado organizado en la ciudad y soplones que quieren ganarse su favor tarde o temprano habrá los primeros caídos de la estirpe, aquellos que no pertenecen a nadie más que a si mismos, aquellos solitarios que posiblemente a nadie les importe, esos serán los primeros en caer si la situación mantiene su curso y ritmo.

Hace cinco días que la situación se volvió muy complicada, soldados aparecían por aquí y por allá interrogando a la gente y llevándosela, gente que no había hecho nada nadie gente que si le faltaba a sus familias éstas se quedarían sin sustento, gracias a esos malditos soldados quién sabe cuantos días se quedarían esas familias sin comer hasta el regreso de los capturados... si regresaban y eso alteró por mucho el alma no muerta de Juliette hasta el punto del odio.

En el barrio donde ella serefugiaba la mayoría de los interrogados que fueron llevados lejos fueron los que quisieron ocultar la presencia de Marie, ella lo notó, éstas personas eran a quienes ella les había dado alimento esperando algún díaque su "altruísmo" fuese recompensado por ellos y así fue, ellos respondieron protegiendo su paradero, ahora que la cuenta fue saldada ella podría tranquilamente irse a otro barrio, a otro con más categoria y cazar ahí, los perros callejeros que abundaban en esos lares le habían dicho que "las bestias metálicas de dos piernas" solo estaban en esos marginados lugares asi que podría solo cambiar el círculo social de su rebaño y ya.

Pero saber los anteriormente dicho y ver cómo éstas familias se quedarían probablemente un buen rato sin saber que hacer para comer, y saber que esos prisioneros fueron llevados para protegerla y aún más quizá pensaban que aún en su ausencia sus familias seguirían protegidas por "el ángel oscuro de las calles" todo eso hacía que Marie eliminara como opción el simplemente mudarse a otro punto de la ciudad, quizá su Humanidad no había sido perdida del todo, quizá la idea de robar alimentos para ellos para poder ganarse su favor y utilizarles fuese solo una orgullosa excusa para ayudar a los más necesitados.

Pero aún si había decidido quedarse con ellos y no abandonarles en ésta crisis había otro tema que también necesitaba de meditación profunda, el Hambre, desde que los soldados aparecieron alimentarse era más compllicado, podría alimentarse tal vez de la fauna urbana de nuevo pero sabía que tarde o temprano ese ganado terminaría y tendría que recurrir a depredar a éstos marginados, a los suyos, más ahora que su territorio de caza se había reducido gracias a la aparición de la milicia.

Entonces se le ocurrió un plan, en éstos tiempos de necesidad las familias que le ayudaron podrían ayudarle de nuevo seguro habían quienes harían lo que fuera para alimentar a los suyos y tenía que dar el primer paso para aprovechar su desesperación antes de que ésta los llevara a delatarla.

Así pues, bien entrada la noche cuando los soldados se olvidaban por unos momentos de sus obligaciones para reunirse en las tabernas de los alrededores ella aprovechó para salir de su escondrijo, luego recorrió el barrio en busca del hogar de una de las familias del barrio con más influencia en éste, una de las que ella había ayudado y tocó la puerta.

-Buenas noches, soy yo...-

Los días de violencia y persecuciones continúan, y no parece que vayan a cesar ya que muchos de los poderosos parece que están pensando en usar la purga de los parias de la ciudad en su propio beneficio. Tener al Puño de Hierro es algo realmente grande, así que no solo los parias desesperados por algo de dinero acuden en busca de los soldados del imperio, algunos nobles viendo la oportunidad de extender su influencia más allá de esa mugrosa ciudad buscan el favor de los caballeros inquisidores dándoles hospedaje, mano de obra e información. Aquellos “traidores” para muchos, astutos para otros se juegan mucho ahora, si sus planes salen bien serán realmente poderosos en la ciudad, de otro modo podrían caer en la ruina por dicha traición al Cielo de la Libertad.

La vampira por su lado busca la ayuda de aquellos que ha ayudado alguna vez, siempre por conveniencia, y en ese caso no la excepción. Pero muchos allí encuentran más simpática y atrayente a la joven mujer que a los soldados del Puño de Hierro, extranjeros arrogantes que irrumpen sus vidas con leyes y dioses que ellos no respetan.
Con mucho cuidado respondieron al llamado de Juliette, fueron muy cautelosos en no hacer mucho ruido y en evitar miradas indiscretas, y con su tiempo a paso lento permitieron a la mujer entrar en esa residencia que se ve mal por fuera, pero que por dentro no está nada mal.

-Espero que no te hayan seguido, porque si no estamos muertos.- El hombre que la recibe debe andar por los veinticinco años de edad, dentro de todo viste bien y no es tan tonto como la mayoría de los que viven en los suburbios. –Estos tipos nos causan serios problemas, es difícil ganarse unas monedas con estos dando vueltas por aquí.- Se lo ve preocupado, en las zonas bajas se gana dinero de formas bajas e ilegales. El juego, el robo, la prostitución son moneda corriente allí y el Puño de Hierro tiene poca tolerancia con esa clase de personas.

-¿Qué ha sucedido Juliette? Por la descripción que dan los soldados del imperio diría que es específicamente a ti a quien están buscando ¿En qué lio te has metido ahora?-No está nada feliz ese hombre, pero no quiere echarle la bronca a la mujer del todo ya que si algo no le agrada a ese hombre son los soldados, y menos si dicha gente son extranjeros.

Marie miraba al chico, su preocupación y la manera en la que bajaba la voz para que nadie ajeno les descubriese avivaba un poco la poca humanidad que le quedaba, eso la hacía sentir un poco más responsable de lo que les pasara a ésta gente y su necesidad de brindarles alguna protección crecía más, pero para ayudarles necesitaba una ayuda extra, más de la que ya estaba recibiendo.

No esperó invitación, encuanto abrió la puerta el joven ella entró a la morada, esperaba que él entendiera que si la veían con ellos sería el fin de ambos así que se tomó tal atrevimiento.

-En efecto parece ser a mí a quien buscan, - dijo mientras entraba -Y me temo que si he venido aquí es porque necesito aún más de la ayuda de tí y tu barrio, sé que han sacrificado mucho escondiéndome entre ustedes pero de el trato que te voy a proponer depende la supervivencia suya y mía-

Juliette tomó aire sin saber cómo comenzar, después de unos largos segundos lo miró a los ojos con determinación, con esos ojos amarillos felinos que tenía ella que en ese momento estaban como rendijas debido a la poca luz, eso debía ser suficiente para que el joven comenzara a hilar en su mente el porqué la buscaban y el porqué necesitaba ayuda pero tal vez no suficiente como para imaginar el macabro pacto que ella le iba a proponer.

-¿Ves mis ojos? soy diferente, durante un tiempo he traido alimentos a tí y a los tuyos, ahora yo necesito lo mismo, necesito alimento, pero no como tú pues como acabo de decir tenemos nuestras diferencias, yo necesito alimentarme del líquido vital de los vivos de vez en cuando, sabes a lo que me refiero...- dijo señalando con una de sus largas uñas a una vena que se le veía a través de la piel de su brazo.

-Pero lo que ofrezco a cambio es devolverles la protección que me han brindado, prestarles mis poderes para expulsar a los invasores y devolverles su vida a tí y a tu barrio, ¿no tienen ya suficientes prolemas con las autoridades locales como para tener que lidiar ahora con soldados metiches de otros reinos? a demás seguiré alimentando a los tuyos pero con algo más sutil y mejor... mi sangre, con un poco bastará para que recuperen las fuerzas y el hambre se vaya pero no te preocupes mi sangre no los maldecirá como estoy yo, la oscuridad no me favorece para crear descendencia y no te preocupes, no necesitaré sangre suya tan a menudo, al menos no mientras aún deambulen perros callejeros por aquí... mejor aún,¿porqué no me ofrecéis a los soldados invasores para que me alimente de ellos?- en ese momento sonrió dedicándole una macabra sonrisa de complicidad como si se le hubiese ocurrido un plan. -Mientras haya sangre de otras tierras no hay porqué alimentarme de la gente que tanto quiero, la diferencia es que con ellos no tendré piedad y vaciaré sus venas hasta hincharme como una chinche para protegerlos a ustedes como agradecimiento por lo que han hecho por mí, pero necesito tu ayuda pues ésta gente ve a tu familia como a líderes... por favor...-

Juliette entonces se acercó al joven apretándose contra él haciendo de pronto una mirada inocente y suplicante que contrastaba con los gestos determinados y casi feroces de hace un momento, su pecho que se apretaba contra el del joven hacía lucir por unos momentos que su escote ia a reventar, la verdad es que nunca pedía favores y al no saber cómo pedirlos ésto fue lo único que se le ocurrió, sólo esperaba una respuesta para compartirle el plan que se le acababa de ocurrir...

Ya dentro la vampira ese joven cerró la puerta tras ella de prisa, y luego fue a espiar de modo disimulado por la ventana para asegurarse de que nadie les vaya a jugar en contra. La mayor preocupación de ese muchacho en esos momentos es el hecho de que haya un soplón entre ellos, eso sería lo más mortal que les pudiese suceder de momento.
Tras asegurarse de que pueden hablar tranquilos presto su completa atención a la mujer que lo visita de modo clandestino y se sorprende cuando escucha la tan directa afirmativa de su parte.

-No me has dicho que has hecho…Pero ahora todos sufriremos por ello.- Eso es lo que está ocurriendo, aunque extrañamente no hizo un escándalo al respecto, lo tomo de un modo serio y podría decirse casi hasta adulto. –Soy todo oídos- Agrego cuando ella dijo que tiene un plan para la supervivencia de ambos bando, o mejor dicho de su bando ya que se supone ambos están en el mismo bote aunque de diferente manera.
Tras un poco de silencio ambos se miraron a los ojos en una oscuridad que los envuelve al ser de noche, las pocas luces que dan algo de claridad a esa sala están algo lejos lo cual hace que los ojos de la vampira se noten con total claridad, algo que por unos momentos hiela la sangre de ese muchacho. Si no fuese por todo el tiempo y lo vivido con Juliette hasta ese momento ese joven hubiese salido corriendo de allí, o hubiese atinado a darle un puntazo con la daga para defenderse.

-No lo había notado antes…Que extraño, pero…-Guarda silencio unos momentos, el tema de la sangre mucho no le agrado, aunque como todo alimento está seguro que no hace falta vaciar el mismo para sentirse satisfecho.- Yo podría asumir ese riesgo, pero no puedo decir lo mismo de los demás…Y para que sepas, nadie le debe nada a nadie, tu estas aquí porque te conviene, no podrías estar en otro sitio sin que alguno intente clavarte un puñal en el cuello.- El muchacho deja claro que no está en deuda con nadie, pero no se niega a la petición de la vampira.- Pero quiero saber más, no estoy interesado en morir tan pronto.-Deja zanjado ese asunto en lo referente a su propia persona y deja que ella hable todo lo que quiera luego. Las muecas en sus labios y las expresiones de sus orbes son suficientemente claras como para saber que no lo está convenciendo de seguirla en su plan, y los motivos son muchos.

-Suponiendo que con mi sangre te vaya bien, y que con tu sangre nos vaya bien, nada de eso quiere decir de que seamos tan idiotas como para ir a pelearnos con los soldados del Puño de Hierro ¿Nos has visto cara de soldados? Apenas si tenemos unas dagas y unos fierros y palos para dañar ¿Los has visto? Una sola arma o armadura de esos sujetos vale lo que vale mi casa, así que quítate esas ideas de la cabeza porque si los otros te escuchan irán corriendo a decírselo a los soldados.- Y ahí la razón principal del porque no lo convence el plan de Juliette. En todo el mundo se conoce la supremacía de los soldados del imperio del Master, aunque muchas cosas no sean ciertas son leyendas, y los plebeyos e ignorantes suelen creer todo lo que escuchan.

Esperaba el joven que ese tema terminara allí y hablaran de otra cosa, pero la actitud de Juliette lo descoloco por completo. Nunca había visto a Juliette así, tan dulce e inocente, y a la vez tan sensual…Porque en la oscuridad sus ojos son más hermosos, y el pecho de la mujer junto al suyo lo hizo desearla de manera incondicional. No supo que decir y se quedó en silencio, balbuceo alguna que otra cosa que no fue más que eso, un sonido tratando de convertirse en palabra para luego tomar a la mujer de los hombros suavemente. Una parte desea alejarla de él y mandarla a la calle, y la otra tomarla en sus brazos y con suerte a favor besarla y que todo salga bien.

Al ver la reacción del muchacho después de su negativa anterior supo que estaba en buen camino para otener la respuesta que quería, su poca humanidad y sus deseos de ayudar a la que consideraba ahora "su gente" estuvieron a punto de irse al traste ante sus razones para oponerse, lo de una confrontación directa con los soldados lo entendía, era obvio que no iban a poder resistir si quiera unos minutos ante ellos, pero lo de los favores y lo de que Marie no pudiera irse de ahí sin que en un barrio mejor la recibieran con una daga le enojó mucho, tan tranquilamente se podría ir a aquél bar que visitó nada más llegar a ésta ciudad donde servían "la mejor cosecha" a los que eran como ella y hospedaje, tan tranquilamente que podría irse y abandonarles a su suerte pues ya le habían servido para lo que ella quería, pero ahora sentía que debía devolverles el favor, se sentía agradecida hacia ellos y hasta se había encariñado un poco. Aún así no dejó que el enojo la tomara, no mostró ningún signo de él. Quería ayudarles pero sabía que no podría si no la ayudaban.

Dejó que el juego de la seducción siguiera.

-Yo entiendo que no me deben nada y por eso es que yo me siento en deuda con todos y contigo, porque han sido buenas personas conmigo, después de todo el que yo les haya traído comida a los que no tenían...- y lo miró a los ojos directamente como diciendo "sí, tu fuiste uno de ellos" -no se compara en nada a los sacrificios que han hecho por mí, es por eso que la deuda la tengo yo para con ustedes, pero ahora que me conoces mejor sabes que no puedo ayudarles sin que me ayuden a su vez, porque mi fuerza no será la misma si no me alimento, a demás, si todo esto termina antes de que se terminen los animales del lugar no habría tenido que alimentarme de nadie y sé que no pueden con los soldados...- la mirada ahora cambió a una un poco decepcionada que decía "esperaba algo mejor de tí" -pero tampoco espero que luchen, lo te dije es que beber la sangre de los intrusos que tanto afectan a este barrio y sobre todo a tí sería mejor que alimentarme de ustedes ¿a caso no hay gente que los recibe en sus casas para darles asilo y que con eso esperan ganarse su favor? ¿no es esa una manera más inteligente de eliminarlos poco a poco? además seguro que con las armaduras de los que caerán les iría mejor economicamente a ustedes, sobre todo a tí, recuerda que ven a tu Casa como líderes, serás un héroe para ellos, el revolucionario que quiso cambiar las cosas en pro de su gente...- luego camió su todo de voz a uno que más ien parecía un ronroneo seductor y su mirada a una de deseo al tiempo que se apretujaa más contra él ... además ¿ya te dije que me gustan los héroes?

No fue nada fácil para el chico oponerse al pedido de Juliette, a él personalmente le hubiese gustado darle el gusto por muchas razones, pero es como dice ella, lo ven como líder, y no lo ven como líder por ser un idiota inconsciente, lo ven así porque puede sacarlos adelante sin necesidad de que los hagan puré día a día.

Spoiler:

-Ya sé que estuviste metida, y podemos comenzar a echarnos las culpas y ver quien le debe más a quien y las cosas terminaran mal para los dos…No quiero discutir contigo Juliette, solo que te olvidas que soy uno de los pocos peleadores que hay aquí, el resto son simples ladrones y rateros, no podrían matar a nadie ni por accidente…Los asesinos calificados están en gremios bien protegidos…-Baja un poco la voz para que se entienda bien de que no quiere pelearse con ella.-Yo te puedo dar sangre si quieres, no hace falta que lastimes a otros, solo espero que no exageres, el ser comida de alguien no es de mi agrado…-De alguna forma logro en parte lo que quiere la vampira, ya tiene alimento, sangre caliente de un ser humano la cual degustar.- Eso suponiendo que tengan la valentía de hacer una emboscada, de eso puedo encargarme yo, pero no esperes que use armadura, son muy pesadas y las armas no me son muy útiles, soy un embustero, un ladrón, a lo sumo bueno con la puntería y la rapidez, no un guerrero nato.-No es nada estúpido el chico, podría llegar lejos si tuviese el rumbo y la preparación adecuada para ello.
La miro algo abobado cuando le hablo de modo seductor, sin quererlo las manos del joven se posaron en los hombros de Juliette de una forma que demuestran un gran deseo.

-Siempre he querido ser un héroe, pero…Soñar y ser es algo muy diferente…¿No?- Confiesa algo intimo ese joven, algo sobre sus sueños, y ser un héroe no es algo a lo que aspiren en ese territorio. Anton debe ser un joven en un millón por haber siquiera soñado con algo como aquello.

Le desilusionó un poco el sólo haer conseguido alimento pero por otro lado ya era un gran avance, si las reservas de comida escaseaban ya sabía a quién acudir, luego al escuhar las siguientes palabras del joven supo que había posiilidades de una emboscada eso la emocionó un poco pero sabía que el chico tenía razón, muy pocos ahí eran los que podrían ser útiles, ella necesitaba solamente que alguien de confianza diera asilo a alguno de los soldados y ella haría el resto y así poco a poco el censo de esos malditos soldados se reduciría.

El chico entonces la tomó de los hombros con deseo y pero ella pensó en que él no sería recompensado, ante la negativa de su petición sabía que de otra forma sería muy difícil deshacerse de los invasores, pensó que sería mejor retirarse e irse a otro lado en la ciudad, el chico le ofreció ser su alimento sí, pero podría conseguir alimento en muchos otros lugares, pero entonces un anhelo profundo del alma del chico surgió de sus labios enn forma de palabras, maldita Humanidad, ahora sentía que no podía dejar así como así a éste chico y a su gente, el seño de Juliette que antes se había fruncido con algo de molestia ahora se relajaba y mostraba algo que hacía mucho no pasaba por su persona: compasión.

Juliette entonces se abrazó a él dulcemente.

-Entonces sé mi héroe ésta noche, ya hablaremos de los preparativos la próxima noche...- luego comenzó a besar su cuello y dijo casi ronroneando -Dime Marie-

El joven bajo la mirada tras confesar sus deseos de ser un héroe, más comúnmente conocidos como “estúpidos” en esas tierras de pobreza y vulgaridad. Se sorprendió a si mismo tomando a Juliette de los hombros, pero es agradable la sensación y por esa razón no quiso dejar de hacerlo, se negó a privarse de ese tacto tan cercano y espero a que la mujer dijera o hiciera algo al respecto. Esa reacción no tardó mucho en llegar, y en contra de las apuestas del chico ella lo abrazo, se sintió muy aliviado al sentirla así de cariñosa y sus manos tomaron valor para abrazarla el también, incluso sonrió aunque ella no pudiese verlo.

-Seré todo lo que quieras que sea….Marie…-Es joven y es hombre, los besos de la joven mayor que él lo excitaron rápidamente, está en esa edad donde la excitación llega con mucha facilidad, en especial con la persona adecuada en un sitio adecuado.
Anteriormente se le habían ocurrido algunas ideas de como lidiar con un soldado del Puño de Hierro, pero con los besos y el abrazo de la chica se le fueron todas las ideas de inmediato, solo le quedo una idea clara en la cabeza luego de ello, sexo. De momento no tuvo la oportunidad de que una mujer se dejara hacer por él, y nunca creyó que de que una mujer mayor que el accediese, pero esa noche puede que su suerte cambie y hará lo posible para conseguirlo. Mientras abraza a Marie le acaricia la espalda y la cintura, se nota su nerviosismo y en gran parte su inexperiencia en el arte de “tocar a una mujer”.

-Esta oscuro aquí…Es de noche, y no hay nadie más…-Otros hombres serían más directos, pero el más joven que ella y seguramente menos experimentado no encontró el valor para ser más directo en ese momento de deseo y excitación.

Ante la indirecta del joven Marie sonrió pícaramente, entonces cambió los besos en su cuello comenzó a lamerlo con la punta de la lengua y cada vez que lamía pasaba suavemente un soplido de su aliento en la zona que había explorado su lengua, sus manos tomaban con fuerza el torso del chico, a Juliette le parecía el torso de alguien que hacía ejercicio pues a través de la ropa se sentía firme y bien marcado.

Después comenzó a besar ese cuello con más intensidad, sus manos liberaron al tronco del muchacho porque la gata pensó que la ropa comenzaba a estorbar así que mientras le hacía el amor a su cuello sus manos arrancaron el saco que llevaba puesto dejando su blusa al descubierto con una mejor perspectiva de su escote, era blanca por lo que sus pechos podían percibirse fácilmente a través de la tela, luego la desabotonó pero no se la quitó, como buen felino quería jugar con su víctima y torturarle con la espera le pareció una buena idea.

Fuera de poder creerlo Anton tuvo una de las mayores sorpresas de su vida, de alguna manera un día negro y difícil se transformó en el mejor día de su vida. Marie sonriente y sumamente dulce y juguetona acepto la propuesta que le hizo temeroso de que lo rechazaran, por el contrario, ella le ataco a lamidas y besos el cuello haciendo que el muchacho con quien esta abrazada se sienta en el paraíso. El muchacho tanteo nervioso el cuerpo de su compañera y sus manos tontamente terminaron en los glúteos de la vampira a los pocos minutos de estarle besando el cuello aumento la intensidad de sus besos con una voracidad realmente lujuriosa, tanto que logro hacer suspirar a su “presa” y lo excito como nunca había estado excitado en su vida.

-Marie…Te quiero…-Le saca susurros y suspiros sin cesar, y lo dejo anonadado cuando se quitó la blusa. Anton miro el escote de la mujer y quedo embobado, nunca había tenido unos pechos tan cerca suyo, o más bien nunca tan cerca y accesibles para él.

-Whoa…Soy más grandes de lo que creí…-Los comentarios del chico son ciento por ciento sinceros, aunque son comentarios bastante tontos los dice sin pensar. Le brillan los ojos al joven muchacho, y de inmediato busca los labios de la vampira la cual lo tiene completamente a su merced. Apoya sus labios en los de la vampira felina y lentamente busca con su lengua la lengua de la fémina a la cual atrae hacia el usando sus brazos para pujarla en esa dirección. Es una pelota de nervios y excitación el chico, sin duda ha perdido toda su voluntad ante el arrebato inesperado de Juliette.

"Te quiero...." las palabras del chico no dejaban de resonar en su mente, hacía casi un siglo que no escuchaba esas palabras ser dedicadas a ella y cuando era una joven mortal sólo lo oía de su madre, no creyó nunca que alguien se encariñase con ella, sore todo por su forma de ser y por la percepción que tenía ella de los humanos desde que murió y recibió el "Segundo Aliento", esas palabras le asustaron, por un momento ínfimo consideró parar la escena y retirarse, no por ser lastimada emocionalmente como muchas mujeres humanas que al escuchar eso piensan que si termina la relación saldran con el corazón hecho pedazos, no, Marie era muy dura para eso, lo que le daba miedo era que el chico se encariñara con ella y luego la conociera mejor, ella era un vampiro, una bestia que depredaba y se alimentaba de la especie de Anton, que les mataba sin remordimiento ni piedad, y que incluso a veces lo disfrutaba como con aquél chico con el que jugó en aquel laberinto de callejones. ¿Qué pasaría cuando Anton presenciara eso? el ya sae que es una vampira y parece ovbio pensar que se alimenta de la gente pero sin duda no es lo mismo a ver esa escena de cacería sin piedad.

Por otro lado esa frase dedicada a ella le gustó y le hizo sentir algo... bonito, y su rostro se iluminó con inocencia pura y real, no parecía la depredadora feroz e implacable que venía siendo desde hace noventa años, parecía una chica cualquiera con ojos vivos y brillantes si aún estuviera viva sus mejillas se sonrojarían... pero... ¡lo hicieron! era una sensación en su piel que no había sentido desde su vida mortal, ¿pero cómo si su corazón no...? pero sí lo estaba, el muerto corazón de Marie que no había latido desde hacía mucho comenzó a susurrar la vieja canción de la vida, la sangre que llevaba un siglo estancada en sus venas comenzó a fluir en ellas haciendo posible que se sonrojara ante el comentario de Anton, su piel abandonó la palidez de la muerte y se hizo rosada como la vida y luego sin darle tiempo a pensar él la tomó en sus brazos y la atrajo hacia él plantándole un beso, su lengua buscaba ávidamente la suya así que salió de su escondrijo a recibirla, su corazón había convertido los latidos susurrantes en un concierto ruidoso dentro de su pecho, la ruda forma en que él la tomó provocó que su lusa cayera dejando al descuierto su nívea piel y sus pechos llenos de pecas, su compañero en lugar de sentir la fría piel de quien lleva muerta casi un siglo sintió una piel cálida en sus manos.

Entonces entre besos y jadeos Marie encontró dificultosamente la oportunidad para hablar, mientras desabotonaba la camisa de su amante.

-Te juro por la vida que no tenía y me devolviste que no permitiré que la llama de la tuya se apague, te protejeré aunque me cueste mi alma...-

Entre tanto amorío sorpresivo hace bien en asustarse la vampira, los humanos y los vampiros no deberían relacionarse de ese modo, aunque son abundantes las historias de vástagos enamorados de humanos, en especial cuando son cercanos desde antes incluso de que los separase la muerte.  Si bien no es el caso de ellos dos Anton es seguramente una persona con la cual ha tenido demasiada confianza, tanto así como para revelarle planes, haberlo ayudado y haberle confesado su condición vampirica, posiblemente el ser más cercano que ella tenga en el mundo sea ese muchacho que se le confiesa tan directamente.
Es probable que muchos de los miedos de la vampira sean ciertos, si el humano viese el lado depredador de su compañera es seguro que sentiría temor, es inevitable, después de todo él podría terminar igual si ella así lo deseara. Y sin embargo el chico lo dijo, y al decirlo transformo la vida de la vampira en un mundo nuevo y del revés. La piel de la joven mujer cobro vida, y su corazón parece latir, porque así fue, los poderes sobrenaturales de la vampira despertaron otorgándole los dones de los cuerpos mortales cuando están vivos, así fue que volvió a respirar, o al menos que su pecho pudo simular el sube y baja de la respiración mortal. Sus mejillas se tornaron de color y le brillaron los ojos de modo dulce y alegre como nunca.

-Marie…-Susurro el chico mientras la besa, y fue lo único que llego a decir antes de las cosas sorpresivamente cambiaran de forma súbita y por demás excitante. Sintió ahogarse en éxtasis, y no le importaría para nada morir ahogado de ese modo por los labios de la vampira. La boca de la maldita criatura engullo la del muchacho como si se lo fuera a comer, sus manos lo atraparon y sujetaron como si fuese su presa. El muchacho inmóvil correspondió lo mejor que pudo aferrándose al cuerpo de su amante y todo cuanto pudo llegar a tomar de ella.  Cuando al rato ella hizo una pausa para hablar el muchacho pudo respirar, y de forma dificultosa pudo responder.

-Pero…Yo soy el hombre aquí…Se supone que yo debo cuidarte…-Sonrojado el chico hace ver lo que él cree que es justamente el pensamiento común de la mayoría de las criaturas, el hecho de que el macho proteja a la hembra es algo que se ha tomado de forma natural aun cuando la hembra sea la más fuerte del grupo. Mientras el respondía se fue quedando semidesnudo debido a las habilidosas manos de la vampira que le fueron desabotonando la camisa, el humano en los brazos de la joven mujer sintiendo todo ese revuelo de sensaciones excitantes esta hecho una pelota de nervios, algo que puede decirse normal para alguien de su edad.

-Shhhhh.....- Marie llevó uno de sus dedos a los labios del joven indicando que guardara silencio -tienes un alma fuerte pero tu vida es más frágil que la mía, además....- terminando de desabotonar la camisa se siguió al pantalón del muchacho -... yo soy la que tiene los pantalones aquí- dijo ella de forma burlona y seductora a la vez.

Aquél chico le había devuelto las viejas sensaciones, hacía tanto que su cuerpo no sentía los latidos, que no se sonrojaba, que no jadeaba que todo lo disfrutaba como si fuera algo nuevo y como si no volviera a sentirlo jamás, por otro lado tamién pensaa en él, a partir de ahora sería su protegido, así lo había decidido, lo cuidaría de todo, pero sabía que lo más probable es que tendría que protegerlo de ella misma, le enseñaría incluso a defenderse de ella por si algún día el Hambre tomara posesión de ella y decidiera saciarse con él.

-¿Me dejarás aquí esperando o terminarás de quitarme lo que estorba?-

En su nerviosismo y emoción Anton no dejaba de hablar, el gesto de Marie lo descoloco nuevamente y se quedó mudo teniendo uno de los dedos de la joven vampira sobre sus labios. Observa a los ojos a la vampira quien ya habiéndole quitado la camisa comenzó a quitarle el pantalón, y fue tal como ella dijo, de manera literal ella tiene los pantalones allí, los de ambos. El chico cada vez más rojo de la timidez hablo.

-Ya lo sé…Parece que no puedo competir contra ti Marie…-Acepta las palabras de la mayor de ambos y luego vive el momento lleno de emoción, desconociendo en las tantas sensaciones que logra generar en ella, y en cuantas dudas y preocupaciones.
Las nuevas palabras de la joven vampira lo hicieron mantener un rubor intenso en las mejillas, lo invito de un modo sutil y directo a quitarle todas las ropas ya que estas en la intimidad estorban, y de modo algo torpe el muchacho obedeció quitando todas las ropas de su amante, primero el sujetador que revelo los senos blancos, suaves y bellos de la mujer, zonas pecosas como hermosas del cuerpo de Juliette el cual maravillan al joven junto a ella. Como si estuviese hipnotizado sus manos suavemente y con timidez empezaron a acariciar las mamas de su compañera, y en sus ojos se ve que está completamente perdido en el momento, sumergido en cuerpo y alma en las sensaciones placenteras que le llegan a su ser en muchos sentidos.

-Es increíble…Increíble de verdad…Tu cuerpo es tibio y muy suave Marie…-Comenzó a sentir un increíble e incontrolable impulso de besar y lamer los pechos de la mujer, y supuso que ese sería un buen modo de ir por todo, pero entre el suponer y dar en lo correcto hay una gran diferencia, por lo que siguió acariciando el cuerpo de la joven mujer esperando que eso le guste y con eso tomar el envión y confianza definitivos que el necesita para desatarse en la intimidad con ella.

-Y tu cuerpo... aunque desarrollándose, es el de un hombre, y uno buenísimo...- dijo ella mordiéndose los labios.

Mientras él la tocaba ella se le recostó encima y comenzó a tocar de forma suave y delicada la piel del torso de su compañero con apenas las puntas de los dedos queriendo darle una sensación de cosquilleo sensual y de vez en vez lamía esa piel unos segundos para después retirarse a escasos milímetros de ésta y dejar salir su aliento sobre la superficie que acababa de explorar su lengua. Su pubis descansaba sobre el de él y la excitación hacía que sus caderas se movieran un poco.

Su compañero la manoseaba torpemente, era evidente que estaba muy nervioso así que decidió ayudarle, tomó las manos de él entre las suyas pero en ese momento recordó que le juró que le protegería así que antes de proseguir le miró a los ojos con dulzura y con un poco de nerviosismo.

-¿Yo que soy el amor de tu vida me dejarías entrar aún sabiendo que soy la muerte?-

Las palabras de la vampira gatuna son muy ciertas, hace sonrojar aún más al muchacho que está convirtiéndose en hombre en más de un sentido. Probablemente esa noche se convierta en un hombre de verdad como dice la jerga popular al tener su primera relación sexual con una mujer, el debut sexual es sumamente importante en algunos sitios de bajo fondo.

-Espero sacar algo de musculo más adelante, tendré que entrenar bastante para eso creo… ¿Crees que necesito tener más músculos Marie?-Lo pregunta algo dudoso, como si no estuviera convencido de realmente necesitar mayor musculatura. El tema de pierde de inmediato para el chico al ser tan plácidamente complacido por las acciones sensuales de Juliette quien lo trata como un príncipe. Sabe bien como hacer un buen juego previo la vampiro, le va excelente, tiene al chico bailando a su son desde el comienzo y aun no logra salirse en nada ese muchacho del encanto femenino de la vampira. La reacción natural del muchacho al tener a la vampira y a su sexo muy cerca del suyo propio fue tomarla de la cintura, fue algo automático, algo que no necesito ni aprenderlo, por si solo la tomo de ese modo como si ya estuviese listo para tener sexo con ella. Las manos del joven tiempo después encontraron el modo correcto de moverse gracias a la propia mujer, y aprendieron rápido, el chico esta tan engatusado con ella que aprende todo de modo inmediato, en especial si se trata de ese cuerpo delgado y hermoso.
Tras unos momentos de mucho calor y excitación una pregunta por parte de la joven mujer dejo muy confundido al muchacho quien no comprende que quiso decirle con eso.

-¿Es alguna especie de acertijo? Porque mi respuesta es que…-La mira a los ojos y piensa un momento.- Claro que te dejare entrar, no creo que tú puedas ser mi muerte… ¿O hablamos de matar de modo sexual? Porque eso lo he escuchado muchas veces jejeje…-No tiene idea de cuál es la respuesta correcta, pero prefiere sentir a su compañera que responder preguntas, y por esa razón se animó a besarle dulcemente el cuello, a lamerle allí despacio y a disfrutar de tener a semejante mujer para si mismo.

"Claro que te dejare entrar, no creo que tú puedas ser mi muerte"...

La vampira entonces supo que el chico confiaba mucho en ella, seguramente no tenía idea de lo que la maldición de los inmortales significaba para quienes se relacionaban con ellos pero tomó una decisión, no le defraudaría, así que entonces tomó la segunda respuesta de Anton y le dijo con la voz más sensual y la mirada más esclavizante de las que pudo ser capaz:

-Te voy a matar y te gustará y no sólo eso, tú me pedirás por más...-

Dicho ésto terminó de desvestir al chico, pero ésta vez fué menos delicada, casi como si le quisiera arrancar la ropa, con un gesto casi desesperado como si su vida dependiera de ello y luego se arrancó lo que le quedaba a ella para estar ambos completamente desnudos, tal cual eran, la verdad descubierta, ninguno sería capaz de esconder nada pues estaban ambos al descubierto, ahora mostraban lo que eran realmente, ella su cuerpo lleno de pecas y pálido, algo sonrosado por la reciente resurrección de su corazón palpitante, un cuerpo atlético, no muy delgado ni tampoco rollizo, era equilibrado, sus pechos no eran los más grandes pero eran de un tamaño considerable y las pecas también los invadían, sus caderas eran proporcionalmente equivalentes al ancho de sus hombros y sus piernas se veían fuertes, aquellas piernas que le permitían dar saltos con una fuerza a veces letal para sus víctimas habían apresado a una presa entre ellas pero era una presa especial, una a la que se le tenía reservado el acceso a estar entre ellas.

Luego de ese momento fugaz donde se mostró tal cual era ante el joven Anton, sin retirarse de estar sobre de él, acercó suavemente su rostro a del que estaba a punto de convertirse en hombre y le besó suavemente, una mano descansaba sobre la mejilla de éste y la otra se fué a la entrepierna de él, lo tomó firmemente, notó que había crecido mucho y estaba duro como una roca, eso facilitó mucho las cosas, lo acomodó, lo guió para que pudiera entrar en ella y mientras lo besaba suavemente de pronto su mirada cambió de dulce a una con una sexy sonrisa malvada, bajó sus caderas rápidamente sintiendo cómo el ahora hombre, Anton entraba en ella cuan grande era, subía y bajaba rápidamente sus caderas, no quería darle tiempo a él de saber qué pasaba, sólo quería que sintiera una oleada de placer tras otra. Sus pechos se bamboleaban con el agresivo movimiento de sus caderas y ella dejó escapar unos gemidos pero en ningún momento desvió su mirada de los ojos de Anton.