Un día largo (+18)

Sonrei a Risty al ver como estaba dispuesta a curarme el ala, en aquel momento en un futuro, ofreciendose para ayudarme con cualquier cosa. Me hacia algo de falicidad tener a una persona que se preocupara por mi y estuviera dispuesta a atenderme. Por ello en ningun momento se me paso por la cabeza ver la raza de ella ni la de los demas. No era necesario. No habia discriminación entre razas, mas bien entre personalidades, sobre todo viendo la variedad de humanos. Luego respondí a Lans, quien no tardo en responderme dejando claro que me aceptaba. Pero no como nadie especial, si no como un soldado mas. Quizas aun mi parte mas orgullosa y aquella que me habia llevado a la muerte me hacia ver aquello como algo malo. Esperaba ser especial, era un angel. Pero en aquel mundo y en aquel lugar debia de aceptar las cosas. Por lo que mire a Lans calmada y hable.

-Acepto las consecuencias. Mi vida nunca ha sido facil y sabiendo que Risty cura heridas, y que Lans me acepto...espero que el problema de hoy sea el mas grave que pueda tener en el castillo.
Respondi agachando la cabeza a modo de reverencia y plegando las alas. Luego volvi a mirarle calmada, aceptando todo lo que podía pasarme pero decidida a defender las unicas ideas que tenia.
-Muchas gracias por aceptarme. Haré lo maximo posible por mantener Asbru a salvo.
Respondí alegre y calmada. Para luego mirar a los lados pero sin atreverme a decir nada. quería preguntar como iban las cosas en aquel lugar, pero desconocia si tenia o no tiempo de explicarme nada. Si me decia algo estaria encantada y de no ser asi, buscaria las cosas por mi misma dando vueltas por el castillo.

Parece que la recién llegada y Risty están haciendo raíces fuertes en su relación nomas al empezar, sorprende a Lans pero tampoco le parece tan extraño que pueda suceder. Puede que le haya hecho ruido en un comienzo por la condición de ángel y demonio de cada una de ellas, aunque no le parece esa rubia el concepto preciso que él tiene de un ángel. La mujer acepta las palabras de Lans y al igual que ella espera que ese problema que ha tenido sea lo peor que le pueda ocurrir allí. Reverencia la mujer y pliega sus alas a la espalda, Lans se acerca a ella para quedar frente a frente.

-Si lo aceptas entonces arrodíllate y jura lealtad a la corona. Algo sencillo.-Algo sencillo y básico, solo a los caballeros se le realiza una verdadera ceremonia cuando juran vasallaje, o a los considerados héroes que han sobresalido del resto.
Mientras espera a que ella le jure fidelidad al rey piensa Lans al escucharla que se está haciendo demasiadas ilusiones esa chica, está hablando todo el tiempo de proteger Asbru como si fuese una tarea única y personal suya. Al príncipe en si no le molesta en lo absoluto ni lo perjudica en nada que así lo crea ella, pero cuando las cosas no vayan como lo esperado su desilusión puede llegar a ser tan profunda como enorme. Lo piensa ese hombre sin saber que ya ha pasado por más de una desilusión enorme esa mujer, y puede que esas desilusiones no hayan acabado aun.

Estaba contenta de haber conocido a esos dos humanos. Sobre todo a la mujer, que incluso se preocupo por mi ala y me quito el dolor. Parecía una mujer alegre y con ideas claras, aunque si hubiera pasado lo mismo que yo en tierra de los enanos...solo los dioses sabrian como podía acabar. Pero dado a su temperamento dudaba mucho que saliera bien parada. Sin embargo cuando hablo con el principe de otro asunto, de una fiesta me sorprendi. No era digna de una fiesta y es mas, debía ser tratada como los demás y no creia que festejaran cada vez que alguien nuevo entraba. Por ello sonrei y me eché hacia atras el pelo nerviosa.

-No, no hace falta. De verdad jejeje. Gracias por haberme ayudado y eso... y por darme la posibilidad de unirme. Pero no es necesario que os tomeis mas molestias conmigo, bastantes problemas causé nada mas llegar. Y el principe lo ha dicho...Sere tratada como los demas, sea o no un angel. Pero agradezco tu compañerismo e ilusión.

Dije a Risty con una dulce sonrisa y muy agradecida por su ilusion. Por lo menos alli parecia que nada mas llegar ya tenía una especie de amiga que no me veia solo como un angel. Y eso era algo muy dificil para la gente. Quizas en mi interior no quisiera ser especial ni un angel o demonio. Simplemente quisiera ser igual y alomejor...para hacerlo mas facil debería aprender a ocultar las alas a los humanos. Tenía alas pero con ellas no podía volar y al tenerlas tampoco podía pasar desapercibida...En momentos como esos pensaba en cortarlas dolida por el recuerdo, pero despues de todo eran un gran escudo.

Mire a Lans hablar y asentí tras escuchar sus palabras. Me arrodillé frente a los dos y suspire. Era hora de un cambio en mi vida y con ello quizas todo fuera muchisimo mejor. No sabía muy bien como hacerlo, pero quizas era algo simple sin mucha palabra ni gesto.

-Yo, Aleishe, juro lealtad a la corona.

Juré sin mas, preguntándome si el mundo ahora cambiaria a mejor para mi. Entonces alce la cabeza y mire al principe, esperando que me permitiese formar parte de su ejercito.

Observa el príncipe del oeste a ambas mujeres y cree que se llevaran bien ángel y demonio mientras ninguna quiera imponerse sobre la otra. Aleishe parece ser del tipo dulce e inocente, muy recatada, Risty es todo lo contrario, es independiente y de armas tomar, sin mencionar una bomba sexual. Le sorprendió a Lans la idea de la sucubo pero no la desaprobó, aunque la recién llegada dejo claro que no necesita una fiesta de bienvenida aunque lo agradece.

-No tengo problema alguno con que se diviertan, siempre y cuando no molesten a terceros ni abandonen sus obligaciones.-A pesar de que Aleishe dijo que no necesitaba una bienvenida especial Lans no se opone, si ellas quieren divertirse un poco por él estaba bien, no lo ve mal en lo absoluto.
La mujer acepta las palabras de Lans y se arrodilla ante el jurando lealtad a la corona, cuando ella lo mira este lo mira solemne, pareciendo más alto de lo que realmente es en esos momentos.

-Te arrodillaste como una mujer más del montón, levántate como soldado del oeste Aleishe.-La voz del príncipe es profunda y autoritaria, y extrañamente en un gusto que no parece muy acorde al de su voz le tiende su mano derecha.-Vamos, arriba.-Le anime a tomar su mano y a ponerse de pie.-Si bien dije que te levantas como soldado vas a tener que entrenarte como uno, usar un poco la espada no sirve de nada si no sabes cómo pararte, actuar y obedecer en un combate de escaramuza.-Soldados bien entrenados puede vencer a una fuerza cinco veces o más superior a ellos si están bien organizados, preparados tanto física como mentalmente, haciendo uso de buen equipamiento y aprovechando las diversas circunstancias que pueden acontecer en un campo de batalla.

-Ahora exactamente no tengo tiempo para nadie, pero si buscan por mí al atardecer supongo que puedo invitarlas una copa de vino junto al fuego.-Lans debe ver a su padre y a otros de importancia para el reino del oeste de Asbru que ya deben estar reunidos en el salón del trono esperando por el para comenzar una reunión de suma importancia para las gentes del oeste de Asbru.

Alli estaba, viendo al noble alzarse sobre mi y verle imponente mientras decia unas palabras para darme el permiso y orgullo de proteger aquella tierra. Sonrei feliz de poder unirme ademas de que al parecer por lo menos la mujer pretendia darme una bienvenida especial. Jamas habia tenido una fiesta, nadie se habia molestado en ofrecerme una, pero siempre oia a la gente feliz por tener una fiesta. Asi que seguramente me lo pasaría bien. Cogi la mano a Lans y me levante con su ayuda, siendo de nuevo un soldado.
-Lo tendre en cuenta. Mejoraré y llegare a ser de los mejores.
Respondí decidida. Por fin estaba agusto en aquella tierra y eso me complacia. Me trataban bien, y como un igual. Sin odio ni rencor. Por ello se podia ver claramente mi felicidad. Cuando Risty hablo la sonrei, me parecia una buena idea.
-Esta bien, hagamos esa fiesta. Mientras tanto..¿podrias enseñarme el castillo? Creo que da para un buen rato.
Dije felizmente, esperando con ganas ver que era aquello de una fiesta. O mas bien disfrutarla. Quizas esos buenos momentos me harian olvidar los malos

Tras levantarse Aleishe de la mano del príncipe del oeste dejo claro Risty que lo buscarían por la tarde, después de todo una fiesta no se hace en un minuto, no está para improvisar por allí hasta que los preparativos han de tardar un par de horas antes de estar listos. Asegura Aleishe que mejorara y se esforzara mucho para ser una de los mejores, asiente Lans sonriendo antes de dejarse escuchar.

-Esa es la actitud, actúa como el mejor y podrás convertirte en el, la confianza es sumamente importante para una persona, en especial si tiene grandes metas…Entonces, las dejare solas señoritas, yo iré a enfrentar mi destino ante los ojos de los hombres y de los dioses si es que estos se dignan a mirarme, y recuerden, no busquen problemas.-Con esa última advertencia suelta la mano de la hermosa mujer y se digna a caminar orgullo y erguido en dirección del castillo donde se va saludando y encontrando con más de un soldado o dama noble que espera a que su marido, padre u otro familiar termine el concilio con la corona y poder reunirse de nuevo con ellos. Y así quedan Aleishe y Risty solas de nuevo para andar a sus anchas, probablemente la súcubo sea la que lidere el pequeño y reducido grupo de dos personas siendo Aleishe una recién llegada a dicho lugar.

Las palabras del noble eran sinceras y claras, dejando una gran verdad en ellas. Yo por mi parte pensaba en como afrontar el futuro si todo aquello fallaba. Con el tiempo habia descubierto que casi todas mis decisiones o simplemente mi suerte acababa fallando. Por eso siempre era bueno tener una segunda opcion sobre todo para no hundirse como me habia pasado mas veces. Suspire y solte la mano del noble ya mas calmada y tranquila, viendo como el valor de haber entrado en el castillo y los demas problemas habian pasado a un segundo plano ya que porfin tenia lo que habia ido a buscar. Ahora era un protector de Asbru.
-Hasta despues.
Dije viendo como se alejaba. Parecia un hombre honorable y fuerte, todo un rey. Seguramente gobernaria bien algun dia si las cosas le iban bien. Luego observe a Risty calmada esperando que me mostrase aquel lugar con tranquilidad. Su reaccion fue extraña, pero como ya habia visto ese tipo de muestra de afecto a la que llamaban abrazo era muy habitual. En lo que llevaba en la iglesia habia tenido algun que otro abrazo, por lo que poco a poco aprendia, pudiendo corresponder en aquellos momentos al abrazo de Risty, sin si quiera fijarme en un detalle que a esa mujer seguro que le apasionaba.

Despues deje que me cojiera del brazo como deseaba y sonrei mientras hablaba, viendo como su ilusion aumentaba por una fiesta. Algo que a mi me daba algo de miedo pero al mismo tiempo un orgullo insuperable. En aquel tiempo que llevaba en el mundo terrestre muy pocos habian tenido detalles conmigo y el hacerme una fiesta era algo que nunca me habia pasado.
-Entendido, guiame y enseñame lo que de tiempo, luego organicemos esa fiesta.

No podia creer que aquella mujer fuese tan adorable. Sobre todo por ofrecer su habitacion como lugar de charla y relajacion. Me resultaba curioso que nada mas conocerme ya me aceptara pero no perderia la oportunidad y por ello me mostre muy amable con ella.
-sera un placer charlar tranquilamente contigo algun dia.
Dije siguiendola mientras veia el castillo y sus lugares. Era algo increible y me gustaba. No era para nada parecido al infierno ni tampoco a la iglesia. Ahora estaba dentro y era parte de algo grande. Por decirlo de alguna manera estaba feliz conmigo misma. Al final llegamos a su habitacion asintiendo a sus palabras.
-pues me gustaria tener una propia pero...quiero ver tu habitacion. El castillo es grande y por lo menos si voy a hablar contigo no me perdere por otras habitaciones.

Era muy agradable estar con aquella amiga y compañera. Parecia que por fin encontraba a gente que me respetaba por como era y me alegraba. No me tomaba como angel al parecer, si no como amiga. Asi que sonrei mostrandome amable y respondi a todo.

Fue mayor mi sorpresa cuando me abrazo sin mas y me beso. En aquel momento me senti realmente incomoda. No sabia como reaccionar y tampoco era muy de mi gusto aquellos gestos amistosos. Todo lo que era acercarse demasiado a mi me traia recuerdos dolorosos por lo que simplemente me mantuve parada sin decir ni hacer nada hasta que se separo de mi.
Al ver la habitacion me quede sorprendida. Era muy diferente a las que habia visto pero era mas acogedora que las demas. Alli se notaba que vivia alguien, no era una sala sin decoracion como las que habia visto en tantos sitios. Era propia y decorada al gusto. Y eso me gustaba. Tenia mas personalidad que cuatro paredes con una cama y una ventana como mucho. Asi que la respondi lo que habia pensado.
-Me parece una preciosidad. Aunque no te lo creas es la habitacion mas decorada y bonita que he visto desde que llegue a este"mundo".  Claro que supongo en donde he estado no tenian mucho dinero para decoraciones.
Tras aquello espere paciente aver que mas queria enseñarme para despues ir a la otra habitacion que seria mia de aquel dia en adelante. Tampoco sabia que mas cosas decirla.

Miraba la habitación encantada, feliz de poder ver algo con un poco de hospitalidad y decoración. Un lugar con personalidad a mi parecer. Mas me alegre al oirla decir que incluso yo podria decorarla a mi gusto. Parecia una tonteria, pero poder tener algo a lo que poder decorar y decir "es mio" era algo increible despues de todo lo que habia sufrido.
-jajaja no, esta genial. Ademas supongo que te pedire consejo ya que se te da bien. Por lo menos esta la dejaste muy bonita jaja.
Dije felizmente, hasta que cerro la puerta y me hizo sentarme. Claramente mi cara al escucharla enseguida cambio, volviendose nerviosa y palida, incluso confundida. ¿como podia preguntarme eso? ¿y que se supone que debia de responder? Yo era un angel y di hablaba de mas...seria un angel caido. Me echarian de alli. Pero si mentia, estaba mal. Y esa chica parecia ser de fiar, ser amable y comprensiva. No queria mentirla. Por ello se podia ver mucho nerviosismo en mi rostro.
-eh...bueno. Sinceramente soy un angel y...los angeles no usamos ese tipo de gestos. Por lo que siempre es algo extraño.
La dije la verdad, ni mas ni menos. aunque claro esta ocultando la informacion. No podia decirla nada de mi vida. Me echarian de alli y perderia todo lo que acababa de lograr. Si no era un angel...me matarian a palos o a saber. No queria volver al infierno, no mas veces.

Era dificil hablar de temas asi con gente que no habia conocido angeles. Yo ya no era uno, pero las costumbres y la cultura son cosas que costaba perderlas. Por lo menos ya sabia hacer cosas por mi misma sin ordenes ni peticiones. Sabia elegir que era lo mejor para mi. Aunque podia pecar de ilusa e inocente todabia demasiado. Cuando me dijo aquello la mire algo asustada, sin embargo acabe pensando que era una manera de hablar y no lo decia enserio.

-Yo...lo siento. Y lo dire sin cortarme. Cualquier cosa que me moleste te lo hare saber. Aunque despues de todo son solo eso, costumbres. Siempre hemos vivido como...aislados del mundo en un lugar lejos deseos e ideas, a salvo, por decirlo de alguna manera.  

De todas formas sus palabras fueron sinceras y amables, incluso parecia intentar aceptar mis diferencias. Por lo que sonrei alegre. Me gustaba aquella ciudad...todo, desde la iglesia al castillo era diferente. Me levante de la cama y la segui mientras la escuchaba atentamente para mirarla extrañada.

-¿que es una fiesta de pijamas? Se a que te refieres con dormir. Tiene dos significados, supongo que te refieres al de descansar. Pero no acabo de entender bien el significado.
La segui con tranquilidad para acabar preguntandola algunas cosas.

-Es muy grande el castillo ¿hay muchos problemas?Me refiero...puede ocurrir lo mismo que en las cuadras?...no me gustaria tener mas problemas.

Era increible como en aquel lugar el mundo era diferente. Todo era mejor, incluso aquella chica parecia querer ser mi amiga. Se mostraba amable y cercana, sin tomarme como un angel o un ser todo poderoso. Simplemente me trataba como una persona. Y eso era algo increible para mi. La sonrei encantada de su compañia y la escuche con curiosidad.
-Parece realmente divertido. Me gustaria mucho hacerlo algun dia. En la iglesia siempre dormia sola y no venia mucha gente a hablar conmigo. Y los que venian a hablarme solo era para pedir favores o bendiciones.

La respondi con una amplia sonrisa. No podia malgastar la oportunidad de tener una amiga. apenas la conocia pero siendo borde o sosa no iba a lograr nada. Luego asenti a lo que me dijo de aquellos hombres. Al parecer habia llegado en el peor momento al peor lugar, menos mal que ella habia aparecido para ayudarme.
Cuando salimos y hablamos con una mujer mi alegria fue aun mayor. La habitacion de al lado estaba vacia, y sin pega ninguna me preguntaron si la queria. Mi cara fue una gran sonrisa y asenti contenta. Encima tenia una habitacion al lado.
-Me parece genial, la acepto. Asi podre preguntarte cosas o pedir consejo o cualquier cosa. Sera genial.
Y entonces lo pense, era una mala idea. Pero ya era tarde decir nada, podrian sospechar. ¿y si el demonio aparecia algun dia aburrido con idea de fastidiar? ¿o simplemente las pesadillas? quizas la alertase alguna noche... mala idea...Pero ya dicho, solo quedaba aceptarlo por el momento.

La mire algo extrañada. No era comun ver a una mujer casi sin ropa por las habitaciones y no es que me diera mucha alegria. Mas bien me pondria nerviosa pero asenti y sonrei. Justo despues de ello consegui una habitacion propia. Respondi a lo loco y sin pensar, pero lo echo, echo estaba y no habia marcha atras. Inesperadamente recibi un abrazo y un beso en la mejilla que me hizo sonrojar. La mire avergonzada y extrañada a la vez mientras parpadeaba confusa.
-¿uu...una puerta?...
Dije aun algo pasmada y la seguí cuando me cogio de la mano para llegar a la habitacion. Estaba bastante bien iluminada, tenia una ventana por donde entraba bastante luz. Habia una cama algo abandonada y algun que otro mueble lleno de polvo. Suponia que hacia tiempo que nadie entraba en ese lugar. Sin embargo con unos arreglos y un toque personal quedaria perfecta. Ademas habia una cama para mi. Cuando la ordenase seria el unico lugar del mundo que seria mio en cierto modo. Quien sabe por cuanto tiempo, pero podria retocarlo como quisiera y tendria al lado a una buena amiga.
-Es fantastica...me encanta. Solo hace falta limpiarla y organizarla un poco pero es lo mejor que he visto nunca.
Dije feliz y emocionada. Luego me sente sobre la cama viendo que estaba bien blandita.

Varias horas pasaron desde que Lans y las señoritas se separaron, cada cual con sus propios asuntos por delante. Una vez finalizadas sus labores como parte de la familia monarca de la región oeste de Asbru este quedo libre para sí mismo, por lo cual recordando sus palabras hacia la recién llegada y hacia su amada súcubo decidió ir en busca de estas. No tiene idea ese hombre de donde pueden estar, pero siendo una la escolta personal del príncipe y la otra una cara nueva en ese lugar no debería de serle muy difícil seguirles el rastro. Pregunto a un par de personas en su andar y así fue haciéndose una idea clara de donde se encuentran esas dos mujeres que probablemente terminen siendo amigos. Llego al interior del castillo y fue directo en comienzo a la habitación de la hechicera impía, golpeo la puerta y espero a por una respuesta que no llego como esperaba.

Tras esperar un tiempo Lans comenzó a pensar de que debe buscarlas en otro sitio, o simplemente dejarlas en paz e irse a hacer otra cosa con otras personas que de seguro también estarán alegres de verle.

La cama com o me habia imaginado era blanda y comoda, lo que necesitaba para descansar de los dias duros. Suspire agusto y sonrei a Risty encantada. Desconocia como pensaba hacer una puerta en una muro tan gordo, pero era encantador que tuviera ideas asi. Luego vi como llamaba a alguien y me levante inmediatamente para parecer mas formal y menos relajada.
Me acerque a la puerta a mirar y vi a Lans. Era increible lo bien que me estaban recibiendo en aquel castillo. No me habian preguntado por mi pasado y me habian dejado formar parte de su bando sin mas. Ademas me habian dado habitacion y un buen recibimiento, incluso proteccion. Sali por detras de Risty extendiendo una mano para saludar para luego retirarme el pelo de la cara algo nerviosa. Que un principe viniera a darme la bienvenida...era algo como comun.
-Hola Lans.
Dije sin mas con una sonrisa de agradecimiento y luego espere. Si Risty queria dar la fiesta yo no sabia nada del tema. Por lo que me tocaba simplemente obserbar y aprender para el futuro.