un encuentro inesperado ¿semejantes o no?

Cerré los ojos unos momentos, y plegué las alas contra mi espalda. Mi violáceo flequillo cayó sobre la parte izquierda de mi rostro, ocultándolo, pero no dije nada. ¿Se suponía que tenía que caer al trapo ante lo de que había caído demasiado? Sin duda ella estaba peor que yo. No podía volar, ni tampoco volver, pero seguía en sus trece con retornar con sus hermanos, con volver al cielo... Qué ciega estaba, nunca le permitirían volver. En cambio, yo ni podría volver, ni me interesaba, a menos que fuera para destruirlos a todos. Y además, contaba con la ventaja de poder volar.

- No voy a discutir por saber quién es la más desgraciada de las dos-repliqué, mirándola fijamente.

Dicho eso, volví a acercarme a ella, a su espalda más bien, y observé nuevamente los hilos que le impedían volar. Recorrí con los dedos la superficie de sus "cadenas", apenas rozándolas con las yemas de los dedos. Finalmente, esbocé una leve sonrisa y alcé la cabeza para mirarla, divertida.

- No tengo ni idea de cómo puedes deshacerte de eso... Pero yo perdería las esperanzas, los ángeles custodiaban bien el secreto de esos hilos-dije mientras observaba a la guerrera rubia quitarse la armadura y ayudar al angelito.

Me giré entonces de golpe al escuchar que estaba siendo perseguida por un demonio. Con renovado interés, ladeé la cabeza.

- ¿Oh? ¿Un demonio? ¿Qué querría de ti un demonio?

Bella y oscura noche si la hay, noches para el placer, para planes, para la diversión. Algunos usan la noche para viajar, otros para cazar y otros para atracar o asesinar, pero siempre usan la noche en beneficio propio. El conde no es la excepción, ni su pequeña palomita tampoco. Cripson usando la noche en su beneficio se reunió con algunas personas que él considera de cierta importancia para sus planes, charlan y beben, se divierten con mujerzuelas mientras traman sus movimientos cada quien buscando el beneficio propio. El ángel caído aprovechando esas distracciones tomo el valor suficiente como para huir, después de todo en ese corto tiempo que ha vivido y viajado junto al demonio ha sufrido bastante debido a su parte celestial aun latente en ella. El cielo y el infierno chocan consecutivamente dentro de su ser haciendo de su vida un desastre, sumada a la compañía del conde loco le hacen la vida imposible.

La ignorancia de Aleishe la llevaron a sufrir más, puede correr cuanto quiera pero no esconderse, su alma le pertenece al conde loco y la encontrara con suma facilidad no importa donde la encuentre. Al notar que uno de sus juguetes favoritos no estaba allí para su diversión usando uno de los hechizos más comunes y utilizados de la rama de la adivinación busco y encontró con suma facilidad a su preciosa y sumisa “palomita”, después de todo a pie no iba a poder llegar muy lejos que digamos, sin mencionar que se ha cruzado con un par de criaturas de lo más interesante para él. El resto fue pedirle a algunos de los allí presentes que lo lleve hasta cierto lugar a unos pocos kilómetros de allí, luego él se encargaría del resto del asunto, y así lo hicieron, lo llevaron hasta unos pocos metros donde se supone el conde visualizo con su hechizo a su preciada “palomita”. El rastro de plumas que dejo el ángel fue más que evidente y fácil de seguir para Cripson que en pocos minutos comenzó a llegar donde se encuentran esas tres mujeres, dos de las cuales son impías conocidas, bien conocidas por su persona.

Con suma calma y serenidad, a su ritmo tranquilo y encantador el conde loco se acerca a ellas de a poco haciendo su figura más visible y notoria a cada paso que da. Sus ropas son conocidas por dos de ellas, mas no para una de ellas. Sus ropajes negros y rojos son dignos de un conde la noche, un príncipe vampiro o un señor de la oscuridad, no importa como se lo mire es más que evidente que está lejos de ser un hombre común y corriente. Debe medir cerca del 1.80 de estatura, es algo delgado por lo que no debe pesar demasiado, su piel es tez clara, prácticamente albino. Tiene el cabello muy largo rubio y lacio, sus ojos color carmesí y rasgos finos dignos de un miembro de la nobleza. Siempre bien vestido, al estilo de los condes o barones no fue la excepción en esa ocasión. Aparenta entre 27 y 30 años de edad. Viste ropas de alta calidad, con un antifaz que le cubre parcialmente el rostro, sus labios carmesí resaltan gracias a su piel bien blanca. Cuando esta lo suficientemente cerca de ellas lleva a cabo una reverencia remarcada, siendo este sumamente educado, sus gestos son acordes a alguien que porta dicha ropa y figura tan especial. Sonríe y observa a las femeninas presentes, comenzando primero por la que desconoce, luego por Hannabi y por ultimo observando a Aleishe.

-Buenas noches bellas damas oscuras, que reunión tan afable y conveniente- Parece muy divertido con dicha situación ese hombre que aparenta ser un conde, por lo visto es de esos hombres a los que a pesar de toda su etiqueta y encanto le encantan las mujeres hermosas, aunque posiblemente la manera de demostrarlo sea parte de su personalidad y carisma encantadores.

Me separé del ángel, ya había visto suficiente, y aunque siguiera mirando, no conseguiría sacarle esos hilos brillantes que le atenazaba las alas. Con una sonrisa divertida, le di la espalda volví a adoptar mi apariencia humana, haciendo desaparecer las alas con un brillo oscuro, aclarando los cabellos morados hasta tornarlos en blanco y cambiándome las prendas. Y todo, sin mover un músculo, sucedió de manera mágica.

Spoiler:

- Creo que es hora de irme. Todavía me quedan muchos ángeles a los que cazar-comencé a decir, ignorando a la guerrera que se había quitado la armadura.  No sabía si esas palabras me las había dicho a mí o no, pero en caso afirmativo, bien poco me importaba. Así que podía ir a decírselo a otra que si tuviera interés. Luego simplemente me volví hacia la otra-. Si algún día consigues liberar tus alas y volver a tu hogar, iré a por ti, angeli...

Enmudecí, alerta, al sentir de repente una nueva presencia. Nuevamente me di la vuelta para localizar a nuestro nuevo invitado, al que no tuve que buscar mucho, pues él mismo se mostró, con seguridad y orgullo, y a la vez con cortesía y amabilidad. Noté en él un aura intimidante, al igual que yo, lo que sin duda indicaba su condición de ser impío. Lo miré con curiosidad y cautela, se trataba de un hombre alto y de largos cabellos rubios, de una belleza casi delicada y a la vez elegante, pero para nada parecía ser alguien débil. Mantuve la distancia, no fuera que el recién llegado resultara ser hostil a pesar de su rostro calmado.

Fruncí el ceño al oírle hablar. Tenía un tono de voz suave y bien modulado, además de que parecía amable. Pero, a pesar de ello, no me iba a fiar, cualquier impío tenía una cierta vibración oscura en la voz, y ese hombre no era la excepción.

- Buenas noches-saludé, sin embargo, tratando de no sonar abrupta-. Sin duda una reunión entre impíos y corruptos-le lancé una mirada al ángel aprisionado-es de lo más... "conveniente". ¿Con qué nombre he de referirme a vos?

Tras hacerse presente en ese sitio y presentarse ante las damas presentes la vegetación y la tierra misma comenzó a marchitarse a su alrededor, ya había quedado marcado el camino por donde él había llegado, y ahora esa misma muerte comienza a inundar y a expandirse por sus alrededores.  La joven impía, la más joven de ellas y de cabellos rubios se sorprende al verlo, pero se la ve bastante feliz con ese encuentro inesperado. Espero Cripson que la jovencita de corazón puro e inocente no se haya olvidado del último paseo que tuvieron, y mucho menos de cómo termino dicho encuentro, es más que seguro que no lo ha olvidado, después de todo debe haber sido ese el primer beso de Hannabi.

-A pasado mucho tiempo, mi dulce e inocente doncella impía ¿Cómo estas Hannabi? ¿Me has extrañado?-Sumamente galante y bastante cariñoso le responde a la joven impía a la cual poco a poco conquista y enreda mas y mas con su persona.  Mira con detenimiento a la mujer que no conoce, muy corrupta y bella, justo como le gustan, bueno, le gustan todas, pero esas son el tipo de mujeres que más le atraen. Sus cabellos son tan blancos como la nieve, mientras que su piel contrasta, de un oscuro color azul. Sus ojos, rojos, parecen inyectados en sangre, infectados en leve desprecio y superioridad, aunque ahora parecen ojos de alguien que está sorprendida o temerosa. Sus orejas son puntiagudas y alargadas, con varios aros plateados en ellas, lo que la hace ser fácilmente confundida por una elfa, lo cual le hace creer a Cripson que puede llegar a ser una hibrida de elfo y demonio.

-Lo que me trae a este lugar por supuesto son las mujeres hermosas, en especial cuando son tan impías como ustedes-Sonríe y guiña su ojo izquierdo tras una breve reverencia a las damas frente a él- Claro que también me trae aquí el hecho de que están maltratando a mi palomita favorita- Mira hacia Aleishe quien está en shock-No es fácil hacerse con un ángel como lo hice con ella, por lo que no puedo permitir que la maten así como así ¿Comprenden? No al menos que me entreguen algo a cambio de mayor valor, claro está-Se ríe y mira algo serio a las chicas pues no entiende bien que estuvo pasando allí ni el porqué. Ahora centra su interés en la bella impía que se encuentra cerca de Aleishe, aquella que “piensa” lo mismo que el sobre esa noche, la cual pregunta el nombre de aquel ser que nadie ha llamado aun del modo correcto, excepto por Hannabi que parece ser no fue escuchado por ella.

-Tal cual ha dicho mi dulce Hannabi aquí presente mi nombre es Cripson, puedes llamarse asi, otros me conocen como el conde loco, aunque en tu caso preferiría me llames “papito” o cualquier similar a ella-Se echa a reír el conde de forma desquiciada, perdiendo la etiqueta y el porte noble que llevaba hasta el momento.-Ah…dicen que reír hace bien a la salud, que ignorantes-Agrega al final, mientras se recupera del todo y se para nuevamente como todo noble tomándose de los codos y sonriendo a las damas allí presentes.

Estaba mal, quizas mas de lo que hubiera esperado. Debia salir huyendo del demonio, alejarme y no encontrarme con nadie en un tiempo. Pero no... como siempre la suerte estaba en mi contra. Me habia encontrado con un angel traidor, y con una guerrera corrupta. Asi que, alli estaba sin esperanzas ni paciencia. Ya no, habia perdido todo. El tiempo pasaba y Cripson se enteraria. No podria alejarme lo suficiente ni ocultarme entre gente noble. Entonces lo sentí. No, ahora no,¿tan pronto? Un poco mas de tiempo,un poco mas de libertad. En aquel momento desconecte, me quede en el suelo en shock llena de miedo y terror. Pero otro sentimiento de odio y rencor me recorria por simple instinto. Tarde o temprano tendria que acabar controlandolo, pero en aquellos momentos me era imposible.

No escuche nada, ninguna conversacion de nadie, solo note su aura y su voz llena de poder.Y sus tipicas palabras,"palomita". Lo odiaba, la manera de llamarme, su expresion y su manera de haber conseguido todo sobre mi. Habia leido historias de demonios, pero todos solian ser faciles de derrotar cuando poseias una espada y armadura. Nunca te cuentan lo mal que estas al no poseer ni un solo arma. Alli senti el odio, el panico y sin poder controlar mas mis instintos me lancé contra el con una pluma de hierro directa a su cuello.
-¡¡¡¡¡¡¡¡Maldito demonio. Vas a morirrrrr!!!!!
Dije lanzando aquella mano con la pluma afilada sin mostrar miedo ni terror, solo guiada por un instinto que podia llegar a ser mi perdicion si no acababa por controlarlo.

El recién llegado impío se mostró galán y amable con nosotras. Parecía conocer bien a la rubía más joven, la cual se llamaba Hannabi. Leí entre líneas que ellos dos debían de tener un lío entre ellos, o algo parecido, a juzgar por el tono de voz de ambos. Sin embargo, no eran de mi incumbencia sus asuntos. Tan solo me quedaba allí por la reciente curiosidad que había despertado en mí ese hombre con aspecto de conde. Este me miró entonces, fijamente, clavando sus ojos brillantes de maldad en los míos. Ambos rojos, ambos corruptos. Ese brillo de maldad me gustó, para qué negarlo. Hacía mucho que había dejado de ser un ángel y había empezado a anteponer mis intereses a los de los demás, así que no tenía reparos en dañar a los demás, si eso me satisfacía.

Sin embargo, más curiosidad me dio, cuando él mismo mencionó que el ángel desterrado era de su propiedad, y que la prefería viva. Por suerte para mí, había dejado de interesarme tanto como antes, pero si de verdad ese hombre había conseguido subyugar a uno de ellos… Bien me podría servir para mis planes. Sonreí, enseñando los colmillos, y miré al angelito.

- Es toda tuya… Dejó de ser un ángel hace tiempo y no me interesa ya…-colgué el arco a mi espalda y me apoyé en el tronco de uno de los árboles de enrededor, en una postura despreocupada, y con los brazos cruzados.

El angelito parecía en shock, en el suelo, tratando de negar aquello, de negar que, a pesar de haber conseguido escapar, el hombre rubio de ojos rojos había conseguido encontrarla… de nuevo. Eso me hizo darme cuenta de que él era del que huía, y provocó que volviera a centrar mi atención en él, cuando se presentó.

Al parecer, se hacía llamar Cripson. Un nombre extraño, pero sin duda pegaba con su porte elegante. No pude sino reírme de su chiste. ¿Papito? Ni en sus mejores sueños lo iba a llamar así. No, gracias, prefería su nombre real.

- Puedes llamarme Ytse… Aunque muchos me llaman “Cazadora de Ángeles”…

Justo en ese instante, el angelito decidió por fin recuperar la cordura, aunque sospeché que su siguiente acción había sido un gran error. Sin pensarlo, la rubita agarró una de sus plumas metalizadas y se lanzó contra Cripson para asesinarlo. Yo no me metí, eran sus asuntos, y sabía que él no se dejaría dañar por alguien como ella. Aunque al final, fue la misma guerrera quien se puso por delante para recibir el impacto en su propia mano... Demasiado servicial, para mi gusto.

En esa reunión de impíos que se lleva a cabo bajo cielo abierto Aleishe carece de importancia, en ese estado no aporta nada útil a la reunión.  En cambio las otras dos mujeres allí presentes son todo lo contrario, tienen mucho para aportar y cada una aporta lo suyo. Hannabi aporta la dulzura del grupo eso sin duda, y la otra mujer el odio y perversión, eso está más que claro y al ser cada uno tan diferente pero a la vez compartir la línea de sangre lo hace sumamente agradable. Ninguno está libre de pecado allí, ni siquiera Hannabi con lo dulce que es, su nacimiento en si es una aberración que a ojos del mayor de ellos es una hermosura sin límites porque así de loco es.

Fue sumamente tierna y dulce la reacción de Hannabi al responder la pregunta del conde loco, claramente lo recuerda con lujo de detalles y no sería raro que desee más y más recuerdos de ese tipo, y eso es algo que el impío se asegurara de darle tarde o temprano.  La otra impía por su parte guardo silencio un tiempo, pero comprendió bien claro que el ángel es propiedad suya y por ende meterse con ella es meterse con él. Pero esa impía ya no tiene interés en ella y se lo hace saber con sus palabras.

-Se agradece el gesto, y si bien no es un ángel puro aun tiene su encanto–Agrega aquel conde sonriente y ejerce una reverencia leve demostrando su sinceridad y etiqueta.-Tendré que conseguirme más de ellos, de seguro serán una gran adquisición–Deja en claro que ella no será el único ángel que ha de buscar, aunque bien todas las razas tienen su encanto la de los ángeles son las más recias contra los impíos.

La mujer desconocida se presente como Ytse y lleva de sobrenombre cazadora de ángeles, nada mal, de mientras Hannabi deja claro que no matara a nadie aunque no sabe el conde a que viene esa afirmación de su parte.

-Lindo sobrenombre Ytse, me agrada. Y por cierto mi preciosa Hannabi, soy conocido como el conde loco por muchas cosas más–Dijo sin inmutarse mientras el ángel se rebela contra su amo y lo ataca lanzando una pluma de acero con intenciones de terminar con su vida para ser nuevamente libre.  Hannabi respondió por el conde, usando su propia carne para defenderlo ya que la pluma dio en la mano de la espadachín haciendo un profundo corte en ella.

-Vaya vaya, la palomita de repente quiere convertirse en un águila cazadora, ha mordido a mi querida Hannabi, que cosas estas…–Dice meditativo, para luego acercarse a la joven impía y rodearla con sus brazos por la cintura, tomándola por detrás de modo sensual. Las manos del conde toman la mano herida de Hannabi y la llevan a la altura del rostro de ambos para el comenzar a lamer la herida de su protectora. Susurra palabras arcanas entre lamida y lamida las cuales terminan conjurando un hechizo que sana el corte realizado por la pluma de acero.-Rico rico–Menciona mientras sigue degustando el sabor de la piel de Hannabi aun cuando ella y ha sido sanada totalmente por él.

Pareciese que ese demonio no tomara represalias contra el ángel caído, como si no existiese o no valiese nada. Para el es mas importante disfrutar del sabor de Hannabi, de tocarla y sentir su calor que prestarle atención a su esclava, despues de todo a ella puede acceder siempre que desee, y Hannabi...Hannabi es un plato que desea servirse desde hace ya un tiempo.

Aquella chica se habia puesto en medio¿por que protegerle? Era un demonio horrible y ella incluso paracia ser la mas agradable de los que alli se encontraban. No podía creermelo, era todo tan confuso para mi. Todo era bueno o malo, pero en aquel momento... nada estaba claro. Quizas el mundo no fuese tan simple.
De todas formas deje caer la pluma afilada con panico en la mirada, sabiendo que habia perdido una oportunidad unica.¿haria Cripson algo malo conmigo?¿me mandaria de vuelta al infierno? Mi respuesta se respondio enseguida cuando apenas me hizo el menor caso. Me senti aliviada por aquello, aunque seguia teniendo ganas de clavarle de nuevo la pluma, el miedo comenzo a subir escalones y me bloqueo un poco el instinto. Eso si, al ver aquello mire a otro lado molesta por tales gestos de cariño o perversidad. Quizas al estar en sus cosas tampoco le importaria que me marchase lejos. Pero... por algo habia aparecido y seguro no era pasa salvarme el pellejo. Cogí la pluma y me sente apoyada en un arbol.Luego mire al suelo sin decir mucho mas, simplemente como una niña pequeña esperando a sus padres, o como lo que era, un soldado esperando recibir ordenes.
-Mm...Si estas liado...¿me puedo marchar un tiempo?
Dije mirando la pluma con sangre y sabiendo que habia fracasado.

Observé con el rostro impávido la conversación que tenían esos tres que parecían conocerse tan bien. El demonio lamió la herida producida por la pluma, aún cuando acabó siendo sanada. Era más que obvio que ese hombre tenía intenciones puestas en la rubia, y que esta no llegaba a entender del todo por su inocencia. O era muy ciega, o en verdad no entendía el significado de ese gesto tan... atrevido y sugerente.. En cualquier caso, no era de mi interés, así que, con una ceja arqueada, me di la vuelta y me senté en el suelo, en una postura muy similar a la del angelito, que parecía completamente derrotado y frustrado.

La observé largo rato, sin expresión en la cara que denotara lo que estaba pensando o maquinando, aunque en realidad sólo me preguntaba cómo me habría sentido yo en su lugar, si peor de cómo me sentía ahora (sola y sin ningun lugar al que pertenecer), o si de manera similar y menos dolorosa. Bueno, cada trauma tiene una reacción diferente en cada persona. A ella le habían prohibido volar, yo me había revelado, y había tintado las alas de noche oscura.

Sacudí la cabeza, despejando esos pensamientos de mi mente, y comencé a limpiar mi arco con un trapo, de manera aparentemente distraída, pero en realidad con el oído puesto en la conversación de los otros tres, pues eso que el hombre había mencionado de tener a más ángeles a su disposición me había llado la atención.

El ángel caído es todo un fracaso a ojos del demonio, y más aun así no se des hará de el tan fácilmente puesto que de una u otra forma sacara provecho del mismo ya sea de su cuerpo, de su sangre o de su alma, o simplemente de verle sufrir día tras día por lo que dure la eternidad. Por otro lado Hannabi es quien la está pasando mejor, bueno, mejor dejando de lado al conde loco que se está dando un festín con ella pegándose más al cuerpo de la joven y bonita rubia la cual desea hacer de su propiedad desde hace ya algún tiempo. Escucha la voz de la joven impía que cuestiona a Cripson al no entender que rayos está haciendo con ella, aunque no hace nada para evitarlo, solo habla sin fuerzas y se deja hacer conforme guste el conde con ella sanando así sus heridas lo cual fue agradecido por  su preciosa compañera la cual desvía la mirada avergonzada, aunque eso no es algo que note de todo el conde que está más concentrado en lamer la mano de Hannabi y si no tuviese puesta la armadura de seguro hubiese comenzado a lamerle también los brazos y más si ella lo permitiese.

Los ángeles caídos por otro lado no parecen estar muy a gusto allí, cada cual está sentada de espaldas a la pareja de impíos puros que obviamente se conocen y tienen una mejor relación que la de los demás allí presentes.–De nada mi bella y joven impía- Responde el conde muy suave para Hannabi cuando ella le agradece por haberla sanado, aunque no se quedo junto a él sino que fue a pararse al lado de Aleishe para hablarle y tratar de hacerle entender lo que parece ser sus puntos de vista, aunque esa mujer solo piensa en irse de allí lejos de Cripson el cual las observa con atención maquinando ideas y planes por doquier.  

–Estoy muy ocupado, así es palomita mía, pero suerte para ti que puedo lidiar con muchas cosas a la vez-Responde el conde de manera dulce mientras Hannabi regresa a su lado, hablando de tal modo en el que claramente no comprende el alcance que tiene Cripson en cualquier mundo donde ponga siquiera un pie o haga escuchar su voz.

–Mi amada Hannabi, yo le ofrecí una segunda vida donde me obedeciese cada tanto en mis deseos, es más, no solo la traje a la vida de nuevo, si no que la saque de un sufrimiento infinito e inmortal, y según ella a pesar de todo soy el malo de la historia…Pienso detenidamente y cada vez me convenzo mas en arrojarla a las fosas de los Condenados, segura recuerdas bien cuál es, después de todo te llenaste de miedo cuando te lleve a ese sitio.-Le habla más a Hannabi al final ya que allí tuvo que protegerla y sacarla antes de que se volviese loca al ver como las almas de los condenados caen en un profundo pozo de agonía sin final una y otra vez. Acaricia el rostro de Hannabi unos momentos para luego hacer un paso al frente en dirección donde las ángeles caídas se encuentran lamentando su suerte.

–Hablando de condenados, tengo una regalo para ti Ytse, un agradecimiento por cuidar de mi bella palomita mientras estuvo perdida lejos de casa-Le dijo a aquella ángel lleno de odio mientras mueve lentamente las manos, como si dibujara en el aire sin nada que marque el mismo aun, aunque lentamente figuras y trazados se van formando cada vez mas brillosos y llamativos.

Spoiler:

–Zapis na crveni i sini , visoki tavani naJdlabokite pekolot, doJde, abrancen pred mene, so volJata na Cripson povikuvačot i narački -Lo que sea que estuviese diciendo lo hace en ese idioma extraño en el cual suele llevar la mayoría de sus rituales de invocación. El circulo de invocación se abre en dos y de su interior surge una criatura muy bien conocida por los presentes, puede que solo Hannabi no lo reconozca a la primera, pero solo basta con observar a través de la luz la verdadera forma de esa criatura bien conocido en el mundo con el seudónimo de ángel.

Spoiler:

-Mea invocabo creaturas, ut nulla nisi iustitia- Reza el celestial quien con espada en mano está dispuesto a combatir a las hordas de la oscuridad por mas que se encuentre en desventaja numérica.

–Noli timere, quia non solum in te, qui tantum-Responde el conde loco mientras señala a Ytse, manteniéndose más frente a Hannabi, como si la quisiera esconder de la vista del celestial, o tal vez proteger, quien sabe. Lo único seguro es que el celestial comienza a conjurar y una gran luminosidad se hace presente mientras Cripson se ve sumamente complacido con toda la escena que el mismo ahora está armando a su gusto y voluntad.

Al parecer el demonio no estaba dispuesto a verme marchar. Queria verme alli sufriendo con aquellas impias mirando.¿que podia hacer? Nada...absolutamente nada. Era realmente frustrante estar en aquella situacion, mas aun con otro angel mirando, aunque este fuera impio.
-Entendido...
Dije sin mucho mas que añadir y quedandome alli sentada mirando al horizonte con la mirada perdida. Pero volvi a prestar atencion cuando algo extraño e inesperado paso. Cripson dijo unas palabras cuando un viejo amigo aparecio en medio de alli.
-No...¿que... que has hecho? ¡¡¡Dejale en paz!!!! Devuelvelo al cielo. Xerxel, largate de aqui. Huye.
Dije al angel con los ojos apunto de llorar de nuevo. Luego agarre un pie de Cripson y tire de el con miedo.
-Devuelvelo al cielo, no castigues a otro angel mas, conmigo tienes bastante. Deja a mis hermanos.
Dije tirando de el y mirando su gesto a Ytse, ahora comenzaba a entender.
-Ytse no... no lo dañes. Porfavor no le hagas daño, Xerxes, marchate , no.. no ataques...
Dije empezando a desesperarme. No sabia que hacer, pero todo pintaba mal y al parecer nadie me hacia caso. En el momento que fueran a lanzar un ataque yo estaba encogida en el suelo con las plumas metalizadas y protegiendome casi completamente. Ya sin poderlo mas rompi a llorar.
-no le hagais daño...

Terminé de limpiar el arco, pues tampoco necesité mucho esfuerzo para eso, debido a que siempre lo cuidaba, y nunca dejaba que se estropeara. Acaricié su superficie suave con el pulgar, de manera distraída, y volví a levantarme, para posar mi espalda contra el tronco del árbol. Siempre era mejor estar levantada y preparada para cualquier cosa, que quedarse en el suelo, en donde te podían pisar. Por ello, afortunadamente, pude mirar con más atención a Cripson cuando me nombró. No sabía qué era lo que el demonio quería de mí, pero sin duda tenía algo preparado. En ese momento, pensé si había sido buena idea quedarme con ellos y no seguir mi camino, pero el deseo de saber qué "regalo" era ese, me hacía quedarme a esperar.

Le observé mover las manos y dibujar con ellas extraños símbolos en el aire, símbolos que no tardaron en brillar y en crear un círculo mágico e invocador. Siseé, desconfiada, y retrocedí un paso, arco en mano por si acaso. Entorné los ojos, viendo una fogura alta y poderosa aparecer ante mis ojos. Sin embargo, mis ojos se abrieron de par en par al ver las alas que crecían de su espalda... Sin duda, unas alas que yo conocía muy bien, y el idioma en el que habló la criatura, no hizo más que confirmar mis sospechas.

- Grrr...-los ojos morados brillaron de rabia, odio y profundo desprecio. Mi mano crujió por agarrar con tanta fuerza el arco, el cual no tardó en estar cargado por una letal flecha, apuntanto al ángel de alas puras y grandes.

Oí los gritos y súplicas del otro ángel, Aleishe, pero no las escuché, no me interesaban. ¿Se pensaba que solo por ella iba a parar de ejercitar mi venganza? Si de verdad tenía eso en mente, es que nunca llegaría a conocerme, ni a entenderme. Mi venganza estaba muy por encima de estupidos sentimientos.

Apunté a su cabeza, a donde debería de estar su estúpido cerebro. Si todo salía bien, atravesaría su cabeza de lado a lado. Muy estúpido por su parte no llevar ni una pizca de armadura, eso sólo me hacía a mí más fácil el trabajo.

- Muere...-gruñí, soltando la saeta y enviándola contra el emplumado frente a mí. Esperé con ansias y con avidez, observé el recorrido de la flecha, esperando de verdad acertar en el blanco, atravesar el cráneo como si no fuera más que madera.

El miembro 'Ytse' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Dado Numérico Random' :

Resultados : 4

El miembro 'Ytse' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Dado Numérico Random' :

Resultados : 7, 9, 5

El tablero de juego no fue esta vez impuesto por el conde loco, pero como todo jugador hábil lo manipula de modo tal que todo sale en su beneficio incluso cuando lo demás no se lo esperaban, de seguro nadie de los presentes llego siquiera a soñar con que la aparición de ese infernal traería tantos cambios tanto a los presentes como al propio ambiente que se marchita ante su presencia demoniaca.  Aleishe es la primer que ve su vida influenciada por el conde al ser prácticamente su esclava, seguida de Hannabi que cae lentamente en una enorme y profunda telaraña donde el conde la tiene a su merced, y ahora Ytse, la ángel caído que está por descubrir la magnitud del poder que posee ese ser infernal al cual acaba de conocer minutos atrás.

Su palomita, aquella ángel que ha apresado con gran inteligencia y ligado a el por siempre es la primera que obtiene una respuesta del conde loco el cual le deja claro que no puede irse de allí a hacer lo que le dé la gana, tiene algo para ella y aunque esta Hannabi allí presente ya vera de atender muy bien al ángel caído, a la corrupta por mano propia. Luego fue el turno de la impía ya completamente corrupta, ni vestigios hay en ella de que alguna vez fue un celestial, para ella tiene una respuesta de lo más especial, un gran regalo que de seguro ella sabrá apreciar mejor que nadie. De ese modo entra en escena un quinto individuo, un celestial convocado por los poderes arcanos y planarios del conde loco quien lo entrega en sacrificio a Ytse como paga por haber cuidado bien de su bella y sensible esclava.  Esa impía se vio desconfiada del conde cuando este comenzó a conjurar, pero de inmediato dejo de hacer lo que estaba haciendo para tomar las armas contra ese ser celestial al que tanto odia raíz de la traición y la ahora anhelada venganza. Hannabi no tuvo más respuesta del conde loco que la de ser protegida por este, se paro frente a ella por si el ángel la toma de blanco o por si de alguna manera el fuego cruzado pudiese alcanzar a su preciosa impía la cual espera agregar a sus pertenencias.  Fue muy grato para el conde escuchar rogar a Aleishe, lo toma del pie y le ruega que por favor no lastime al recién llegado celestial, implora y llora al demonio esperando que tenga piedad de él pero eso no pasara, después de todo el enemigo de dicha criatura allí es Ytse no él. Mientras eso pasa la ya corrupta Ytse y el ángel comienzan a luchar, es algo sabido que cada ser tiene un instinto de supervivencia y auto protección innato, por lo que toma ese ángel de enemigo a lo primero que lo ataco y esa ha sido Ytse usando su arco y flecha desde una distancia no tan prudente, pero distancia al fin y al cabo.  La flecha toma un curso seguro hacia el celestial ya que nada se interpone entre los dos enemigos y mucho menos entre sus armas, y si bien la flecha dio justo en la cabeza del celestial esta choco contra una especie de cristal luminoso casi invisible que hizo rebotar la flecha la cual termino en el suelo sin conseguir los efectos deseados por su lanzadora. El celestial quien parece poseer por instantes la calidez del sol rodeando su cuerpo con espada en mano ni lo duda y corre hacia aquella impía para eliminar su cruel y maligna existencia del mundo conocido, será ella la primera a matar mas luego irán todos los otros impíos infieles al Master.

El conde mientras tanto disfruta del espectáculo desde donde se encuentra parado delante de Hannabi con Aleishe a sus pies llorando y suplicando.

-Le rezas a la persona equivocada palomita, además es tu culpa que esto sucediese…Si no hubieras huido de mi nunca te hubieras encontrado aquí con estas impías, y por ello yo nunca hubiera llamado a este celestial y ofrecido como sacrificio en agradecimiento a la bella y furiosa Ytse ¿Lo ves? Acabas de condenar a otro ángel además de ti a la muerte y la esclavitud ¡Jajajaja!- Se ríe de forma maligna y alevosa, le causa muchísima gracias como se han dado las cosas ya que como siempre la vida lo sorprende de tal manera que jamás se aburrirá de la misma.

Fuera de juego: Tirada de iniciativa, despues ataque del ángel y luego el daño si es que pega.

El miembro 'Cripson' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

#1 'Dado Numérico Random' :

#1 Resultados : 4

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#2 'Dado Numérico Random' :

#2 Resultados : 2, 4, 2

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#3 'Dado Numérico Random' :

#3 Resultados : 6, 5, 8, 5

No podia estar mas asi, cripson no paraba de reirse a mi costa.Me hecho la culpa de todo aquello de una manera radical y extraña.Era mentira, no era mi culpa, todo era por su culpa. Pero en cierto modo tenia razon y eso lo notaba, me sentia mal por dentro, algo en mi despues de oir aquello se estopeaba y corrompia. ¿estaba causando la muerte de un hermano? Tenia que hacer algo, pero por mi misma.

Al decidir hacer algo agarré una pluma como una daga, la converti en metal afilado y se la lance a Ytse con intenciones de proteger al angel. No pensaba dejar que muriese por mi culpa. Por ello haria algo.

El miembro 'Aleishe' ha efectuado la acción siguiente: Lanzada de dados

'Dado Numérico Random' :

Resultados : 4, 4

La flecha había salido disparada, pero no pareció surtir el menor efecto en el emplumado, puesto que algo invisible la hizo rebotar y dejar perdida por el cesped de la zona. Gruñí, pero extraje tres saetas del carcaj y las coloqué en el arco, lanzándolas una detrás de la otra rápidamente, hacia el ángel. Lo iba a matar, me daba igual a qué coste, pero me cobraría la vida de uno de esos traidores a los que tanto odiaba. Por eso, observé con ojos calculadores, pero con el cuerpo en tensión, el resultado de mi habilidad en esa forma humana, El Arco del Maestro. Aquella, fue la técnica que aprendí en mis años en el ejercito angélico, y con él, iba a matar al ser celestial que hacía mi se abalanzaba, espada en mano.

- Arco del Maestro...-susurré muy por lo bajo, bajando un poco el arco para observar mejor el resultado de mi acción.

OFF: Dados:

* Tirada de iniciativa
* Tirada por el ataque
* Tirada por el daño si acierta