Continuación - Casa de la Curandera

Viene desde: https://pkenlared.foroargentina.net/t85p45-primer-evento-prologo-de-una-guerra#632

Por un pelo se había zafado de los guardias pero ellos lo mandaron a la casa de la curandera.... ¿Para qué quería ir a lo de una curandera? Estaba muerto!! no necesitaba una curandera! Lo que necesitaba era ir al castillo, pues sospechaba que allí podía encontrar a quien buscaba. Pero no debía precipitarse, si los guardias veían que no se dirigía a esa casa, seguramente llamaría su atención con malos resultados. Por el momento decidió no levantar sospechas y dirigirse a esa casa sin ningún sentido.

La enorme casa de varios pisos casi parecía fundirse con el bosque. Las plantas y enredaderas la envolvían al tiempo que capas y capas de musgo cubrían la piedra húmeda. Lo primero que hizo fue visualizar la extraña casa y llegó a la conclusión de que no podía acceder por ninguna puerta. No había puertas visibles... ¿Que tipo de casa era esa? Era muy rara, laberíntica, solo podía subir escaleras. No era de fácil acceso, seguro los enfermos y heridos que buscaban a la curandera terminaban muertos intentando llegar. En fin, se calzó las botas como dios manda y empezó a subir las escaleras. Estaba a punto de llamar de un grito a la señora pero decidió mejor mantener un perfil bajo.

Largos minutos después seguía caminando. Escaleras que subían, otras que bajaban, pasillos, puentes colgantes, pasajes llenos de vegetación. Ya no sabía para donde ir, lo único que buscaba era una puerta para ingresar a alguna habitación o sala donde sentarse y hacer un poco de tiempo hasta el anochecer, y en ese momento partiría hacia el castillo.

Finalmente después de un tiempo el no-muerto comenzó a notar que las cosas eran mas extrañas de lo que parecían. Cada vez mas vegetación, un sol que siempre parecía brillar igual a pesar del paso de las horas, un clima tropical que no se condecía con el resto de la región y una sensación extraña en el ambiente. Un humano normal habría entrado en una alucinación terrible para ese momento y quizás habría caído desmayado. Pero Mortis no tenía cerebro el cual pudieran atrofiar con ilusiones... tenía un poco, algo podrido, pero le servía. Finalmente llegó a lo que parecía una puerta de piedra ya a varios pisos de distancia del suelo, pero los huesos de las piernas estaban débiles por las esporas extrañas de las plantas que lo tocaron durante todo ese tiempo por lo que cayó sentado al suelo esperando que sus miembros tomasen un respiro.

Esta más que claro que donde ha sido enviado el no-muerto está lejos de ser algo normal, ese ver tan vivo y en abundancia no es algo que se pueda ver en Asbru, ni siquiera en el sur de ese territorio se pueden ver colores tan alegres y vivos. Se perdió el no muerto más de una vez sin encontrar más que laberintos y caminos cerrados  por doquier, la vegetación del lugar pareció jugarle en contra todo el rato a Mortis, incluso por momentos pudo pensar el impío que la flora que allí evita le estaba rodeando y apresando de a poco, mas y mas cada vez de forma disimulada.

Cuando se sentó en el suelo el no muerto la piedra de este cedió y cayo unos cuantos metros en caída libre, para tras unos momentos darse un regio golpe al impactar contra algo solido y duro lo cual posiblemente sea un suelo del interior de ese misterioso lugar.


Al abrir los ojos se encuentra con una mujer muy llamativa, aunque en ese llamativo lugar todo parece estar fuera de lugar. Una mujer bella pero que claramente es bastante peligrosa si no se la sabe tratar.

Spoiler:

La mujer es hermosa y las telas que usa son de muy buena calidad, telas que dejan ver bastante de su cuerpo. Posee una belleza exótica esa mujer, ha de ser de algún lugar de Brillo de Luna o de las cercanías del desierto, pero para saberlo debería ser Mortis muy bueno en conocimiento sobre las culturales populares.

-Miren que lindo, un muertito viene a visitarnos a casa, Asbru debe estar enloquecida para dejar que cualquier criatura ande a sus anchas de aquí y allá sin control- La mujer tiene un tono raro para hablar, seguramente oriundo de donde pertenece.  No se acerca mucho la mujer, no sabe que busca ese muerto viviente allí ni que tan peligroso es por lo que mantiene una distancia prudente entre ella y ese sujeto tan peculiar.

Aquella "mística" mujer con la que Mortis tiene su primer contacto en ese lugar tan raro y diferente al resto de Asbru lo mira realmente curiosa, como si fuera todo un espectáculo verlo, y si, la verdad es que ese muerto viviente es un espectáculo que muchos tildarían de macabro y blasfemo. Al escuchar a ese impío ser hablar la hermosa mujer se lleva el indice derecho a los labios y medita un largo rato antes de darle una respuesta al muerto viviente que apenas si se logra recuperar de la caída.

-¿En serio? Pues si es como tu equilibrio entonces prefiero dudar- El tono de la mujer es algo juguetón aunque su rostro solo muestre curiosidad y no otras intenciones, pareciera que su mero tono de voz es asi normalmente. Luego de unos momentos aquella extraña y curiosa criatura se disculpa por la irrupción accidental en su hogar y le explica que esta buscando a una curandera con lo cual sonríe moviendo lentamente las caderas de un lado a otro como si no supiera que decir.

-Yo no tuve la culpa eh, no me eche la culpa porque no puede probarlo- Dice algo acelerada teniendo el efecto contrario a lo esperado, mas que demostrar su inocencia con ese accionar se incrimina sola sin pensarlo. -Yo soy bruja y adivina, pero curandera no, ese es mi amigo que ha de estar acostado por algún lugar haciendo el vago-La mujer le explica al ser frente a ella que al que esta buscando no es a su persona sino a su compañero, ese es el verdadero curandero al cual tilda al parecer de vago.

Al terminar de hablar una sombra ancha y amenazante se puede visualizar de repente, lo que se que esta haciéndose presente detrás de ella parece un monstruo brutal y aterrador.

Spoiler:

-Llamar vago a troll Vankar, troll Vankar comer y beber poco para trabajar mucho-Lo que sea que sea esa cosa que se deja ver de repente a espaldas de la mujer es una cosa realmente brutal. Su piel es algo azulada y a pesar de estar encorvado debe medir cerca de los 2 metros de altura. Tiene una musculatura digna de un orco o un minotauro y unos colmillos largos que lucen realmente peligrosos. Posee orejas largas y una cresta naranja fácil de visualizar, sus ojos son verdosos como el musgo marino y va vestido como todo un salvaje. Cuero y hueso es lo que porta esa criatura, viste plumas y calaveras que lo hacen ver realmente como un caníbal. Hay que sumarle a ello sus tatuajes tribales y la daga que porta esa criatura que parecen de esas dagas que se usan en los rituales de ocultismo, hasta sangre seca tiene aun el puñal que lleva sujeto a la cintura.

La mujer era algo inquieta y extraña en sus contestaciones, pero aún así se mantenía a distancia, como si nunca hubiese tratado con un ser como el anteriormente... Pero eso es raro, para una mujer de artes chamánicas debía ser normal la presencia de un muerto como él. Ya de pie, Mortis espera respuesta de aquella dama, sin acercarse demasiado. Ante cualquier eventualidad quería tener unos segundos para reaccionar o defenderse. Finalmente se revela como bruja, lo que lo confundió aún más. No quería ser víctima de ningún embrujo, pero ¿No le había dicho que en aquella casa habitaba una curandera? Algo nervioso, comenzó a ver hacia todos lados en busca de aquel que estaba acostado por algún lado. De acostado, nada, porque en seguida se empezaron a oír unos pasos estruendosos por el piso, a lo cual el rostro de Mortis se ensombreció por la presencia de una gran criatura que salía de la oscuridad.

Desde atrás de la mujer apareció esa bestia y la hacía ver a ella como una diminuta figura frágil. En su repertorio de defectos, Mortis no sentía miedo, lo que le hubiera sido de utilidad para salir corriendo de ahí. Pero si se sorprendió mucho y sintió curiosidad, por lo que se acercó un poco e inspeccionó los tatuajes del Troll, como él mismo se había hecho llamar. Sin embargo, al ver las dagas y demás instrumentos, bien se podía imaginar que terminaría esparcido en partes por el suelo. Al ver uno de sus brazos enormes, su musculatura y ancho, se quedó tan impactado que lo empezó a picar con un dedo.

- Usted tener carne para rellenar a varios. Verme a mi tan escuálido.- Dijo levantando su huesudo antebrazo e imitando su primitivo dialecto, a fin de parecer mas cortés, aunque puede resultar en el efecto contrario y tomarlo como un insulto.

La mujer luce sexy e inquieta, como si le costara quedarse quieta en un solo sitio sin hacer o sin decir nada, sus ojos observan curiosos a ese ser muerto viviente delante suyo y a la vez pareciera querer mirar hacia todos los sitios a la vez queriendo ver y saberlo todo al mismo tiempo. Esa criatura a su vez también mantuvo su distancia prudente, mostrando así que los dos se alguna manera se tienen miedo de manera mutua. Al decir eso ultimo sobre que ella no es la curandera sino que el curandero es su amigo el muerto viviente comenzó al parecer a buscarlo con la mirada, al ser un muerto no se le ven expresiones por lo que la mujer no pudo saber ni imaginar que esa criatura en realidad se encuentra algo nervioso al estar en ese extraño lugar con una persona peculiar y otra de lo más rara por aparecer.

El compañero de la mujer se hizo presente lo cual sobresalto a la mujer que ante la sorpresa y de manera extraña término saltando a los brazos del denominado troll, rara situación ya que se supone que alguien al sorprender suele correr en dirección contrario al hecho o sujeto que la sorprende en cuestión. La mole en forma de troll apenas reacciono, lento pero viendo y sintiendo el cuerpo de la mujer colgado al suyo opto por tomarla con una mano y subirla a su hombro derecho con la facilidad con la que una persona común y corriente puede rascarse un brazo, como si la mujer pesara lo que pesa una gota de agua. Con toda la paz del mundo esa criatura no solo se banca a la mujer sobre él sino también al muerto viviente que lo pica como si fuera un objeto de exhibición al cual tocar y hacer preguntas a gusto.

-Mmm...Troll Vankar comer mucho, si tu comer mucho tener carne...O antes tendrías carne, tu no deber andar, no es el orden ¿Por qué estar aquí muerto que camina? Tú deber morar en la Madre Tierra, hablar con espíritus, ser viento y observar vida... Ese es tu deber- Con calma y haciendo sus pausas, explicándose como una criatura que porta una gran paz y sabiduría en su interior. Posiblemente eso no sea algo que Mortis pueda comprender, de hecho la mujer sobre el troll parece que tampoco entiende nada o al menos su expresión pareciera indicar que esta mas perdida que el propio muerto viviente al escuchar a su compañero filosofar.

Muy intrigado por aquel ser extraño, Mortis sigue inspeccionando al Troll. Mientras tanto, con toda la facilidad del mundo, levanta a la mujer y la posa sobre su hombro. Por primera vez comprendió la fuerza de tal criatura, la cual no hizo el mínimo esfuerzo, y sintió sus huesos temblar por un momento. Era absolutamente intimidante pero por el contrario no era nada salvaje. Su apariencia sin duda engañaba. No era una criatura bruta y salvaje, sino que parecía razonar y conocer muchas cosas sobre el mundo. Al ver nuevamente a la mujer comprendió que los papeles eran invertidos... Al lado de ese Troll, la bruja era una completa marioneta descerebrada.

Los nervios del no-muerto disminuyeron al ver que el Troll estaba sumamente tranquilo y relajado. - Eehmm... Ser viento es un poco difícil, es mas, creo que no le agrado. Los espíritus no tienen nada que decirme ni yo a ellos. Y la vida que observo de cerca, muere miserablemente ante mi. "Mortis creer venir fallado".- Dice con un último acento "a lo Troll". La verdad es que no encaja en aquel mundo hasta no haber cumplido con su misión en vida, la cual no recuerda. Es por eso que camina por la tierra en lugar de viajar con el viento como los espíritus libres. Mortis no tenía su nivel intelectual para conocer los secretos de la Madre Tierra, pero le gustaría entender lo que significa ser viento. Más que eso le gustaría el otro extremo, el más cercano a la vida. Van y vienen las sabias palabras del Troll, y el motivo de su visita, ya lo olvidó ¿Alguna vez tuvo uno?.

El troll con toda la sabiduría que se obtiene al vivir una larga vida llena de experiencias mantiene una charla con el muerto viviente de lo mas filosófica, posiblemente para la mayor parte del mundo las palabras de alguien como las de esa criatura son solo locuras y sueños imposibles. Mientras esa conversación se da entre esas dos extrañas y marginadas criaturas para el mundo la mujer ahora sobre los brazos del troll se hace para atrás, se arquea hacia atrás de tal modo que el troll la toma de un pie evitando asi que se caiga por completo y se parta la cabeza contra el suelo de piedra natural bajo sus pies. La espalda de la mujer se une a la espalda del troll y su nuca choca con casi con el trasero del troll quien parece ni molestarse en lo absoluto como para mirar, mantiene su charla con Mortis mientras la mujer parece de alguna manera divertirse haciendo cosas alocadas a costa de su compañero curandero.

-¿Mortis estar fallado? Muchas cosas fallar...Pero poder arreglarse-Para el troll es muy dificil de creer que los espíritus no tienen para decirle a esa criatura, en especial cuando tantos espíritus rencorosos se mantienen pegados a él. -Espíritus hablar a todo el mundo, tu no escuchar, ellos gritar, ellos enojar, y tu no escuchar-A su forma el troll es bastante directo y conciso, ha sabido ver de buenas a primeras algunas de las desgracias de Mortis aunque desconoce los motivos de esos espíritus enojados para permanecer con esa criatura y hacerle la existencia mas difícil de lo que ya debe ser para un muerto viviente como ese. -Si escuchar entonces entender, y si entender entonces poder hacer, asi reparar Mortis-Debe ser esa criatura el "bruto" mas sabio de todo el continente, debería el muerto viviente de tomarse a esa criatura muy en serio y puede que encuentre alguna solución a sus problemas.

Para esas alturas la mujer bruja ya era parte del paisaje y no participaba de la conversación. Al principio parecía una persona muy importante y peligrosa pero las cosas habían cambiado por completo. Sentía que estaba conociendo mejor al Troll y a la bruja en esa morada laberíntica. Ambos estaban cómodos conversando y hasta se daba el lujo de cuidar las travesuras de su amiga, como si fuera una cachorra curiosa.

Interesante fue oírlo decir que todo puede arreglarse, pero... ¿En qué pensaba? Mortis no quería ser un mejor no-muerto, eso era deprimente. Lo único que quería era saber por qué estaba en ese estado entre muerto y vivo. Alguna misión estaba seguro que tenía. - Desgraciadamente sí escucho y veo algunas cosas... desagradables- Dijo sin muchas ganas de entrar en detalle. En ese instante un espíritu encorvado y horrible apareció flotando a lado del esqueleto. Se notaba la podredumbre y deformidad en todo su rostro y la marcada joroba en su espalda.

- ¿A quien le dices desagradable? fétido espantapájaros harapiento.- La voz reveló a una mujer anciana entre esas carnes descompuestas, mientras le metía en la cuenca del ojo un paraguas tan destrozado como ella misma.
- Auch.. ma... mamá. No ahora...- Se lamentaba el visitante mientras le caían encima una serie de maldiciones.
- Haragán vago, siempre con tus amigotes y nunca cumpliendo tus responsabilidades. Eres una vergüenza ¿Acaso estás descansando aquí muy cómodo? No te creas que por estar en un hogar ajeno me voy a callar, ya soy lo suficientemente vieja como para que me anden molestando con formalidades y tonterías. No me da vergüenza hacer un escándalo si es necesario. Eres un escarbadientes astillado, ni los buitres ni los leones te quieren cerca. Siempre te vas por ahí sin escribirnos nunca ¿Por qué no sigues el ejemplo de tu hermano? Es notario en el molino, nadie en el pueblo ha llegado a tan alto cargo. Él si que trae comida a casa.

- Se me hace difícil enviarte cartas si ya estás muerta, mamá ¿Te has olvidado? Y no es mi hermano, es mi primo y también murió. ¿Es que necesitas anotarlo para recordarlo?- Suspiró envuelto en toda la vergüenza que le permitía sentir su estado impío. Era el único espíritu que se le aparecía sin necesidad de invocarlo mediante un ritual especial. Si pudiera, haría un ritual para impedirle por completo la comunicación.

Si el Troll pensaba que eso era un problema, no lo conocía muy bien, pues ese no era ni el 10% de los problemas con los que tenía que lidiar Mortis. Aún había cosas terribles en su vida mas allá de un espíritu molesto. - Cuanto lo siento señor Troll Vankar, esto no ocurre a menudo- Intentó retomar la conversación pero le era imposible en ese momento.

Aquella enorme, sabia y antigua criatura mantiene una charla larga y tendido con el muerto viviente como tal vez nadie lo haya hecho o haga en su vida. Para alguien con la experiencia del vida del troll tener a alguien como Mortis allí tiene significados fuertes, para el troll de seguro es el destino el que envía a una criatura tan fuera de ese mundo a encontrarse con una que no es oriunda del mundo donde come y respira diariamente.
Mortis responde a las palabras del troll el cual parece estar bastante consciente de los problemas sobrenaturales del muerto viviente, o al menos de la mayoría de ellos. Por como observa el troll y sus expresiones esta claro que sabe mas de lo que dice, una criatura que ha tenido una experiencia de vida tan larga y basta no se pondrá a juzgar al muerto viviente como haría cualquier criatura mortal, este caso es especial y el troll lo sabe. Una criatura como Mortis de seguro ha sido enviado hacia el troll porque el destino asi lo quiso. Puede que tenga ese muerto viviente algo importante que hacer, o tal vez la prueba no es para el muerto viviente en si sino para el troll o para otra criatura en particular que han no ha sido revelada por el poder  del destino.

Responde ese esqueleto al troll, dice ver y escuchar mas de lo que desea, aunque posiblemente no escuche tanto ni vea tanto como el cree, y la aparición de un espíritu rencoroso con él es la prueba de ello. Por lo que se ve ni su propia madre quiere al desgraciado esqueleto, el espíritu de la mujer oscurecido y furioso le reclama aun despues de muerta, lo que sea que haya hecho el muerto viviente en vida fue lo suficientemente desagradable como para condenar la ira eterna de su madre.

-¿Mortis sentir? Hacer mal y madre eternamente furiosa, no escuchar a los espíritus, no escuchar no bueno-Habla el troll mientras la voz femenina se hace escuchar desde donde esta cabeza para abajo.

-Jujuju no le quiere ni la madre, chico malo muy malo-La mujer se une a la conversación una vez mas aunque solo para remarcar lo evidente.

-Deber estar en paz con los espíritus, ellos también deber estar en paz contigo y con el mundo...No poder vivir ni ser sin paz-Explica el troll que asi como va Mortis nunca podrá descansar en paz o encontrar el camino que el destino quiere que encuentre, ha de cambiar, ha de actuar, ver y mas, pero eso es algo que tomara su tiempo y sus buenos sacrificios, por lo que solo el impío puede decidir el actuar o no.

Mortis supuso que el Troll tenía razón, en todo lo que decía parecía llevar razón pero no significaba que lo entendiera por completo. Quizás cuando resuelva sus problemas y alcance la paz, también alcanzará la paz con los espíritus que lo atormentan.... ¡Pero que molestos que eran mientras tanto!
La situación ya era tan rutinaria que Mortis solo se tomó la molestia de mover las manos sobre el espíritu, como si estuviera ahuyentando una mosca, y éste se hizo humo y desapareció entre gritos e insultos, volviendo a dejar solos a los tres seres tan diferentes.

- Paz...- Se dijo a sí mismo mientras pensaba. Estaba comenzando a recordar... Estaba allí por una razón, aunque no era lo esperado, sino que lo habían enviado... su verdadero destino era otro. Con esto en mente decidió preguntarle a la criatura que tenía en frente, a ver si contaba con suerte. - Señor Troll, he irrumpido en su morada por consejo del príncipe Lans ¿Acaso lo conoce? Cerca de aquí hay un castillo cuyo señor dicen que es oriundo del Puño de Hierro.- Mortis levanta su huesudo dedo como si fuera el de la misma muerte y señala directo a la dirección en donde se halla el castillo, aunque no pueda verlo. Quizás podría recibir vasta información, pues el Troll parecía conocer muchas cosas.

La mujer continuo jugando de forma inquieta tras el troll mientras este como si nada se mantiene centrado mas que nada en su invitado y en los que le acompañan, espíritus condenados a la suerte de ese muerto viviente que en su rencor y dolor tratan de hacerse escuchar y entender sin éxito parece hasta el momento. No le parece raro al troll el accionar de su compañera ni tampoco el de Mortis quien parece anhelar la paz, aunque para lograr la paz claramente hay que trabajar, hay que buscarla, pero por sobre todo ser muy paciente.

El muerto vivo se quito a los espíritus de encima momentáneamente para despues pasar a señalar en dirección del castillo del oeste mientras menciona que es un enviado de Lans Tartare, aunque el troll no conoce al hombre personalmente lo ha visto frecuentemente en sus sueños y algunos espíritus salvajes han fijado sus ojos en ese humano. Lamentablemente para esa común criatura no solo esos espíritus se han fijado en él, otras criaturas poco agradables parecen querer por alguna razón arrebatar la vida a ese hombre llegado desde tierras extranjeras.

-No conocer a ese hombre, pero ver en sueños...Lans, Lans...Los espíritus decir su nombre...Pero sombras oscuras y crueles también decir su nombre ¿Que buscar Lans con troll Vankar? ¿Acaso conocer el a mi?-Seria demasiada coincidencia que Mortis llegue ese día y que ademas trajera la palabra de ese hombre que tanto odio y admiración causa en ciertos espíritus de la región. Vankar comienza a barajar la posibilidad de tomar cartas en la sucesión de hechos por venir si asi lo marcara su destino lo cual hace meditar profundamente al troll quien entre cierra los ojos esperando por la respuesta del muerto viviente frente a él.

Sin duda sus palabras habían causado una reacción en el Troll. Era de esperarse... Según las palabras del soldado, se suponía que el Troll conocía al príncipe Lans. Pero... un momento... Claro! No era con el Troll que tenía conocimiento, el soldado había dicho "la casa de la curandera" ¿Entonces no sabían de la existencia de Vankar? Quizás no, pues no parecían amigos de las razas extrañas.

- Yo no se que buscar con Troll Vankar, pero al parecer tiene alguna relación con este lugar ¿No habrá venido alguna vez? Quizás sin reconocerlo como Lans, es probable que se haya presentado con otro nombre.- Solo era una hipótesis sin fundamentos, pero el Troll parecía confundido y en busca de una respuesta que obviamente Mortis no podía darle. Tan absorto estaba que no le había dicho nada más sobre el castillo y el señor del Puño de Hierro. Ignoraba si esa persona y el príncipe Lans eran la misma persona, al que quería ver no tenía por nombre Lans.

- Yo no recomendar ir hacia el castillo. Humanos no parecer amigables con razas desconocidas para ellos. Pero a mi me gustaría poder entrar pues hay algo muy importante que debo hacer. Si encuentro al príncipe Lans, puedo ser su intermediario entre usted y él, y llevarle su mensaje, si es que tiene alguno.- Dijo pensativo, mirando en dirección hacia el castillo, dentro de ese oscuro lugar. Se le había ocurrido una buena forma de hacerle un favor al Troll, y quizás así lo ayudaría en lo que necesitara a Mortis. Pero dado el carácter de esa bestia, no se hubiera sorprendido si lo hubiera ayudado a cambio de nada, ya que su corazón era amable y tranquilo.

Las cosas se ponen un tanto confusas en esa cueva subterránea que debajo de lo que parece ser un bosque donde hay una casa de piedra habita una criatura tan antigua como la historia misma, y no se habla justamente de la historia que ha sido escrita y reconocida, sino de una mas genuina y misteriosa. Mortis no parece saber que pensar sobre su llegada a la casa del troll, pues a él le dijeron la casa del curandero, bien puede ser la mujer, el propio troll o solo una manera despectiva de llamar a los habitantes de ese sitio los cuales hacia el momento solo parecen ser ellos dos allí presentes.

El muerto viviente continua su charla con el troll quien desea saber que busca ese humano llamado Lans con una criatura como él y al parecer Mortis no sabe nada de ello, de hecho da mas preguntas ese impío que respuestas lo cual casi llega a inquietar al tranquilo y pacifico troll.

-Troll Vankar no recibir visitas...Permanecer oculto, pero Bushra siempre hablar con ellos cuando ellos venir...¿Haber venido Lans aquí? Si es asi Bushra no contar a troll su visita-De esa manera el troll le explica a Mortis que cuando van a ver al curandero en realidad siempre se han encontrado con la mujer que en comienzo como es la costumbre recibe a los invitados allí en ese hogar del troll.

-No recuerdo que un hombre con ese nombre viniese aquí nunca, ellos siempre que vienen buscan tocarme y llevarme a sus casas juum-La mujer responde con las mejillas hinchadas del enojo, siempre avisa a su compañero troll de las visitas aunque estas casi siempre buscan intimar con ella.

-Si Mortis querer ir Vankar no detener, ya dice Bushra que no ha venido ese hombre aquí, solo otros humanos que no estar realmente enfermos. Si ver a ese hombre decir que correr grave peligro, criaturas extrañas querer su vida-Para Vankar explicar lo que ve en sueños es algo difícil, esperar que su mensaje sea entendido a través de un intermediario lo ve mas difícil aun.