El tiempo sigue pasando. [Libre]

Días y días, semanas a semanas. La dulce espíritu ya ni siquiera es consciente del tiempo que ha debido pasar varada en los alrededores del castillo maldito. Siempre sola y sin nada que hacer, excepto tratar de interceptar a viajeros lejanos que huyen del castillo, ni lo miran, se alejan, pero ella los ve y siempre desea el no haber muerto. Por mucho que el destino sea quien marque lo que deba pasar, ella nunca estuvo conforme en acabar sus días tan rápido. Era joven y tenía mucho que hacer y experimentar, sin embargo, daba igual cual fuera su opinión, nadie la escuchaba, nadie la veía, todo se lo guardaba, estando confusa sobre... La eternidad que tendría que estar sufriendo.

Todos los días se pregunta qué habrá sido de lo que ella conocía, si aún existe, si su esposo y su hija sigan vivos o hayan muerto. Teme que hayan pasado ya cien años y no quede nada de lo añorado. Ni siquiera sabía qué tenía que hacer para "descansar en paz", para dejar de seguir sufriendo, simplemente, no existir o perderse junto a muchas otras almas. Puede que "hablar" con otros fallecidos, saber cosas de sus vidas. Al menos, eso, no ser la única alma que pulula por esos alrededores tan odiados. Suelta un suspiro "invisible" la mujer "rubia" que no tiene actual percepción del tiempo. A lo mejor, los pocos que pueden verla, solo gritan y huyen y los que no, solo se marchan, pues nada tienen que hacer con ella.

Al caer la noche sobre la ciudad, una nueva vida comienza allí, la lucha por la supervivencia. Tras cada sonrisa se esconde un velo de mentiras, cada estrechón de manos esconde una navaja afilada, cada palabra amable esconde una amenaza, y cada conversación parece ser una convención pura y exclusivamente para intercambiar información. Esa es la ciudad libre, el Cielo de la libertad, donde puede encontrarse lo peor de lo peor, incluso a personas nobles que intentado escapar a esa realidad se refugian en los cálidos brazos de la niña Myra, quien a su modo sabe como enfrentarse a la cruel realidad que la rodea.

Alejado de la ciudad pero no desligado completamente de ella se encuentra el castillo maldito, donde cada tanto algún aventurero o paria sin un lugar en el mundo va a parar en busco de un refugio contra la noche o la lluvia. Los mas inteligentes prefieren la lluvia y el frió, otros no lo son tanto y a la mayoría de ellos nunca se los vuelve a ver. Pero ese maligno y aterrador lugar sirve de antro para las criaturas de las noches, quienes saben muy bien como explotar las viejas tragedias y leyendas referente a ese castillo maldito, para así hacer de este su refugio, ya sea temporal o permanente, ya que saben ellos mejor que nadie que la mayoría de las historias que de ese lugar se narran fueron reales, por lo que incluso vampiros, demonios y otras criaturas oscuras tienen cierto temor y respeto por ese lugar.


Entre algunas de las paredes derruidas por el paso del tiempo se cuela la luz de la luna, dando una visión allí tan aterradora como hermosa. Ilumina viejas obras de arte, candelabros y otros objetos de valor pertenecientes a muchas de las familias nobles que allí perecieron.

En ese lugar olvidado y temido una de las criaturas mas peligrosos del actual mundo se pasea con gusto por allí recordando viejas épocas de gloria sobre ese lugar, tiempo donde un vampiro poderoso llamado Crovax hizo de ese lugar una de sus fortalezas de importancia. Las almas perdidas intentan llegar a esa criatura, otras la evitan creyendo que serán corrompidas o destruidas por el, pero, si fuera asi ya hubiera pasado hace tiempo. No tiene interés en toda alma en pena que se encuentra, solo se muestra favorable ante aquellas que tienen algo que ofrecerle a el, al mundo o a ellas mismas.

-Mas de 500 años y este lugar no se ve aun prometedor como en antaño-Con claro tono de aburrimiento en el aquella criatura, hermosa criatura, de rasgos finos, rubio, ropa perfectamente arreglada, como si fuera el conde o príncipe de un castillo.La capa de sus ropas llega hasta el mismo suelo, y sus ojos carmesí  miran a su alrededor con deseo, amor, perversión e incluso odio, ojos que hablan mas que lo que habla una lengua. -Demasiado vulgar-Musita en voz baja con desinterés mientras deambula por allí con total tranquilidad.

La chica permanecía quieta mirando al vacío, pero luego optó por acercarse a una especie de roca o mejor dicho, un escombro y se sentó sobre él. Le costaba un poco interactuar con el mundo, pero al menos no traspasaba las cosas si ella no quería hacerlo. Una vez sobre el escombro, recogió sus piernas y las rodeó con los brazos, escondiendo la cabeza entre ellos, casi pudiendo ver a través de si misma. Estaba vacía. Un rato después, le dio por darse la vuelta pero en la misma posición, interceptando a alguien a lo lejos, lo cual era algo bueno porque como lo estaba viendo, no parecía tenerle miedo al castillo maldito. Caminaba demasiado cerca y por costumbre, todo el mundo intentaba ignorar que estaba ahí y alejarse. Hasta que dejara de verle en el horizonte, sería su única diversión.

Terminó por quedarse tumbada bocaabajo sobre el alto escombro, con la cabeza sobre los brazos y moviendo los pies. Nada mejor que acomodarse un par de horas mientras el individuo ese, se paseaba por los alrededores. Puede ver que lleva una capa muy larga y que es rubio, igual que ella. Él iba bien vestido, muy bien vestido de echo, cosa que la llamó mucho la atención, pues ella llevaba unas ropas destrozadas que apenas la cubrían, pero ya que nadie la veía y ella no sentía los cambios climáticos, pues le daba igual. Lejos de no importarle, echa de menos la sensación de frío y calor, esas que vivió durante 20 años. Acaba por sonreír ese dulce espíritu gracias a esos recuerdos hermosos que nunca la abandonan, aunque los malos tampoco lo hacen. Espera ella a que se vaya acercando poco a poco, para verle realmente muy de cerca.

Las pisadas de aquella hermosa y solitaria criatura se escuchan claramente, son pisadas suaves de alguien que no porta temor ni nervio alguno, como si encontrara realmente muy interesante el caminar en soledad a oscuras con tan solo la luz de la luna para iluminar y guiar su andar. El silbido producido por sus labios rompe el silencio sepulcral que suele haber en ese lugar, por lo que ahora no solo se escuchan sus pisadas sino también su silbido el cual enloquece a algunos espíritus que están demasiados acostumbrados a la soledad y el abandono. Al parecer esa criatura se muestra insensible con el dolor que esta causando, las criaturas que han perdido la vida y añoran esos tontos y comunes placeres de la vida como caminar, sonreír, silbar o cantar sufren  y se enfurecen en sobremanera al sentir a una criatura viva poseer todo aquello que ellos perdieron y desean volver a sentir y en vano día tras día, año tras año, década tras década y siglo tras siglo intentan de alguno forma conseguirlo, pero siempre en vano, están muertos atrapados y malditos sin un alma que se acuerde ellos mas que ellos mismos.

-Vaya vaya, cuantos espíritus sensibles-Sonriente y haciendo algunas burlas aquella criatura parece disfrutar no solo del hecho de silbar sino que ademas disfruta del dolor y sufrimiento que causa en su accionar. Entre tantas almas en pena nota a hombres, mujeres y niños de varias razas, muchos torturados, otros simplemente murieron rápidamente pero al morir allí fueron atrapados por la maldición de ese castillo y no lograron alcanzar la paz de la muerte. -Deberían estar felices y disfrutar de mi presencia, después de todo son almas olvidadas que a nadie importan, deberían estar agradecidas de que siquiera alguien se acordó de ustedes- Aquella criatura parece escuchar el lamento y enojo de esas almas a la perfección y responde de tal manera que los espíritus allí apresados le escuchen y entiendan, demostrando no ser solo una cara bonita que se pasea por allí.

Escucha como aquel tipo se pone a silbar y más tarde, algo la dice que si puede ser vista por su persona, algo extraño, pero era curioso. Ella demostraba esa curiosidad clavando su mirada en la ajena, en esos ojos rojos de diablo. Intenta Alice silbar muy disimuladamente pero no puede, así que en vez de reintentarlo, solo sigue observando a esa criatura moverse. Otros se sienten mal con su presencia, ella no, porque no sabe quién es y lo único que lamenta es estar muerta. Escuchó sus palabras y empezó a meditar seriamente. Ella tenía la esperanza de que Lans aún se acordaba de ella, quizá no tanto como desearía, pero al menos, que recuerde su nombre y alguno de los momentos vividos anteriormente. Si la recuerda como ex-pareja aunque sea, se sentirá algo mejor, pues significa que no ha caído en el eterno olvido. Mientras alguien recuerde su nombre o su aspecto, nada está perdido.

-¿Me ves...?- Preguntó ella aunque ya sabía la respuesta, si es que él se dignaba como mínimo a mirarla. -Es un consuelo...- Susurró apoyando las manos y sosteniéndose sobre estas y las piernas en el escombro. Había otros fallecidos en mucho mejor estado que ella, si bien, ella era casi la única que tenía tantas heridas en su hermoso y sensual cuerpo. No le dolían, es como si estuvieran curadas pero fueran permanentes "físicamente". Por lo que parecía, esa criatura podía escuchar sus lamentos silenciosos, aquellos que no pronuncia ni expulsa, que solo están en su mente y conserva. -Casi nunca pasa nadie por aquí... Está bien tener "compañía" aunque sea por un rato.- Comentó el dulce espíritu de quien fue alguien maravilloso hacía varios años. Que la escuche quien pueda, quien quiera.

Aquel ser impío en su diversión y burlas trae dolor y desconsuelo, las almas allí atrapadas entienden en su dolor que no pueden hacer nada para pararlo, apenas muy pocas son capaces de materializarse, y de poder hacerlo ¿Que harían? Esta claro que ir contra el es solo ser su comida lo cual ha de ser peor que estar atrapados donde están ahora. Aun asi una de todas esas almas fue valiente y decidió hablar con aquella criatura impía que parece ser una de esas especiales criaturas con dones de ver y hablar con los muertos, una persona entre millones. Aquel ser presto su atención en aquella alma que le dirige la palabra, para asi ver que se trata de una mujer muy hermosa que al parecer fue violada y asesinada, eso parece a simple vista al ver las rasgaduras y la sangre sobre su imagen.

-¿Uh? Esto si es nuevo. Es de lo mas raro que los espíritus me busquen por voluntad propia, debo creo felicitarte por ello- Camina hacia esa alma aquella criatura, camina hasta quedar parado frente a ella examinando el espíritu de esa mujer joven y sensual a la cual se le fue arrancada la vida hace de seguro bastante tiempo. - Alguna vez poderosos vampiros y otras aberraciones hicieron de este lugar su fortaleza, ahora nadie se anima a reclamarlo y a levantar sus antiguas glorias- Aquella criatura sobrenatural conversa con el fantasma dándole una pequeña lección de historia en el proceso. - Supongo que hace mucho que un nigromante o criatura conocedora de las artes oscuras se encamina por aquí, podría hacerse de mucho material para sus rituales si asi lo hiciere- Demuestra mucha labia aquella criatura y un gran conocimiento de lo oscuro, o tal vez es simplemente un hablador con un poco de sabiduría popular, pero de todos modos no se puede negar que es interesante oírle hablar.

Para sorpresa suya, el ser le prestó atención, algo que no había sucedido nunca desde su fallecimiento, por lo que, digamos que fue una gran alegría ver y escuchar cómo se acercaba hasta quedar en frente. No podía mirarle de otra manera que no fuera impresionada, pues ella nunca había visto a una criatura igual, era fascinante y a la vez, un poco terrorífico, si bien incluso él digamos que se sorprendió de que alguien le hablara ¿Por qué? Es una pregunta la cual no puede formularle a nadie así por la cara. Sin duda, la información que aquel hombre le brindaba era bienvenida. Ella no sabía muy bien la historia de ese lugar, puesto que si estaba aquí, era porque huía nada más, no tuvo tiempo de informarse antes de fallecer, por lo que toda la información e historia sobre el Cielo de la Libertad era más que bienvenida. Tapaba sus labios con la mano derecha mientras seguía apoyada con la izquierda, asintiendo ante todos esos datos.

-Vaya, vaya, ya veo...- Desvía la mirada el dulce espíritu para echarle un vistazo a la gran fortaleza, castillo tenebroso y temido. Luego vuelve la vista hasta el hombre que sigue hablando. Le cuenta ahora que casi sería una mina de oro para un nigromante o practicante de magia negra, por todo lo que debía haber dentro, objetos que a ella nunca se le ocurriría ir a examinar ni tratar de sostener con sus intangibles manos. Le resulta muy interesante la información de ese individuo, tanto, que quiere más. -¿Puede contarme algo más? La verdad es que resulta interesante, quisiera tener más información.- A su vez, le ofrece sentarse. Es posible que se tiren hablando un buen rato, tiempo que es más agradable estar "cómodo" sentado, aunque sea en una mera roca, que no tener que cansarse los pies, aunque ella lo desconozca por ahora.

Para aquella criatura de la oscuridad los datos sobre ese lugar maldito donde se encuentra no es nada, es como si alguien le dijera que el sol da mas calor en verano y menos en invierno, casi irrelevante, pero la fantasma por su parte luce impresionada por las palabras de aquel demonio que ha decidido centrar ahora su atención en ella. El espíritu anclado a la fortaleza maldita mira el lugar como queriendo entender realmente donde se encuentra morando sin final, algo que no es tan sencillo de comprender.

-¿Algo mas? Ese algo mas es muy vano y vació, sin dirección fantasmita. Puedo contarte que el cielo esta oscuro, es de noche y hace buena temperatura. Que no llueve y que estamos en primavera. Si quieres saber algo mas interesante deberás ser mas especifica en tu pregunta fantasmita- La criatura responde aparentemente tranquila, aunque claramente se a burlado un poco de la falta de coherencia y objetividad del fantasma, con ese criterio ese ser impío podría estar siglos hablando tocando infinidad de temas irrelevantes.

Se daba cuenta de su ligero error una vez aquel hombre habló, aunque para ella en realidad no es que estuviera tan mal dicho, pero qué más daba. Si se burlaba de ella, tampoco iba a armar un pollo, no ganaría nada con eso, ni tiene importancia. Asintió con ligereza y con algo de tristeza, tampoco es que estuviera muy animada, aunque tampoco se encontraba mal, era algo raro, no estaba triste realmente, solo un poco desganada. Tampoco replicaría ahora sobre el tema, tan solo, la opción más viable, es especificar de qué quiere que hable el allí presente que la puede ver y oír.

-... Algo de historia, sucesos o algo, que haya ocurrido, referente a este Castillo Maldito.- Dijo mirándole a los ojos sin parar. Dejó las manos en su regazo tranquila y suavemente, a la espera de saber, si especificar de aquella manera, era suficiente para aquel hombre que parecía ser tan sabio. No obstante, Alice tenía una duda o curiosidad acerca de aquel ser. -¿Qué eres...? Eres diferente al resto.- Claramente, ese ser no parece ser un fantasma, ni un simple "humano" o criatura normal, debe ser algo diferente y superior. -Creo que es bueno...- Desvió sus ojos azules apagados hasta el suelo.

A lo mejor algunos dirían que pierde el tiempo, otros que hace tonterías, pero cuando se está muerto, la verdad es que poco y mucho se puede hacer, con tal de divertirse o simplemente gastar el tiempo de otra manera que no sea el estar de pie mirando a la nada sin hacer algo, hablar con un extraño, puede ser la única salida durante un tiempo determinado. Aunque ella es inteligente, no se podría comparar con alguien que seguro que ha vivido más de 20 años y conoce muchas más cosas que ella. Por mucho que haya querido estudiar, el tiempo no la dejó llenarse de más conocimientos. Qué cruel.

Mientras ese espíritu piensa y reflexiona sobre sus preguntas que ha hecho y hará, las formas de llevarlas a cabo y demás aquella criatura juega un poco con sus cabellos como si no hubiera nadie allí presente, restando importancia a lo que hay a su alrededor. La fantasma vuelve a hablar y esta vez es mas concreta en aquello que desea saber, de esa forma aquella criatura que parece un conde vampiro puede responder con mas facilidad e incluso con mas ganas al mostrar su interlocutora cierto grado de inteligencia.

-Vaya, veo que eres un fantasmista muy estudioso, tu interés por la historia es un interés que no mucho comparten, y menos estando ya muertos...Veamos que puedo contarte sobre este lugar- Guarda silencio esa criatura mientras parece pensar, aunque sonríe y deja su expresión de concentración a un lado cuando la fantasma pregunta sobre su raza de origen. -Que soy diferente al resto del mundo eso es algo que no voy a negar, dudo encuentres alguien igual a mi, podrán ser parecidos, pero nunca estarán a mi altura-Con bastante egocentrismo aquel hombre joven se define asi mismo como único en el mundo.-Jajaja, si supieras lo que soy nunca hubieras dicho algo asi, soy un demonio, un demonio de la Encrucijada para ser mas exactos-El brillo de sus ojos carmesís se hizo fuerte, y una sonrisa tan macabra como encantadora se dibujo en su rostro mientras observa con cierta diversión al espíritu de la joven que de seguro fue allí asesinada.

-Probablemente criaturas que comparten mi raza te hayan matado, claro que podrían haber sido orcos, vampiros, humanos, toda clase de razas...Por la forma que tienen tus heridas en tu cuerpo pareciera que fuiste violada y dejada a tu suerte para morir a manos de bestias salvajes, aunque claro eso es algo que deberías decírmelo tu. Por otra parte, lo que si deberías saber es que este lugar no siempre estuvo maldito, pero luego fue tomado por un vampiro llamado Crovax, una antigua criatura que causa males inimaginables al mundo, terrores nuevos y olvidados fueron invocados durante los años anteriores a la guerra del Silencio gracias a el-Tal cual se lo pidió el fantasma de esa joven mujer asesinada aquel demonio le cuenta algo sobre los tiempos antiguos de aquel castillo ahora y desde hace siglos maldito, incluso confiesa su verdadera naturaleza infernal como si nada, demostrando que no es justamente una persona tímida.

Sonríe suavemente la mujer fantasma, invisible para el mundo, cuando aquel hombre la llama estudiosa. No se equivocaba y a ella le hacía sentir bastante bien que la reconociese como algo más que alguien analfabeto. Ella sabía leer y escribir, a diferencia de muchos otros que ni lo uno ni lo otro. Poco después, él se desvela como demonio. Estando viva, seguramente reaccionase un poco extraño, quizá desagradada, pero no ahora, que le da igual ver a uno o a otro. Se muestra educada ella y agradecida, por la agradable conversación que mantienen. No es que sea algo muy largo y alegre, pero es maravilloso poder escuchar a otra persona a su lado.

-¿Ah si? Vaya, es la primera vez que veo un demonio o eso creo.- Dijo intentando recordar, pero no, los vampiros serían lo más semejante que ella pueda calificar como demonios. Escucha luego sus palabras y se siente bastante mal al escuchar aquello de violada y dejada a su suerte. Ella sabía cómo era y la verdad que imaginar una violación, era muy lejano en su mente. -No, Señor Demonio, tan solo me mataron unos vampiros.- Dijo con un hilillo de voz apagado y suave. Hablar de eso no le gustaba, pero no tenía más remedio, alguna vez tendría que afrontar y aceptar su muerte. -Ese Crovax es muy peligroso, que lástima lo que ha pasado. Este lugar no debería estar maldito, pero es lo que hay.- Asintió dando un poco por perdido el hecho de que este lugar volviera a ser normal.

-Ojalá estuviera viva como el resto, yo no debería estar aquí.- Balanceó un poco sus piernas, un poco decaída, pero igualmente estaba feliz, se notaba de alguna manera. De otra manera, ella no se movería ni un poquito, como si estuviera paralizada.

Interesante criatura esa fantasma allí prisionera de la muerte que aun siendo una prisionera y condenada busca el conocimiento, posiblemente como arma o por diversión pero aun asi el conocimiento nunca ha de menospreciarse. Confiesa esa adorable criatura que parece alguna vez fue una humana que es la primera vez que un demonio, mejor para ella ha de suponer el conde loco, y mejor para ella de que el sea el primero en encontrarla. No pudo evitar reírse cuando la fantasma lo llamo "Señor demonio" , eso fue algo grato y extraño de oír.

-¿Señor demonio? No suena nada mal- Dijo en voz baja con una de sus manos suavemente tomándose el mentón, claramente  meditando sobre ese asunto. --¿Solo te mataron? Que sujetos idiotas, cuerpo como el tuyo no se ven todos los días fantasmita-  No mostró ninguna compasión por aquella forma en que murió esa humana, incluso agrego o insinuó en parte que hubiera hecho el con ella lo cual de seguro serian puras perversiones. -Crovax sin duda es un sujeto de los mas peligrosos que ha visto la historia de este mundo, pero de todas formas, tan solo era una pieza mas en el tablero de un juego mucho mas elaborado y siniestro.- Y a pesar de saber la verdad sobre ese juego el demonio aun no sido capaz de hacerse a un lado, se ha visto obligado a jugar gracias a los poderes superiores que gobiernan los mundos.
Las ultimas palabras de ese espíritu abandonado y olvidado no es que lo tomen por sorpresa, pero aun asi no puede dejar de escucharlas con atención y de repetirlas en su propia mente.

-Escuche muchas veces el "No merecía morir" y eso no quiere decir que no lo hayan merecido. ¿Que te hace pensar que eres tan especial como para merecer la vida nuevamente? ¿Puedes responder a esa interrogante fantasmita?- No es esa criatura alguien que se conmueva con facilidad, su mente y su corazón están mas allá de cualquier moralidad siendo estos objetos racionales e inteligentes que funcionan mas como un autómata preparado para el análisis y las ganancias que para simplemente sentir y vivir.

Aquel demonio insinuaba con claridad que si hubiera sido por él, su hermoso cuerpo veinteañero habría sido profanado sin que ella pudiera hacer nada para evitarlo. Esa idea le causaba un malestar interno muy extraño, ella, que se mantenía fiel a sus principios y a su marido, no podía imaginar lo horrible que sería el ser violada por otra persona. Será joven y está muerta, pero no es estúpida y entiende esas indirectas a la perfección o al menos, casi a la perfección. Siguió escuchando, aquello sobre Crovax, eso de que en realidad, había algo mucho peor. Era bastante típico, todo estaba controlado siempre o casi siempre, por otros seres inimaginables de un poder excepcional. A veces parece, que lo que le ocurre a uno, ya está predeterminado, parece que alguien dice cómo y cuando debe pasar lo que sea. Ahora le tocaba a ella intentar responder sus preguntas, el por qué ella no debería haber muerto. Estaba bastante claro o eso pensaba ella.

-Pues... Señor Demonio, he vivido muy poco. En realidad, me falta mucho por ver, sentir y experimentar en la vida. Me he marchado incompleta.- Explicó convencida. No había hecho nada para merecerse la muerte, le tocó a ella de entre muchas personas y eso no debería haber sido así. Hay otras personas que sí que deberían haber sido borradas de la existencia. -Puede ser que no tenga que vivir mucho más, pero no tan poco.- Le dijo al demonio que estaba con ella. Ya que era un demonio, ella no se esperaba ningún tipo de sentimiento, ni siquiera cuando los niños pequeños mueren sin razón ¿Esos tampoco merecen vivir? Seguro que según la opinión del demonio, no, tampoco, seguro que si fuera por él, todos deberían estar muertos, al fin y al cabo, le da igual o eso parece. -No puede ser que mi vida se haya consumido tan rápido. ¡Si apenas soy una adulta! ... Tengo que vivir más, tengo cosas pendientes de hacer, Señor Demonio.- Suspiró pasando una mano por la cara, como si se limpiara de algo.

El demonio de la Encrucijada se mantiene tranquilo y de pie, al parecer no le interesa por ahora tomar asiento ni nada que se le parezca. El punto de vista de la hermosa fantasma sobre vivir o morir para el es algo indiferente, aquel que merece vivir es el que vive, simple y sencillo, si moriste lo merecías y si querías vivir hubieras peleado o hecho lo que sea para conseguirlo.

-Los que murieron merecían vivir fantasmita, y los que viven merecen vivir. Tal cual es la ley de la naturaleza. Si no lograste sobrevivir no lo merecías, de otra manera lo hubieras conseguido. No existe algo como la suerte en esto, los inteligentes y capaces sobreviven, los otros simplemente se mueren dejando lugar a los mas aptos para la tarea.- Deja claro aquel demonio que no comparte el pensamiento del espíritu allí atrapado y explica el porque no esta de acuerdo con ella. -Incluso si muriera alguien que cree que no lo merecía alguien, algo o el mismo podría regresar a la vida si se lo propone, y sin embargo no lo hacen, lo cual demuestra dos veces de que merecen estar muertos.- Y confirma su teoría el demonio mientras la fantasma parece estar divagando o sufriendo  por algo desconocido para su persona.

Escucha lo poco que parece importarle su opinión, pero justamente es eso, una opinión. Cada cual exhibe su forma de pensar sobre el tema y el ajeno la medita y responde conforme a ello. Según se ve, ni el demonio ni el dulce espíritu están de acuerdo en lo que piensa el otro. No piensa así porque hay personas que simplemente no pueden evitar de ninguna forma la muerte y si sobrevivieran, serían fuertes, pero no tuvieron esa oportunidad. Bueno, ella la verdad es que no quiere entrar en discusiones con nadie. Encima que lo pasa mal estando muerta, siendo un espíritu, no va a sentirse peor discutiendo con alguien, después de no haber hablado con nadie en mucho tiempo. Tendría que ser tonta para desaprovechar una oportunidad así. Al menos, pasar un rato agradable de su existencia, el cual recordar a falta de algo mejor. Dice aquel demonio que alguien podría regresar a la vida si se lo propone. Ella lo haría sin pensárselo, pero estar anclada dificulta tanto las cosas, que simplemente no puede hacer nada más que esperar a alguien que pueda ayudarla de alguna manera. Parece darse aludido aquel demonio de poder hacer algo, de forma indirecta, pero ya que no lo ha dicho claro, prefiere esperar y simplemente comentar algo al respecto.

-Si pudiera salir de este lugar, está claro que habría ido en busca de quien pudiera ayudarme a volver a la vida, pero este anclaje no me lo permite, no puedo pedirle ayuda a nadie, porque este...- Sin darse cuenta, mostraba una leve expresión de enfado. La mosqueaba mucho tener que estar en el mismo sitio. Al menos, debería poder moverse como otros, que aunque, están en pena, no están anclados, es un nivel diferente, si es que se puede llamar así. -Paraje... Sitio repugnante, está vacío y los pocos que pasan, ni me ven, ni me oyen. Si acaso alguien me ve y me oye, huye como si fuera una criatura peligrosa, sin haberme movido. Eres el único que no se ha ido de mi lado.- Dijo ella sin saber muy bien como desquitarse. ¿Cómo mierdas iba a hacer algo sin poder poner los medios? Imposible para cualquiera. Ella maldeciría, pero no le serviría de nada. Es posible que su situación pudiera ser peor, simplemente, siendo su alma eliminada de cualquier plano, lo que borraría su leve existencia, así que al menos, agradece poder pulular en una pequeña área, sin embargo, si realmente pudiese marcharse, haría mucho tiempo que habría encontrado a alguien, pues al no cansarse ni tener necesidades de los vivos, no tiene que preocuparse por nada.

Fue bastante gracioso escuchar a ese espíritu, suponía el demonio de antemano que no tiene manera de salir de allí ni de buscar ayuda, ademas, no cualquiera sabe revivir a una criatura y menos si esta no tiene un cuerpo físico al cual regresar, es una tarea cien veces mas difícil traer a alguien de regreso sin algo real que lo ate al mundo, sin mencionar todo el tiempo que ha pasado desde que murió. Aquella criatura se echo a reír sin mas, la ignorancia de las criaturas es algo que lo divierte, aunque no le encuentra gracia a dicha ignorancia no esconde su gozo al ver la ignorancia de la gente.

-Jajaja ¿Buscar ayuda dices? Creo que no te has dado cuenta de lo que dices. Dime ¿Cuantas personas conoces que hayan muerto y hayan revivido? ¿Cuantas al menos por historias lejanas?- El demonio comenzó a reír como no lo había hecho en otras oportunidades, pero ahora si lo si lo hace y con muchas ganas.- Una persona entre millones podría revivir a un muerto, siempre y cuando esta no pase mucho tiempo muerta y tenga un cuerpo al cual volver...Dime pequeño espíritu atrapado ¿Cuantas personas crees que pueden revivir a un muerto después de mas de un año? Ni que hablar que tampoco tienes un cuerpo al cual volver...Creo que tienes tu segunda vida como imposible- Según las palabras del demonio es prácticamente imposible que la fantasma en cuestión vuelva a la vida y dado claros puntos del porque no seria posible su resurrección.

-Y dime fantasmita, con todo lo que te he dicho ¿Aun tienes ganas de vivir? -

Al demonio le hizo mucha gracia su comentario, pero a ella no y aunque le sentó muy mal que se riera de algo que le preocupaba mucho, no hizo nada. Solo se le quedó mirando y escuchando, el cómo le decía las pocas probabilidades que tenía de ser algo más que un fantasma. La mujer veía cómo se esfumaban sus pocas posibilidades, sin embargo, eso no significaba que se le quitaran las ganas de vivir. Ella quería hallar a la única persona entre millones que podría hacerlo. No sabía el tiempo que llevaba muerta, pero a lo mejor podía negociar alguna cosa, al menos quería intentarlo. Ni siquiera diciéndola lo horrible y desagradable que es la vida, conseguiría hacer que ella no quisiera, ya que, no tenía ningún sentido vivir sin preocupaciones y problemas.

Si la vida no fuera dura, sería exactamente lo mismo que estar muerta. -Desde luego que tengo ganas.- Dijo seriamente y decidida, no se echaría atrás en su deseo, aunque si no puede hacer nada y nunca lo va a conseguir, seguirá con ganas de vivir. -Ya sé que desconozco muchas cosas sobre el tema, pero, poco a poco se aprende. Aunque puede que no sirva para nada, al menos me gustaría encontrar a una de esas personas.- Le miró fijamente. Claro, seguramente no sirviera para nada hablar con alguien que podría resucitarla si tuviera un cuerpo y que por eso no lo pueda hacer, sin embargo... Seguro que vería un montón de cosas. En realidad las cosas nunca son en vano mientras se fortalezca la mente.

El demonio con tranquilidad ha dejado de reírse para que el silencio inunde la sala una vez mas, no se escucha nada que no sea cada tanto el sonido del viento vació recorrer las habitaciones abandonadas de dicho lugar, por otro lado no se escucha mas nada, es un lugar muerto, viejo y sin vida. Solo la voz de la fantasma rompe el silencio que reina allí, y lo rompe solo para aquellos que son capaces de comunicarse y entender el idioma de los muertos, también llamado idioma de los espíritus.

No demostró ningún cambio aparente en su cuerpo al escuchar la respuesta de esa fantasma, aunque por dentro le agrado escuchar esas palabras. Vivir para el demonio es el mejor tesoro, sin vida no hay nada, y es por eso que vive desde hace tanto tiempo y que no tiene pensado morir. Gusto mucho del cruel juego de vivir y planea participar del mismo hasta que el tablero llamado Creación se acabe y deje de existir.

-Y suponiendo que te encontraras con una de esas personas fantasmita ¿Que harías?- Con sutileza el demonio hace una pregunta mas delicada de lo que parece. Depende de la respuesta de esa joven ya muerte y atrapada decidirá el demonio si se pone serio con ella o simplemente continua por su camino dejándola a ella atrás asi como a ese maldito lugar.

Vuelve el desagradable silencio que cubre la zona desde hace tiempo, pero tampoco dura demasiado, pues ese demonio le formula una pregunta, pero una extraña. Qué haría ella si encontrara a alguien que pudiera traerla a la vida, eso era algo que meditar y a la vez que no. Muchas veces lo había pensado, pero ¿Realmente lo haría? Es decir, las cosas ensayadas suelen salir mal siempre, así que lo que ella tiene en la cabeza seguramente sería un error. Algo que si pensaba era cómo sería su vida si llegara a revivir, muchas veces lo había pensado, ojalá fuera todo real.

-Negociaré para que me devuelva la vida.- Dijo con ciertas sospechas, pero prefería seguir esperando, aunque ya lo hubiera hecho durante tanto tiempo. Ella pensaba en lo que podría darle a un servidor del infierno, pero ya que desconocía mucho sobre esas criaturas, no sabría tampoco qué ofrecer. Tendrían que pedirla algo, entonces por su vida, seguro que lo daría o haría, según lo que fuera. Es posible que fuese malo, pero... Si tiene que arrebatar vidas para recuperar la suya ¿Por qué no? Hay otros que no la aprecian, así pues ni la merecen. -Y haría todo lo posible para cumplir lo que me pidiera a cambio. Lo que sea.- Dijo mientras le brillaban un poco los ojos.

Esa frase, esa maldita frase de la que todo el mundo se arrepiente. Lo que sea. Siempre se pide algo de lo que es imposible aceptar e incluso ella sabía que a lo mejor tampoco sería un lo que sea por completo. Realmente no la importaría sufrir con tal de lograr su objetivo. No hay nada peor que estar muerta, seguro que cualquier tortura la hace sentirse mejor que el hecho de estar en un Castillo Maldito.

Fue grato disfrutar de la paz del silencio, aunque en ese caso ese silencio es un silencio de muerte, de desolación y desesperación, todo lo contrario a la calma de los lugares solitarios, hermosos y calmados. La fantasma allí presente, una de las tantas almas en pena atrapadas en ese lugar se tomo su tiempo para responder, y el demonio no se molesto en interrumpir sus pensamientos, la respuesta del espíritu debía de ser difícil de dar, se lo esperaba, y es algo agradable visualizar a las criaturas del mundo en momentos críticos en sus vidas como lo es ese en la existencia de esa joven ya muerta y esperanzada con una segunda oportunidad de vivir.

-Negociar no es una lama idea, también puedes rogar, pero de seguro ambas cosas pueden resultar útiles si de alguna manera le interesas en algo a dicha criatura en cuestión.-Le da validez el demonio a dichos accionares, aunque no parece por momentos tan segura esa fantasma de lo que dice, por momentos su determinación parece dudar incluso reafirmando la idea de entregar lo que sea con tal de revivir. -Ya hablamos sobre las promesas vanas de las gentes, en especial aquellas que aceptan todo sin medir consecuencias. En ese caso si aun deseas a pesar de todas las cosas revivir entonces podemos ponernos serios fantasmita...Yo podría revivirte, lo que busco es algo sencillo. En tu caso si te revivo serias una humana...O al menos eso es lo que pareces, por lo cual en unos 50 años podría hacerme con tu alma, suponiendo que vivas 50 años una vez revivida. Ademas de eso pediré ciertos favores durante tu vida, una vez al año, una vez cada diez o lo que sea, tal vez nunca te pida nada, generalmente objetos, asesinatos, favores sexuales o mera información, cualquiera de esas cosas son validas. Ya te he explicado como funciona, ahora queda en ti aceptarlo o no.-Aquella criatura infernal revela a Alice que el es capaz de revivirla y el costo de la resurrección, dejando claro las reglas del juego y haciéndole saber que es ella la que tiene siempre la ultima palabra en esa clase de tratos.

El demonio le cuenta que efectivamente, como ella sospechaba, podía resucitarla. Le informa lo que le costaría y le dice algo de información sobre ella, la cual acierta por completo. Una humana normal y corriente, no es muy difícil ni ella parece ser extraña, a diferencia de otros seres que se notan a distancia. El demonio le dice que podría llegar a vivir hasta 50 años, cifra con la cual está conforme, incluso un poco menos, pero ella hará todo lo posible para vivir lo máximo posible. Una vez eso pase, la muerta será bienvenida por ser algo merecido tras años que debieron pasar antes y no ahora. Antes de aceptar, ya que dispone de cierto tiempo, se lo toma para meditar todo. Por el trabajo que debe ejercer para resucitarla, ve lógico y justo que él tenga que pedirla ciertas tareas a lo largo de su vida, aunque también dice que es posible que eso no ocurra. A ella no le importa la frecuencia mientras sea capaz de hacerlo y siga viviendo feliz.

-Me parece bien, es un trato justo por lo que veo.- Dice asintiendo y tendiendo una mano para cerrar el trato. Es cierto que algunas de las reglas, no le resultan agradables, eso de matar no va mucho con ella, pero desde luego, no le perdonará la vida a alguien si es para recuperar la suya. Egoísta, puede ser, pero quien algo quiere algo le cuesta, aunque sean vidas ajenas. En especial, lo más desagradable para ella, es lo de los favores sexuales, puesto que su educación solo se lo permite hacer con su esposo y el sexo fuera del matrimonio no es correcto para ella, pero tendría que hacer unas cuantas excepciones, todo sea por ver a su hija y a su amado. -Ahora que he aceptado ¿Qué pasará? Quisiera saber lo siguiente, Señor Demonio.- Dice educadamente y con curiosidad. No sabía si iban a ir a otro sitio, si la resucitaba en ese momento o si tuvieran que hacer otras cosas, desgraciadamente, en este tema es más que novata, ya que no se dedica a ello.

El demonio espero pacientemente por la respuesta de esa joven fantasma, dicha respuesta lo sorprendió bastante. Fue una respuesta rápida y concisa, algo extraño en estas criaturas tan desconfiadas y que pocas veces arriesgan algo real para cumplir con sus deseos. Debe ser esa criatura una persona muy inteligente y decidida para aceptar un trato asi a la primera y sin chistar, o tal vez una idiota que cree que todo es color de rosa en el mundo, pero cree que es mas lo primero que lo segundo, lo cual es mucho mas interesante de lo que el pudo imaginar en un principio. El demonio sonríe y empieza a aplaudir, debe darle un reconocimiento a la mujer por su inteligencia y valor.

-Es rara la ocasión donde encuentro a una criatura que entiende lo que tiene que hacer para cumplir con sus deseos sin lloriquear por ello. Mereces un reconocimiento por eso preciosa, sera un placer hacer un pacto contigo- Al ver como la fantasma le tiende la mano a modo de cerrar el trato el demonio conjuro un hechizo y se volvió traslucido al igual que la fantasma, fue asi que pudo tomar la mano de aquel espíritu que acaba de dar el primer paso para regresar a la vida.-Lo primero sera ir al infierno, allí cerraremos el trato. Una vez hagamos ese ritual iremos a ver a un viejo amigo mio para que cree un nuevo cuerpo para ti el cual deseo sea idéntico a la imagen que ven mis ojos.- Explica el demonio a su futura pactante los pasos a seguir para lograr su resurrección de manera efectiva. - Y ahora, es tiempo de partir, el destino nos espera-Al terminar de decir aquello comenzó a recitar un conjuro en un idioma tan raro y antiguo que suele utilizar para convocar a sus poderes mágicos e infernales.

-Извртени духови, богови на темнината, сенки кои постојат насекаде, ме однесе каде што сакам да одам, завиткани во оган и пепел ... Спроведување на оган и пепел-Utilizando su hechicería comenzó a conjurar un hechizo para regresar al infierno, un pentagrama en llamas negras comienza a formarse en aquel lugar, de esa forma, todo lo que este en su radio sera trasladado al infierno.

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--Espero no le temas a hechicería como la mía, ya que dudo alguna vez hayas visto u oído algo similar- Le dijo el demonio a su acompañante mientras son rodeados en llamas negras tanto el conde como Alice se desvanecen yendo juntos a las profundidades del infierno.
Unos segundos después las sombras se desvanecen dejando ver el lugar donde se encuentran ahora. Una especie de camino rojizo con el fuego como guía de aquel lugar es lo primero que ve, con paredes a los costados rojas y ardientes, una piedra extraña que no se puede encontrar en el mundo de los mortales, pues ahora están en el mismísimo infierno, ese del que tanto se habla pero que nadie que no sea un demonio conoce en verdad.

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-Bienvenida al infierno fantasmita, espero este lugar sea de tanto agrado para ti como lo es para mi-Con una sonrisa el conde le dice esas palabras mientras mientras flota sobre las piedras que se desquebrajan bajo el, calientes y áridas todas ellas. No se puede ver el cielo debido a la oscuridad, solo aquello que puede iluminar el fuego que surge del suelo puede verse, mas allá a lo lejos solo puede verse oscuridad, una garganta profunda que deberán recorrer para poder llegar a aquel sitio donde puede llevarse a cabo el pacto infernal.

Si es que los fantasmas se podían sonrojar, ella lo hizo cuando el demonio la aplaudió. Para ella esa respuesta no era como para aplaudir, pero tampoco era desagradable, hacía mucho tiempo que no había escuchado esas palmadas. Apenas cuando comunicó a su familia que estaba embarazada ocurrió. Luego él se volvió fantasmagórico también para estrecharle la mano, ella apretó un poco para consolidar el pacto. La siguiente información, fue sobre ir al infierno, sin duda, ella no lo conocía y nunca se había hablado bien de él. Al parecer contactará con otro demonio para que le haga un cuerpo, el que ella tenía antes. A continuación, se dispone a llevarla al infierno, lugar temido, hablando con sinceridad, está aterrada y no puede ocultarlo. Unas palabras que ella es incapaz de comprender dan inicio al ritual por su vida. Pase lo que pase, seguirá adelante, es algo demasiado ansiado como para que algo supere a su afán y deseo personal. Ese extraño sello parece consumirles poco a poco, llevándoles a ese infierno al que debe ir. Se impresiona bastante, porque ciertamente, como él dice, no conoce la magia negra.

Aparecen en un camino de fuego. Alice se pregunta si ese fuego podrá quemarla, pero simplemente, se basa en que al infierno por lo general, solo van los muertos o seres con cierto permiso especial, por lo que supone que este fuego si podrá dañarla, aunque no lo sabe con certeza, pueda o no, no tiene intenciones de tocarlo. -Bueno, no sabría qué decir. No me gusta mucho, pero tampoco me disgusta.- Le dice esbozando una pequeña sonrisa. Luego se dispone a empezar a caminar como puede por ese camino de fuego. Si se tiene que quemar o sufrir, que así sea, pero no se detendrá. No muestra impaciencia en absoluto, pero sí mucha determinación, su miedo se ha esfumado, porque tiene ganas y fuerza de voluntad para seguir. Espera que el amigo o amiga de aquel demonio realmente pudiera hacerle su cuerpo. -Parece que es bastante larga. De alguna manera se ve bonito.- Concluye quedando como hipnotizada con las llamas, mirándolas fijamente y sin parpadear. La luz atrae, a ella le atrae.

Se escucha la risa de aquel espíritu retumbar por todo ese solitario y escuro lugar, tétrica risa que devela claramente su origen, pero no es nada que el hubiese ocultado ni nada por el estilo, solo que como demonio que es disfruta de la agonía de los demás, tal vez a diferencia de otros el no ataca solo porque si, pero de todas maneras, el sufrimiento y agonía de otras criaturas es como música para sus oídos. En esta caso ríe gracias a Alice, su alma es muy fuerte, su conciencia es clara, sera sabroso hacerse con ella.

-El mero hecho de que puedas encontrar la belleza aquí demuestra que a diferencia de muchos puedes obtener lo que deseas, puede que tu merezcas vivir fantasmita-El demonio camina hacia ella para guiarla en su viaje por esa capa del Infierno. Tras unos momentos que parecieron realmente eternos que en realidad no fue mas que media hora, sin cruzarse con ningún alma en su camino llegan a un lugar muy particular, lo primero que se nota es que las piedras frente a ellos parecen formar una especie de altar que les muestra el fin del camino.

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Un camino de sangre es el que los guía a una especie de altar macabro, rodeados de vapores y piedras rojizas se muestra ante ellos el final de aquel camino infernal, no se escucha ruido allí, tampoco se siente el viento, el suelo es realmente frió, todo parece perecer en ese lugar. Tras un momento de estarse quieto el conde reanuda la marcha hasta llegar a aquel altar siniestro. Ya en el centro de dicho altar poso su mano derecha sobre donde debería estar el corazón de Alice, mientras se escucha su sonrisa perversa.

-Si vas a huir este es el momento propicio, aunque sin mi nunca saldrías del infierno-Le dejo claro que tema o no ya no hay marcha atrás en su decisión. Gira en dirección al altar de piedra que parece ser mármol, un frió mármol, esperando por la única respuesta que puede dar en ese momento la fantasma.

La risa del demonio no era menos que algo muy siniestro y escalofriante, parecía que iba a ocurrir algo malo, que iba a hacerla algo malo, como dejarla encerrada para siempre en el infierno sin cumplir el pacto. Eso podía pasar, pero bueno, era un riesgo a correr, era mucho peor estar muerta en un castillo maldito que en el infierno, al menos la extensión de este último era más grande y si la torturaban, al menos era más "activo" que estar sentada en una piedra sin nada que hacer. Caminaron por aquel camino hasta que en la distancia se pudo presenciar una especie de torre muy alta, aunque Alice no sabía que era un altar, ni mucho menos. El dulce espíritu mira a ambos lados, para encontrarse con ese humo rojizo que hay por el ambiente, ella no huele a nada pero da bastante mala espina. Un escenario digno del infierno. Se fija en las rocas de los laterales, sin saber cómo podría describir esa forma que traen, parecen como pinchos. Como sea, ella le sigue hasta el centro del lugar, donde se sorprende un poco por el hecho de que él le ponga la mano en su inexistente corazón.

Dice ese demonio que si quiere, puede huir, pero no, ella no lo haría ni siquiera pudiendo salir del infierno sin su ayuda. Ella está ahí porque lo desea, porque aceptó un trato que tuvo tiempo de meditar, su decisión sigue implacable, a pesar del escenario, no piensa dar marcha atrás de ninguna manera. -No Señor Demonio, no quiero huir. Estoy aquí porque tengo un acuerdo que pienso llevar al final.- Dijo seria, mirándole a los ojos, hasta que él se giró y avanzó un poco más. -Haga lo que crea conveniente, que no voy a huir, esta es mi decisión.- Le aclara y le hace saber que ya puede pasar lo más horrible que él se pueda imaginar, su voluntad por volver a la vida es demasiado grande, le tiene un gran apego. Es dura y cruel, pero es vida, algo que se debe aprovechar y luchar por ello, se puede sufrir mucho en la vida, pero nunca se sufrirá más que en la muerte, ni tampoco se disfrutará más en la muerte que en la vida. Los placeres de la vida son para los vivos.