En las montañas del oeste

Spoiler:

El Desierto del Dragón es sin duda alguna un territorio hostil, mas de lo que cuentan los que saben, a pesar de tener algunos caminos para las caravanas y viajeros que necesiten llegar o despedirse de la Dinastía del Dragón no es un lugar nada sencillo de sobrellevar. Millas de tierra y arena son lo que hay que atravesar para salir de el, pero al comenzar a terminar ese recorrido comienzan a verse los primeros rastros de vegetación. A lo lejos se ven las montañas del oeste del mundo, detrás de ellas se encuentra ya el territorio liso y llano de la Dinastía del Dragón que se extienden de norte a sur del territorio oeste. El sol en lo alto siempre vigila, con su brillo poderoso que trae consigo las fuertes temperaturas del desierto. Los aires secos y calurosos viajan de un lado a otro sin oposición alguna, no al menos hasta haber viajado cientos de miles de millas, que es cuando chocan contra alguna montaña o montículo de arena perdido en toda esa inmensidad.

En ese viaje se encuentra una elfa viajera que desea conocer personas y obtener vastos conocimientos del mundo, tarea nada sencilla, el mundo es muy grande y las pruebas que nos puede poner delante nuestro pueden ser inesperadas y duras, pero mas allá de esas pruebas yacen las verdaderas respuestas.

Los nómadas viajan de un lado a otro en busca de caza o de alguien para cazar, y en este caso parece ser que han encontrado algo fuera de lo común, por lo que comienzan a cabalgar a toda prisa en sus camellos y burros preparados para esas tareas.

El camino era pesado, pero a lomos de Kirot todo era mas facil. Las plantas escaseaban, indicandome cada momento donde estaba el lugar al que debia ir. Allí no me tratarian mal y seria mas o menos bienvenida. Seguia el camino sin perderme, viendo como Kirot se cansaba de tanta arena y tan poco para comer. Quedaba poco ya y debiamos llegar. Allí comeriamos hasta hartarnos. acaricie a mi montura y suspire.
-Animo, ya queda menos. Y aun nos queda algo de comida para un descanso mas.
Kirot escuchó un ruido y se puso alerta viendo como gente desconocida avanzaba hacia nosotros.
-No nos dijeron nada de guardarnos de gente en camello con capas...¿podemos fiarnos?
El respondio con un gesto de duda. Pero sacando los dientes por si las cosas ivan mal.

Varios sujetos fueron llegando donde la elfa y su montura esperaban desconfiadas, poco y nada se habla de los nómadas que transitan el desierto en busca de comida, oro o esclavos, buscando así subsistir en ese territorio tan difícil y poco habitado a lo largo de la historia. Al poco tiempo la elfa estuvo rodeada por al menos diez de esos sujetos, que cubiertos con turbantes de color marrón y grises desgastados le empezaron a hablar en un idioma completamente desconocido para ella. Estos hombres llevan espadas curvas y arcos, así como cuchillos y otras cosas mas, como sogas y cadenas en sus monturas. Lo único que dejan ver es su rostro, de piel morena y ojos rojos, así como un rostro serio y estricto.

Hablaron entre ellos y a la elfa mientras la acorralaban, apuntan con sus lanzas y arcos hacia la montura, una montura rara que no se conoce por esas tierras pero que parece mas amenazadora que su dueña. Por el tono que están usando esos sujetos y sus vestimentas parecen bandidos del desierto, aunque ella no podría saberlo aun, no conoce del desierto, ni de su gente o costumbres, todo eso esta allí para aprenderse aun.

Ahora me di cuenta de que ni si hubieramos querido huir lo habriamos logrado. En poco tiempo nos rodearon amenazandonos con lanzas y arcos. No sabia que hacer, hablaban diferente, en un lenguaje extraño para mi. Les mire y eché la mano a mi arco y la otra a un conejo. Si algo habia aprendido era que el aquel lugar se pasaba hambre. Alcé el conejo y se lo mostré.
-¿teneis hambre?...
Dije mostrando el conejo a pesar de ser el ultimo que quedaba y estar algo seco. El leon giraba inquieto mientras yo guardaba el quilibrio y esperaba una reacción con una mano en el arco.

Los hombres hablaron y levantaron la voz, a tal punto que el tigre de la elfa se puso nervioso. Pero a pesar de no comprender el idioma de la elfa si entendían el idioma del hambre y la necesidad, en el desierto la vida es muy dura. Altas temperaturas, clima seco y áspero, sin el verde de la hierba y sin el agua en abundancia es muy complicado vivir. Miraron unos momentos a la elfa y uno de ellos bajo de su camello para tomar el conejo que ella les ofrecía temerosa y no era para menos, hay gente que mata solo por matar a otra gente, en especial en sitios poco civilizados como ese.
El hombre que tomo el conejo dijo algo, pero como siempre el idioma no era el propicio para comunicarse, aun así, es fácil entender lo que ese hombre quería decir, puesto que le tendió una bota de agua a la elfa, un verdadero tesoro para esos hombres pero que estaban dispuestos a compartir con alguien que esta dispuesto a compartir su comida.

Los hombres miraban serios, pero no hablaban, se mantenían calmos con arma en mano.

No podia creerlo, pero parecia funcionar. Uno de ellos cogió el conejo y me ofreció agua. Sonrei feliz y bebí un poco, luego deje caer un poco sobre la lengua de Kirot. Luego solté el arco y acaricie al leon. debolví el agua ysonrei. Luego les mire sin saber que harian ahora. Solo esperaba que abriesen un camino par apoder continuar. La verdad era que tenia algo de miedo y queria arreglar el tema lo antes posible.

El sol en lo alto observa como se llevan a cabo los hechos allí en el desierto. Los hombres esperaron en silencio por la reacción de la elfa ante la invitación de beber de la bota de agua y esta sorprendida acepto. Suponen los hombres que debe ser raro para un extranjero el recibir agua justamente de ellos, pero, no todos los nómadas simplemente roban y matan porque si o por necesidad, ellos son algo diferentes.
La elfa bebió sonrió feliz y bebió a toda prisa, lógico, debe tener mucha sed esa criatura que no debe estar para nada acostumbrada a este terreno tan hostil.

El mediodía fue pasando y la media tarde se iba haciendo presente, mientras esos hombres miraban hacia el oeste, donde unas pequeñas figuras se hacían visibles. Por lo visto venían a toda prisa ya que detrás de ellos se levantaba una pequeña polvareda de polvo, varios caballos se podían ver y unos camellos que viajan directo hacia ese grupo de personas. Los hombres se formaron y levantaron las armas. Se mantuvieron firmes y en silencio mientras ese grupo llegaba a ellos.

Hombres extraños que portan ropas blancas y rojas con tintes amarillezco. Sobre la ropa portan chalecos de cuero fino con protectores de madera en brazos y piernas. Lucen sus armas a los costados. Lanzas, arcos, ballestas y espadas dejan ver y se ven en excelente estado.
De entre todos ellos una mujer sobresale, una hermosa mujer que parece salida de un cuento de esos que se cuentan en la Dinastía del Dragón.


Los recién llegados formaron alrededor de ella y los nómadas la miraron serios. Bajaron sus armas y uno de los recién llegados hablo con muchos de los presentes durante un largo rato. La mujer mantuvo sus ojos clavados en la elfa mientras los demás seguían hablando.

No entendia que pasaba,nada de nada. solo que aparecia mas gente aun mas desconocida. Kirot dió unos pasos atras alerta,siempre alerta y yo eche de nuevo la mano al arco, mientras con la otra sujetaba los pelajes de mi leon. Aquella chica me miró mientras hablaba con aquellos hombres vestidos de formas extrañas. Acaricié a Kirot y le hable, no queria que nada de aquel momento saliese mal. si algo pasaba...podiamos estar mas que muertos, lejos de bosque y civilización.
-eyy...tranquilo. Si no mantenemos la calma algo puede salir mal.
él movió la mirada como asentimiento.Yo mire a los recien llegadosy hable esperando que alguien me entendiese.
-Amm....hola...¿alguien entiende mi idioma?....

Los hombres continuaron con su charla, algunas veces en voz baja, otras veces alzando la voz, aunque no llegaban a los gritos si exclamaban con fuerza ¿Que exclamaban? Eso es algo que la elfa no podría saber, no al menos que aprenda el idioma de esos hombres, o que esos hombres hablaran en el idioma común de los hombres o en el idioma de los elfos, algo que parece esta muy lujos de suceder. A pesar de que el tono de voz se alza muy encima de la media esos hombres dejaron las armas a un costado, como si reposaran sin necesidad de ser empuñadas, lo cual puede a veces causar confusión, comenzaron discutiendo con armas en mano y con el paso del tiempo las fueron dejando de lado.
La unica mujer del grupo fue la única que permaneció sobre su montura, con un rostro serio mantiene sus ojos sobre la elfa quien se mantiene con su leon, pegado a el, como si fuera este su guardián y/o esperanza. Ante la pregunta de la elfa la mujer levanto levemente una mano, su mano izquierda para asi tomar la palabra.

-El idioma comun de los hombres es algo bien conocido en mi país. Habla elfa, Shigen Sukai es quien te escucha-Los hombres voltearon para escuchar a la mujer, como si esta fuera a decir algo de importancia, o tal vez, ella misma sea la razon de importancia por lo que los hombres dejan sus discusiones de lado para prestarle total atención a ella.

tenia miedo, aquellos seres aparentemente humanos peleaban entre ellos, discutian por cosas que no sabia. Por suerte esta vez no estaba sola. Miré a la mujer que se alzaba ante los demas en su montura. me miró sin apartar la mirada, cosa que me hacia pensar en salir corriendo de aquel lugar. Pero entonces habló y los hombres se giraron para escucharla. Esta era mi oportunidad.
-Bien...Shigen Sukai, yo soy Keilyn. quisiera explicar que...no pretendia nada contra nadie. Queria pasar por aqui...solo eso. si...si he molestado por el...arg...como se decia...amm...asunto de territorio, mis disculpas."tanto tiempo hablando con plantas y animales y ahora olvidar como se hacia en la lengua comun...quien me vea, ya se reiria, ya".

Esperaron en silencio cuando la mujer que responde al nombre de Shigen Sukai hablo dirigiéndose a la elfa extranjera, como si fuera importante la pregunta y la posterior respuesta. No tardo mucho en presentarse la elfa como Kailyn, quien tras ver que alguien le entiende el idioma aprovecho la oportunidad de explicar el que hace allí. Uno de los hombres pertenecientes al grupo de la mujer comenzó a hablar para los nómadas, y estos respondían cada tanto a esas palabras mientras observaban a las mujeres allí presentes conversar.

-Los nómadas dicen que hasta el momento no has causado problemas a nadie, por lo que no hay razón para dudar de tus palabras Kailyn. Estas lejos de tu tierra, y lo único que encontraras en la dirección en la que te dirigías es mi tierra, lo único que encontraras al extremo oeste del continente es la Dinastía del Dragón ¿Lo sabias?-La mujer habla en tono sereno y estricto, mostrando una gran autoridad, incluso la forma de mantenerse montada sobre su montura, la única que aun monta demuestra que es alguien de importancia, al menos en el lugar de donde viene debería serlo. -Si vas hacia allí, entonces me gustaría saber el motivo de tu viaje-A medida que la mujer iba hablando algunos de sus hombres hablaron con los nómadas, como si estos tradujeran o explicaran la conversación entre las dos mujeres allí presentes.

Vi la escena sorprendida. Ignorando que clase de lenguas hablaban, aunque aquella mujer si supo responder y explicarme que hablaban entre ellos. Luego decidi responder.
-Tengo una ligera idea. No sabria decir.La verdad...ahora solo quiero llegar a un lugar donde haya plantas y comida.
El leon se relamio entonces

Le escucharon hablar con mucha atención, mientras los hombres hablaban en voz baja pero clara. Había preguntas y respuestas por parte de los dos bandos, mientras la mujer sobre su montura observaba mas que nada a la elfa, como si la estuviera de alguna manera estudiando.

-Un motivo de lo mas común jovencita, y ciertamente en mi país hay comida y mas vegetación que aquí en el desierto, pero esas comodidades no son gratis, no estamos en posición regalar caridad, por lo tanto tendrás que tener dinero para estar en la Dinastía del Dragón. No es nada personal, pero no quiere ladrones ni mendigos en mi patria ¿Se entiende?-La mujer hablo y los hombres hablaron tras ella, como si de alguna manera aprobaran las palabras de la mujer de largos cabellos rojizos.

todo parecia ir bien, la chica y yo nos entendiamos. Ella sabia que no era nada a lo que matar. Que iva de paso y no pretendia hacer ninguna maldad. pero entonces habló poniendo sus condiciones. No queria ladrones ni mendigos. Yo no era nada de eso.Pero...si tenia que pagar. Tenia poco dinero, el poco que quedaba del que me dieron mis cuidadores. De comprar comida para cuando era invierno o pedian para entrar en ciudades. Pero esta vez...queria mantenerlo. Tenia que comprarme un arco nuevo y si gastaba mas no podria.
-Yo no soy ladron ni mendigo. Mas bien soy cazadora..o...curandera. No necesito mucho dinero para vivir, vivo del bosque. Ya di mi último conejo.¿con eso no vale?
Kirot empezaba a estar inquieto, tenia hambre y no se fiaba nada de toda esa gente. Llamar ladrona a su amiga era algo que no toleraba y aquel hambre empezaba a cubrir su salvajismo

La mujer miro con un rostro muy serio a la joven, pero a pesar de todo no dijo nada, solo la miro en silencio. los hombres, a menos sus hombres ya se imaginaban lo que diría ella, y si los nómadas supieran el idioma de la mujer también sabrían lo que diría a continuación.

-Veo que no comprendes mis palabras, tendré que ser mas clara contigo. Cazadora, si vas a mi tierra ¿En donde cazaras? Lo harás en los bosques y llanuras de mi país, lo cual significa cazar animales que pueden ser para mi gente ¿Entiendes? En lugares como este la comida es casi o mas valiosa que el oro- La voz se la mujer fue como si un rey hablara serio casi tirando a enojado, como si diera una lección a alguien inferior. Los hombres se mantuvieron en silencio, traducir eso no traía nada nuevo a los nómadas que tienen el mismo concepto de la comida y el agua, lo cual consideran mas valioso que las joyas y el oro, ya que las joyas y el oro de tenerlas las gastarían en comida y agua de todas maneras.

-No quiero ser descortés, mas sabiendo la situación actual de la Ensenada de plata, pero la supervivencia de mi gente esta primero que nada, espero puedas comprender- Al decir esas palabras los hombres que vinieron con ella montaron de inmediato, y los nómadas también fueron a tomar sus monturas. Al parecer, cada quien había terminado de decir o de hacer lo que sea que debía de hacer allí.

La mire con hambre, sacando unas tres monedas de cobre y escondiendo la unica de oro que me quedaba.
-Antes...entregué él unico conejo que quedaba. Ahora solo puedo entregar estas tres monedas. Pero necesito pasar y comer algo. Mi montura es salvaje y podria llegar a ser peligrosa si no se la alimenta bien. Necesitamos llegar.Espero con eso valga.

La mujer con su rostro estricto continuo observando a la elfa, de la misma manera los hombres les observaron y rieron a al ver que la elfa ofrecía unas monedas a la hija del mismísimo Shigen. Los nómadas no necesitan una traducción para darse una idea clara de lo que intenta hacer la elfa, sera por esa razón que comenzaron a reírse entre ellos, en cambio, los hombres pertenecientes a la Dinastía del Dragón mantuvieron seriedad al igual que su señora.

-Nuevamente no entiendes, lo explicare mejor...Las monedas no la necesito yo, no necesito un tributo ni ningún peaje, guárdate esas monedas para subsistir en la ciudad. Puestos de comida, tabernas, casas de te, ropa y otras cosas o lugares mas donde necesitaras pagar para obtener un servicio.-Tras explicar para que necesitara la elfa las monedas saludo ella respetuosa a los nómadas y estos respondieron al gesto de la mujer en voz alta, para después los nómadas cabalgar y perderse en las arenas del desierto, mientras el otro grupo ya se prepara para cabalgar en dirección de la Dinastía del Dragón.

Entonces todos rieron. Estaba nerviosa, sin saber que me dirian.Pero entonces hablaron y ella me respondio.Mire el dinero y me lo guarde. Despues mire a Kirot y le sonrei.
-¿viste?...hoy vas a poder comer.
Rugio felizmente y diño unos pasos atras para seguir el camino viendo como todos se separaban. Entonces bajé de él y me puse a andar avanzando hacia la dinastia Dragon. A un lugar donde poder comer.

Al final a cabo de unos momentos ya no había nadie allí donde se habían reunido toda esa extraña gente proveniente de diferentes puntos del territorio. La elfa por su parte siguió el camino que lleva al extremo oeste del continente, hacia las propias puertas de la Dinastía del Dragón, lugar al que llegaría recién para el otro día, por lo que tuvo que pasar una fría noche en el desierto que poco a poco se iba transformando en leves terrenos verdosos. Al otro día pudo visualizar desde la lejanía, gracias a su vista elfica las murallas de la gran ciudad, así como también movimiento de personas.
Los caminos ahora se ven claramente, empedrados algunos, otros solo bien labrados sobre la tierra que ahora no es tan arenosa, se vuelve mas y mas dura, mas verdosa, mostrando algunos arbustos y pequeños arboles a los costados del camino. La vida nuevamente comienza a presentarse ante los ojos de la elfa, hija de la Ensenada de plata.

Avanzamos lentos pero sin pausa y llegamos a un lugar con buena vista,pudiendo ver todo lo que queria.Eso despues de pasar una noche fria en medio de aquel desierto. Kirot cada vez tenia mas hambre y duraria poco asi.Finalmente Despues de haber descansado le dí una pequeña rata para ayudarle a controlarse. Finalmente me subi encima y avanzamos entrando en lo que parecia bosque.
-Llegamos pequeño, llegamos. En unas horas comeremos. Pero primero cazemos algo cuando entremos.
El se limito a avanzar con pocas ganas.

Al acercarse mas pudo notar una gran cantidad de carretas con plantas varias, mucha comida, mucho trigo y verduras en grandes cantidades. Madera es algo que también traían en grandes cantidad. Casi todas las carretas entraban a la ciudad, pocas son las que salen vaya a saber uno con que destino en particular. Guardias fuertemente armados vigilan la zona, una decena de ellos sobre el camino, unos cuantos mas en la entrada y muchos mas sobre los muros de la ciudad.

Al desviarse ella para el bosque varias guardias la miraron con mala cara, hablaron entre ellos y mantuvieron su mirada sobre la elfa y su animal.

-Te dejaria solo, a esperarme. Pero no puedo sabiendo que puedes comer cualquier cosa que tenga carne. Y no quiero que causes mas problemas.
el miro al suelo algo triste y luego se paro en seco indicando el olor de un animal. Yo agilmente me subí aun arbol y saqué el arco apuntando a un ciervo. En silencio lancé un aflecha y siguiendo la trayectoria Kirot se lanzo encima comiendoselo con ganas. suspire aliviada y mire las puertas a lo lejos. En poco tiempo entraria. Cuando acabase de comer y pudiera hablarle normal. Ahora era peligroso. Nunca se debia despistar a un animal salvaje de su comida. Mientras me senté en el arbol mirando el cielo.
-Poco a poco lograre cumplir mi meta...A pesar de todo lo lograre. Y descubrire que significa esto.
Dije cogiendo mi colgante con una mano e intentar leerlo.Tras un rato acabo de comer. Baje y le mire seria.
-Quedate por aqui y no ataques. Luego vendré a por ti y como siempre, si no me ves apañatelas. Yanos encontraremos. Quizas me quede a dormir.
El se relamio y se dio l avuelta. Yo me fui andando hasta la puerta y allí entre. Mirando las carretas y los puestos de comida.Con mucha hambre seguia el recorrido de la comida

Al acercarse a las puertas de la ciudad dos guardias de los tantos que había allí presentes se acercaron a ella y la saludaron con seriedad, pero eso no saco cortesía a su recibimiento. Tras recibirla le hicieron preguntas básicas y de rutina, le preguntaron su esas, procedencia y alguna razón por la que estar allí, tras eso la dejaron pasar. Ya dentro pudo ver una gran variedad de puestos de comida, ropa y muchas cosas mas a los costados del camino, así como también ver los edificios de esa cultura totalmente diferente a las otras en muchos sentidos. Las construcciones son prácticamente todas de madera, aunque muchos edificios de los mas nuevos están hechos de mármol o piedra, los cuales resaltan con facilidad. La gente parece bastante alegre allí, como si la hambruna por la que pasan otras regiones sea totalmente algo ajeno a esa gran ciudad. Hay muchos campesinos y comerciantes por allí, y cada tanto se ven carretas llevadas por hombres en vez de mulas, algo de lo mas raro para ella cuando se supone que los carros, aunque pequeños sean tirados por mulas o caballos y no por personas. El camino principal es ancho y se extiende a tal punto que se pierde la vista, y varias calles y caminos aparecen cada pocos metros, llevando a diferentes lugares de la ciudad de la Dinastía del dragón, la capital del reino es inmensa, la segunda en población del continente central.

Al entrar estaba intranquila. Me sentia sola y desprotegida por estar lejos de Kirot, pero en las ciudades siempre habia problemas con el. Al entrar los guardias me interrogaron y respondi a todo ocultando mis mayores detalles.demostrando que solo queria comer. Luego de pasar mire el lugar, enorme y magnifico. Queria explorar todas aquellas calles, sin dejarme ninguna. Pero primero lo primero. Segun me acercaba a encontrar comida encontré un puesto llamativo con un arco. Ideal para mi. Asi que entre a preguntar. Una vez dentro hablé.
-Hola..¿cuanto vale ese arco de la entrada?...

Entre todas las tiendas y lugares que hay dentro de la Dinastía del Dragón Kailyn se fijo en uno en particular, en una tienda de armas que posee aquella arma que mejor se le da usar, arcos y ballestas de todo tipo se ve allí. Arcos cortos, arcos largos, arcos compuestos, arcos de a pie y para usar a caballo, ballestas simples y a repetición, una gran variedad para el bolsillo que pueda por supuesto, costearlo.

Una jovencita de ojos rasgados y cabellos largos negros fue la que primero tomo la pregunta de Kailyn. Observo los arcos y señalo algunos de ellos, incluso tomo en sus manos un arco corto compuesto para que Kailyn pudiera tocarlo y sentirlo, verlo de cerca y comprobar su calidad.

-Bienvenida señorita, Shiroi kaze es mi nombre, y estos son los arcos que fabrica y diseñan en mi familia. Los arcos cortos están 50 monedas de oro, y los cortos compuestos 75 monedas. Son de la mejor manera de la Dinastía del Dragón tallados por los mejores artesanos. Esta tan segura mi familia de su nivel de fabricación que incluso estamos dispuestos a ofrecerle una sección de practica y una garantía por algunos meses desde el momento de su compra-La joven no parece superar los dieciséis años de edad pero demuestra ser una especialista en su trabajo. Habla como un adulto y se mueve como un adulto, ha sido realmente educada y preparada para su trabajo.