En las montañas del oeste

Miraba los arcos, todos aquellos bien creados. Eran increibles, todos los que podia soñar. Luego mire a la chica y al arco sin poder evitarlo escuchando sus palabras y sintiendo un dagazo en el pecho al oir el precio de tal preciosidad. Lo toque como si fuera a alejarse en cualquier momento de mi lado y miré mi arco, en mi espalda. Negro, versoso, con moho y conn la madera algo astillada. Suspire y mire a la chica.
-No...no puedo comprarlo. Mis disculpas por molestar Shiroi.
Dije bajando la cabeza y saliendo de la tienda. Fui despues a un puesto de frutas que se encontraba enfrente y sabiendo los precios de lo que habia en aquel lugar decidi preguntar antes. Quizas me cobrasen mi unica moneda de oro en una triste manzana.
-Hola.¿cuanto vale una bolsa de naranjas?

La jovencita luego de exponer su mercancía como la mejor de las mejores espero a que la joven cliente delante de ella se tomara su tiempo con el arco, aunque al igual que Kailyn se sintió algo decepcionada de que ella no tuviera dinero como para poder acceder a tan fina pieza, a un arco que en si es mas que un arma, es toda una obra de arte.

-Una lastima señorita, vuelva pronto- No pudo mas que despedir a la joven extranjera con una sonrisa y pedir porque su próximo cliente tenga suficiente dinero como para poder comprarle algo.

Ya mas tarde la elfa se encontró nuevamente en el camino principal de la ciudad, y tras un rato de caminar fue a parar a un puesto de frutas y verduras donde pregunto por el precio de las naranjas, a lo cual un hombre medio gordo y pelado fue el que se ocupo de atenderla.

-Buenos dias joven extranjera, las naranjas están 3 monedas de plata la bolsa, fruta fresca y de la mejor calidad, si aprecia el buen gusto no dejara pasar de lado mis frutas-Aseguro el hombre sobre su mercadería.

Habia mucha gente, demasiada y comenzaba a ponerme nerviosa. Podian matarme, debia desconfiar de todos. Era un elfo y nos estaban matando a todos. Debia protegerme. Pero no podia mostrar mi nerviosismo, asi que mire la fruta preguntando. Me sorprendi por el precio, seguia siendo caro. Pero me rugia la tripa, me dolia y hacia casi un dia que no probaba bocado. Suspire y saqué mi moneda de oro.
-Deme una...tengo mucha hambre.
Le extendí mi moneda esperando que valiese en aquel reino. Ya que muchas cosas parecian ir alreves.como las personas tirando de los carros.

El hombre tras mostrarle la mercancía que tiene a la venta espero por la respuesta de la joven extranjera frente a el, la cual luego de un rato de pensarlo bien extendió una moneda de oro para así pagar la fruta que, a pesar de ser algo cara no lo es tanto, después de todo están en una ciudad de las mas grandes del continente, en un territorio donde uno puede morir de sed o de hambre tan fácil como por la picadura de un escorpión o por la espada de algún enemigo indeseado. No tardo mucho aquel hombre en tener la bolsa lista para la elfa, así como si vuelto, seis monedas de plata es lo que le corresponde a la joven, ese es su cambio.

-Aquí tiene bella joven, su bolsa de naranjas, de la mejor calidad-Con una sonrisa extendió su mano para entregar las frutas y las monedas. Al tener la bolsa en sus manos Kailyn noto que la bolsa es bastante pesada, debe tener al menos uno varios kilos de naranja, pero su sorpresa sera mayor al saber que de regalo iban unas pocas manzanas y mandarinas para acompañar, cortesía de aquel comerciante que si bien cobra la fruta algo caro, iguala la balanza con mas mercancía sobre la mesa.

Me despedi di mi ultima moneda de oro. El arco cada vez estaba mas lejos de mi alcance, de nuevo aquel arco maldito continuaba siendo mio. Mas le valia seguir funcionando. Entonces cogí la bolsa de fruta y el dinero y di la s gracias. Apartandome a unas calles mas vacias y solitarias. Pero tranquilas y bellas. Me gustaba aquella ciudad. me senté y abri la bolsa, para sorprenderme con lo que habia dentro. No habia solo lo que habia pedido, sino tambien manzanas y unas mandarinas. sonrei alegre y comence a comerme una manzana. Hacia tiempo que no comia una, solian ser muy caras. Me la comi con felicidad y mirando a la gente pasar en la calle mas transitada que podia verse desde aquel callejón.
-Me gusta este lugar...y mejor haber comido que haber perdido una moneda de oro. en un futuro ya conseguiria mas.
Dije hablando con una pequeña maceta que habia al lado. La planta se giro mostrando algo de curiosidad.

Tras un rato de anda la elfa se alejo un poco del camino principal, de esa manera se alejo del barullo y de la gente que va y viene a esas horas de la mañana. Las personas de la Dinastía del Dragón se levantan al alba y se acuestan poco después de caer el ocaso, excepto aquellos que trabajan de noche o que simplemente no desean hacerlo. Kailyn aun maldecía su suerte y a su arco cuando se sentó en aquel tranquilo lugar y su humor cambio así de repente, así como el cambio de ambiente al ver que tenia mas fruta de la que esperaba, y mas variada, por lo que podía disfrutar de algo mas que naranja fresca. Pudo hablar en paz con las plantas mientras observa desde allí el camino principal de la ciudad, el cual lleva al mismísimo hogar del Emperador.

En su tranquilo estar puede notar la elfa que ha varias criaturas diferentes allí, gatos y perros parados en dos patas y vestidos como cualquier criatura común, conversando con humanos y otras criaturas como si fueran un ciudadano mas. Puede notar mucho hombre armado, no solo los soldados poseen armas, los demás ciudadanos poseen muchos al menos un arma corta atada al cinturón, por lo que un ladrón debería pensárselo bien si es que no desea terminar apuñalado en su vil accionar.

Miré a la planta, limitada en aquel lugar con compañia de mas pero en diferentes recipientes. No me acostumbraba a verlas asi. PEro no podia tocar nada de loque veia, mi reino estaba lejos y no podia implantar mis leyes. Ni siquiera en mi tierra que ahora que lo pensaba, la habia conocido apenas unas horas. Mire defrente y al ver a la gente me fije en sus armas. Quizas no debia haber mirado, pero ya era tarde. Agarré el arco y una flecha y con cuidado y alerta me continue comiendome la manzana. Todos tenian armas, podian matarme y no queria morir aun. No podia fiarme de que nadie me atacase. habia visto algun borracho en distintas ciudades. O incluso gente del puño de hierro. Aunque esos era dificil identificarlos aveces. solo cuando corrian para matar a un elfo te dabas cuenta.
Ahora me sentia sola y debia sobrevivir yo sola, cosa que me costaba si me veia en necesidad de hacerlo. entonces me acordé. Debia dormir allí, pero...si una bolsa de naranajs valia tanto...una noche...estaba mas que fuera de mi alcance. Deberia volver con kirot, suponiendo que estuviese cerca y no cazando a unas cuantas horas de distancia. Debia pensarlo. Quizas preguntar posada por posada encontrase una en l aque pudiera estar.Alli m equede pensando con las plantas dandome sus diversas ideas y contandome sus penas y diversiones. Aveces las plantas eran realmente cotillas. Pero claro, veia perros y gatos vestidos hablando con la gente. Algo extraño, pero mi falta de conocimiento de aquel lugar me hacia verlo como algo normal de aquel sitio.

Con las plantas como únicas amigas en ese nuevo lugar, Kailyn continuo vagando por las calles de la Dinastía del Dragón, observándolo todo, todo un mundo diferente frente a ella, toda una cultura de la cual solo llego a escuchar apenas algún que otro rumor, demasiada alejada del resto del mundo se encuentra la ciudad guardiana del oeste. El miedo y la desconfianza domina el corazón de la elfa al ver que todos por allí andan armados de alguna u otra forma, sus miedos, impuestos desde pequeña por las historias de su pueblo sobre el Puño de hierro le hacen mantenerse callada y alejada en lo posible de la gente. En su búsqueda por un lugar donde dormir se cruzo con algo que jamas en su vida había visto. Una gran cantidad de hombres y mujeres de diferentes edades parecen estar practicando todos juntos una especie de entrenamiento marcial, pero los movimientos de esas personas son algo jamas visto, la perfección en cada movimiento, cada detalle, cada respiración que dan esos cientos y cientos de hombres y mujeres que con una coordinación perfecta parecen imitar alguna especie de danza del combate.


Mucha gente esta alli presenciando como esas personas al unisono se mueven las unas con las otras, en una completa armonía y perfección, en silencio, murmurando sobre lo que ven, claramente no buscan romper el silencio y la armonía de los practicantes de dicho arte marcial.

tras decidir andar en busca de una casa donde dormir avance intentando luchar contra mi miedo y avanzar hasta un lugar diferente, habia silencio. Provocado por aquella gente luchando. fui a meterme en medio par aimpedir que se dañasen cuando oi a la gente murmurar a mi alrededor y recorde las palabras ideales al momento"nunca te metas en peleas que no son tuyas". Tras eso me quede alli, mirando esos agiles movimientos como si fuera un espectaculo. Posiblemente lo serian y estaba contenta de verlo. Me sente en frente y lo vi. ignorando porfin todo lo demas de aquel lugar, incluido mi miedo.

Esa especie de demostración marcial duro un largo rato, al terminar el publico presente aplaudió y esos artistas cedieron el lugar a nuevos hombres y mujeres que comenzaron una nueva rutina, y nuevamente el lugar guardo silencio para no destruir la concentración de los que allí con tanta devoción y animo y practica las artes marciales. Pudo ver Kailyn hombres, mujeres, abuelos y niños, todos mezclados, demostrando así que lo que sea que están haciendo es para todas las edades y para ambos géneros. Luego de un tiempo incluyeron armas de muchos tipos y de diferentes estilos, hubo algunos lastimados como era de esperar de personas que practican un arte como ese armados, pero nada de gravedad, nada que no pueda sanar con algo de tiempo.

Así fue llegando el mediodía y cada quien comenzó a buscar un lugar donde almorzar.

Mire impresionada aquella demostracion. No habia visto nada igual.Asi que cuando acabaron y vi aquello aplaudí como toda l agente. Disfrutando de aquello. Luego todo volvió a ser normal, aunque enseñaban alos niños miles de cosas. incluso con armas, momento en el que alguno acabo herido. Estuve alli sentada mirando sin parar. Feliz de poder ver todo aquello.
Pero tras un tiempo cada uno se fue a comer. Entonces me comence a quedar sola de nuevo. Mirando a mi alrededor. Era el momento. Saqué un trozo de piel de vaca y comence a pintar sobre el. Dibujando y marcando con tintas algo secas. En unas horas aquel trozo de piel comenzaba a parecer un mapa. Con pequeñas ilustraciones de la region y como no de las ciudades. Tras acabar el mapa lo guarde y volví a levantarme, esta vez subí la calle rpincipal, hasta el final, que esta vez tenia menos gente y era mas facil de observar. Luego entre en una posada cercana para preguntar.

Tras haber terminado su mapa, Kailyn continuo su camino por el camino imperial, el cual le permite transitar por la zona mas rica y poblada de la ciudad. Ahora que las personas han hecho un cese de actividades para almorzar la calle queda bastante libre, excepto en posadas, tabernas, restaurantes y casas de te, esos lugares son los de mayor actividad en dichas horas.

La recibieron bien en todos los lugares que visito, obteniendo varios precios por las habitaciones, algunos lugares como siempre son mas caros que otros, y cada cual tiene su estilo y forma de funcionar, queda a decisión de ella si optara por lo mas económico o se animara a gastar alguna que otra moneda de plata por una habitación para el día entero, lo cual le incluye cena y el desayuno para el otro día, y por supuesto el pronto almuerzo.

La verdad que aquellas posadas baratas eran buenos lugares donde dormir, simplemente para eso. Mientras que en otras posadas el precio era mayor, aunque daban comida. Tenia que pensarlo seriamente. Tenia que comer y podia cazar, pero hechaba de menos comer algo caliente despues de todas aquellas noches de tiritonas y comida seca o fria. Finalmente me decidi por un aposada algo mas cara y con una comida. Ya recuperaria el dinero cazando. Era lomejor que podia hacer. Volví y pedí l ahabitación y una vez en el salon pedí la comida, esperand o un buen plato de caldo caliente o quizas algo mas elaborado que unas ratas o serpientes.

Finalmente tas pensarlo bien la elfa opto por tener un lugar donde descansar y recuperar energías, ademas de una buena comida, la cual ayudaría a lo dicho anteriormente. Una mujer con un quimono color rojo y blanco fue la que tomo su pedido. La mujer de unos treinta años de edad amablemente le mostró la habitación que tiene para ella, la cual cuenta con una cama, ventana a la calle, mesa y silla, ademas de una lampara para noche. Unas pequeñas plantas en unas macetas para adornar la habitación podrían ser una gran compañía para ella, las cuales están sobre el marco de la ventana recibiendo los rayos del sol.

-Esta es su habitación señorita ¿Desea comer ahora? Si es asi mejor venga conmigo al comedor- Con voz y gestos cálidos la mujer atiende a su clienta, debe hacerlo, es la mejor forma de aumentar la clientela y de mantener la que ya se posee, amabilidad y calidad, simples actos que suelen ser bien recompensados. La posada esta hecha completamente de madera, y como otros lugares tiene muchas cortinas de lino y de papel, algo que pudo notar en la mayoría de lugares que visito por allí en las cercanías del camino principal de la ciudad.

Al final me decidí y una mujer con un don para atender a la gente me indicó el lugar donde debía dormir. Allí deje el arco, las flechas y la mochila con los mapas. Depsojandome de todo el peso que llevaba encima. Suspire aliviada y viendo la cantidad de cosas que desconocia como aquella cosa a la que llamo lampara. Bajé a comer despues de disfrutar de aquello durante un rato y la segui para comer, sin poder evitar mostrar mi cara de asombro.
-si, quisiera comer ya.
Una vez en el luga donde me llevo la chica me senté en una silla y sonrei.
-Si..si puede ser algo calentito.llevo unos dias pasando frio.

Tras haber aceptado el quedarse en un lugar de calidad y sabiendo donde dormiría y que también podría comer de desearlo Kailyn dejo sus de lado, sus armas, su bolso, y así se sintió mas aliviada y mas descansada, puesto que ahora puede relajarse un poco. La elfa siguió a la dueña de la posada para asi ser llevada hasta el comedor, donde algunas personas ya disfrutaban de su comida. Kaylin tomo asiento en una silla y pidió algo caliente para comer, por lo que la dama a su lado sonrio antes de responder a su pedido.

-No te preocupes jovencita, si quieres algo caliente eso tendrás- Toco una pequeña campana y al rato un joven de unos catorce años de edad llego apurado con una bandeja donde traía comida asada. Carne roja y blanca es lo que dejo ver al destapar la olla.

-¿Desea jabalí o pollo?-Pregunto el joven mientras le sonreía a la dueña de casa.-¿ Tengo que traer algo mas madre?- Pregunto nuevamente el joven, esperando cumplir bien con las tareas encomendada por su señora madre.

-Tal vez nuestra clienta desee algo para acompañar la carne, podría ser arroz o fideos, incluso algo de ensalada si así ella lo desea-Ahora solo bastaba esperar el pedido de Kailyn y el jovencito iría de prisa a buscar lo que ella encomiende.

Al oler el arom a de aquel salon me rendí ante todo. Podian darme lo que quisieran y estaria feliz. Cuando vino aquel pequeño entregandome a elegir entre pollo o jabali mis deseos de comer se hicieron mas grandes.
-Lo.. lo que sea, cualquiera de las dos cosas me vale. Llevo meses sin comer algo en condiciones.
Respondi emocionada y escuchando lo siguiente, mas comida posible.Mire al chico sonriente y me relami con mucha hambre.
-Arroz, hace una eternidad que no lo como.
Respondí totalmente emocionada y esperando mientras mi tripa rugia

El chico observo curioso a la mujer allí sentada en la mesa, no solo por ser una extranjera bonita, sino también por su necesidad de comida y sus extrañas orejas mas largas de lo normal, aunque no tuvo mucho tiempo para perderse en sus pensamientos ya que el hambre de la elfa lo apura a actuar de prisa. Le dejo jabalí y pollo, para después ir en busca del arroz que desea tan bella y extranjera clienta. La madre del muchacho por su parte dejo una jarra de agua fresca para Kailyn y tras saludarla se fue a seguir con su trabajo. Unos pocos minutos después volvió el jovencito con un cubo de arroz, de donde sirvió a la elfa una gran cantidad del mismo. El humo caliente de la comida se elevo de tal forma que Kailyn pudo respirar el aroma de la comida en su totalidad. Tras ello el joven la saludo y fue a llevar atención a otros clientes que a igual que la elfa esperan por comer.

Tenia hambre, mi estomago rugia y el olor de aquella comida me hacia querer empezar en cualquier momento. ël dejo l acomida feliz, el pollo y el jabali. Kirot posiblemente hubiese sido muy feliz con aquella comida, pero en otras circunstancias le habria traido conmigo. Y fuera, en elcampo el sabia que odiaba el fuego, asi que posiblemente estaria mas que acostumbrado a comer carne cruda. Mire al niño sonriente cuando trajo el arroz.Me miraba de una manera extraña, pero tampoco podia darle mucha importancia. al oler el arroz sin poder evitarlo me puse a comer. Al poco tiempo estaba llena, asi que despues de comer un poco de todo me despedi, volveria en unas horas,pero ahora seguiria investigando aquella ciudad.

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