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Cuando las calles se tiñen de carmesí
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Cuando las calles se tiñen de carmesí
Una nueva luna se alzó en el cielo y las oscuras calles ruinosas y descuidadas de los barrios bajos se bañaron en plata, la luz azulada es por lo general la única luz que puede representar alguna esperanza para la gente abandonada por sus gobernantes que aquí tiene su hogar, más porque en estas noches dificultosas una extraña forastera decidió hacer su hogar y cuidar de los que ahí habitan. Su muerto corazón dio un vuelco cuando éstas personas, ayudandola, fueron reprendidas con crudeza por parte de la milicia extranjera que buscaban con avidez el paradero de la vampira, y su alma no muerta que antaño considerara a la humanidad no más que ganado y no más que un molesto enjambre de insectos clamó venganza en nombre de los que ahora ella considera su gente.
La noche anterior había platicado con Anton, el líder de esta sociedad marginal para establecer un plan y convencerle de cooperar con ella y el destino se encargó de que se volviera su amante y su corazón inmortal conoció la vida una vez más y juró por su sangre que le protegería hasta que la vida mortal de el chico apagara el brillo de sus ojos o hasta que el cuerpo inmortal de Marie se haga cenizas en combate.
A partir de que los soldados de Puño de Hierro invadieron las zonas pobres de la ciudad alimentarse se había hecho difícil, ésta noche la desesperación la habría llevado a la locura de no ser porque advirtió la compañía de las ratas que pasaban el tiempo con ella en aquel sótano de la roída y abandonada casa que adoptó como refugio.
Salió entonces con las mejillas sonrosadas y el color de la vida en su piel que siempre aparece cuando recién acaba de cenar, y recibió con gusto el baño de rayos lunares, sus pupilas felinas se ensancharon hasta redondearse y adquirir un aspecto mas normal gracias a la luz de la vigilante de todas las noches. Se colocó la capucha de la roida capa que habia encontrado en su refugio desde que se ocultaba en él y caminó a la casa de su amor mortal, tocando la puerta y cuidando sus espaldas.
-Soy Marie- dijo ella con voz queda para no delatarse si había alguien de la guardia de Puño de Hierro rondando...
La noche anterior había platicado con Anton, el líder de esta sociedad marginal para establecer un plan y convencerle de cooperar con ella y el destino se encargó de que se volviera su amante y su corazón inmortal conoció la vida una vez más y juró por su sangre que le protegería hasta que la vida mortal de el chico apagara el brillo de sus ojos o hasta que el cuerpo inmortal de Marie se haga cenizas en combate.
A partir de que los soldados de Puño de Hierro invadieron las zonas pobres de la ciudad alimentarse se había hecho difícil, ésta noche la desesperación la habría llevado a la locura de no ser porque advirtió la compañía de las ratas que pasaban el tiempo con ella en aquel sótano de la roída y abandonada casa que adoptó como refugio.
Salió entonces con las mejillas sonrosadas y el color de la vida en su piel que siempre aparece cuando recién acaba de cenar, y recibió con gusto el baño de rayos lunares, sus pupilas felinas se ensancharon hasta redondearse y adquirir un aspecto mas normal gracias a la luz de la vigilante de todas las noches. Se colocó la capucha de la roida capa que habia encontrado en su refugio desde que se ocultaba en él y caminó a la casa de su amor mortal, tocando la puerta y cuidando sus espaldas.
-Soy Marie- dijo ella con voz queda para no delatarse si había alguien de la guardia de Puño de Hierro rondando...
Juliette Laulvitte- Mensajes : 46
Fecha de inscripción : 31/05/2015
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Re: Cuando las calles se tiñen de carmesí
Tras la mejor noche de su vida el joven Anton no hizo demasiado, cuando su amante y guardiana dejo su hogar para regresar a su propio refugio él fue a su habitación a dormir, envuelto en un infinito mar de emociones que le dejaron dormir al tiempo muy feliz. Al otro día despertó tarde y algo adolorido en la zona de las piernas, algo que considera normal después de que su amante lo cabalgara feroz y sensualmente hasta hacerlo explotar del placer. Sonrió por si solo en más de una ocasión ese día, no se lo cree pero así fue. Anton suele ser muy optimista y tiene buen sentido del humor, pero lo que hizo con la vampira la noche anterior es lo que de mejor humor lo pone.
Apenas salió un rato por la tarde y volvió rápidamente a su derruida casa, más un vecino y algún que otro amigo lo acoso con preguntas en lo referente a los gritos de la noche anterior y quisieron sacarle información a toda costa. El chico lo negó cuanto pudo, es buen mentiroso, pero es muy difícil engañar a aquellos que también saben de sus mañas, y que escucharon claramente los sonidos que realizaron ayer ella y el durante el sexo. Para evitarse momentos incomodos y tener que hablar de su intimidad, en especial de la intimidad de su amante se metió en su casa y no volvió a salir, y comenzó a pensar cómo diablos iba a callar a los metiches que se están fijando en su vida privada.
Se hizo la noche y el chico opto por hacerse algo de comer, desde la noche anterior había tenido mucha hambre sin saber porque. Opto por temer carne en la olla y cocinarla, para después agregar algo de verduras, acompañado por algo de carne será más que suficiente para alguien como él. Tras cenar observo las afueras desde el interior de su casa, todo se notaba tranquilo, se hace difícil moverse con los soldados del Puño de Hierro buscando culpables, están casi en toque de queda y eso molesta a todos, mas siendo ellos extranjeros que nada tienen que hacer allí. Mientras trata de pasar el rato se escuchó el leve golpe en la puerta, probablemente hecho con el puño de una mano o algo similar, se acercó a la puerta y escucho algo, aunque no claramente, esa voz se escuchó muy débil desde fuera de la casa.
-¿Quién eres?-Pregunto el muchacho desde el otro lado de la puerta, buscando algún que otro hueco o rejilla que siempre suele tener en su casa para observar hacia fuera, observando al rato mucho sigilo y ropas oscuras, aunque ninguna clase de armadura, lo cual le hace descartar que sea un soldado. Tiene una daga al alcance de la mano, no se puede fiar de nadie en esa ciudad, la jodida ciudad de la traición.
Apenas salió un rato por la tarde y volvió rápidamente a su derruida casa, más un vecino y algún que otro amigo lo acoso con preguntas en lo referente a los gritos de la noche anterior y quisieron sacarle información a toda costa. El chico lo negó cuanto pudo, es buen mentiroso, pero es muy difícil engañar a aquellos que también saben de sus mañas, y que escucharon claramente los sonidos que realizaron ayer ella y el durante el sexo. Para evitarse momentos incomodos y tener que hablar de su intimidad, en especial de la intimidad de su amante se metió en su casa y no volvió a salir, y comenzó a pensar cómo diablos iba a callar a los metiches que se están fijando en su vida privada.
Se hizo la noche y el chico opto por hacerse algo de comer, desde la noche anterior había tenido mucha hambre sin saber porque. Opto por temer carne en la olla y cocinarla, para después agregar algo de verduras, acompañado por algo de carne será más que suficiente para alguien como él. Tras cenar observo las afueras desde el interior de su casa, todo se notaba tranquilo, se hace difícil moverse con los soldados del Puño de Hierro buscando culpables, están casi en toque de queda y eso molesta a todos, mas siendo ellos extranjeros que nada tienen que hacer allí. Mientras trata de pasar el rato se escuchó el leve golpe en la puerta, probablemente hecho con el puño de una mano o algo similar, se acercó a la puerta y escucho algo, aunque no claramente, esa voz se escuchó muy débil desde fuera de la casa.
-¿Quién eres?-Pregunto el muchacho desde el otro lado de la puerta, buscando algún que otro hueco o rejilla que siempre suele tener en su casa para observar hacia fuera, observando al rato mucho sigilo y ropas oscuras, aunque ninguna clase de armadura, lo cual le hace descartar que sea un soldado. Tiene una daga al alcance de la mano, no se puede fiar de nadie en esa ciudad, la jodida ciudad de la traición.
Anton- Mensajes : 16
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Re: Cuando las calles se tiñen de carmesí
-Mi Anton, soy yo Marie ¿puedo pasar?- Dijo ésta vez la mujer alzando no demasiado la voz, sólo lo suficiente para que su oyente le entendiera y con la boca casi pegada a la puerta, su tomo de voz también tenía cierto toque de urgencia a pesar de su dulzura pues no quería ser descubierta en caso de que siguieran los soldados cerca.
No sabía porqué la buscaban, no tenía mucho en esa ciudad, además eran soldados de otra nación ¿Qué rayos hacían esos malditos aquí? ¿Y porqué la buscaban? si bien Anton no podría saber todas las respuestas pues seguramente sabría lo mismo que ella tal vez sepa alguno que otro detalle que ella desconociera, después de todo él puede andar en el día y tiene más "libertad" para moverse que ella que solo sale de su ruinosa casa para ir a la de él.
Ésta noche tendría también que acordar algún plan con él, de alguna manera tendría que hacer que los soldados se fueran, ahora la idea que se le había ocurrido anoche se le antojaba estúpida, si mataba soldados de Puño de Hierro no haría más que llamas la atención mas todavía y aún si acababa con todos eso sólo haría que viniesen más y quizá mejor preparados y ésta vez sería peor.
Se reprendió a sí misma por habérsele ocurrido tan necia idea, quiźa, pensó, había surgido ese pensamiento porque no se había alimentado en pocas noches y hoy que estaba saciada, en gran parte gracias a Anton, podía pensar mejor las cosas.
Recordó entonces que se encontraba expuesta en plena calle, esperaba que ésta vez Anton si le hubiese escuchado.
No sabía porqué la buscaban, no tenía mucho en esa ciudad, además eran soldados de otra nación ¿Qué rayos hacían esos malditos aquí? ¿Y porqué la buscaban? si bien Anton no podría saber todas las respuestas pues seguramente sabría lo mismo que ella tal vez sepa alguno que otro detalle que ella desconociera, después de todo él puede andar en el día y tiene más "libertad" para moverse que ella que solo sale de su ruinosa casa para ir a la de él.
Ésta noche tendría también que acordar algún plan con él, de alguna manera tendría que hacer que los soldados se fueran, ahora la idea que se le había ocurrido anoche se le antojaba estúpida, si mataba soldados de Puño de Hierro no haría más que llamas la atención mas todavía y aún si acababa con todos eso sólo haría que viniesen más y quizá mejor preparados y ésta vez sería peor.
Se reprendió a sí misma por habérsele ocurrido tan necia idea, quiźa, pensó, había surgido ese pensamiento porque no se había alimentado en pocas noches y hoy que estaba saciada, en gran parte gracias a Anton, podía pensar mejor las cosas.
Recordó entonces que se encontraba expuesta en plena calle, esperaba que ésta vez Anton si le hubiese escuchado.
Juliette Laulvitte- Mensajes : 46
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Re: Cuando las calles se tiñen de carmesí
El joven Anton tras los golpes en su puerta aguarda atento por cualquier movimiento sea sospechoso o no que le permitiese revelar algo del sujeto que toca a la puerta de su hogar a esas horas de la noche. Pronto escucho una voz femenina y la reconoció de inmediato, aunque ella dijo su nombre para que quede más claro aun de quien se trata en cuestión. En silencio y sin dudar abrió la puerta para dejarla ingresar, observo un momento la figura de la mujer por debajo de la capucha oscura y una vez ella dentro del hogar cerró la puerta tras ella para evitar miradas indiscretas.
Con la presencia de la vampira gatuna las ansias de Anton cesaron muchísimo, todavía siente a flor de piel las heridas sensuales que ella le produjo sobre la piel la noche anterior, y como todo primerizo enamorado no se puede controlar nada, solo la tiene a ella en sus pensamientos.
-Lo siento Marie, no me había percatado en un principio que eras tú.-Se disculpo rápidamente y la miro fijo, quiere tocarla si, acompañarla, y luego de pensarlo un momento la tomo de los hombros, para así quedar más como un compañero amoroso que como un hombre lujurioso. -¿Te sientes bien Marie? Espero te haya ido bien el día de hoy.-Pregunta interesado en lo que se refiere a ella y luego se acerca más para darle un beso en el mentón, un beso medio apasionado pero sin exagerar en su accionar.
-¿Quieres comer u otro abrigo?-Pregunto Anton de modo amable, sin darse cuenta de que ella no necesita de esas cosas, no al menos de un modo normal, necesita otra comida y otro atuendos diferentes a los que él está acostumbrado a ofrecer. Se dio cuenta luego de lo que dijo, se le vio en el rostro una expresión de reproche.- Lo siento Marie, dije lo primero que se me vino a la mente, perdóname…-Agacho un poco la cabeza y le pidió perdón por el error, su error no es justamente grave, la trato como una más del montón, una humana, un ser vivo.
Con la presencia de la vampira gatuna las ansias de Anton cesaron muchísimo, todavía siente a flor de piel las heridas sensuales que ella le produjo sobre la piel la noche anterior, y como todo primerizo enamorado no se puede controlar nada, solo la tiene a ella en sus pensamientos.
-Lo siento Marie, no me había percatado en un principio que eras tú.-Se disculpo rápidamente y la miro fijo, quiere tocarla si, acompañarla, y luego de pensarlo un momento la tomo de los hombros, para así quedar más como un compañero amoroso que como un hombre lujurioso. -¿Te sientes bien Marie? Espero te haya ido bien el día de hoy.-Pregunta interesado en lo que se refiere a ella y luego se acerca más para darle un beso en el mentón, un beso medio apasionado pero sin exagerar en su accionar.
-¿Quieres comer u otro abrigo?-Pregunto Anton de modo amable, sin darse cuenta de que ella no necesita de esas cosas, no al menos de un modo normal, necesita otra comida y otro atuendos diferentes a los que él está acostumbrado a ofrecer. Se dio cuenta luego de lo que dijo, se le vio en el rostro una expresión de reproche.- Lo siento Marie, dije lo primero que se me vino a la mente, perdóname…-Agacho un poco la cabeza y le pidió perdón por el error, su error no es justamente grave, la trato como una más del montón, una humana, un ser vivo.
Anton- Mensajes : 16
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Re: Cuando las calles se tiñen de carmesí
No te preocupes cherie, hablé muy bajo,
era difícil que me escucharas- entró diciendo Juliette, tras cerrar la puerta su compañero le preguntaba por su día y le dió un beso en el mentón, quizás tenía que reunir valor suficiente para atreverse a besarla en los labios, eso se le hizo muy tierno, a lo que siguieron más preguntas demostrando su preocupación.
Una de ellas le hizo sentir mal a Anton pues la trataría como si fuera mortal, a Marie no le ofendió en absoluto pero Anton creía que si, ante su disculpa Juliette sólo se acercó a él con mirada dulce y posando una mano en el mentón del apesadumbrado rostro del amante, y lo obligó suave y delicadamente a verla a los ojos.
-Ya cené hoy querido, gracias- a lo que siguió con un beso suave y cariñoso en los labios seguido de un abrazo, quizá Anton podría sentir cómo el corazón frío de la vampira comenzaba a latir y cómo su piel se calentaba poco a poco, éste chico tenía el poder de hacer sentir viva, literalmente, a Marie, ¿Era eso lo que los mortales llamaban amor? ¿Tenía el amor el poder suficiente para revivir a los muertos aunque fuera por unos instantes como en ese momento? se separó un poco de él para dirigirle unas palabras en torno a su segundo ofrcimiento.
-Si te sobra algo de ropa podría aceptarla con gusto, las mías son un poco llamativas- no sólo tenía razón a cerca del practicismo de llevar ropas como él si no que también quería darle ese gusto para que no se sintiera mal, parecía creer que tratarla como un mortal era un pecado pero Juliette sentía agradable a su corazón que la tratara como un igual pues aunque ella estaba consiente de las debilidades humanas de su amante ella lo consideraba un igual, quizá fuera el único mortal con ese honor, y suerte, de todos los que ella se podría topar en su larga no-vida.
era difícil que me escucharas- entró diciendo Juliette, tras cerrar la puerta su compañero le preguntaba por su día y le dió un beso en el mentón, quizás tenía que reunir valor suficiente para atreverse a besarla en los labios, eso se le hizo muy tierno, a lo que siguieron más preguntas demostrando su preocupación.
Una de ellas le hizo sentir mal a Anton pues la trataría como si fuera mortal, a Marie no le ofendió en absoluto pero Anton creía que si, ante su disculpa Juliette sólo se acercó a él con mirada dulce y posando una mano en el mentón del apesadumbrado rostro del amante, y lo obligó suave y delicadamente a verla a los ojos.
-Ya cené hoy querido, gracias- a lo que siguió con un beso suave y cariñoso en los labios seguido de un abrazo, quizá Anton podría sentir cómo el corazón frío de la vampira comenzaba a latir y cómo su piel se calentaba poco a poco, éste chico tenía el poder de hacer sentir viva, literalmente, a Marie, ¿Era eso lo que los mortales llamaban amor? ¿Tenía el amor el poder suficiente para revivir a los muertos aunque fuera por unos instantes como en ese momento? se separó un poco de él para dirigirle unas palabras en torno a su segundo ofrcimiento.
-Si te sobra algo de ropa podría aceptarla con gusto, las mías son un poco llamativas- no sólo tenía razón a cerca del practicismo de llevar ropas como él si no que también quería darle ese gusto para que no se sintiera mal, parecía creer que tratarla como un mortal era un pecado pero Juliette sentía agradable a su corazón que la tratara como un igual pues aunque ella estaba consiente de las debilidades humanas de su amante ella lo consideraba un igual, quizá fuera el único mortal con ese honor, y suerte, de todos los que ella se podría topar en su larga no-vida.
Juliette Laulvitte- Mensajes : 46
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Re: Cuando las calles se tiñen de carmesí
Tras la rápida disculpa del joven humano la vampira le dejo saber de qué no tiene que preocuparse de nada, entro sin más a la casa y cerró la puerta tras ella evitando así que cualquier criatura del exterior los observe. Ya dentro el saludo del joven fue de lo más amoroso, sin recordar o tener en cuenta de que esa mujer es bastante salvaje a su modo. Tal y como ha dicho la mujer es muy difícil escuchar por detrás de una puerta o de una pared cuando solo se susurra, se necesita de un oído muy entrenado para poder conseguir una habilidad como esa.
-Tienes razón Marie, no soy tan bueno como para escuchar a través de puertas o paredes aun.-Hace ese comentario con la mirada algo gacha, lo cual no le duro mucho. La mayor lo tomo del mentón y suavemente hace que la observe al rostro, el muchacho no opone resistencia alguna, solo se deja guiar y la observa tal cual ella quiere.
-Oh, bueno, me alegro Marie.- Eso lo dijo sin pensarlo mucho, porque si se diese cuenta de que ha bebido sangre entonces no hubiera dicho nada al respecto. Reacciono rápido al beso de la vampiro, lo respondió al instante con un calor intenso, pero teniendo las manos en su lugar, solo moviéndolas para abrazar a su novia cuando ella también le abrazo. Le pareció muy raro el sentir el cambio de temperatura de la mujer junto a el peor fue más agradable conforme ella fue tomando calor, para una criatura de sangre caliente como lo es el humano la falta de calor no suele ser muy agradable. Luego de unos instantes se separaron y la vampira acepto el último ofrecimiento del muchacho, por lo que el chico le hizo una pequeña seña con la cabeza y la llevo hacia su habitación, un sitio que casi nadie conoce.
La habitación no es muy grande, y es bastante sencilla. Una cama doble, un armario de tamaño considerable, una mesa de luz al costado de la cama y una ventana con cortina que da casi al cabezal de la cama. Como el resto de la casa las paredes y el suelo es de madera, tablas en su totalidad.
-Bien Marie, aquí tengo mucha clase de ropa ya que a veces para cometer un atraco me visto de mujer.-No le da vergüenza confesarle algo así, robar para sobrevivir es algo tan natural en el cómo respirar, y el disfrazarse es sumamente necesario, de otro modo si le reconocen podrían planear venganza contra él. Las ropas que tiene allí el Anton son generalmente blusas de color blanco, mangas cortas y largas, pantalones de cuero marrones o grises, guantes marrones o negros, zapatos marrones o grises, así como carteras, bolsos y bolsas. También hay aros, anillos, gorros, incluso algunas prendas de ropa interior.
-No tengo nada realmente bonito Marie, esos objetos los suelo vender, es la mejor forma de obtener dinero cuando se los roba.-Además de ser objetos costosos y fácil de vender a menor precio también es menos el riesgo que se corre al sacárselos rápido de encima.–Puedes tomar lo que quieras Marie, te servirá para pasar desapercibida, ya que de seguro siempre te buscaran primero por tus ropas.-Ropas, color de cabellos o de ojos suelen ser los factores primarios para reconocer y encontrar a una persona cuando se la busca.
-Tienes razón Marie, no soy tan bueno como para escuchar a través de puertas o paredes aun.-Hace ese comentario con la mirada algo gacha, lo cual no le duro mucho. La mayor lo tomo del mentón y suavemente hace que la observe al rostro, el muchacho no opone resistencia alguna, solo se deja guiar y la observa tal cual ella quiere.
-Oh, bueno, me alegro Marie.- Eso lo dijo sin pensarlo mucho, porque si se diese cuenta de que ha bebido sangre entonces no hubiera dicho nada al respecto. Reacciono rápido al beso de la vampiro, lo respondió al instante con un calor intenso, pero teniendo las manos en su lugar, solo moviéndolas para abrazar a su novia cuando ella también le abrazo. Le pareció muy raro el sentir el cambio de temperatura de la mujer junto a el peor fue más agradable conforme ella fue tomando calor, para una criatura de sangre caliente como lo es el humano la falta de calor no suele ser muy agradable. Luego de unos instantes se separaron y la vampira acepto el último ofrecimiento del muchacho, por lo que el chico le hizo una pequeña seña con la cabeza y la llevo hacia su habitación, un sitio que casi nadie conoce.
La habitación no es muy grande, y es bastante sencilla. Una cama doble, un armario de tamaño considerable, una mesa de luz al costado de la cama y una ventana con cortina que da casi al cabezal de la cama. Como el resto de la casa las paredes y el suelo es de madera, tablas en su totalidad.
-Bien Marie, aquí tengo mucha clase de ropa ya que a veces para cometer un atraco me visto de mujer.-No le da vergüenza confesarle algo así, robar para sobrevivir es algo tan natural en el cómo respirar, y el disfrazarse es sumamente necesario, de otro modo si le reconocen podrían planear venganza contra él. Las ropas que tiene allí el Anton son generalmente blusas de color blanco, mangas cortas y largas, pantalones de cuero marrones o grises, guantes marrones o negros, zapatos marrones o grises, así como carteras, bolsos y bolsas. También hay aros, anillos, gorros, incluso algunas prendas de ropa interior.
-No tengo nada realmente bonito Marie, esos objetos los suelo vender, es la mejor forma de obtener dinero cuando se los roba.-Además de ser objetos costosos y fácil de vender a menor precio también es menos el riesgo que se corre al sacárselos rápido de encima.–Puedes tomar lo que quieras Marie, te servirá para pasar desapercibida, ya que de seguro siempre te buscaran primero por tus ropas.-Ropas, color de cabellos o de ojos suelen ser los factores primarios para reconocer y encontrar a una persona cuando se la busca.
Anton- Mensajes : 16
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Re: Cuando las calles se tiñen de carmesí
Marie observó la ropa que ahí había, y cuando la hubo elegido comenzó a desvestirse sin más, completamente, entonces cogió unos pantalones de cuero grises así como unos guantes del mismo color al igual que unos zapatos para hacer juego, los cuales la sorprendieron por su comodidad, no le agradaba la idea de un bolso pero quizá lo necesitaría, no era muy de la idea de llevar cosas colgando de los hombros pero nunca se sabe si necesitaría algun lugar donde meter objetos extras, se puso una de las blusas y blancas ya que parecia que no habian de un color mas oscuro pero antes de colocarsela la pasó un poco por el polvo del suelo para volverla mas gris.
después de ésto dobló todas sus ropas y se las extendió con sus manos a Anton, excepto su cinto y los saquillos que llevaba, asi como sus cimitarras, tampoco le dio su roída capa negra ya que todo ello lo necesitaría.
Anton tendría en sus manos una levita de terciopelo rojo bordado de filigranas de hilo de oro que formaban dibujos bordados de enredaderas en las orillas de la misma y en el frente, sus pantalones eran de cuero negro fino y sus botas altas de estilo de caña igual eran de muy buena calidad, cómodas y duraderas. su blanca blusa era de seda con olanes en los puños y el pecho.
Toma querido, así podrás vender ésto y seguro te darán un buen dinero si lo vendes fuera de este barrio, a demás para mí éste es un excelente disfraz- decía mientras se colocaba el cinto con todos sus artilugios y sus armas y se ponía encima la roída capa con capucha.
-Solo puedo salir de noche asi que debo llevar el colo de la misma, a demás combina con el gris de los muros de por aquí.-
Se sentó en la cama y con semblante apenado prosiguió -Disculpame por la proposición de ayer, es obvio que era una locura que intentaramos asesinarles uno por uno, solo empeoraríamos todo, pero he estado pensando... Es obvio que solo estan en estos barrios marginales porque son los menos atendidos por el reino pero si comenzaran a haber rumores en los barrios de clase alta, incluso de clase media al reino no le quedará mas remedio que atender a ese caso, despues de todo un reino externo se esta metiendo en sus terrenos y no pueden consentir que sus tierras corran riesgo, ahora lo que hace falta es ver como salir de aqui primero para salir a esos barrios, solo puedo moverme durante la noche pero es cuando la guardia está mas atenta, Anton, tu que eres mis ojos durante el Sol, qué sabes sobre su comportamiento en horas diurnas?-
después de ésto dobló todas sus ropas y se las extendió con sus manos a Anton, excepto su cinto y los saquillos que llevaba, asi como sus cimitarras, tampoco le dio su roída capa negra ya que todo ello lo necesitaría.
Anton tendría en sus manos una levita de terciopelo rojo bordado de filigranas de hilo de oro que formaban dibujos bordados de enredaderas en las orillas de la misma y en el frente, sus pantalones eran de cuero negro fino y sus botas altas de estilo de caña igual eran de muy buena calidad, cómodas y duraderas. su blanca blusa era de seda con olanes en los puños y el pecho.
Toma querido, así podrás vender ésto y seguro te darán un buen dinero si lo vendes fuera de este barrio, a demás para mí éste es un excelente disfraz- decía mientras se colocaba el cinto con todos sus artilugios y sus armas y se ponía encima la roída capa con capucha.
-Solo puedo salir de noche asi que debo llevar el colo de la misma, a demás combina con el gris de los muros de por aquí.-
Se sentó en la cama y con semblante apenado prosiguió -Disculpame por la proposición de ayer, es obvio que era una locura que intentaramos asesinarles uno por uno, solo empeoraríamos todo, pero he estado pensando... Es obvio que solo estan en estos barrios marginales porque son los menos atendidos por el reino pero si comenzaran a haber rumores en los barrios de clase alta, incluso de clase media al reino no le quedará mas remedio que atender a ese caso, despues de todo un reino externo se esta metiendo en sus terrenos y no pueden consentir que sus tierras corran riesgo, ahora lo que hace falta es ver como salir de aqui primero para salir a esos barrios, solo puedo moverme durante la noche pero es cuando la guardia está mas atenta, Anton, tu que eres mis ojos durante el Sol, qué sabes sobre su comportamiento en horas diurnas?-
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Re: Cuando las calles se tiñen de carmesí
Tras estar en la habitación unos momentos la vampira pudo observar sin problemas las ropas y accesorios sobre la cama y no tardó mucho en decidir qué es lo que tomara de allí para vestir como suyo propio. Se quitó las ropas sin más, como si nada, sorprendiendo al joven Anton quien disimuladamente luego de salir del pequeño shock que le causo el ver a su bella amada allí quedar desnuda volteo y miro hacia otro sitio, como si el sexo de la noche anterior solo haya sido algo de una vez, como si no tuviera derecho a ver a Marie en su máxima belleza y libertad. Al poco tiempo la mujer estuvo cambiada y lista para pasar desapercibida, entrego sus ropas a su amante y protegido ofreciéndole la opción de vender las ropas que ella antes portaba asegurando de que se pueden vender muy bien en el círculo correcto. Anton miro las prendas y supo rápidamente de que ella tiene razón, luego regreso su visión hacia ella y se quedó viéndole un tiempo de arriba abajo.
-Es cierto, se pueden vender muy bien Marie, pero mejor será que las guarde bien, puede que más adelante las necesites y te arrepientas de haberte deshecho de ellas.-Esas son las ideas del muchacho en lo que respeta a esas ropas de buena calidad, y si bien se sorprendió cuando ella misma ensucio las ropas que él le ofreció al escuchar por qué sonríe sorprendido.- Vaya, eso es muy inteligente Marie.-Felicita el chica a la mayor de ambos por su astucia, claramente sabe cómo sobrevivir y pasar desapercibida.
Anton guardo las ropas de la mujer mientras ella se sienta en la cama y apenada comienza a hablar sobre su proposición de la noche anterior en la que pretendía matar soldados del Puño de Hierro hasta que decidiesen dar marcha atrás de vuelta a su reino. Escucha el pequeño bribón con atención y se sienta junto con ella en la cama prestándole toda su atención.
-Si matamos soldados, enviaran más y mejor armados…No conozco mucho del mundo ni de otros reinos, pero algo me dice que esos tipos no son de los que se rinden fácilmente, ni menos son debiluchos…Pero está claro que en algún momento tocaran los intereses de los que están más arriba en esta ciudad, y de los que ocultos gobiernan gran parte de esta ciudad…De seguro esa gente lo sabe, solo que no ha pasado aun, de todos modos sería muy inteligente si podemos comenzar a hacer correr rumores en los sectores más altos de la sociedad, siempre habrá alguien que quiera sacar provecho de ello, aunque no se bien como lo hacen, pero lo hace, eso es algo seguro.-Apoya la idea que tiene Marie sobre el hacer correr los rumores y las noticias que suceden en los lugares más marginados de la ciudad , esperanzado de que alguien de real influencia quiera hacer algo al respecto.
Ante el pedido de la vampira Anton sonríe y entonces hablo.
-Bueno, de día suelen estar cerca del mercado, generalmente hablando del Master, al parecer su deidad, de algún modo parece que buscan predicar primero con los mercaderes…Por la noche es donde ocurren las redadas, suelen ser redadas violentas llenas de fuerza, pocas veces escucho que se presentan solo con palabras. Allí es donde están generalmente por las noches, en las zonas bajas, aunque lejos del puerto, de seguro se han dado cuenta de que es más peligroso meterse con las mafias portuarias. Si te interesa moverte por la ciudad de noche podemos hacerlo, de modo más complicado de lo habitual, pero siempre de un modo seguro. Esta ciudad es muy uniforme, no tiene planos, ni tampoco está hecha de modo inteligente, por lo que conocer todos sus caminos es casi imposible a menos que los recorras todos una y otra vez, además….Todo el tiempo algo decae y desaparece, o cambia, o se construye algo rápido y precoz sin pedir permiso u opinión a nadie, eso nos juega siempre a favor.-Cuenta Anton lo que sabe sobre hombres del Puño de Hierro, y de cómo tiene una manera de moverse por las zonas bajas de la ciudad sin ser detectado.
-Tu solo dime dónde quieres ir, y entonces te llevare.-Sonríe muy confiado ese bribón, muy seguro de poder cumplir con lo que dice. Golpea despacio su propio pecho al decir aquello, como si hacerlo lo hiciera mas confiable y adulto.
-Es cierto, se pueden vender muy bien Marie, pero mejor será que las guarde bien, puede que más adelante las necesites y te arrepientas de haberte deshecho de ellas.-Esas son las ideas del muchacho en lo que respeta a esas ropas de buena calidad, y si bien se sorprendió cuando ella misma ensucio las ropas que él le ofreció al escuchar por qué sonríe sorprendido.- Vaya, eso es muy inteligente Marie.-Felicita el chica a la mayor de ambos por su astucia, claramente sabe cómo sobrevivir y pasar desapercibida.
Anton guardo las ropas de la mujer mientras ella se sienta en la cama y apenada comienza a hablar sobre su proposición de la noche anterior en la que pretendía matar soldados del Puño de Hierro hasta que decidiesen dar marcha atrás de vuelta a su reino. Escucha el pequeño bribón con atención y se sienta junto con ella en la cama prestándole toda su atención.
-Si matamos soldados, enviaran más y mejor armados…No conozco mucho del mundo ni de otros reinos, pero algo me dice que esos tipos no son de los que se rinden fácilmente, ni menos son debiluchos…Pero está claro que en algún momento tocaran los intereses de los que están más arriba en esta ciudad, y de los que ocultos gobiernan gran parte de esta ciudad…De seguro esa gente lo sabe, solo que no ha pasado aun, de todos modos sería muy inteligente si podemos comenzar a hacer correr rumores en los sectores más altos de la sociedad, siempre habrá alguien que quiera sacar provecho de ello, aunque no se bien como lo hacen, pero lo hace, eso es algo seguro.-Apoya la idea que tiene Marie sobre el hacer correr los rumores y las noticias que suceden en los lugares más marginados de la ciudad , esperanzado de que alguien de real influencia quiera hacer algo al respecto.
Ante el pedido de la vampira Anton sonríe y entonces hablo.
-Bueno, de día suelen estar cerca del mercado, generalmente hablando del Master, al parecer su deidad, de algún modo parece que buscan predicar primero con los mercaderes…Por la noche es donde ocurren las redadas, suelen ser redadas violentas llenas de fuerza, pocas veces escucho que se presentan solo con palabras. Allí es donde están generalmente por las noches, en las zonas bajas, aunque lejos del puerto, de seguro se han dado cuenta de que es más peligroso meterse con las mafias portuarias. Si te interesa moverte por la ciudad de noche podemos hacerlo, de modo más complicado de lo habitual, pero siempre de un modo seguro. Esta ciudad es muy uniforme, no tiene planos, ni tampoco está hecha de modo inteligente, por lo que conocer todos sus caminos es casi imposible a menos que los recorras todos una y otra vez, además….Todo el tiempo algo decae y desaparece, o cambia, o se construye algo rápido y precoz sin pedir permiso u opinión a nadie, eso nos juega siempre a favor.-Cuenta Anton lo que sabe sobre hombres del Puño de Hierro, y de cómo tiene una manera de moverse por las zonas bajas de la ciudad sin ser detectado.
-Tu solo dime dónde quieres ir, y entonces te llevare.-Sonríe muy confiado ese bribón, muy seguro de poder cumplir con lo que dice. Golpea despacio su propio pecho al decir aquello, como si hacerlo lo hiciera mas confiable y adulto.
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Re: Cuando las calles se tiñen de carmesí
¡Vaya! ¡Parece que hemos tenido la solucion todo el tiempo al alcance de nuestras manos! Dice con emocion la vampira. la informacion que le acababa de decir su enamorado era bastante valiosa, ahora no veía la necesidad de salir a los barrios altos, todo podía hacerse desde ahi mismo y con el plan que tenía en mente estaba segura que los rumores correrían como la pólvora, no sólo eso si no que los "rumores" llegarían a la gente adecuada.
Mientras pensaba esto una sonrisa siniestra apareció en su rostro suave y terso de la mujer, sintió como si la suerte le estuviera sonriendo y como si pudiera acertar un severo golpe a su invisible enemigo porque, estaba segura, tenía un enemigo, si no fuera así nadie vendría a buscarla espesíficamente a ella, quizá se había ganado una enemistad sin saberlo pero no creyó que eso fuera así, hasta ese momento sólo Anton sabe que es en realidad y las demas personas que habia encontrado en esta ciudad estaban muertas al servirle como alimento, pero quedaban los demás marginados de este barrio, ellos tambien la conocían, pero era imposible que se enemistara con ellos, robaba comida y a veces dinero para ellos, incluso cerraban sus bocas al ser interrogados a cerca de su paradero devolviendo así el favor, así que sabía que podía contar con ellos, además se había aliado con Anton quien, a pesar de ser muy joven, era un líder entre esta gente. Además ninguno de ellos con seguridad tiene el poder politico de traer a esos soldados extranjeros.
No le gustaba pensar en Anton como pieza clave de una confabulación política pero sabía que su supervivencia, la de su amado Anton y la de esta gente dependía de eso y de saber que piezas se tienen en el tablero, por primera vez no solo le preocupaba su propio bienestar si no tambien el de los mortales que habían demostrado tanto al sacrificar incluso su libertad.
Entonces la macabra sonrisa de Marie se convirtió en un gesto de determinación, le devolvería la libertad a esas personas y liberaría a Su gente de ésta represión.
Fué entonces cuando volvió su mirada a los ojos de su amor -Cherie... llévame a los puertos, quiero conocer a al líder de la mafia- dijo, con una sonrisa determinada -Él puede ser nuestra carta de triunfo en éste momento ¡Una gran ventaja! todo mundo sabe que quien tenga a la mafia de su lado tiene un gran poder a su disposicion y ellos le temen por alguna razón, además la mafia debe tener conexiones políticas importantes para poder operar, de otra forma sería muy difícil para ellos seguir sin ser castigados, además controlan el puerto... es maravilloso ¡Sumamente maravilloso! si ellos nos hacen el favor de hacer correr los rumores no solo lo sabrá la gente, también lo sabrán los nobles, la aristocracia, la gente con poder político, incluso los burgueses podrían dejar de invertir por esta noticia, la economia podría tambalear, los grupos en el poder que estén enfrentados entre sí sabrán la importancia de hacer caso no solo a los rumores si no a pactar con su fuente: la mafia y acceder a sus peticiones pues controlan el puerto, una importante entrada económica debido al comercio, así tendremos a alguno de esos importantes políticos de nuestro lado aún sin saberlo pues tomarán la oportunidad que sea para provocar la caída de sus enemigos en el poder...
De pronto entendió las palabras de Anton significaban para ella, si estaban estos caballeros rondando es porque un grupo en el poder así lo había permitido y el ejercito que habian permitido entrar la buscaba a ella, de pronto entendió su papel en todo ésto, no era una simple cacería de un monstruo, alguien la quería usar de cabeza de turco para un propósito aún mayor, ella era el peón en alguna jugada de la que alguien esperaba sacar provecho, era simplemente el pretexto para algún fin nefasto. Marie dejó salir de nuevo su macabra sonrisa, estaba segura de que su enemigo no sabía que el peón se iba a convertir en la reina del tablero de ajedrez contrario, su enemigo no sabía que en éste juego de agedrez tenía un rival y mientras fuera así, mientras ella estuviera en el anonimato el mayor tiempo posible, porque sabía que eventualmente era probable que se supiera de ella como la autora por el grupo político enemigo de todo el revuelo que se venía, era mejor, lo mantendría así si era posible hasta la jugada final de la partida.
Al fin entendía bien como funcionaba la Yihad pero ésta vez sabía ella cómo jugarla.
-Cariño, llevame con ellos, no perdamos más tiempo...- dijo ella levantándose de la cama y tomándolo de la mano.
Mientras pensaba esto una sonrisa siniestra apareció en su rostro suave y terso de la mujer, sintió como si la suerte le estuviera sonriendo y como si pudiera acertar un severo golpe a su invisible enemigo porque, estaba segura, tenía un enemigo, si no fuera así nadie vendría a buscarla espesíficamente a ella, quizá se había ganado una enemistad sin saberlo pero no creyó que eso fuera así, hasta ese momento sólo Anton sabe que es en realidad y las demas personas que habia encontrado en esta ciudad estaban muertas al servirle como alimento, pero quedaban los demás marginados de este barrio, ellos tambien la conocían, pero era imposible que se enemistara con ellos, robaba comida y a veces dinero para ellos, incluso cerraban sus bocas al ser interrogados a cerca de su paradero devolviendo así el favor, así que sabía que podía contar con ellos, además se había aliado con Anton quien, a pesar de ser muy joven, era un líder entre esta gente. Además ninguno de ellos con seguridad tiene el poder politico de traer a esos soldados extranjeros.
No le gustaba pensar en Anton como pieza clave de una confabulación política pero sabía que su supervivencia, la de su amado Anton y la de esta gente dependía de eso y de saber que piezas se tienen en el tablero, por primera vez no solo le preocupaba su propio bienestar si no tambien el de los mortales que habían demostrado tanto al sacrificar incluso su libertad.
Entonces la macabra sonrisa de Marie se convirtió en un gesto de determinación, le devolvería la libertad a esas personas y liberaría a Su gente de ésta represión.
Fué entonces cuando volvió su mirada a los ojos de su amor -Cherie... llévame a los puertos, quiero conocer a al líder de la mafia- dijo, con una sonrisa determinada -Él puede ser nuestra carta de triunfo en éste momento ¡Una gran ventaja! todo mundo sabe que quien tenga a la mafia de su lado tiene un gran poder a su disposicion y ellos le temen por alguna razón, además la mafia debe tener conexiones políticas importantes para poder operar, de otra forma sería muy difícil para ellos seguir sin ser castigados, además controlan el puerto... es maravilloso ¡Sumamente maravilloso! si ellos nos hacen el favor de hacer correr los rumores no solo lo sabrá la gente, también lo sabrán los nobles, la aristocracia, la gente con poder político, incluso los burgueses podrían dejar de invertir por esta noticia, la economia podría tambalear, los grupos en el poder que estén enfrentados entre sí sabrán la importancia de hacer caso no solo a los rumores si no a pactar con su fuente: la mafia y acceder a sus peticiones pues controlan el puerto, una importante entrada económica debido al comercio, así tendremos a alguno de esos importantes políticos de nuestro lado aún sin saberlo pues tomarán la oportunidad que sea para provocar la caída de sus enemigos en el poder...
De pronto entendió las palabras de Anton significaban para ella, si estaban estos caballeros rondando es porque un grupo en el poder así lo había permitido y el ejercito que habian permitido entrar la buscaba a ella, de pronto entendió su papel en todo ésto, no era una simple cacería de un monstruo, alguien la quería usar de cabeza de turco para un propósito aún mayor, ella era el peón en alguna jugada de la que alguien esperaba sacar provecho, era simplemente el pretexto para algún fin nefasto. Marie dejó salir de nuevo su macabra sonrisa, estaba segura de que su enemigo no sabía que el peón se iba a convertir en la reina del tablero de ajedrez contrario, su enemigo no sabía que en éste juego de agedrez tenía un rival y mientras fuera así, mientras ella estuviera en el anonimato el mayor tiempo posible, porque sabía que eventualmente era probable que se supiera de ella como la autora por el grupo político enemigo de todo el revuelo que se venía, era mejor, lo mantendría así si era posible hasta la jugada final de la partida.
Al fin entendía bien como funcionaba la Yihad pero ésta vez sabía ella cómo jugarla.
-Cariño, llevame con ellos, no perdamos más tiempo...- dijo ella levantándose de la cama y tomándolo de la mano.
Juliette Laulvitte- Mensajes : 46
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Re: Cuando las calles se tiñen de carmesí
Al parecer la información que le ha brindado Anton a la vampira a sido del agrado de la mujer que se expresa muy confiada, como si todo fuese a ir a la perfección desde un primer momento. El chico sin saber mucho de con quienes se están metiendo sonríe y se contagia de los ánimos de su hermosa mujer. No tiene idea el muchacho de en cuantas cosas está pensado la mujer junto a él, pero si siente que la debe acompañar donde quiera que quiera llegar esta. La vampiro miro a los ojos de su amado y entonces le pidió que la lleve a los puertos, su idea es conocer al líder de la mafia portuaria, algo que no supo cómo responder en un comienzo.
-Mmm… ¿Estas segura Marie? Ya sabes que son gente peligrosa, mas con las mujeres lindas jejeje…-Si bien es muy raro que un verdadero mafioso anteponga sus deseos carnales antes de un negocio sabe bien de que no es imposible, y menos si no tienen nada bueno que ofrecerle a la mafia.- Si vamos con ellos y nos va bien…Seremos enemigos automáticamente de las otras mafias que quieren hacerse con el puerto. Esta ciudad es terrible…No importa donde vayas, siempre hay un enemigo al acecho.-No debe haber en el mundo otra ciudad tan terrible como esa en ese sentido, el chico lo sabe, hasta los pequeños niños saben bien como es la vida en Cielo de la Libertad.
Estrecha sus manos con las de la mujer quien le pide nuevamente que la conduzca ahcia el puerto por esos caminos seguros e internos que ha mencionado con anterioridad.
-No lo sé…Es bastante peligroso. Yo no opero con mafias, las conozco, hay muchas por aquí, pero siempre me he mantenido solo en esta sección de la ciudad, mis vecinos no son tan malos como parecen…Puede que más de uno dentro de esas mafias me quiera muerto, eso dejaría muy mal parada a esta parte de la ciudad. Si vamos a ir…Tiene que ser con mucho cuidado, o todo saldrá muy mal Marie.- Le expresa mucho de sus sentimientos a la mujer a la cual toma de las manos, ni el mismo sabe si alguien lo quiere muerto por allí, en una ciudad tan violenta es sumamente difícil saber cuáles son tus verdaderos enemigos.
Lentamente van saliendo de la habitación, Anton guía la marcha en dirección a la pequeña cocina que tiene en su casa, allí hay una puerta que da al patio trasero de su hogar la cual da con la parte trasera de otra casa, dicho patio no tiene división alguna con la casa de atrás, por lo que cualquiera de las personas de esos hogares puede acceder fácilmente sin ser visto desde afuera a la casa vecina. Salen la puerta de atrás y Anton mira hacia los costados donde no hay más que más paredes de casas lindantes.
-Así como este lugar hay muchos, la mayoría no necesita divisiones, no tiene prácticamente nada que perder, además, si puedes llevarte bien y tienes cómplices este método es una muy buena forma de escabullirse silenciosamente.-Y allí el secreto de como esa gente puede moverse libremente por gran parte de la ciudad sin ser notado. Avanza y atraviesa la puerta de la casa trasera la cual no posee traba, simplemente la abre y pasa como si nada. Una persona duerme en un pasillo de ese hogar pero parece estar lo suficientemente cansado, o maltrecho como para prestarles atención.
-Esto es normal aquí…Muchos mueren de hambre, enfermos o por heridas de golpes y cuchillos, no deberías prestar demasiada atención Marie…-Con el tiempo al igual que Anton la gente se acostumbra a ver escenas como esa como algo normal, se endurece y logra que no les afecte demasiado. Llegan a un ventanal bastante deteriorado el cual el chico abre con cuidado, al hacerlo salen a un pasillo el cual está rodeado de más casas. El pasillo muestra dos caminos, ascenso y descenso, y como es de esperarse las casas allí no son las casas convencionales que uno espera encontrar en una ciudad, se nota que no tienen buenos arquitectos ni albañiles por allí, la mayoría parece estar hecha sobre la marcha. Lo que si puede sorprender a primera vista es que las casas allí y los caminos son de piedra, mal hechos, pero de piedra al fin y al cabo.
-El viaje al puerto es un tramo largo Marie, nos tomara al menos dos horas como mínimo.-Advierte el muchacho a su compañera de que el viaje es un viaje largo, al menos para hacerlo a pie y de modo de que no los descubran terceros indeseables.
-Mmm… ¿Estas segura Marie? Ya sabes que son gente peligrosa, mas con las mujeres lindas jejeje…-Si bien es muy raro que un verdadero mafioso anteponga sus deseos carnales antes de un negocio sabe bien de que no es imposible, y menos si no tienen nada bueno que ofrecerle a la mafia.- Si vamos con ellos y nos va bien…Seremos enemigos automáticamente de las otras mafias que quieren hacerse con el puerto. Esta ciudad es terrible…No importa donde vayas, siempre hay un enemigo al acecho.-No debe haber en el mundo otra ciudad tan terrible como esa en ese sentido, el chico lo sabe, hasta los pequeños niños saben bien como es la vida en Cielo de la Libertad.
Estrecha sus manos con las de la mujer quien le pide nuevamente que la conduzca ahcia el puerto por esos caminos seguros e internos que ha mencionado con anterioridad.
-No lo sé…Es bastante peligroso. Yo no opero con mafias, las conozco, hay muchas por aquí, pero siempre me he mantenido solo en esta sección de la ciudad, mis vecinos no son tan malos como parecen…Puede que más de uno dentro de esas mafias me quiera muerto, eso dejaría muy mal parada a esta parte de la ciudad. Si vamos a ir…Tiene que ser con mucho cuidado, o todo saldrá muy mal Marie.- Le expresa mucho de sus sentimientos a la mujer a la cual toma de las manos, ni el mismo sabe si alguien lo quiere muerto por allí, en una ciudad tan violenta es sumamente difícil saber cuáles son tus verdaderos enemigos.
Lentamente van saliendo de la habitación, Anton guía la marcha en dirección a la pequeña cocina que tiene en su casa, allí hay una puerta que da al patio trasero de su hogar la cual da con la parte trasera de otra casa, dicho patio no tiene división alguna con la casa de atrás, por lo que cualquiera de las personas de esos hogares puede acceder fácilmente sin ser visto desde afuera a la casa vecina. Salen la puerta de atrás y Anton mira hacia los costados donde no hay más que más paredes de casas lindantes.
-Así como este lugar hay muchos, la mayoría no necesita divisiones, no tiene prácticamente nada que perder, además, si puedes llevarte bien y tienes cómplices este método es una muy buena forma de escabullirse silenciosamente.-Y allí el secreto de como esa gente puede moverse libremente por gran parte de la ciudad sin ser notado. Avanza y atraviesa la puerta de la casa trasera la cual no posee traba, simplemente la abre y pasa como si nada. Una persona duerme en un pasillo de ese hogar pero parece estar lo suficientemente cansado, o maltrecho como para prestarles atención.
-Esto es normal aquí…Muchos mueren de hambre, enfermos o por heridas de golpes y cuchillos, no deberías prestar demasiada atención Marie…-Con el tiempo al igual que Anton la gente se acostumbra a ver escenas como esa como algo normal, se endurece y logra que no les afecte demasiado. Llegan a un ventanal bastante deteriorado el cual el chico abre con cuidado, al hacerlo salen a un pasillo el cual está rodeado de más casas. El pasillo muestra dos caminos, ascenso y descenso, y como es de esperarse las casas allí no son las casas convencionales que uno espera encontrar en una ciudad, se nota que no tienen buenos arquitectos ni albañiles por allí, la mayoría parece estar hecha sobre la marcha. Lo que si puede sorprender a primera vista es que las casas allí y los caminos son de piedra, mal hechos, pero de piedra al fin y al cabo.
- Spoiler:
-El viaje al puerto es un tramo largo Marie, nos tomara al menos dos horas como mínimo.-Advierte el muchacho a su compañera de que el viaje es un viaje largo, al menos para hacerlo a pie y de modo de que no los descubran terceros indeseables.
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Re: Cuando las calles se tiñen de carmesí
¿Qué era eso que sentía en las mejillas ante el comentario lindo de Anton? ¿Rubor? Qué extraña sensación, hacía décadas que no lo sentía, cuando aún era mortal.
-No te preocupes cariño, si se quieren propasar recuerda que mi sangre me hace más fuerte que ellos- dice besando la mano de su amado -Además si el plan sale bien recuerda ésto, el plan que te dije indica que nosotros solo vamos a "agitar el avispero" pero son las "avispas" las que atacarán a los "niños traviesos" que están alrededor del "panal", en otras palabras no vamos a aliarnos con ellos tal cual, es verdad que solicitaremos su "ayuda" pero en realidad les vamos a sugerir un buen movimiento para sus negocios, piensa en esto Anton, con lo que está sucediendo tan cerca de su territorio de operaciones es muy probable que lo estén pasando mal con algunos negocios y sin duda quieren solucionarlo ya, pero al igual que nosotros ellos no pueden actuar directamente, no pueden enfrentarse directamente a los soldados invasores, requieren una táctica más... discreta y nosotros sólo vamos a sugerirles ésa táctica, los que van a actuar son ellos, no nosotros, nosotros simplemente moveremos los hilos desde las sombras, ésta es una lección muy importante para ti Anton ya que eso es parte del liderazgo- Dicho ésto lo besa rápidamente en los labios y seguidamente le besa la frente -Lo ves? así si alguien tiene enemigos no seremos nosotros si no las mafias y quien sabe, si el juego lo amerita podemos usar también a las bandas rivales.
Marie se deja Guiar por la puerta trasera de la casa de su anfitrión y entonces escucha lo que dice de los corredores secretos entre hogares -Sorprendente, si hubiera sabido eso no me habría arriesgado tanto saliendo por la puerta delantera de mi refugio- dice con una sonrisa avergonzada pero luego vio algo que detuvo su risa, un vagabundo seguramente hambriento y débil yacía descansando en el suelo entre las angostas paredes, de las callejuelas secretas de aquél pobre barrio, Marie lo miró con algo que parecía ser tristeza, nunca habría sentido eso por un humano jamás pero la solidaridad de éstas personas para con ella no le podía ser indiferente.
Entonces Anton le dijo que sólo era uno más y que no tenía importancia, ignorarlo y seguir el camino decía, casi no escuchó lo siguiente debido a la tristeza y enojo que sintió ante esas palabras.
Sin decir nada soltó la mano de su amado y caminó hacia el hombre debilucho, se agachó para sostener su cabeza en sus manos y se mordió la muñeca de donde comenzó a manar el rojo elixir que contenían sus venas, Marie sabía que su sangre era infértil, nunca podría crear nuevos vampiros como ella ni prestarles un poco de poder vampírico a los mortales con los que compartiera su sangre a cambio de que su voluntar fuera doblegada debido al vinculo pero sí sabia que aunque infértil seguía siendo sangre vampírica y sería suficiente alimente, al menos por ésta noche, para darle vigor al pobre hombre.
Fue difícil despertarle y cuando lo hizo el hombre apenas estaba consiente pero Maríe le habló con dulzura mientras acariciaba los sucios y grasientos cabellos del vago -Shhh sólo mira mis ojos y bebe, no veas nada mas, ésta bebida especial te dará energías y no sentirás más hambre- decía al tiempo que dejaba derramar su sangre en la boca del apenas consiente señor.
Cuando hubo terminado se lamió la herida, la cual cerró como si nunca se hubiera mordido y acto siguiente se dirigió de nuevo hacia Anton y le dedicó unas palabras que contenían una importante lección.
-Que nunca te sea indiferente el sufrimiento ajeno pues tú sabes lo que es pasar por eso y aún en tu situación eres más favorecido que él, no sólo eso ¡Esta es TU gente! Ellos son a los que debes guiar a algo mejor, es cierto que ésta es una ciudad cruel, no sólo eso, el mundo entero lo es, yo soy parte de la oscuridad de éste mundo, pero en un mundo de tinieblas un poco de luz ayuda a hacerla más llevadera y quién sabe, quizás sepan mantener esa pequeña luz lo suficiente como para no estar en tinieblas nunca más, comparte tu luz con otros Anton y ésta gente te seguirá al infierno si es necesario para el bien de todos pero no sólo lo hagas por ganártelos, hazlo porque de verdad quieres un mundo mejor- dice ella recordando la conversación de la noche anterior, cuando habló con su amado por primera vez, también dijo lo último con un dejo de nostalgia al recordar el propósito por el que, al principio, decidió ella misma ayudar a éstas personas.
Besó suavemente los labios de su amor y acarició su cabeza como si fuera un cachorro -sigamos nuestro camino, la noche es joven pero el tiempo apremia-
-No te preocupes cariño, si se quieren propasar recuerda que mi sangre me hace más fuerte que ellos- dice besando la mano de su amado -Además si el plan sale bien recuerda ésto, el plan que te dije indica que nosotros solo vamos a "agitar el avispero" pero son las "avispas" las que atacarán a los "niños traviesos" que están alrededor del "panal", en otras palabras no vamos a aliarnos con ellos tal cual, es verdad que solicitaremos su "ayuda" pero en realidad les vamos a sugerir un buen movimiento para sus negocios, piensa en esto Anton, con lo que está sucediendo tan cerca de su territorio de operaciones es muy probable que lo estén pasando mal con algunos negocios y sin duda quieren solucionarlo ya, pero al igual que nosotros ellos no pueden actuar directamente, no pueden enfrentarse directamente a los soldados invasores, requieren una táctica más... discreta y nosotros sólo vamos a sugerirles ésa táctica, los que van a actuar son ellos, no nosotros, nosotros simplemente moveremos los hilos desde las sombras, ésta es una lección muy importante para ti Anton ya que eso es parte del liderazgo- Dicho ésto lo besa rápidamente en los labios y seguidamente le besa la frente -Lo ves? así si alguien tiene enemigos no seremos nosotros si no las mafias y quien sabe, si el juego lo amerita podemos usar también a las bandas rivales.
Marie se deja Guiar por la puerta trasera de la casa de su anfitrión y entonces escucha lo que dice de los corredores secretos entre hogares -Sorprendente, si hubiera sabido eso no me habría arriesgado tanto saliendo por la puerta delantera de mi refugio- dice con una sonrisa avergonzada pero luego vio algo que detuvo su risa, un vagabundo seguramente hambriento y débil yacía descansando en el suelo entre las angostas paredes, de las callejuelas secretas de aquél pobre barrio, Marie lo miró con algo que parecía ser tristeza, nunca habría sentido eso por un humano jamás pero la solidaridad de éstas personas para con ella no le podía ser indiferente.
Entonces Anton le dijo que sólo era uno más y que no tenía importancia, ignorarlo y seguir el camino decía, casi no escuchó lo siguiente debido a la tristeza y enojo que sintió ante esas palabras.
Sin decir nada soltó la mano de su amado y caminó hacia el hombre debilucho, se agachó para sostener su cabeza en sus manos y se mordió la muñeca de donde comenzó a manar el rojo elixir que contenían sus venas, Marie sabía que su sangre era infértil, nunca podría crear nuevos vampiros como ella ni prestarles un poco de poder vampírico a los mortales con los que compartiera su sangre a cambio de que su voluntar fuera doblegada debido al vinculo pero sí sabia que aunque infértil seguía siendo sangre vampírica y sería suficiente alimente, al menos por ésta noche, para darle vigor al pobre hombre.
Fue difícil despertarle y cuando lo hizo el hombre apenas estaba consiente pero Maríe le habló con dulzura mientras acariciaba los sucios y grasientos cabellos del vago -Shhh sólo mira mis ojos y bebe, no veas nada mas, ésta bebida especial te dará energías y no sentirás más hambre- decía al tiempo que dejaba derramar su sangre en la boca del apenas consiente señor.
Cuando hubo terminado se lamió la herida, la cual cerró como si nunca se hubiera mordido y acto siguiente se dirigió de nuevo hacia Anton y le dedicó unas palabras que contenían una importante lección.
-Que nunca te sea indiferente el sufrimiento ajeno pues tú sabes lo que es pasar por eso y aún en tu situación eres más favorecido que él, no sólo eso ¡Esta es TU gente! Ellos son a los que debes guiar a algo mejor, es cierto que ésta es una ciudad cruel, no sólo eso, el mundo entero lo es, yo soy parte de la oscuridad de éste mundo, pero en un mundo de tinieblas un poco de luz ayuda a hacerla más llevadera y quién sabe, quizás sepan mantener esa pequeña luz lo suficiente como para no estar en tinieblas nunca más, comparte tu luz con otros Anton y ésta gente te seguirá al infierno si es necesario para el bien de todos pero no sólo lo hagas por ganártelos, hazlo porque de verdad quieres un mundo mejor- dice ella recordando la conversación de la noche anterior, cuando habló con su amado por primera vez, también dijo lo último con un dejo de nostalgia al recordar el propósito por el que, al principio, decidió ella misma ayudar a éstas personas.
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Re: Cuando las calles se tiñen de carmesí
No tenía el joven de qué clase de reacción podría tener su amada al mencionar lo que las mafias, en especial las portuarias podrían hacerle a una mujer como ella, pero fue algo muy interesante de ver, semejante mujer, luchadora y sensual ruborizada.
-No lo sé…Nunca me fío de nada.-Respondió el chico mientras ve y disfruta del beso de su novia.-Con los poderosos nunca se sabe que puede pasar, solo advierto porque no quiero que nos pase nada malo. –Recibe el beso de Juliette y le responde de inmediato dulcemente y lleno de ganas, pura energía el chico. –Supongo que la única forma de saberlo es intentándolo.- Respondió Anton mientras la conduce por esos caminos entre buscados que solo las personas como el conocen.
Fue todo un tema, y un retraso la actitud de la vampira que se detuvo a ayudar a ese hombre moribundo, tras el hombre haberse recuperado de modo asombrosamente veloz y sobrenatural su amada le echo la bronca por su actitud. Anton escucho en silencio y luego siguió la marcha, no hubo respuesta suya, como si realmente no tuviese corazón, algo sumamente raro ya que se lo conoce como alguien bastante alegre e incluso osado. Se volvieron a besar y el chico se pega a ella rápidamente cada vez que ella le da una muestra de afecto, siempre responde con todas sus ganas, aunque por lo que se ha visto hasta ahora él nunca toma la iniciativa con ella.
-Sin mencionar de que el camino no es recto, y se necesita algo de habilidad para tomarlo.-Y así sin más salto para colgarse de una ventana cercana, justo donde estaban parados. Se aferró con las manos y ágilmente subió chocando con la cabeza las hojas de la ventana la cual estaba claramente sin traba. Una vez dentro de la habitación se giró para invitar a la vampira a entrar, y a ayudarla de ser necesario pues no sabe qué tan ágil es esa mujer. Ya dentro se puede notar fácilmente que esta todo abandonado, y algo más, que no hay puerta alguna, solo ventanas.
-Desde aquí Marie se puede salir a alguna de las calles principales, siempre y cuando sepas por donde tienes que ir.-Sonríe el chico y se adentró en el agujero, baja caminando, desciende en lo que podrá ver la mujer son unas escaleras de piedra tierra, nada muy rebuscado ni muy elaborado, pero si claramente ingenioso. Bajan lento por esas escaleras, en especial Anton, el lugar está cerrado en su totalidad, por lo que la luz no llega desde ningún sitio, por lo que el joven humano se maneja allí a tacto y memoria, nada más que eso. La situación podría alterar los nervios de alguien que no esté acostumbrado a esperar, pero Anton lo ve sumamente normal, cuando no ves no queda más remedio que andarse con cuidado, y él sabe muy bien que hay algunos objetos o partes del camino que son trampas, no quiere morir con la mecánica que el mismo ayudo a construir.
-Hay que andarse con cuidado por aquí, ciertos lugares son peligrosos, para que no cualquiera se meta a utilizar estos caminos que tanto trabajo nos costó crear.-Recela Anton aquello que tomo tantos años crear, aunque cuando tuvo conocimiento de dichos caminos secretos estos estaban prácticamente terminados, el llego al final solo para aportar algunas ultimas ideas, pero su cariño por esa obra es real.
Tras un buen rato de andar y de tomar algún que otro giro empezaron a sentir una leve brisa, primero cerca del rostro, y luego en el resto del cuerpo. Anton no acelero su marcha ni nada que se le parezca, las ansias no lo consumen, ya no más, está acostumbrado al encierro y la oscuridad, tuvo que hacerlo para poder sobrevivir en esa ciudad de nadie.
-Estamos cerca, aunque probablemente ya lo hayas notado Marie.-Habla algo con ella para que las cosas no se tornen tan pesadas, aunque él está completamente sereno y en calma.
-No lo sé…Nunca me fío de nada.-Respondió el chico mientras ve y disfruta del beso de su novia.-Con los poderosos nunca se sabe que puede pasar, solo advierto porque no quiero que nos pase nada malo. –Recibe el beso de Juliette y le responde de inmediato dulcemente y lleno de ganas, pura energía el chico. –Supongo que la única forma de saberlo es intentándolo.- Respondió Anton mientras la conduce por esos caminos entre buscados que solo las personas como el conocen.
Fue todo un tema, y un retraso la actitud de la vampira que se detuvo a ayudar a ese hombre moribundo, tras el hombre haberse recuperado de modo asombrosamente veloz y sobrenatural su amada le echo la bronca por su actitud. Anton escucho en silencio y luego siguió la marcha, no hubo respuesta suya, como si realmente no tuviese corazón, algo sumamente raro ya que se lo conoce como alguien bastante alegre e incluso osado. Se volvieron a besar y el chico se pega a ella rápidamente cada vez que ella le da una muestra de afecto, siempre responde con todas sus ganas, aunque por lo que se ha visto hasta ahora él nunca toma la iniciativa con ella.
-Sin mencionar de que el camino no es recto, y se necesita algo de habilidad para tomarlo.-Y así sin más salto para colgarse de una ventana cercana, justo donde estaban parados. Se aferró con las manos y ágilmente subió chocando con la cabeza las hojas de la ventana la cual estaba claramente sin traba. Una vez dentro de la habitación se giró para invitar a la vampira a entrar, y a ayudarla de ser necesario pues no sabe qué tan ágil es esa mujer. Ya dentro se puede notar fácilmente que esta todo abandonado, y algo más, que no hay puerta alguna, solo ventanas.
- Spoiler:
-Desde aquí Marie se puede salir a alguna de las calles principales, siempre y cuando sepas por donde tienes que ir.-Sonríe el chico y se adentró en el agujero, baja caminando, desciende en lo que podrá ver la mujer son unas escaleras de piedra tierra, nada muy rebuscado ni muy elaborado, pero si claramente ingenioso. Bajan lento por esas escaleras, en especial Anton, el lugar está cerrado en su totalidad, por lo que la luz no llega desde ningún sitio, por lo que el joven humano se maneja allí a tacto y memoria, nada más que eso. La situación podría alterar los nervios de alguien que no esté acostumbrado a esperar, pero Anton lo ve sumamente normal, cuando no ves no queda más remedio que andarse con cuidado, y él sabe muy bien que hay algunos objetos o partes del camino que son trampas, no quiere morir con la mecánica que el mismo ayudo a construir.
-Hay que andarse con cuidado por aquí, ciertos lugares son peligrosos, para que no cualquiera se meta a utilizar estos caminos que tanto trabajo nos costó crear.-Recela Anton aquello que tomo tantos años crear, aunque cuando tuvo conocimiento de dichos caminos secretos estos estaban prácticamente terminados, el llego al final solo para aportar algunas ultimas ideas, pero su cariño por esa obra es real.
Tras un buen rato de andar y de tomar algún que otro giro empezaron a sentir una leve brisa, primero cerca del rostro, y luego en el resto del cuerpo. Anton no acelero su marcha ni nada que se le parezca, las ansias no lo consumen, ya no más, está acostumbrado al encierro y la oscuridad, tuvo que hacerlo para poder sobrevivir en esa ciudad de nadie.
-Estamos cerca, aunque probablemente ya lo hayas notado Marie.-Habla algo con ella para que las cosas no se tornen tan pesadas, aunque él está completamente sereno y en calma.
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