Buscando a un cazador

De nuevo, la chica de cabellos castaño-rojizos y de ojos plateados se encontraba caminando por los extensos bosques de Puño de Hierro. Como siempre, llevaba una característica capa roja y una enorme guadaña; su fiel compañera de viaje, y en cierto sentido su mejor amiga y confidente, a pesar de tratarse de un objeto.
Hacía un mes que dicha joven había abandonado su hogar para ir a cazar seres malignos, al igual que habían hecho todos los miembros de su familia cuando aún estaban con vida. Sabía que quedarse en ese lugar no iba a devolvérselos, así que, tras seis años reuniendo el valor para abandonarlo, finalmente lo había hecho. Sin embargo, no todo era tan fácil como en un principio había planeado, porque a pesar de tener ya quince años, en muchos aspectos, seguía siendo una niña pequeña que idealizaba en exceso el mundo, y por tanto, que no sabía como funcionaba este. En su mente, su plan era infalible, encontraba un par de trabajos contra bestias míticas a las que derrotaba sin apenas esfuerzo, y  a estas alturas ya tendría dinero y prestigio. La realidad: Nadie la contrataba puesto que imponía poco por su aspecto, y no daba ninguna confianza con respecto a eso de conseguir vencer a un monstruo. Todos le habían dicho lo mismo, que encontrase a un maestro o alguien que pudiese dar referencias de ella, que no tenían ganas de mandar a un niño iluso contra un monstruo para que lo matara.

- Que injusta es la gente, Rose.- se quejó hablando con su guadaña, un habito adquirido para no volverse loca cuando estaba días y días sola en su casa.- Ahora tengo que buscar un maestro, ¡y no tengo ni idea de donde se buscan! Seguro que no salen de debajo de las piedras... - se quejó pateando un guijarro del camino. Si no fuese porque ya sabía que era inútil, cualquiera podría creer que la chica buscaba consuelo por parte del arma.

Fue un gran día ese día, buena luz diurna para trabajar, y el sol también trajo algo de calor para confortar el cuerpo de los hijos del pueblo elegido por el Master. Hace días que cabalga bajo el sol uno de los tantos hombres que defienden el sagrado pueblo elegido, un caballero renombrado y justo que dejo su vida cómoda de noble para poner su espada y su vida a ordenes de la iglesia y la protección de los fieles. Traspirado y con los glúteos ya doloridos de tanto andar aquel hombre que ya ha pasado la mitad de su vida útil no deja que la fatiga y el dolor se interponga en su camino, continua y continua, solo deteniéndose cuando su montura ya está siendo demasiada exigida por su persona.

Tras dejar algunas ciudades detrás comienza un trecho algo peligroso, los bosques, hogar de malvivientes y oportunidad. La vegetación siempre es buena y necesaria, pero lamentablemente algunos lugares son tan inmensos y están tan alejados de las ciudades que no se los puede vigilar todo el tiempo, y eso es aprovechado por los cobardes malvivientes. Pero no le queda más que avanzar, sus servicios son requeridos por una pequeña capilla rural muy lejos de las grandes ciudades del reino, y él fue el único que en primera instancia acepto dicha petición de la sagrada iglesia. Puede que esa no sea una tarea heroica, ni tampoco muy lucrativa, pero él siente que debe hacerse, su recompensa estará en los cielos no en esta vida terrenal, y ese es el mayor que existe para un hijo honrado del Master.Va atento, si bien no es justamente un explorador maestro en el arte de la visión y el rastreo tampoco se los hará tan fácil, piensa hacer todo lo posible para no ser tomado desprevenido.

Spoiler:

La montura del caballero es sin duda un gran animal, un pura sangre preparado para la batalla. Su pelaje es marrón oscuro y es muy alto y fornido, musculoso con mucha carne y melena larga. Sus ojos marrones brillantes y vivaces demuestran que está en perfecto estado de salud. La montura lleva armadura completa, una gran armadura, y eso sale caro, no cualquiera posee un animal de esa envergadura y además bien armado. El jinete también lleva armadura y espada, incluso ballesta. Parece tener unos treinta años de edad y se ve en su rostro el rostro de la dura experiencia. Lleva el signo del Master en el corazón y en su capa el escudo heráldico de la orden a la que pertenece.

Spoiler:

En el Puño de Hierro no hace falta ser un estudioso para saber que se trata de alguien con rango e importancia, aunque solo los conocedores pueden decir exactamente qué tan importante y el porqué.

El sendero seguía delante de ella sin un fin, o al menos no visible para ella en ese momento. Ruby se encontraba ya cansada de andar, puesto que es lo único que había estado haciendo desde que se marcho de su casa, por lo que ya estaba bastante cansada tan solo de hacer eso. Y también se encontraba cansada de no tener a nadie más con quien hablar que con un arma que por muy antigua que fuese, no iba a cobrar vida repentinamente. Así que, tan solo le quedaba continuar caminando hasta llegar a algún pueblo o aldea donde poder conversar. Aunque eso, si no veían demasiado mal a los extranjeros...

Cansada ya de caminar, decidió hacer un alto a un lado del camino, donde había algunas rocas donde poder sentarse, que además estaban a la sombra. Si bien el Sol era algo agradable de sentir sobre la piel, sentía que iba a empezar a arder por culpa de la capa que llevaba encima. Pero no se la iba a quitar, era un bien muy preciado para ella. Así que, simplemente se quedó mirando hacia el camino.
Quizás tuviese suerte y mientras descansaba se acercaba alguien con el que poder compartir el camino. O al menos, poder conversar un rato.

Sigue su andar el caballero del Puño de Hierro atento, en especial cuando toca bordear un trecho de demasiada vegetación, aunque en esos momentos esta adentrándose en una zona algo mas rocosa, y si bien no son lo suficientemente grandes como para albergar una cueva si lo son como para que algunos hombres incluso jinetes puedan esconderse tras ellas. Si fuera acompañado su marcha seria mas lenta, incluso podría ir charlando y cantando para hacer del viaje algo mas placentero, pero en esas circunstancias es poco recomendable alzar demasiado la voz, por lo que cabalga en silencio y a prisa.

Unos pocos minutos mas pasaron para que aquel caballero renombrado visualizara lo que parece ser una persona. Muy lejos esta como para que su vista pueda ser certera, pero sobre las piedras, o mejor dicho entre las piedras cree ver ropajes rojizos y alguien que las porta. Aminora la marcha, no sabe si hay una persona, y si son muchas podría ser un problema para el si son hostiles. Si están vivos de seguro ya se deben haber percatado de su presencia, despues de todo no se oculta o no oculto de ninguna forma el sonar de los cascos de su caballo, por lo que el factor sorpresa y sigiloso ya queda descartado por completo. Ahora solo le queda seguir adelante ciñendo la espada en la cintura con la ballesta a mano por si las dudas. Lo que ve ese hombre al acercarse es una chica de tez clara, de complexión delgada y de estatura media .Posee unos peculiares ojos plateados, como dos monedas de plata. Lleva el pelo corto, ligeramente asimétrico de color negro, con algunos mechones de color rojo.
Su ropa está compuesta por un vestido de estilo gótico en negro con detalles en rojo, las mangas son largas y acampanadas; la falda llega a la altura de los muslos con bastante vuelo. Lleva, además, unas medias de color marrón y unas botas negras y rojas a juego con el vestido. Lleva capa roja con capucha y puede decirse que es muy bonita.

Se pregunta aquel hombre que estará haciendo esa chica allí entre las rocas, se le ocurre de primera que es una campesina de algún pueblo o aldea cercana, despues de todo no importa que tan rara parezca esa guadaña al igual que una hoz es una herramienta para cultivar la tierra, muy común entre los campesinos. Se acerca a trote lento pensando que ya esta cerca de su destino, posiblemente esa chica sea del pueblo del Herrero la cual tiene buenas minas de hierro y abundantes tierras para cosechar. Lo malo es que el río que pasa por allí cerca no tiene mucho caudal, y no es una zona de mucha lluvia por lo que ensanchar el río no cambiara esa situación.
Lleva la mano derecha en las riendas de su montura y la izquierda visible, no cree que una campesina lo embosque, lo cual puede ser un grave error. Puede ser esa chica un buen cebo de los bandidos, y aun asi termino acercándose lo suficiente como para hacerle escuchar su voz.

-Buenas tardes jovencita, soy un caballero de nuestro sagrado reino y voy camino al pueblo del Herrero ¿Podrías decirme si aun me falta mucho para llegar?-La trata de forma educada y correcta, sin mucha confianza pero tampoco la desprecia, solo es correcto con ella. Según sus ojos es una hija del sagrado reino, y como tal merece su respeto y protección.

Ruby continuaba descansando sobre la roca, aburrida y con algo de calor por culpa de la capa, sin embargo, no encontraba la motivación suficiente para poder moverse de su lugar de descanso. Cuando se había colocado en dicho lugar, no había mirado a su alrededor para comprobar si era un sitio seguro. No veía necesario hacer ese tipo de cosas, porque su mente contaminada por la fantasía de las leyendas e historias que se contaban en las tabernas, no pensaba que pudiese llegar a correr un peligro real en el mundo. Sabía que la muerte era algo real, había presenciado como aniquilaban a su familia sin que ella pudiese hacer nada, pero se veía como una de esas heroínas que siempre salvarían una situación de verdadero peligro.
Por ello, estaba relajada y tranquila, sin esperarse un ataque por nadie. Ni tan siquiera se sobresaltó asustada cuando escuchó el paso de los cascos de un caballo.

Dirigió sus ojos plateados al camino, en el que pudo ver a un caballero -posiblemente lo fuese- sobre su montura vestida para la batalla. Con curiosidad se acercó más al camino, para poder mirar más cerca. Mientras que, como no, su mente empezaba a sacar conclusiones precipitadas y algo fantasiosas. La persona que se acercaba por el camino podría ser un campeón en busca de salvar a su princesa de las fauces de un terrible dragón. O quizás de una bruja malvada, un vampiro, un troll o quizás de un licántropo. Le encantaría saber qué historia era la que tenía ese caballero. Pero tampoco quería importunarle para llegar a salvar a la princesa.

Sin embargo, el propio caballero se detuvo a escasos pasos de ella. Sus ojos resplandecieron al saber que podría conseguir detalles de la historia antes de que un bardo empezara a escribir sus épicas azañas... A decir verdad, cualquier persona en una armadura sobre un caballo le haría imaginarse una historia como esa.

- Buenas tardes.- respondió al saludo amablemente y con alegría.- La verdad, no tengo ni idea de cuanto falta para llegar. Ahora mismo viajo por el país, pero lamentablemente esta región no está cerca de mi aldea de origen, y tampoco cuento con un mapa.

Y aún tener un mapa, lo más seguro es que hubiese acabado más perdida de lo que ya estaba. Tenía un sentido de la orientación cerca de nulo y una capacidad de leer los mapas que hacía que fuese más fácil pedirle direcciones a una piedra.

- Aunque si no os es mucha molestia, podríamos ir juntos. Me aburro de viajar sola, y me alegra saber que al menos en breve podría dormir bajo un techo real, y no bajo las ramas de los árboles.

En su andar seguro con medidas varias de resguardo antes posibles asaltos y embocadas el caballero renombrado del sagrado imperio del Puño de Hierro logro su cometido de llamar la atención de esa hermosa joven hija del Imperio, al conseguirlo pudo entablar conversación con ella. La chica se acerco hasta el para poder responder, saludando y respondiendo con amable y bastante alegría a las interrogantes de Nicolás que lamentablemente no lo ayudan en su cometido de llegar lo más rápido posible al pueblo alejado de la capital al cual desea ayudar.

-Bueno, no se preocupe jovencita, ya veré como me las arreglo para poder dar con el mismo y en lo posible en pocos días mas. Al ser tu también una viajera de seguro comprendes que tanto dormir bajo cielo abierto termina en algún momento irritando y perjudicando la salud.- Sonríe el caballero manteniendo a pesar de su apuro una mínima y cordial conversación con la joven que según a dicho proviene de alguna otra zona del imperio más alejada a la locación actual. Para sorpresa de ese caballero la jovencita le pide poder viajar junto a él, la razón no es justamente una razón de importancia por lo que no sabe si debería aceptar o no.

-Comprendo un poco tus razones jovencita, pero estoy algo apurado y como ve perdido ya que no si estoy yendo en la dirección correcta o me he alejado del camino correcto. No puedo asegurar el tener un techo real sobre su cabeza ni resguardo contra la lluvia y el viento.- El va a caballo y llevar peso extra puede ser contraproducente si no encuentra rápidamente el camino correcto al pueblo del Herrero. El que ande sola por allí y por allá causa algo de preocupación en el, pero si viaja lo hace por cuenta propia la mujer eso es seguro y como tal es responsable de ella y de sus actos. -Algo mas a agregar jovencita, no sé cuánto tiempo me duraran las provisiones que llevo encima, por lo que viajar conmigo no es sencillo. Como caballero que soy tengo una misión en particular así como la general de todos ellos, proteger el reino, por lo que el viaje conmigo no crea una experiencia fácil y tranquila- Se le hace difícil dejarla sola así como así, por lo que advierte lo que significa viajar con un caballero como él.

La chica bajó la cabeza apenada, igual que un cachorro abandonado al que se le ha dado una oportunidad de encontrar un hogar de acogida, pero que en el último momento vuelve a ser abandonado a su suerte. Su plan no había funcionado como esperaba, cosa lógica y normal, pero Ruby seguía viviendo en sus mundos de fantasía.

- Sí... Bueno, lo entiendo. Imagino que te retrasaría más en tu viaje, y seguro que tienes cosas más importantes que hacer. Así que, no pasa nada.- dijo con una sonrisa algo forzada; sentía desilusión por no poder enterarse qué objetivo era la del caballero.

Sin embargo las siguientes palabras del hombro, la hacen mirarle extrañada. No entendía a qué quería llegar con esas palabras. Las provisiones no eran un problema, pues ella ya llevaba las suyas, y en todo caso, siempre podría cazar algún animal, por suerte, estaban rodeados de foresta, en vez de un desierto, donde sin lugar a dudas encontrar alimento era mucho más complicado.

- Parece interesante proteger al reino.- dice con una sonrisa.- Viajar por todo el territorio en busca de malos a los que castigar para salvar a los demás. Es sin duda una labor muy útil para que todo vaya bien... Me gustaría intentar ayudar a los demás de esa forma, aunque no me suelen tomar muy en serio por mi aspecto.- musita al final con una mueca de molestia.

Suspira resignada, esperando a que en cualquier momento vuelvan a dejarla sola con Rose. Cosa que aunque no es desagradable del todo, sí que es muy aburrida. No obtener contestación alguna llegaba a ser algo frustrante. Pero entendía que podía llegar a molestar al caballero, puesto que sería un peso extra para su montura, o bien, tendría que acomodarse al paso que tenía una humana; cosa que podía ser mala para aquellos que necesitasen ayuda, puesto que cuanto antes se llegue a salvar a los necesitados, menos problemas habría.

El caballero renombrado está en duda, sabe bien cuál es su misión pero el corazón y sus valores le hacen querer ayudar a la chica que se encontró en el camino completamente sola y lejos de casa. El rostro de la chica cuando le mato la ilusión de dejarla viajar con él es un rostro que lo hizo sentir un tirano sin corazón, y las palabras de la chica aunque le diesen la razón no le hacen sentir nada bien después de lo que acaba de presenciar.

-Son tareas importantes como sabrás, pero, no me siento bien dejándote aquí sola y a tu suerte- Menciona el caballero con cierta firmeza ya que por algo es un caballero. La joven que comprende bien la importancia de la labor de un caballero dice que le parece interesante proteger el reino, eso de la justicia y ser útil a los demás así como al reino donde vive, y viéndola bien cree entender un poco sus últimas palabras.

-Puede ser una vida llena de aventuras, con un gran final o una gran tortura, la suerte y la fe de cada quien es lo que lo determina. Usted pequeña dama sin duda parece más una joven aspirante a buena esposa que una guerrera. Pero me gustaría que sea mi paje de momento, todo caballero necesita uno, y luego ya veremos qué camino logra alcanzar, si el de dama en matrimonio o el de una servidora armada del Master, o incluso ambas y mas, eso solo depende de tu fe y del camino que haya marcado el Master para ti- El caballero pone en evidencia que la chica tiene buen futuro si cuenta con las decisiones acertadas y la fe necesario para ello. Las opciones que plantea el caballero son todas opciones honradas, desde el común lugar de una buena esposa hasta el honor y gloria de ser reconocida como caballero del Puño de Hierro, y en el mejor de los casos todo lo bueno a la vez lo cual debería ser como un sueño para la chica que no tiene más que su vida y su arma heredada de familiares ya muertos.

-Queda en ti pequeña dama en si me acompañas o si decides que cada cual tome su camino-Sentencio aquel guerrero con voz profunda y calma dejando a Ruby tomar las palabras que tomar la decisión definitiva entre ellos dos.

El viaje en el tiempo, parecía ser algo místico y hermoso para algunos, una oportunidad para distintos cambios...o para ser participe de la Historia...pero no solía ser una gran idea si no tenías razones suficientes...cualquiera que cambiase el rumbo de la Historia era un peligro ya que uno no sabe si sus cambios traeran algo bueno a la Tierra o traeran desgracias..¿como saber que mi decisión era la correcta?...Mi egoista y noble misión impuesta por mi misma de ser participe de este tiempo para apoyar a mi padre en su trayecto, sin entrometerme tanto en su vida...¿Cómo estar a su lado sin que el descubriese que era su hija?..¿como hacer para que el no malinterprete mi orgullo hacia el y mi afecto?...todo esto rondaba por mi cabeza, cesando cuando empecé abrir los ojos...y con nlas palmas de mis manos, comenzaron a ser utilizadas para levantarme.
Mi mano derecha llegó a mi cabellera y comencé a acomodarme el cabello, y una vez finalizado la bajé. Comencé a mirar a mi alrededor, era posiblemente el bosque..¿pero cual de todos?...Si tenía suerte y era relacionado al lugar donde mi padre inició su "leyenda"...podría encontrarlo con los Puño de Hierro. Pero aqui era una extraña, por lo tanto tendría que ganarme la confianza de los Puño de Hierro y así mismo de Nicolas...lamentablemente solo podría llamarlo así...pero no me dolía la idea, así tal vez si lograba regresar a mi tiempo algún dia despues de cumplir mis metas, mi padre estaría aun mas orgulloso...¿o mi idealización estaba llendo muy alto?...me estaba planteando esto muy en alto cuando debía estar llendo paso a paso.

Tenía un vestido ligero de color lila, tenía mis botines y mis guantes de color azul...sin embargo no tenía mi piara...alegremente tenía mi espada, guardada en su funda que reposaba en mi espalda...aunque sinceramente me gustaba mas tenerlo a un costado, me facilitaba mas sacar mi espada de su lugar, al menos por segundos y en una batalla los segundos son importantes.

Comencé a caminar por los verdes pastizales, dejando aun lado mi soberbia y comenzando a apreciar los paisajes que no lucian tan mal como yo me lo imaginé de niña...pero la sorpresa que me llevé fue al ver a tan mencionado ser fraternal que buscaba, montado en su caballo a lado de una cria.

Por dentro estaba muy feliz...agradeciendo a los dioses...pero por fuera, mantenía mi postura seria y mi caminar elegante.
-Buenas tardes.-mencioné dulce al estar frente a ellos....¿que me pasaba?....si actuaba así podría ser descubierta pero...me daba tanta alegría verlo vivo...-Disculpe la molestia pero..creo que me he perdido...-dije notando que mis mejillas estaban levemente rojas...y era porque mi padre no me habia visto mas alla de mi adolescencia..y me imaginaba esas palabras fraternales que seguramente me hubiera dicho y el honor que hubiera sentido..pero aqui..solo era una desconocida...

En ese terreno deshabitado del Puño de Hierro aquella joven y el caballero armado tienen una conversación de importancia, aunque la chica de momento se ha quedado completamente muda. No sabe Nicolas la razón, pueden ser varias razones pero cual exactamente es imposible de saber para él.

-Al parecer lo que he dicho te ha impactado muy profundo pequeña, me alegra saber que lo comprendieras, pero ya sabes que no tengo todo el día para esperar por tu respuesta, por lo que si no te apresuras en tomar una decisión entonces seguiré mi camino, y tu quedaras en el tuyo a tu suerte.-Pueden ser duras las palabras del caballero, pero por algo es lo que es, por ser capaz de afrontar las cosas y diferentes situación con un fuerte temple y determinación.

El tiempo paso y ese caballero renombrado del sagrado Imperio del Puño de Hierro estaba a punto de retirarse cuando alguien más apareció en escena, nada más ni nada menos que otra jovencita hermosa ¿Era ese su día de suerte? ¿O acaso tiene la misión o desgracia de ser rodeado solo de jóvenes de las cuales hacerse cargo?

-Buenas tardes señorita- Responde ese hombre sobre la montura de modo respetuoso, observándola desde un punto mas alto. La chica tiene un vestido largo lila, guantes azules al igual que sus botines, una vestimenta bastante femenina a pesar de poseer una espada. La chica tiene el cabello largo de color azul, mucho azul y lila usa esa mujer, bastante femenina, luce de modo agradable el cabello suelto. Es delgada y de estatura promedio, tiene bellos ojos azules y una figura delgada, ciertamente agraciada y bella. Le parece muy bonito sus mejillas, el tono de la misma la hace ver mucho mas femenina y dulce de lo que parece en un principio.

-No se preocupe, al parecer mucha gente se pierde en estos días-Responde ese hombre amablemente, mientras se pregunta lo extraño del destino y sus diferentes circunstancias.

Mis mejillas pronto dejarían de estar rojos cuando el  comenzaba a tratarme, no quería  reemplazar a mamá y seguramente faltaría tiempo para que el la conociese...y bueno era tiempo de conocer a lo que me esperaba,  y que mejor que papá que me llevase a conocer a sus compañeros y además de eso, ser aceptada entre la Sociedad que en este tiempo no me conocía.
Hice una reverencia, cerrando mis ojos y  regalándole una sonrisa-El gusto de conocerle es todo mio-le mencioné correspondiendo a su amabilidad, y de nuevo tomando la compostura, mi mirada ahora era un poco mas seria.
Supongo que ha de estar ocupado, creo que solamente necesitaré direcciones...Verá, tal vez a usted no le importe la mia pero...en fin, necesito ir con la milicia, necesito  demostrarles no solo con palabras , si no con acciones, que soy digna de pertenecer en  tal lugar.¿Podrá decirme que rumbo debería tomar para llegar?-mencioné serena  reposando mi mano  derecha en mi brazo contrario.
-Valles del Sur...¿conoces la Orden?...me gustaría pertenecer a ellos-mencioné

La conversación con la nueva señorita allí presente comenzó con buen pie, aquella que pareció conversadora en un principio quedo muda, dejando a la recién llegada como actriz principal de la escena allí presente que componen ellos tres que por casualidad se han encontrado en esos paramos a campo abierto de la región del Puño de Hierro. La chica hizo una reverencia educada, claramente no es una campesina, los campesinos no llevan esas ropas, esa arma, y esa educación bien enseñada. La sonrisa de la joven es bien recibida, el le ofrece la suya mientras la escucha hablar y luego pasa a presentarse.

-Mi nombre es Nicolas Longsword jovencita, para ayudarte si así lo necesita- Ya habiéndose presente cumple con el protocolo educado de un caballero, y queda a merced de lo que ella tenga para decirle, lo cual le sorprende bastante ya que no se imaginaba encontrar el mismo día dos jovencitas de su querida tierra que quieran empuñar las armas.

-Le diré lo mismo que le he respondido a la señorita aquí presente minutos atrás. Puede ser una vida llena de aventuras, con un gran final o una gran tortura, la suerte y la fe de cada quien es lo que lo determina. Usted pequeña dama sin duda parece más una joven aspirante a buena esposa que una guerrera. Pero me gustaría que sea mi paje de momento, todo caballero necesita uno, y luego ya veremos qué camino logra alcanzar, si el de dama en matrimonio o el de una servidora armada del Master, o incluso ambas y más, eso solo depende de tu fe y del camino que haya marcado el Master para ti-Le repite las palabras exactas que le ha dicho a Ruby anteriormente. –Ahora queda en ti el que decides jovencita sin aparente nombre- Aprovecha para mencionar el hecho de que ella no se ha presentado aún como es debido ante él, un caballero renombrado del Puño de Hierro.

Escuché atentamente las sabias palabras de mi padre...y al finalizar aquello me di cuenta que estaba solicitando cordialmente mi nombre...no podía decirle mi mismo apellido o si no podría adivinar que era su hija..o no le podría cuadrar...sin embargo ne mi mente a la vez estaba la paranoia de sus palabras...¿Acaso el queria pretenderme?...¿Que pasa si esos son sus deseos?...me sentiria mal al reemplazar a mi madre, aunque bueno al venir de un tiempo distinto existiría la paradoja de que a la mejor, el tiempo debería de cambiar por mis decisiones y que al cambiar tambien por mis decisiones, tambien cambie mi destino..¿que tal si ahora mi destino era ya no ser su hija si no su mujer?....no me parecía grata la idea ni tampoco lógica, pero el destino me daría la clave de saber cual sería mi ofrenda por esta aventura, la tragedia...el sacrificio, la muerte o la gloria.
Yo confio plenamente en nuestro Dios y en nuestros hermanos, por lo que pienso que el destino que me prepare nuestro Dios sera la que me corresponda. Así que yo, Lucina, acepto a viajar con usted señor, estaré bajo sus ordenes sin oponerme confiando tambien en usted-le mencioné dandole una reverencia

Espera Nicolas que sus palabras tengan un fuerte impacto en esa chica, así como en Ruby que helada y perdida retractándose de sus ideas de viaje junto a él y de aventuras, y toda aventura conlleva riesgos y peligros los cuales es probable no estén listas para enfrentar. Tardo algo de tiempo esa chica en responder a sus palabras, pero finalmente después de pensarlo mucho, o al menos pareció que lo estaba pensando respondió en que tiene fe verdadera hacia el Master y que confía plenamente en su destino y en su pueblo, por lo que acepta viajar con el siendo su paje, y tal vez su escudero y aprendiz, presentándose como Lucina.

-Muy bien Lucina, entonces te informo que viajo al pueblo del Hierro, un pequeño pueblo minero no muy lejos de aquí que requiere ayuda de los paladines de su tierra. Probablemente estén siendo victimizados por rufianes y malvivientes, algo de lo que pueden encargarse soldados comunes del ejercito, pero la presencia de un paladín les ayudara a mantener la fe y la calma, por lo que hacía allí me dirijo, para imponer el orden.–Con esas palabras informa a su nueva paje hacia donde irán y a que. Observa detenidamente a Ruby y luego a Lucina, apiadándose de la primera se baja de su montura y las invita a subir a la misma.

-Suban, mi conciencia no me dejara tranquilo si te dejo sola en este páramo abandonado- Agrega el caballero mientras esperan a que monten en su montura para dirigirse finalmente al pueblo del Hierro donde se le está esperando con ansias.

Así que nos cedía su caballo, bueno, eso era caballeroso y habia aeptado ir a su orden, así que subiendome al caballo con cuidado, decidí tomar las riendas del mismo, sabía hacia donde nos dirigiamos, y seguramente la dama que estaba ahi a lado. Movía el animal con suma precacución lista para un posible ataque de algun arquero, era hora o nunca, podría demostrar mis capacidades como soldado ante él y demostrar que no jugaba.

Seguía asi entonces, con mi mirada seria mientras seguia en camino a lado de ambos al destino

Las jóvenes subieron al caballero de Nicolas en silencio, aceptan sus sugerencias sin quejas ni comentarios, por lo que en silencio comienzan un lento andar sin apartarse del camino. Para muchos viajar por el sendero es peligroso ya que se está a merced de bandidos entre tantos malos, pero los que están seguros de sí mismo van por el sendero más temerosos de perderse y extraviarse que de un ataque en sí.

El viaje en si fue de lo más tranquilo, para la noche opto Nicolas por acampar al costado del camino haciendo guardias de pocas horas, de ese modo todos podrían descansar bastante durante la noche y retomar el viaje por la mañana tras haber desayunado. Mantuvieron esa rutina por tres días y encontraron una carreta tirada por dos bueyes, carreta perteneciente al dueño de una huerta que se dirige al pueblo del Hierro, y por orden de Nicolas fue su acompañante hasta que finalmente al final del tercer día de haberse reunido con ellas finalmente visualizaron el pequeño y próspero pueblo minero.

-Así que este es el pueblo minero, bastante bien se ve…Alejado de todo se ha sabido mantener muy bien, no me extraña que los bandidos fijen sus ojos en un sitio como este. Pero es mi deber poner orden aquí, así que sus ideas se acabaron, ya sea por mi mano o por las de otro paladín sagrado nunca conseguirán lo que anhelan- Dicta su juicio y el futuro del pueblo haciendo emocionar a ese hombre que habita en dicho pueblo, y dice la verdad aquel caballero renombrado del Puño de Hierro, el reino del Master jamás se permitiría perder una tierra tan prospera como esa, y menos ante bandidos y otras basuras sin honor ni fe.

-Gracias por la compañía buen hombre, de aquí en más ellas y yo continuaremos por nuestra cuenta- Así se despidieron de ese hombre y se encaminaron hacia el centro de la ciudad en busca de una posada donde hospedarse por esa noche, ya luego vería Nicolas al otro dia de verse con el líder del pueblo para enterarse de los males que aquejan a dicha comunidad.

Los días pasaron y a pesar de que la comida y la compañía e Nicolas eran agradables, así como una que otra platica que tuvios en el trayecto, necesitaba asearme...repito para mis adentros que soy una soldado pero tambien que soy una mujer...y en cierta parte mi belleza aun me importa...en segundo grado pero me importa.
Cuando llegamos al pueblo minero vi actuar a Nicolas con liderazgo, oi sus atentas palabras sobre su estatus como paladin..y claro despedirnos del hombre que nos hizo el favor de posar su espiritu con nosotros.
-Si nos hospedamos en un lugar...seran habitaciones por separada?...si es asi espero me visites de vez en cuando en lo que nos reunimos con los que debemos de notificar nuestra presencia, me es un poco...primerizo...Estoy nerviosa...es la primera vez que defendere a lado de alguien contra bandidos...y ademas me gustaría que repasases conmigo la estrategia mas segura-le mencioné esperando en mis adentros que no malinterpretara nuevamente...si necesitaba viir auqi, necesitaba saber las estrategias que él usaba en ese entonces y como manejarme en los movimientos y ser util en las jugadas.

Se hizo la calma de momento para el pequeño grupo de viajeros, al fin están en su destino final, o al menos momentáneamente allí, hay mucho para hacer, pero cada cosa a su tiempo. Nicolas escucho a Lucina con el ceño fruncido, muy pensativo, ya que ahora que hay que tomar decisiones tiene que ver cuáles de todas las opciones ha de tomar.

-Si tiene dinero para pagarse su propia habitación adelante, no tengo problema en que duerma en otra habitación señorita. En lo que respecta a Ruby tendrá que manejarse por sí misma, estaré muy ocupado con los asuntos del pueblo y no estoy para lidiar con personas indecisas.- De esa forma de deshizo de la compañía de Ruby, siempre y cuando ella no tenga más nada que decir. Ahora, su atención se centra más que nada en Lucina, como compañera que es estará al tanto de todo cuanto acontezca allí con él. –Ya he pensado en eso, pero será mañana cuando me presente ante el líder de la ciudad, y no será hasta mucho después cuando tengas que pelear Lucina, así que mantente tranquila y relajada-Ahí van las palabras del caballero renombrado, consejos varios y una breve explicación de cómo se irán dando las cosas según él y su visión de los hechos.

Reanima la marcha el caballero, visualizando la posada donde el cree que deberían pasar la noche, pero no entra, solo se acerca despacio, como si vigilara el lugar antes de terminar de decidirse.
En ese lugar no parece haber malas compañías, solo algunos lugareños que buscan donde divertirse un rato, donde beber y gritar un poco antes de volver a casa, pero no más que eso al menos de momento.

Si dormia en una habitación diferente me sentiría indecisa y a la vez me sentiria en peligro...y mas en donde estabamos llegando, una taberna donde los hombres como comunmente lo hacían jugaban, reían gritaban, jugaban distintos tipos de juegos de la epoca que comunmente yo solía jugarlo de vez en cuando con las y los amigos de mi madre...no me gustaría tener una minima posibilidad de ser molestada por un rufian, un pervertido o un ladrón y mucho menos gastar mi espada en personas tan pateticas como las mencionadas.
Le tomé del brazo como si yo fuese su invitada y mantuve mi mirada seria.
Tu eres mi lider y te acompañare en la mayoria del tiempo, sin embargo en estos momentos quisiera....compañía, no me sentiría segura estando a solas...espero no sea molestia que tambien este en tu misma habitación...si lo es solo avisame...yo entenderé...-le mencioné decidida a no pasarla solas...tragé saliva pausando al a conversación y agregué-Vamos a beber algo?-

No se esperaba aquel caballero de renombre que la conversación girara de ese modo, no se lo espero, pero debió hacerlo, porque esa chica a su lado es lo que es, una mujer, y por mas soldado que sea no la hace indiferente a la hora de temer lo peor para una mujer, el cual suele ser una violación o secuestro, y en una posada donde muchos hombres se encuentran ya sea para dormir, beber o jugar eso suele o puede suceder. Ella lo tomo del brazo y habiendo puesto en conocimiento a Nicolas de sus deseos este tomo el brazo de la joven dama con su mano libre, clara señal de comprensión y de gallardía de alguien que la apoya y comprende.

-No te preocupes Lucina, eres mi acompañante, la de un caballero, y por ende te deben cierto respeto. De todos modos nunca falta el idiota que por el alcohol o similar se olvida de con quien se mete…No serás una molestia para mí, estas bajo mi cuidado, y recuerda, que además de caballero y hombre soy un soldado también, no me quejo por niñerías jovencita- Está claro que a Nicolas no le falta ni el buen juicio ni la palabra, hace uso de ambas cada vez que puede y la situación así lo amerita – Beberemos claro, pero no de más, no quiero que el alcohol corra en demasía por mis venas cuando tengo que compartir mi habitación con una jovencita, que si bien desea ser soldado por ahora es solo una bella dama en mi compañía- Se ríe y le guiña el ojo acercándose hasta la posada del Pony pisador, allí descabalga y ata su caballo cerca de la entrada junto a otras monturas más.

Spoiler:

-Parece un buen lugar, y al estar casi en el centro de la ciudad hasta las calles están empedradas, nada mal- Reconoce Nicolas que es un buen lugar, tiene varios pisos y es de piedra casi en su totalidad.

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Ya dentro vieron que es un lugar bastante acogedor, bastante limpio, seco e iluminado, aunque muy concurrido. No dudaron en mirar a los forasteros, fueron el centro de atención, tanto el caballero como su compañera más joven que él,

-Bien, aquí estamos, todo un nuevo pueblo con los ojos puestos en nosotros Lucina- Se ríe un poco Nicolas, no le gusta mucho llamar la atención, pero tampoco es algo que se pueda evitar, por lo que llevo su cuerpo y el de su compañera hacia cerca de la barra para pedir comida y bebida para ellos dos.

La taberna me agradaban, las mesas eran de un buen gusto y el logotipo de afuera simbolizaban algo que me dejaba tranquila, era que a pesar de que el olor a vino, alcohol, el sudor y licor de los hombres que se podrían oler al entrar en el lugar no me importaban tanto, me importaba mas el como me estaba adentrando en este mundo, solo me interesaba estar tranquila, a pesar de estar cabalgando, eso tambien dejaba cansada a una...incluso trayendo silla, necesitaba algo para no estar todo el día con el dolor en mis gluteos y espalda.

Me mantuve al margen estando a lado de Nicolas mientras miraba a los alrededores sin parar ni un segundo, vi una que otra piel como adorno y uno que otro escudo simbólico...y pronto asentí a mi acompañante sobre ir a la barra. Caminé tratando de mantener la compostura, de parecer mas una soldado que una mujer, y me senté casi de inmediato. Estaba apenada y a la vez avergonzada...no sabía como comportarme en estos momentos realmente, necesitaba encontrar un equilibrio en estos momentos...a veces pienso que esta decisión necesitaba un poco mas de tiempo...aun me estoy desarrollando y no se si mis ideas son las correctas.
Lo que ordene el caballero a mi lado será lo que deleite esta noche-afirmé segura del buen gusto de Nicolas y me recargué en su hombro, estaba agotada por el viaje pero tambien hambrienta y con sed...Su manera de demostrar su liderazgo se notaba en las afueras, y su lado caballeroso al menos a mí me resaltaba, así que...¿porque no tambien dejarle el mando sobre la situación?....despues de todo comida y bebida eso son, para deleitarse...ya despues vería como mejorar mis estatus de combate.

Claramente un lugar como ese es lugar de hombres, y de mujeres que buscan hombres, aunque por el día se vuelve más tranquilo por la noche no parece muy honrado que digamos un sitio así. Lucina es bastante bella, además, muchos hombres fantasean con hacer suya una mujer con carácter, y una soldado, además una soldado del Puño de Hierro no cualquier soldado debe de ser según muchos una tigresa en la cama, o al menos debería de tener el coraje y la fuerza que muchos buscan.

Nicolas parece bastante ajeno a la situación, no está interesado en ser defensor de damiselas con tanta rapidez, además unas miradas y alguna que otra palabra que vayan en busca de su escudero no le harán nada mal para endurecer su temple y voluntad.  Mientras ella combate con sus culpas y deberes Nicolas pidió guisado, en lo posible con jabalí, arroz y vino, y como Lucina dejo claro que lo que él  pida estará bien solo pidió eso.  El vino se lo trajeron rápido, pero la comida tendría que esperar unos minutos más.

-No se preocupe, esperaremos- Respondió Nicolas mientras en un vaso el mismo sirve vino para Lucina, y luego para él. Tiene suerte la dama, hasta vino de buena calidad le invitan, no como los demás que beben algo común, y otras pocos cerveza.- Ahí tienes Lucina, esto te relajara- Esas palabras sonaron muy tranquilas, mientras ella se recuesta sobre su padre y mentor este le acaricia los cabellos como si nada- Te has cansado rápido, pero te acostumbraras con el tiempo, aunque no sé si conservaras un trasero deseoso es seguro que se endurecerá lo suficiente como para que no te duela…Además, sería bueno que más adelante consigas una silla de montar más adecuada a tu cuerpo de mujer- Ese es un consejo de alguien que ya tiene muchos años en el ejercito, pero también es un noble, así que sabe bien como adecuan las mujeres de alta cuna sus monturas para poder viajar mas cómodo sobre ellas.

-Bien, ya que estamos aquí, es un buen momento para hablarme de tu pueblo, tu familia y experiencias de vida, porque no todos los días una persona se enlista o desea enlistarse en el ejercito porque si, siempre hay una razón-Una pregunta muy sencilla y fácil de responder para todos, para todos menos para Lucina que tiene que inventarse casi toda una historia con la cual Nicolas no sospeche de quien es ella en verdad.

Olfatié el vino con mi nariz y despues me dispuse a beber tranquilamente dejando fluir su pregunta en mi cabeza...No estaba acostumbrada a mentir...pero ahora sería una pequeña mentira.
Mi padre....un hombre bueno que me educó a base de los tuyos. Nunca pudo pertenecer porque no era apto, pero escuchaba las hazañas y leyendas de los guerreros participes y deleitandose con tales relatos decidio educarme a como ellos probablemente serían educados, es decir con respeto, buena educación y honor hacia el grupo y hacia uno mismo. No obstante el queriendo estar mas de cerca a pesar de las circunstancias, decidio viajar en secreto a buscar e intentar de nuevo unirse...no llegó muy lejos, alguien le mató cuando el menos se lo esperó...y mi madre quedó desbastada...un sujeto quería comprarme a todas formas...era repugnante...le tuve que matar en defensa propia...pronto alguien cercano a mi padre me entrenaría en el arte de la espada por compromiso, porque era el sueño de mi padre. Y así, consumando mi entrenamiento, decidí leer por mi cuenta y meditar al mismo tiempo...Sin embargo quiero cumplir el sueño mio y de mi padre de servir a este lugar como una guerrera audaz. Mi trasero solamente sera de aquel hombre que me amé por lo que soy y por lo que hago...y que sus palabras que se dirigan hacia mi, tengan algún peso...si es para alagarme, debere juzgar si es sincero...Mi intimidad tambien...tratare de que al hombre que se gane mi corazón, disfrute de mi compañía, de mi cuidado y a la vez que ambos nos sintamos orgullosos del uno del otro, eso conlleva a cumplir como su mujer probablemente en nuestros deseos intimos...crear una familia...y seguir con fé nuestros caminos en lo que creemos.-le dije mirandole al rostro de una forma serena, tranquila...aunque el no lo supiese, el ya tenia mi confianza por lo que era...de alguna forma ya le conocia.

Con el vino en la mano y a la espera de la comida el caballero y su paje, por no decir padre e hija se sientan uno al lado del otro siendo ambos un reflejo de la misma moneda, porque a pesar de que uno no conoce al otro como tal las reacciones han sido las que tendrían que ser, ella recostándose buscando la protección de su padre, y la encontró sin duda, aunque con otros sentimientos mezclados debido a las circunstancias. Ella olfatea el vino, algo común entre los nobles y catadores de dicha bebida, algo que no paso desapercibido por el caballero quien la contiene de un modo caballeroso en un abrazo que muchos mas podrían haber aprovechado para acercarse a la jovencita de un modo más intimo. Pero Nicolas se mantiene tranquilo, dispuesto a escuchar lo que ella tiene para decir. Y tuvo mucho para decir la muchacha, desde su niñees y adolescencia pasando por la muerte de su padre y la muerte de algún hombre más, y luego su entrenamiento en lo militar, eso le parece extraño, ya que ningún hombre entrena a otro porque si, aunque ese compromiso posiblemente ni ella lo supiera ya que muchos pactos entre hombres de honor no dejan mas marcas que el acto y la memoria. Terminaron mirando a los ojos los dos, esa sensación que recorre el corazón de Nicolas no le agrada nada, es un hombre con todas las letras, y que una jovencita hermosa como esa que además comparte su fe y tal vez sus mismos deseos lo mire así en ese sitio y ya habiendo bebido algo de vino le sugiere muchas cosas, muchas cosas placenteras. Suerte para el que llego la comida, algo bruto el que les trajo la comida, la apoyo en la mesa como si nada cortando ese momento profundo entre el hombre y la joven a su lado, Nicolas no se sobresalto pero no pudo evadir la respuesta de ese momento.

-Gracias por la comida, luce bien y tenemos hambre- Agradece el caballero a ese hombre y lo deja ir.- Bien Lucina, hora de la comida- Espera el caballero que ella tome su lugar una vez mas y no que tenga que darle de comer en la boca, o sobre sus piernas, eso sería demasiado y su voluntad de buen samaritano tiene un límite. Ofrece una plegaria Nicolas, bendice la mesa y sus alimentos así como los que están sentados en esa mesa, si bien no es un sacerdote cualquier hijo del Master tiene derecho a ser escuchado por su dios, por lo que es normal que la mayoría de la población creyente rece cuando toca la hora de la comida. Espera luego de sus plegarias cortar jabalí y servirle arroz a la joven y para el también, y acompañado de vino esa será una muy buena cena.

Tomé mi lugar en el momento que la comida se presentaba hacia nosotros, cerré mis ojos y entrelanzado los dedos de mis manos el uno con el otro, comencé a implorar a mi Dios, al dios de Nicolas y de mi madre, que a pesar que no la he visto en estos momentos, esperaba que ella se encontrase bien...y que ella no terminara siendo en el futuro mi mismo reflejo...no sabría que pasaría conmigo ahora...mientras imploraba a Dios y rezaba como debía de ser, con respeto y devoción, en mi mente tambien deseaba que me encaminara a lo correcto, que me indicase que debía hacer...que el vino no me estropeara los pensamientos esa noche y perdiera ese control como dama y me avergonzase a mí misma.
Mis ojos poco a poco se abrieron cuando termine y quede viendo a la nada, pensativa en las decisiones que debía de tomar...pero cuando Niicolas terminaba de servirme de una forma educada...solo posicioné las manos en cada uno con su cubiertos y comencé a cortar delicadamente una parte del jabalí en trozos pequeños.
Estoy alagada de ser escudera de tan lindo caballero-le dije a Nicolas mientras comenzaba a comer trozo a trozo, tomandome tiempo entre cada bocado para deleitar su sabor. La comida era sagrada, así que solo estaría comiendo acompañada del aroma del festín, del vino y de mis pensamientos.
El vino tuvo que esperar hasta que mi apetito se saciase, me había tomado mi tiempo en comerme aquel jabalí, acompañado del arroz entre cada, si bien recuerdo, 4 trocito de jabali ingeridos; mi mano izquierda tomo la copa y comence a beber, nuevamente despacio, dejando que mi garganta sintiese el liquido pasar por ella poco a poco.

Cuando mi copa se terminó, decidí mirar a Nicolas, mostrándole una sonrisa.
La comida ha sido deliciosa señor, ¿ahora a que debemos proceder?-le mencioné a Nicolas con el respeto que yo debería de tenerle.