Viajando por tierras lejanas.

Deje que Tomoe me peinara y desenredara el pelo feliz, escuchando como me respondia con kohai, lo que me hizo sonreir feliz. Despues de ello me fui con Mimi.
Mire a Mimi feliz y orgullosa de tenerla como amiga. Podia haber conocido a mucha gente en el viaje, a curanderos viejos y experimentados o a mujeres con magia curativa, sin embargo había conocido a una chica menor que yo con grandes conocimientos y con un gran corazón. No podia haberme salido mejor. La suerte como tantas otras veces me sonreia, dejándome claro que de alguna manera, como decia mi madre, me guiaba una estrella. entonces abrace fuerte a Mimi para luego cogerla de las manos.

-Claro que contare contigo. Eres genial
.

dije con una sonrisa y soltándola las manos. Despues vi a Tomoe salir del agua y secarse tambien. sin embargo no tardo en llamarme y me acerque, viendo como sacaba un bonito vestido. Al verlo, no pude evitar recordar a mi hermana, los kimonos eran unos de sus trajes favoritos, y al igual que Tomoe tenia el pelo plateado. Quien sabe, incluso podria ser Tomoe mi hermana despues de años sin verla. Pero desgraciadamente sabia que no seria asi. Me acerque y me puse el Kimono emocionada a pesar de que no era mi talla. Luego, sin dejar a Tomoe ajustarlo la abrace con fuerza tambien con los ojos algo llorosos. Luego la deje para que me acomodara el traje.

-Gracias... Cuando llegue a casa, quiero que mi hermana se sienta orgullosa de mi. La contare historias y aventuras pero de entre todas esta será la mejor de todas.

Sonrei a las dos pasándome la mano por la cara para quitarme las lagrimas. Feliz de estar tan bien acompañada.

Henshury cambió radicalmente su expresión, parece una niña en su cumpleaños, luce sumamente feliz y emocionada, posiblemente solo había que mostrarle algo de cariño para ponerle de tan buen humor, aunque Tomoe empezó por lo serio y recto, y luego si le entrego lo dulce. Revelo su regalo la samurái-Ko para la joven princesa y se lo coloco con mucho cuidado sabiendo que su talla no es la misma que la de Henshury, aun así las mujeres saben muchos trucos al respeto y Tomoe no es la excepción por lo que se las puede arreglar bien en ese tema. Con la cabeza afirmo las palabras de la pequeña Mimi, es sumamente hermoso ese kimono, de los favoritos de Tomoe, algo que no dirá ya que si lo dice puede que Henshury no lo acepte, por otra parte podría ser más honor para la joven al saber que tiene algo en su poder muy querido por su amiga y probablemente futura maestra de combate. Iba a agregar algo al respecto pero fue sorprendida por su joven y bonita kohai, su abrazo fue tan tierno y lleno de energía como así de inesperado. Ahogo el grito de sorpresa la mayor de las presentes y luego si le respondió el gesto muy dulcemente, acariciándole los cabellos y un poco la espalda de modo comprensivo conteniéndola en sus brazos el tiempo que fuera necesario.

-Pues espero que te esfuerces para ello, de otro modo no serás un buen ejemplo para ella. Mimi-chan tiene mucha razón…-Agrega mientras le acomoda el kimono de tal modo que se ajusta bien al cuerpo de Henshury transformándola en una verdadera señorita con aires de nobleza.-Te queda precioso, necesitaras cuidados para el pero si aprendes lo suficiente sobre kimonos entonces podrás acomodarlo a la perfección siempre que lo necesites.-Palmea despacio y con cariño los hombros de la chica que cada tanto se pone a llorar, es demasiado sensible Henshury, algo con lo que tendrá que aprender a lidiar Tomoe que tiene su actitud algo más madura y endurecida debido a la educación samurái que ha tenido desde pequeña.

-Bueno, ya debe de estar atardeciendo fuera, podemos caminar un poco o simplemente disfrutar de la paz de nuestra habitación, eso es algo que les dejare elegir en esta oportunidad.-No las enviara rápidamente a la habitación, aunque tampoco tiene intención de dejarlas ir de fiesta o similar así como así, pero les da la opción de elegir que quieren hacer a continuación tomando como desde el comienzo el control de la situación, así como la responsabilidad por el mismo.

-No podrán decir luego que Tomoe es mala y gruñona, les dejo elegir- Guiña el ojo muy divertida mientras se mantiene cerca de ellas pensando en que ponerse, probablemente solo una yukata blanca o gris ya que su mejor kimono lo acaba de regalar.

Las cosas mejoraban cada vez mas. No solo habia dejado de estar sola, ahora tenia dos amigas y una de ellas seria mi profesota y la otra podria alomejor curar a mi hermana. Despues de tanto viaje, porfin habia logrado algo en condiciones. Las miraba feliz de estar con ellas y llena de emocion, dejando que Tomoe me vistiera como lo deseara, aceptando con ello ese regalo tan especial. Mire a Mimi y asenti emocionada. Desde luego era precioso, pero no sabria si despues de tanto tiempo vagando por el mundo sin rumbo volveria a quedarme bien un kimono.
-Eso creo Mimi, con este kimomo hasta yo puedo parecer mas guapa.jejeje.
Dije tontamente modesta, sabiendo que habia adelgazado mucho y que siempre llevaba barro de andar sin parar por el mundo. Por ello me preguntaba si en realidad aquello me quedaria bien de verdad. Pero no podia eliminar esa alegria y emocion de mis ojos. Podian verlo ellas. Hacia años que nadie me regalaba nada y menos aun un vestido tan bello. Por ello me avalance sobre Tomoe para darle las gracias sin saber como agradecerselo. Y ella no dudo en responder con felicidad, luego me aparte y la escuche.
-Si, me esforzare. Se sentira orgullosa, y mi padre tambien.
Respondi decidida y mirando al cielo como si aquello fuera el mayor reto del universo.Mientras miraba como me acomodaba el kimono y estudiaba el proceso por si alguna vez tenia que aprenderlo.
-Es el mejor regalo que me han echo en años...muchisimas gracias...
Dije girando con los brazos abiertos y viendo como se movia la tela con el movimiento, disfrutando de la caida del kimono y de sus ondas. Era un regalo precioso.Cuando escuche a su pregunta me puse a pensar. Estaba cansada, pero tambien queria estrenar el kimono de verdad. No queria tener que quitarmelo ahora para dormir. No pude evitar reir al comentario de Tomoe  y decidi hablar.
-Tomoe no es mala ni gruñona. Tomo es...es increible.
Respondi feliz y emocionada como hacia tiempo que no lo estaba. Luego mire a Mimi y la cogi de las manos mostrando gran amistad. Quizas ahora estaba confiandome demasiado comparado con otras veces, pero necesitaba confiar en gente y ellas eran la solucion para mi soledad.
-¿a ti que te apetece Mimi-chan? Elige tu.
La pregunte mirandola a los ojos ahora llena de alegria. Me daba igual ir a donde fuera, solo queria ir con mis amigas, aprender a defenderme de verdad y curar a mi hermana, y todo... lo habia conseguido en una misma noche. Porfin el mundo parecia sonreirme.

No ignora Tomoe el tema de la belleza, sabe que la belleza es un gran arte, un gran don, y también una gran herramienta, y si bien Henshury es probable que jamás alcance la belleza que debió de tener en su vida si la hubiera vivido como una señorita eso no quita que pueda engordar, sacar un poco de musculo y de mejorar la suavidad y cutis de la piel.

-Si bien el kimono te ayudara bastante Henshury-kohai tienes que desde ahora cuidarte más. Asear tu cuerpo siempre que puedas, tendrás que empezar a mirar cremas y plantas con ojos más atentos, comer más y en lo posible sano, y por supuesto hacer algo de ejercicio, sin mencionar descansar debidamente y en condiciones.-No es desconocido el tema de la belleza para la samurái-ko, después de todo uno puede nacer linda, pero mantenerse linda es otra historia muy diferente y más dificultosa. Se siente alegre al escuchar hablar tan animada a su futura alumna, tiene que tener los ánimos bien altos para enfrentar la vida de allí en adelante, y tanto Mimi como Tomoe probablemente sean los pilares de la joven princesa de ahora en más.  

No le sorprende a Tomoe de escuchar decir a la joven que es el mejor regalo que ha recibido en años, porque nadie te da algo gratis así como así y menos algo tan caro y preciado como el kimono que le acaba de regalar.

-Desde ahora tu vida tiene que cambiar, asi que espero que las personas te aprecien y lo demuestren de muchas formas…Algunas veces será con algo material, otras veces con una sonrisa o una canción, como sea, espero que lo sepas valorar con anhelo en tu corazón Henshury-Kohai-No cree Tomoe que hayan sido necesarias esas palabras hacia la joven noble, pero por si las dudas lo dice también para que pueda escucharlo Mimi y guardar esa enseñanza tanto en su memoria como en su corazón.  
Se le escapo una sonrisa a la samurái-ko cuando la joven Henshury dijo que ella era increíble, no se esperaba ese cumplido, y como toda mujer cada tanto le gusta ser alagada aunque no quiera pecar de vanidosa, disfrazando la sonrisa rápidamente al girar su visión un poco como para observar el lugar para después una vez controlado ese impulso de sonreír volver su vista hacia las chicas que la acompañan en esa habitación que se ha vuelto todo un lugar de reunión. En dicho lugar la idea fue inánime, todas querían salir a pasear por los alrededores de la posada así que la mayor de todas las presentes accede a ese pedido.

-Sera entonces un paseo por los alrededores, y yo también al igual que tu Mimi-chan tengo que vestirme.-Con ese comentario se coloca la ropa interior primero, ajustándose bien en la parte del pecho las vendas, y al terminar al estar tan apretadas se nota que de ese modo tiene menos busto al tener los senos tan apretados. Luego de ello se coloca una yukata gris oscura, como si fuera alguna yukata de entrenamiento más que de vestir. Ya todas vestidas les acaricia la cabeza a sus compañeras y las toma de las manos, llevándolas de ese modo protector hacia fuera de las termas, pasando luego a la parte del restaurante y finalmente llegando a las fueras de ese establecimiento donde más de uno las observa con ojos de “depredador”, o simplemente dicho con los ojos de todo hombre que observa deseoso a una mujer, ni más ni menos.

-Sé que hay una gran parque hacia la derecha, y luego hacia el frente una especie de mercado ¿Dónde gustan ir ustedes mis pequeñas protegidas?-Nuevamente opciones, y nuevamente el tono de adulto protector, siendo en ella algo bastante fuerte el ser permisiva y en malcriar en cierto punto a sus compañeras.

Y alli decidimos que hacer. Estabamos todas de acuerdo aunque ellas tendrian que vestirse, pero a mi no me importaba esperar. Mire a Tomoe mientras me acosejaba cosas, que viniendo de una mujer estaba dispuesta a hacer caso. Mi padre siempre me decia esas cosas, pero solo por los hombres. Ponte guapa o nadie te va a querer, come mas o con esos huesos ningun chico guapo va a apreciarte. Pero esas cosas me molestaban, me molestaban tanto que siempre me ponia mas fea aun cuando venia un hombre a casa. Aveces me costaba alguna paliza, pero otras simplemente miradas mal vistas. Sin embargo, cuando Tomoe me lo dijo estaba mas que claro. Era por ser mejor, ser guapa, pero por una misma, no por los demas.
-Hare todo eso a partir de ahora.
Diije emocionada, viendo a Tomoe como una maestra y quizas como una madre. Habia perdido a la mia hace mucho tiempo y por ello no sabia muy bien como se comportaba una. Sin embargo ella parecia lo mas cercano a una madre que podria tener en mucho tiempo.

Vi como se vestian y ponian guapas tambien, para finalmente salir las tres juntas de aquel lugar y dar una vuelta por aquella zona que tanto me recordaba a mi hogar. No me gusto la mirada de aquellos hombres, los que me hacian recordar cosas que no me gustaban. Los odiaba. Mi padre siempre los habia defendido pero esas miradas no eran las mas adecuadas para una dama ni para ninguna mujer. Y todos acababan mirando asi a las mujeres jovenes y bonitas como nosotras. Misteriosamente senti la necesidad de defender a Mimi, sobre todo a ella de esos hombres. Pero al mismo tiempo, y sintiendo la mano de Tomoe la agarre con mas fuerza buscando un apoyo y un poco de valentia en aquel gesto. Tenia algo de miedo, pero ahora no estaba sola y por eso me aferraba a ella en cierto modo como si fuera mi protectora.
-A mi me gustaria ver el mercado.
Dije con una sonrisa aunque tambien tenia ganas de ver el parque. Quizas las dos cosas estuvieran bien mas adelante.

La joven princesita hace caso a todo lo que dice Tomoe sin poner quejas, Mimi tampoco parecer ser problemática y le da unos consejos a la samurái-ko bastante inesperados para ella en lo referente a su busto y la forma de apretarlos, algo que suelen hacer casi siempre y únicamente las mujeres guerreras como ella.

-Jajaja vaya observación Mimi-chan, para las mujeres guerreras puede ser algo molesto tener el busto poco ajustado o suelto, razón por la cual siempre lo ajustamos bien al cuerpo, además, también me ayuda a evitar miradas incomodas de muchos de los ciudadanos de la sociedad, es algo que comprender cuando crezcas Mimi-chan, pero aún falta mucho para ello.-Menciona esa mujer bonita mientras termina de vestirse, acto seguido acaricio a Mimi en los hombros y una vez vestidas y peinadas todas salieron a la calle donde Tomoe actuó como la protectora del grupo desde el primer momento sin dudar. Las dos chicas a cargo de la mayor de las presentes están de acuerdo en visitar el mercado primero, por lo que Tomoe se encamina hacia su izquierda donde la calle se va ensanchando cada vez más a ambos lados de la acera hasta hacerse una gran calle con muchos puestos de diferentes índoles a cada lado de la misma. Las ropas de los presentes allí cambian bastante, lo mismo pasa con sus facciones, claramente allí es un mercado para las personas que tienen un cierto nivel social, no es para cualquiera. Se ve también bastante seguridad en dicho lugar para evitar robos y otras cuestiones problemáticas.

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Se pueden apreciar algunos de los juguetes de la época, aquellos que son furor entre los niños o las niñas de mediana y alta cuna.

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La comida está muy bien elaborada, los platos y cubiertos son para paladar fino y hay una buena variedad de ellos.

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Más atrás se ve ropa de excelente calidad, sin duda comprar una prenda así debe salir sus buenas monedas de oro.

-Pueden mirar cuanto gusten, aunque no estoy segura de poder comprarle aquello que pidan, doy el aviso desde el principio jejeje.-Sonríe Tomoe sabiendo que posiblemente no puede darles el gusto a sus compañeras de comprarles algún recuerdo de su estadía allí en ese lugar pues es probable que el dinero no le alcance para ello, o que tal vez si le alcance pero quedaría sin un centavo para subsistir los días que les quedan por delante.

Me resulto curioso ver como Mimi echaba la bronca a Tomoe por ajustarse el pecho con telas. Yo, cuando me enseñaron a luchar tambien acabe haciendolo. Pero si de donde venia Mimi era perjudicial, jamas volveria a hacerlo. Asi que al oir la respuesta de Tomoe, y comprendiendo algo mas del tema hable defendiendo las ideas de Mimi.
-Yo, sinceramente Tomoe-sensei, si Mimi tiene razon, la haré caso. Prefiero estar sana aunque deba ignorar muchas miradas, que perder mi salud ocultando una parte de mi. Por lo menos ahora. No vamos a pelear ni creo que tengamos ninguna pelea.
dije mientras miraba mi vestido nuevo con felicidad. Despues de aquello salimos de alli en dirección al mercado. Las tres unid sy felices. Me asombro ver el nivel social que habia en ese mercado, no era un mercado cualquiera. Por ello no pude evitar ver los puestos emocionada y recordando viejas historias. Recordaba a mi hermana jugando conmigo con regalos de mucha gente, no habia visto todos los juguetes que veia ahora en aquel mercado, pero si bastantes. Sonrei feliz de poder recordarlo y me di cuenta de que yo ya era mayor para todos esos juguetes, ahora ya no me atraian como antaño. Tanto tiempo huyendo, me habia echo mayor.
Luego vi comida y respire oliendo todos aquellos aromas. Era similar a mi tierra, pero no era del todo igual. Parecia estar mas desarrollada que la tierra de mis origenes. Luego vi vestidos increibles y sonrei feliz de haber vuelto en busca de la gran samurai en vez de haber huido. entonces oi a Tomoe y sonrei aceptandolo. No parecia ser un lugar barato.
-No te preocupes Tomoe. Ahora vengo.
Respondi corriendo por donde habiamos venido con el vestido siendo tratado con cuidado. Podia verse como sabia tratar el vestido con delicadeza a pesar de no ir totalmente elegante al caminar. Tras un poco volvi con tres pinchos en las manos de bolitas de pulpo y sonrei mientras me comia una bolita feliz. Luego los reparti.
-Para vosotras, era mi comida favorita donde yo vivia. No saben igual, pero siguen siendo deliciosos. compre un palito para cada una. Tomad.
Sonrei emocionada mientras les tendia la comida feliz. Luego segui mirando puestos mientras comida.


off: perdon por la demora >.<

Mientras se presentó en el grupo un tema de mujeres ya habían llegado al mercado y caminaron por el mismo de forma segura, algo que tranquiliza bastante a Tomoe y le deja relajarse por completo al no tener que preocuparse por la seguridad del grupo. Sonríe un poco a las chicas y luego niega con la cabeza el inocente pensamiento de Henshury que parece haberse olvidado de una premisa importante en la vida del guerrero.

-Es probable que Mimi-chan tenga parte de razón en lo referente a estrechar el busto, pero un samurái siempre tiene que estar preparado para lo peor en cualquier momento, por lo cual esta paz…Incluso en esta paz una parte de mi tiene que seguir preparada para el combate.-Hace su descargo Tomoe explayando sus pensamientos al resto del grupo mientras le acaricia el rostro a Mimi que acepta sin problemas el que aún le falta mucho por crecer. Cree la samurái-ko que Mimi será delgada como la madre, probablemente no tenga problemas con el tema del busto al igual que Henshury así que podrá deambular libremente de un lado al otro sin llamar la atención exageradamente.–No hay de que, es un placer guiarlas y protegerlas.- Agrega de inmediato la mayor del grupo en cuanto Mimi le agradece por la salida al mercado. Siguen deambulando por el mercado mientras conversan de temas comunes y sencillos aprovechando alguno de esos momentos Henshury para alejarse un poco de sus compañeras y volver rápidamente En esos momentos Mimi la sorprende con una petición inesperada a la cual no tarda mucho la mayor de las dos en responder.

-Admito que es una petición completamente sorpresiva Mimi-chan, puedo aceptar un combate amistoso pero no aquí, deberá ser en otro sitio con no mucha gente alrededor, además, prefiero no combatir cuando apenas he me bañado.-Guiña el ojo a la pequeña y le toca los cabellos tiernamente mientras Henshury regresa hasta donde ellas se encuentran una vez obtuvo lo que ella quería. La samurái-ko sonríe y luego toma el obsequio de la joven en una de sus manos aunque no lo come inmediatamente.

Spoiler:

-Gracias Henshury-kohai, así que te gusta el takoyaki, lo tendré en cuenta.-Luego de esas palabras come tranquila disfrutando de ese pequeño manjar junto a todas las demás allí presentes.

El escuchar las razones de Tomoe me hicieron sentirme identificada. siempre alerta y estresada, sin embargo en ella era algo tan natural que apenas podia notarse, incluso podia llegar a relajarse sin problemas. En mi caso mas bien era una especie de enfermedad mental donde mirabas mal a todo el mundo solo por temor y desconfianza. No en el ultimo momento, sino continuamente. Debia aprender de Tomoe, siempre amable y cordial, tal como me habian enseñado a mi y si algo iba mal, en ese momento habia que actuar, no antes, ni despues. Con mas razon tendria que ser como Tomoe, yo que llevaba años con una especie de dragon de la suerte cubriendome en mis sueños.  En aquellos momentos fue en los que pense si debia tambien cubrirme con telas. Solo la experiencia me responderia esa pregunta.

Según fui hacia el puesto de comida pude ver mucha mas ropa, juguetes y joyas entre otras muchas cosas, era increible la variedad de cosas que había en aquel lugar. finalmente cogi mis preciadas bolitas de pulpo y volvi hacia mis compañeras. al llegar alli, Mimi miro la comida curiosa y Tomoe se intereso por mis comentarios. Sonrei mientras comia y le tendia a las demas sus palitos.
-Si, me encanta el tokoyaki. Aunque...le gustaba mas a mi hermana.
Dije con una sonrisa feliz y nostalgica. Luego mire a Mimi y empece a sacar dedos recordando para explicarle que era exactamente.
-Basicamente es pulpo, pero tiene huevos, harina, sal, salsa...agua...aceite...y, no recuerdo mas.  Yo...antes de salir de casa, nuestro padre nos tenia prohibido muchas cosas, entre ellas comer lo que se nos antojara. Pero a mi hermana un dia se le ocurrio la genial idea de colarse en la cocina y hacer tokoyakis y sopa de miso. jejeje, acabamos nosotras mas llenas de harina que el plato. Luego nos descubrieron y acabamos castigadas pero jamas habiamos probado una comida tan rica. Creo que hasta nuestro padre comio a escondidas jejeje.O eso nos dijeron dias despues.
Dije sonriendo y disfrutando bocado a bocado de aquella comida simple pero deliciosa para mi gusto. Recordando viejos y bonitos tiempos y estando feliz por haberlos vivido.
-Cuando lleguemos alli pedire que hagan para mi hermana unos pocos. Estara cabreada por comer siempre comida saludable. Y por un dia no creo que la pase nada. Quizas incluso mejore con un poco de comida bien hecha.
Les dije a las dos emocionada y esperanzada. Tenia una buena sensacion al respecto. Todo me salia bien, como si mi buena suerte porfin se repartiera.

Se puso contenta Tomoe al deja satisfecha a la pequeña Mimi con su respuesta. Realmente ha querido retrasar ese pedido cuanto pueda, se sentirá muy culpable si por casualidad la pequeña sale lastimada en dicho encuentro y no quiere cargar con esa culpa en su corazón. Dejaron luego ese tema de lado para comer y charlar un poco sobre otros temas, como por ejemplo la hermana de Henshury entre otras cosas. Se va haciendo cada vez mas de noche a medida que conversan y caminan por el mercado, eso hace que las mujeres que venden su cuerpo por dinero o protección comiencen a hacerse ver  de a poco.
-Se está haciendo cada vez mas de noche, y en mi humilde opinión las mujeres honradas no salen a andar a estas horas de la noche, por lo que pienso que el paseo ha terminado por el día de hoy señoritas.-Expresa la samurái-ko sus pensamientos en lo referente a lo que debe ser la actitud de una dama, en especial cuando está lejos de casa. No sabe bien Tomoe que pensaran sus compañeras en lo referente a la vida nocturno, tal vez a ellas da lo mismo, pero en su caso particular regresara a la posada y no obligara a nadie a tener que acompañarla a la fuerza. –Ustedes pueden quedarse si lo desean, aunque desde mi punto de vista no es aconsejable…Sería bueno que escucharan mis palabras, les ayudara a ser verdaderas señoritas.- Sonríe y les deja tiempo para pensar y decidir, Tomoe no quiere pasarse de la raya y tomar el lugar de la madre de nadie, además, ellas deben tomar sus propias decisiones en la vida y lo mejor es que empiecen desde ahora allí mismo.

No pude evitar reirme al comentario de Mimi de "valla forma de comer pulpo" y acabe mi pincho feliz y contenta. Era bonito ver como aceptaban mi regalo a pesar de no ser valioso ni duradero. Pero al parecer gusto a las dos en gran medida. Sobre todo a Mimi que  nunca lo habia probado pero permaneció en un sitio fijo para saborearlo de mejor manera.
-Me alegro de que te guste Mimi.
Dije con una dulce sonrisa. Era algo realmente bonito saber que tu regalo era bien recibido. De echo recordaba veces en las que mi padre tiraba la comida al suelo y la pisoteaba solo para demostrar que eso no era lo que debíamos de comer o lo mismo hacia con mis katanas cuando se enteraba, escondiéndolas de mi alcance. Pero rápidamente pase de pensar en ello y me centre en Mimi.
-¿cómo es tu mundo?
Pregunte curiosa mientras veia como el lugar parecía cambiar de aspecto con la oscuridad. Según las horas del día todo cambiaba y aquel lugar no era diferente a donde había estado. Entonces Tomoe dijo algo con lo que estaba totalmente de acuerdo. Seria muy bueno descansar y no andar a esas horas de la noche.
-No, yo prefiero ir a dormir, es tarde y me gusta madrugar. Asi el día cunde mucho mas y por la noche no se puede hacer nada divertido.
Dije dejando claro que acompañaría a Tomoe a la posada. Mañana podriamos seguir investigando mas de aquel lugar o comenzar un viaje hacia mis tierras.

Las dos chicas junto a la mujer samurái tras escuchar el consejo de la mayor optan por seguir sus sugerencias en cuanto a ir a descansar en breve. Mimi y Henshury charlan sobre la comida y sobre el supuesto mundo de Mimi el cual Tomoe no cree mucho que exista, mas no entra en discusión porque le parece innecesario discutir de algo así de lo cual no solo no conoce sino que además no le trae ninguna clase de beneficio o ventaja ni a ella ni al grupo.

-Bien señoritas, entonces volvamos a la base.-La toma de las manos a ambos y se encamina de regreso a la “base” la cual no es más que una posada donde descansar y relajarse. El viaje de vuelta fue más corto al no andar paseando y mirando todo con atención como lo hicieron en el atardecer, y se dieron cuenta rápidamente de que en la posada hay mucha más gente por la noche que por la tarde. El lugar donde atar los caballos está bastante lleno de esos equinos, y dentro del lugar desde la puerta y las ventanas de dicho establecimiento se ve que está bastante lleno, tiene muchos clientes.

-Vaya, el dueño del lugar ha de estar muy feliz con tantos clientes.-Hace un pequeño comentario en lo referente a la gran cantidad de gente que hay allí esa noche antes de ingresar en ese sitio y lentamente caminar entre el espacio que queda entre las mesas y hace de pasillos para así moverse sin causar problemas a nadie.–Mis lindas princesas… ¿Quieres cenar en un rato o simplemente quieren algo simple para calentar el cuerpo…Algo así como un te? Lo segundo lo podemos tomar más tarde en nuestra habitación, la cena en cambio será si o si en el comedor.-Acaba de darle dos opciones a las más pequeñas la samurái-ko, una para mantenerse tranquilas en la misma habitación y la otra una más común, el cenar con todas las personas en el comedor como lo hace el común de la gente. Ahora solo resta esperar a que las chicas hablen y tomen su decisión, sea cual sea será aceptaba por la mayor de las tres allí presentes.

Escuche atentamente las palabras de Mimi cuando hablaba de su mundo. Verdad o no, no lo sabria, pero desde luego soñaria con ello. Segun lo que contaba era un lugar de facilidades y donde la gente se movia a gran velocidad sin caballos. Me parecia increible.
-Y..y...La gente es como tu? ¿ o son de colores con varias cabezas? ¿ la comida es igual?
Pregunte emocioanada y algo alocada. Tras recibir respuestas Tomoe parecio volverse seria y dejar claro que iriamos a la posada. Cogi su mano y avance hacia la posada todas juntas. Una vez alli mire el gentio alerta y vigilante por si acaso había alguien de quien debiera huir y tras eso mire a mis compañeras. La verdad que me daba igual que hacer. Estaba bastante cansada como para decidirme.
-Si, tiene muchos ahora mismo...A mi me da igual. Elegir vosotras. Según el hambre que tengais.

Dije feliz y tranquila. Sobre todo al saber que aquellos hombres no estaban alli esperandome.

Parece que la decisión de la noche será el comer en la propia habitación ya que Mimi prefiere descansar, ya Henshury le da igual. La pregunta de la princesa es algo tonta… Pero no decir una pregunta estúpida, Mimi decidió no responder o tal vez no la escucho.

-Entonces lo mejor será comer algo sencillo en la habitación y luego irnos a dormir.-Toma curso en dirección de algún mozo con el cual poder hablar y pedirle una habitación o información sobre la misma, pero ella al tener un estatus social alto nunca le faltan habitaciones, mesas ni nada que se la parezca, siempre tienen un cupo disponible para una samurái, en especial para un campeón.

Spoiler:

Les ofrecen una cómoda y gran habitación, alcanza perfectamente para las tres. Tomoe pidió té con unos panecillos para la cena, algo sencillo y de rápida digestión para poder ir a dormir inmediatamente luego de la cena.

-Relajémonos un poco y luego a dormir.-Habla la samurái-ko mientras comienza a preparar el té, ira sin ceremonia ya que en esa oportunidad las ganas de descansar apremian por encima de la etiqueta. Con el té haciéndose Tomoe se puso algo más cómoda, se quitó algo de ropas y se quitó las telas que hacen de sostén, de ese modo deja su busto libre y al natural, una sensación de liberación invadió el cuerpo de la joven mujer, en su rostro de noto el alivio y la satisfacción de poder ser ella misma nuevamente.

-Así me siento mucho mejor jejeje…-Sonríe mientras vigila de que su infusión tome el color adecuado, eso le indicara cuando es el momento oportuno de comenzar a beber. –Tras un sueño reparador vendrán nuevas y mejores energías.-Eso dice y eso espera la educada mujer, en un sitio de esa categoría no deberían abundar ninguna clase de problemas ni inconvenientes.

Finalmente decidimos volver para dormir cuanto antes. Al oir las palabras de Mimi y de Tomoe acepte el ir pronto a dormir. Estaba cansada y hacía tiempo que no dormia en una cama en condiciones. Asi que ahora aceptaria gustosa dormir en una cama en aquella posada tan lujosa. No tardo en decirselo a un hombre que rapidamente nos dirigio hacia una habitacion bastante bien dispuesta. al verla sonrei. me gustaba aquel lugar tan similar a mi tierra. Tenia mucha nostalgia y sabia que en cuanto volviera, a pesar de todo lo pasaría bien. Podia tener problemas pero era mi hogar y lo echaba de menos, sobre todo a los que tenía alli.

-Me encanta la habitación, es preciosa, igual que este lugar. Es casi igual que donde vivía.

Sonrei mientras me quitaba con cuidado el vestido que me había regalado Tomoe. No quería arrugarlo ni ensuciarlo mas por el momento y si iba a casa, me gustaría presentarme con el con mucho orgullo por haber vuelto viva y con una gran curandera. Luego me vestí con una ropa algo mas sucia y ligera y me sente ahi mirando a Tomoe y a Mimi. Mientras cogi un panecillo para comer un poco antes de irme a descansar.

-Y con esas mejores energias seguro que afrontamos el día mejor que los demas. Estoy realmente contenta de haberos conocido.

Dije con una sincera sonrisa para despues levantarme y dar un beso y un abrazo a cada una de mis nuevas compañeras. Tras aquello me subi a la cama para quedar en un lateral dejando mas hueco para ellas y cerre los ojos feliz.
-Buenas noches.

Están prácticamente todas las chicas listas para cerrar los ojos, relajarse acostadas y descansar, hay unos últimos comentarios de alegría y agradecimiento por parte del grupo antes de ello, y tras unas leves sonrisas terminaron todas acostadas en la gran cama que hay en el centro de esa habitación. La cama es una cama matrimonial, pero siendo ellas todas mujeres delgadas y una niña caben con completa facilidad sin molestarse las unas a las otras.

-Buenas noches, y hasta mañana.-Les desea un buen descanso Tomoe y luego guarda silencio, va cerrando sus ojos de a poco y siente como todo su cuerpo se relaja de a poco en esa parcial oscuridad que las rodea. En poco tiempo ya entraría en un sueño profundo el cual traerá el necesitado y anhelado descanso.
No puede evitar pensar un momento en su viaje y en el destino que le depara el mismo, pero no lo piensa por mucho tiempo ya que rápidamente la mujer samurai entra en un sueño placentero y rejuvenecedor.

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Tema finalizado, obtienen 3 de experiencia.