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Fortificando el Sur
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Fortificando el Sur
El clima del sur de Asbru es el clima más templado del todo ese territorio, en verano suelen llegar a los 10 grados de temperatura y en invierno a los 15 grados bajo cero, haciendo de ese lado de ese país un lugar muy acogedor para las tribus de Asbru.
En el territorio sur se puede cosechar muy bien, es una tierra fértil donde el frió solo los castiga realmente en invierno, haciendo que sea fácil cultivar y de mantener con bienestar al ganado. Los hombres enferman poco y tienen buen comercio con otras naciones o mercaderes que cruzan cerca de sus tierras, actuando más como comerciantes que como una tribu en sí.
A esas tierras han enviado a Enea, o mejor dicho el decidió ir por cuenta propia al tomar dicha misión en el Chivo Rojo, taberna que está ganando gran fama en diferentes partes del mundo.
Los caminos a dicho territorio sin simples y están bastante protegidos, por lo que deambular en esa dirección fue sencillo. Se cruzó con más de un guerrero en esa dirección, muchos van a vender su espada al mejor postor, y apuesta al sur de Asbru. Luego los mercaderes con sus tropas ven y vienen, conviniendo que en guerra siempre hay más y más para vender, aunque el dinero escasee siempre se puede hacer préstamos con altos intereses si hay mucha desesperación en el proceso. Cuando ya estuvo en las fronteras visualizo que están fuertemente protegidas, han aprendido de sus errores del pasado y ahora están fuertemente fortificadas. La cola para ingresar al territorio es larga, pero avanza a buen ritmo, por lo que con esperar un par de horas puede suponer que podrá ingresar a ese país y obtener información precisa de dónde dirigirse. Las filas están separadas entre mercaderes, nobleza y reclutas, así que el debería de alistarse en esta última que parece ser la fila examinada de manera más minuciosa y ruda que las demás anteriormente nombradas.
En el territorio sur se puede cosechar muy bien, es una tierra fértil donde el frió solo los castiga realmente en invierno, haciendo que sea fácil cultivar y de mantener con bienestar al ganado. Los hombres enferman poco y tienen buen comercio con otras naciones o mercaderes que cruzan cerca de sus tierras, actuando más como comerciantes que como una tribu en sí.
A esas tierras han enviado a Enea, o mejor dicho el decidió ir por cuenta propia al tomar dicha misión en el Chivo Rojo, taberna que está ganando gran fama en diferentes partes del mundo.
- Spoiler:
Los caminos a dicho territorio sin simples y están bastante protegidos, por lo que deambular en esa dirección fue sencillo. Se cruzó con más de un guerrero en esa dirección, muchos van a vender su espada al mejor postor, y apuesta al sur de Asbru. Luego los mercaderes con sus tropas ven y vienen, conviniendo que en guerra siempre hay más y más para vender, aunque el dinero escasee siempre se puede hacer préstamos con altos intereses si hay mucha desesperación en el proceso. Cuando ya estuvo en las fronteras visualizo que están fuertemente protegidas, han aprendido de sus errores del pasado y ahora están fuertemente fortificadas. La cola para ingresar al territorio es larga, pero avanza a buen ritmo, por lo que con esperar un par de horas puede suponer que podrá ingresar a ese país y obtener información precisa de dónde dirigirse. Las filas están separadas entre mercaderes, nobleza y reclutas, así que el debería de alistarse en esta última que parece ser la fila examinada de manera más minuciosa y ruda que las demás anteriormente nombradas.
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Re: Fortificando el Sur
Tras salir de la taberna decidí mi misión aquella temporada. Necesitaba sentirme viva de alguna manera y habia decidido ofrecerme como guerrillera para ello. Hacia tiempo que no luchaba, tan solo asesinaba de maneras innobles. Ahora era el momento quizás incluso de ser algo reconocida. Pero sabia mis desventajas. Tal como habia dicho aquel hombre no ivan a tratarme mejor por ser mujer. Y eso era algo triste en cierto modo, ya que mejor no me tratarian, pero posiblemente, si peor. Avance viendo mercaderes y soldados pro los caminos, para al final llegar a aquella fortificación. La mire algo impresionada para despues abrigarme menos con aquella ropa que llevaba. Ropas calidas que me ayudarian a soportar aquella temperatura sin ningun problema y la que podria venir. Entonces vi el paisaje conforme con el, realmente bello, una pena que se llenara de armas y sangre en un tiempo. Nadie nos salvaría de la guerra aquella temporada, y lo sabía un mas al saber que planeaba cierto rey contratando a asesinos. Ahora al parecer acabaría en el bando contrario, por suerte, ese rey pensaría que habia sido asesinada por los soldados de Lans Tartare antes de que fuera asesinado. Y con ello me quitaba de líos por el momento, quedando alli, entre soldados iguales sin ninguna distinción. Y si ese rey me buscaba donde la ultima vez, no me encontraría mas, dando mas credibilidad a mi desaparición y muerte.
Vi las filas sintiéndome realmente tentada por entrar en donde los nobles, con mejores tratos y con mas oportunidades, al fin y al cabo tenia mucho oro e incluso una ciudad. Pero suspire sabiendo que de nada serviría y me coloqué en la fila de los reclutas, avanzando rapidamente y sin dirigir una palabra a ninguno de ellos aun. Finalmente vi a quellos que reclutaban algo molesta. No me gustaba que me estudiaran tanto, pero al parecer su deber era examinarnos minuciosamente. Suspire y espere con paciencia que llegara el momento de situarme frente a ellos. Sabiendo de sobra que debia mostrar, y sobre todo, mas que nada lealtad. Si fallaba eso, posiblemente no me aceptarian o me entregarian los puestos menos duraderos.
Vi las filas sintiéndome realmente tentada por entrar en donde los nobles, con mejores tratos y con mas oportunidades, al fin y al cabo tenia mucho oro e incluso una ciudad. Pero suspire sabiendo que de nada serviría y me coloqué en la fila de los reclutas, avanzando rapidamente y sin dirigir una palabra a ninguno de ellos aun. Finalmente vi a quellos que reclutaban algo molesta. No me gustaba que me estudiaran tanto, pero al parecer su deber era examinarnos minuciosamente. Suspire y espere con paciencia que llegara el momento de situarme frente a ellos. Sabiendo de sobra que debia mostrar, y sobre todo, mas que nada lealtad. Si fallaba eso, posiblemente no me aceptarian o me entregarian los puestos menos duraderos.
Enea- Mensajes : 199
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Re: Fortificando el Sur
Entre la gran diversidad de personas se encuentra Alex, encontró relativamente fácil el identificar donde ha de posicionarse para que atiendan a sus demandas, y tras unas buenas horas de espera su turno se vio realmente muy cerca de llegar. Desde donde está ahora puede ver que ellos son realmente muy observados, tanto por comerciantes y nobles como por ellos mismos, ni mencionar los soldados que los inspeccionan. Se fijan en que los reclutas estén sanos, que no porten enfermedades y que no tengan problemas físicos. A la mayoría los desnudan para asegurarse de que este todo en orden. Luego de una leve entrevista con preguntas simples a algunos de ellos los prueban en las armas, y después si depende sus capacidades ya poseídas o que pueden llegar a aprender los van enlistando de diferente manera.
-Tu el de allí, al frente- Ordeno uno de los soldados señalando a Enea, sonriendo al notar ya a ese recluta cerca, nota que es mujer y eso le causa más gracia de lo normal, y otros mas como ella pasaron al frente por orden de otros soldados. Lo inspeccionaron de mirada y luego palpándolos. A Enea es claro que la manosearon más de lo normal, no se perderían de aquello - ¿Qué sabes hacer? ¿A qué te dedicas? ¿Cómo llegaste hasta aquí?- Esas son preguntas frecuentes allí en la frontera sur de Asbru. –Tienes armas, empúñalas y muestra que sabes hacer con ellas- Notan sus armas así que es obvio que iban a exigir algo como eso. Las mismas ordenes se escuchan cerca de él, muchos otros reclutas pasan por lo mismo siendo algunos de ellos buenos para el combate, otros no tanto, pero aun así luego de una revisión donde los desnudan los toman como empleados y los van acomodando según que creen que pueden llegar a hacer. Es claro que a Enea la tomarían por prostituta a menos que demuestre ser muy capaz con las armas, o al menos ágil como para explorar o cocinar.
-Tu el de allí, al frente- Ordeno uno de los soldados señalando a Enea, sonriendo al notar ya a ese recluta cerca, nota que es mujer y eso le causa más gracia de lo normal, y otros mas como ella pasaron al frente por orden de otros soldados. Lo inspeccionaron de mirada y luego palpándolos. A Enea es claro que la manosearon más de lo normal, no se perderían de aquello - ¿Qué sabes hacer? ¿A qué te dedicas? ¿Cómo llegaste hasta aquí?- Esas son preguntas frecuentes allí en la frontera sur de Asbru. –Tienes armas, empúñalas y muestra que sabes hacer con ellas- Notan sus armas así que es obvio que iban a exigir algo como eso. Las mismas ordenes se escuchan cerca de él, muchos otros reclutas pasan por lo mismo siendo algunos de ellos buenos para el combate, otros no tanto, pero aun así luego de una revisión donde los desnudan los toman como empleados y los van acomodando según que creen que pueden llegar a hacer. Es claro que a Enea la tomarían por prostituta a menos que demuestre ser muy capaz con las armas, o al menos ágil como para explorar o cocinar.
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Re: Fortificando el Sur
Podía ver a la gente ser estudiada y mientras podia ver sus habilidades claras de batalla. Eran algunos realmente increibles, otros sin embargo apenas eran buenos para nada, sin embargo la fila seguia avanzando rapidamente entre las observaciones de muchos de los nobles reclutas y mercaderes. Suspire algo vaga por todo aquello de esperar, cuando finalmente llego mi hora. Y como varios al mismo tiempo me adelante. Vi su cara de alegria como cabia esperar de un hombre cualquiera, esperando una oportunidad clara de tocar a una mujer en el frente. Mis ganas de colocarle una daga en el cuello aumentaban claramente, pero por el momento debia aguantar y tragarme mi orgullo si no queria que me degollaran antes de entrar. al escuchar las preguntas les mire calmada, esperando para responder.
-Se usar todo tipo de armas, aunque prefiero las dagas. Puedo correr y moverme mucho mas sigilosa que cualquier hombre de todos los presentes, puede incluso que mas rapida. Me dedico a hacer misiones de todo tipo, aunque, mas a menudo me decido a asesinar. aunque aqui puedo luchar con espada como cualquier otra persona de manera noble y leal. Eso segun vuestro criterio. Vengo desde Cielo de libertad, y alli me dijeron que reclutabais gente.
Respondi a sus preguntas esperando que acabaran aquello de una vez para poder decidir que hacer. entonces me pidieron que les mostrara mis armas y lo que sabia hacer y mire a mi alrededor observando mucho de todo aquello. Tras eso comencé a correr y a coger impulso para escalar un poco la pared y engancharme a una piedra suelta. Desde allí lance una daga clavandola unos cms cerca del pie de aquel hombre. Luego con gran agilidad bajé cayendo sin hacer casi ruido y volvi a recoger mi daga. Luego saque la espada y comence a dar espadazos diestros al aire, esperando que alguno de aquellos hombres me dijeran que parara.
-Se usar todo tipo de armas, aunque prefiero las dagas. Puedo correr y moverme mucho mas sigilosa que cualquier hombre de todos los presentes, puede incluso que mas rapida. Me dedico a hacer misiones de todo tipo, aunque, mas a menudo me decido a asesinar. aunque aqui puedo luchar con espada como cualquier otra persona de manera noble y leal. Eso segun vuestro criterio. Vengo desde Cielo de libertad, y alli me dijeron que reclutabais gente.
Respondi a sus preguntas esperando que acabaran aquello de una vez para poder decidir que hacer. entonces me pidieron que les mostrara mis armas y lo que sabia hacer y mire a mi alrededor observando mucho de todo aquello. Tras eso comencé a correr y a coger impulso para escalar un poco la pared y engancharme a una piedra suelta. Desde allí lance una daga clavandola unos cms cerca del pie de aquel hombre. Luego con gran agilidad bajé cayendo sin hacer casi ruido y volvi a recoger mi daga. Luego saque la espada y comence a dar espadazos diestros al aire, esperando que alguno de aquellos hombres me dijeran que parara.
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Re: Fortificando el Sur
No presto ninguna contra Enea a que la revisen, lo cual es empezar con buen pie, en el ejército siempre suele ser duro, allí no hay lugar para niñerías y ella con su experiencia lo debe saber mejor que nadie. Fue escuchada con atención y a medida que ella responde a las preguntas van tomando nota sobre lo que dice, probablemente lleven una especie de registro de los reclutas con sus supuestas habilidades.
-Así que usas dagas y te escondes…Suena lógico - Dijo uno de esos hombres sonriendo, aunque no se puede decir si se estaba mofando de él o solo se ríe por reír. Le miran atento mientras ella demuestra sus habilidades primero con las dagas, reconocen que con el cuchillo le va bien, con la espada no tanto, pero ese no es un problema en un sitio como ese. Destaca bastante saltando y corriendo, asi que suponen puede ser también buena mensajera si hiciese falta.
-Nada mal para ser una mujer, con el entrenamiento adecuado podrás ser perfectamente un soldado- Siguen anotando, por lo visto les cayó bien Enea de alguna manera, y eso es más por sus habilidades por su actitud, el que calla, va al grano y nos e queja, es claramente la actitud de un soldado y les sorprende que mujer la posea. -A la primera columna- Le señalan donde se tiene que acomodar y luego dejan de prestarle atención para llamar a los siguientes. Si observa bien a simple vista se podrá dar cuentas de las claras diferencias entre columnas, ahora el este con los que tienen cuerpo fuerte, claramente los que van camino a ser soldados. El resto no está allí, parece que van a realizar otros trabajos, posiblemente limpieza, forja y otras cosas de importancia para la guerra.
Como era de esperarse a la hora que se tuvo que desnudar la mayoría le prestó atención a ella con todo el libido posible, hubo palabras y silbidos para ella, y luego de ello simplemente dejaron que vaya a tomar el sitio que le corresponde.
-Así que usas dagas y te escondes…Suena lógico - Dijo uno de esos hombres sonriendo, aunque no se puede decir si se estaba mofando de él o solo se ríe por reír. Le miran atento mientras ella demuestra sus habilidades primero con las dagas, reconocen que con el cuchillo le va bien, con la espada no tanto, pero ese no es un problema en un sitio como ese. Destaca bastante saltando y corriendo, asi que suponen puede ser también buena mensajera si hiciese falta.
-Nada mal para ser una mujer, con el entrenamiento adecuado podrás ser perfectamente un soldado- Siguen anotando, por lo visto les cayó bien Enea de alguna manera, y eso es más por sus habilidades por su actitud, el que calla, va al grano y nos e queja, es claramente la actitud de un soldado y les sorprende que mujer la posea. -A la primera columna- Le señalan donde se tiene que acomodar y luego dejan de prestarle atención para llamar a los siguientes. Si observa bien a simple vista se podrá dar cuentas de las claras diferencias entre columnas, ahora el este con los que tienen cuerpo fuerte, claramente los que van camino a ser soldados. El resto no está allí, parece que van a realizar otros trabajos, posiblemente limpieza, forja y otras cosas de importancia para la guerra.
Como era de esperarse a la hora que se tuvo que desnudar la mayoría le prestó atención a ella con todo el libido posible, hubo palabras y silbidos para ella, y luego de ello simplemente dejaron que vaya a tomar el sitio que le corresponde.
NPC- Admin
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Re: Fortificando el Sur
Podía ver como tomaban notas al respecto de la informacion que daba. Mientras me revisaban con bastante interes. No dije nada al respecto aunque por mi mente pasaron ideas claras. Sin embargo, alli donde estaba obedecer era la clave para tener un buen sustento y quizas sobrevivir mas. Asi que les dije lo que sabia hacer, siendo directa y sin enrollarme mucho en explicaciones esperando acabar con aquello y que me mandaran a algun lugar para hacerme a la idea de con quienes debía de tratar. al oir el comentario de un hombre le mire con cara de pocos amigos, pero sin decir nada mas, mostrando entonces mis habilidades en combate. Las dagas eran claramente algo que se me daba mejor. Y la espada que mostre despues se me daba tambien bien, claro que en aquel lugar, con tantos hombres fuertes diestros con la espada mi talento era claramente menor, al igual que mi fuerza.
Entonces un hombre habló y me para para observarle sin decir nada, expectante y calmada. Al oir sus palabras me quede algo asombrada por la manera de decirlo, elogiando el hecho de que siendo mjer se me diera tan bien. Y entonces me mandó a otra fila. Antes de moverme le mire y asentí. Entonces me giré, viendo las demas filas y las claras diferencias entre ellas. Me sorprendio que me mandaran a la primera en un comienzo, pero al ver las demás, comprobe como todo tenia un sentido.
Suspire aceptando el hecho de tener que desnudarme frente a tanto hombre. Haciendome a la idea y tomandomelo como algo normal y sin importancia, al fin y al cabo cuando era dragon nunca llevaba ropa puesta. Asi que simplemente ignore todos aquellos silvidos y palabras como si nada. De echo, lo que mas me molesto de todo aquello no eran las voces ni las miradas, si no la temperatura que aunque no muy fria, si podia notarla tras quitarme aquella ropa cálida. Entonces me moví hacia la fila que me habian indicado, esperando de nuevo, y usando mi resistencia para soportar el frio.
Entonces un hombre habló y me para para observarle sin decir nada, expectante y calmada. Al oir sus palabras me quede algo asombrada por la manera de decirlo, elogiando el hecho de que siendo mjer se me diera tan bien. Y entonces me mandó a otra fila. Antes de moverme le mire y asentí. Entonces me giré, viendo las demas filas y las claras diferencias entre ellas. Me sorprendio que me mandaran a la primera en un comienzo, pero al ver las demás, comprobe como todo tenia un sentido.
Suspire aceptando el hecho de tener que desnudarme frente a tanto hombre. Haciendome a la idea y tomandomelo como algo normal y sin importancia, al fin y al cabo cuando era dragon nunca llevaba ropa puesta. Asi que simplemente ignore todos aquellos silvidos y palabras como si nada. De echo, lo que mas me molesto de todo aquello no eran las voces ni las miradas, si no la temperatura que aunque no muy fria, si podia notarla tras quitarme aquella ropa cálida. Entonces me moví hacia la fila que me habian indicado, esperando de nuevo, y usando mi resistencia para soportar el frio.
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Re: Fortificando el Sur
En verdad que Enea se encuentra con los más brutos de allí, aunque algunos son bastante atléticos, posiblemente sirvan para otros propósitos ya que algunos portan arcos simples. Debe de saber ella que en una batalla hay todo tipo de soldados, no solo la infantería, por lo que debería recordar las batallas históricas de la antigüedad para darse una idea sobre ello.
Estuvieron allí hasta caído el atardecer, les trajeron comida y bebida en su espera, y pudo notar Enea que su comida, la de su grupo es mucho mejor que la de los demás, claramente estiman más a los hombres de armas que al resto de los reclutas. Ya por la noche llegaron varias carretas sin techo, y a los gritos fueron ordenando a los grupos de hombres y mujeres ya seleccionados cuales de las carretas debe abordar cada uno de ellos.
-¡Escuchen! Serán trasladados a diferentes fuertes del ejército, depende la necesidad de cada uno de esos lugares, así que alístensen y tomen sus lugares ordenados- Les explican a penas donde van y maso menos que harán allí, siendo un proceso algo lento al ser tantas personas, pero al menos no es nada alocado, porque si lo fuese ya hubiesen empezado muy mal si pensaban formar un ejército de ese modo. Tras un largo proceso de ordenarlos y guiar a la mayoría muchas de las carretas que llegaron por la noche estuvieron listas, aunque por lo que se escucha decir no partirán sino hasta llegado el amanecer.
La mayoría se mira con recelo, con desconfianza y con lujuria, en especial esa ultima, ninguno es allí familiar ni amigo del otro, ni conocido, por lo que son muy pocos los que están abiertos a una conversación amistosa.
Estuvieron allí hasta caído el atardecer, les trajeron comida y bebida en su espera, y pudo notar Enea que su comida, la de su grupo es mucho mejor que la de los demás, claramente estiman más a los hombres de armas que al resto de los reclutas. Ya por la noche llegaron varias carretas sin techo, y a los gritos fueron ordenando a los grupos de hombres y mujeres ya seleccionados cuales de las carretas debe abordar cada uno de ellos.
-¡Escuchen! Serán trasladados a diferentes fuertes del ejército, depende la necesidad de cada uno de esos lugares, así que alístensen y tomen sus lugares ordenados- Les explican a penas donde van y maso menos que harán allí, siendo un proceso algo lento al ser tantas personas, pero al menos no es nada alocado, porque si lo fuese ya hubiesen empezado muy mal si pensaban formar un ejército de ese modo. Tras un largo proceso de ordenarlos y guiar a la mayoría muchas de las carretas que llegaron por la noche estuvieron listas, aunque por lo que se escucha decir no partirán sino hasta llegado el amanecer.
La mayoría se mira con recelo, con desconfianza y con lujuria, en especial esa ultima, ninguno es allí familiar ni amigo del otro, ni conocido, por lo que son muy pocos los que están abiertos a una conversación amistosa.
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Re: Fortificando el Sur
Mire aquella fila, llena de gente aparentemente fuerte y diestra. Pero no sabia si sabian luchar o no. Muchos de ellos eran atleticos y parecian no usar espadas. Habia gran diferencia entre esa gente, yo incluida. Y finalmente me uni a esa fila sin saber donde acabaría. Recorde las viejas batallas donde apenas habia estado en una o dos, apenas recordaba ya. Batallas largas con varios frentes y muchas estrategias. gente mecanica, arqueros, caballeros, guerreros, incluso magos, aveces hasta animales entrenados. Pero al parecer el mundo cambiaba y la magia era simbolo del mal, por lo menos hasta que se demostrase lo contrario o abrieran los ojos los magos no volverian a colaborar, quizas en secreto, en las sombras, pero por el momento, era mejor simplemente ser un soldado mas con armas simples.
No tardaron tiempo en darnos comida en condiciones, viendo como a las demas filas la comida era peor. Simplemente por aquella comida me senti orgullosa de haber acabado en aquella fila. Comi con ganas aquella comida, ya que por mi parte solia comer carne cruda y sin salpimentar. Por ello aquella comida, llevara lo que llevara sabía mejor que cualquiera que yo hubiera comido en los ultimos dias. Vi como tras unas horas llegaron carretas donde metieron gente segun sus preferencias. Poco a poco avanzabamos en aquella fila segun clasificaban a la gente y al llegar alli mire los carromatos. Vi la gente que habia en ellos y la malas sensaciones que podian verse dentro de cada uno. Parecian matarse incluso antes de llegar a ninguna batalla, solo esperaba que cuando me llegara el momento no tuviera aquellos problemas. Miré a mi alrededor viendo a aquella gente desconocida y estudiando con cual de todos ellos podria mas adelante entablar una conversación decente. Quizas tendria un viaje largo y aburrido y ser el centro de atencion de todos aquellos hombres no era lo mejor que podria obtener. Claro que con una alianza las cosas podian cambiar a mejor.
No tardaron tiempo en darnos comida en condiciones, viendo como a las demas filas la comida era peor. Simplemente por aquella comida me senti orgullosa de haber acabado en aquella fila. Comi con ganas aquella comida, ya que por mi parte solia comer carne cruda y sin salpimentar. Por ello aquella comida, llevara lo que llevara sabía mejor que cualquiera que yo hubiera comido en los ultimos dias. Vi como tras unas horas llegaron carretas donde metieron gente segun sus preferencias. Poco a poco avanzabamos en aquella fila segun clasificaban a la gente y al llegar alli mire los carromatos. Vi la gente que habia en ellos y la malas sensaciones que podian verse dentro de cada uno. Parecian matarse incluso antes de llegar a ninguna batalla, solo esperaba que cuando me llegara el momento no tuviera aquellos problemas. Miré a mi alrededor viendo a aquella gente desconocida y estudiando con cual de todos ellos podria mas adelante entablar una conversación decente. Quizas tendria un viaje largo y aburrido y ser el centro de atencion de todos aquellos hombres no era lo mejor que podria obtener. Claro que con una alianza las cosas podian cambiar a mejor.
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Re: Fortificando el Sur
Las horas pasan y con ella la noche, más de uno se echo a dormir allí donde estaba tratando de acomodarse como sea para poder conciliar el bendito sueño, y para suerte de muchos lo consiguen. La noche es bastante fresca, por lo que hay mantas para refugiarse del viento y del roció que durante las horas nocturnas se sienten y mucho, incluso estando casi en verano el clima allí exige abrigo. Los que ya han sido seleccionados la pasan mucho mejor que aquellos que todavía no se han presentado para la inspección, esos no recibieron abrigo ni alimentos por parte de las gentes del sur, por lo que se las tienen que arreglar como pueden. El día tardo en llegar, en esa región las noches son más largas que el día incluso en verano, por lo que el amanecer se hizo esperar su buen tiempo. Tras un desayuno rápido tal y como lo habían planeado se pusieron en marcha, decenas de carretas y carromatos marchan cargados de gente en comienzo en una sola direcciones, y pasando los días se empiezan a dividir en diferentes direcciones y caminos.
Enea junto a muchos otros que forman el grupo de gente con actitud de armas es llevado a la capital del sur de Asbru, ellos puede decirse que dé comienzo son los favoritos de los reclutas, pues los guerreros son estrictamente necesarios para la guerra.
No podían saberlo aun pero, a medido que más se adentren en ese territorio, cuanto más al centro de dirigiesen más frio empezarían a sentir. A pesar de ello los verdes de la tierra son bien visibles, y las grandes montañas a veces parecen acercarse más y más. Pero Enea no sabría mucho más que eso, porque todo lo que puede ver es apenas lo que ve desde el piso del carromato, pisada y burlada por los allí presentes que de repente vieron como la mujer de cabellos rojizos se hizo un objeto inútil para el sexo, aunque medianamente útil para el combate.
-Eso pasa cuando las brujas no saben hacer bien su brujería, se les vuelve en contra- Las risas se escucharon por doquier mientras Enea en su forma de espada pasa de una mano a otra, es lanzada a una punta luego a la otra, le pasan alcohol encima, agua, aceite, y cualquier cosa terminando toda embarrada y echada a un lado nuevamente mientras la compañía sigue su marcha hasta algún lugar de las tierras sureñas de Asbru.
Enea junto a muchos otros que forman el grupo de gente con actitud de armas es llevado a la capital del sur de Asbru, ellos puede decirse que dé comienzo son los favoritos de los reclutas, pues los guerreros son estrictamente necesarios para la guerra.
No podían saberlo aun pero, a medido que más se adentren en ese territorio, cuanto más al centro de dirigiesen más frio empezarían a sentir. A pesar de ello los verdes de la tierra son bien visibles, y las grandes montañas a veces parecen acercarse más y más. Pero Enea no sabría mucho más que eso, porque todo lo que puede ver es apenas lo que ve desde el piso del carromato, pisada y burlada por los allí presentes que de repente vieron como la mujer de cabellos rojizos se hizo un objeto inútil para el sexo, aunque medianamente útil para el combate.
-Eso pasa cuando las brujas no saben hacer bien su brujería, se les vuelve en contra- Las risas se escucharon por doquier mientras Enea en su forma de espada pasa de una mano a otra, es lanzada a una punta luego a la otra, le pasan alcohol encima, agua, aceite, y cualquier cosa terminando toda embarrada y echada a un lado nuevamente mientras la compañía sigue su marcha hasta algún lugar de las tierras sureñas de Asbru.
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Re: Fortificando el Sur
Las horas fueron pasando poco a poco, nos dieron de comer y también ropa cálida, mas aún que la que yo tenía en un principio. La agradecí mucho en aquel momento y mas la agradeceria en un futuro cuando el carro se moviera hacía otro lugar mas frio. Fue entonces cuando vi aquel desayuno minutos antes del amanecer. Algo que me hizo sonreir. Las noches alli eran largas y por ello podia hacer mas cosas que otras veces. No me decidi a hablar con ninguno por el momento, solo con uno, al que simplemente le mire. Quizas el mas aislado de aquel grupo de salvajes que poco a poco comenzaban a conocerse. Fue entonces cuando, mientras miraba el paisaje el día llego y con ello mi maldición.
En un principio no oie a esos hombres, simplemente me pisotearon como cualquiera, asustados en el fondo e intrigados por ello. Pero la cosa empeoro y fui lanzada de un lado a otro, bañada en bebidas e insultada. Ellos reian como si hubieran matado al demonio con aquello, pero yo sabia que cuando volviera a ser humana algo malo sentiria, o mareos, moratones o heridas si habian logrado arañarme. Cuando me dejaron a un lado suspire me alivié, pero quedaba mucho de viaje, y las cosas no ivan a ir bien asi, ni para ellos ni para mi.
-¡¡¡¿y vosotros os creeis soldados?!!!
Les grite a todos sabiendo que oirian una voz femenina aparantemente viniendo de ningún lado. aunque claro estaba que venía de la espada.
-Si, vosotros. Os poneis a lanzar una espada por los aires como si fuerais dioses ¿no? O mas bien como crios pasándose una pelota. Dais verguenza. Si pretendeis ser soldados o sobrevivir mas os vale cambiar. Todos estamos en esta carreta por algo. Ni vosotros por lanzar cosas ni insultar ni yo por ser mujer o espada. Estamos aqui por que somos los mejores y por que tenemos que salir a luchar. Vosotros luchareis al igual que yo, lucharemos contra un enemigo comun siendo aliados. Y queda en vosotros decidir ahora, si cuando esteis en la batalla, apunto de morir o en problemas, quereis ayuda o no. Somos aliados, yo no soy ningun enemigo. Y...¿bruja?...Mi error fue robar a un brujo de verdad algo que solo me trajo problemas y como veis una maldicion horrible. Podeis reíros, pero eso no os hara mas hombres, ni volver a tirarme. Pero puedo ser como cualquiera de vosotros, y si no me creeis os lo demostraré. Solo pido un minimo de respeto y colaboración y cuando acabemos esta guerra, si quereis espadas os las regalaré, si quereis putas, os invitare los mejores burdeles. Pero eso solo si demostrais mereceroslo como soldados y no como hombres de poca monta.
Esperaba que con aquellas palabras fueran mas tolerantes y calmados y me tomaran algo mas de respeto. No era la mejor manera de decirlo, pero esperaba que funcionara. Al principio aparecieron caras enfurecidas y molestas, luego mas calmadas, y aunque habia un poco de todo, parecio que a alguno le caia mas o menos bien. quizas solo por el hecho de haberme enfrentado a un brujo. Claro que no podía saber que pensaba ninguno de ellos.
Entonces, cuando volvió la noche y volví a mi cuerpo sentí el dolor de golpe, moratones, magulladuras y quien sabe si tambien algun hueso roto. Pero se veia claramente mi cara y manos heridas, siendo muy diferente a tal como habia entrado en aquel carro. Ellos podían verlo y mas de uno parecio sentirse culpable. Sin embargo no todos parecian sentir lo mismo. Cogí una botella de ron y bebí un poco, luego la pasé sin decir nada mas aquel dia, molida.
El camino era largo y las noches por suerte también y al parecer las cosas iban mejor que el primer día. Poco a poco , dia tras dia parecio surgir mas tolerancia entre todos. Cada día que estabamos mas cerca de nuestro destino, las cosas para mi parecian mejorar.
En un principio no oie a esos hombres, simplemente me pisotearon como cualquiera, asustados en el fondo e intrigados por ello. Pero la cosa empeoro y fui lanzada de un lado a otro, bañada en bebidas e insultada. Ellos reian como si hubieran matado al demonio con aquello, pero yo sabia que cuando volviera a ser humana algo malo sentiria, o mareos, moratones o heridas si habian logrado arañarme. Cuando me dejaron a un lado suspire me alivié, pero quedaba mucho de viaje, y las cosas no ivan a ir bien asi, ni para ellos ni para mi.
-¡¡¡¿y vosotros os creeis soldados?!!!
Les grite a todos sabiendo que oirian una voz femenina aparantemente viniendo de ningún lado. aunque claro estaba que venía de la espada.
-Si, vosotros. Os poneis a lanzar una espada por los aires como si fuerais dioses ¿no? O mas bien como crios pasándose una pelota. Dais verguenza. Si pretendeis ser soldados o sobrevivir mas os vale cambiar. Todos estamos en esta carreta por algo. Ni vosotros por lanzar cosas ni insultar ni yo por ser mujer o espada. Estamos aqui por que somos los mejores y por que tenemos que salir a luchar. Vosotros luchareis al igual que yo, lucharemos contra un enemigo comun siendo aliados. Y queda en vosotros decidir ahora, si cuando esteis en la batalla, apunto de morir o en problemas, quereis ayuda o no. Somos aliados, yo no soy ningun enemigo. Y...¿bruja?...Mi error fue robar a un brujo de verdad algo que solo me trajo problemas y como veis una maldicion horrible. Podeis reíros, pero eso no os hara mas hombres, ni volver a tirarme. Pero puedo ser como cualquiera de vosotros, y si no me creeis os lo demostraré. Solo pido un minimo de respeto y colaboración y cuando acabemos esta guerra, si quereis espadas os las regalaré, si quereis putas, os invitare los mejores burdeles. Pero eso solo si demostrais mereceroslo como soldados y no como hombres de poca monta.
Esperaba que con aquellas palabras fueran mas tolerantes y calmados y me tomaran algo mas de respeto. No era la mejor manera de decirlo, pero esperaba que funcionara. Al principio aparecieron caras enfurecidas y molestas, luego mas calmadas, y aunque habia un poco de todo, parecio que a alguno le caia mas o menos bien. quizas solo por el hecho de haberme enfrentado a un brujo. Claro que no podía saber que pensaba ninguno de ellos.
Entonces, cuando volvió la noche y volví a mi cuerpo sentí el dolor de golpe, moratones, magulladuras y quien sabe si tambien algun hueso roto. Pero se veia claramente mi cara y manos heridas, siendo muy diferente a tal como habia entrado en aquel carro. Ellos podían verlo y mas de uno parecio sentirse culpable. Sin embargo no todos parecian sentir lo mismo. Cogí una botella de ron y bebí un poco, luego la pasé sin decir nada mas aquel dia, molida.
El camino era largo y las noches por suerte también y al parecer las cosas iban mejor que el primer día. Poco a poco , dia tras dia parecio surgir mas tolerancia entre todos. Cada día que estabamos mas cerca de nuestro destino, las cosas para mi parecian mejorar.
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Re: Fortificando el Sur
Durante el viaje Enea fue tomada como juguete, como rareza, extrañamente muy diferente a como la tratan en otros sitios. Si bien sus dolencias son varias al llegar la noche al menos nadie intento matarla ni prenderla fuego, así que debería pensar bastante en ello. Se sorprendieron bastante cuando la escucharon hablar, pero nadie se la tomo en serio, de hecho fue peor, la hicieron chocar contra otras armas de gran tamaño lo cual termino mellando el arma, algo que se traduce en el cuerpo de Enea como fisuras, casi quebraduras, necesitara semanas para recuperarse de ello por completo. En los posteriores días nada mejoro, está claro que allí no va a encontrar hombres de honor, mucho menos con el corazón bondadoso, no hay amigos allí ni buenos samaritanos, y a menos que ella tenga algo a cambio que ofrecer o alguna forma de intimidarlos de un modo real será objeto de las burlas y abusos siempre ya que no parece haber mucho orden ni tampoco mucha ley que digamos.
En los cruce de caminos se fueron separando las carretas, de a poco los grandes grupos de carretas y carromatos se redujeron solo a un numero de dos o tres por grupo, haciendo que con menos gente a bordo no hubiera tanto ruido, pero al haber menos personas se fueron forzando conversaciones cada vez más seguido, y teniendo así cada quien charla y conocimiento de sus compañeros de viaje. Una semana entera fue lo que viajaron, así que tuvieron bastante tiempo para conversar. Pararon solo para comer, para hacer sus necesidades cada tanto y dormir. La gente de Asbru, esas que están a cargo de ellos los trataron dentro de todo bien, explicando que ellos una vez entrenados y con valentía serán parte crucial cuando llegue la hora de pelea, así que esperan que se puedan llevar sin problemas. De momento las tierras se mantienen verdes, pero por las mañanas claramente se nota los pastos helados, y más nubes grises aparecen en los cielos a medida que avanzan, claramente cuanto más se adentran en ese territorio más frio se hace todo a su alrededor.
Para el mediodía de ese día ahora más gris que en días anteriores empezó a visualizarse a lo lejos una fortaleza, y los que conducen las carretas festejaron. Si bien el camino fue bastante simple esos hombres festejaron como si hubieran conseguido una misión imposible.
-¡Miren reclutas!- Señalo hacia el noreste- Una de las fortalezas del Señor Silfur, la más importante de todas, aquí se entrenaran y se harán soldados de verdad- El hombre habla emocionado, y claramente la fortaleza se ve impresionante y muy solida. Se nota que no tiene muchos años de estar allí, probablemente tenga una década como mucho, por lo cual se debe haber invertido una inmensa cantidad de dinero en pocos años, dinero y recursos. Siguieron la marcha y a medida que se acercaban los reclutas se emocionaban también, pues muchos de ellos no habían visto un castillo en su vida. Hombres armados salieron del castillo yendo al encuentro de los reclutas, se saludaron con los que conducen las carretas y carromatos y luego de lanzar un par de miradas y gritos a los recién llegados los escoltaron hasta los pies de ese importante y notable castillo.
-¡Muy bien todos abajo! ¡Todos abajo dije!- Esa orden de repitió de un lado a otro, esos sujetos armados deben ser caballeros o similares, o al menos ser algo de importancia ya que desde que llegaron a reunirse con los reclutas no han parado de dar las ordenes allí.
En los cruce de caminos se fueron separando las carretas, de a poco los grandes grupos de carretas y carromatos se redujeron solo a un numero de dos o tres por grupo, haciendo que con menos gente a bordo no hubiera tanto ruido, pero al haber menos personas se fueron forzando conversaciones cada vez más seguido, y teniendo así cada quien charla y conocimiento de sus compañeros de viaje. Una semana entera fue lo que viajaron, así que tuvieron bastante tiempo para conversar. Pararon solo para comer, para hacer sus necesidades cada tanto y dormir. La gente de Asbru, esas que están a cargo de ellos los trataron dentro de todo bien, explicando que ellos una vez entrenados y con valentía serán parte crucial cuando llegue la hora de pelea, así que esperan que se puedan llevar sin problemas. De momento las tierras se mantienen verdes, pero por las mañanas claramente se nota los pastos helados, y más nubes grises aparecen en los cielos a medida que avanzan, claramente cuanto más se adentran en ese territorio más frio se hace todo a su alrededor.
Para el mediodía de ese día ahora más gris que en días anteriores empezó a visualizarse a lo lejos una fortaleza, y los que conducen las carretas festejaron. Si bien el camino fue bastante simple esos hombres festejaron como si hubieran conseguido una misión imposible.
- Spoiler:
-¡Miren reclutas!- Señalo hacia el noreste- Una de las fortalezas del Señor Silfur, la más importante de todas, aquí se entrenaran y se harán soldados de verdad- El hombre habla emocionado, y claramente la fortaleza se ve impresionante y muy solida. Se nota que no tiene muchos años de estar allí, probablemente tenga una década como mucho, por lo cual se debe haber invertido una inmensa cantidad de dinero en pocos años, dinero y recursos. Siguieron la marcha y a medida que se acercaban los reclutas se emocionaban también, pues muchos de ellos no habían visto un castillo en su vida. Hombres armados salieron del castillo yendo al encuentro de los reclutas, se saludaron con los que conducen las carretas y carromatos y luego de lanzar un par de miradas y gritos a los recién llegados los escoltaron hasta los pies de ese importante y notable castillo.
-¡Muy bien todos abajo! ¡Todos abajo dije!- Esa orden de repitió de un lado a otro, esos sujetos armados deben ser caballeros o similares, o al menos ser algo de importancia ya que desde que llegaron a reunirse con los reclutas no han parado de dar las ordenes allí.
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Re: Fortificando el Sur
No todas las decisiones tomadas son correctas, ni mucho menos las mias, pero elegir unirme a un ejercito sin entrenar no era ni parecido a lo que habia esperado. Sabia que el echo de ser espada iba a ser arriesgado, y que harian cosas horribles conmigo. Habia sido mejor permanecer al margen, como siempre. Pero ciertas cosas y el echo de sentir algo emocionante despues de años me habia echo actuar de manera idiota. Claro que sabia todo lo que podia pasar, y después de todo no había sido tan malo como cabia esperar. Despues de todo no fue como en otra parte de Asbru donde casi me queman por brujeria.
Sin embargo, al hablar las cosas fueron a peor y sin poder imponer respeto ni ofrecer nada de verdadero valor nada iria bien para mi. A cada noche despertaba mas dolida y magullada, sin poder ver un apice de arrepentimiento en esos hombres. Las noches eran largas y eso se agradecía, pudiendo comer y beber para reponer fuerzas y energías, aunque habria heridas que costaria curarlas. Aun asi , intente hablar con esos hombres, por lo menos aquellos que se quedaban despiertos, intentando llegar a mas alla de insultos o palabras molestas. Quizas incluso forjando algo de amistad, aunque no creia que aquellos hombres pudieran sentir nada por nadie. Pero generalmente el tiempo solia unir a la gente que estaba en un mismo lugar.
Cuando empezamos a llegar me quede alli, sin poder ver mucho y escuchando voces, gritos y murmullos. Entonces decidi hablar con mis compañeros algo molesta. Sin embargo por probar no perdia mas de lo que ya habia perdido, y a saber donde acabaria quedandome en aquel carro. Incluso al oir la ultima voz me altere algo mas, las cosas no salian nada bien para mi.
-¿me podeis prestar una mano?
dije sin mucho animo esperando que alguno me sacara de aquel carro, si simplemente se reian o me ignoraban me quedaria alli esperando por la noche, y esperando ser mejor recibida entre aquellas murallas que en el carro.
Sin embargo, al hablar las cosas fueron a peor y sin poder imponer respeto ni ofrecer nada de verdadero valor nada iria bien para mi. A cada noche despertaba mas dolida y magullada, sin poder ver un apice de arrepentimiento en esos hombres. Las noches eran largas y eso se agradecía, pudiendo comer y beber para reponer fuerzas y energías, aunque habria heridas que costaria curarlas. Aun asi , intente hablar con esos hombres, por lo menos aquellos que se quedaban despiertos, intentando llegar a mas alla de insultos o palabras molestas. Quizas incluso forjando algo de amistad, aunque no creia que aquellos hombres pudieran sentir nada por nadie. Pero generalmente el tiempo solia unir a la gente que estaba en un mismo lugar.
Cuando empezamos a llegar me quede alli, sin poder ver mucho y escuchando voces, gritos y murmullos. Entonces decidi hablar con mis compañeros algo molesta. Sin embargo por probar no perdia mas de lo que ya habia perdido, y a saber donde acabaria quedandome en aquel carro. Incluso al oir la ultima voz me altere algo mas, las cosas no salian nada bien para mi.
-¿me podeis prestar una mano?
dije sin mucho animo esperando que alguno me sacara de aquel carro, si simplemente se reian o me ignoraban me quedaria alli esperando por la noche, y esperando ser mejor recibida entre aquellas murallas que en el carro.
Enea- Mensajes : 199
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Re: Fortificando el Sur
Las decisiones de Enea son lejos pero lejos no acertadas, no tiene idea de cómo debe actuar entre tanto hombre de baja monta donde son todos o casi todos en su totalidad hombres burdos de cortos emprendimientos, más corta su comprensión y sus aspiraciones. Logro solo empeorar su situación al insultar a esos hombres creyéndose mejores que ellos cuando no tiene forma de demostrarlo, por lo que sus días fueron largos y sumamente molestos, sus noches dolorosas y para el olvido. Al menos de noche consiguió trabar conversación con mucha gente de allí, pero está claro que la tildan de rara, por lo que la mayoría si bien tiene conversación con ella lejos están de querer formar algún vínculo con esa mujer que se hace espada de modo involuntario.
Pasaron los días y llegaron al castillo del sur de Asbru, una impresionante fortaleza que realmente emociona a los reclutas, pues creen que en algún momento tendrá acceso a un sitio como ese, conocerán personas de real importancia y podrán tener una mejor vida. La mayoría de las cosas que dicen son solo sueños, apenas un puñado de ellos con suerte conseguirá el favor de un caballero, el resto morirá en batalla o simplemente seguirá siendo un mero peón.
Aunque Enea pidió ayuda fue ignorada, en un momento de tanta importancia lo menos que tienen intención de hacer es desperdiciar el tiempo en ella, y menos que los tilden de raros en plena capital sureña.
Luego de largo rato de gritos y órdenes de un lado a otro todos los reclutas terminaron en tierra, de pie formados los unos con los otros de forma ordenada. La forma en que dividieron los grupos fue sencilla, armas cuerpo a cuerpo y armas a distancia. Espadas, hachas, lanzas, mazos, cuchillos, puños, todo lo que se pueda empuñar en un combate cuerpo a cuerpo estuvo del lado derecho de los que parecen ser los señores allí. Del lado izquierda estuvo la gente con jabalina, arco, ballesta, honda y otros más que extrañamente no tienen armas.
-¡Atención reclutas! Firmes y con la cabeza al frente, ahora están en la capital del sur y es tiempo de que se comporten como hombres.- Reanudan luego de un rato la marcha dejando atrás el castillo. Muchos incrédulos pensaron que podrían estar allí o en los alrededores, pero no, el campamento de los reclutas esta más adelante pasando el castillo del sur.
-Tiempo de trabajar, montaremos un pueblo de carpas a quinientos metros de aquí mirando al norte, que se sepa que estamos, allí plantearemos nuestro campamento ¡A moverse!- Y con esa orden de uno de los soldados empezaron a marchar al norte, no muy lejos, unos quinientos metros donde comenzarían a levantar carpas, a formas cuarteles, lugares de trabajo de entrenamiento y todo lo necesario para que empiece la formación de soldados en masa. Allí ya hay gente entrenando y aprendiendo las artes del combate, los nuevos reclutas son el centro de atención de los presentes.
Sigue aqui: https://pkenlared.foroargentina.net/t342p15-preparativos-pre-guerra
Pasaron los días y llegaron al castillo del sur de Asbru, una impresionante fortaleza que realmente emociona a los reclutas, pues creen que en algún momento tendrá acceso a un sitio como ese, conocerán personas de real importancia y podrán tener una mejor vida. La mayoría de las cosas que dicen son solo sueños, apenas un puñado de ellos con suerte conseguirá el favor de un caballero, el resto morirá en batalla o simplemente seguirá siendo un mero peón.
Aunque Enea pidió ayuda fue ignorada, en un momento de tanta importancia lo menos que tienen intención de hacer es desperdiciar el tiempo en ella, y menos que los tilden de raros en plena capital sureña.
Luego de largo rato de gritos y órdenes de un lado a otro todos los reclutas terminaron en tierra, de pie formados los unos con los otros de forma ordenada. La forma en que dividieron los grupos fue sencilla, armas cuerpo a cuerpo y armas a distancia. Espadas, hachas, lanzas, mazos, cuchillos, puños, todo lo que se pueda empuñar en un combate cuerpo a cuerpo estuvo del lado derecho de los que parecen ser los señores allí. Del lado izquierda estuvo la gente con jabalina, arco, ballesta, honda y otros más que extrañamente no tienen armas.
-¡Atención reclutas! Firmes y con la cabeza al frente, ahora están en la capital del sur y es tiempo de que se comporten como hombres.- Reanudan luego de un rato la marcha dejando atrás el castillo. Muchos incrédulos pensaron que podrían estar allí o en los alrededores, pero no, el campamento de los reclutas esta más adelante pasando el castillo del sur.
-Tiempo de trabajar, montaremos un pueblo de carpas a quinientos metros de aquí mirando al norte, que se sepa que estamos, allí plantearemos nuestro campamento ¡A moverse!- Y con esa orden de uno de los soldados empezaron a marchar al norte, no muy lejos, unos quinientos metros donde comenzarían a levantar carpas, a formas cuarteles, lugares de trabajo de entrenamiento y todo lo necesario para que empiece la formación de soldados en masa. Allí ya hay gente entrenando y aprendiendo las artes del combate, los nuevos reclutas son el centro de atención de los presentes.
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