Encuentro Principe y Conde

Casi una semana ha pasado el alma de Alice Tartare en el infierno y si bien no parece haber cambios en ella eso es gracias a la influencia de Cripson, su refugio esta preparado para ello, de otra forma Alice ya esta ardiendo y sufriendo la desolación de los condenados. A cambio de esa protección para su alma la hermosa humana tuvo que soportar la presencia de Cripson que si bien no es mala tampoco es la mejor. El demonio durmió unos días, luego anduvo hiperactivo y después intento o al menos se puse a manosear el espíritu allí presente, por poco casi viola esa alma que tiene allí en su hogar/refugio. Así llego el séptimo y tan esperado día por la fantasma que debe sentirse emocionada de ir a conocer a ese ser que puede generar un cuerpo nuevo para ella.

El demonio la mando a llamar para darle aviso de que partirán en breve, por lo que ese sujeto la llevo a otro lugar al que no había llevado antes, un lugar oscuro donde hay signos luminosos por doquier aunque imposible para ella darles algún significado aparente.

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-Muy bien fantasmita, es hora de hacer un largo viaje, el primero de muchos para ti, sin contar que ya llegaste desde el castillo maldito hasta el infierno, nada mal-El demonio alegremente menciona los logros de Alice mientras comienza a recitar un hechizo, al comenzar las marcas luminosas en las paredes comienzan a mover de un lado al otro formando otros signos y palabras, como si las oraciones allí escritas respondieran a la voz del demonio. El ritual duro varios minutos, y esos minutos se hicieron horas aunque ella no se cuenta al no poder ver nada mas que sombras y luces que se mueven alrededor de ella y el demonio. En cierto momento Cripson dejo de hablar y de mover las manos y las escrituras también dejaron de hacerlo regresando a posicionarse en la misma forma en que estaban antes de que el conde loco comenzara con su ritual.

-Ya estamos aquí, ahora sígueme Alice y ten cuidado de no separarte de mi, no garantizo la pureza que le queda a tu alma si te pierdes en el territorio del Príncipe Rubeus.-Bastante alegre el demonio le advierte lo que pasara si se separa de el y dicho ello camino por la oscuridad hasta que se perdió de vista.


Pero no se perdió de vista solo por nada, en realidad fue como si Alice quedara ciega en cierto momento ante el nuevo paisaje que se presenta ante ella. Tiene todo un magnifico y aterrador castillo frente suyo labrado sobre y dentro de la montaña. Detrás de ellos ya no hay nada mas que una caída libre de vaya a saber uno cuantos kilómetros. El viento sopla fuerte y se la noche realmente oscura, apenas si las estrellas se puede ver por la oscuridad y las nubes que cubren el cielo. Al frente de ella y de espaldas estaba el demonio parado con los brazos abiertos elevados al cielo, como si se maravillara al contemplar dicha maravilla propiedad de su en parte maestro Rubeus.

Mientras pasaban los días, aquel demonio intentó violarla, pero ella consiguió zafarse gracias a su labia. Estaba segura de que no disfrutaría algo con ese demonio de ninguna manera. Fue bastante complicado evitarle, al menos le dejó tocarla, pero de ahí no le permitió más, pero bueno, ahí estaba aún, esperando ese último día de la semana en el que al fin verían al amigo del demonio. Alice podía ver un montón de signos que no comprendía y él volvió a hablar en una lengua desconocida, haciendo que esos signos extraños se empezaran a mover. Ella miraba casi hipnotizada porque aunque no entendía, le gustaba verlo.

Acabó lo que estuviera haciendo y luego se sumieron en las tinieblas una vez más. Se aferra un poco a las ropas del demonio para que no la ocurra nada extraño en el castillo de Rubeus, no quiere tener problemas. En un momento divisó un castillo enorme, descomunal y muy oscuro. Era casi igual o más tétrico que el castillo maldito. No quería caerse, así que ella seguía aferrada a las ropas ajenas. Era muy imponente todo y ella se sentía insignificante, aunque en realidad es lo que era para el resto, ella no era nada a ojos de esos demonios, pero ya lo sería en algún momento, con su nuevo cuerpo.

Claramente es hora de que la fantasma sepa que tan pequeña es su existencia a comparación de seres de mas eras y de descomunal poder, y pensar que no conoce ella aun nada de lo que viene, ni tampoco conoce cual insignificante son los poderes de Cripson y Rubeus a comparación con el de los dioses y sus campeones.

el demonio camina como si nada en aquel imponente lugar, después de todo paso mucho tiempo estudiando allí de mano del príncipe Rubeus y de su sirviente tan carismático que Alice ya ha conocido a través del espejo místico hace una semana atrás.
Ingresan mas dentro de esa espectacular construcción de magnificas dimensiones llegando a un cruce de caminos, desde allí pueden irse a diferentes escaleras y puertas, depende de cual elijas tendrás un destino diferente.

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El lugar sigue siendo igual de siniestro y desolado, no se ven ni siquiera ratas allí, nada que no sea el viento mora en ese lugar, como si la vida misma hubiera muerto hace mucho tiempo. El demonio solo continuo como si nada mientras el viento se volvía realmente violento, tanto asi que empezó a arrastrar a Alice lejos de donde estaba, tanto asi que si no hace nada para protegerse terminara siendo lanzada al vació.

Se abrían paso tranquilamente, con un paso firme y medianamente acelerado, había cierta prisa pero sin llegar a pasarse. Llegaron a un sitio con muchos caminos y ella tenía la curiosidad de saber por cuál iban a ir. Miraba a cada uno con curiosidad, inclinándose muy suavemente y poniendo cara interesante, hasta que sin que se lo esperase, un viento muy fuerte golpeó a ambos, sin embargo, solo a ella le afectó y pareció serle tan fuerte que ni siquiera podía mantener los pies en "tierra firme". Hizo fuerza con su cuerpo hacia delante, intentando resistir lo que pudiera, pero ese viento consiguió hacer que por unos segundos separase los pies.

No obstante, ella no quería dejarse llevar y acabar cayendo a un vacío infinito. Agarrándose casi al propio suelo, se refugió tras unas rocas en las que el aire golpeaba pero no la tocaban. Si eso no se detenía, lo único es que fuera Cripson quien la ayudara a avanzar, ya que sería imposible moverse ella sola. Alice sacó un poco la cabeza para mirar a su "compañero", para ver qué hacía. Si se marchaba y la dejaba ahí, pues nada, no podría salir a menos que el viento se detuviera, así que esa piedra sería su nuevo hogar hasta que ocurriera algo.

-Ew... Señor Demonio, ayúdeme por favor, no puedo salir.- Dijo calmada, pidiéndole ayuda con toda la tranquilidad del mundo.

En ese cruce de caminos a cielo abierto el demonio se quedo parado mirando hacia las alturas, infinitas y oscuras observa las estrellas y se imagina a la luna oculta tras la nubosidad que cubre esos cielos aterradores. Carece el conde de la habilidad de los elfos de la noche de guiarse con las estrellas y de interpretar sus constelaciones y significados, pero de todas formas a veces puede ver cosas que los demás no, sea esas cosas reales o no siempre son gratas de ver.

La fantasma quedo rezagada varios metros detrás de el, la tempestad cayo sobre ella de súbito y con mucha fuerza. Puede que Alice no pueda en un comienzo notar nada mas que su propio peligro, despues de todo esta en una situación difícil, mas peligrosa que lo que ella pueda llegar a imaginar, pero, tal vez luego de un note note que las ropas de Cripson casi no se mueven, tampoco sus cabellos, solo lo normal de estar en un lugar abierto y en las alturas. Las ráfagas violentas solo la afectan a ella, y voces perturbadoras comienzan a acosarle traídas por el viento.
Al escuchar la voz de Alice pidiendo ayuda aquel sujeto suspiro y volteo hacia ella, en esos momentos si sus ropas se movieron de forma sobrenatural, asi como sis cabellos y hasta el viento mismo. Susurro unas palabras y las ráfagas de viento se calmaron, aunque las voces aun continúan persiguiendo y perturbando a Alice sin cesar. Posa su mano en el corazón de Alice y manosea sus senos antes de tomarla de la mano y hacerla caminar hacia una de las puertas, bueno, no caminar, moverse hacia dicho sitio ya que ella no tiene un cuerpo físico para pisar tierra firme.

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Al abrirse las puertas y entrar al interior de ese monumental castillo ingresaron al pasillo de lo que parece ser una biblioteca, inmensa biblioteca con muebles en todas direcciones con libros. El lugar esta bien iluminado y se puede deambular en varias direcciones ya que hay pasillos entre las estanterías que conectan con mas partes de la biblioteca en si, y pasando por esos corredores se puede tener acceso a otras partes del castillo del Príncipe.

Esperó un ratito, no demasiado largo, hasta que Cripson se giró y pronunció unas palabras extrañas, que hicieron que el viento se acallara. Aunque eran horribles, podía sobrellevar e ignorar esas voces, porque bueno, estaba más centrada en poder resucitar que lo que escucha y casi ni comprende. Voces que no ve no van a impedirla nada, aunque sean muy molestas. La joven Alice se sonrojó y cerró los ojos cuando él empezó a manosearla. No podía negarse a eso, ya que no la profanaba al tope, al menos le dejaba tocarla para que no fuera a más o eso, quería evitar a toda costa.

Se desplazó con él, bien cerca, sujetada por su mano, pero lo agradecía por si pasaba algo raro. Entraron por unas puertas que les llevaban a una enorme biblioteca. Alice puso cara de sorpresa, ya que la cantidad de información que tenía que haber ahí, debía de ser descomunal. Conocimientos que serían geniales de tener, pero imposibles para ella. De todas formas, era muy interesante y además, el lugar era bonito, pero no dejaba de ser tenebroso. Entrelazó los dedos de su mano con la del demonio y apretó fuerte, mientras le miraba a los ojos con calma y amabilidad.

-Para aprenderse todos los lugares del castillo, hay que vivir aquí un tiempo, imagino, jaja.- Sonrió y dejó escapar una pequeña risa, que reverberó en la habitación.

Alice y su cuerpo son algo que el conde loco desea, también otras cosas, ya dependerá de ella si puedo entretener lo suficiente a ese enloquecido ser con otras cosas interesantes que no sea el abrirla de piernas y quedarse también con su intimidad para gusto y provecho propio de si mismo. Tras manosearla y tomarla de la mano ingresaron a esa obra magnifica llegando a una biblioteca que parece no tener fin ya que a lo largo de los siglos diferentes criaturas alineadas a la oscuridad han ido dejando allí los libros que escribió o que fue robando de una nación y de otra haciéndose inmensa con el paso de los siglos.

-Buena deducción Alice, este es lugar es mucho mas grande de lo que se puede llegar a imaginar-Comenta el conde a las palabras de su acompañante mientras avanza por pasillos y estanterías varias por algunos minutos hasta llegar a una puerta la cual abre y lo conecta con otro pasillo, o mejor dicho al camino que une a ese piso con el anterior. Desde allí se puede ver que están bastante algo, debajo de ellos debe haber mínimo 4 pisos mas hasta llegar a ver lejos el suelo de ese castillo. Comienza a descender el conde loco por las escaleras que hay a los costados de ese que parece ser la columna vertebral de la edificación pasando por muchas puertas y ventanas a medida que bajan. Varias obras de arte, candelabros, antorchas, maniquís se pueden observar, algunos tan reales que puede sentir Alice como le hablan y le observan sin disimulo.

Al llegar casi a lo que seria la planta baja del castillo las escaleras cambian, hay una a cada lado como formando un arco que empieza a los lados de la habitación y se unen justo donde ellos están parados. Detrás de ellos hay una imagen enorme de quien parece ser el Señor del castillo, un lienzo realmente bien realizado que debe de valer por si mismo una fortuna.

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La imagen es la de un hombre envuelto en una armadura de metal con cabellos largos y barba bien afeitada. Claramente parece ser una especie de general o caballero de renombre, ni que hablar de su mirar, sin duda aquel que hizo ese cuadro tuvo que haber estado allí en ese momento de la batalla para poder crear algo tan espectacular como lo es esa obra de arte.
Sin duda esa es la entrada principal del castillo, luce espectacular y mas cuidada. Volviendo al tema de las escaleras es algo intrigante, es de mármol blanco o cerámica blanca, algo extraño, determinar el material es algo que solo un maestro de la piedra puede indicar. La mano de obra es un tema espectacular para muchos, la forma en la que están construidas las escaleras allí parece haber sido moldeado de alguna forma, como se moldea la arcilla no parece haber rasgos de cortes ni de haber pasado por allí un pico jamas en la vida.
Cripson se queda al borde del primer escalón que da acceso al descenso y acaricia con aprecio la baranda de una de las escaleras con aprecio, como si se maravillara con el gran trabajo que ha hecho Rubeos con su vicisitud, arte del cual es amo y maestro por encima de todos los demás, eso incluye al propio Cripson quien ha aprendido de el ese arte macabro y oculto.

La pobre espíritu no daba a basto con tantos susurros de "gente" desconocida. Unos le decían cosas buenas y otros malas, pero ella no diferenciaba casi nada, porque eran tantos que se confundía. En un momento todas esas voces que solo ella podía escuchar se acallaron y junto a Cripson, empezó a bajar un montón de escaleras. Si ella supiera de arquitectura, podría decir que simplemente es una maravilla, pero lo único que sería capaz de admitir, es que le gusta y es bonito, pero no puede apreciarlo como una persona profesional. Igualmente lo admira todo, especialmente esa especie de armaduras que había, que la miraban y algunas le decían cosas.

Sacudió la cabeza sin poder creerlo, pero una de ellas le soltó un comentario un tanto obsceno. Ella desvió la mirada hacia Cripson para comprobar que no había oído nada, menos mal. Por desgracia, lo que si se notaba es que estaba mirando a todas partes con inquietud, aferrándose fuerte a Cripson por sus constantes despistes, sin embargo cada vez que él la mira, le dedica una sonrisa. Piso tras otro continuaba el descenso, paso a paso, escalón a escalón, hasta llegar abajo del todo. Se queda con la boca sumamente abierta al ver esa gran imagen, ese hombre tan imponente, que suponía debía ser el Príncipe Rubeus, quien podrá darle ese cuerpo que tanto ansía.

Alice se llegó a dar cuenta de una gran diferencia y es que, ahí los espíritus como ella, estaban enfadados, mucho además. Ella no y por eso es como si la miraran mal, era extraña. En el Castillo Maldito del que proviene ella, los fantasmas solo estaban dolidos y con pena, estaba vagando tristes como ella, pero casi no guardaban rencor, porque casi ni podían. Aquí era diferente y peor, como si alguien las atormentara constantemente, una tortura después de la muerte de la que no pueden defenderse. Trata de imaginarse lo temible y despiadado que debe ser el Príncipe Rubeus para que las almas que allí sufren, sean tan agresivas y poco tolerantes, eso la hacía ponerse un tanto nerviosa.

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El conde loco camina por los dominios del príncipe Rubeus como si fueran sus dominios propios, manejándose por ese sitio con toda normalidad como si esa fuera si propia casa. Para Alice ese lugar es peor que la muerte, solo aquellas criaturas con un poder espiritual realmente poderoso pueden deambular por allí sin ser corrompidos y enloquecidos por el aura siniestra que rodea a esa región desde hace mas de 5 siglos. La hermosa fantasma hizo buen uso de su bravura y se sobrepuso a la voluntad reinante sobre ese lugar manteniendo a raya a los otros espíritus que están esclavizados en ese sitio sin posibilidad de gozar ya del descanso eterno sino todo lo contrario, jamas conocerán la paz.

Ya abajo en la entrada principal del castillo Cripson giro en 180 grados para dirigirse a la gran puerta que lo lleva a la gran sala central del lugar donde ha de encontrarse el príncipe Rubeus aguardando en su trono de hueso. Las puertas so realmente gruesas e impresionantes, como las puertas del castillo de un gran rey, despues de todo detrás de las mismas se encuentra el príncipe y padre de los vampiros.

-Muy bien pequeña, detrás de estas puertas se encuentra aquel ser que puede reconstruir tu cuerpo a imagen y semejanza del original. Prepárate para lo que viene Alice.-Advierte el conde a su fantasma acompañante mientras las puertas se abren delante de el por si solas, nada las fuerza a hacerlo. El sonido de la puertas al abrirse es bastante tétrico por asi decirlo, y la criatura que aparece delante de ellos es tan fiera y horrible como pocas criaturas lo son.

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-Bienvenido al salón del Trono Conde Loco, es del agrado del Amo y Señor de la noche el recibirlo en su noche sin principio ni fin- La voz de ese sujeto es tan desagradable como su apariencia, pero habla con mejores palabras que la media de los parias del mundo.

-Mi estimado "Jack" , me alegra verle tan desagradable como lo recordaba. Dejo claro que siempre es un gusto el venir a la torre del Crepúsculo, hace muchos años ya...-Dice algo nostálgico mientras avanza por la alfombra roja que lleva directo al trono de hueso donde se encuentra sentado el príncipe Rubeos quien esta apoyado con el codo derecho sobre el costado del mismo y con el puño sobre la cara, al parecer los mira aburridos, o tal vez por el contrario, tal vez esa falta de modales se deba a la confianza que hay entre ambas criaturas malditas.

-Bienvenido eres en mis dominios Cripson, fiel aliado y aprendiz de la noche y de las criaturas que habitan en ella. Disfruta de mi protección y de las comodidades que encuentres en ella.- La voz de esa criatura provino de todas direcciones, como si rebotara contra las paredes del lugar y regresaran a ellos con mas fuerte que antes.

-Se lo agradezco como es mi costumbre mi buen príncipe de la noche, como ha de imaginar la mujer detrás de mi es la razón por la que estoy aquí-Hace un ademan con su brazo izquierdo para que el príncipe observe a Alice con detenimiento y a gusto.- Estoy seguro que la hermosa joven es de su agrado mi buen príncipe.- Con muchos modales y sonrisas Cripson conversa con ese príncipe en lo que parece una auditoria real y privada. El hombre en el trono observa a Alice sin ánimos de nada,  pareciese como si al lado del demonio no estuviese nadie parado ni nada digno de atención.

-Se lo que buscan y lo que necesitan de mi, por consecuencia he de decir que necesito para llevarlo a cabo. Deben proveerme de al menos 5 doncellas vírgenes de la misma edad que ella o similar. Ayudara el que sean de su mismo lugar de origen-Ese al parecer es el principio del precio que se ha de pagar para poder construir el cuerpo de Alice tal cual lo tuvo en vida, pero eso es solo el principio, ya se vera que sucederá despues si es que están dispuestos a todo han de comenzar por el principio.