Ruinas de un nombre olvidado

Llevaba un dia bastante simple, sin peleas nialtercados. Solo estaba yo y sin maldicion. Una maldicion que tal como habia aparecido habia desaparecido. Asi que, aprobechando mi libertad me limitaba a viajar y a ver cambios en el mundo. Asi que, aquel dia llegue a un pueblo, alli la gente vivia tranquila, quizas demasiado. Ya que al verme parecian sonreir alegres o quizas por temor a lo desconocido. Seguramente un extranjero significaba problemas. Por ello sonrei amable y me dirigi ala posada.

Una vez en la posada mire el tablon, buscando noticias o eventos en la zona y hubo algo que me llamo la atención. Desconocia si las ruinas tendrian relacion con aquellas que me otorgaron la inmortalidad. Incluso si tendrian tantas respuestas a esas civilicaciones antiguas. Aunque dudaba que esas ruinas fuesen tan antiguas como aquellas que debia proteger a toda costa. Asi que tras leer el papel me acerque a la barra y llame al tabernero.

-Un hidromiel por favor.

Dije esperando para ir pensando en que hacer. Para cuando volvio le pare y hable.

-Respecto a la busqueda que teneis en el tablon. ¿Aun esta abierta? Me resulta bastante interesante, pero desconozco si esta completa o no.

Quizá fue la nostalgia o quizá fue un gesto inconsciente pero sin darse cuenta ya estaba en Asbru, otra vez...

La tierra que vio a Marie nacer, morir y "nacer" de nuevo recibió a la vampiresa con un viento solitario cuando ella entró al territorio sur del reino, justo donde se encontraba su antiguo pueblo, ahora hecho ruinas, que ahora aparecía convertido un pueblo fantasma de tantos, los años habían pasado factura al lugar, muchas fachadas se encontraban raídas y en mal estado, al no quedar nadie en el pueblo que las reparara, aunque quizá ese mismo tiempo inquisitivo también habria podido traer algo bueno, los cadáveres ya no existían, habiéndose convertido en comida para los animales de la región o quizá vuelto polvo a través de las decadas, los únicos testigos mudos de aquella masacre eran las ahora lastimosas casas y locales que parecían tratar, en vano, de resistir a las calumnias del tiempo.

Marie no reconoció el lugar al instante, le parecía un pueblo desierto más, hasta que al pasear entre las pocas calles del lugar se dio cuenta que los caminos eran familiares, su mente rememoró el hecho ocurrido varios años atrás, ella debía llevar la comida a su casa por la escasez de ganado y tuvo que ir a cazar al bosque para conseguirla cuando fue atacada por un animal que no se suponía que estuviera en esa región del mundo, creyó haber muerto pero cuando despertó estaba en su casa, las memorias se hacían borrosas, sólo recordaba que de repente estaba parada a mitad del pueblo y todos estaban muertos y su hambre saciada. No sintió remordimiento alguno al recordar los eventos, hace mucho que había comprendido que no era humana y por lo tanto no valía la pena comportarse como tal.

Al salir de su pueblo natal no sintió absolutamente nada salvo un dejo de nostalgia que se esfumó tan pronto como apareció, ella era Juliette Marie de Ningún Lugar Digno de Mención.

Llegó a una taberna ubicada en un pueblo que encontró por el camino, era de noche y los candiles iluminaron sus sonrosadas mejillas, signo de que acababa de alimentarse, lo cual le facilitó camuflar su aspecto normalmente pálido, al menos por hoy, había tenido que caminar un día de viaje desde que dejó su pueblo sin nombre, éste pueblo sin embargo le dió la oportunidad de encontrar algo con qué alimentarse pero sabía que no podría instalarse aqui pues era muy pequeño para mantener su hambre a la larga, sabía que ésta sólo sería una parada pero quería darle rumbo a su andar, hasta hoy solo habia caminado sin rumbo solo para llegar a algún lado pero ya estaba comenzando a fastidiarse y sabía que si en algun lugar podria encontrar informacion a cerca de algo interesante que hacer sería en una taberna.

Iba a hablar con el posadero hasta que vio el tablón en la pared, leyó el aviso, no sabía en absoluto nada de lo que la persona aquí queria saber pero creyó que sería interesante colaborar a descubrir de que se trataba todas esas ruinas e historias y sin duda, lo que la motivaba realmente, habría alguna recompensa.

Se alejó del tablón pensando en que quizás el día de mañana aparecería uno pidiendo ayuda para encontrar a una chica rubia que habría desaparecido esta noche, antes de llegar a donde el posadero se relamió el labio superior donde había dejado una minúscula mancha de sangre de la joven desafortunada la cual desapareció al pasar su lengua antes de llegar con el hombre.

-Disculpe ¿Sabe a quien puedo dirigirme para informarme a cerca de ése anuncio?- dijo ella señalando el anuncio en cuestión.

No tardo el tabernero en servirme el hidromiel, entonces bebi tranquila, saboreandolo y refrescandome. Luego le pregunte y recibi una respuesta clara. El chico de ropas oscuras se acerco para pedir un cafe, y despues de ser atentido se sento en una mesa, para esperarlo. Al parecer era muy poco comun que alguien tomara algo como eso.
Por ello, cogi mi hidromiel y me acerque a su mesa con calma. Para despues mirarle sin llegar a sentarme.
-Disculpa...¿eres el que puso el cartel para la exploracion de ruinas? De ser asi me interesa bastante el tema y me encantaria tener información.

Dije al chico esperando sus palabras. Luego si era el me sentaria para escuchar las condiciones y probablemente la recompensa. Tenia curiosidad, pero aun asi no me jugaria mi vida gratis. Y menos para alguien que no era yo misma. luego mire hacia atras para oir a otra mujer y mire al joven de nuevo.

-Ademas, puede que tengas dos reclutas ahora mismo. Al parecer no soy la unica interesada.

Marie hubiera deseado evitar que el amable tabernero la guiara hasta la mesa, pero al parecer por la actitud demasiado gentil del mismo parecía que su réplica sería en vano así que no hizo mas que suspirar y llegar a la mesa señalada en compañía del buen hombre. No le gustaba mucho estar en compañia de los humanos, para ella sólo significaban un molesto enjambre de mosquitos, a menos que llegase la hora de alimentarse, entonces se volvían ganado ante sus ojos.

Llegó a la mesa y sin preguntar ni decir nada sólo tomó una de las sillas y la apartó de la mesa a una distancia un poco larga para quien se sienta normalmente a una mesa pero para ella era la distancia perfecta pues al sentarse estiró las piernas cuan largas eran y apoyó los pies en la silla vacía de las cuatro que habían en la mesa, entonces cambió su semblante indiferente y sonrió con el cinismo que la caracterizaba, muy comúnmente su carta de presentación, pero no habría sonreído de esa manera si supiera que estuviera sentada con humanos, aunque no lo sabía a ciencia cierta, y fue el aroma del aire que rodeaba esta mesa lo que le hizo sospechar de la condición oculta de los presentes, sus desarrollados sentidos le decían que podrían ser algo más pero no sabía qué, y si eran humanos eran los menos comunes con los que se ha sentado.

-Los acompañaría en sus tragos pero me temo que en esta taberna no encontraré la bebida que busco...- dijo ella como una suerte de extraño saludo, a primera vista el joven que parecía ser el protagonista de ésta reunión le parecía bastante misterioso, tal vez mucho para su gusto, y la chica pelirroja de al lado le parecía una curiosidad, sus ojos felinos se entornaron mirándola mientras la inspeccionaba, la encontraba más agradable, a pesar su aparente frialdad, quizá porque no representaba el mismo grado de misterio que el chico en cuestión.

Apoyó un brazo en la mesa y sintió la madera con sus uñas que terminaban en punta y dichas puntas eran de color negro, su ansiedad ante la espectativa del misterio y de una posible nueva aventura le hacían rascar la madera de la mesa en una especie de compulsión subconciente crispando la mano y relajándola y repitiendolo sin darse cuenta, entonces continuó.

-¿A dónde nos llevarás?- preguntó atrevidamente incluyéndose de forma descarada como si ya formara parte del plan.

Nada mas acercarme y preguntar el chico hablo sobre mis intereses. Supuse que mi aspecto aun seguia siendo el de una asesina o mercenaria, aunque lejos de aquel aspecto y del interes me interesaban las ruinas. Aunque con mi paciencia y vida podria descubrirlas en el mejor momento o cuando mas rentable fuese. En aquellos momentos le mire calmada y tras su consentimiento me sente para escuchar. Entonces escuche calmada.

-Definitivamente parace interesante. Siempre que tengas las pistas adecuadas.

Si, y necesitaba esas pistas. Necesitaba saber que no buscaban las ruinas que originaron mi inmortalidad. De ser asi tendria que evitarlo. Pero todo apuntaba a que serian otras ruinas muy diferentes, por lo que no me preocupe. Simplemente escuche con calma sin hablar demasiado. Cuando se sento la otra chica, la mire al igual que ella a mi, aunque ella fue claramente mas descarada. Era misteriosa, al igual que el chico. Alguien que vestia muy de negro y una mujer tan palida que parecia no tener sangre. Incluso al oirla hablar sobre su bebida inexistente pense en que lo que probablemente bebiese fuese sangre. Quien sabe, podria ser un vampiro por ese aspecto palido. Lo que me sorprendio mucho de ella sin duda fueron sus modales. Si queria llamar la atencion, desde luego que lo haria.

No tardo en responder a sus preguntas el joven que hablo sobre una cueva, esqueletos y una especie de leyenda. Los mire calmada y bebi hidromiel tranquila.

-Parece interesante. Puede que encontremos un gran tesoro o nada. Pero de haber un tesoro... Se repartira equitativamente. Asi que entro.
Respondi con una sonrisa a ambos. Esperando que aceptaran mis condiciones, unas muy simples. Por lo demas seria una clara aventura, como en los viejos tiempos. No me vendria mal una como esta ahora.

"Repentinamente entre palabras y propuestas, se escuchan tumultos fuera del local, personas rondando y gente gritando aterrorizada , algo que verdaderamente no podía ignorarse y menos a tal magnitud, entra un hombre corriendo por las puertas del establecimiento gritando"

-"¡Antuan, Antuan! ,¡es Elvira corre!" - Conmocionado y agitado, dice gritando Phillip -

-"¿Que ha pasado con ella? ¡¿Esta bien?"- preocupado reacciona.

-"La han asesinado..."- exclama entre lagrimas y desahogo con la mirada al suelo.

-".........."- Antuan sale en carga, hacía la puerta a ver con sus propios ojos los hechos...

"A lo lejos se escucha, el grito de un hombre como si su alma fuese desgarrada por mil demonios a la vez , una sinfonía de agonía y tragedia, era el mismísimo Antuan con el cadavér de su hija entre sus brazos."

-"Elvira Greedfort, hija de Antuan Greendfort y esposa de Phillip Picot fue hallada muerta el día de hoy a  media noche por causa de un ataque animal, ya fue avisado al cuartel para darle caza inmediatamente" - indicaba un guardia afectado  , en la entrada de de la posada al ser abordado por preguntas.

Repercusiones (LEER):

Tal como lo había pensado Marie podría haber un tesoro en recompensa por las molestias, aunque la verdad no le interesaba realmente las riquezas que pudiera obtener de tal travesía, el dinero nunca ha sido importante para ella, despues de todo ¿Para qué iba a necesitar un vampiro acumular riqueza? la inmortalidad es en sí misma el mejor medio para conseguir lo que sea, el tiempo ya no era un factor que importara para cumplir sus objetivos, y lo que un vampiro necesita rara vez requiere del uso del dinero, para ella el oro, las joyas y todo lo que tenia valor en los mercados era una herramienta humana y ella ya había dejado su humanidad atrás.

La razón por la que le atraía era realmente, aunque quizá no lo sabía, por la emocion de la aventura, cuando se "vive" por tanto tiempo la rutina suele ser una molestia bastante común y hacía tiempo que deseaba casi con desesperación encontrar un propósito, aunque sea momentáneo, para su rumbo siempre errante.

Entonces vio al hombre corriendo desesperadamente ante el tabernero al que le hablaba entre sollozos sobre una mujer muerta, el anuncio conmocionó a casi todos los presentes quienes se dirigieron a ver qué era lo que ocurría, al parecer las autoridades también estaban ahí, lo cual le extrañó un poco pues en los pueblos pequeños y alejados como éste rara vez habían guardias o alguna autoridad en representacion al reino al que se supone que pertenecian y normalmente el cuidado de estos pequeños poblados corría a cargo de los mismos pobladores.

Marie se preguntó si no habrá sido acaso aquella chica que le había servido de cena unas horas antes, quizá solo era coincidencia, pero en los pueblos pequeños las coincidencias casi no existen.

No le importaba en absoluto la vida de aquella chica ni la pena de los humanos ahí presentes, mientras no supieran que había sido ella no habría problema alguno, pero si la descubrían tendría que cargarse a algunos cuantos en el camino pues sabía que a pesar de ser ganado no había que subestimar a los humanos.

Su semblante estaba serio mientras pensaba en qué hacer ante una posible situación comprometida ya que si bien sospechaba que sus nuevos conocidos podrían no ser humanos no sabía contra qué se enfrentaría en caso de que su suposición fuese cierta y si ellos se pusieran del lado de los pobladores, al menos por ahora no podía darse el lujo de descubrieran no solo su identidad vampírica si no también que ella había sido la autora de aquél asesinato pues no sabía cual sería su reacción.

Entonces para su mayor tranquilidad escuchó que al parecer se le atribuía su muerte a un animal, Marie esbozó una sonrisa extraña al escuchar eso, ya que eso le facilitaba bastante su plan. La verdad esperaba no tener que llevarlo a cabo pero si se presentaba la necesidad sabía que podría ser la mejor forma de pasearse por el pueblo sin que nadie sospechara de ella.

Así que sólo se limitó a observar y a escuchar al tiempo que les decía a su acompañantes con un tono ausente:

-Vaya tragedia ¿No es así?-

Esa curioso como parecian perseguirme los problemas. Siempre me pasaba lo mismo, aunque esta vez no era una espada para luchar cotra ello. asi que bebi un poco mas de hiidromiel acabando de beberme la bebida y mirando a mis compañeros que como yo no sentian nada al respecto . Pero por lo menos debiamos mostrar quizas algo ya que podrian acusarnos a nosotros. aunque nadie de los alli reunidos eran animales. Me informe de todo y luego mire los papelessobrela mesa. Parecia que ambos tenian un cierto desprecio ante lo ocurrido, incluso vi unas reacciones que mostraban cierta relacion con los asesinatos.


-Estoy de acuerdo, pero no pienso firmar nada en un papel. con mi palabra debera bastarte.

Dije clara y seria ambos. No escribiria mi nombre, nadie debia saber que seguia por el mundo o quizas mandasen asesinos en mi busca. sin embargo el simple nombre no causaria problemas.

-Mi nombre es Enea, con eso deberia bastar .

Respondi levantandome y andando hacia el tabernero para darle dos monedas para pagarlo todo, dejando bastante dinero extra sobre la mesa.

-No es necesiario que nos den las vueltas. Quedenselo, les vendra bien. Y mis condolencias...

Luego volvi donde miscompañeros y les mire esperando que no hubiese mas problemas.

-Marchemonos y empecemos ya.

Respondi seca y calmada

Un ligero alivio recorrió el cuerpo de Marie llevandose algo del nerviosismo, que no mostraba, cuando vio que sus acompañantes reaccionaban indiferentes a los acontecimientos, más por compromiso y por pasar desapercibidos que por indignación sincera al igual que ella misma. Aún así un dejo de preocupación permanecía para mantenerla alerta por si acaso los pobladores sospecharan de ella.

Entonces se volvió de vuelta a la mesa al escuchar el nombre del joven que las había reunido ahí solo para observar cómo la chica de facciones serias se levantaba negándose rotundamente a firmar nada, para luego irse a dejar bastante dinero al tabernero en un gesto que le pareció más cínico que sincero... ¡Cómo le agrabada ésta mujer! Juliette sonrió complacida ante aquella acción aunque estaba consiente de que quizá lo había malinterpretado.

Las palabras exasperantes del hombre que ahí las mantenía la devolvieron una vez más al asunto que le había llevado ahí, miró el papel, una suerte de contrato, no le importaba en lo más minimo firmar nada, por lo que al mundo respectaba ella había muerto hace casi tres cuartos de siglo, y el "mundo" era su pequeño pueblo casi alejado de todo que por cierto ahora ya no existía, y como su nombre no tenía importancia....

Husmeó la mesa con la mirada como buscando algo hasta que encontró el tintero y la pluma, entonces comenzó a garabatear el papel ahí donde supuso que debía hacerlo, al terminar se podía leer "Juliette Laulvitte", a partir de ese momento decidió que adoptaría el apellido de su madre oscura, su Sire.

-¡Listo! dijo y luego al escuchar las palabras de la "chica ruda" añadió -Sí, entonces ¿A dónde nos vamos?-

Vi a ese hombre perdido. No fue el problema lo que me hizo pensar, si no su rostro. Reconocia esa mirada, ese dolor. Ya lo habia sufrido y era algo muy doloroso. Recorde entonces aquel momento entre el agua, con el barco hundiendose y mi familia se ahogaba sin mas. El dolor mas grande era cuando veias que no te quedaba nadie. Y ese dolor era casi el mismo que el de aquel hombre. Suspire y volvi a la mesa tras haber pensado en las palabras del Balthazar, para extender la mano y acabar firmando.

-Que os den por culo.

Les dije seria para firmar como "Elisabeth Noreth" y mirarles seria. Necesitaba saber si acabarian en mi cueva o simplemente si descubrian algo realmente importante.

-Ire, pero por el mero echo de que ese tipo de descubrimientos me apasionan. Asi que cuando querais podemos marcharnos y llegar a ese magnifico lugar.

Respondi aun de pie, esperando por parte para no molestar mas a los nativos y para salir en busca de descubrimientos antiguos, cuevas o tesoros.

En cuanto terminó de firmar y hablar la "Chica Ruda" firmó también, prestó especial atención al nombre firmado en el documento pues quería saber al menos el nombre de con quienes "trabajaría", ya sabía el nombre del otro, solo faltaba el de ella.

Al terminar él se embolsó el pergamino y ella lanzó una réplica que a Marie se le hizo más bien infantil, como cuando un niño justifica el porqué hace las cosas, eso la hizo sonreír divertida. Cuando el joven se puso en pie y pudo apreciarlo de cuerpo entero se hizo un joven bien parecido y atractivo, lástima de su actitud demasiado arrogante para su gusto, las palabras de él incitándolas a comenzar con la travesía y la emoción de ésta le hicieron salir de sus cavilaciones, se levantó y lo siguió fuera del local mientras volteaba la cabeza mirando a la pelirroja diciéndole con una de esas raras sonrisas propias de ella -¿Así que Elizabeth eh?- Sea como fuere que le contestara seguía caminando tras Baltazar por los callejones quien ya se encontraba analizando un mapa, le pareció interesante que aquél chico no necesitara mucho esfuerzo para analizarlo en medio de la oscuridad de la noche y las sombras del callejón, Juliette esbozó otra sonrisa, estos dos prometían ser interesantes; nuevamente sus pensamientos fueron interrumpidos por el último comentario hasta el momento de Baltazar a lo cual Juliette respondió con una carcajada y un tono de voz presumido que no pudo resprimir -Querido, la noche es mi territorio, es mi hogar.

Escuche a ambos tras haber firmado, desconociendo sus vidas y sus origenes. Como en tantas misiones de asesinatos, quedando solo la meta clara, fuese algo bueno malo. Asi que suspire y acepte la mision como tantas otra veces. Poco a poco conoceria mejor a mis compañeros y acabaria completando la busqueda. Mire a la otra mujer cuando dijo mi nombre a lo que la asenti mirandola a los ojos.

No tardamos en salir de aquel lugar, dejando a los dueños de la taberna doloridos. Pero obviamente no podiamos hacer nada. Quizas uno de los que estaban conmigo habrian cometido aquel delito, sin embargo no culparia a nadie. ¿para que? Era realmente absurdo. Asi que les segui sin mas hasta llegar a un bosque entre la oscuridad. Alli el chico pregunto.

-Tranquilo, no temo a la noche.

Dije sin mas para ojear el mapa y compararlo con lo que teniamos a nuestro alrededor. La verdad que era un mapa no muy exacto pero mostraba lo suficiente como para poder orientarse. Aunque de noche...no es que tuviese vision nocturna.
-Eso si, deberiamos guiarnos alli donde llege bien la luz de la luna. Es dificil ver mas alla con tanto arbol en medio.

Dije claramente mirando hacia los lados. Podria encender un fuego, pero eso solo lograria que nuestra vision hacia lo mas lejano se perdiese. Mientras oi a la otra mujer hablar sobre su facilidad hacia la oscuridad, sobre su hogar y fue entonces cuando vi que era un ser de la noche.

-Contarme cosas de vosotros, tenemos un viaje largo y no me gusta ir acmpañada y en silencio. Para ir callada suelo viajar sola. Dime Juliete, eres un ser de la noche por lo que comentaste¿ cual si puede saberse?No es habitual encontrarse con uno. Y tu... Balthazar¿solo viajas por descubrir ruinas?

Parecía que nadie aqui le temia a la oscuridad de la noche, todos de alguna manera estaban familiarizados con ella, esto le llevó a pensar a Marie que todos eran seres de la noche pero ésto se esfumó cuando la chicha ruda añadió su preferencia por la luz lunar para ubicarse mejor lo que le llevó a pensar que debía ser un ser diurno pero aún así seguía creyendo que ella no era humana, su olfato no parecía mentirle cuando estaban en la taberna, sin saberlo o tal vez sin que les importara le estaban dando información para saber con quienes trataba.

La espesura del bosque se tupía más conforme se adentraban en él, el sonido de la fauna nocturna resonaba en lejanos ecos, las cigarras, grillos, algunas aves nocturnas y uno que otro animal podían escucharse pero siempre en la lejanía y a pesar de lo mucho que caminaban los sonidos parecían siempre distantes, Juliette confirmó sus sospechas del porqué cuando miró el verde suelo por el que andaban, parece que su nuevo amigo, Baltazar, quien iba al frente estaba igual de maldito que ella, el pasto que él iba pisando se marchitaba a su paso dejando un rastro de vegetación podrida conforme caminaba... al igual que ella, éste era un efecto común en vampiros cuya Humanidad había descendido mucho, era un efecto secundario que reflejaba la corrupción de sus almas y los animales comúnmente podían sentir ésta corrupción, ahora entendía porqué la fauna nocturna no se atrevía a acercarse, sin embargo no sabía que otros seres además de su raza podían compartir este defecto, aunque físicamente tenía los rasgos de un vampiro su presencia no se percibía como tal, eso sólo le hizo acrecentar su curiosidad ¿Qué otro ser maldito y condenado puede caminar sobre la tierra además de los vampiros?

Entonces surgió la pregunta de Elizabeth, era la oportunidad perfecta para saciar su curiosidad iba hablar primero hasta que observó la dramática forma de girar y la mirada del guía del grupo para hablar y después seguir su camino.

En cuanto reanudaron la marcha Juliette comenzó a hablar teniendo cuidado de escoger sus palabras pues que Elizabeth no fuera humana no querría decir que reaccionara bien ante la noticia de estar con dos seres impíos y tampoco sabía si la raza a la que pertenecía la pelirroja sería un peligro a su existencia, quizá lo mismo podria estar pensando ella, tenia de dar una respuesta diplomática, parecía que aún no se había dado cuenta del detalle del extraño efecto de las plantas a su roce así que aún podría revelarle algo de su naturaleza no muy comprometedor para que cuando ella se diera cuenta a lo largo del viaje ya lo hubiera asimilado de mejor manera, aunque lo que más le preocupaba no era la pelirroja, era el guia, la noción de saber que había otros seres malditos en la tierra a demás de los vástagos no la dejaba tranquila, según lo que su sire le había enseñado de este mundo de tinieblas era que los vampiros no eran los únicos seres sobrenaturales en el mundo pero ella nunca se había topado con uno y si lo que su sire había dicho era correcto probablemente tenía frente a ella a un demonio, un ser seguramente capaz de aplastarla fácilmente si se lo propusiera y sin escrúpulo alguno al hacerlo, Marie trataba de esta forma al ganado, a los humanos, pero un demonio muy probablemente lo haría con cualquier otra raza que considerara inferior... y había bastantes. Aunque era una mera suposición, debía confirmarla.

Este razonamiento le hizo saber que la respuesta diplomática no debía ser únicamente hacia Elizabeth, debía ser para sus dos acompañantes, debía generar confianza siendo digna de ello.

Tras unos segundos de que reanudaran la marcha la vampira habló antes de que Elizabeth se desesperara ante el silencio.

-Soy una mujer maldita para siempre, no puedo morir, no naturalmente- dijo con un poco de melancolía, contrastando brevemente con su actitud bravucona de antes, luego añadió con gesto inexpresivo y voz seria -los míos estamos condenados a una "vida" inmortal después de haber muerto ya una vez, los placeres de la vida nos han sido vedados, no podemos disfrutar del amanecer, no podemos degustar el sabor de los alimentos que seguramente tú, Elizabeth, tienes la fortuna de probar- parecía haber olvidado de incluir a Baltazar en ésta frase pero realmente había sido a propósito, no sabía si los demonios comían algo realmente, esto en caso de que lo fuera claro -nuestra existencia contradice el orden natural y ello a veces nos concede enemistades, además esta el ganado- dijo refiriéndose a la humanidad -nos alimentamos de su sangre para mantener nuestra vida artificial.- luego recuperó el semblante de siempre y volvió a su sonrisa algo cínica a ser la descarada de siempre -Pero supongo que tú no tienes esos problemas, Elizabeth, sin embargo creo que tu no eres una mortal común y corriente- luego miró hacia el frente, hacia Baltazar -¿Y tú Baltazar? hablas muy poco de tí mismo, creo que es justo para todos saber con quienes trabajamos- finalizó ella con esta frase que incluía a todo el equipo, ella ya había hablado, sabía que la desconfianza de Elizabeth le haría querer saber eso mismo del "lider" del grupo y que al haber un miembro que ya se había confesado y otro que desconfiara de él no le quedaría mas remedio que hablar si quería conservar al equipo, aunque suponía que con lo poco que lo conocía trataría de dar la respuesta más vaga posible. De igual forma esperaba la respuesta de Elizabeth pues le parecía interesante saber qué clase de raza mortal sería pues la mayoría de las razas mortales eran diurnas y ella no se habia topado con una salvo con los humanos.

El paseo con aquellos dos desconocidos poco a poco se volvia mas interesante. Casi mas aun que la mision para descubrir el tesoro y las ruinas. Aunque como siempre no serian nada que ya no hubiese visto. Demasiados años viviendo en el mundo como para haber conocidos a seres de todas las razas existentes y muchas de sus variantes. Asi que por el momento la intriga estaba a la orden del dia. Y como esperaba no tardo en responder la chica de aire oscuro. aunque hablando de una manera triste y llena de pesar.

Fueron sus palabras las que me hicieron cambiar de idea respecto a contarles todo. No podia decir a un vampiro que era inmortal sin condiciones ni castigos. Podia saborear la comida, sentir el sol y el dolor. Era algo que me costaria decirle a alguien con tal maldicion.

-Mmm... parece algo realmente triste.

Dije sin mas segun escuchaba mas aun, viendo como hablaba de humanos como comida, o mas bien como ganado. ¿acaso criabaen algun lugar del mundo solo para poder comer? La idea me daba escalofrios. Yo quizas habria comido humanos en el pasado pero... llamarles ganado...era algo un tanto cruel. Finalmente escuche hablar al chico sobre su conocimiento del camino en la oscuridad. Debia de tener una gran orientacion. Y finalmente escuche a ambos calmada.

-Estas en lo cierto. No soy humana. Soy un dragon, un simple animal algo viejo.

Dije sin mas y sin recalcar mas detalles mientras esperaba tambien la respuesta de Balthazar.

-Estoy de acuerdo con Juliette, deberiamos saber con quienes estamos trabajando en realidad.

La vampira tuvo que reprimir, sin mucho éxito, un gesto de gran asombro cuando Elizabeth dijo lo que era, había escuchado leyendas en su niñez pero nunca creyó que fueran reales, jamas se imaginó estar frente a frente ante un ser de tal magnificencia, los dragones habían sido en su infancia sus criaturas mitológicas favoritas, aunque ahora sabía que no eran un mito como ella creía.

Lo que le asombró de igual manera, y no de la forma agradable, fue la respuesta de su guía, era un ser de otra dimensión, eso sólo aumentaba en su mente la probabilidad de que fuera un ser infernal, no conocía mucho de razas extradimensionales pero ¿Qué otro ser de otra dimensión podía presentar una mancha de corrupción como la que él y ella compartían? aunque luego aclarara burlandose de ellas que lo de acabar con la humanidad era broma en sus adentros creyó que probablemente no estaba tan alejado de la realidad.

Fue un alivio que ninguno de ellos se exaltara por su declaración.

Por un momento se sintió pequeña ante la presencia de ambos seres tan majestuosos, cada uno a su manera, eso le causaba cierta molestia, últimamente parecian haber personas que le hacían recobrar un poco la Humanidad que ella creía haber dejado atrás, se sentía un poco humana en este momento y eso no le agradaba, llevaba mas de un lustro aceptando a la bestia que sabía que ahora era y recordar sus emociones humanas más que nostalgia le era molesto, en éste viaje ella descubriría si contaría con nuevos aliados compañeros de vida o si se ganaba la enemistad de alguno de estos poderosos seres, de cualquiera de las dos formas ella demostraría de lo que estaba hecha.

Justo terminaba de pensar esto con gesto decidido cuando Baltazar anunció que habían llegado a su primera parada, Marie ni siquiera se dio cuenta del cambio tan drástico en el ambiente, inmersa en sus pensamientos no notó que los árboles cambiaron de repente a esqueletos altos sin follaje y los arbustos fueron reemplazados por espinosas zarzas, el sendero verde que habían seguido se había convertido en piedra bajo sus pies y conducía a un campo plantado de lápidas y esculturas humanoides de diversas formas, guardianes silenciosos de las tumbas sembradas aquí y allá entre árboles torcidos sin hojas.

Juliette sonrió -Querido- dijo ella -¿No me pusiste atención? Ya estoy muerta, no puedo llevarme mal con los míos...-

Era algo realmente increible, ver como el camino poco a poco cabiaba. Al principio los arboles y buhos u otros animales nocturnos adornaban el camino, pero poco a poco esos animales se esfumaban dejando paso a un camino mas estrecho y peligroso. Veia como a cada paso las plantas a nuestro alrededor perdian su buen aspecto, quedando en algunos lugares solo ramas llenas de pinchos.

Les segui a paso calmado, alerta en todo momento y memorizando el camino de vuelta. No es que fuese desconfiada de buenas a primeras, pero siendo asesina habia descubierto muchas cosas y metodos, sobre todo si algo en esa mision salia mal y no podia convertirme libremente en dragon.

Y tras las palabras tristes de la mujer palida y su origen vi como ambos mostraban cierto interes en mi origen, siendo ella la vampiresa la mas sorprendida. Luego le toco el turno del chico, quien aparentaba el cuerpo de un chico joven y alegre pero parecia ocultar un alma tan siniestra como la vampiresa. fue entonces cuando se explico y acabo por mostrar unos ojos rojos, los mismos que habia visto en otra ocasion.
-Mmm.. curioso..supongo que deberiamos temerte.

Dije mientras le miraba a esos ojos rojos que serian muestra del mismo infierno. Pero cuando giro simplemente remarque una sonrisa momentanea, como si una risa familiar estuviera dispuesta a salir. Tenia suficientes años como para saber que no todos los demonios eran como los pintaban. los angeles o los animales salvajes eran quizas mas peligrosos. aunque si era cierto que eran previsibles.

No tardamos en llegar a un lugar un tanto sombrio, seco y abandonado. Mire a la luna entre las zarzas contemplando ese paraje tan poco comun pero encantador. Luego mire de frente al oir hablar al impio preguntándome por que haria ese tipo de preguntas. Ella respondio al respecto y sonrei, una buena respuesta, aunque los muertos no entendian de amigos o enemigos.

-No deberia tener problemas.

Dije sin mas contemplando el camino entre el cementerio. Los muertos simplemente eran eso..muertos. cuerpos abandonados por sus almas sin nada que esperar. Solo maldiciones como las de Juliette o otras aun peores. Aunque no era nigromante, ni tampoco me apegab amucho a un ser cuando moria, no a un cuerpo seco. Recorde a mi familia, los unicos que quizas hubiese enterrado, pero jamas habia encontrado sus cuerpos. ¿podia pensar en que estaban bajo el mar prisioneros por no recibir un entierro digno?...pues no, estaban igual alli que bajo tierra. Asi que...¿que me podia importar un cementerio de muertos? Tras pensar ello segui andando sin hablar mucho mas, pensando y meditando sobre a donde nos dirigiamos exactamente.

-